ADA COLAU OFENDE A LOS ASTURIANOS
Doña Ada Colau alcaldesa de Barcelona mandó sustituir el nombre de una calle al Almirante Cervera héroe del 98 con un comentario injurioso que ha levantado una polvareda entre la Marina de Guerra española y el Ejercito. "Ah que asco un facha", declaró la corregidora que no sólo ha perdido la vara sino todos los papeles. de paso declara su ignorancia, dejando en evidencia no sólo el odio a España como principal merma de la Constitución del 78 que adoctrinó a nuestros jóvenes en el rencor y en la ignavia en Cataluña, en Vascongadas, Andalucía, Valencia, Galicia, Asturias se han quemado los libros de la historia de España. En la coladura de la Colau caben afrentas no sólo al gaditano Cervera un marino de honor que mandaba aquella escuadra sino tambien al asturiano Fernando Villaamil su subalterno que mandaba el "Furor" aquella aciaga mañana del 3 de julio de 1898 y a sabiendas de que sería imposible romper el cerco izó la vela en descubierta siendo ametrallado por la artillería de MacKingley.
La dotación del "Furor" pereció en la embestida. No así la de la nave capitana comandada por Cervera. Fueron recogidos por el enemigo.
Los propios americanos rindieron honores y admiraron el coraje de aquellos marinos españoles que salvaron el honor de su patria y los repatriaron en un barco de Cruz Roja desde Nueva York.
Doña Ada Colau no es lo que se dice un hada madrina de perspicacia y de prudencia. Cuando aquellos soldados de rayadillo que regresaron a España exhaustos, diezmados por el dengue y otras enfermedades de la manigua aun siendo derrotados por unas fuerzas navales mejor prevenidas dejaron muy alto el pabellón. En Cuba y en Estados Unidos se rinde tributo a su coraje. ¿Fascistas? En 1909 no se había inventado ese sistema político. Una necrológica del New York Times dice que Cervera fue uno de los marinos de la estirpe de los grandes navegantes españoles. La historia del capitán Villaamil no por menos conocida es menos gloriosa. Estudiando su biografía llegué a encontrar la fascinación y el amor que sentía hacia la reina María Cristina. En Santiago de Cuba este hidalgo proveniente de una de las casas asturianos de los más antiguos linajes murió por ella. En Castropol todavía guardan su memoria y le rinden homenaje, algo que no sabe la alcaldesa podemita de la Ciudad Condal al verter tan terribles especies dignas del mayor de los vituperios. Si hubiera sido doña Ada un hombre, a estas horas cualquier marino o cualquier español de pro la hubiera enviado los padrinos. No se puede enfangar el nombre de hombres que murieron por su patria de forma tan soez pero Ada Colau carece de honra desde que anduvo haciendo la carrera por las Ramblas hasta que entró en la política.
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