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lunes, 17 de septiembre de 2012

CRECE EL PRESTIGIO DE LA IGLESIA ORTODOXA EN TODO EL MUNDO


ACERCAMIENTO  MOSCÚ-TOKIO GRACIAS A LA IGLESIA ORTODOXA

En tanto que nuestros periódicos graznan sobre el estallido de un conflicto chino-nipón en el que están muy interesados los norteamericanos porque Washington teme el despertar del gigante dormido, aunque ello pudiera sumir a la humanidad en un conflicto nuclear [Japón victima de la crueldad de Hiroshima y Nagasaki renunció al armamento termonuclear pero China es potencia de primer calibre] se detecta un deshielo en las relaciones ruso-japonesas que acusan un pasado bronco por la guerra de ambas potencias a principios del siglo XX y el conflicto de las Kuriles, unas islas que reclama Japón próximas a Vladivostok.

 Las guerras suelen empezar de una manera tonta por la reivindicación de un islote (En España inquietan los moros que muestran su amenaza sobre la Gomera, Chafarinas y Perejil) pero en el caso que nos ocupa no es así. La visita pastoral del patriarca Cirilo al Imperio del sol que nace ha redundado en resultados distendidos. Japón un país pagano de urdimbre sintoísta pero profundamente religioso siente verdadera veneración hacia la pompa y la belleza de la Santa Iglesia Ortodoxa y han aumentado los bautismos y sobre todo los matrimonios entre miembros de las dos nacionalidades: rusos que se casan con japonesas y al revés.

 El pasado domingo celebró con el metropolita, Nikolaido, de Tokio – la mayor parte del oficio en japonés excepto el credo que se cantó en eslavónico-, una iglesita muy pequeña para las dimensiones que se estilan en Occidente pero para los orientales es un verdadero palacio la catedral ortodoxa de
Tokio.

 Es la segunda vez que su Beatitud Cirilo I visita el archipiélago. Hace un lustro, cuando era metropolita de Smolenko- Kaliningrado (Gdansk) giro visita con motivo de la consagración de la iglesia del santo príncipe Alexander Nevski. En su homilía Su Beatitud hizo hincapié en el carácter universal y pacífico de la Iglesia creada para unir y perdonar y procurar el acercamiento entre las naciones y no desunir y desbaratar.

Este prelado en los tiempos tan aciagos que corremos se nos ofrece como un verdadero prócer con la talla de hombre de estado, de la que adolecen por desgracia nuestros obispos españoles.

 Con tales mimbres el sucesor de Alexis II se ha rodeado de una ola de prestigio y de fuerza de la Ortodoxia rusa que colabora con el Estado pero que se muestra independiente del Kremlin en muchos casos y es una figura amada por el pueblo, lo que no puede decirse de Rouco, por ejemplo, por más que las comparaciones sean odiosas. Es una voz a la que hay que oír al no estar filtrada y mediatizada por otros poderes como ocurre con Benedicto XVI que es un acólito de la Merkel y sirve al imperio norteamericano.

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