Somerset Maugham
Ha subido la pinta a casi mil pesetas, según leo en los periódicos. En mis tiempos te podías beber un barril casi por esa cantidad. ¡Ah felices tiempos! The good all days. Que jamás volverán. Los ingleses entonces igual que ahora ayunarán tres días y no pagarán a la patrona en una semana pero nunca se quedarán sin su la priva que allí llaman booze
Yo visitaba los pubs de Fulham Rd, iba a los bailongos de Picadilly y del Strand, me tumbaba al sol en la pradera de Hyde Park donde predicadores de ocasión subidos a una escalera anunciaban el fin del mundo, buscaba a mi pequeña Olivia sin gran fortuna, y para compensar desdenes y agravios de amor perdido me echaba novias cada fin de semana, your place, my place; el sexo carecía de demasiada importancia pero imbécil de mí buscaba el Amor todavía.
Con todo, era un muy concienzudo periodista, que ya venteaba la debacle que vendría, las salas de Harrods aparecían llenas de españoles, se había abierto la veda consumista, porque en aquellas postrimerías del franquismo tenían pasta, y las españolas acudían casi en manda a abortar a las clínicas de Harley St. What a pity
Y suspiraban por una democracia que consistía en la revancha y hacer lo que a uno le viniera en gana. Largaba yo, humilde y algo desprevenido mis crónicas por el telex, que se publicaban bien, (pues a decir de algunos, incluyo a mis renuentes adversarios, yo era una estrella) en aquellos periódicos falangistas que hoy cayeron en manos del gran capital, siendo consciente de que terminaba una era antes de que cambiase la hora de Europa en el reloj de Fairfax y me empapaba de melancolía. Cada época tenía su turno. El mundo cambiaba rápidamente y aquella era estaba a punto de dar el finiquito.
No me convencía demasiado el materialismo circundante y buscando el Amor hallé la fe, encontrando refugio en la Ortodoxia. Acudía muchos domingos a una iglesia rusa en South Kensington que había sido comprada a los metodistas. Cerca de las velas y la cancela del iconostasio encontré refugio y fervor.
Cuando el obispo supo que cantaba bien y acreedor de un buen bagaje teológico, el de mis años de seminario, me ordenó de diácono. Aquellas misas de tres horas sin sermón me acercaban a Cristo. No obstante, mi voz nunca pudo alcanzar los registros de un presbítero, el padre Dimitri, que al entonar las letanías, bajo profundo, maravillaba a toda la congregación.
Algunas noches en mi tabuco de Roland Gardens, leía a Somerset Maugham, para mí el mejor novelista de toda la literatura inglesa, durante las largas veladas de invierno con un frío de los demonios pues no había calefacción central en los pisos y los ingleses amantes del fresh air y de la ventilación desdeñaban las inconveniencias de la cayolítica y las casas londinenses –debía de ser un afán de la época colonial- ofrecían una disposición apta más para vivir en los trópicos o las islas del Egeo que para acometer los rigurosísimos inviernos a orillas del Támesis. Cuando se me acababan los chelines para meter en la estufa seguís leyendo en mi camastro arropado en una manta y mitones en los dedos siguiendo las peripecias o desdichas de aquellos personajes tan bien calculados. England made me o lo que vale tanto como decir que Inglaterra fue la madre que me parió. Me dio una visión del mundo. Por desgracia tampoco he dejado de ser español, pero si Inglaterra me hizo, España me deshizo
Maugham es uno de esos escritores elegantes y con un oficio narrativo tan poderoso que capta de lleno la mente del lector y cuando agarras uno de sus libros no lo sueltas hasta llegar a la palabra fin. Maestro del alma humana, conocedor sobre todo de las mujeres. Captó en una de sus novelas largas y en sus short stories eso que se llama human bondage (la condición humana). Si los rusos- Turgenev sobre todo- apasionaron mi adolescencia, Somerset fue el maestro que insufló en mi alma, llegada la mocedad, la pasión por la literatura que, cuando se trata de una vocación real, tiene algo de soteriológico, terapéutico y profético. Conocí una época parecida a la suya, la del cambio histórico de los años sesenta y setenta casi hermana gemela en atmosfera y actitudes al fin de siècle victoriano que él refleja en sus libros, una era decadente pero profundamente civilizada. Su obra es una mezcolanza entre Shakespeare, Dickens y Kippling con un poco de Chaucer por lo divertido y de los naturalistas ingleses. Creo que su arte lo trabajó de niño machacando diccionarios, copiando frases, castigando textos y jugando a la semántica, la onomatopéyica y a la sintaxis.
Este esfuerzo le deparó esa difícil facilidad que caracteriza a los genios. Fue a pesar de todo un novelista al que gustaban de leer las clases populares. Nada intelectualoide.
Capta ese romanticismo tan propio del carácter inglés al mismo tiempo tan reservado, que sabe conjugar la utopía con el famoso common sense o sentido práctico.
Es un pueblo que, según se echa de ver, hace la guerra con el estómago. El más valiente, el más hipócrita, el más duro, el más tolerante/intolerante, el más práctico pero al mismo tiempo el más encantador.
En Inglaterra no encontré la envidia y el odio de clases que suele amargar la vida a mucha gente en los países llamados católicos. Reinventaron el teatro de los griegos. Pueden tener semblante de los ángeles y maneras de Mefistófeles pero dicen siempre con alma compasiva, mientras por aquí tratamos de aparentar y fingir lo que no somos:
-Just be yourself. No dejes de ser tú mismo.
-Oh, dear. Al mal tiempo buena cara.
Son duros como rayos. Toughness o consistencia, presencia de ánimo solían ser otras de sus cualidades. Cierto que la globalización ha pervertido estas secuelas y hoy no deja de ser un país vulgar. Eso vendría con la llegada de Thatcher pero aquello no había llegado cuando England era la tierra de promisión y del compromiso.
Más pobre que una rata me sentía yo el tipo más feliz. No me faltaban dos chelines para una pinta en el bolsillo o media libra para pasarme por Foyles y adquirir aquellos libros de la Penguin en los que aprendí a escribir y para colmo los domingos podía recitar la epístola en inglés o cantar las letanías en el coro de la iglesia de San Vladimiro. Gospodi pomiluy… a la vida qué más se le puede pedir. Casi había rozado con la punta de los dedos la Arcadia Feliz.
La emulación estaba descartada desde el momento, en que un brit abre la boca, denuncia por su acento la clase social a la que pertenece. Cada estrato social aceptaba su puesto en el escalafón y, dirigido por una singular clase dirigente, se sentía imbuida de un fuerte patriotismo. Se daba la carrera ratas, es cierto, y el competir, pero una de las virtudes británicas es el juego limpio. Inglaterra era una democracia jerárquica.
