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lunes, 9 de mayo de 2011

OBAMA NO CREE EN LOS DERECHOS DEL HOMBRE

PUERTO RICO PERSEGUIDO. ¿USA LA CÁRCEL DE LOS PUEBLOS? OBAMA EN EL TEMA DE USAMA MIENTE POR TODA LA BARBA.




Anoche en un talking show de esos tan al día hoy y de los que no se sacan conclusiones y uno sale con la cabeza caliente y los pies fríos porque los ponentes o son tontos o son fatuos y se repiten más que la cebolla García Serrano don Eduardo defendió la tortura sistemática que se practica en Guantamano. La salida extemporánea de este fascista un chulo verbenero de las ondas que se derrite al paso de la Estrella y las Barras de la misma manera que su padre se declaraba amigo de Mussolini me llenó de furor.

La mejor cura que podría tener un torturador sería que le aplicasen a él el tercer grado, el tormento del sueño, el de la bombilla y el de la bañera. O unas cuantas horas en una comisaría del Bronx que ellos laman el Precinto.

Quedó bien claro que los nazis que quedan en el mundo son todos de patuela estadounidense y que USA es la cárcel de los pueblos. Allí pegas un empujón a una vieja y acabas en la silla eléctrica o te caen treinta años. Los presidios se encuentran saturados porque es país muy patriota sí pero a cargo de tipos tan repugnantes como Barcak un enemigo de Europa y de la Cruz y que en todo en este negocio del rastreo de la pista y muerte por fusilamiento de su archienemigo el terrorista Bin Laden, terrorista sí, a ser verdad que fue él quien estrellara los aviones contra las Gemelas, y en caso de que el personaje existiera y no fuera un invento de los sabuesos “usacos” que para afirmarse a sí mismos, justificar la violencia que parió a aquel país (Jerónimo, remember the Main, etc) y defenestrar su complejo de inferioridad han de tener un enemigo dentro o fuera, ha observado un comportamiento cínico.

Ni en vida ni en muerte el interfecto enseñó la patita. Sabíamos de su existencia por ciertos videos de ínfima calidad. El presidente Obama no enseñó las fotos del ejecutado. En conclusión, este hombre miente por toda la barba. Es un trabajador de la muerte, un señor de la guerra. Ahora el conflicto afgano puede extenderse a Pakistán.

¿Quiere poner en llamas todo el Oriente? En cuanto al chulo verbenero de la Inter, yo le aconsejaría que leyese este despacho que mandé yo a mi agencia en otoño de 1979 para que el amigo García Serrano sepa lo que vale un peine:



CUATRO NACIONALISTAS PUERTORRIQUEÑOS INDULTADOS POR CARTER SALEN DE LA CÁRCEL DESPUÉS DE 25 AÑOS



NUEVA YORK 25 DE OCTUBRE 1979, del corresponsal de Pyresa, Antonio Parra



Las bóvedas de la iglesia de San Pablo en la calle 59 West de Harlem casi se vinieron abajo como consecuencia de los aplausos de los casi cinco mil neoyorquinos de origen boricua allí congregados para dar la bienvenida a cuatro presos políticos y luchadores por la libertad de Borinquen amnistiados por el presidente Jimmy Carter: Rafael Cancel de Miranda, Irwin Flores Rodríguez, Lolita Lebrón y Oscar Collazo.

El primero había disparado al techo en el Congreso mientras leía un discurso el presidente Truman. Sólo disparó al aire pero aprehendido fue juzgado y condenado a la pena capital. El indulto llegó cuando estaba Rafael en capilla firmado por Eissenhower al que había servido como ordenanza en la segunda guerra mundial.

Irwin, Lola y Oscar fueron detenidos por el FBI y acusados del delito de sedición. Cadena perpetua. Tres de ellos se movían con dificultad porque no estaban acostumbrados a andar con los pies libres. Una pihuela de gruesas cadenas tuvieron atada a los tobillos durante un cuarto de siglo.

El Tedeum de acción de gracias desembocó en un acto de afirmación patriótica a los gritos de “Puerto Rico libre” y “Yankee go home”. Se airearon por todo el templo enseñas portorriqueñas que son muy parecidas a la cubana, se bailaba salsa y se cantó “qué bonita bandera, qué bonita bandera es la bandera portorriqueña… la bandera rojiblanca etc”.

Lolita Lebrón, Rafael Cancel de Miranda, Irwin Flores y Oscar Collazo (éste de padres gallegos) acababan de ser excarcelados por un perdón presidencial. En su primer día de libertad hubieron de acostumbrarse al olor de las multitudes.

La atmósfera cargada y las emociones lógicas del momento hicieron temer por la salud de los homenajeados. Collazo el veterano del grupo sufrió una lipotimia. Lolita Lebrón habló desde un podium adornado con rosas rojas con una voz vibrante de emoción: “Soy hija de la Era Atómica y ferviente partidaria de la revolución pero no puedo condenar a aquellos que tiran bombas. Odio las bombas pero espero que no tengamos que volver a usarlas en alguna ocasión. Derramaré hasta la última gota de mi sangre por la libertad de Puerto Rico, mi patria, mi país”.

Los cuatro militantes acababan de llegar desde Chicago donde cumplieron cadena en un centro penitenciario de alta seguridad. La iglesia de los pasionistas de San Pablo estaba hasta los topes y todos hablaban en español.

Habían sufrido la cárcel por delitos que en cualquier otro país se considerarían menores porque eran simples delitos de opinión o de atentados simulados para atraer la atención pública.

Uno de los presentadores se refirió a que la política de Derechos Humanos del Presidente Carter no sólo tendría que ser aplicada para Irán o Nicaragua. “Vemos la paja en el ojo ajeno sin descubrir la viga en el nuestro. Hipócritas. Aquí los Diez de Wilmington están prisioneros por pensar por su cuenta al igual que un grupo de los Panteras Negras que defienden los derechos de la población de color. Nuestras cárceles están repletas de negros y de hispanos” (el mal sigue al día de la fecha).

Pero la idea motriz y la que puso en la calle a aquellos cuatro viejos con sus vidas a punto de extinguirse y que evidenciaban en sus rostros las marcas de la tortura y del cautiverio, todos ellos nacidos en la segunda isla que descubrió Colón en su primer viaje convertida en una colonia estadounidense en las Antillas bajo el eufemismo de Estado Libre Asociado era convertir a Carter en un campeón de los derechos humanos. El FLNP fue declarado fuera de la ley.

Después hubo una conferencia de prensa en la ONU y un reportero de UPI hizo una pregunta capciosa:

-Volvería usted ¿a tomar un arma y atentar contra el presidente Carter como acostumbró frente a Truman, mister Collazo?

- La represión norteamericana trajo de su mano la violencia a Puerto Rico. Ni es nuestra la agresión que está sobre el tapete sino la de los Estados Unidos. Además cuando yo abrí fuego en el Congreso no intentaba matar al presidente Truman. Sólo reivindicar nuestros derechos ciudadanos. Queríamos elecciones libres”.

En la actualidad la isla de Borinquen sigue siendo una colonia norteamericana aunque bien pagada y con beneficios sociales. Los militares utilizan allí sus bellas playas para probar sus más mortíferas armas. En la bella San Juan a lo largo de estos últimos años muchas personas murieron de cáncer a consecuencia de las aguas contaminadas y del aire que viene del campo de tiro de las instalaciones del Pentágono en aquel lugar



9 de mayo 2011

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