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martes, 22 de marzo de 2016

EUROPA HA DE ENCOMENDARSE A SAN MARTIN


SE EQUIVOCÓ LA PALOMA. SE EQUIVOCABA

 

 

De la paloma escucho los zureos, mientras se arrullan los palomos y las tertulianas largan y garlan sus espiches. Filatería que no cesa ¿Gozas, vida? nada, pues entonces algo huele a podrido en Dinamarca. La chica del autobús iba con un cartapacio y dentro de los apuntes en un cuaderno, como un marca páginas, llevaba un condón. La vida no es seria no demasiado serio y ahí estaba el obispo Ernesto con su pectoral de arrastre barbilampiño que a mí me recordaba al gran inquisidor de Dostoievski cuyo mensaje es apriorístico ni más ni menos que si cristo bajase a la tierra lo detendrían los obispos.
Luego supe de los engaños del mundo y de las mentiras de las mujeres. Yo no era más que un hijo de la piedra que en el devenir de mis días me juntaría con las hijas del arroyo.
Esta noche de San Martin acabamos de pasar la novena de  Ánimas y medio pueblo anda borracho como en el cuadro de Grügel para festejar al santo del caballo blanco "Panonius" y la buena capa. Una buena capa todo lo tapa y un día es un día, padres conscriptos, mercaderes que han vendido la patria.
Era san Martin un manipulario de la caballería romana al que se le apareció Cristo en forma de pobre y a la caridad entonces toda Europa se consagra. Un manipulario era un soldado raso pero él llegó a general y luego lo hicieron obispo de las Galias.
De mozo sabía utilizar el harpagón o gancho con que las acies disparaban contra las murallas y decía adelante y adsumus y al combate le seguían las mesnadas. Los pilorii marchaban al combate detrás haciendo uso de sus arcos lanzaban los dardos o trágula que portaban en la aljaba. En pos, la infantería con la emsis o espada, cortando  cuellos degollando las gargantas, golas y golillas del enemigo. Bien podía san Martin un soldado de Cesar combatiendo con los aquitanos en la guerra de las Galias. Llevando el pecho constelado de medallas y de signa militaria. Y como zapador abría zanjas et ad fodiendos puteos. No me lo tomen a mal, puteos no es puta en latin pero fodiendo es casi la misma cosa por la que todo la entendemos: excavar, meter la pala y sacar, porque fodere vale tanto como joder, y foederemocosuena mocosuenae▬, el sexo da asco, huele mal. No hay polisemia que valga que el latín es lengua expresiva.
Pozxhivaete, payalsta... Kak diela?
Xarashó▬.
Yo pronuncio bastante bien el ruso
Pero España es un solejar donde toman el sol los jubilatas.
¿Adónde vamos los licenciados de la existencia? A un banco del parque. Mejor a la taberna. Hay en Madrid buenas casas de conversación.
Si te quedas quieto, viene un guindilla y te manda a limpiar las cuadras de Augias. Tántalo habita entre nosotros y nuestras zozobras no tienen fin. Que de un tiempo acá andamos entre la cruz y el agua bendita y nos llaman carcas y meapilas Una más de Don  Tancredo?
▬No, gracias, que hoy tengo el hígado un poco revuelto

lunes, 21 de marzo de 2016

PASSIO DOMINI NOSTRI IESUCHRISTI


 

Se quejaban de que la Passio según Mel Gibson el cineasta que había sabido captar en sus tomas todo el pathos que arranca de la pluma de los cuatro evangelistas estaba ribeteada de crueldad. Por lo visto, tres personas habían fallecido de schock en diversos cinematógrafos del planeta. Oh boy. Era de nuevo la voz de Belial que se alzaba desde las losas del Lithostrotos. Crucificarle. ¿No oísteis? Ha blasfemado. Si eres hijo de dios baja de esa cruz. Ja jaja ja y los gritos de las turbas resultaban un contrapunto o las voces anteriormente escuchadas preteridas y derrotadas de los escribas y de los fariseos. La saña del grito. La rebeldía ante la historia que ellos pretendían construir como siempre con una sarta de hechos consumados poniendo cuñas y diferencias – es lo que supieron hacer siempre- entre el cristo histórico y los evangélicos. Separar a las naciones, sembrar de cizaña las naciones. Volcar todos los carros.

Y ya se sabe. A carro vuelco y ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor todos son carriles. Era la eterna monserga que echaban por televisión pasándonos la pluma por el pico. Decían:

       -El invento es nuestro. Es la maquina de la verdad la que está en nuestras manos. Os vais a enterar de lo que cuesta un peine, coleguitas.

       -¡Habrase visto!

       -¿Qué?

       - No me retruques, burcieras.

Y había que filmar furores y que retratar funerales para que se cumpliera la frase hecha de “estamos buenos”.

       -Eso no es una frase hecha. Es una profecía.