Aquí en España todo el mundo aspira a ser presidente USA, esta es tierra de cuchillos y de apuñalamientos por la espalda y lo que nos espera es la cola del paro o escuchar las monsergas de los tertulieros que le vuelven la cabeza tonta y nunca arreglarán el país. Esta es un chupocracia coronada por un trincón y manipulada desde arriba por viejos franquistas que dan vuelo a la cometa de peligrosos nacionalismos que darán vuelo a la cometa del nazismo. Habría que recordar a catalanes y catalanas, vascos y vascas que el maldito Hitler está en sus vidas y que subió al poder al socaire de las urnas.
Mucho añoro yo las buenas y simples cosas de la vida que tanto placer causan en las novelas de mi novelista inglés: una taza de té, una charla con un buen amigo cerca de la chimenea, una buena pipa, las zapatillas calientes, el paso de la sombra misteriosa de una mujer, una tarde de domingo en cualquier pueblecito inglés a la hora de vísperas cuando el sol se pone y se apagan las luces que iluminaban la pequeña iglesia rural de estilo Normando. El fair play and my home is my castle. Mi casa es mi castillo.
El sistema funcionaba maravillosamente a compás del engranaje y a sabiendas de que la vida está hecha de pequeñas cosas. Esa austeridad porcelanesca de los cottages rurales, ese living thrift and think high que recomendaba Chesterton.
No había nacionalismos. Los galeses de Cardiff o los escoceses de Glasgow se sienten tan patriotas como uno de Southampton.
Me llamó la atención esa famosa compasión anglicana en el sentido de sentir con los otros que fue fruto de la Reforma. Superaron el trauma del papismo y dieron a su cristianismo un sentido práctico, social y al mismo tiempo piadoso. Es el matter of fact que engendró la tolerancia surgida de las guerras religiosas y de las conmociones sociales de la revolución industrial.
Yo pretendí calcar esa permisividad elegante que impregna la narrativa de este autor pero no pude renunciar a la preocupación religiosa y unamunesca de la que adolecemos los españoles, ese sentido trágico de la vida que no nos deja vivir. Los ingleses por el contrario practican la fórmula de vive y deja vivir.
Maugham no es un autor religioso sino psicológico. Adoraba a la mujer en sus grandezas y miserias que hacen desgraciados a sus amantes y a sus maridos. Jimmy Marton o Philip el protagonista de la Condición Humana al igual que Hackney Carruthers se sienten muy infelices porque sus adoradas acaban fugándose con un oscuro funcionario de colonias, un mecánico o hacen la carrera por el East End.
A lo largo de sus episodios melancólicos da a entender que la mujer es un ser misterioso mucho más fuerte que el hombre y se anticipa a la revolución ad lib de los años 60. Los hombres se muestran ingenuos. A juicio de Maugham su gran error es confundir el amor puro y etéreo con el instinto fisiológico.
Otelo mata a Desdémona no por celos sino ante la angustia de descubrir que la criatura a la que amaba no estaba a la altura de su virtud. Se plantea aquí un problema eterno que ya los antiguos descubrieran porque amor y viento no tienen buenos cimientos. Es pedir peras al olmo. Y esta oposición hombre-mujer seguirá hasta que acabe el mundo.
Ahora las cosas de la condición femenina han derivado hacia una guerra de género que, en destruyendo el amor y las familias a algunos como los políticos, ciertos rábulas y al periodismo de baja estofa ha vuelto ricos. España se siente impulsada por una cierta rabia feminista y reivindicativa de los viejos nacionalismos. Y en esta guerra los hombres siempre serán las víctimas, los perdedores aunque mucho piensen que el raciocinio es al revés. Por las calles de Madrid he visto dormir entre cartones a muchos preclaros varones vencidos. Que gozaron de un cierto status, una casa en el campo, un buen coche, una bella familia. No sabían que está en marcha toda una involución feminista. Las divorciadas se quedan con el piso, con los hijos, con los gananciales y los maridos en la calle. Según un informe de Caritas, la mayor parte de los que concurren a las mesas de caridad o a los albergues son hombres destruidos. Los héroes despechados de Maugham se dan al alcoholismo. Es mejor el suicidio o buscar una fórmula de compromiso ante la infidelidad mirando para otro lado que desgarrarse.
Existe una antinomia en las relaciones matrimoniales, tan necesarias para la conservación de la especie y al mismo tiempo tan destructivas. Eros y Tanatos son cómplices, cabalgan sobre el mismo caballo, como Castro y Pólux, se hacen guiños y conservan ciertos atavismos. Quien no ha confundido alguna vez los estertores de agonía con el tembleque de la coyunda. Así de crudo es, si así os parece, y así fue y así será. Pero a diferencia de Lawrence y otros novelistas más truculentos, él se muestra casto y rehúye de las escenas de cama evitando lo morboso.
El dato más destacable de su arte es la elegancia. Hay que ser un poco elegante en la vida, despreciando un poco a la estulticia de los seres inferiores, y las mujeres lo son para él, pese a su aire de diosas. Maugham escribía como un Lord haciendo correr su espejo a lo largo del camino de la vida, y tenía ese desparpajo y habilidad para el manejo de las palabras que hace a los funcionarios del FO seres imbatibles en el campo de la diplomacia. Se llama obdurance.
A un inglés se le podrá engañar, nunca convencer y menos vencer. Son leche de cabra. Semblantes de arcángeles y maneras de diablos. Nosotros venimos marcados por la crueldad católica que nos convierte en judíos al revés como pueblo grande pero malvados como individuos. El estado sionista es detestable pero el judío uno a uno gente maravillosa humilde y buenas personas que se ayudan unos a otros, no se calumnian, y se muestran caritativos. No olvidan que el prójimo es tu vecino. Los ingleses supieron adoptar a sus vidas esa recomendación de la Biblia a los escogidos de Israel.
Aquí siempre tratamos de buscar al prójimo en las chimbambas. A los españoles los ingleses les admiraban por sus grandes dotes militares, la importancia de la Iglesia Católica, y la cultura que dejaron, y por todo eso que ahora nosotros despreciamos renunciando a nuestra historia. Tenían una obsesión por Felipe II y por la Invencible que ellos llamaban Spanish Armada. Maugham era un apasionado de España que visitó varias veces. Toledo y Segovia le fascinaban y sus libros se vendieron a gran escala en los años 50 y 60.
Al propio tiempo era un inglés atípico como todos los que han trabajado para el espionaje.
