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jueves, 7 de marzo de 2013


Seis Papas de mi tiempo

 

El camarlengo con gesto catedralicio ordenará a un pertiguero que dé tres golpes con el báculo en el suelo. Un coro entona el salmo Atollite portas. Dirá luego:

-Extra omnes [todos fuera].

 Los batientes de las puertas nieladas de la capilla sixtina  con su clavazón de bronce se cerrarán en medio de un silencioso estrépito bajo los frescos pintados por Miguel Ángel describiendo el fin del mundo. Extra omnes. Esta frase forma parte del ritual. 

Un chambelán echará la llave por fuera y los centinelas de la guardia noble se cuadrarán de plantón ante la puerta todo lo que dure el conclave. Para esta tarea es tradición elegir a un suizo gigantesco. Tras la cruz papal alzada regresará por las aleas de la basílica la procesión de arzobispos y obispos con sus mantos color cereza, los seminaristas con roquete  blanco  y luego los representantes del claro regular.

Los chantres entonarán entre nubes de incienso el Ven Espiritu Criador o el De profundis. Esta escena que me impresionó desde niño con todo el rigor y majestad que suele darle la liturgia vaticana seis veces tantos cuantos papas conocí. ¿Cuántos me quedarán?

¡Dios mío sigo clavado en mi cruz! Años y años a pie de obra sufriendo y llorando, escribiendo y borrando en lucha perenne contra el dragón.

De vez en cuando la espuma profética que sueltan las olas en la ribera de este mar arbolado  me salpica y hoy, orgulloso, tengo que confesar que ayer el papa viejito y dimisionario que se ha retirado a Castelgandolfo luego de rezar la corona a la Virgen acompañado de su fámulo por los jardines le confesó a un periodista alemán que es necesario que suba a la sede apostólica un monje y a ser posible de rito oriental.

Nosotros aventuramos ya en una crónica anterior- las ideas circulan por la red como centellas- la posibilidad de que sea un sirio. El primer patriarca de la iglesia constituyó su sede en Alepo hoy machacada por la guerra donde se produjo la conversión de Saulo el celote fundador del cristianismo trasládala luego a Roma venciendo la resistencia de San Pedro que quería una iglesia únicamente para judíos en Jerusalén.

San Pablo el apóstol de los gentiles abrió la puerta a los circuncisos. Según mis cábalas que coinciden con las cábalas de san Malaquías en las cuales yo no creía y ahora empiezo a creer el sucesor de Ratzinger puede ser un monje melquita o malabar, o un copto. La luz de renovación o profecía está viniendo del Este.

Una personalidad idónea sería el patriarca Cirilo de todas las rusias cuya iglesia está en efervescencia y no ha tenido problemas con el mahometismo. ¿Resucitará la figura del cardenal Tisserant el francés educado en Armenia impulsor de los puentes entre las comunidades del este y del oeste? ¿Bajo el palio del altar de la confesión resonarán las plegarias en árabe, en griego o en ruso en chino?

¿Volverá a ser Roma el cenáculo pentecostal que sea tierra de acogida para los hombres de todas las tierras de todas las variantes políticas ex pluribus unum y no ya meramente un banco sujete a los vaivenes y dimes y diretes de las veleidades terrenas donde todas las corruptelas tengan su asiento? ¿Volverá la colina vaticana a ser el círculo de los mártires puerta de entrada a las catacumbas de san Calixto o el circo de fieras y gladiadores en cuya cúspide construyó Augusto? Con un regreso a las esencias evangélicas sin demasiados cánones y con poca curia Roma volverá por donde solía Vg.: a sus esencias evangélicas.

Ahora para escarnio de sus enemigos que disparan dardos envenenados contra la cúpula y sonrojo y tristeza de los que amamos el catolicismo es un circo, un campo de Agramante de trifulcas poco edificantes para el creyente.

Dejemos, sin embargo, que sople el Espíritu; él arrasará.

La abdicación de Benedicto XVI me sorprendió en mi mastaba laborando en mis libros entre sueños subrayados y volutas de mi cachimba.

Solía asistir por el satélite a sus audiencias de los miércoles. Se le veía cansado y como ausente. Saludaba rutinariamente a los grupos de peregrinos que gritaban: bene…de..to… benedetto.

Su voz se había vuelto demasiada opaca y apenas se le entendía. Cambié, pues, de canal porque el espectáculo de aquellas audiencias que mostraban a un anciano cansado y a unos monseñores muy engominados sotanas abotonadas de rojo y puños blancos con gemelos de oro que presentaban a los distintos grupos de peregrinos de forma solemne y marcial me aburría. Sin embargo el 12 de febrero cuando sorprendente anunció su dimisión  yo era telespectador de una emisora polaca. Algo vale saber latín  y escuché algo como “relinquo” y sedem apostolicam. ¡Caspita! No podía creerlo. Desde 1415 desde un papa que se llamaba Celestino y al que dedica Papini uno de sus más conspicuos textos no ocurría una renuncia al Poder de las Llaves. A este obispo de Roma van dedicadas por Juan Papini Las Cartas del Papa Celestino. Luego eché mano del ensayo que hace un quinquenio redacté sobre las famosas profecías de san Malaquías que todo el mundo daba por apócrifas pero que se refería al Papa alemán que pontificaría bajo los atributos de rama de oliva y que abandonaría Roma a causa de las corruptelas de la curia.

Es el penúltimo; sólo queda uno. El obispo irlandés acertó a mi juicio cuando se refería al predecesor Wojtyla como la labore solis y que en la lista del papado fungió como un astro espectacular. Juan Pablo II fue una especie de Napoleón o de Rey Sol que parecía decir: el estado soy yo, la iglesia soy yo.

Creo que Benedicto trató de enmendar los trabajos del sol tendiéndole una rama de olivo a los mahometanos, a los hebreos, a los anglicanos e incluso a los budistas. Mostró su buena voluntad dialogante a los largo del septenio que duró su mandato.

Al cardenal Ratzinger yo le había escuchado muchas mañanas decir la misa en latín  por la radio Vaticana. Es la lengua de la iglesia que trató de restaurar pero en la Curia y en el clero no le hicieron mucho caso. La herencia napoleónica que recibió pesaba mucho y yo estaba a pie de obra aquélla tarde de primavera de hace siete años cuando fue designado. Se le presentó como un continuador de la obra del polaco pero el Papa alemán era mucho más intelectual, menos histriónico, tímido y con una voz apagada.

Fue uno de los padres conciliares más significados del Vaticano II. Su fracaso en la sede apostólica puede haber sido un indicio que todas aquellas reformas incoadas hace sesenta años se han venido abajo y sumieron a la grey en la desorientación pero Benedicto XVI tiene maneras de santo, se parece algo a Pio X el papa Sarto y con su ejemplo de retirarse a un monasterio y a la vida de oración ha insinuado el camino a seguir marcando la ruta del recogimiento, la despolitización, la enseñanza, la evangelización, resolver la morbosa problemática sexual de buena parte del clero. Que han convertido a Roma en una ONG y que los prelados católicos no cesan de hablar de condones, de píldoras contraceptivas  del método ogino y toda esa casuística que abarrota los muchos artículos del Canónico; me parece una afrenta a las enseñanzas  del Salvador y rendirse al empuje de los lujuriosos y a todas aquellos que tienen una noción farisaica del catolicismo. Se trata no más que de un retirada táctica. Ratzinger no ha izado bandera blanda. Roma no se rinde.

El diablo ataca. La masonería se desgañita. Los medios han colocado su artillería gruesa a corta distancia de los muros de la Basílica de San Pedro.

Su reinado ha coincido en una cierta normalización de mi vida. Con él me jubilé y sigo escribiendo y aunque no voy a misa los domingos rezo casi diario el breviario y leo la misa del día según el antiguo rito cuyas oraciones y lecturas son para mí una fuente de inspiración y consuelo. Yo no he dejado de ser cura. En estos tiempos de carestía espiritual y de frigidez cuando parece que Dios se oculta me he seguido acercando al Cristo Ortodoxo y cantando la sabatina griega a solas en la soledad de mi celda. Quiero decir el Akazistos. María mater ecclesiae. La mujer calzada de luna y vestida de sol reluciente aplastará la cabeza del dragón.

Quizás estas décadas pertenezcan al último capítulo del Apocalipsis. Se cierra la historia pero ni el propio Jesucristo sabía el día ni la hora del juicio universal. Sólo lo sabe el Padre celeste. Es una garantía para este ambiente laico y anticristiano que se respira en el mundo. La gracia que transforma al hombre llevándole por los caminos del progreso iluminándole en sus yerros actúa de forma imperceptible e incoercible. Muchos no la ven pero continua operativa. El cristo ruso cuando lo descubrí redescubrí tambien mi fe.

Grabados en la película de mi memoria se hayan los primeros conclaves. Cuando fue elegido Juan XXIII viví la experiencia de una tarde brumosa con viento del sur en mi amada ciudad de Segovia. Olía a manzanas y a uvas.

Los latinos unos jugaban al fútbol cerca de los lavaderos romanos, una alberca con sillares tallados y engarzados a flor como los del acueducto junto a la tapia del postigo del Consuelo que tenían dos mil años. Dos corpulentas acacias servían de portería.

Mientras, otros estrellaban la pelota al juego del frontón contra el hastial del Teatro Cervantes. Aquella tarde se había suspendido la función de tarde en señal de duelo por Pio XII

Al viejo moral rey de aquella huerta plantado en 1595 cuando se construyó la casa del compañía se le caían las hojas. Los menos deportistas que eran la mayor parte hacían corrillos u cruzaban apuestas sobre quien sería el próximo Papa.

Pió XII había abandonado este mundo un mes antes entre el llanto de sor Pascualina la patética de Beethoven y el canto triste de su canario que a pocos días de fallecer el pontífice tambien se murió. Sus funerales que vimos por el NODO fueron impresionantes.

Y los del Mayor[1] organizaron una porra para determinar la identidad del cardenal elegido.

Fue un conclave largo y aquella mañana recién acabados por nosotros los ejercicios espirituales en vísperas de san Frutos la chimenea del Vaticano exhaló humo negro.

