Atardecer de España
Que en España empieza amanecer, cantábamos en la escuela cuando era niño, hoy, cerca de la edad provecta aun sin sentirme viejo ni mucho menos, intuyo que se acerca la noche y pronto nos envolverán las tinieblas. Ya nos envuelven. Quizás regresemos a una edad media. Los reyes suben y bajan, las iglesias desaparecen, los pueblos quedan abandonados. ¿Volveremos a la taifa? Me contrista el hecho del barco aprehendido por piratas en el Índico. No navegaba bajo pabellón español. Su enseña era la ikurriña. Atacados por los corsarios empero llamaron a la marina de España. Un arreglo económico con los piratas y pagará el contribuyente por la imprevisión y el descaro del atunero vascongado. Estos iñakis tienen un morro que se lo pisan. Lamentable historia. Somos el risum teneatis de los siete mares, el cachondeo de las naciones con este gobierno y esta oposición de políticos instalados en esta Satanocracia. La ministra Chacón como es separatista y poner a la catalana al mando de los guardias es como colocar a la garduña a recaudo del corral. Así nos zampa la raposa todas las gallinas no dimite tras el gabinete de crisis que palabra más rimbombante. Don Rajoy hace frases. Doña Aguirre se presenta a la reunión con un nuevo modelito. Gallardón llora como Boabdil el chico no en Bibarrambla sino delante de sus obras faraónicas que no de le tienen en pie. Duros tiempos el que nos ha tocado vivir: ver a nuestra patria entrando en un ocaso más tenebroso que el del 98. En fin la catástrofe en puertas, pronto se agravarán los problemas de cajaduría mientras aquí solo se enriquecen los hijos fornecinos de los Rochild que viven repantigados en Londres y nos exigen que hablemos todo inglés. No hacemos pie. Hemos perdido el sentido de la medida. Carecemos del centro. En España oscurece y la gente se desquicia. Los imperios y las naciones se van al garete no sólo por la estupidez de sus políticos, la corrupción, los desfalcos, sino también por designio de la Providencia. Pero no nos apuremos. La naturaleza tiene unas capaces asombrosas de renovación y también pasará esta mala racha, uno de los períodos más desastrosos de nuestra historia y esta es una nación vieja, correosa con muchos siglos a sus espaldas, algún día volverá a amanecer. Y los pesqueros vascongados volverán a navegar con la roja y gualda y no ese garabato que es una mala copia de lo que lleva en la popa cualquier barco inglés.
domingo, 04 de octubre de 2009
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