Fue médico de un buque de la Navy y después estuvo en la nómina del M15 lo mismo que Graham Green, o John Le Carré. Prefería la riviera francesa y se mostró crítico con el Establishment lo que le valió algunas críticas del FO. Se le motejaba de homosexual a causa de su misoginia y de alcohólico. Qué tendrá que ver el culo con las témporas. Cada uno la meten donde le dejan y bebe del jarro que le dan de beber, decía mi abuelo.
Su obra se inspira toda ella en fuentes biográficas. No fue afortunado en sus relaciones con las mujeres. Al final de la condición humana hay un pasaje que me impresionó cuando dice que las mujeres son un tributo a la tierra y el protagonista regresa a Inglaterra después de haber recibido calabazas de la mujer a la que amaría eternamente.
-debe Ud. Contarlo todo eso en una novela
-¿Yo?
-Es la fuerza que poseen los escritores sobre el público. Cuando algo les hace desgraciados, cuando se sienten heridos, pueden verter el dolor en sus obras y es extraordinario el alivio que se experimenta en ello.
-Sería monstruoso. Betty lo era todo para mí. No puedo hacerlo si no por ella al menos por mí. Yo tengo mi amor propio. Además no hay nada que contar.
Sublime final contado por un inglés educado en Oxford. Un gentleman no puede sacudirle el polvo a la parienta cuando se iba con otro como lo haría un estibador de Tilbury. No había en la Inglaterra violencia de género al menos en aquel entonces. El perdedor se daba a la bebida, una forma de suicidio o recogía sus bártulos y se iba con la música a otro lado. Las novelas de este autor no pueden renunciar a su carácter didáctico y moralista al reconocer que la mujer es un tributo de la tierra, ellas mismas son tierra, cortan los vuelos a sus adoradores que las colocan en las márgenes del emporio. Hay que saberlas querer, hay que saberlas amar, pero no tomarlas demasiado en serio,
¿Misoginia? Todo lo contrario. Pragmatismo. Muchos de los que lean los libros de mr. Maugham se sentirán reflejados en ellos. Para algo ha de valer la literatura.
Y ahora que me acuerdo hoy es la vigilia de san Andrés cuando hicieron moler a tres, tengo que cantar vísperas, los rezos y los cantos de siempre aunque no sea cerca del iconostasio de mi Alma Mater sino en el sótano de mi humilde piso madrileño. Gospodi pomilui. Señor ten clemencia por mis pecados y que mi alma te glorifique… blagosloví duza maia… pondré una vela por mis pasos perdidos en aquella old Merry England que disipé y rogaré al Apóstol que interceda por su Iglesia.
A pesar de todo vendrá algún dia el reino de Cristo que hará una higa a las mediawomen, a los bustos parlantes, ninfas y ninfas de la noticia que, no sabiendo nada parece que se las saben todas, del poderoso conglomerado audiovisual que sataniza nuestras vidas. San Andrés, Santiago y san Pedro son para mí mucho más importantes que Bankia o la prima de riesgo y toda esa gallofa mental que emana del contubernio de Bruselas. Goodby mr Chips. Long live to you, mr Maugham. Let us take it easy
jueves, 29 de noviembre de 2012
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jueves, 29 de noviembre de 2012
sábado, 24 de noviembre de 2012
ELECCIONES CATALANAS. LOS SECESIONISTAS ORGANIZAN UN CIRCO
Arturo Mas y sus cofrades en usa serían pasados por las armas por delito de alta traición
Odio la violencia, me repugna la guerra pero amo a mi patria y estos días ese catalán con cara de dolerle el estomago- tipo antipático y engreído mas feo que un caganet- se encarga de insultarnos y decir las mayores burradas los que amamos a nuestra patria y hemos jurado bandera. Corren malos días para la gente decente, los españoles de bien, y si Cataluña se independiza porque aquí Rajoy no ha dicho ni mu esta democracia se va a convertir en una una opera bufa en la que todos han ido a robar. Dineros catalanes en SUIZA, MUTISMO gallego y escucho por ABC radio al bueno de Felipe sahagun el meritorio de Cirilo Rodríguez el que me acusaba a mi y a toda la gente de la prensa del movimiento de ser corruptos por que porque el era un becario de una Fulbright de mil dólares y de lo que se trataba era de subir, el PSOE pedía degüellos, ahora este inclito milita en las huestes de la derecha informativa porque el ABC no es lo que se dice un periódico rojo, casi me dan ganas de llevarme la mano a la pistola. Aquí hay mucha gente que tendría que ser pasada por las armas. Tropa indigna de corruptos, villanos y traidores. Como este Felipe Sahagún que entonces se llamaba maraña, un soplón. La CIA por aquellos días reclutaba a los más violentos y a los peores. Esta democracia puede acabar como el rosario de la aurora pero con su pan se lo coman, yo ni quito ni pongo rey, allá ellos que lo arreglen y se repartan el bacalao. Creo que va a hacer violencia
Odio la violencia, me repugna la guerra pero amo a mi patria y estos días ese catalán con cara de dolerle el estomago- tipo antipático y engreído mas feo que un caganet- se encarga de insultarnos y decir las mayores burradas los que amamos a nuestra patria y hemos jurado bandera. Corren malos días para la gente decente, los españoles de bien, y si Cataluña se independiza porque aquí Rajoy no ha dicho ni mu esta democracia se va a convertir en una una opera bufa en la que todos han ido a robar. Dineros catalanes en SUIZA, MUTISMO gallego y escucho por ABC radio al bueno de Felipe sahagun el meritorio de Cirilo Rodríguez el que me acusaba a mi y a toda la gente de la prensa del movimiento de ser corruptos por que porque el era un becario de una Fulbright de mil dólares y de lo que se trataba era de subir, el PSOE pedía degüellos, ahora este inclito milita en las huestes de la derecha informativa porque el ABC no es lo que se dice un periódico rojo, casi me dan ganas de llevarme la mano a la pistola. Aquí hay mucha gente que tendría que ser pasada por las armas. Tropa indigna de corruptos, villanos y traidores. Como este Felipe Sahagún que entonces se llamaba maraña, un soplón. La CIA por aquellos días reclutaba a los más violentos y a los peores. Esta democracia puede acabar como el rosario de la aurora pero con su pan se lo coman, yo ni quito ni pongo rey, allá ellos que lo arreglen y se repartan el bacalao. Creo que va a hacer violencia
domingo, 18 de noviembre de 2012
EL SEPARATISMO DE ARTUR MAS CONDENADO A PERDER
CATALUÑA ÜBER ALLES. HITLER Y EL TRIPARTITO.
