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viernes, 14 de marzo de 2014


UCRANIA NO MERECE UNA CONFLAGRACIÓN ATÓMICA... pero

Viernes de cuaresma, escucho por Internet al patriarca Cirilo que celebra el oficio de difuntos en la catedral con la luz apagada sólo luce la luz de la vela que ostenta en la diestra sobre el libro de plegarias, su voz es hermosa y tan clara que casi entiendo su perfecto ruso, el coro canta las letanías, pido perdón por mis pecados.

¡Oh Señor dadme un alma limpia y el corazón puro!, me encomiendo al apóstol Andrés el rudo pescador de Tiberiades esta es mi fe mientras conjeturo a través de la hermosa voz de chantre de esta eminencia de la iglesia del Este tiene mucho más gancho que los poses de Francisco al que todo el mundo tirios y troyanos sobajea con la baba de la adulación (¡malo!) mucho pontífice y poco cristo en este Papa, el fin y es el medio.

La melopea de los coros eleva mi alma y la esponja de una indescriptible tensión hacia lo alto y al perdón. Es una gran cosa Internet que se pueda rezar sin necesidad de tener que acudir a la iglesia.

Hoy una guerra mundial sería dificil gracias a William Gates

Se lo debemos a Guillermito Puertas el tercer judío más importante después de Cristo y Carlos Marx las cosas como son. ¿Veis como no soy tan antisemita como me llaman? Y repaso mis notas de viejo periodista con el colmillo retorcido. Ucrania. Kiev. La visité años ha. Me pareció una capital maravillosa detrás de las montañas a la vera del Dniéper.

Tenía ese aire simpático y cosaco con la que describe Gogol. Allí me hice fumador en pipa guiado por un consejo del autor de "Almas Muertas" que dice que los caballeros del Don podrán vivir sin mujer, sin dinero, sin comida pero siempre llevarán en el bolso de la sahariana su "trubka" (cachimba) compañera de infortunios y paño de lágrimas. Kiev era más soviética que Moscú.

Kiewva capital de la tecnología soviética

Visité las minas de la región y el centro de investigación para el desarrollo de la Cibernética con sede en Kiev. Las programadoras que vi eran enormes y casi antediluvianas pero los soviéticos no querían perder al paso que marcaba la IBM californiana. Vi allí el monumento a Lenin, los ucranianos me parecieron más simpáticos, abiertos- su acento se parece un poco al gallego- y dicharacheros que los moscovitas.

Todos hablaban bien el ruso. En casa y cuando no había ningún extranjero delante o en la conversación privada lo hacían en vernácula, una lengua mucho más fácil en las declinaciones pero con una complicación verbal de tiempos fuertes y débiles y de aoristos semejante al griego, más vocales y menos consonantes.

Eran los tiempos de la distensión aquellos felices años 70. En las tiendas no había carestía de artículos de primera necesidad pero faltaban esas gollerías del lujo occidental.

Desabastecimiento

Vi a muchos militares que portaban una cartera de mano como mi padre. Si se corría la voz de que había salchichas o pepinillos en tal establecimientos pues allá se presentaban tenientes y capitanes para llenar el saco y llevárselo a la familia. Las autoridades decían que no había desabastecimiento pero todo escaseaba menos el vodka. Faltaba el pan lo que no deja de ser un contrasentido porque Ucrania es el gran granero del mundo pero se exportaba para conjugar la sangría de los gastos militares. Las atmosfera de paz (mir) que yo percibí en aquella gira de antaño contrasta con este ambiente crispado de palos, botes de humo y ataques en falange contra los guardias en la revolución de Maidán.

Eran escenas propias de la guerra de Troya y de asalto a las plazas medievales y el más lerdo observador podría constatar que la revolución había sido provocada por una quinta columna. Se habían presentado en aquella hermosa plaza las huestes de Obama, de la Merkel, de Tusk el polaco y del Vaticano.

