Hoy es un día triste para la cristiandad. La decisión del gobierno hebreo de cerrar con llave la tumba de Jesús representa un atentado a nuestra fe, pero Netanyahu sigue empeñado en su política suicida de expulsar a los cristianos de Jerusalén. A los sionistas les importa un bledo nuestra historia. Sólo creen en su memoria. Exaltan su yo enaltecido por el fanatismo de su tradición. Hoy es un día muy triste para la paz del mundo. Pronto vendrán las persecuciones del Sanedrín
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