Antonio Parra
No me rindo. Perder una batalla no significa perder la guerra ni la
tolva puede ser mayor que la muela del molino. Seguiré disparando desde mi
tronera del alcázar asediado. No entrego la cuchara venga ni puedo renunciar a
mi cita con mis lectores a los que me debo en esta página gracias a la cual he
encontrado a lo que más quería semanas atrás. Mi dulce resplandeciente Helen
“the shining one” mal que les pese a las de la Cuerpa y a los pesquisidores e
inquisidores/as de una y otra lección. ¿Opus? ¿Opas? Dejemoslo pero me llegan
noticias de que nos leen hasta en Jerusalén que es una ciudad difícil como
todas aquellas en que a diferencia de Córdoba hay menos tabernas que librerías.
A Nueva York le pasa tres cuartos de lo mismo. Ya saben por qué ahora que se
acerca el Miércoles Santo que me recuerda el llanto del Salvador a la vista de
sus muros. “Et flevit amare”. Lloró amargamente y también yo. Viva don
Luis de Góngora que fue el que dijo Córdoba ciudad bravía más de mil tabernas y
una sola librería. A mí me gustan en verdad ambas cosas y palabra que no
concibo que pueda existir lo uno sin lo otro porque en mí siempre entreveró lo
dionisíaco y lo apolíneo.
Llanto por España en lisión
estatuto prostituto y tripartito finiquito causa de su fractura. No importa. Mi
patria vencida y desvanecida me refugiaré diablo cojuelo entre las lomeras y
tejuelos de mis libros. Mi patria al fin y al cabo no es una espacio físico
sino un sueño, ese fervor que surgió al pairo de un lema tanto monta monta
tanto, un cuscurro de pan, algo del sol de España y un jarrillo de vino
asumiendo las recomendaciones del Talmud de las que se apropia el Loyoleo: en
tiempo de tribulación no hacer mudanza o de otra manera cuando te aflija tu
destino ora llora y calla.
Pues estos días de atrás anduve sumido en la lectura de un colega
catalán, Eugenio Xammar, corresponsal en Londres y en Berlín para “La Veu de Catalunya” ferozmente
nacionalista y filo nazi. Él y Jospeh Pla entrevistaron a Hitler al alimón. El
libro se titula “El Huevo de la Serpiente” nada menos y nada más pues
nos viene al pelo en los tiempos bíblicos por los que transitamos y España
escuece de separatismos o acaso acaba de sonar la hora de los finiquitos y se
acabó el sueño dorado que contemplaron Isabel y Fernando con la fusión de las
barras catalanas con el pendón moradillo de los castellanos. El reino más
antiguo y la nación con mayor abolengo del cotarro europeo se descoloca hasta
convertirse en una huella en la historia un polvo de estrellas en el pasado. A
la independencia catalana seguirá la de Vascongadas y por fin llegarán los enxebres
del Bloque y quien sabe si hasta Asturias dejará de ser España lo que implica
una contradicción in terminis. Al igual
que la de los vascongados (dicen que son la tribu perdida la XIII y por eso dan
tanta guerra) pero ese postulado nos llevaría a más minuciosos y complicados
considerandos.
En fin que estamos en el Año de la Bicha. La lectura de “El Huevo de
la Serpiente” me ha recordado ciertas deducciones gnósticas a las que de
siempre fui aficionado. Si se suma con lectura dexiográfica (de izquierda a
derecha) el guarismo del año 2006 que nos acontece el computo sería el del ocho
número áureo y si le suman diez daría 18 que es el total de la “anosmia” el
innombrable 666, esto es 6+6+6=18. El libro de Xammar don Eugenio amén de
explicar cómo se produjo la construcción de aquel mito llamado Adolfo Hitler
por quien no oculta sus simpatías así como ciertos reparos - era un cuarterón
al que los Rotschilds eligieron para salvaguardar sus intereses. La casa Krupp
y el industrial judío Thyssen Bornesmizza de origen húngaro y que cuando los
nazis perdieron la guerra estableció en Villaverde la casa Boetticher, su viuda
anda por ahí atrayendo atenciones y visitas de la prensa de bulevar- dice que
era un “genio nacido para ser retratado”.
Las crónicas del corresponsal
de La Veu en Berlín destilan hispanofobia hasta el punto de sentirse ofendidos
tanto Jospeh Pla como él porque como representantes de la Generalidad y de la
Renaxensa fueron invitados a un homenaje al Quijote. Pla luego se desciñó de
aquella exaltación catalanista y la prueba es que durante el franquismo fue uno
de los escritores más publicados y tenidos en cuenta como firma habitual del
grupo “Destino”.
Xammar todo lo contrario permaneció acérrimo en sus principios. En sus
ideas a favor del nacional socialismo a mí me parece que rompe a cantar el
himno del “Deutschland über alles” a lo largo de las trescientas páginas de
este texto que he leído con melancolía porque me recordaba terrores aciagos.
Alemania por encima de todo y de todos. Cataluña, la mejor butifarra, que es lo
mismo. Era la cacantilenae marcha de las juventudes hitlerianas una especie de
Els Segadors a la alemana que entonaron el otro día a las puertas de la
Universidad de Tarragona los radicales de Ezquerra. Cuando emana la conciencia
de superioridad de un pueblo, de una raza, de una lengua sobre otra, ya la
tenemos preparada. Vienen los autos de fe, las Kristall Nacht” y los terrores
que acometen a ciertos ciudadanos de sentir español en Reus o en Euscalerría y
que andan con el miedo de las Estrellas Amarillas de los años treinta.
Luego vendrán los edictos de expulsión y los KZ y en ellos, un viejo
superviviente de Auschwitz me lo explicó, los más temibles eran los soplones, y
sobre todo las gobernantas. No hay cosa más temible que una mujer cuando le
colocas una cruz gamada o a una miliciana cuando le ponías en las manos un
fusil. Y a mí me parece que algunos del Tripartito lucen la esvástica nazi en
la solapa lo mismo que algunas de la Cuerpa pechugonas el látigo, los tirantes
y las polainas de “Portero de Noche”. Terror catalanista. Terror feminista
hombruno y nada femenino. Las guardesas
de los campos han vuelto a asomar la oreja con su gorra de plato y su chulesco
ademán no sabe con quien está usté hablando oiga.
Terror milenarista al fin y al
cabo. La libertad se aleja y prevalece como una nube ventolera paseandose por
la planta en actitud conminatoria el fantasma de la mentira. Este 2006 puede
ser un año traumático. Estaba escrito. Hagan rueda y haganme caso.
-¿Y qué le dicen, don Verumtamen, sus amigos talmudistas?
-Que zionismo y feminismo nada tienen que ver con Israel. Es el
Interpuesto que usurpa su voz que es la voz de los profetas.
-Cierto nos quieren robar la candela de nuestros candelabros. Es un
intento tan vano como descabellado como hurtarle el fuego sagrado a los dioses.