En el argumento de que se ha derribado a un gobierno legítimo mediante la utilización de mercenarios facinerosos intentando reproducir secuencias de lo ocurrido en Bucarest donde triunfaron o en Tripoli o en el Cairo o en Damasco lleva razón Putin al que a mi juicio asiste la legalidad.

Putin y Stalin bajos de estaturas.

Putin el hombre de hielo nada tiene que ver con la semblanza que de él trazaron sus enemigos cotejándolos con Hitler o Stalin. Con ellos no comparte más que la similitud de ser pequeñitos. Stalin medía 1.65 de estaturas y el Führer poco más. Volodia tampoco es un gigante pero es deportista, aunque frío como un tempano, nada idealista sino realista y desconfiado como lo era el "padrecito" con el que comparte el amor al lujo y a la dialéctica del boato bizantino. Aparte de un judoka peso ligero pero muy contundente en el tatami (a Obama le está marcando un ipón) juega al ajedrez, ha hecho un jaque mate. Claro que estos triunfos iniciales y estas victorias ruidosas pueden convertirse en nada a medida que avance la crisis ucraniana. Los americanos siguiendo las antiguas tácticas de la guerra fría, a sabiendas de que el talón de Aquiles de la URSS eran sus republicas satélites bajo su férula, le han echado los perros por Ucrania. La respuesta del Kremlin rápido de reflejos enviando la flota parece haber desconcertado al Pentágono que no aguardaban reacción tan drástica.

misticismo eslavo

 

Ucrania no merezca tal vez una guerra atómica (el mundo es interdependiente y global y luego están las redes, Internet no existía cuando la guerra del Golfo, ni el año 89 con la caída del Muro y el fusilamiento de Ceaucescu) pero el mundo está pesando terrenos peligrosos. Crimea es el axis de la estrategia de defensa de Rusia y ha pertenecido a los zares desde las guerras del Queroneso de los griegos, hecho innegable, pese a la alacridad con que se condujo Nikita Jruchev al respecto en 1954. Una cesión al que el mandatario de la Crisis de los Misiles no dio importancia porque Ucrania era una de las republicas punteras de la Unión Soviética fiel al Kremlin. Luego la tuvo, cuando fue amputada Ucrania del tronco central al derrumbarse la URSS con las trágicas experiencias de la explosión de Chernobil y el golpe de Estado que acogotó a Gorbachov arrestado precisamente en Sebastopol. Putin desde luego no es un romántico aventado como Hitler ni quiere un Reich al estilo nazi pero hay en sus rasgos un ademán imperialista.

poliorcética

Los rusos son especialistas en la guerra defensiva y su estrategia militar es poliorcética no de ataque (la invasión de Hungría y la de Checoslovaquia fueron una excepción a esta regla) pero están imbuidos de un espíritu mesiánico-místico que puede volver muy complicada la cosa. Miran a Occidente como un foco de podredumbre y eso es cierto a la hora de redactar estas líneas y aspiran a la mejora de la condición humana, yo me encontré muy pocos comunistas en mi viaje tras el Talón de Acero y sí gente muy ilustrada, amante de los libros, de la buena musica y de la conversación. Comulgan del espiritu redentor o liberador que conceda a los pueblos una vida más digna y mejor. El alma rusa es como una "ninosca".

Rusia molde del enigma

Nunca se sabe la figura que te vas a encontrar al fondo de la caja. En este cuadro de "barbies", la muñeca del misticismo se sucede con la del maquiavelismo, y luego viene la desesperación, el pesimismo, la resignación, la repulsa, también el belicismo porque los rusos llevan el espíritu militar en la sangre, son de formación escolástica aunque cuenten por el abaco y hasta a los escolares los visten de uniforme. Para mí la veta más importante de la impávida ninosca donde se guardan los enigmas es el icono de la Resurrección bien guardado entre los entresijos del alma rusa. Rusia es el pueblo de la Resurrección. Siempre resucita y cuando la ves más baldada o contra el rincón se incorpora y resurge. Y eso pocos lo saben, como lo sé yo. He ahí un signo de esperanza contra los que cocean mis paisanos cuando dicen "no queremos salvadores". Pues bueno.

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