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martes, 6 de octubre de 2009

san bruno de colonia

SAN BRUNO HOY ES SAN BRUNO

- Hermano, morir hemos
- Hermano, ya lo sabemos
Es la salutación con que se dirigen los santos hijos del glorioso san Bruno cuando se encuentran en tránsito hacia la celda. Estas buenas tardes actualmente cuando todo el afán es vivir mucho aunque sea mal figurarían en el renglón de lo incorrecto pues es de mala educación mentar la bicha (toquemos madera).

El saludo se corrobora con una leve inclinación de cabeza y un movimiento de la blanca cogulla. Hoy seis de octubre es el único día en que se permite hablar en el refectorio a estos monjes que constituyen la orden contemplativa más antigua de la cristiandad.

La regla nunca fue reformada, tampoco se deformó ni relajó desde el siglo XI. Su fundador un ítalo alemán murió tal día como hoy de 1101 con el nombre de Jesús en los labios. ¿Cuál es su secreto? Que no hacen vida comunal, viven cada uno en su celda con un jardincillo, no tienen roces y sólo se juntan para ir a coro. Que no le dan a la húmeda.

La dieta a base de verduras y el no probar carne es otro de los grandes secretos de su longevidad. La mayoría de sus comunidades alcanzan el centenario y el más joven de las cartujas que he visitado no pasaba de los ochenta.

Gran devoción siempre tuve al patriarca de los eremitas de occidente. Otra clave de su éxito es la muerte del yo. Los cartujos que siempre tuvo la orden grandes pensadores, teólogos y pendolistas nunca firman sus trabajos. Han muerto al mundo. Y otra más la devoción a la Virgen María.

Se ha demostrado que ellos son el baluarte gracias a la plegaria constante de la iglesia en tiempos turbulentos. Su fundador rehusó una mitra y huyó al desierto de Chartreuse cerca de los Alpes cuando quisieron elegirle papa. Era un canónigo de Colonia.

Y quiso formar una escuadra de soldados orantes. Ante el dilema entre la iglesia exotérica y la esotérica él optó por la iglesia interior.

Erasmo, que tuvo algunos aciertos en sus críticas al papado no supo entender el monaquismo que fue un éxito en la iglesia oriental. San Bruno quiso adaptar el cenobio anatolio según la regla de san Basilio a occidente basado fundamental en la austeridad y en la liturgia.

Y es por eso por lo que decimos “Cartussia nunquam reformata quia nunquam deformata”. Año hubo de mi vida en que quise entrar cartujo pero después de una temporada en Aula Dei el padre maestro me hizo ver mi destino no estaba dentro de aquellos sagrados muros. Sin embargo, en el fondo sigo siendo un eremita gran devoto del dulce y taciturno ex canónigo alemán.

Gracias a él me importa más lo esotérico que lo exotérico. Lo mejor de esta iglesia a la que amo porque no me gusta son los añalejos, las epactas, su gran liturgia y esa oración en común que hoy se echa de menos, su arte, su amor a la belleza, su polifonía, la compasión hacia el pobre, el menoscabo de las cosas del mundo, la muerte interior, el control de la lengua.

Glorioso san Bruno, ruega por nos.

06/10/2009 12:33:36

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