Tengamos esperanza. Spain
awake. Despertad todos de un jodía vez. Mañana amanecerá tovarich.
31 de marzo de 2006
viernes, 16 de noviembre de 2012
¿HUELGA GENERAL? ESTO NI EWS HUELGA NI ES NA
La España callada
I
love you Spain. Amo a la España que no grita ni se despepita, metida
en el obrador silenciosa, humilde y sencilla, afable, cortés, católica y
salesiana, a los pies de don Bosco y de María Auxiliadora. La España que se
desentiende pero que entiende, esa nación a la que Unamuno usando el vocablo en
su correcta interpretación filológica llamaba idiota (como singular, punto y aparte, carácter
propio, y no en la semántica que posee de hombre estúpido).
La huelga.
Oviedo estaba vacío, parecía al Oviedo en el
mediodía de un viernes santo antes de los oficios. Pocos piquetes, algunos
vejetes que cruzan las luces de tráfico de la escandalera o barzonean por el Bombé
[por sus losas paseaba Ripamilán y la Regenta, y el dogo de Palacio Valdés ladraba
a los patos del parque de San Franciscos], te miran como si fueses un marciano
o alguien que les recuerda a alguien que conocieron toda su vida. I love you, Spain.
Pocos
comercios abiertos pero refresco la pestaña en una tienda religiosa de la c/
Magdalena donde se pueden encontrar tres de mis libros “SEMINARIO VACÍO”
“REMEMEBER BRUNETE” “LLOVIENDO ROSAS”. Al fin los aceptan aunque me piden el
aval de un distribuidor pero yo siempre fui por la vida así, escotero, un
francotirador de la literatura, un free lance. No necesito distribuidor. I am
larger than life; me distribuyo a mi mismo, me importa un carajo lo que piensen
de mí mis enemigos: los de arriba, los de abajo, los de las izquierda y la
derecha que son los más peligrosos, porque los colecciono de todos los palos de
la baraja, de todos los colores y de todas las alturas.
Luego
me paso bajando la costanilla de Marqués de Gaztañaga frente al Campillín por
Valdés el mejor librero de lance de este viejo país pero nuevo y abierto al
futuro que ha publicado los mejores libros del mundo y esos están en los plúteos
de la tienda de José Manuel Valdés. Que han rebasado ya los mismos estantes y
se apilan en liños junto a la puerta donde Isabel, la esposa de Valdés,
cataloga y talla.
LA
ESCENA DE ESTE MATRIMONIO ENTRAÑABLE QUE SIEMPRE ME RECIBIÓ CON LOS BRAZOS
ABIERTOS ME RECUERDA LA COTIDIANEIDAD Y MONOTONÍA DE ALGUN CUADRO FLAMENCO O DE
LOS PEQUEÑOS ALEMANES. ELLA SOBRE EL BASTIDOR HACIENDO ENCAJE DE BOLILLOS CON
LAS ETIQUETAS DEL PACAJE. ÉL AL ORDENADOR SUBIENDO TÍTULOS A LA WEB DE
IBERLIBRO.COM.
No resisto a la tentación de un libro de mi ex
camarada Ángel Alcázar de Velasco sobre Serrano Suñer. A Ángel le ocurría lo
que a García Sánchís; que no escribían bien. Lo suyo era la oratoria y
escribían peor que hablaban.
Pese
a todo, A. De Velasco formula unas teorías que arrasan en la España actual al
denunciar la fuerza de los sefarditas en este país que controlan los
periódicos, medios de comunicación y radio. El cine, la moda, el aparato
judicial, el publicitario, las inmobiliarias, los bancos, las cajas, los
ministerios, la tesis y la antítesis, los perroflautas del 15M y Botín con sus fajos de billetes made in
Santander es su acólito, las juanitas de Intereconomía – esa dientazos que se
ha puesto las lentillas- se desparraman por sus listas y su nóminas. Por un
cabo y por otro controlan a los de la Ser y a los del ABC y la radio y la
televisión pública les rinden pleitesía, lo que tú digas, lo que tú juzgues más
preciso, buana, yo te acato, a tus piers yo me rindo. Mandan los de siempre
utilizando los métodos autoritarios delñ régimen pasado. Allí estaba Fernando
Onega, ese gallego que era editorialista del ARRIBA, un día tuvo la
inteligencia, la desfachatez o la carea de decir que Galicia desde que vino hasta
ella el apóstol en una barca de piedra era toda ella golpina y a le tienen
ustedes a Fernandito rey de las mañanas repartiendo doctrina democrática a los
pies de los caballos, quiero decir de una hermosa yegua doña Mariló, algo
abierta de ancas pero con un pie torcido o es que a los mejor le aprietan los
zapatos y ella va bien herrada de tacones; a este fenómeno le llaman en
Sociología colaboración de contrarios.
Los
capitostes de los sindicatos estan a su servicio. Son los libros que leemos,
los pensamientos con que nos desayunamos. ¡Que listos, los cansinos! ¿Dominarán
el mundo ellos o serán los chinos?
Los
europeos tenemos miedo del “peligro amarillo”, pues los zabulones han estado
yendo y viniendo, son de casa como aquel que dice, no nos creamos sus trolas y,
si les falta la simbiosis del cristianismo perecerán, pero los chinos… um
Ángel Alcázar de Velasco [1]
coincidimos. Era algo torero pero más cornadas da el hambre. La conspiración
orquestada contra España a través de las fuerzas oscuras la denuncio en mi Remember
Brunete con una diferencia de matiz. El agit prop estaba dominado por los
comunistas. Se hablaba del oro de Moscú a la sazón y Serrano Suñer pronunció la
famosa frase:
-Rusia
es cúlpale
En
2012 el conspirador ha cambiado de camisa y se ha vuelto ferozmente
capitalista. Juan español que trata de vivir aparcado de la política,
intentando defender casa, hacienda, familia, o su colocación, trata de ser el
lego, el “idiota” al que se refiere don Miguel pero no se lo permiten.
Ha de ser arrastrado por el torbellino. Si
viviera en la actualidad don Ramón Serrano Suñer tendría que trastornar su
invectiva:
-Washington,
Londres, Berlín son culpables
El
hombre de la calle asiste desolado a esta refriega y me recuerda un poco a
aquellos pobres golpinos a los que embarcaban en trenes de ganado por lo visto
a los KZ.
De
ahí esa tristeza que se percibe en las calles de la querida Oviedo. De regreso
a Madrid, formulo una oración al pasar por Santa Cristina de Lena:
-Christe
adjuvanos,
Coronado
el puerto de Pajares, me detengo como siempre en la vieja abadía de Arbás hoy
cerrada, lo mismo que la ermita del Buen Suceso antes de llegar al Rabizo
leonés. Madre del cielo, Virgen de la Esperanza, ruega por nosotros. En la
radio del coche las diferentes emisoras cuentan la historia de la huelga cada
una bajo un prisma diferente.