Todos estábamos excitados y expectantes aguardando el escrutinio vespertino. Se barajaban nombres como Tedesquini, Cigoniani, Siri, Dellaqua, Tardini o Agañanian un armenio al que se había visto entrar en el conclave, según nos contaba don Cipriano Calderón, corresponsal en Roma del diario YA, luciendo el cónico  “ k l o b u k” y la panagia de los popes pues pertenecía al rito oriental.

El único que acertó la quiniela al pleno fue nuestro rector quien por corazonada o por aviso de los cielos (era un santo varón  don Julián García Hernando) daba por ganador al patriarca de Venecia el cardenal Roncalli. Era un obispo gordo de aspecto campechano y paternal con una facha poco papable. Era la antitesis del hierático y majestuoso Pacelli. Austero distante amigo de los diccionarios y calepinos que era capaz de parar las máquinas de la imprenta de L´Oservattore Romano si el linotipista se había comido una coma en la impresión de alguno de sus discursos.

De pronto la campana del seminario empezó a golpear con insistencia. Al minuto se pusieron en marcha las de la Torre de la Aceitera que reglamentaba nuestras vidas y vigilaba nuestros actos y con ella todas las campanas de iglesias y conventos de Segovia que eran unos cuantos. Todos empezamos a abrazarnos. Yo recuerdo que empecé a saltar y a pegar brincos.

Perdí una sandalia. Me hice un siete en el guardapolvo al salir corriendo y engancharme al picaporte de la puerta de acceso al patio… Roncalli… Roncalli. La voz del padre Topete que retransmitía el final del conclave del año 58 por la radio Vaticano y que escuchábamos por la megafonía interior y exterior… Habemus Papam. El nombre del elegido sonaba raro y profético. Juan XXIII. Había habido un antipapa con ese mismo nombre cuando el cisma de Aviñón y él seguía la racha de la legalidad. Fuit homo missus a Deo cujus nomem erat Johannes.

Nos dirigimos a la capilla a cantar el Tedeum. Venía el Papa bueno procedente de una aldea italiana que se llamaba Sottoilmonte. Luego se descubriría que no era tan bueno como dijeron.

Trajo el aggiornamiento la puesta a punto de la iglesia. El Concilio. Si Pio XII le había cortado la cola o capa magna a los obispos un par de metros, Roncalli reformó la clerical indumentaria despojando a las monjas de sus tocas y a los frailes de su cogulla. Los curas se quitaron la sotana, cundían los párrocos ye-ye y hasta los obispos se pusieron de calle dejándole el distintivo del alzacuellos. Los seminarios quedaron vacíos. Sobrevino la gran desbandada. ¿Aires nuevos? Con Pablo VI se profundizaron las reformas pero el adusto Montini se quejaba de que había entrado en los templos el tufo de Satanás.

El conclave del 63 a raíz de la muerte de leucemia del “Papa bueno” lo recuerdo con menos  viveza.

Era hacia últimos de junio. Yo acababa de colgar los hábitos y se me planteaba la incógnita de mi futuro. Había dejado de ir a misa pero todavía los templos de Madrid se llenaban cada domingo. El concilio había traído la esperanza de una iglesia más abierta a los problemas del mundo, más participativa con un tremendo influjo en la sociedad española durante los últimos años del franquismo.

Yo me hacía una pregunta: ¿por qué el judaísmo una religión que empecé a estudiar o el islamismo no alteró ni una iota de sus preceptos de su tradición para aclimatarse a una sociedad laica y secular y la Iglesia se desvive para agradar y por parecer bien a sus enemigos?

La pregunta sigue en el aire. Tanto cambio del continente vació el contenido.

A la muerte de Pablo VI me encontraba en Nueva York. A través de nuestro familiar televisor de muchas pulgadas y por la NBC en la voz maravillosa de Walter Cronkite asistimos a la elección del Papa Luciani. Cuatro semanas más tarde volvió a tocar a clamor El “campanone” de la basílica de San Pedro. Juan Pablo I acababa de fallecer en circunstancias misteriosas dijeron que de un infarto pero hoy siguen quedando dudas a tal extremo.

También era por el otoño y aquel año hubo un verano y un otoño muy calurosos. La designación del polaco Wojtyla llenó a los americanos de curiosidad y de expectación. Se organizaron rogativas en la catedral de San Patricio. Recuerdo un titular del New York Post que informaba de que Juan Pablo II había estado casado o por lo menos había tenido novia. Chuté esa noticia a Madrid pero la crónica fue a la papelera. ¿Un papa no célibe? ¡Qué cosas dices!

Nuestra sociedad española era a la sazón todavía muy pudibunda. El pontífice polaco armó el taco en su visita al Yankee Stadium. Yo fui a verle  a Harlem. Más que un papa me pareció un buen relaciones públicas y un gran actor. Demasiado pagado de sí mismo. Demasiado político. Su largo pontificado que tiene dos aspectos el ascendente y el declinante lo he analizado por menudo a lo largo de mis artículos porque seguí muy de cerca su gestión.

Ha sido el papa de nuestra vida uno de los pontificados más largos y controvertidos de la historia de la Iglesia. Llenaba las plazas, convocaba las multitudes pero luego que se iba el gran papa viajero, que viviría a golpe del avión, dando la vuelta al mundo setenta veces, los templos quedaban vacíos.

Sus mentores le saludaron como la figura que hizo caer el muro de Berlín y sus detractores encuentran en su gestión no pocos fallos, contradicciones, culto a la personalidad, Cesaropapismo mediático. Fue el papa del poder, el amigo de los norteamericanos. Su sucesor Raztzinger y que fue el protegido del polaco en la Curia trató de impulsar el alma del cuerpo místico pero se ha encontrado con una herencia difícil legada por su sucesor. Tal vez por ello haya huido a Canosa. Seis pontífices en poco más de medio siglo en que el mundo tecnológicamente ha avanzado más que a lo largo de mil quinientos años: la demografía, la comunicación digital, los avances en medicina, la era atómica, los vuelos interplanetarios, el hambre en el mundo, la demografía, el laicismo, el holocausto, la descristianización, la corrupción, la irreligiosidad de las masas que siguen pidiendo pan y circo, una juventud que vive alejada de Dios, los separatismo, el poder agareno, la unipolaridad, el feminismo, el poder gay, la inculturación, el rock, la destrucción del medio ambienté, la autoridad paterna por los suelos, la lucha de géneros en sustitución de la guerra de clases-la serpiente marxista ha variado la piel abrazando el capitalismo de núcleo duro- el consumismo, la cruz inversa, el imperio del maligno, las guerras localizadas en un sector determinado del planeta, el armamentismo, la violencia, el terrorismo, el espionaje, la angustia e insignificancia del individuo acorralado por los poderes fácticos.

A todos esos retos habrá de enfrentarse, cuando  lo preconicen, el sucesor del papa alemán que sin fuerzas suficientes y ante la gran crisis que atraviesa la iglesia ha preferido hacer mutis por el foro insinuando en tal gesto de renuncia a las llaves de San Pedro cuál puede ser el camino de la salvación: la plegaria, la humildad, el silencio, el regreso a la Tebaida, la vuelta al anacoretismo desdeñando los halagos terrenales

 

 

  Los cardenales electores en fila de dos en fondo se dirigirán al altar de la confesión coreando las estrofas del Veni Creator un himno el más poderoso y milagroso porque es un conjuro. Que descienda el espiritu santo a renovar la faz de la tierra.  Comenzado el conclave, después de las votaciones, sus Eminencias se sientan cerca de una  larga mesa de debajo de un solio bajo  a modo de visera  y comienzan a deliberar.

Acto seguido, las votaciones; si hubiere disenso que es lo más frecuente porque de pocos conclaves ha salido un papa al primer escrutinio, encendida la estufa, fumata negra. Cuando las papeletas- en la antigüedad eran habas blancas o negras- superan la mayoría simple, papam habemus y mágnum gaudium nuntio vobis. Fumata blanca. Papam habemus. El baldaquín del candidato elegido queda enhiesto mientras se abaten los de los demás cardenales al tirar de una cuerda.

Boleará El campanone[2] a  gloria. Lo primero que le pregunta el camarlengo dirigiéndose a él con el apelativo de Santidad es con qué  nombre querrá reinar?  El nuevo obispo de Roma y patriarca de Occidente dejará de llamarse por el nombre  que tenía en el siglo para ser Pío, Calixto, Alejandro, León, Bonifacio o Benedicto seguido del numeral cardinal romano. Estos últimos fueron los preferidos después del de Juan el más frecuente.

Ninguno ha querido llamarse Pedro por respeto al fundador de la dinastía aunque se baraja la posibilidad de que el próximo Papa a tenor con ciertas profecías se incline por el de Pedro Romano. Mala cosa. Será una señal de que se avecina el fin de los tiempos. No adelantemos, sin embargo, acontecimientos. 

 

De momento, todos, fuera tras la orden del camarlengo, pontífice en funciones, sede vacante, quedan desiertas las galerías del palacio de Letrán. No se ve ni a un triste monsigniori por el patio de San Dámaso. Todos fuera, extra omnes, dejadlos solos, como los grandes espadas en las corridas de toros; Hay que poner en suerte al mihura, el toro y la suerte, el toro y la muerte ateniéndose al canon del gran ritual y de una excelsa parafernalia.

La iglesia es un coso o hipódromo por donde corren los corceles de la santidad y de vez en cuando asoman los orejones asinarios las mulas diabólicas. Convoca al bien y al mal.

Detrás de la cruz está el diablo. En el albero brillan los rehiletes de los banderilleros y primeros espadas de la catolicidad con sus capas magnas de muaré casi seis metros de cola hasta que se los mandó cortar Pío XII, los manteletes de seda y los gorros de piel de conejo que antes eran de armiño, las cruces pectorales que valen medio millón de liras y el gallero o petaso arzobispal con barboquejo bordado en oro. Vistosa procesión y una larga fila de ancianos que se atienen a los cánones de una solemne pompa con cientos de años de antigüedad.

Cualquier  creyente a la vista de tal boato y teniendo en cuenta los orígenes del fundador que nació en un pesebre  murió desnudo en el tormento se escandalizaría pero cabe recordar que esta fastuosidad que tanto ha maravillado a los anglosajones (Bruce Marshall, Morris West y otros muchos que utilizan el Vaticano como epicentro de sus thrillers) que la iglesia es cristiana  y es pagana en cuanto heredera de los emperadores.

