La Catedral no es de mediados del XIII ni la diseñó el maestro Enrique
El investigador Julio-Alfonso García defiende que el templo fue avanzadilla del gótico radiante y se erigió 30 años antes de lo que se creía Jean Loup, primer arquitecto de Reims, fue el ‘cerebro’ de la Catedral de León.
24/12/2018
VERÓNICA VIÑAS | LEÓN
La historia de la Catedral de León no encajaba. Ahora un libro echa por tierra todas las teorías sobre el templo gótico. Los historiadores han tratado de dilucidar, sin ponerse de acuerdo, cuándo y quién la construyó. El investigador leonés Julio-Alfonso García (Valencia de Don Juan, 1957) acaba de desentrañar los dos mayores enigmas del edificio. Demuestra que ni se erigió a mediados del siglo XIII ni la diseñó el maestro Enrique.
En siete siglos puede que 30 años resulten una insignificancia; sin embargo, en el caso de la Catedral de León, suponen un vuelco a la ‘historia conocida’. El autor de Los maestros de la Catedral. De Reims a León (Eolas Ediciones) fija en el año 1222 el inicio de las obras. Con este ajuste temporal, el templo leonés adquiere un papel infinitamente más relevante en la historia del gótico. No sería ya una ‘copia’ de los templos franceses, sino un edificio de vanguardia, la verdadera «avanzadilla del gótico radiante», sostiene el autor.
El maestro Enrique, al que algunos atribuyen el diseño innovador del templo, habría tenido, en realidad, un papel secundario y muy posterior. El verdadero ‘cerebro’ de la Catedral de León habría sido Jean Loup, primer arquitecto de la Catedral Reims. No se trata de simples hipótesis, sino que el escritor leonés fundamenta su teoría en varias pruebas concluyentes.
La primera clave está en las tumbas de tres obispos y su cronología: Rodrigo Álvarez, que inició la obra gótica y fue obispo de León entre 1208 y 1232; Arnaldo (1234-1235) y Martín el Zamorano (1238-1242). Se trata de sepulcros integrados en los muros del edificio y «dos de ellos tienen una estructura que haría complicado su desmantelamiento».
Julio-Alfonso García afirma que los sepulcros de estos obispos leoneses «no están localizados dentro del templo según una concepción organizada a priori, sino que su ubicación, parece, se fue decidiendo improvisadamente en función de la marcha de la construcción. Nos informan así sobre su curso como hitos que van jalonando el desarrollo de las obras». Sin duda, resulta una explicación más lógica y sencilla que la de los historiadores que consideran que los sepulcros habrían estado en una construcción anterior y fueron reinstalados en la Catedral en la segunda mitad del siglo XIII.
León fichó al mejor arquitecto
Si en 1221 se puso la primera piedra de la catedral de Burgos, no resulta extraño que un año después comenzara la de León. La rivalidad entre los dos reinos se va a trasladar a la construcción de sus catedrales. Los vecinos optaron por «una versión simplificada de la catedral de Bourges, a la que se añadió un crucero». León, más ambiciosa, elige al mejor arquitecto francés posible: Jean Loup. El maestro de Reims, con más oficio y libre de las imposiciones que tenía en Francia, va a poner todo su talento en la Catedral leonesa.
«Pudo desenvolver en León lo que podemos considerar el primer ejemplo del gótico radiante y, a la vez, cumbre e inflexión del gótico clásico», según el autor de Los maestros de la Catedral. De Reims a León. No hay que olvidar que la reina de Francia Blanca de Castilla es hermana de la de León, Berenguela la Grande. Ello explicaría que la Catedral de León esté relacionada con los templos más importantes de la monarquía francesa, como Reims, Saint Denis y la Sainte-Chapelle de París.
Julio-Alfonso García considera que la tumba que autores como Ángela Franco han atribuido a la del canónigo Domingo Yáñez es en realidad la de la reina Berenguela. La figura yacente del sepulcro no está vestida como un canónigo. Aunque la efigie está decapitada, hay detalles que permiten deducir que es una mujer, Berenguela, quien hasta su muerte en 1246 jugó un papel crucial en la financiación de la Catedral.
Aparte de las ‘señas de identidad’ y el estilo incuestionable de Jean Loup —detestaba la simetría, de ahí que las portadas laterales del pórtico occidental tienen diferentes dimensiones—, el Museo de la Catedral preserva una probable firma de Jean Loup en un ex libris en la llamada Biblia del 920. «La impactante y deliciosa iluminación de esta Biblia, que pudo recibir como regalo o retribución, debió interesar al arquitecto, pues contiene sugerencias que podemos ver reflejadas en la Catedral», afirma el investigador. El escritor leonés afina aún más y sitúa en el 22 de abril de 1222 la fecha de inicio de la Catedral de León. Ese día y «para la obra de Santa María, se otorga una escritura en la que Juan Yáñez, canónigo de la Catedral, compra una finca de Candanedo de Fenar». Allí hay extensos robledales. El primer paso para construir una catedral es organizar una cantera y una ingente cantidad de madera para andamiajes y encofrados. Otros historiadores consideraron que este acopio de madera se destinó a una catedral tardorrománica previa que, para Julio-Alfonso García, sencillamente, no existió. A lo largo del mismo decenio (entre 1222 y 1230) se otorgan siete escrituras más relativas a fincas arboladas.
No le preocupa que algunos historiadores se le ‘echen encima’. «Lo interesante es que haya debate», dice. Para documentar su libro, que es fruto de su pasión por el templo gótico, el escritor acudió a las fuentes y no dio nada por supuesto. Por su profesión, ha visto miles de documentos antiguos, «más que toda una legión de historiadores», sostiene, porque le resultan «ridículas» las fronteras académicas. Ha recorrido la mayoría de las catedrales góticas francesas y ha pasado cientos de horas analizando la de León. «Es una obra increíble. No hay nada semejante».
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