       -Lo que tú digas

Por lo visto no tenían otra cosa que hacer que mondar momias y entregarse a las disquisiciones inanes. Explotaban el morbo como nadie. Dijo un inglés:

       -They rule by the law of fear and terror[1]

Pero he aquí que todo esto no eran más que las consecuencias del doble lenguaje. Servían a dos señores. Estaba claro. Era la nueva semántica de las dos mitades. La del yin y del yen. Habían escrito previamente todos los formularios y vivían en su pagoda rodeados de una corte de humo de incensarios. Nos lavaban el cerebro con sus monsergas. Nos aturdían la cabeza. La gente escuchaba la lista de desastres como el que escucha llover. Se había acostumbrada a su ración de cicuta en cada diario y tal es así que si no le daban el postre de bajas de nuestras guerras globales – Irak era un referente macabro de edificios que saltaban por los aires y de chiitas que salían en camilla los cuerpos destrozados al sol de las riberas del Eufrates y del Tiflis y de plañideras tapadas que se golpeaban el pecho o la cabeza con desesperación ante los deudos fallecidos. Eran carne joven y todo tenía un aire dantesco y apocalíptico.

Se había acuñado la frase de ejércitos de la concordia lo que no dejaba de ser un contrasentido los ejércitos y cohortes son para la guerra y no salen a campaña sus legiones para repartir rosas sino para dar palos. Una mentira por tanto. Lo que antiguamente se denominaban tropas de desenganche ahora eran formaciones de avenencias que combatían la desavenencia a cañonazos pongamos por caso en Afganistán. No se hablaba del enemigo. Los que estaban al otro lado de la trinchera eran los violentos. Paz significaba en realidad guerra en la nueva jerga. El muevo lenguaje.

El gran hermano era un señor de luenga barba partida que portaba ora chistera ora turbante y montaba en un caballo blanco. El nuevo matamoros se había pasado a la otra calle y era el mito santiaguista redivivo en versión de fiesta dúplice o matacristianos.

-       Eso es un montaje. Mirad que blanca tiene la chilaba ese morito. Cómo cabalga al trote cochinero qué blanco tiene el alquicel. Parece un fantasma. Es una visión.

-       Se parece a Jesucristo. Un Jesucristo al revés que empuña un kalashnikov predicando el odio y la reconquista de Granada.

-       Ahí hay mucho adobo. Es un buen lanzamiento publicitario. ¿Quién es don Ben? ¿De quién es hijo?

-       De don Laden.

-       Pues a ese don Laden sólo lo conocen en su casa a la hora de comer.

Había hecho aparición aquel anticristo entre noticias inquietante sobre cambios climáticos, mutaciones genéticas, alteraciones de la linfa y el aura. Se conoce que los diseñadores de imagen habían hecho su labor de campo y se habían leído bien la última parte del NT. Y rodaban películas porque el thriller también vende con títulos como Apocalipsis now and Apocalipsis when? Una lazada para cazar incautos y áteme su Merced la mosca por el rabo.

El ángel negro descendiendo a la piscina probática había agitado las aguas y las cristiandades andaban revueltas. Por los rincones de Cuniculandia proliferaban las bandas que llamaban del Este que se dedicaban a desvalijar pisos y segundas viviendas y asaltaban a los pensionistas cuando salían de los cajeros con su magra mesada en el bolsillo. Llenaban la penillanura de chiringuitos de carretera y allá donde había rastrojos y alguna tenada construyeron puticlubs y burdeles adonde iban a desfogarse palurdos y había turismo sexual a encontrarse con las visitadoras y bajaban desde las Galias. La actualidad era una perenne crónica de sucesos y hasta se vio una vez en tales antros a un espástico de tullida minusvalidez. También los disminuidos físicos tenían derechos al alterne y a los favores sexuales y contrataban a una beldad rusa para subir un ratito. ¿Cómo lo haría? El cliente en cuestión llevaba un fámulo o johny que empujaba la silla de ruedas. Era lo más chocante que vi en mi existencia. ¡Dios mío cuantísimos pecados!

El ayudante de campo por lo visto tendría que asistir a la operación y hacer las voces de mozo de cuadras como cuando mi abuelo iba a la parada a echar la yegua al garañón y había un experto que coronaba a lo largo de tan aparatosa faena embrocando el miembro del garañón en su lugar. Y en la barra un forajido se lamentaba sin cesar de llorar y de que ninguna daifa le hablase en su lengua.

       -Todas son rumanas.

       -Las rumanas la chupan con ganas

Cadalsos y cadáveres. Los mitómanos se ponían las botas. El esperpento lo daban a calderadas. Y en Guantáno torturaban y venían de aquella cárcel penitenciados luciendo el traje de rayas y andando penosamente esposados y maneadas sus extremidades superiores e inferiores como si fueran acémilas en pasto caminando con dificultad a causa de la pihuela que impedía el libre juego de las piernas.

Pero los reos no eran pasados por las armas como corresponde al código de justicia militar. Los sentaban en la silla eléctrica o les ponían una inyección letal.

El enemigo escogió a posta la celebración del quinto centenario de Isabel de Castilla para afirmar que España había dejado de ser católica.

A ese callejón sin salida habíamos ido a parar con los embustes de las tres culturas y el papa propter metum Judeorum se palpaba los fondillos de su sotana. Él tenía miedo a perder la prestamera. La silla apostólica tenía que contemporizar y el proceso de canonización de la reina santa quedó bloqueado.

Era vidente que habían puesto en la silla del pescador a uno de su cuerda o que el usurpador era un grande bribón con muchas ínfulas. En las altas esferas se había apagado la llama del cenáculo aquella que decían novio a los primeros apóstoles a hablar en lenguas de fuego. Hombres de poca fe. ¿Por qué vaciláis? Aquel miedo, aquellos respetos humanos depararon la confusión de babel. La familia arrastraba un estigma destructivo y los hermanos andaban poseídos por la falta de amor. Fámulo traía mal fario y desgracias terribles. Mejor que no te acerques majo.

