Francisco I un
papa humilde y orante (acertamos)
Todas las apuestas de la gran coerción mediática han
fallado. Es difícil leer el lenguaje del Espiritu Santo que habla por signos
proféticos. En nuestra modestia creemos que no fallamos en los augurios. Hablábamos
de un monje y los jesuitas aunque no recién el Oficio en el coro son auténticos
monjes, soldados de Cristo, lansquenetes de la catolicidad. Jorge Mario
Bergoglio no viene del Este sino de la hispanidad. Este bonaerense hijo de un
humilde ferroviario hincha del San Lorenzo de Almagro vocación tardía que entró
en el noviciado a los 21 años y al que yo conocí en una visita que hicieron los
del Máximo de Alcalá al seminario de Segovia para conocer una de las primeras
casas de la Compañía fundada por el segundo prepósito de San Ignacio. El padre Laínez
el verano del 59- no recuerdo su rostro sólo su acento porteño-, es un hombre
humilde que enseñó literatura aficionado a Borges y a otros escritores de las
lengua castellana le falta un pulmón y no da la imagen de jesuita arrogante sino
de padre humilde de esos que profesaban el quinto voto ignaciano de obediencia
al papa y la obediencia de cadáver al superior.
Pasó parte del tirocinio o prueba en el gran colegio de
Alcalá y eso imprime carácter. Yo también fui alumno de los jesuitas en
Comillas y allí conocí dos clases de religiosos de esta religión: el padre
Eguillor del que no guardo buen recuerdo y en el lado extremo el padre Heras,
el arandino que era un santo, mi prefecto.
Por causa de Eguillor he guardado ciertas reservas a los
jesuitas que no oculté. Sin embargo, el padre Bargoglio creo que pertenecía al
segundo ocupo, al de buenazo del padre Heras. Parece menos jesuita que
franciscano. Será un pontificado de volver a las raíces a las cosas sencillas
en medio de una iglesia en cambio. Su defensa de los pobres y de los
marginados, sus sermones contra la prostitución y el comercio humano, la nueva
esclavitud moderna, su aborrecimiento del matrimonio igualitario (homosexual,
que se chinche el marrano de Gallardón que lo cohonesta) lo que no fue óbice que
como defensor de la vida no haya denegado la comunión a homosexuales declarados
y confesos y ha bautizado a niños de madres solteras.
Eso puede ser una gran revolución que confundirá a muchos de
nuestros políticos corruptos y de obispos como Rouco que no han dicho ni mu
frente a los gatuperios del PP o del PSOE. En la casta o castuza mediática
española su elección ha caído como un jarro de agua fría. El ser humano está
por encima de los cánones y disquisiciones leguleyas.
Esperaban a un norteamericano
o a un Scola que suifuiera la tradición de papas italianos. Presencié la
elección en compañía de mi hija pequeña que se marcha a unos ejercicios. Los dos
nos abrazamos llenos de júbilo como aconteció en todos los conclaves que me
tocó vivir y se escapó de mis labios un ad majorem dei gloriam que es el lema
papal de San Ignacio. Para mayor gloria de Dios.
Los enemigos de la fe se quedaron bocas. Todas sus
previsiones fallaron en medio de este mundo empecatdo y rencoroso que nos
rodea.
No es la venganza y el rencor lo que caracteriza al mensaje
de Cristo sino la misericordia y el perdón. Por primera vez desde Alejandro VI
tenemos un papa que hable español. Bueno el famoso Borgia hablaba en valenciano
pero se consideraba español como su pariente san Francisco de Borgia el Duque
de Gandía que se metió a jesuita después de destapar el ataúd de la emperatriz
Isabel la más bella mujer de Europa en Granada.
Sic transit gloria mundi. Espero que a Francisco I no le
ocurra otro tanto como a su antecesor Juan Pablo I el papa de la sonrisa que
fue asesinado por la curia. Ese es otro temor que albergo en medio de la
alegría de esta hora miércoles, 13 de marzo de 2013. Que la Virgen de Luján le
defienda y guie en su pontificado
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