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martes, 11 de septiembre de 2012

AMANTE DE LA RADIO. EL AMOR Y LA BELLEZA LLEWGAN POR LAS ONDAS


Radioescucha

 

Radioescucha u oyente nada de escuchante yo fui. Aquella radio con faldón cancán que tenía mi madre en la cocina. Se sintonizaba radio Segovia EAJ44. Aquí radio Segovia. Peticiones del oyente y esquelas. Hoy ha fallecido en esta capital… se comunica tan sensible pérdida. También se cogían Radio Toledo y Radio España Independiente. Aquel aparato que compramos a plazos a un cura que tenía una empresa con el nombre de Radio Villa me pareció un artilugio maravilloso. La lámpara de Aladino pero a veces una lámpara se fundía y el aparato había que mandarlo a la casa. Con los primeros ahorros que gané de inmigrante en París me compré un transistor y luego en Hull tuve un Fidelity de color azul por el que captaba la radio nacional de España y una emisora pirata que e3mitía pop las 24 horas del día. Sus pinchadiscos eran Jimmy Savile y Tony Blackburn. Se llamaba la estación Radio 070 Scarborough. En Londres un grundig me ayudaba a captar emisiones lejanas y toda esa información la embutía en las crónicas. Creo que he aprendido inglés pegada la oreja al Home Programme de la BBC que yo casi consideraba la voz de Dios. Luego me convencí de que era la voz de su amo y largaba propaganda a todo meter tanto como la VOA. La radiodifusión para mí periodista de la segunda mitad del siglo XX fue un tótem. He tenido más de veinte transitares en casa. Para mí un adminiculo imprescindible. Era el encanto de escuchar llamadas lejanas que te abrían la puerta de otros mundos. No demasiado técnico, prefiero seguir pensando que es un invento milagroso aunque está basado en los descubrimientos de Marconi que luego desarrollaron hasta límites increíbles los ingenieros rusos, creo que la más importante estación de la radiodifusión mundial ha sido radio Moscú. Ahora soy habitual de la VOR. Las ondas marchan a la misma velocidad de la luz, a 300000 km por segundo. Maxwell descubrió que las ondas electromagnéticas se propagan por el espacio. El italiano Alejandro Volta descubre la pila de carburo y su compatriota Marconi patenta la transmisión inalámbrica por el éter en 1896 por medio de un experimento que hizo entre la isla de Wight y la ciudad costera de Bornmouth en England. 1915 en nueva york se funda la primera emisora con objetivos comerciales. La radio es el pequeño invento de la publicidad y de la civilización del consumo. Madrid cuenta con Unión Radio en 1924.  Es la SER afiliada al bando republicano durante la guerra civil. Y en 1946 los americanos patentan un objeto el transito con el que se puede escuchar la radio en las partes alejadas del planeta. Los físicos nos dicen que sus pilas van cargadas de arsenio, germanio, antimonio y silicio, pero el elemento principal de los condensadores es el fósforo. La cuestión fundamental del transistor a pilas es que este mecanismo transforma los ácidos en impulsos eléctricos. Fue la radio el primer paso hacia horizontes inextricables como el de los circuitos integrados y el ordenador. Todos ellos tratan de imitar al cerebro humano. De los cambios o trastornos ocasionados por esta pequeña caja de plástico en sitios como la India, Arabia o China tendrán que hablar las generaciones venideras. El idioma que más se escucha en radio es el chino. Después viene el inglés y acto seguido el castellano. Hace algún tiempo visité las instalaciones de Arganda del Rey. Estaban destartaladas y en un lamentable   deterioro, claro fueron inauguradas por Franco y este es un nombre maldito en la España de hoy, pero los ignorantes desconocen que esa emisora de onda corta de RNE  puso al español en uno de los primeros lugares de la radiofonía. Fue un buque insignia de la cultura que relegan al olvido y maltratan. Así nos va. Claro que hoy por hoy en Madrid aun nos queda la SER. Buen periodismo. Por los micrófonos de la antigua Unión Radio suenan voces muy agradables de mujer. A los divos no los soporto. Luis del Olmo, Herrera en la Onda no los soporto y Eduardo García Serrano me pone de los nervios. No me gustan los mendas que hablan mal de la Guardia Civil. Ni los que se creen oráculos. En mis inclinaciones falangistas y mi manera de ser de izquierdas amante de la libertad no caben los fachas. Yo les condenaría a diez< años y un día a la fonoteca para que hagan cura de humildad.

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