Nadie como los italianos para representar la tramoya del cesaropapismo. Lo bordan.

Los picadores afilan la garrocha. Seguirá intramuros el navajeo entre las diferentes facciones en lucha por el poder aunque viene a decírsenos que por las altas techumbres de la Capilla Sixtina revolotea la Paloma del Espíritu Santo.

Es un aleteo que nunca se ve pero a fin de cuentas fe es creer en lo que no vimos. Los cardenales italianos los más hábiles, los más astutos, los más artistas para la componenda, han constituido el más numeroso grupo. Sixto V fijó la cifra de 70 pero al conclave de estos idus de marzo asistirán 115.

¿Fallarán las previsiones esta vez de que después de dos papas extranjeros uno polaco y tudesco optarán por lo más seguro? ¿Se cumplirá el apotegma de que el que entra Papa en el Conclave sale cardenal? El vaticano es la cuna del maquiavelismo y del sigilo.

Con harta frecuencia pocos son los humanos que consiguen penetrar en sus secretos sellados al mundo exterior con llave como son las deliberaciones que designan al nuevo pontífice o los fondos de la Biblioteca Vaticana con más de cinco millones de documentos que se archivan desde el año 238 y donde se guarda la historia de la humanidad de dos milenios. Todos se registra, todo se conserva, nada se pierde.

Es un laberinto. Incluso los más disertos vaticanologos suelen fallar al formular sus previsiones.

¿Enigmas, o verdadera intervención del Espíritu Santo?  Cuesta creer que la Tercera Persona de la Santa Trinidad baje desde la cúpula y sople el apellido a sus eminencias reverendísimas de quien deberá ser elegido.

Lo que sí sabemos es que hay un cierto resquemor de los padres electores a la abrasiva presión mediática que pueden acabar con  el invento. Bajo tales premisas nos atrevemos a augurar que el próximo que sea preconizado volverá a ser un recluso del tercer piso de palacio custodiado por un fornido guardia suizo esgrimiendo su enorme adarga y el kolbach siguiendo las pautas del dimisionario Ratzinger que se retira a un monasterio al igual que Bonifacio VIII. Los Papas vienen y van.

No hay que preocuparse demasiado por el individuo. Lo importante en este caso es el colectivo pero sigamos con el conclave. 

El himno a la Virgen Madre y Protectora de la Iglesia Alma Redemptoris mater resuena bajo las cúpulas. Todo igual que hace diez siglos. Empieza el sínodo cardenalicio. Los padres conciliares se encierran con el toro del futuro. Dios y los hombres juegan al escondite. Las augustas posaderas de sus eminencias reverendísimas se sentarán sobre las misericordias del coro pontifical diseñadas por Bruneleschi.

Empezará el escrutinio. ¿Cuál será el dosel de entre los padres conscriptos que no se cierre? 

Hay algo que me llama poderosamente la atención desde niño y es la impavidez y austeridad del rito romano. No hace ninguna concesión al sentimentalismo Otros como el ambrosiano, el canon Crisóstomo el de san Basilio el maronita y el mozárabe son más expansivos. Los papas vienen y van. El ciclo vital se consuma. Son designados ad vitam por sufragio colegial costumbre heredada de los cesares.

Eran los summí pontífices arúspices que auscultaban los designios del destino a través de signos tan sospechosos como el vuelo de las cornejas o el graznido de los gansos capitolinos. Puentes  eran los pontífices de conexión entre las divinidades olímpicas y los simples mortales.

Pontifex quiere decir viaducto o administrador dela jurisprudencia divina cargo adjunto al emperador que gobernaba la terrena.

Sin las reminiscencias constantinianas quedaría la iglesia reducida a muy poca cosa, dejaría de ser  una religión mistérica. Ahí reside su tremenda fuerza

Extra omnes. Fuera todos. Cuando muere un papa su anillo es machacado por un orfebre, un gesto impresionante simbolizando de que su poder ha fenecido.  Vendrá otro. Y la cadena no queda interrumpida. Los cardenales capitulares hacen las veces de los antiguos arcontes. Los conclaves a la vez mundanos y divinos no dejan de ser un espectáculo misterioso que despierta la curiosidad de creyentes y no creyentes, de paganos y católicos. La iglesia superará su crisis pues así está escrito: las fuerzas infernales no prevalecerán. A decir verdad por el momento no lo parece. Pero el cambio no tardará en llegar portado en el pico de esa Paloma Blanca que se pasea por la cúpula de la Sixtina admirada de los frescos de Miguel Ángel.

Extra omnes.

 

 

 



[1] Seminario Mayor constituido por los filósofos y los teólogos
[2] la campana gorda de San Pedro

martes, 5 de marzo de 2013

ESPAÑA ESTÁ MUY ENFERMA

Iurgia altercados pleitos juicios contumelias




Es el principio del fin para un país cuando sus subditos se mofan de sus dioses, no quieren saber nada de nadie, ridiculizan su historia se dan a la molicie y al deleite o lo que llamaban los romanos “mundi illecebras”, y cuando los jueces toman protagonismo. Salustio en sus augustos Anales parece estar refiriendose a los españolitos y a los europeos de ahora mismo, aperreados y aporreados por este ciempiés que es el sistema político que llaman Democracia y que más que revertir, como su propio nombre indioca, al poder del pueblo, emite un tufo a cochambre de arbitrariedad y tiranías. La angustia y el desconcierto habita entre nosotros y esto no es buen remedio para vivir mucho.
Esto nos dice que la gente pasa de todo y se pasa los días mirándose al ombligo, estragada por la gula y entregada a los deleites porque Baco y Venus van de pareja. El doctor Palma de la Inter publicita cada mañana unas pastillas para vigorizar eso y lo otro y andar bien empalmado y marcando paquete. Y yo me digo que para qué. Mataiotes mataoitetom kai panta mataiotá (de un sermón del Crisostomo : vanidad de vanidades y todo vanidad); balanos que se comerán los gusanos como le va a pasar al monarca que padece de un cáncer monorquítico y lo presentan como una hernia discal. Un poco más debajo de donde la espalda pierde su honesto nombre, señor doctor. Que nos quiere usté cvendernos la burra mal capada engañándonos como a chinos.


Por todas partes surgen crímenes, robos, atentados. Se descomponen las familias. Corruptio optimi pessima decían los latinos y las corrupciones saltan al pairo de una sociedad estragada que ha perdido el norte corrompidas sus costumbres profanado el hogar y las mujeres dejan de parir. Nerón impuso la Ley Popea para acabar con los abortos tan frecuentes en Roma. El reino de la mentira y la fornicación apadrina la esterilidad. Así los pueblos se acaban y viene la desunión, las peleas de todo tipo ( i u r g a).
La mariconería es compañera de cama de la destrucción moral. Las civilizaciones se destruyen desde dentro y por fuera. Una invasión por todo lo violenta que fuere no tiene carácter tan deletéreo como la desintegración interna. Quintiliano llamaba “trossoli” o pisaverdes a los sarasas y chaperos que se paseaban por el capitolio.


Ovidio quejábase de que para las matronas fuese más importante el peine y las calamistra (tenacillas para rizar los cabellos) que el marido. Que se la digan a la Campos y a todas esas divas que mueven el esqueleto o lucen palmito en pasarela por nuestras pantallas. Cuerpos perfectos sin alma dentro. Sociedad venal, mercado de esclavas que se exhiben en la catasta.


Malo cuando todo revierte al cuidado del cuerpo y al placer. Corpus nec negligere nec nimis curare decet. Ni negligencia excesiva ni tampoco una atención escrupulosa. Un término miedo. Virtus in medio est.


Esto era en aquel entonces. Ahora ellas andan con la báscula en la mano para cuidar la línea y ellos se entregan al pedestrismo o se machacan el cuerpo en el gimnasio. Venden bien los libros para reducir peso y los que hablan de calistenia. Mundo mane, mundo moderno; la hora de los buitres.
Nadie cree en la otra vida, se ríen de los dioses. Entonces los atletas y los gladiadores perecían de muerte súbita, o rendidos por el esfuerzo. Y hoy tampoco suelen vivir porque profanan una de las reglas de la naturaleza que es el suum cuique o a cada uno a lo suyo y todo a su hora.


Se recomienda el ne quid nimis, fórmula del clásico para gozar del summum bonum a día de hoy: la longevidad. Evitar el estrés. Reírse pero nunca de los dioses y tener por norte y guía de nuestros actos la moderación y la justicia.
Hoy hay pleitos y agresividad por todas partes. La gente no es feliz. Se mueren de cáncer flagelo del siglo XXI aunque hayan dejado de fumar, van al infierno (horcum).
A causa de ese morbum que son las peleas interiores, la agresividad, la falta de contén en las relaciones humanas. Don Asrturo Mas ese bocazas nos ladra y amenaza en catalán. Rajoy en el parlamenta hace la bombilla con florido discursos decimononos. Miente más que habla. Es la vera efigie del gallego encaramado a la escalera. Pocos le quieren.
Consejo: no ver ninguna tertulia televisiva, no escuchar la radio, no comprar un solo periódico que son libelos de la mentira. La información se ha convertido en provocación y amenaza.
Todas estas escopetas las carga el diablo. A veces no vendría mal tampoco aprender latín mientras se sigue el ejemplo de los justos de Israel.Justus ut palam florebit. Florecerá el justo cual palmera.


sábado, 2 de marzo de 2013

NADIE HACE CASO


LOS CAPIGORRONES DE RAJADIZO EL MIRÍFICO

Cartas devueltas

 

Desgastada la lengua de pegar sobres donde meto esperanza nadie responde. Donde pongo poemas, lágrimas, voces que devuelve el cartero: se desconoce.

Y puse bien las señas. Escribí donde me dictaba la sangre: Casa del hombre

RAMÓN DE GARCIASOL “apelación al tiempo”

 

 

Aquí nadie contesta. Nadie sabe nada de nada y por supuesto están en desuso las cartas de amor. Ha caído en desusos el género epistolar que con tanto tino cultivaron nuestros clásicos desde Jovellanos a Cela. Del que es este poema que espigo entre mis apuntaciones:

Mi vida es un erial

Que se va a tomar por culo

Y en mi camino fatal

Alguien va sembrando el mal

Con bastante disimulo.