Lo
que para la SER es un triunfo para la COPE, Punto Radio y otras de la derecha
capitalista, un fracaso.
Mieres, sin embargo, y toda la cuenca minera
recuerda a un preventorio antituberculoso de aquellos de posguerra o un
geriátrico por lo deshabitado y vacío, no gira ya la rueda de las bocaminas.
No es
aquel Mieres que se alzó en armas el año 1934. Aquello sí que fue una huelga en
toda la regla. No sin razón la derecha acusa a los gremios sindicales de ser
instituciones anquilosabas y relicarios del pasado siglo.
Yo
viví las grandes huelgas mineras de Inglaterra en el 72 cuando las TUC pusieron
al gobierno Wilson y después al de Heath contra las cuerdas. Nadie se movía. No
había servicios mínimos. Tuvo que salir el ejército para encargarse del
transporte. Los esquiroles se jugaban la vida y aquí todo el mundo se mofa de
los piquetes informativos. Una huelga general la haces o no la haces, amigo
Menéndez. Estos líderes sindicales hispanos son unos curritos, fichan y están
en nómina. Por eso sus strikes, sus zaboskayas no son más que un paripé, un
reconocimiento de que el capitalismo ha ganado la partida.
El poder el gran poder que se ha quitado la
careta de marxismo leninismo, gasta cuello duro y pajarita (White collar)
frente a los descamisados de antaño, los del mono azul sin corbata, el “blue
collar” proletario
¿Dónde están aquellos Scanlon, Vic Feather, Jack Jones del movimiento Trade Union? Vino Thatcher
y caperucita roja se comió al lobo feroz.
A las comisiones y a las ugetes de Menéndez y F. Tojo les aguarda el mismo
camino. Y esto es una pena y al propio tiempo una usurpación de la utopía.
Porque las grandes conquistas sociales en España se las deben nuestros
ciudadanos a Franco y al movimiento falangista. Las izquierdas siempre
estuvieron manejadas acá por señoritos.
El
sistema de bienestar que tratan ahora de desmontar los neoliberales del
capitalismo montaraz (ABC, COPE, Intereconomía, Onda Cero, la gran Banca) no es
rojo sino azul.
Pensaba yo en estos recuerdos y mentalmente
fui rezando el rosario por mi España encanallada, engañada y emputecida por
unos cuantos esbirros que gallean, amagan y no dan pero están tomando nuestras
fichas; el papanatismo, la indolencia y la ignorancia del idiotismo iliota les
cubre las espaldas. Como católico pienso que la verdad aunque perseguida y
escarnecida nunca será vencida, empero, y eso me infunde esperanzas.
Pero estas cosas hay que escribirlas, ponerlas
negro sobre blanco haciendo una de las obras de misericordia: enseñar al que no
sabe. Es una función de la que se inhiben los curas que pasan de refilón sin
atreverse a tomar el toro por los cuernos en asuntos de tanto monte.
Me
duele que la iglesia exterior haya renunciado a este menester altísimo pero la
interior, la de mis amigos los libreros ovetenses, Valdés, la señora de la
librería San Pablo, sigue operativa. A través de ellos se mueve la callada
fuerza expansiva del Espiritu Santo. La gracia suple las mermas de muestra ruin
naturaleza. Tres vivas por lo tanto, al Paráclito
viernes, 9 de noviembre de 2012
PROFUNDIDADES Y MISTERIOS DEL ALMA RUSA
dostoyevski
es otra historia
para
entender a dostoyeski debe el lector lanzarse a las profundidades del
alma humana. Es diferente a los demás. Párrafo largo que se cine al
venero interior, a los flujos de conciencia. Contradicciones y
repeticiones pero, sobre todo, un gran poder de observación. Los
hermanos karamazov constituyen
un homenaje a la Psique de los griegos. Hasta el siglo xix no hay
paisaje en la novela. Pues bien, el poderoso escritor ruso es un
paisajista del mundo interior y al mismo tiempo un tratadista de la
patología del ser humano sumido en las pasiones, atraído por el
bien pero seducido al mismo tiempo por el mal. Su arte universal es
valedero para el hombre de todos los tiempos y habitante de los más
diversos países. Circulos que se cierran, caminos que se abren,
sonidos, imagenes, sus personajes se someten subyugados a la fuerza
del hado. Derrumbamientos, celos, asesinatos, envidias, la muerte, el
asesinato, los complejos mal explicados y las manías del cerebro...
todo eso es dostoyevski que zambulle su pluma en la vida irremediable
restregandola en una eclosión de metáforas. Es frío y afilado como
un tempano. Toda su obra se escribe a orillas del Neva donde en
primavera con la rasputitsa1
bajan por elc embancamiento de la avenida Nevski bloques de hielo,
fantasmas helados. El ritmo es frenético u exige en el lector un
esfuerzo de concentración. Leyendo Crimen y Castigo yo he perdido
muchas veces el huelgo pero tanto me atrajo su lectura que pasé
noches enteras con el libro. Noches blancas. ¿por qué mataría
Kolecnikov a la vieja? Hace buena novela negra pero Sherlock Holmes o
el inspector poirot son entes superficiales que se abstienen de
profundidar en todo el bagaje psicólogico de antecedentes penales y
de traumas que le conducen a un malhechos a perpetrar la acción. En
este escritor hay un mago de la palabra que la esgrime a la vez como
aliento del diablo y susurro del cristo. Lázaro sal fuer. Redimete.
Su `pensamiento profético está relacionado con la gran liturgia
bizantina. Cuando rasguea su pluma sobre el papel se percibe como la
salmodia de un monje que invoca al creador e impetra misericordia por
la humanidad castigada. Resucita hombre del tiempo. Mira a lo alto.
En muchos capitulos se lanza un responso penitencial y el texto
discurre por vericuentos que recuerdan a los banquetes funerarios o
convites feriales de la antigüedad eslava cuando se comían
hojuelas y luego se esparcían sobre la tumba del muerto. Un rito de
fecundidad desde la creencia de que todo lo que muere resucitará. Al
grito de Getsemaní le seguirá un canto de resurrección. En los
grandes maestros rusos parece aleterea la luz de la lamparilla votiva
que alumbra los iconos.
