DON JUAN NEGRIN: "COMPANYS Y
LOS CATALANISTAS, CULPABLES DE QUE LA REPÚBLICA PERDIERA LA GUERRA CIVIL"
Año 1977 acto de afirmación de la
amistad hispano/norteamericana. Como corresponsal del Diario Falangista Arriba me situaron en una mesa que
compartía con el hijo de Juan Negrín ex presidente de la República. Se llamaba
Juan y era clavadito a su padre, vástago del segundo matrimonio del ex
presidente de la Republica con una rusa, sangre canaria ojos dulces muy azules
y buenas maneras. No era el ogro con que le había caricaturizado la propaganda
del Régimen. Negrín hijo era a la sazón uno de los neurocirujanos más afamados
del Bellevue el hospital neoyorquino de Mid Town Manhattan. A Negrín y a mí nos
unía el fuerte (éramos los dos hijos de la guerra civil) amor a España y una
actitud tolerante frente a la vida. Hombre muy inteligente de carácter bondadoso
gordo y dotado de esa sabiduría sobre la condición humana que sólo mantienen
los buenos médicos y que forma parte de las "bedside manners" y del ojo clínico. Por su aspecto era la vera
efigie de su progenitor. El hijo del político más difamado e incomprendido del último
gobierno republicano, le acusaban de pro soviético, trató de meter en vereda a
los anarquistas del POUM, contó con la colaboración de pésimos edecanes que
engangrenaron sus relaciones con los catalanes y los otros jerifaltes del
gobierno de Azaña, también en USA sufrió
lo suyo después de la caza de brujas de McCarthy. Su padre hubo de volverse a
Paris donde murió casi en la indigencia en 1956, pero logró abrirse paso en la
Ciudad de los rascacielos y dar carrera a sus hijos. ¿Con los tesoros del
"Vita"?.
De temperamento voltaico, un
español apasionado, y con lo que tiene que temer un hombre bien puestos lo
contrario de Azaña que era algo cobardón como Rajoy o Indalecio Prieto el de
los Tesoros del Vita al que se le iba
la fuerza por la boca o Largo Caballero un asesino. Por aquellas fechas don
Juan Negrin ya había muerto e ignoro si Juan Negrin júnior seguía perteneciendo
a la partido comunista.
Sentí un cierto feeling puede
llamarse compasión y simpatía que me conectaba hacia aquel personaje un hombre
contra cuyas ideas había peleado mi padre en el Ebro.
En aquel instante el
neurocirujano me hizo una confesión a bocajarro: "Luis Companys tuvo la culpa con su fuerte exaltación nacionalista de
que perdiésemos la guerra civil, publíquelo usted, si quiere, en ese diario
fascista para el cual trabaja, pero es lo que decía con frecuencia papá al que
no le gustaba hablar nunca de aquello... por qué perdimos la guerra.
Se me quedaron grabadas aquellas
palabras que traigo aquí a colación porque en víspera de la Díada Catalana
vuelve a repetirse la historia. Puigdemont con su pinta de demonio peludo sigue
demonizando a España, por la senda marcada por Companys que llevaría a España
al precipicio.
Tambien convendría recordar que
fue fusilado el día de Santa Teresa 15 de octubre de 1940. Una hermana suya
carmelita asistió a sus últimos momentos cuentan las crónicas. Ya en capilla
rechazó los auxilios espirituales y pidió cigarrillos ▬ se fumé un paquete entero hasta el amanecer,
era un chain smoker ▬ y dos botellas
de champán. Eso sí como ultima voluntad rogó antes de que lo fusilaran ante el
foso del castillo de Montjuich presentarse descalzo ante el paredón. Quería
pisar tierra catalana antes de morir. Según confesión del hijo del ultimo
presidente de la república española, Companys era muy terco y no se avenía a
razones. Salió por la frontera española en automóvil en compañía de Aguirre, el
presidente de Euskadi, Irujo, Tarradellas con una escolta de varios mozos de
escuadra. El coche tuvo que abrirse paso entre una larga hilera de desplazados
que buscaban refugio en Francia haciendo un trayecto a pie lleno de
penalidades. Sin embargo, los jefes eran los jefes. Companys dejó en Carcasona
a Tarradellas y Aguirre, continuando viaje hacia Paris en compañía de Largo
Caballero.
El líder socialista se dirigió a Berlín
donde tenía parientes pero acabó de muerte natural en Buchenwald donde falleció
poco antes de la entrada de los rusos en Berlín, y Companys que quería saber el
paradero de un hijo subnormal que tenía en un sanatorio de Bélgica fue detenido
por la policía del Régimen de Vichy quien le entregó a las autoridades
españolas. Tarradellas y Aguirre se salvaron huyendo al sur de Francia.
Trasladado a Madrid fue encausado
en una largo proceso (fue defendido por un capitán artillero que estuvo con él
en la guerra de África) pero el tribunal castrense, inculpado el de de rebelión
militar y de crímenes contra la humanidad fue su abogado defensor (miles de
muertos y desvaríos en Cataluña que había que achacar a este personaje tan
nefasto como exaltado) lo condenó a muerte. sus cincuenta años de vida
recuerdan una de las peores páginas de la historia de España.
Juan Colubrí, como jurídico
castrense, actuó en la defensa de su causa y nada pudo hacer por él.
Casualmente y por una de esas peligrosas coincidencias de la vida, fue pasado
por las armas en el mismo lugar en que Companys había mandado fusilar el 23 de
agosto al general Goded que había secundado el Alzamiento Nacional. Donde las
dan las toman. La figura de este exaltado nacionalista miembro de la masonería
trágica figura (sus cartas lo revelan como un pobre payés de Lérida con poca
visión universal, puede que el gerundio Puigdemont sea su mismo retrato y siga
los mismos pasos
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