       -Barrujo Arije, tu mujer padece un cáncer de tiroides.

       -Ay dios mío que habré hecho yo a dios- gritaba desconsolado como un nuevo Job.

Y la casa se deshizo y la familia se murió y llegó el sembrador de las discordias y arrasó sus campos de sal pero Barrujo paciente y resignado movía la cabeza con pena de sí mismo murmurando entre dientes tan sólo:

       -Él me lo dio. Él me lo quitó

Tal vez tuvo mala suerte. Algún antepasado que él desconocía debió de cometer un pecado tan horrendo que atrajo la enemiga del señor. Resignación Barrujo Arije y el pobre Barrujo bajaba la cabeza mientras sus dedos pasaban las cuentas de su rosario. Toda aquella cargazón de desgracias contra su pueblo la verdad que no era cosa normal pero dicen que los caminos de Yahwé son inescrutables y en sus designios misteriosos Él debe de hacerse otras cuentas. Sus números van por otro cómputo diferente.

       -Alguien te hizo un hechizo.

       -¿Al nacer?

       - Sí, al nacer. Sería que mi madre se cayó de la burra y por eso.

       -Por eso ¿qué?

       -Que yo viene al mundo con un dedo de más.

Había que acatar la norma y someterse a los designios de los flamines del Tercer Nivel. Los del Tercer Nivel. Esos eran los culpables. Los nuevos sacerdotes de Apolo aquel domingo de ramos se dedicaban a predicar el mestizaje y el colonialismo del revés. Saltó una bomba en un piso de Leganés  murió un GEO y los que estaban dentro se inmolaron. Oh que historia más peregrina luego unos desconocidos entraron de noche en su tumba y esparcieron sus restos por todo el cementerio, un nuevo episodio de los métodos sarracenos al menos es lo que quisieron contarnos los de la televisión llevados de la mano de los expertos y propaladores de consignas del Tercer Nivel. Se suicidaron todos musitando oraciones fantásticas y con las suras del coran en los labios al grito de Alá es grande. El personal volvía a tener bastante miedo. ¿Habría que creer a aquella historia o ponerla en adobo como lo del caballito blanco de Santiago o el alquicel flotante del Hijo de Laden? En cualquier caso muy fuerte  semejante caso de suicidio en manada entre recitaciones sagradas.

Estaban en un tiempo de subversión de las conciencias, tiempos solidarios y poco caritativos en que habían venido los que vendían viendo en cápsulas. Bastaba con soplar los odres de neptuno y tomar viagra. Se reían los buhoneros de las azules cápsulas romboides de la falta de ganas. Sois todos unos impotentes.

       -Pero qué es este cachondeo oigan.

       -Belial que se descojona.

Aquel domingo de ramos laico se hizo una foto en el castaño joven que plantó recién llegado a habitar la casa vestido de nazareno. Le caía bien la túnica sagrada pero estaba un poco gordo. El cíngulo de la hermandad lo había comprado en una tienda de objetos religiosos cerca de Mayor. Imágenes y lamparillas y rollos de  cortes de tela para hacer hábitos de todos los colores. Los pardos de san Antonio, los morados de Medinaceli, los azules de la Virgen los negros de la virgen de los dolores. Esas prendas se las ponían los que salían de presidio o los que se libraban de una enfermedad en los años de posguerra. Madrid era muy santero y estos negocios que un día tuvieron su áquel iban de capa caída. Como es natural.

Siempre desde niño le tenía afición a las procesiones semana santeras y salir detrás con los pies descalzos acompañando al paso. Era domingo de ramos y se puso a cantar la passio en la esquina de las descalza. Tenía una hermosa voz de diacono. Un argentino se le quedó mirando y le ofreció una limosna.

       -No, gracias

Vestido de nazareno sentía con más fuerza su fracaso, el exilio interior de que era objeto, las puertas que se cerraban. Sin embargo el timbre de su voz lanzan a los aires embalsamados de primavera de la tarde de abril el mensaje perenne urbi et orbi. Estaré con vosotros hasta que haga falta. Era un mensaje políticamente incorrecto. Los hijos de Belial se revolvían indómitos llevados por todos los demonios. El hijo de Julián Marías escribía artículos incendiarios contra estas manifestaciones públicas de fe callejera que cerraban el camino de la estación. ¿No corren tiempos laicos? Y lo que apuntaban los detractores y renegados es que los desfiles vistosos les recordaban el franquismo y no había derecho. Sencillamente era algo obsceno. Y las víboras asomaban su mortífera cabezota triangular por entre los tallos que ocultaban sus madrigueras.

       -Dalas en el cogote. Esos reptiles con plumas de mujer ningún derecho tienen a vivir. Descabeza a la serpiente. Es para lo que viniste al mundo.

Escribía bien de las procesiones pero la bibliotecaria de Logroño escribía en el foro insultos contra él. Era una laica de derechas muy comodona y algo buscona de amores tibios o narcisistas por Internet. Las soflamas y las amenazas anticristianas estaban de moda en aquel Madrid profano antiguamente rompeolas de las Españas y ahora aparcadero de gentes llegados de todas las partes del planeta, batiburrillo de todas las etnias y razas. Pero era así como lo querían, según va dicho, los agentes del Tercer Nivel Subrepticio que ya no lanzaban minas por debajo de los muros de la ciudad universitaria. Se limitaban a predicar el mestizaje y a limpiarse las posaderas con la roja y gualda. Los copinos se desgañitaban desde los micrófonos de los curas ya ve usted. Había que envenenar al pueblo. Y un heredero de Mendizábal creo que era vice tataranieto se emborrachaba en el bar de la rumana que la chupaba con ganas según decían detrás del mostrador. Los apóstoles del criollismo al revés habían regresado.