1deshielo
viernes, 2 de noviembre de 2012
DE COMO QUISIERON CAPAR AL ESTEBANILLO
ESTEBANILLO Y LA
LEYENDA NEGRA. II PARTE
Segundas partes nunca
fueron buenas. No embargante lo cual este aserto falla en el Quijote lo mismo
que en el Estebanillo González. Era pequeño y bufón. Viva la infantería
española que se cubrió y valor en Flandes. Esta obra denuncia lo que la leyenda
negra silencia entre bromas y veras y chacotas como por ejemplo el relato de su
propia emasculación a la que fue condenado por violar a una criada. El pasaje
ha sido borrado de las ediciones posteriores a la edición príncipe. La cosa
debió de ocurrir en Bruselas. Era el castigo a este tipo de delitos que se
acostumbraba en los viejos tercios.
Cuando ya el matarife estaba preparado con los
trastos de matar y el jifero se disponía a hacer carne en lo más reservado y
valioso de su anatomía llega un mensajero del cardenal Infante – hermano
bastardo de Felipe IV- con la papela. Del susto casi se muere nuestro personaje
y de la alegría del indulto encuentra una taberna y se emborracha como de
costumbre. Es uno de los pasajes más tersos, deliciosos y divertidos de nuestra
literatura clásica. Y conserva una modernidad pungente y pinjante, nunca mejor
dicho, que parece haber sido ayer mismo. Salió nuestro héroe de Capadocia,
quisieron caparlo y no lo consiguieron por la gracia de Dios y prosigue sus
travesuras y aventuras de las que al contrario de lo que acontece en otras
novelas picarescas suele salir airoso.
Como vivandero de las
tropas y entre la impedimenta y los bagajes, lo que hoy se denomina Logística,
defiende las banderas del emperador. La guerra huele mal. A cadáver, a mierda
de mulo, y a chamusquina por el incendio de las ciudades y no solía haber
piedad para el vencido. Las villas eran saqueadas, las mujeres forzadas por la
soldadesca. Pero hay en toda ella una vibración épica y hasta cierta
generosidad. Estebanillo siempre las apaña, cruza con su regimiento el Rin
varias veces. Su columna llega nada menos que a CRUZENAQUE (Kreuznach) en
Prusia casi en la frontera rusa y cuenta cómo era la vida en Bruselas donde se
situaba el cuartel general. El personal al atardecer se dejaba en la Cur que
era como el Prado de Madrid.
En Mansfeld monta un tenderete de tabaco y
aguardiente donde gana de dinero pues los legionarios no miraban dispendios.
Iba y venía con los convoyes portando sus menudencias y remediando las
necesidades de la tropa, les vende botas y piales, ropa de campaña por lo
general requisada a los holandeses a los que odia lo mismo que a los judíos, siendo él de la misma raza
por parte de padre y hablando hebreo a la perfección, pero no le duelen
prendas. A los primeros llama gorgoteros porque al hablar parece que hacen
gárgaras y a un hebreo en Viena que no le pagó una deuda lo tiene metido en un pozo
de nieve que era una especie de nevera que tenían las casas aquel entonces para
conservar la vianda. Se echa varias novias alemanas y las pone al punto. No le
importa servir al oficio más viejo del mundo de macarra. En Maguncia tiene un
duelo con un compañero por una trampa al juego de dados.
Y era tan poco
escrupuloso con su mercancía que bautizaba la cerveza que expendía con el orín
de los caballos y los parroquianos no notaban sedientos y bebidos como estaban
estas bodas de Caná. Que no tienen vino, pues meales la jarra, no se van
a dar cuenta.
Nos cuenta la victoria
de las armas españolas frente a los franceses en Namur y al llegar a Lovaina se
emborracha para no variar. Llegué a Lovaina, insigne universidad de Brabante y
refrescándose la memoria de mis estudios pasados me entré en un escolástico
tabernáculo adonde tomando un calepino de tragos, en poco espacio, pensando
hablar romance, hablaba un latín que ni yo mismo lo entendía. Sus aventuras
etílicas siguen en SCHENKE isla del Rin que tomaron los tercios y al bufoncillo
hasta el nombre de la ciudad le agrada pues Schenke en alemán significa
taberna. Allí siguiendo al grueso de la caballería española se gana el favor de
un capitán al que le arrima las mozas, le limpia las botas y el correaje. Era
don Pedro de Montemayor.
En Mastrique entró al grito de Viva España
y muera Holanda pero en la famosa plaza de los Nederlands cae prisionero
del ejercito del DUQUE DE BULLON. Salva el pellejo en un canje de
prisioneros. Al leer esta obra, uno no puede menos de mirar para el CUADRO DE
LAS LANZAS en la rendición de Breda, hoy Brest, una victoria para las armas
españolas.
En esta panorámica de un campo de batalla se
espeja[i] el ambiente
caballeresco de aquellas guerras de religión que el protagonista cree que
financiaban los banqueros judíos de Amsterdam. Hay una relación circunstanciada
de los campos de batalla y la zona de operaciones mucho más circunspecta y
humorística de la que traza la leyenda negra. Ya sabemos lo que decían las
madres de NORDLINGEN para asustar a los niños. No decían que viene el coco.
Decían que viene el Duque de ALBA. El Esteban, a lo que estamos, sigue a lo
suyo que es la supervivencia del enemigo en el campo de batalla y de sus jefes
que lo arrestan por inquieto y revoltoso al corneta, machacante, ranchero,
vivandero y provisor, mozo de mulas y pincerna del general al que le bebe el
mejor vino poniendo en la copa otro de inferior calidad. Es un soldado
profesional que sin grandes alharacas defiende su bandera aunque del propio
estandarte hace befa diciendo que era un trapo colorado. Si viviera ahora mismo
hasta se limpiaría el trasero con la señera catalana, esa que cuando la ve
Arturo Mas y sus comilitones parece que les da un telele y entran en trance.
En Ruppelmunda se echa novia, una DAMA DE
DAME. Con esta moza todo el escuadrón tiene esposa aunque sea por un cuarto de
hora y el dulce meneito. No sale muy mal parado el amor cortés de esta
furibunda diatriba contra la mujer, que rezuma misoginia. En un par de párrafos
pone en berlina a las Frigilis, a las Tisbes, las Elisas, los Heros y Dafnes de
los sonetos.
No existen Lucrecias ni Porcias en la vida
real. La fuerza de la sangre es la fuerza del semen y de los dineros con estas
damas de toldo y arandela que llamaban en el Prado y en Flandes eran soldaderas
y en la legión hasta no mucho cantineras[ii].
Su poca discreción y
temple arisco con las señoras pues nuestro bufón debía de seguir la técnica de
aquí te pillo aquí te mato le va a costar una condena a EMASCULACIÓN que el
sentiría más que la propia muerte en Ruppelmunda.
