Hallan una granada rusa de la II Guerra Mundial en León
El artefacto estaba escondido en un falso techo de un edificio en ruinas que se encuentra en fase de desmantelamiento para derribar el interior.
David Llamas encontró la granada, cuya imagen aparece insertada en la parte derecha. RAMIRO -
25/04/2019
ÁLVARO CABALLERO | LEÓN
Al tirar un falso techo en un segundo piso, en mitad de un edificio en ruinas que desmontaba por dentro, a David Llamas le cayó encima una granada rusa de la II Guerra Mundial. No la vio hasta que tiró de la manta que la envolvía. A primera vista, pensó que era de broma, un juguete, pero al cogerla con la mano se dio cuenta de que pesaba. Entonces, se asustó. Hace 80 años podría haberle matado. Pero un martes por la mañana de finales de abril de 2019, en un inmueble con aviso de derribo de la plaza del Conde Luna de León, del que apenas se salvará la fachada, el artefacto no explosionó como muestra de que el tiempo se conjugan muchas veces para desactivar incluso las armas que eran más peligrosas.
El suceso se produjo durante las obras que la empresa Coto Beyo realiza para vaciar por dentro el edificio, que data del año 1900. El albañil había empezado a quitar la escayola del techo cuando el objeto cayó. «No había ningún agujero», cuenta Llamas, quien abunda en que se desconoce «por dónde la metieron ahí», si por el desván, que está en la planta superior, o por la misma habitación, antes de cerrar el falso techo. Sí que queda claro que «estaba bien guardada, con cuidado», como relata el operario, quien describe que el artefacto «no tenía el pasador, ni la arandela». «Llamamos a un amigo que es policía y nos dijo que la dejáramos ahí y que avisáramos a los Tedax», reseña uno de sus compañeros, Israel García, quien incide en que una vez que llegaron los artificieros casi a primera vista vieron que «estaba desactivada, que no funcionaba», y les informaron de que era «un modelo ruso de la II Guerra Mundial», antes de llevársela.
La anécdota se anota ya en el libro de labores de los operarios de Coto Beyo. Los trabajadores de la constructora inciden en que sí que habían tenido casos en los que, a la hora de desmontar edificios viejos, aparecen «escopetas en tejados, en vigas o en abuhardillados». Pero nunca un artefacto como el que le cayó a David Llamas cuando tiró un falso techo en un edificio: una granada rusa de la II Guerra Mundial en una casa vieja de León.
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