Largaban sus sermones mediáticos y políticamente correctos en forma de planchas. La pasión de Cristo caía fuera de los predios previstos por el nuevo orden. Pertenece a la orbita de la iglesia prevaticana y los judíos de Jolivu le negaron producciones y hasta amenazaron con matarlo. Había que pagar el portazgo a los amos de la venganza y del ultraje a la cruz. Si eres hijo de dios desciende de la cruz.

Las carcajadas sonaban diabólicas desde el gólgota y se esparcían desde el valle de Josafat hacia todos los rincones del planeta. Pero como se atreve ese hombre.

       -Os ha llevado la contraria. Es vuestro verdugo. Vuestra maldición.

       -Antisemita

       -Hijos de Anás y de Caifás. Los nazis no acabaron con vuestra simiente perversa. Por eso andaréis errantes por el mundo.

Se recogió en su cuarto y por la señal de la santa cruz cantó en latín: “Passio Domini Nostri Jesuchristi secundum Marcum”.

Sonó en su labio la narración del evangelista como un desafío a las fuerzas oscuras que buscaban el desquite por el deicidio cometido aquella tarde en el Monte de las Calaveras. A las tres cuando iba por el pasaje doloroso e inclinato capite emissit Spiritus[2], escuchó un rumor e n el jardín. Eran las palabras de perdón. El verdadero holocausto. No hubo otro.

Pero estamos en un tiempo en que se cumplen ciertos amargos designios. España es la princesa de los tristes destinos. Estamos copados. No hay salida en el club de los poetas muertos. Dentro de lo malo le embargaba la amarga satisfacción de no haber marrado el pronóstico puesto que a lo largo de su obra había formulado aquellos vaticinios. Eran libros inéditos y anepigráficos  intensa labor de grafómano. Los fue dejando dispersos (sus pensamientos) a lo largo de páginas dispersas de su existencia con sus pervigilios anteriores. Un mal barrunto, el aleteo de un cuervo, la mala sombra o la peor entraña-una herencia siniestra que les tocara en suerte-conjuraba el mal fario. Todas estas cosas sensibles e insensibles visibles e invisibles voluntarias e involuntarias. Montón de pecados juntos donde se arracimaba la culpa – toda la culpa del mundo. El corazón de Arije sudaba sangre. Era un diácono a la antigua usanza. Se había cruzado la estola cuando venían mal dadas. Cuando todo era acechanzas. Su vida `personal permanecía yunta con la del Señor. Pero estaba todo muy confuso. Turbulento. El amo de los anillos y la luenga barba enredada agitaba el bastón subliminal. Me hablas de tu vida y ella es un siniestro total. Lo cual  que para al viaje no necesitábamos alforjas. Pero ¿por qué aquella obstinación contra el cristianismo? Él no los sabría explicar. La verdad. Has de romper el halo del maleficio. ¿Cuál era el secreto de aquel mal de ligadura misteriosa? Jamás he podido quererte. Me traes desdicha, mal fario. La suerte y las sirtes. Evil exists. El diablo existe. Su presencia la detectaba Arije con una especie de antenas que tenía para lo paranormal. Estan pariendo ómenes nefastos. Quería huir pero ¿adónde? No hay salida. Pensaba por ejemplo en el rito de consagración de los elegidos. En contra de los supuestos que se manejan ahora mismo, él creía en el poder reparador y sanador de la liturgia. De ella nacía el fervor individual y por eso mismo se había ordenado de diácono. Para pregonar a Cristo públicamente y con todas sus consecuencias.

Y la vida sin liturgia, sin ceremonia, sin pasión ni rito, es nada. Estaba contextuado e indagada por él a lo largo de muchas horas en que robó al sueño su cometido para entregarse a disquisiciones centrífugas y centrípetas. Extrapoladas del mundo en que vivía tozando su pasión escapista de marcharse al yermo. Huyendo de aquella soporífera esposa que le deparó el destino y de los hijos que le insultaban. De los vecinos que le hacían momos cuando caminaba hasta la parada del autobús con lentos andares cansinos. Aquel lento deambular debió de espantar a los gusanos freudianos que pululaban por doquier. ¿Adónde vas tu, chico? Mírale. Se mueve como un asesino. Esa depresión suya es la de un asesino



[1] Gobierna por la ley del palo y el terror
 
[2]  e inclinada la cabeza expiró

sábado, 19 de marzo de 2016


Redde mihi domine stolam, inmortalitatis quam perdidi. Y, al decir esto, el cura de Riofrío besa la estola. Merear domine portare manipulum fletus et doloris  (merezca yo portar el manípulo del dolor) dice, acto seguido, el preste al colocarse el manipulo y renace un tiempo viejo entre las cajoneras y los espejos ustorios de la sacristía.

Es el arranque perfecto para una misa cualquier domingo del siglo XIX en la España profunda. En la iglesia el pueblo aguarda. Tocan las campanas y delante de la grada formula el cura, embutido en una casulla guitarrera, el rito de salutación eterno: introibo ad altare Dei,  entraré al altar del Señor. Los feligreses el aire aburrido escuchan las oraciones bisbiseadas por el clérigo de forma mecánica y atropellada. La feligresía mira con cara de circunstancias.

