Translate

viernes, 4 de enero de 2019

UN BABLE EN CADA VALLE

El ruinseñora


GARCÍA TRAPIELLO
08/07/2018
Queda aún mucha palabra vieja, incluso sin sentido, colgada del hablar de hoy y cada sitio tiene las suyas, les dicen localismos, voces ininteligibles muchas veces para el valle contiguo, que también tiene las suyas, faltaría más. En estas tierras a cada objeto o asunto se lo llama de seis o doce diferentes formas según lugares (toda esa enriquecedora diversidad que se uniformará y extinguirá cuando alguien invente una única lengua muerta puesta a resucitar de papo). Nunca hubo acuerdo posible, por ejemplo, para llamar filandón al filandón porque cada cual seguirá llamándolo a su modo: filorio, hila, calecho, hilorio, serano, hiladera...
Con los pájaros ocurre otro tanto; si ya fascina que en Palencia llamen «siete colores» al jilguero, supe hace poco que a este mismo pájaro lo llaman en zonas de Zamora, tan vecina y tan lejana, «ruinseñora»... ¿?... ni siquiera un equívoco ruiseñor o ruinseñor, no, ruinseñora... el ruinseñora, en masculino rarito... y esto quiere decir que en materia de jilgueros jamás se pondrían de acuerdo León, Zamora y Palencia (y en otras materias, lo mismo).
A quien no confunden en Zamora, ni aquí, es al gorrión al que llama pardal como media España, mote que le dio su plumaje pardo... vulgar gorrión que no pide permiso a Machado para colarse en sus versos, pardal más urbano que campesino, paisaje de cercanía humana, oportunista al quite y pícaro ladronzuelo de corral... inevitables pardales, vosotros, los más audaces, me evocáis todas las cosas.
Y sobre pardales hay malas noticias. Es totalmente cierto que su población se reduce drásticamente en muchos países. Aquí, también. Lo certifica mi balcón al que años atrás venían a menudo una o dos docenas de gorriones a chulearme la propina de unas migas de pan, pero este año sólo fichan cinco y, últimamente, se han reducido a sólo dos, ya no veo al resto, y son un macho viejo y una hembra joven, padre e hija deduzco, inseparables. ¿Y los demás?, ¿qué les está matando?, ¿el monóxido?, ¿quizá esta comida urbana tan distinta de antes?, ¿les va mal picotear en las terrazas que todo lo inundan?...

No hay comentarios:

Publicar un comentario