El de Iría Flavia aquí parodia a Bécquer. En sus cartas a Antonio Vilanova, el catalán, se quejaba de un hecho cierto que esté país está plagado de hijos de puta. Abundan sobre todo en literatura pero también entre el funcionariado, la iglesia, la milicia, el vecindario. La balhurria o bahurria se desternilla de risa. Esto es un cachondeo. No podía ser de otro modo.

Te escriben anónimos amenazando que van a practicar contigo la balichería que es el arte de meter a un sujeto el dedo por el ano. Quieren darte polculo.

Basta ya de gestos miríficos en los besamanos y de rajadizos ministros genuflexos ante la Merkel cantando el tomad virgen pura de nuestros bolsillos, yo hago mis deberes, soy obediente y les voy a meter mano a todos los hispanos menos a los ricos.

Don Rajadizo el mirífico le llaman ya en este país donde abundan los devotos de san Isidro los que sin dar un palo al agua esperan que los bueyes aren solos guiados por la mano de ángeles de seis alas bajados del cielo para aferrar la esteva y empuñar la tralla, y luego quiere la peña que les salga el surco a derechas cuando no sirven ni para clavar la reja.

-Ahora nosotros nos vamos a misa. Después al mitin y a la tarde a la tasca.

 

 

Dora el sol vespertino los bermejos muros del convento donde crucificaron al Santo Niño de la Guardia. Fue un sacrificio ritual. Un holocausto como el que mandó hacer dios al patriarca Abraham hablándole desde la zarza.

-Detente Abraham- dijo Yahvé

-Señor, yo haré lo que tú mandas.

-En vez de a tu hijo Jacob ahí te mando un cabrito.

Buena la hubiera hecho el santo patriarca padre de todos los creyentes si baja unos centímetros el puñal nos hubiéramos quedado sin las doce tribus de Israel y sin monoteísmo puro y duro. Caprichos de la historia. Nada de holocaustos nada de catorcenas nada de revoluciones ninguna conspiración ni crímenes rituales como el de Domnguito del Val y del Santo Niño de la Guardia. El sacristán de la iglesia segoviana de Facundo se hubiera quedado con las ganas de echar Al caldero la celebre hostia que voló por los cielos de la ciudad y Judas no hubiera vendido a Cristo por treinta monedas.

El santo niño se llamaba Juan de Pasamonte y el rabí que le echó mano cerca de la Puerta del Perdón de Toledo tenía un nombre y apellido que andando el tiempo habría de meter mucha bulla en la historia de España. Se trataba nada menos y nada más que de Francisco Franco no el que todos pensamos sino el de un sacerdote de la ley vecino de la aljama de la Ciudad Imperial c. 1489. tal y conforme están las cosas, hasta usted, paciente lector, puede ser el asesino.

Fue habido don Francisco Franco no el que piensan ustedes sino el rabí por los corchetes cuando se trasladaba a Zamora en la posada de la Estrecha. Le incautaron sus pertenencias y las vendieron en plaza pública por lo que quisieran dar y fue acusado de haber crucificado a un infantito a un seise de la Seo cuando salía de las preces Sometido a tormento cantó en el potro el nombre de sus cómplices y luego fue quemado vivo en el barrio del Grajal. Fue un caso parecido al de don Muir al que dieron brasero en una hoguera cerca del convento de Sancti Spiritus segoviano. La crucifixión del santo niño se empareja con el robo sacrílego de san Facundo. Al entierro de don Muir cuentan las crónicas asistieron muchas mujeres de luto luciendo el capidengue que era un pañuelo que llegaba hasta los pies y en el acompañamiento se vio algún que otro capigorrón que abundaban en Segovia. Eran clérigos de origen converso que, recibidas las ordenes menores, no querían pasar a mayores por librarles de esto de las inconveniencias del presbiterado permitiéndoles sin embargo formar parte de los cabildos y de la lista de los paniaguados eclesiásticos.

En la catedral de Ávila su numero era ingente porque de capigorrones se contaban más de cien. Muchos vinieron de Francia con el maestro Eruchel que sería el arquitecto de la inmensa mole mitad castillo mitad fortaleza y mitad sede metropolitana bajo la advocación de San Marcial. La fábrica impresiona. Cuenta con un pórtico flanqueado por dos atlantes uno de ellos con apariencia de sátiro “empalmado” que su verga de piedra en erección alcanza casi la altura de una adarga.

Por el empedrado de acceso a la iglesia mayor abulense rodó la cabeza de un cura aragonés que se llamaba mosén Rubí de Bracamante. Este buen sacerdote fue a ver al rey y le dijo:

-Majestad, esas guerras de Flandes son una sangría a nuestros erarios y no me parece bien.

-¿Quéeee?

Felipe II llamó a la guardia y el pobre cura fue conducido a la Ciudad de los Cantos y de los Santos donde le dieron mulé. Está enterrado en el cementerio de herejes lateral al Mercado Chico.

Yo barajaba tan tristes recuerdos la otra tarde que por no tener mejor cosa que hacer cogí el coche y recorrí los cien kilómetros que separan Ávila de Madrid. Quería respirar aires místicos que me liberen de miasmas y bacilos de la vida corrompida en la corte y allí las brisas son diáfanas. Tenía antojos de yemas de santa Teresa. Uno de los CIU ha venido a decirle al rey Botellas que no quiere formar parte de estos reinos y éste le recibe con acento resignado y bobalicón. Cualquiera de sus antepasados hubiera mandado a galeras a este caganet por su falta de comedimiento pero el Rey Botellas no es lo que se dice Felipe II sino la vera efigie del monarca soso, trincón que sólo sabe leer y lo hace mal sus discursos. En algunas villas le llaman el Pasmado y en otras el Pregonado fin de la monarquía.

Babieca por lo visto se llama su caballo pero no es el del Cid. Todo lo contrario.

Una subigüela retrasada de sus compañeras y que no emigró como parece ser que ahora tampoco emigran las cigüeñas me entretuvo con su canto cuando me paré para mear y echar un cigarro en un apeadero. Cuando canta la subigüela refieren los labrantines de esta comarca es signo de que va a nevar. El avefría siempre fue heraldo de las nieves. Ya los cerros en la lejanía ostentaban sus testas blancas. Es mucho mejor escuchar la melodía de una alondra que los discursos decimonónicos de don Rajadizo ese señor de las gafas y de la barba rala que parla con algo de frenillo.

-Va a haber recortes.

Se agitan los dados en el cubilete y a don Mariano le ha salido el tarafe la flor o la trampa como aquel que dice. Mira que hay que joderse. Ayudarme zancas que en esta vida todo son trampas.

 

jueves, 28 de febrero de 2013

joaquin diaz dona su gran archivo


JOAQUIN DIAZ DONA PARTE DE SU ARCHIVO ORAL A SEGOVIA

 

Gracias a Dios no todo está perdido. Hay intelectuales que como los benedictinos siguiendo las pautas del lema ora et labora continúan empuñando la esteva del arado y del progreso que es la razón por la que se escribe, se canta y se ama, pero volviendo un poco la vista atrás para saber de dónde venimos y adónde vamos. La generación espontánea no se da en naturaleza. De la mano de Joaquín hemos descubierto que somos un país hermoso y viejo que ha sufrido y gozado, soñado en la utopía y que ha sido descabalado por las aspas de muchos molinos de viento. No hay que asustarse de nada porque nihil novum sub sole.

Avanza la tecnología y los inventos y gracias a ellos ha sido posible meter en un lápiz electrónico una gran biblioteca. Joaquín no es un caduco misoneísta ni un retrogrado. Desde las almenas de su ciudad amurallada se asoma al porvenir pero el alma humana y los conflictos e interrogantes que la rodean son prácticamente idénticos a los del Siglo de Oro.

Él es el etnógrafo, el recopilador, el gran escritor de la escuela vallisoletana que en medio de esta oscuridad que nos envuelve levanta la antorcha en la mano recordándonos con el romance que tras de tiempos vienen tiempos. Reside en Urueña encastillado en su casona desde cuyo balcón se contempla el hermoso valle de la vega de Toranzos. Madruga, trabaja, lee, escribe y se esfuerza a sabiendas de que su obra va a perdurar. Para mí es la personalidad más importante que hay en España –no acostumbro marrar en mis juicios, no porque tengan la ciencia infusa sino porque soy perro viejo y a perro viejo no hay tustús y por aquello de que el olfato periodístico nunca me falla- y lo digo con todas las de la ley.

HAIQUITÍA

Su obra es lo que llaman los archiveros un “thesaurus” en el terreno de la historia, la literatura con 58 libros editados, la música, 69 discos, la etnografía, el folklore (600 canciones interpretadas) la paremiología (150 cuentos y acertijos), la dialectología (la haquitía o el ladino más antiguo cuyas últimas reminiscencias fue a recabar de boca las abuelas judías de Marruecos), la gacería de los trilleros de Cantalejo, el campurriano de Palencia que se arrancan a lo zamarro o por lo “salao”. Supo captar la fortaleza y ternura de los vascos en coplas como Hau haiziaren epela o la hermosura de la lengua catalana en Mare de Deu del Mon que la vida ens doni y esa morriña galaica de las tan populares cantigas do Miño. Una ingente labor de campo. Trozos de la vida y costumbres de nuestros antiguos que ha rescatado del olvido a golpe de alpargata yendo por caminos de arrieros y trajinantes con sus amigos hasta los pueblos más inaccesibles de España al volante de un Dos Caballos que conducía un amigo porque al sabio no le agrada demasiado la velocidad ni le gusta conducir y no sé si sacó siquiera el carné.

DE LA TALLA DE DELIBES, MENÉNDEZ Y PIDAL, MENÉNDEZ Y PELAYO

En su obra y personalidad, cifra y compendio de la llaneza e hidalguía castellana convergen el genio de Menéndez y Pidal, la erudición de Menéndez y Pelayo, la pluma de Delibes y el plectro de Salinas porque. gracias a sus discos que fueron para mí, como para muchos, deleite espiritual, afrecho del alma y aguijada de esperanza, conocemos como sonaba Europa en la edad media: crótalos o castañuelas, panderetas, adufes, ocarinas, guitarras, laudes, vihuelas, temples, rabeles y esos instrumentos de cuerda y percusión cuya existencia se desconoce o se perdió pero  que se hallan estampados en las manos de músicos que hoy son piedra esculpida  en el pórtico de la Gloria de Compostela o el tímpano de la Colegiata de Toro.