Es el momento en que al pasear la vista por el concurso en todo un travelín (el escribano, el médico, el secretario, el juez de paz, la pareja de la Benemérita) sin cámaras descrito hábilmente por la pluma tan capacitada como la de Armando Palacio Valdés topa con la mirada huidiza de  su amada Rosa la Molinera.

Andrés es un periodista madrileño que ha venido a Asturias a casa de su tío cura a reponerse de una incipiente tisis. Protagonista Andrés Heredia y, deuteragonista la del Molino, van a experimentar en sus vidas un soplo siniestro (pathos) y sucumben al dictamen de la fuerza de un hado fatal. ¿Asturias paraíso o infierno?

El escritor de Entralgo es un maestro de la novela psicológica y sociológica. Obras como “El Cuarto Poder” “La Aldea Perdida” “La Fe” “El Maestrante” constituyen un zócalo en el que se estructura la vida española con el advenimiento del progreso (las minas, el ferrocarril, el voto directo. El periodismo, los partidos políticos) y en parte desmonta el mito de Asturias paraíso natural. En esos pueblos perdidos en esos concejos a trasmano y en esos valles recónditos se esconden las pasiones de cuyas garras no podrá escapar el ser humano: la avaricia, la gula, la intolerancia, los prejuicios de casta, la lujurio, el fanatismo religioso, la violencia.

Palacio Valdés, que ha sido mal leído y mal interpretado como escritor de derechas quizá porque añorase las costumbres patriarcales del viejo Avilés, presenta en sus novelas un denso calado  de encrucijadas anímicas que lo acercan a los grandes maestros rusos y franceses.

Tampoco en él, como en Asturias, —esa Asturias a la cual supo describir y buscarle las vueltas encontrando bajo esa superficie afable el estro trágico de los duendes los nuberos y las xanas— nada es lo que parece.

Con el sambenito de “carca” fue detenido en el Madrid rojo de 1937 feroz mes de noviembre y acaso fusilado (oficialmente murió de hambre) pero su inmensa obra que no ha sido evaluada ni catalogada en su totalidad está cuajada de crítica social, pone en berlina a los caciques, fustiga al clero indocto verdaderos verracos con sotana que padreaban por las aldeas y contribuían a mitigar la despoblación demográfica, llenando sus parroquias de “fios” naturales, caricaturiza a los indianos que regresan a morir a la tierra hablando fino y con acento de azúcar de  dengue, grandísimos usureros que hacen prestamos al 25 por ciento, critica la brutalidad de los rudos labriegos que maltratan a sus mujeres y a sus hijas. Se mofa de los veraneantes.

Surgen pleitos y malquerencias por un mojón y por una linde. Aparece un campesinado irredento que labra las tierras en aparecería a un terrateniente residente en Madrid que jamás pisa la comarca.

Como un profeta este maestro de la narrativa que es bronco y certero en sus novelas de ambiente rural asturiano, y afable y simpático, en contrapartida, en las de ambiente andaluz, como la Hermana San Sulpicio  o Riverita  — se dice que han sido un asturiano Palacio y un gallego Cela los grandes cantores de Andalucía— va desbrozando la madeja que abocará a los españoles a la guerra civil de la cual él fue victima.

El Idilio de un Enfermo presenta una dinámica de arriba y abajo —upstairs, downstairs— dos lineas paralelas que jamás podrán encontrarse y ese desencuentro adquiere un carácter trágico entre un amante señorito y una muchacha aldeana a la que seduce y acaba raptando. Buena novela costumbrista. Hoy ya bi se encuentran escritores con ese talento narrativo de nuestros escritores decimonónicos. La lectura de cuyos libros apenas requiere esfuerzo. Es la clásica escena del nido de amor en el hórreo al amor del narvaso y cerca del pesebre donde rumia el ganado, bucólica escena pastoril.

No por trillado lugar común  menos efectivo recurso de la novela del XIX. El molinero Tomás padre de la muchacha quería casarla con su tío el indiano. Choque de pasiones encuentro de voluntades pero, entre medias, el arte.

Una buena novela, y pocos lo logran, es como una buena misa cantada (introito, ofertorio, lavabo purificador, anáfora, consagración, epicrisis bendición y despedida.) Y las novelas del maestro de la Aldea Perdida tienen eso y mucho más: humor, descripciones potentes como el de la misa dominical, la romería, el encuentro amoroso en el establo nido de amor. La fuerte prosopografía o pintura de la cara y a través del rostro penetramos en el alma de los personajes: el seminarista Celesto terror de las mozas del concejo un sátiro que promete acabar con su vida crápula en cuanto se ordene de subdiácono (entonces sanseacabó pero ¿Cuándo vendrá ese día?), la agnición o reconocimiento mediante algún tic personal como el del cura de Riofrío que el hombre no se explica bien en sus sermones,  recurre a latiguillos como ya me entiende usted, y ¿estamos?

