VICENTE FERRER OTRO PROGONISTA DE LA
UNIDAD HISPANA.
Antonio Parra
Comenzaba todos sus sermones con un benvolguda
bona gent. Dicen que era taumaturgo y se le atribuyeron proezas
maravillosas como una vez que paró el sol en Salamanca para que su audiencia de
más de cincuenta mil almas pudiera escuchar su sermón de varias horas,
resucitaba muertos y mandaba a los montes que se trasladaran de un lado a otro
de la cordillera para hacer vado y que pudiera pasar su hacanea, una reverenda
mula cargada de libros y de misales pero estos detalles del gran dramaturgo que
fuera lumbrera de la SRI al alborear de la decimoquinta centuria no constan en
los papeles por este servidor consultados. Son muy copiosas en cambio las
minutas, repositorios, cartas regias y comunicaciones personales que se guardan
en el Archivo de la Corona de Aragón todas ellas en latín, castellano,
lemosín y en valenciano. Al buen santo
los milagros se le suponen igual que a los soldados el valor
Este dominico tuvo una actividad incesante y prodigiosa y fue un político
de primera categoría y aposentador de concordias en medio del marasmo general
que sacude a Europa tras la Peste Negra de 1348, las revueltas sociales que
determinan el asalto a las aljamas hebreas en diversos puntos de la península (Burgos,
Gerona, Tarragona, Tarrasa, Alcoy) determinado por el incremento del agio y el
préstamo usurario que hace que aumente el resentimiento contra los banqueros y
prestamistas. Los rabinos apelaron a la autoridad de los reyes de Castilla,
Aragón y Navarra. Esta fórmula del directo patronato regio propuesta por Ferrer
para la grey elegida evitaría no pocas matanzas aunque algunas como la de
Burgos a finales del siglo XIV fueron inevitables.
El resentimiento antisemita se propaga como una bola de fuego en las
grandes urbes del continente europeo sobre todo en Praga y en Bohemia donde
surgen los lideres de la rebelión husista. Inglaterra expulso a los judíos.
Chaucer escribe sus cuentos de Canterbury una soflama contra la alta jerarquía
dominada por el oro de los cambistas de Drury Lane. Este malestar social va a
culminar los primeros síntomas de la constatación protestante. Se propugna un
cristianismo interior de vuelta a los orígenes evangélicos enemigo de la pompa
y del culto externo. La guinda a todos estos desmanes es el llamado Cisma de
Occidente. La iglesia Católica era bicéfala con dos papas, uno en Roma y otro
en Aviñón, Benedicto XIII el Papa Luna,
amigo personal y coterráneo del propio dominico y al que consigue convencer
para que abandone la tiara en manos de
Clemente VII, el legítimo. Mientras los hebreos perseguidos se
resguardaban bajo el ancho vuelo de su manto y el escapulario de Santo Domingo
de Guzmán. No se les perseguía por su etnia sino por lo de siempre: cuestión de
dineros.
El proceso no fue fácil habida cuenta de que Pedro de Luna se mantuvo en
sus trece como buen aragonés. Si bien se mira son muchos los puntos de contacto
que hay entre aquella época y ésta en determinadas partes al revés pero bajo
otros aspectos muy semejantes. Los disturbios que acaban de producirse en París
me recuerdan a los levantamientos populares en Barcelona o en el call de
Gerona. Todos por el mismo motivo. Intervino con sus prédicas Vicente Ferrer y
fueron infinidad los judíos que de grado abrazaron la fe cristiana y recibieron
las aguas del bautismo. Ojo se han encendido los gálibos de alarma. Estos
tumultos sociales todos sabemos como empiezan pero no cómo terminarán. Las
turbas puedan acabar pegando fuego a las sinagogas. Dinero llama a dinero y los
que sembraron viento recogerán tempestades. Ya está aquí el huracán. En los
barbechos por donde pasó el sembrador furtivo de cizaña están floreciendo
amapolas negras. A mí me parece que el reino de la mentira no es sólido y no
podrá durar eternamente. Echo de menos
la llamada del bueno de Vicente Ferrer agitándose mucho en sus melifluas
súplicas bajo el tornavoz del pulpito y agitando gravemente las mangas de su
hábito de dominico que era de boca ancha.
-Bona gent.
¿Adónde se fueron las multitudes ¿ ¿Quién disgregó al redil? ¿Por donde se esparcieron los rebaños? Fervor
nacionalista de los exaltados del terruño y en lugar de los consuelos divinos
escucho esa voz aguardentosa del amo del Tripartito o ese glabro antipático de carta
difícil que nos llama a los castellanos malos cristianos siendo él un retajado.
