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jueves, 15 de noviembre de 2018


DE MI LIBRO "YO FUI CORRESPONSAL DE FRANCO EN LONDRES"

MI alguarín (lo decíamos digs por aquel entonces) y eran pisos elegantes reconvertidos y rehabilitados por compartimentos de paneles de madera de conglomerado estaba en South Kensigton metro de la Linea Circular barrios populares la gran emigración empezaba a venir y mi calle estaba en un sector ocupado por iraquíes. Los recién llegados alquilaban los cuartos con derecho a cocina que habían sido verdaderas mansiones, a medida que ibanse muriendo aquellas viejecitas de los sombreros floreados, siempre con paraguas. Que te sonreían en el autobús e iban diciendo Good Lord y O dear. Había una iglesia anglicana enorme que había sido convertida en mezquita al otro lado de unos jardines románticos y soñadores. No sé lo que me daba viendo caminar impasibles a aquellas moras de los ojos llameantes asomados por las ventanas del chador envueltas en aquellos capisayos que no dejaban entrever nada de sus carnes misteriosas,  arrastrando el gurka que las llegaba hasta los pies trajes talares ▬ se asaban los pavos en la canícula londinenses pero estas huríes de Mahoma recién llegadas de Bagdad volando en alcatifa por lo que se ve no▬ parecían monjas. Yo vivía en pinganitos, life in the pink la juventud pintada de color de rosa▬ nunca fui tan feliz como en aquellos años en que fui periodista de Franco in partibus infidelium, por aquel entonces los británicos nos respetaban mucho más que ahora▬ como si me llevase en volandas los cupidillos del Amor hijo legitimo de los cielos grises las tazas de té y las locuciones de los noticieros de la BBC aprendí un inglés impecable. Sentía las mudanzas de los cielos y las estaciones los días larguísimos de junio y las noches heladas de noviembre cuando los chicos del barrio salían a pedir un penique para el guy; el guy era un tal Guido Fawkes un soldado o espía del duque de Alba que quiso volar el parlamento. Quemaban los ingleses en efigie todos los años a aquel conspirador, se encendían hogueras por toda Inglaterra y el personal adornaba el ojal de su chaqueta con una amapola en recuerdo de los caídos en la batalla del Somme. La luz de la tarde se colaba por el montante de mi morada. el limpiaventanas me informó que por aquella casa vagaba un alma en pena. era el fantasma de un conde que había sido un templario y volvió con Ricardo Corazón de León de las cruzadas: el conde Kelly. Count Kelly where are you now? Tú me diste suerte. Bebimos juntos en la bodega las buenas botellas de vino que me mandaban de España y brindábamos con  Dios salve a la Reina y hasta mañana.

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