RECORDANDO A PRIM. SEGUIMOS EN LAS MISMAS
AMADEO DE SABOYA Y EL GENERAL PRIM
En la plaza del Turco le mataron a PRIM IBA SOLO EN SU COCHE CON la guardia, civil canción de corro infantil heridas abiertas de un país lleno de paradojas. Resulta que este catalán de Reus que los tenía bien puestos general republicano y uno de los que instigaron la revolución de 1868 cuando la estatua de la Isabelona fue arrastrada por las calles de Madrid se dio cuenta de que en su furor incendiario los Pi Margall, los Figueras y los cantonalistas que preconizaban el viva Cartagena y el yo soy estado independiente de mi propia casa habían ido demasiado lejos. Los españoles no podían vivir sin los Borbones. Entonces don Juan Prim que era de Reus e hijo de un arriero que fumaba tabaco negro y juraba como lo que era un carretero se brindó a ofrecer el trono de San Fernando y la corona de las sienes que ciñeron los Reyes Católicos al primer postor y recorrió los caminos de Europa primero A Alemania, luego a Francia y a la Austria de los Hohenzollern. No pocos cabildeos y bastantes desilusiones e intrigas. Por fin laACEPTÓ Amadeo de Saboya. Fue el monarca más efímero y acaso uno de los mejores en nuestro italiano que lo primero que hizo después de desembarcar en Cartagena fue visitar la capilla ardiente de Prim su mentor al que un pistolero había asesinado en una fría mañana de enero de 1870. Parece ser que lña historia se repite porque los españoles de entonces no podían aguantar sin los Borbones ahora tampoco pueden vivir sin Franco al que actualmente veneran ora los nostálgicos que lo recuerdan ora quienes quieren desenterrarlo para quemar sus huesos. El buen duque de Aosta no entendía aquel mundo de intrigas rivalidades y odios. Era demasiado para un italiano amante del buen vino de Sicilia y de las mujeres y lo primero que pensó fue Dios mío donde me metí “Me pare aviamo fatto un viagio al paese della luna… siamo in una gabka di pacci” país de locos. Espartero no podía ver a Serrano el general bonito que decían era amante de la reina. Castelar, Cánovas y Sagasta se despellejaban en las Cortes. Los alfonsinos le retiraban el saludo. Los carlistas lo acusaron de usurpador Y LA PODEROSISIMA Iglesia también le volvía la espalda por proceder de una familia de excomulgados en amistad con Garibaldi. Su reinado duró justo dos años y en 1873 abdicó del trono español y se volvió a Génova. Fue el primer intento fallido de la monarquía electiva que se daba en España en los tiempos de Chindasvinto. Recordando a Prim, la lección nos sirve de respuesta a la pregunta sobre el laberinto español y los infernales manejos de nuestra clase dirigente,
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