BENUMEYA ESTABA TRISTE
Como era de Benjumea donde la
burra mea, Benumeya estaba triste aquel día. Oreanda era un esperpento en el
Pinarillo donde dicen que estaba el corral de los huesos aunque eso no era verdad
las parejas copulaban a calzón quitado las ramas de los pinos acogían los
suspiros de los amantes bien entretenidos con indiferencia. en la estrecha
vaguada se encajonaba el río Mierdero justo donde empezaban los primeros
adarves de la muralla. Por aquella parte Oreanda se traía un aire de Jerusalén
y allí los rabinos venían a darse cabezazos tras rezar por sus difuntos en el
Osario pero allí nunca hubo ningún camposanto de verdad. todas nuestras cenizas
se las llevó el viento de la historia. Eran solo cuevas de los gitanos. antes hubo
ermitaños que hacían penitencia mirando para la pecadora ciudad. Los judíos
blasfemaban contra España y montaban tenderetes cabe la puerta del Socorro al inicio
de las Escalerillas de San Roque. en ese furor hispanicida fueron abatanados
cuando lo del edicto la mayor parte se quedaron hacían que se marchaban pero se
quedaron con todas las llaves y ganzúas. Los sefarditas son muy exagerados y
llorones ante el mal propio pero despiadados y crueles cuando los que sufren
son los otros. Se hicieron ricos armando y previniendo a los ejércitos de todas
las guerras. La mayor parte de aquellos hebreos intrigantes y correntones
acabaron en la Barceloneta. Ahora han resucitado con un visca Cataluña
inyectados los ojos de sangre y de odio agitando el candelabro de los siete
brazos y profiriendo maldiciones terribles. A mí lo que más me subyuga es el
furor uterino de Madama Colau siempre que la veo comparecer con sus muslos
poderosos y sus pechos firmes como el morro de hierro de un carro de combate de
la División Brunete me cuerdo de la canción del En passsat el Fondergat una noya y un soldat. La tía dicen que debe
de ser una fiera que destroza a sus amantes en calzoncillos y los deja medio muertos
toallitas de usar y tirar con el fuego de sus caricias uterinas. Oh que dona
bona cuando la bolsa en Barçelona maguer sona como si no sona Barcelona es
bona.
Pero quiero que sepan que en el
Pinarillo no hubo ningún osario judío. Eso es algo que se han inventado los
catalanes. Y los de Segovia por aquello de ni la burra ni la novia tragaron la
bola. Fue un pretexto para construir en este perímetro forestal un barrio
independiente dentro de los muros de mi querida Oreana quiero decir Segovia. Se
ha convertido en un centro de peregrinación. A diario llegan autobuses cargados
de turistas, como si esto fuera la pradera de las apariciones del Escorial, a
visitarlo y contemplar la bandera del Sionismo que ondea lozana azul y blanca
con la estrella davídica en medio para indicar a los segovianos que hemos sido
reconquistados por el pueblo errante que cruza la tierra tramando revoluciones,
asonadas y desquites. Una advertencia, un aviso a navegante. Vamos a ver quien
manda aquí...
La pornografía es uno de sus
grandes negocios porque forma parte de su esquema corromper la mente y el
cuerpo al goi arrebatarle las armas intelectuales para que pueda ser él mismo. Es
el pueblo que invoca a Judas y al diablo como su valedor, va por el mundo
talando los campos, llenando los ríos de sangre, los valles de lagrimas de
homicidios uxoricidios revoluciones, guerras y enfermedades. Creo que desde que
dijeron que acá hubo un corral de los huesos judíos el Pinarillo es sitio maldito.
No es recomendable cruzarlo de noche sin arriesgarse a topar con un fantasma. Había
uno al que llamaban Fernandito cuando
yo era niño que se echaba a la molondra una sabana blanca e iba por los
recuestos y las cuevas asustando a las parejas que hacían el amor. Uh uuuuu...
era Fernandito el violador. Benjumea donde la burra mea estaba triste pero
pensando en las aventuras sexuales de aquel enano que trajo en jaque a los
segovianos a mediados del pasado siglo volvió a sus labios una sonrisa escéptica
y se puso a cantar un aire navarro los borrachos en el cementerio juegan al
mus. Después de todo un osario es un sitio perfecto para la eterna dormida,
para emborracharse sin molestar y para hacer el amor a recaudo de mirones. Los
muertos jamás se preocupan de estas cosas. Les da igual aunque el fantasma de
Fernandito y sus secuaces haya asomado la oreja por Cataluña donde ocurrió
aquello de la noya y el soldat.
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