Su repertorio religioso, himnos a la Virgen,  cantos de Epifanía, la Pasión de Cristo, romerías, letanías, rogativas para pedir lluvia como esa maravilla de la Nuestra Señora de Mojados, cantos de ronda, de siega, coplillas picarescas, epitalamios. Cantaban los pajaricos en lo alto de un pimpollo y estas palabras decían viva la novia y el novio. Siempre que vamos de boda mi hija Cris y yo, se lo endosamos a los contrayentes sin quedar mal.

ENTREVISTA EN EL ADELANTADO

Larga sería las enumeración porque estas tonadas y romances me han acompañado a lo largo de mi vida hasta el punto que una vez en un atasco en plena Quinta Avenida de Nueva York puse la cinta en la radio de mi coche a todo gas Abridme galanica y el automovilista que estaba pardo a mi vera se bajó y casi quería abrazarme porque esa canción sefardí la oyó cantar a su abuela. A pocos judíos vi yo llorando con tanta emoción

Ayer tuve ocasión merced a este trebejo de Internet que comunica con el mundo y ahuyenta mi soledad-un invento de judíos- de ver la entrevista que le hizo el ADELANTADO DE SEGOVIA con motivo de la donación de parte de su archivo oral con grabaciones que datan de los años 20 y en él Joaquín Díaz dijo cosas importantes como por ejemplo que prefiere la palabra universalidad, como buen español, en lugar de globalidad y que los castellanos por aquello de que esta tierra desdeña cuanto ignora, y en parte debido a nuestro carácter adusto y nada triunfalista, no justiprecia los valores de su pasado; y es verdad, porque a lo largo de las dos últimas generaciones se ha operado un cambio total de una sociedad que de campesina deparó en urbanita, en las costumbres, en la forma de pensar por la digitalización, por la laicidad, por la televisión y otras muchas causas.

CASTILLA, ASTURIAS, NAVARA Y EXTREMADURAS NO SON NACIONALISTAS

La región que dio pábulo a la nación española no es nada nacionalista o muy poco. Sin embargo en otras regiones periféricas la trayectoria resulta a la inversa pero la politización intensa que nos sobrecoge origen de los separatismos pima facie es sólo superficial porque los dirigentes de estas nuevas nacionalidades han escogido sólo lo que les interesa o les enfrenta a Castilla siendo así que más de seis siglos de unión no se borran tan fácilmente y que el acervo cultural de Aragón de Valencia de Vascongadas o de Galicia es riquísimo y tan español como pueda serlo el castellano.

Todas las lenguas de España son un caudal que convergen y nadan en este rio universo que es el castellano. Sólo hay tres regiones que se mantienen con Castilla al margen de este marasmo secesionista: Navarra, Extremadura y Asturias.

En estos conceptos expresa Joaquín Díaz su sabia serenidad de un escritor e investigador que no es pesimista con respecto al tiempo venidero y lo dijo con esa sencillez nada rimbombante. Me recuerda mucho a los personajes de don Miguel Delibes (que diferencia a nuestros contertulios de las teles que rajan que parecen oráculos) de este castellano.

Aparentemente tímido y como pasmao pero aguardad un momento y esperad a que os cuente un chiste como le he oído yo. Poca gente en el mundo sabe contarlos con tanta chispa como lo hace este Zamorano de Valladolid aunque yo reivindicaría – me tira la tierrina también mi segunda patria- su nacencia para las brañas asturianas de donde viene toda su estirpe.

¡Qué bien canta, qué bien cuenta nuestro gran Joaquín, este chaval de mi generación del 68! cuando de universitarios íbamos a la sentadas a escucharlo y a pelearnos con los grises cantando a voz en grito Carretera abaxu va o Gandesa o En el frente de Tetuán hay un morito de caña cuando el caballo relinche entrará el moro en España.

Una generación rebelde que no hizo la guerra, la nuestra, que quería comerse el mundo.

Muchos se apearon del caballo y hoy copan las altas esferas de la administración y del estado a punto de jubilación. Este periodista creo que como mi admirado maestro e inspirador siguen en la misma demanda de libertad y de amor a España. Algo que parece faltar en la actualidad pero esperemos que se cumpla el aserto del Romancero tras de tiempos vienen tiempos.

Creo que el genio de Urueña debiera de ocupar una silla en la Academia en el mismo escaño que ocupara don Ramón Menéndez y Pidal cuya obra él ha ilustrado y rematado con su gran labor intelectual y etnográfica. Con todos los merecimientos.

Otro día hablaremos de lo mucho que él ha hecho por la bibliografía y el mundo del libro en esa Urueña que se hizo famosa en todo el orbe por esas maravillosas librerías de lance que pueblan sus corros o calles y que yo recomendaría visitar cuando deje de nevar.

jueves, 28 de febrero de 2013  

miércoles, 27 de febrero de 2013


BENEDICTO XVI SE DESPIDE CON GESTO PROFÉTICO.

EL NOMBRE DE LA ROSA. UMBERTO ECO. UN ATAQUE A LA LINEA DE FLOTACIÓN DE LA BARCA DE SAN PEDRO QUE ES EL MONAQUISMO

 

Yo también sigo abrazado a mi cruz corroboro las palabras del papa Benito que en su despendida se ha mostrado grandiosamente humilde casi de la misma forma como accedió a la sede santa hecho del que me hice lenguas en este blog. Luego la cosa se torció porque querían convertir a este profesor bávaro en un títere mediático al estilo Wojtyla. Algo que no le iba. Estaba claro. Al parecer la Curia quiso chantajearle y comulgar con ruedas de molino y presentó su pontifical dimisión.  Hurra por Benedicto.

Sin embargo, los lobos en desguisa de corderos siguen amenazando al redil y el peligro sigue latente. El papa se va a un monasterio. La vida orante, la liturgia, la renuncia a las cosas del mundo, fueron los cangilones de esa inmensa noria que mueve a la iglesia las aspas de los molinos de viento del Espíritu que salva y purifica. Todo un gesto. Ego filius Ecclesiae y viviendo una vida en observancia de las leyes divinas (la búsqueda de la verdad en las páginas evangélicas y de la belleza que contienen muchos libros, sigue mi seminario vacío aunque lleno de fulgores que son gritos) me duele la Iglesia en manos de los judíos y me hacen pupa los ataques a Ella. Los recibo como si fueran míos. Anteanoche emitieron por TVE1 El nombre de la Rosa. Para mayor indignación y consternación de nosotros los creyentes. Se trata de una cuchillada feroz a la yugular de la base de la iglesia a cargo de Humberto Eco un judío italiano que se está muriendo de cáncer si no se ha muerto. El monasterio de Montecasino ha sido destruido dos veces. La primera por el bombardeo de los norteamericanos que se ensañaron con las viejas piedras levantadas por san Benito de Nursia en el siglo VI y la segunda con esta novela. No digo que yo la película en el que borda el papel Sean Connery interpretando a un franciscano capitular Guillermo de Baskerville haciendo de Sherlock Holmes no sea interesante pero el mensaje está cargado de veneno. Trata de destruir el monaquismo cargado de santidad y de paciencia de amor a la cultura. Los benedictinos fueron los heraldos con su lema de ora et labora cálamo en ristre y transcribiendo viejos textos de la antigüedad que de no ser por ellos se hubieran perdido la hoz, el rastrillo, la mano en la besana del arado que roturó baldíos o empuñando la gubia para construir catedrales y edificios de la segunda venida de Cristo a Europa. Ellos salvaron a Europa. Fueron la rama de olivo según las profecías y por esto el papa reinante quiso llamarse Benito en honor al padre de Europa. El literato italo-hebreo se fija en los defectos que tuvo o pudo tener aquella iglesia del Cisma de Aviñón: simonía, lujuria, soberbia, inquisición. Precisamente los más avaros, los lujuriosos, los más prepotentes y falsarios que dicen llamarse los del pueblo elegido habiéndose convertido por su protervia y perfidia en el pueblo maldito se atreven a ensañarse con las mermas de una institución divina pero manejada por pecadores que tratando de servir a Cristo lo traicionan. El nombre de la rosa emblema los Rochild  de la masonería de la mariconería es el emblema designado para capitanear las mesnadas de los anticristos nada tiene que ver con mi SEMINARIO VACIO LOS PECADOS MORTALES DE LA IGLESIA. Que los hubo, los ha habido y los habrá. Miré usted don Humberto nuestra fe no es un problema de bragueta aun reconociendo que los problemas del celibato difícilmente lograron ser resueltos para atrición de algunos eclesiásticos y para dar pábulo a la llama furiosa de los blasfemos que despotrican contra la iglesia. Es un pecado un accidente que no afecta a la sustancia que es la economía de la salvación. Sólo la tolerancia y paciencia de las clases consagradas, amigo Eco, y el sentido de la libertad que caracteriza al cristianismo ha permitido que usted se mofe de lo más sagrado. Si usted hubiera sido mahometano lo más seguro es que lo hubiesen condenado a muerte como a Salmon Rushdie pero como es judío ha recibido todas las complacencias de la sinagoga. A mí el Nombre de la rosa al igual que el Código Da Vinci me parecen la versión anticatólica de los Versos Satánicos. La escena del monje marica que se envenena pasando las hojas de un códice prohibido es una quimérica combinación folletinesca entre novela negra y libro de aventuras. El retrato que hace del abad, del prior y de fray Remigio son caricaturas. La vida en los monasterios medievales. Luego se mofa de la liturgia y del canto gregoriano. La escena asadura de buey que porta el donado como regalo a la muchacha por el favor sexual es toda una repelente invocación a las furias del Averno. Otros personajes diabólicos son el monje ciego y otros tonsurados que esgrimen un cerquillo en punta de muy mala calaña pertenecen al cupo de encomendados a Satanás. Ciertamente que eso que llaman concupiscencia del saber y allegar conocimiento que siempre engendra dolor puede haber sido un defecto  de los que vivimos bajo la sombra de la cruz y al pie de los sueños que emiten los libros en sus mensajes puede que sea otro de los pecados eclesiales pero Cristo dijo vosotros sois la sal de la tierra y no pertenecéis al mundo etc… pero la quema de la Biblioteca donde se guarda nada menos que el Beato de Liébana inunde más tristeza incluso que el auto de fe de la saludadora, el hereje y el pobre Salvatore impresionante escena que recuerdan al Gólgota. Transmiten más incluso que la muerte del inquisidor. Se hace una calumniosa caricatura de san Bernardo el cantor de la Virgen el doctor Melifluo. Y eso también me llenó el corazón de dolor pero hay algo que salva a toda esta funesta cinta y es el Amor entre la pobre chica utilizada como barragana del convento y el novicio que acompaña al franciscano Guillermo de Baskervile. La secuencia final es apoteósica. Sí. Únicamente nos salvará el amor que es de lo que el cristianismo se trata. Nos llega a través del mensaje de la Resurrección en la cual no creéis vosotros lo judíos. Ya sé que tenéis vara alta en la curia y si algo moteja de mentira todo ese invento fabricado por los pérfidos ingleses del Shoah que no es más que un holocuento os rasgáis las vestiduras, apeláis a los derechos humanos y nos denuncias ante los tribunales acusándonos de xenófobos, fascistas, de borrachos o de locos. Como buenos sepulcros blanqueados (ni Papini se atrevió a llamaros perros ni a meterse con vosotros pues os tenía miedo, el propter metum judeorum evangélico) aplicáis la norma del embudo. Para vosotros lo amplio y para nosotros lo estrecho. El papa alemán os ha dado una lección retirándose a la vida contemplativa de los que vosotros os reís pero es la dinamo de la Barca de Pedro. Tanto en el Este (Calcidia, Anatolia, Optina Pystina) como en el Oeste (Solesmes, Silos, la abadía de Miraflores, el priorato de San Frutos) Todo un gesto.