Para paliar su poca capacidad retórica,  acababa llamando modorros y escribas y fariseos a sus parroquianos que dejaban el precepto dominical para ir a la hierba. El azimut de la narración se alcanza en la descripción de la romería en honor al santo tutelar: tambor y gaita, ramo, procesión, suena la Marcha Real a la hora de alzar, corra la sidra en el tonel, estallen voladores en el ferial y atruenen los compases de la danza prima, a los gritos del ataruxo y del ijujú. No faltan tampoco los palos pues era costumbre, el mocerío de aldeas rivales ha venido bien prevenido con garrotes de siete ñudos, tiemblan las navajas en bolso por un quítame allá esas pajas. Culto a Dionisio, a Venus, a Marte y a Baco y todo aboca a un final lamentable cuando por la senda aparecen los civiles que llevan preso al protagonista acusado del rapto de la molinera. Desaparecen en un recodo de la calella entre el polvo del camino y el fulgor de los charoles. Pero que no decaiga la fiesta. El seminarista Celesto que está a punto de recibir órdenes sagradas y decir sanseacabó a su vida disipada se enzarza en una discusión teológica con el excusador sobre el concepto escolástico de sustancia y accidente. La porfía sube de tono y están a punto de resolver sus diferencias a vergajos.

Algo vale que el mucho vino trasegado les hace de nuevo sentirse amigos y regresan a casa cantando viejas tonadas del país algo traspuesto, melancólicos, y borrachos. El que va de romería se arrepiente al otro día. Otro año más; nadie puede atrapar con las manos al tiempo que se va.

Un halo trágico — como en la Iliada en la eneida cuya estructura épica trata de imitar Palacio en su narrativa— se condensa como un aura ineludible sobre los lances e intriga de la trama y ya no podrán escapar los personajes a las garras del Destino: “oiga, Celesto, quien es aquella chica la del pañuelo negro y los corales en la garganta… ah sí la hija del Molinero… no piense usted en ella don Andrés, le daré un consejo… es una yegua”... Adraganto y Queronte aguardan. Rosa, expulsada por su padre de casa, se va a servir a Oviedo y luego acaba en la prostitución.

Andrés, de regreso a Madrid, reanuda su vida de crápula. La tuberculosis se apodera de su organismo y muere al año siguiente de sus vacaciones en Riofrío, a causa de un vómito de sangre. Nada es lo que parece. Pese a las predicas de moralistas, reformadores y sociólogos, la condición humana permanece invariable. Todo sigue igual. Sólo puede redimirnos el Arte.

jueves, 17 de marzo de 2016

mi libro 666 es profetico a la vista de la situación española y la crisis de los refugiados. La destrucción del humanismo cristiano ha insalado la mentira y la coacción

martes, 15 de marzo de 2016

presentación de CORRESPONSAL EN LONDRES. De qué va la cosa.


 

Antonio Parra tuvo un sueño: ser corresponsal en Londres y ese sueño se materializó recién terminada su carrera de periodista y filólogo, a los 28 años. Una corresponsalía en la capital británica viene a ser como el mirlo blanco de los que ejercen esta profesión de juntar palabras y contar la historia desde un punto de vista personal y sin cortapisas. Actualmente, la figura del corresponsal diplomático ha desaparecido.

Sin embargo, Antonio Parra, tuvo la suerte de haberse embarcado en las tareas de una corresponsalía como el último bucanero.

Y también tuvo la dicha de habitar una casa con fantasma en el barrio de South Kensington. Era el espíritu del Conde Kelly, el cual algunas noches, picaba a la puerta y daba golpecitos en la pared, o se recogía en la bodega donde el periodista tenía el télex para enviar sus despachos a Madrid.

De una manera oblicua, intensa y rápida, y haciendo gala de un estilo moderno, no exento de ironía, el autor va narrando episodios de sus vivencias en aquella Inglaterra Feliz, la de los Beatles, la de las queimadas de Manolo Fraga en la embajada, los pactos, los consensos y contubernios, el amor, el desamor, desde el recuerdo de un tiempo que no volverá, sino a través de la magia de la literatura. Como dijo un primer ministro británico, “nunca lo tuvimos tan a huevo”.

El autor aborda el tema desde planteamientos poco convencionales y a la contra, de cómo se maneja hoy la “pulp fiction” de novelistas garbanceros y pedestres. Antonio Parra, testigo de cargo de aquella época, es una voz que merece ser escuchada.    

sábado, 5 de marzo de 2016

UNA AUSTRIACA PONE EN FUGA A UNO EMIGRANTES QUE QUERIAN VIOLARLA Y ROBARLE EL COCHE

Woman fights off migrant sex attackers and robbers - then carjacker strikes in triple hit

AN Austrian businesswoman has issued an emotional warning urging women to go on self defence courses to protect themselves after she bravely defended herself a sex attacker and robber, only to then come under fire from a carjacker.

