Los códices que forjaron el mundo
Aguilar de Campoo reúne joyas bibliográficas de la Comunidad, incluido el beato leonés de Fernando I y Sancha.
Verónica Viñas
09/07/2018
09/07/2018
Blanca de Castilla encargó para su hijo la Biblia de San Luis, una obra maestra que dejó maltrechas las arcas de Francia. Secretos, traiciones y robos jalonan la historia de algunas de las mayores joyas bibliográficas del mundo. Códices que durante siglos contenían todo el saber del mundo conocido.
Aguilar de Campoo acoge ahora los mejores de Castilla y León. No son los originales, sino clones de las obras maestras del patrimonio bibliográfico mundial, custodiados en lugares como el Metropolitan de Nueva York, la British Library de Londres, la Biblioteca de San Petersburgo o la Biblioteca Nacional de España. Todos llevan el sello de la editorial Moleiro, dedicada desde hace 25 años a hacer réplicas perfectas de joyas como el beato leonés de Fernando I y Sancha; el Libro del caballero Zifar, primer texto en prosa escrito en castellano; o el Breviario de Isabel la Católica, que aborda la conquista de Granada, el doble matrimonio de sus hijos con los del emperador Maximiliano de Austria y el descubrimiento de América.
Aguilar de Campoo acoge ahora los mejores de Castilla y León. No son los originales, sino clones de las obras maestras del patrimonio bibliográfico mundial, custodiados en lugares como el Metropolitan de Nueva York, la British Library de Londres, la Biblioteca de San Petersburgo o la Biblioteca Nacional de España. Todos llevan el sello de la editorial Moleiro, dedicada desde hace 25 años a hacer réplicas perfectas de joyas como el beato leonés de Fernando I y Sancha; el Libro del caballero Zifar, primer texto en prosa escrito en castellano; o el Breviario de Isabel la Católica, que aborda la conquista de Granada, el doble matrimonio de sus hijos con los del emperador Maximiliano de Austria y el descubrimiento de América.
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