en su retirada Benito XVI, la rfama de olivo, ensalza la vida contemplatiiva. Estaba escrito en las profecías


BENEDICTO XVI SE DESPIDE CON GESTO PROFÉTICO.

EL NOMBRE DE LA ROSA. UMBERTO ECO. UN ATAQUE A LA LINEA DE FLOTACIÓN DE LA BARCA DE SAN PEDRO QUE ES EL MONAQUISMO

 

Yo también sigo abrazado a mi cruz corroboro las palabras del papa Benito que en su despendida se ha mostrado grandiosamente humilde casi de la misma forma como accedió a la sede santa hecho del que me hice lenguas en este blog. Luego la cosa se torció porque querían convertir a este profesor bávaro en un títere mediático al estilo Wojtyla. Algo que no le iba. Estaba claro. Al parecer la Curia quiso chantajearle y comulgar con ruedas de molino y presentó su pontifical dimisión.  Hurra por Benedicto.

Sin embargo, los lobos en desguisa de corderos siguen amenazando al redil y el peligro sigue latente. El papa se va a un monasterio. La vida orante, la liturgia, la renuncia a las cosas del mundo, fueron los cangilones de esa inmensa noria que mueve a la iglesia las aspas de los molinos de viento del Espíritu que salva y purifica. Todo un gesto. Ego filius Ecclesiae y viviendo una vida en observancia de las leyes divinas (la búsqueda de la verdad en las páginas evangélicas y de la belleza que contienen muchos libros, sigue mi seminario vacío aunque lleno de fulgores que son gritos) me duele la Iglesia en manos de los judíos y me hacen pupa los ataques a Ella. Los recibo como si fueran míos. Anteanoche emitieron por TVE1 El nombre de la Rosa. Para mayor indignación y consternación de nosotros los creyentes. Se trata de una cuchillada feroz a la yugular de la base de la iglesia a cargo de Humberto Eco un judío italiano que se está muriendo de cáncer si no se ha muerto. El monasterio de Montecasino ha sido destruido dos veces. La primera por el bombardeo de los norteamericanos que se ensañaron con las viejas piedras levantadas por san Benito de Nursia en el siglo VI y la segunda con esta novela. No digo que yo la película en el que borda el papel Sean Connery interpretando a un franciscano capitular Guillermo de Baskerville haciendo de Sherlock Holmes no sea interesante pero el mensaje está cargado de veneno. Trata de destruir el monaquismo cargado de santidad y de paciencia de amor a la cultura. Los benedictinos fueron los heraldos con su lema de ora et labora cálamo en ristre y transcribiendo viejos textos de la antigüedad que de no ser por ellos se hubieran perdido la hoz, el rastrillo, la mano en la besana del arado que roturó baldíos o empuñando la gubia para construir catedrales y edificios de la segunda venida de Cristo a Europa. Ellos salvaron a Europa. Fueron la rama de olivo según las profecías y por esto el papa reinante quiso llamarse Benito en honor al padre de Europa. El literato italo-hebreo se fija en los defectos que tuvo o pudo tener aquella iglesia del Cisma de Aviñón: simonía, lujuria, soberbia, inquisición. Precisamente los más avaros, los lujuriosos, los más prepotentes y falsarios que dicen llamarse los del pueblo elegido habiéndose convertido por su protervia y perfidia en el pueblo maldito se atreven a ensañarse con las mermas de una institución divina pero manejada por pecadores que tratando de servir a Cristo lo traicionan. El nombre de la rosa emblema los Rochild  de la masonería de la mariconería es el emblema designado para capitanear las mesnadas de los anticristos nada tiene que ver con mi SEMINARIO VACIO LOS PECADOS MORTALES DE LA IGLESIA. Que los hubo, los ha habido y los habrá. Miré usted don Humberto nuestra fe no es un problema de bragueta aun reconociendo que los problemas del celibato difícilmente lograron ser resueltos para atrición de algunos eclesiásticos y para dar pábulo a la llama furiosa de los blasfemos que despotrican contra la iglesia. Es un pecado un accidente que no afecta a la sustancia que es la economía de la salvación. Sólo la tolerancia y paciencia de las clases consagradas, amigo Eco, y el sentido de la libertad que caracteriza al cristianismo ha permitido que usted se mofe de lo más sagrado. Si usted hubiera sido mahometano lo más seguro es que lo hubiesen condenado a muerte como a Salmon Rushdie pero como es judío ha recibido todas las complacencias de la sinagoga. A mí el Nombre de la rosa al igual que el Código Da Vinci me parecen la versión anticatólica de los Versos Satánicos. La escena del monje marica que se envenena pasando las hojas de un códice prohibido es una quimérica combinación folletinesca entre novela negra y libro de aventuras. El retrato que hace del abad, del prior y de fray Remigio son caricaturas. La vida en los monasterios medievales. Luego se mofa de la liturgia y del canto gregoriano. La escena asadura de buey que porta el donado como regalo a la muchacha por el favor sexual es toda una repelente invocación a las furias del Averno. Otros personajes diabólicos son el monje ciego y otros tonsurados que esgrimen un cerquillo en punta de muy mala calaña pertenecen al cupo de encomendados a Satanás. Ciertamente que eso que llaman concupiscencia del saber y allegar conocimiento que siempre engendra dolor puede haber sido un defecto  de los que vivimos bajo la sombra de la cruz y al pie de los sueños que emiten los libros en sus mensajes puede que sea otro de los pecados eclesiales pero Cristo dijo vosotros sois la sal de la tierra y no pertenecéis al mundo etc… pero la quema de la Biblioteca donde se guarda nada menos que el Beato de Liébana inunde más tristeza incluso que el auto de fe de la saludadora, el hereje y el pobre Salvatore impresionante escena que recuerdan al Gólgota. Transmiten más incluso que la muerte del inquisidor. Se hace una calumniosa caricatura de san Bernardo el cantor de la Virgen el doctor Melifluo. Y eso también me llenó el corazón de dolor pero hay algo que salva a toda esta funesta cinta y es el Amor entre la pobre chica utilizada como barragana del convento y el novicio que acompaña al franciscano Guillermo de Baskervile. La secuencia final es apoteósica. Sí. Únicamente nos salvará el amor que es de lo que el cristianismo se trata. Nos llega a través del mensaje de la Resurrección en la cual no creéis vosotros lo judíos. Ya sé que tenéis vara alta en la curia y si algo moteja de mentira todo ese invento fabricado por los pérfidos ingleses del Shoah que no es más que un holocuento os rasgáis las vestiduras, apeláis a los derechos humanos y nos denuncias ante los tribunales acusándonos de xenófobos, fascistas, de borrachos o de locos. Como buenos sepulcros blanqueados (ni Papini se atrevió a llamaros perros ni a meterse con vosotros pues os tenía miedo, el propter metum judeorum evangélico) aplicáis la norma del embudo. Para vosotros lo amplio y para nosotros lo estrecho. El papa alemán os ha dado una lección retirándose a la vida contemplativa de los que vosotros os reís pero es la dinamo de la Barca de Pedro. Tanto en el Este (Calcidia, Anatolia, Optina Pystina) como en el Oeste (Solesmes, Silos, la abadía de Miraflores, el priorato de San Frutos) Todo un gesto.

martes, 26 de febrero de 2013

VIDA COMPLUTENSE


VIDA ESTUDIANTIL EN ALCALÁ

 