Rosita Kohzina claims she had her handbag snatched, her breasts groped and was forced to fight off a violent carjacker in three separate attacks by migrants in her home country.
In an emotional video she posted online, Ms Kohzina said: “I am really seething.
“And I don't want anybody to tell me I'm making this up and that it never happened.”
Clearly distressed, Ms Kohzina told how she was forced to fight off a carjacker who tried to force her to open her car doors as she stopped at a set of traffic lights on a trip to Vienna. 
Rosita decided to come forward about her experiences to urge other woman IG
Rosita decided to come forward about her experiences to urge other woman
Ladies, I would urge everyone to do a self-defence course, there's a lot being offered at the moment
Rosita Kohzina
The carjacker pounced just moments after she fought off a bag-snatcher and another man who groped her breasts.
Visibly crying, Ms Kohzina says when the man failed to get into her car, he rolled on to the roof and then attacked another woman who was walking down the street, shoving her before escaping.
After parking up, she decided to issue a stark warning to fellow women.
In a furious online rant, she said: “Listen ladies, I've just recently been forced to make the acquaintance of some of these non-Austrians.
“First of all I've had to defend my handbag and my iPad. Fortunately I managed to defend myself, but I still don't find the whole experience cool.
Rosita was visibly distressed and emotional IG
Rosita was visibly distressed and emotional
“And just now, somebody tried to get into my car which fortunately I had locked from the inside.
“He was so annoyed about it that he then trampled on the roof, and it was difficult for me to control myself.
“Fortunately I managed to keep my common sense and stayed seated inside the vehicle.
“He, however, was clearly not content to sit still, and a completely innocent woman who had nothing to do with the incident ended up being flattened.
Woman have been urged to go on a self defence course IG
Woman have been urged to go on a self defence course
Rosita was on her way to Vienna GETTY
Rosita was on her way to Vienna
"That was just because he was angry that he couldn't get into my vehicle. I have to say that was too much – even for me.”
After the distressing ordeal, Ms Kohzina urged women to attend self defence courses because the problem will only get worse.
She said: “Ladies, I would urge everyone to do a self-defence course, there's a lot being offered at the moment.
“It is not the last-chance saloon anymore, at least not for us women.
“We are simply not safe anymore. I am sure that many of you don't realise you can help yourself, many of you are sitting at home worried about going out or travelling in the car

DE SOCIETATE JESU


ESPIRITUALIDAD IGNACIANA NOTAS CUARESMALES

 

Envuelto en la ceniza y el polvo a los que revertiré, tiro del cajón de la memoria; Allí están las notas cuaresmales, reflexiones de mi adolescencia, cuando, imbuido del carisma jesuítico, quería ganar almas para Dios. Mi formación adolescente tiene la culpa de ese altruismo puñetero y un poco egoísta que me domina aunque me consuela saber que de los limpios de corazón es el reino de los cielos y Dios se apiadará del pecador en el día de cuentas. Colijo al cabo de muchos años que la clave del éxito ignaciano estriba en el “Gnosce te ipsum” de los griegos, da de lado a las pasiones, refrena tu lengua controla tus ojos, ayuna, calla y reza.

Cuando fue encarcelado en Alcalá bajo sospecha de tener contactos con grupos de alumbrados y acusado por dos mujeres santeras, el santo fundador exclama:

—Jamás hubiera podido creer que fuese motivo de escándalo hablar de Cristo a los cristianos.

Ignacio topa con el oscurantismo popular y con la iglesia oficiosa contra la cual entra en rebelión.

En Salamanca tampoco le fue mejor y tuvo que huir montado en una mula camino de París.

Con este analfabetismo cristológico va a topar otro predicador evangélico George Barrow Don Jorgito el Inglés que denuncia la negligencia e ignorancia de parte del clero sobre asuntos evangélicos.

Ignacio es como buen vasco terco y alienta pensamientos de contrarreforma.

Su objetivo primordial fue evangelizar al clero. Quería una revolución desde arriba.

El Día de la Asunción de 1534 en la basílica de Montmartre se ordenan los primeros jesuitas (Fabro, Aqua Viva, Suarez, Javier y él.)

El programa del nuevo ejército es seguir abrazados a la cruz de Cristo, muertos al mundo y a sus vanidades. “Homines mundo crucifixos homines novos qui suis se affectibus exuerint maximam gloriam Dei intuentes”.

La clave del programa es la renuncia a sí mismos y la búsqueda de la gloria del Crucificado.

El pensamiento revolucionario se centra como sumario de las constituciones: hombres nuevos, desligados de la vanagloria y corrupción del mundo. Es el objetivo de su camino de perfección o terceronado. Resucita una palabra del latín castrense para formar a los miembros de la Compañía: tirocinio (lat. Reclutamiento.) Forman parte de los nuevos caballeros de la cruz.

Iñigo de Loyola había asimilado en los libros de caballería, tan de su gusto, la filosofía templaria, esto es; la militancia activa.

La base del culto al Sagrado Corazón de Jesús propalado por los jesuitas por toda la cristiandad se compendia en una famoso soneto anónimo escrito por un converso:

No me mueve mi Dios para quererte

El cielo que me tienes prometido

No me mueve el infierno tan temido

Tú me mueves, Señor, muéveme al verte.

Clavado en una cruz y escarnecido

Muéveme el ver tu cuerpo tan herido

Muévanme tus afrentas y tu muerte

Quizá porque fuera un aristócrata san Ignacio no es un santo milagrero ni popular. Sólo promete la cruz y la renuncia a sus seguidores y un cierto desapego a las devociones y practicas del vulgo. En esta antipatía reside la clave de su eficacia. Muestra una adhesión ciega a la soberanía de Dios y frente a las criaturas formula absoluta independencia y libertad de acción.

He aquí pues un santo de rostro duro pero eficaz. Recomienda a sus discípulos ser dóciles a la llamada del Espíritu Santo y en cuanto a las cosas de la tierra “todo en tanto en cuanto”. Es la famosa impavidez jesuítica que se planta delante de las apetencias de la carne. Lo que no es óbice para que luego sus hijos, indiferentes a los halagos del nombradío, la belleza, la salud, las riquezas o la fama, se infiltren en los sectores del poder y del dinero jugando a todas las barajas que puedan darse pero teniendo siempre presente el “ad majorem dei gloriam” que acuña el anagrama jesuítico.