Dirán, don Durán Durán, Caín, Caín qué
hiciste de la sangre de Abel tu hermano? ¿Dónde quedó el pendón de San Jordi de
los Moncada? Han desparramado por el suelo como si se tratase de flechas rotas
de la aljaba esparcidas por el suelo las
barras del escudo de Aragón. Claro que entonces no se andaban con chiquitas y
por una disquisición teológica al obispo de Huesca lo degollaron.
Entre otras cosas estos mindundis en
su clastomanía profanan los fueros, atentan contra la historia y ponen los
papeles boca abajo llevados solamente por un instinto asesino de venganzas
catalanas. Cristianos nunca podránlo ser. Huele a conjura y a guerra carlista.
Uno ha dado en los papeles donde se encuentra la clave. Hablan como renegados y
a mí me parece que esto va a tener mala compostura. Es volver a las
andadas. De remate va a ser verdad lo
que dijo Metternick de que cuando una civilización está en peligro sólo pueden
salvarla un pelotón de soldados.
Pero sobre todo es el gran artífice
este monje del espíritu de consenso que iluminó la mente de los compromisarios
de Caspe para que se allanaran las asperezas dentro del reino de Aragón y se
fomentase un acercamiento con la corona de Castilla. En cierto modo el santo
valenciano fue el iniciador de la unidad nacional que se plasmaría luego en
aquella cancioncilla que se entonaba en el tiempo de los Reyes Católicos: Barras de Aragón que en Castilla son. En
sus brillantes intervenciones ante aquella asamblea logra persuadir al concurso
de que aragoneses, castellanos, catalanes y valencianos tienen un mismo ideal y
se afanan por conseguir un mismo objetivo: el imperio de la cristiandad y el
dominio de la cruz. Unos al grito de Santiago cierra España y otros al de San
Jordi nos val. Cataluña y Castilla significan lo mismo: castillos en
lontananza. Castles in Spain y un castillo te fraguara. Ambas se hicieron en la
brega contra el islam. El triunfo de la religión por divisa. Decir esto hoy,
empero, provoca el rasgar de vestiduras.
Entristece pensar que al cabo de seis siglos de aquella magna asamblea en
Caspe haya intereses oscuros muy buidos y difíciles de señalar pues Satanás no
quiere enseñar la pata y él es por excelencia el separador aunque todo parece
indicar que las trayectorias de esta línea de fuerza que acaso tengan su origen
en la ergástula cargada de miasmas y de aire fétido de la Cava de don Julián
todo este andamiaje de la unidad se haya venido abajo. Jugamos un poco los
españoles con las cartas marcadas. Adiós Madrid. Han llenado el lago de la Casa
campo de submarinos. Estas fuerzas están empeñadas en lo que parece ser una
hábil maniobra de tenaza pues los tomos que no enseñan la pata ni quieren
decirnos a que juegan controlan la tesis y la antitesis, el programa y el contraprograma
y mientras los parlamentos debaten, ellos se dedican a seguir trayendo gente.
Por treinta monedas. La sonrisa por delante y pro detrás la daga. Siempre fue
así. Esa es su táctica desde que con el dinero del deicidio se compraron los
campos de Haceldama. Campos de la sangre. Y la sangre llama a la sangre.
Política de guante blanco. En la superficie aparente clama pero desciendes un
poco al pozo y ahí tendrás la pira de cadáveres. Ese es el sentido de las
treinta monedas que compraron el campo de la sangre.
El objetivo es acabar con la cristiandad y los conspiradores van en tal
demanda en esta hora de contubernios, de consignas y de palabras al oído con
que todos contra todos y en el río revuelto se hace partija de España. En
realidad el movimiento de flujo discontinuo empezó hace una generación pero es
ahora cuando los españoles y mira que se lo advertimos y hasta nos crucificaron
por eso se llevan las manos a la cabeza. Creo a pesar de todo que los manijeros del Gran Diseño están
obrando precipitadamente y con harto azoramiento. Se han quedado parados el
alma helada ante el resplandor de los fuegos que se avecina. Pero desde su
pulpito glorioso en lo alto de la historia Vicente valenciano acérrimo y
aragonés de pro sigue proclamando Hola amigos mío. ¿Qué tal bona gent? Se le
cansó el brazo de tanto bautizar infieles. Puede que también se la tengan
jurada precisamente por eso. La benvolguda bona gent. Ay Señor, señor que gente
lleva mi carro. Tres putas y un boticario. Buena gentecilla nos manda el rey aunque
con estos bueyes tengamos que ir a arar.
Vicen murió en Vannes en 1419 este gran apóstol de la unidad, valedor de
los judíos en un momento difícil, propugnador de la causa de Fernando de Antequera en el Compromiso de
Caspe. Su figura gigantesca llena todo el siglo XIV español y me volveré a
referir a él en otro artículo.