Aquel día del 18 de octubre de 1508 amaneció sereno. La primera campaña en dar los toques fue la del convento de Claras fundada por el gran arzobispo Carrillo que dormía en un sepulcro labrado mitra yacente las cáligas en punto y el perrillo faldero y su hijo bastardo Troilo a los que tanto quiso el singular y vehemente prelado en estatua uno oraba y otro le lamía las cáligas. Luego se pudieron a repicar en las trece parroquias y otros tantos monasterios siguiendo el compás de la campana recia de la colegiala de los Santos Niños. Misa solemne presidida por el gran primado concelebrada por toda la clerecía de Toledo. Entonado que fue un Te Deum luego salió la procesión. Encabezaba el claustro después del cabildo el primer rector el famoso doctor Ciruelo un aragonés adusto y con mala leche, amigo de los libros y de pocas palabras que venía de Daroca es villa loca la cerca grande y la villa poco famosa por el milagro de los Corporales que leía Teología (Santo Tomás, Escoto y la nominal) teniendo por ayudantes a Gonzalo Gil y al franciscano Clemente Ramírez que como buen soriano parecía medio lelo. En Artes lucía sus capisayos muceta y bonete de tres cuernos el burgalés Miguel Pardo recién venido de la Sorbona. Su ayudante de cátedra era nada menos que Ambrosio Morales padre del divino Morales. Antonio de Cartagena enseñaba medicina y sus asesores eran todos de origen hebreo. Pablo Coronel un segoviano se encargaba de la cátedra de Hebrea y fue el que vertió a esta lengua la Biblia Políglota. Esplendida comitiva. Todo el registro entonaba el himno latino del Iste Confessor. Había muchas dueñas asomadas a las ventanas. Caballeros y soldados descendían de su montura y ocultaban el filo de sus armas. Avanzaban a sendos flancos de la procesión gente de la cogulla (frailes y monjes de todos los colores y escapularios predominando los dominicos y los franciscanos pero los que tenían predilección eran los pardos de la orden jerónima)

Corría una ligera brisilla desnudando a los olmos de sus hojas. El sol comenzaba a calentar y los perailes, arrieros y aguadores se quitaban la pelliza. Ante el convento de San Juan de la Penitencia la comitiva se detuvo. Un acólito trajo el acetre y un diacono aportó el hisopo todo él de oro macizo porque al cardenal que debajo de la seda y la purpura cardenalicia siempre llevaba el sayal y el cordón franciscano le gustaba el boato del esplendor litúrgico y el preste bendijo el ladrillo visto del claustro conventual que tanto amaba. Hubo otra parada delante del monasterio cisterciense cabe el palacio de la reina doña Isabel donde nacieron todos sus hijos y sus nietos (Catalina de Aragón, Juana, el príncipe don Juan, Fernando de Austria etc.) y allí los coros seguían con las estrofas del gregoriano. Se pedía luz y agradecimiento conforme a la letra de la secuencia pentecostal del Veni Creator, iluminación para aquella alma mater que se iba a inaugurar y que sería faro de cultura, de humanismo, ciencia, literatura y humanismo en el viejo mundo y en el nuevo. Rotunda Alcalá, áspera y dura como sus inviernos pero al propio tiempo dulce como los panales de ese gran colmenar que era Guadalajara. Paladio de la cristiandad que luchó por el cetro  y la preeminencia sapiente con Salamanca y París, acérrima y tolerante a la vez, enclaustrada en sus silogismos pero apasionada por la vida y comprensiva con los yerros de la conducta humana. El cardenal mandaba soltar a los reos que iban a ajusticiar cuando los corchetes y alguaciles acompañaban a los condenados a muerte la cara cubierta, maneados y montados en un jumento cara atrás cuando pasaban estos siniestros cortejos camino de las eras donde estaba el rollo. ¿Qué ruido es ese?... señor, un hombre que traen a ahorcar... ¿Qué mal fizo?... decía que no había vida eterna, hacer conjuros, comía pan cenceño jamás tocino y decía que al expirar todo se acaba en el seno de Abrahán… robó hostias en una iglesia y las quiso profanar.

El buen prior descalzó las antiparras del libro que tenía entre manos un enorme breviario un tenebrario en puridad porque era por semana santa y recordando la fecha le absolvió de sus pecados. Hizo la señal de la cruz desde la ventana… ego te absolvo.

-Dejad a ese hombre. Hoy es Viernes Santo.

-Señor, fue vuestra señoría quien por hereje lo mandó colgar.

-Queda redimido por Aquel que disolvió nuestras culpas en la cruz

Y en diciendo esto el todopoderoso primado de Toledo volvió a sus rezos.

 Bella Complutum. Campamento y sancta sanctorum de la inteligencia y de la piedad hispánicas. Ignacio de Loyola, Pascual Bailón, san Juan de Ávila, santo Tomás de Villanueva. San José de Calasanz, san Juan de dios y otros muchos eclesiásticos que fueron orla del misticismo y de las disciplinas sacras. Sus aulas formaron misioneros, doctores, obispos y aun curas de misa y olla como el cura de Argamasilla de Alba el pueblo de don Quijote. La prez de nuestros literatos también paseó por los soportales de la calle Mayor, escuchó  las campanadas del belvedere del cimbalillo de la fachada de la Universidad de Rodrigo Gil de Hontañón: Cervantes, Lope Tirso de Molina, Calderón, Quevedo, Jovellanos, el padre Mariana, Ambrosio de Morales, Melchor Cano, Francisco Suarez y Jovellanos. Pero como detrás de la cruz está también el diablo en sus recintos amurallado creció y aumentó un género literario inventado por los españoles el picaresco con protagonistas tan destacados como Pablillo, Guzmán de Alfarache, don Cleofás, el Estebanillo González cursante aquí de las primeras letras de latinidad.

No hay ciudad en el mundo tan benigna, tan plácida y serena que nos guste más y creo que esa misma sensación tuvieron aquellos centenares de estudiantes que del privilegio de encontrarse en el cupo de sus 33 colegios mayores como tordillos, sopistas, porcionistas, cadañeros y fámulos, los que gozaban de habitación propia hijos de los grandes de España, bastardos reales o de obispos y arzobispos que en esto del celibato la SRI hacía la vista gorda en la parada doctoral el día de San Lucas. Y a Alcalá putas que viene San Lucas. Y ya volverán las palomas al palomar en cuanto haya grano que las echar. Y volvían siempre. De allí a una semanas comenzaban las témporas de Adviento y a los más de la estudiantina les hacían la corona y todos se ordenaban de menores (acólito, exorcista, ostiario) y con la censura regresaban a sus pueblos. Algunos no seguían la carrera sacerdotal y quedaban en simples clérigos de los llamados cacorros.

Acababa fray Francisco de cumplir sesenta años y se le veía fatigado delgado como siempre y arropado en su esclavina de armiño (los rigores de la observancia, las muchas horas de rodillas y las dormidas en el santo suelo determinaron que siempre sintiera frío en los huesos) parecía una galga en pieles pero incensaba e hisopaba con mucho brío y cantaba con buena voz.

Tras la misa y la procesión hubo cuchipanda en el refectorio. En Alcalá no se tasaba el pan y a cada alumno le correspondía de ración diaria un azumbre de vino (dos litros) lo que calentaba el cuerpo y alegraba el coleto. Para celebrar la fiesta del santo patrón los latinos, retóricos y filósofos, dicho el gracias agimus después de la comida que consistió en perdices, queso, miel y soplillos con algo de carnero porque en aquella universidad siempre comían bien los pupilo, se fueron de pispoleo y dirigieron sus pasos a la calle Bodegones que era angosta y oscura llamada también la calle de los Amores y por aquello de tras el vicio llega el fornicio iban a visitar a las damas de toldo y arandela. Los más conformistas se aguantaban con tocarle las tetas a doña Fronilde una asturiana que había sido ama seca de los siete infantes de Lara pero otros más dispuestos con toda la testosterona en plena ebullición pasaban a mayores con un poco de suerte. ¿Y a la hora de pagar? No se hable de dineros entre caballeros porque la mayoría andaban a la quinta pregunta y suplían la flacidez de su bolsa con el ingenio. Los rectores y prefectos de San Ildefonso tenían estatuido a instrucciones del propio cardenal que austero para sí y flagelante de sus carnes era de manga ancha con tales pecadillos no expulsar a ningún pupilo por haberse salido de picos pardos. Era cosa de chiquillos. El castigo por borrachera pública: treinta azotes que se sustituía por una noche en el calabozo de la cárcel arzobispal que aún puede visitarse hoy extramuros de la muralla. No se puede ponerle puertas al campo ni domeñar la fortaleza del instinto y a toda la tuna el cuerpo le pedía guerra. Así que la galga en pieles el adusto serrano de Torrelaguna hacía la del gallego. “Non vos preocupar”. La iglesia mostraba en el siglo XVI un carácter mucho más humano y menos morboso. Lo pecaminoso ha llegado ahora.

Con lo que no quiere decirse que no hubiera mano dura, las sisas, los gatuperios, las trifulcas con los alguaciles. Cuando aumentó la población los estudiantes trajeron al corregidor Hernando de Zúñiga por la calle de la amargura.

El aprendizaje era memorístico en buen grado. Los libros estaban caros por aquel entonces y las sumas de Santo Tomás y las obras de Aristóteles pendían atadas por una cadena a la puerta del aula magna para todo aquel que quisiera iniciarse en las profundidades de la teología y la filosofía. La vida tenía sentía, todo cuadraba, se hacían pocas preguntas y todo era como muy alegre. Se aceptaba la brevedad de la vida, las acechanzas de la enfermedad, las furias del amor breve y fugaz como canta el Gaudeamus igitur. Nadie se complicaba demasiado la existencia. No se había inventado la radio, ni se leían periódicos aunque el mundo de entonces era igual que hoy; estaba trabado de guerras, tensiones y conflictos porque pocas cosas cambian en la naturaleza humana

La vida universitaria comenzaba a las seis de la mañana. Una campana en los dormitorios corridos tocaba a preces. Se lavaban como los gatos. Algunos alumnos tenían que romper el hielo para este menester rompiendo durante los gélidos eneros alcalaínos de una campana. Hasta los orines se habían congelado. Lo corriente era evacuarlo en la privada, otros se llegaban a las cuadras en el piso inferior donde las hacaneas de los profesores y las mulas de los frailes ronzaban en los pesebres y los más despreocupados lo tiraban por la ventana al grito de agua va. A esas horas apresuradas cuando los sacristanes a misa van bien pudiera suceder que el líquido excremento rociase la cabeza de algún domine desprevenido que acudía a su clase de Prima a las siete y media de la mañana cuando por lo general no ha amanecido. Los gritos y los cagamentos del “bautizado” se escuchaban en la misma ribera del Henares.

Las cuadrillas se organizaban en fila  india y se acercaban a la iglesia para escuchar la primera misa salmodiando la oración de los cistercienses. Iam lucis ortus sidere, Deum praecemur supplices…” 

El desayuno consistía en medio cuartillo de aguardiente y algo de cecina o botillo frito untado en pan blanco. Todavía no se había inventado el café con leche.