Hemos de “vernos libres de los negocios exteriores para vacar de la eterna sabiduría y no busquéis el oro de monederos falsos”. Porque no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague.

La espiritualidad ignaciana es una espiritualidad combativa surgida del arrepentimiento de una soldado que fue palaciego y cortesano en la corte de doña Germana de Foix la segunda esposa del Rey Católico, de Arévalo. Está imbuida del espiritu caballeresco que idealiza a la mujer mirando para la imagen de la Virgen María.

Observador minucioso de sus intercadencias todo cuanto se le pasaba por el magín lo anotaba en un papel. Su principal hallazgo a este respecto es la santa indiferencia.

Mortifica su orgullo escribiendo que los fracasos se los debe a su incompetencia y que sus triunfos, que fueron sonados, (se apoderó de la Roma corrupta y cortesana) fueron obra del Señor.

Papini señala que la clave de la popularidad de los Ejercicios está en haber construido un mundo que alienta bajo la presencia de Dios.

Esta presencia significa composición de lugar, un artilugio mediante el cual el orante se desplaza a la tierra de Canan, escucha las palabras de Cristo, lo ve. Pegó tan fuerte esta creencia que los grandes pensadores con el mismo Lenin a la cabeza, han utilizado las técnicas ignacianas para la conquista del poder.

El jesuita tiene fama de ser riguroso en la doctrina (esto puede observarse en el papa actual) pero indulgente con las personas. Ello puede derivar en acusaciones de laxismo con que tacharon los frailes a los jesuitas.

La cuestión es: no se puede dominar el mundo para Jesús sin mantener atadas las riendas del poder político. Eso idea fue un vademécum orientador de la S.J. durante varios siglos.

Ahora en un tiempo de materialismo laico a lo mejor el papa Francisco tiene que sacarse de la manga otros procedimientos para dominar a la Bestia, y ganar a la Bestia es vencer la concupiscencia del mundo. Del orgullo, del demonio y la carne.

Iñigo de Loyola viejo soldado de los tercios de Flandes es el adalid de la fuerza de la voluntad. Porque dice que la santidad requiere un gran esfuerzo. Se entra por angosta puerta en el cielo.

Contra la creencia de los luteranos que, falsificando un texto de san Pablo, establecen que la concupiscencia humana es invencible y que sólo se puede redimir el cristiano por la gracia santificante (fe sin obras) el fundador de la Compañía de Jesús  en contra el pensamiento luterano opina que el poder de la gracia, la oración y la mortificación sufren las carencias de la naturaleza. A Dios rogando y con el mazo dando que bien lo decía Santa Teresa.

rusia es fuerte con sus mujeres bajo las armas

viernes, 4 de marzo de 2016

BESOS Y ABRAZOS NO HACEN BODA PERO TOCAN A VISPERAS. ESTO ES LO QUE DICE DE LA LETÇYENDA DEL BESO UNO DE LEON


Beso en los morrines

 

 

 

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al trasluz eduardo aguirre    

04/03/2016

 

 

 

           

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He visto películas mudas con más diálogo que este debate de investidura. Faltar al rival no invita a sentarse a dialogar, sino a liarse a sillazos. Don Mariano estuvo faltosiño, cierto, pero fue en respuesta a ataques previos, pues a algunos sólo les faltó responsabilizarle de que el Real Madrid no vaya a ganar la liga. ¿Esperaban que repartiese percebes? Con retranca gallega le reprochó a Pedro Sánchez ser de quienes primero dispara la flecha y luego coloca la diana. Corcuera preguntó en una tertulia: «¿Y por qué se sorprenden de que Rajoy estuviera brillante? Lo es». El exministro socialista se mostró orgulloso de pertenecer a la «vieja política». Podemos trae consigo novedades que son de hace mucho; entre ellas, el beso. Pablo Iglesias y Xavier Domenech se dieron uno en los labios. «¿En el gallinero?». No, señora, en primera fila. «¿A tornillo?». Tampoco, aunque Iglesias dirija La Tuerca. En los morros. Para unos se debió a un fallo de puntería, pues iba dirigido a las castas mejillas; para otros, fue un calculado golpe de efecto, pues las fuerzas progresistas cuando besan no lo hacen por frivolidad. Domenech le dio además un azotín en el trasero; ahí ya, al separatista le traicionó la confianza. Si llevaban horas juntos y se besaron, ¿qué harán al reencontrarse tras las vacaciones? Se nos quedan en gayumbos.

 

En León, se unieron AP, CDS y PSOE para echar a Morano, quien había ganado las elecciones. Uno mismo cuando coincidía con Maxi Cañón le preguntaba con retranca madrileña: «¿Qué tal va el Pacto Cítrico?». No existía la formación naranja, pero dos años después el acuerdo era zumo. Iglesias ha declarado que Rivera debió fotografiarse junto a La rendición de Breda, en vez de con El abrazo. Según el líder de Podemos, en el cuadro de Velázquez se representa una capitulación con tragaderas. Se confunde. Ortega la consideraba la obra que mejor plasma la nobleza del vencedor con el vencido. Para él, este óleo habla en español universal y encierra un latente humanismo. Pero cualquier diálogo no basta. No hay manera de entenderse con quienes consideran que Otegui ha estado preso por sus ideas. También dialogan los besugos. Y lo hacen debajo del agua, que es más difícil.