Después de prima y la eucaristía conventual los educandos tomaban dos lecciones más. Acabadas las clases, se rezaba el ángelus. Después de la comida que transcurría en silencio a no ser en los días de fiesta cuando en honor a un santo, a una onomástica o la conmemoración del triunfo en una batalla para las armas cristianas.

Un lector leía desde el púlpito obras tan abstrusas como la Vida de Cristo del Cartujano o el Kempis o algún tratado de san Agustín. Si se equivocaba en una palabra o no daba la entonación conveniente el semanero lo corregía y mandaba repetir todo el texto. Lectores poco avisados hubo que el presidente los mandó bajar y tras humillarlos públicamente con un par de azotes en el ñalguero sacados los colores y puestos de brazo en cruz se quedaron sin quiete y sin comer.

La quiete o recreo era sagrado. Solía éste transcurrir en la huerta. Se formaban grupos de diez cinco delante y cinco detrás y recorrían todo el espacio del patio parlando de cosas espirituales las manos metidas entre las amplias mangas de la loba o sotana avanzando unos hacia adelante y otros hacia atrás lo que no dejaba de ser un excelente ejercicio. Jueves y domingos y fiestas de guardar daban la suelta. Un ayudante del rector bajaba a las aulas y decía: benedicamus Domino dando las clases por terminadas.

Era la hora de estampida y multitud de estudiantes irrumpían sobre la ciudad donde solían hacer de las suyas. El alcaíno del que dicen borracho y fino se echaba a temblar.

Las mozas en estado de merecer no abandonaban sus hogares por miedo a la horda estudiantina que se abatía sobre calles, atrios y plazas todos con sus capas sus bonetes y sus sotanas y la beca de distintos colores que delataba el colegio mayor al cual pertenecían.

A la hora de vísperas ya estaban de retirada.  Sonaba el avemaría y las puertas de los 33 colegios –este número recordaba los años que vivió el Salvador- se cerraban a cal y canto. Tocaban silencio y había que recogerse en el estudio para preparar la lección del día siguiente. Al ponerse el sol otra veces preces en la capilla. Rezaban el rosario, se decía el “Nunc dimittis”, cantabase la Salve seguida del Sub tuum praesidium y todos a la cama con las gallinas. El que faltaba a retreta amen de un réspice severísimo era objeto de castigos corporales o más de una noche en una celda de castigo.

martes, 19 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI POCO ANTES DE ABDICAR DEFENESTRÓ AL CAREDENAL COLOMBIANO DARIO CASTRILLÓN UNO DE LOS PAPABLES

El cardenal Darío Castrillón Hoyos uno de los papables en conclaves pasados fue suspendido a divinis y arrojado de su oficina en el Vaticano, según informa el Jewish Chronicle, tras una fuerte discusión en la cual el pontífice le mandó callar al cardenal colombiano, el primero en alertar a la curia de que la sustitución del dogma del Holocausto por el de la Redención. Otros tres monseñores que trabajaban en el dicasterio para la Propagación de la Fe fueron suspendidos. ¿Explica dicha defenestración el cansancio papal y sus deseos de retirarse a un monasterio? En cualquier caso la abdicación de Ratzinger parece obedecer a motivos más profundos de los que se ha venido aireando en nuestros periódicos tan reñidos con la verdad y tan amigos de la propaganda. Castrillón se fue angustiado a su país hispanoamericano y su despedida ha creado un mar de fondo sin precedentes en la Curia donde se percibe el sindrome de la iglesia vacía, el afan por reconquistar la batalla perdida de la comunicación que dominan los judíos, un punto en el cual son preeminentes los enemigos de Cristo, la pederastia, la decadencia de la vida monacal, la insumisión de los clérigos, la falta de vocaciones al sacerdote y otros muchos males. Sin embargo, tuvo agallas para defender a un obispo francés que trató de evitar fuese a la cárcel uno de los curas de su diócesis acusado de abusos sexuales a feligresas, en un gesto pleno de heroismo y de caridad cristiana al lema de aborrece el pecado y compadece al pecador.
Personalmente con nuestros libros y nuestros posts, en vista de todo ello, nos sentimos orgullosos de haber denunciado estas mermas a riesgo de que se nos tome por locos pero es la terrible y crruda realidad de una iglesia en desbandada. El Vaticano II ha sido un fracaso. Esperemos que el Espiritu Santo inspire a los electores para que contemos con un papa orante, santo, manso, que viaje menos y desdeñe los honores del mundo. Hacen falta curas. Nosotros lanzamos el guante y nuestro reto sigue en pie. Estamos en la misma disyuntiva que en los tiempos napoleónicos con un Pio VI, que por agradar al corso ganó la sede a riesgo de perder la fe. Le sucedió Pio VII el cual "per ganare la fede a perdutto la sede" y murió en prisión. Así que seguimos en las mismas. Roma va a tener que purgar sus pecados

domingo, 17 de febrero de 2013

los curas han perdido credibilidad y son más ignorantes desde que no saben latín


Antesignarios y lictores

 

Ojeo de vez en cuando los textos en latín en los que trabajé mi adolescencia. La guerra de las Galias es uno de mis favoritos. Julio Cesar me inspira la idea de que la vida es un perpetuo combate porque glosando a San Pablo vita militia est y Gallia divisa est in partes tres quarum una… etc.

Por mi mirada retrospectiva veo el tránsito de las legiones. Delante marchan los lictores enarbolando el lábaro. PSQR. Pueblo senado y ejército. Luego dando comparsa a los sagitarios o saeteros los antesignarios primera fuerza de choque, casi todos ellos esclavos o mercenarios; eran los primeros en sucumbir en la arremetida. La eterna y sufrida infantería (vélites, peditati) y luego las clades divididas en secciones o manípulos. A continuación, cornetas y tambores.

Los centuriones vigilan las escuadras flotando al aire los penachos de sus gáleas, las corazas labradas en cuero o en bronce en las que no faltaban amuletos e imágenes de deidades particulares, un blindaje contra el infortunio, pues muy supersticiosos eran los romanos pues el dardo que te ha de matar nunca avisa.

Cubrían las partes nobles y el vientre con un coselete hecho con túrdigas de camisa de boa o tiras de cuero macizo pero las piernas iban, como se aprecia hoy en lanceros escoceses, al aire para dar libertad a los pies alados que calzan las cáligas con correas.

Al cinto, la espada o gladium y en la mano la framea o lanza. Vienen mezclados con los funditores mallorquines (honderos mallorquines que con una pedrada mataban a un hombre y derribaban un caballo a la carrera, los triarios con sus venablos unos sobre la aljaba y otros llevan las tragula o dardos del tiro con arco. Si pertenecían a las filas de vanguardia, cabe los hastati, avanzaban con un harpagón o gancho que clavaban en las almenas y a partir de ahí se iniciaba la peligrosa escala del muro. Los primipilos o centuriones de la cohorte al frente de los triarios cubrían a estos hábiles trepadores las espaldas a la hora de encaramarse a la lucha cuerpo a cuerpo.  

En gran parte la fuerza de las clades o clases alineadas en formación de combate son hispanos de las tropas auxiliares a las que reforzaba las turmas o escuadrones de la caballería germánica. En último término vienen los pontoneros que arrean reatas de transporte máquinas de guerra como las torres de asalto o helipolis y al final los acemileros ( res asinaria) con la impedimenta. Víveres, pertrechos munición e indumenta a base de pieles de buey y las cocinas transportadas a lomos de elefante es lo que llevaban.

Al paso de las legiones se escuchaban gritos en todas las lenguas del mundo porque los romanos manumitían de la esclavitud a los soldados de los pueblos que conquistaban asimilándolos a su ejército.

Este vistoso desfile formaba parte del decursus o parada era una manifestación de fuerza a la vista de una ciudad o campo enemigo.

Caminaban las legiones acompañadas por los clangores del tambor (tympanum) y al son de las tubae (trompetas).

Cuando hay que tomar una ciudad fortificada las divisiones se organizan en testudos (escudos blindados) que les protegen la cabeza de los dardos defensivos y sobre todo de las derramas de aceite hirviendo, cuando el ariete empezaba a golpear las puertas de la ciudad sitiada. los équites o caballería cubren las alas y una multitud de fosores armados de pico y pala para excavar trincheras lo que llama Cesar ad fodiendos puteos. Y en caso extremo para sepultar a los nuestros. Son los cavadores sobre los que recae el peso estratégico del cerco a una fortaleza.

Fodere, cavar, joder. Esa es la raíz semántica de la palabra que los españoles pronunciamos cada dos por tres.

-Nos ha jodido…Mayo

Los curas de ahora creo que se han vuelto cerriles por resistir a celebrar la misa de San Pío V desobedeciendo las órdenes del papa reinante. Una pena también: que la gente no quiera saber nada del latín la lengua que más odian los hebreos desde el año 78 cuando las legiones de Tito arrasaron Jerusalén, según Cristo profetizara, y los veteranos de aquella expedición se presentaron en la Vía Apia como tributo  o exvoto de guerra, con un candelabro de siete brazos, así como con un grupo de prisioneros judíos presentados al emperador Vespasiano como dones de conquista, según explayan los frisos de la columna rostral de Trajano.

Porque al menos se hubieran enterado de la dimisión del papa. El pontífice utilizó la lengua del Lacio para anunciar su retirada y sólo lo supo una periodista italiana que se encontraba en la audiencia en el Vaticano.

Sólo esta aplicada latinista consiguió el scoop dejando en la estacada a los sabuesos de la CNN y del periodismo anglosajón que parecen saberlo todo, manejarlo todo, pero que en realidad son informadores de poco pelo. Ante la elección de un nuevo obispo de Roma yo me pregunto angustiado sobre si la conspiración universal logrará ganarle la batalla al Espíritu Santo y recuerdo con añoranza aquellos tiempos en que traducía a Cesar bien pertrechado con el Raimundo de Miguel y otros diccionarios en mi regazo.

En el fondo no he dejado de ser aquel estudiante de Retórica el alma sonriente de utopía y lleno a de amor a la Iglesia al que la vida vapuleó lo suyo. Sigo soñando en aquella utopía única ancla de amarre. Al fin y al cabo tal vez sólo nos salvará la poesía. Hay que volver a la Guerra de las Galias