Se trata de uno de
los pasajes más escabrosos, aunque nada morboso, y más divertidos de todos
nuestros clásicos. Con cuanta resignación, un mar de lágrimas los ojos y dando
por perdidas sus mejores prendas, aunque reconociendo su delito va a
caminar hacia la toza de un capador de gorrinos con más angustia que si fueran
las escaleras del patíbulo.
Al otro día vendría
el sastre de cortar trajes. Era un castigo muy frecuente en palacio pues los
enanos y bufones aparentemente inofensivos se convertían en favoritos de las
damas con gran furor y celotipia de sus correspondientes esposos. Es posible
que don Francesillo el pequeñete que aparece en las Meninas hubiera sido
despojado de sus atributos por orden del rey[iii] sin
embargo, Estebanillo volvió a tener la suerte de cara pues se salva en el
último instante cuando el albeitar preparaba los instrumentos para infligir tan
horrible suplicio. Atroz pero frecuente en la edad media. A los ladrones se les
cortaba la mano, una costumbre prescrita en el Corán. Y a los violadores y
abusadores de niños, chas...
[i]El
duque de Espínola embutido en su loriga y gorguera repujada recibe las llaves
del gobernador francés de la plaza
[ii]Aficioneme
a una doncella y dama de dame, labradora en el aseo y cortesana en guardar
ausencias. Tenía pocos años y muchas astucias. Tenía todo su dote y el ajuar a
cuestas, el testamento en la uña... puse los ojos en la tal polla y pareciome
estar en edad de poner huevos. Le di un
día un pellizco tan apretado como el amor que le tenía y ella me pagó la lisonja
con una coz tan desigual que su adamadura que malos años para la briosa yegua.
Y como es de pollinos hacer el amor a coz y bocado no extrañé el son de la
castañeta. LIBRO II, cap 8º
iii yo le supliqué al gran bailío que no lo hiciera... pues no
quería ser guardadamas en casa de un príncipe o privado de un sultán... porque
al no ser justo a mí se me salía el alma por la boca porque Dios mandó a
nuestro primeros padres la multiplicación y que me caparan a mí siendo mozo iba
contra las leyes de naturaleza.
[iii]Felipe
iii mandó castrar a Alcocerico truhán de corte y hombre de placer. La operación
se llevó a cabo en Valladolid a tenor con un texto que aparece en la Miscelanea
de Zapata. Los enanos estaban bien dotados y eran incansables un poco por la
ley de compensaciones de la naturaleza
martes, 30 de octubre de 2012
VALLADOLID CIEN AÑOS por JOAQUIN DIAZ. RECOMIENDO ESTE LIBRO,visitar la página de la libreria Alcaraván en la Villa del Libro
VALLADOLID 2
2
En cierta
ocasión que visité la Ciudad del Pisuerga tuve la curiosidad de visitas la casa
donde habitó uno de los eximios maestros de preceptiva literaria, don Narciso
Alonso Cortés. Los que estudiamos humanidades en los 50 nos empollamos su
Historia de la Literatura Castellana en papel malo y fotografías de
daguerrotipo. Dios mío, muchos recuerdos. Vivía en Nuñez de Arce 34 el
académico, el más eximio erudito de las letras hispánicas en los últimos dos
siglos. Bajo su guía empezamos a conocer y a amar a los clásicos. Discípulos
suyos fueron Gerardo Diego, Alarcos Llorac el ovetense a los que ningunearon
sus paisanos a causa de su peculiar opinión sobre el bable y los bablistas
(dijo una verdad como un tempo, pues no se puede resucitar una obra muerta)
López Anglada, Juan RAMÓN Jimenez, los Machado. Detrás tenía un huerto y una
higuera y un lema en latín que decía messor indefessus (segador sin
fatiga. Era un latinista de primer orden desde sus tiempos de seminario. Tuvo
por maestro nada menos a a don Raimundo de Miguel. Colgó los hábitos en
teología pero la pasión por la tradición de aquella iglesia universal, su
liturgia, su lengua, permaneció hasta el final de sus días. Murió sin ser
demasiado reconocido y casi abandonado. Ay si hablasen las piedras de Nuñez de
Arce 34, aquella puerta de piedra arco de medio punto enguichada de barrotes,
aquel jardín, aquella higuera y aquella biblioteca de casi cincuenta mil volúmenes
pignorada en casi tu totalidad. En cuan poco tienen los españoles de ahora las
cosas grandes de su patria, qué poco
2
inclinados a los deleites espirituales de la
especulación, la lectura, la charla en un café a media tarde.
En el Diario Libertad me publicaban a mis mis
primeras crónicas desde Londres. Luego la piqueta deletera y rencoroso de los
que no olvidaron a Onésimo Redondo, su eximio colaborador, obligó a echar el
cierre. Siempre se atuvo al carácter revolucionario de su fundador. El Norte
de Castilla, por contra, y que los admiradores de Delibes ideológicamente
fue siempre más acomodaticio y funcional. Cuando vino la transición Manu
Leguineche se colocaron la medalla de haber sido el periódico de la oposición
al franquismo. Pertenece a la familia de los Alba y su línea editorial de ideas
conservadoras, burgués y liberal coincide con el talante de la ciudad de
comerciantes, industriales y terratenientes de medio pelo. Valladolid siempre
tuvo un aire francés. Algunos de los edificios con sus mansardas en lo alto y
los pinos tejados cubiertos de pizarra recuerda un poco a París.
Joaquín DÍaz en este libro sobre su ciudad ha
hecho un exhaustivo alarde de dotes documentalistas y muestra las pulsiones de
la urbe que cuya historia conoce bien. Valladolid tiene un talante artesano y
manual muy tradicionalista donde los zapateros celebran la fiestas de San
Crispin, los sastres a san Homobono y los toreros a san Pedro Regalado un cura
converso que es a su vez patrono local. Fue ápice de la Contrarreforma, lugar
de muchos curas y frailes: los del Babero del Colegio La Salle, los agustinos
filipinos, los jesuitas. También de militares: academia de Caballería,
regimiento de San Quintín etc. apunta otra peculiaridad, la de las amas secas o
nodrizas, exuberantes matronas venidas de Asturias y Cantabria para formar
parte del séquito de la servidumbre de familias acomodadas. Cien años en la
vida de una ciudad más de ocho veces centenaria no son nada pero la labor
realizada por el autor ha sido tan importante como valiosísima y eficaz y, al
parecer, por muy poca paga. Nunca estuvo la cultura española en tal
devaluación.
Llegó la peste y la pasta -enhoramala- de los
vivalavirgen y vivanderos de la Mala Causa y en manos de cuatro mandarines
arbitrarios e incultos que procuran que la buena antorcha se meta bajo el
celemín, mientras ellos nos deslumbran y ocupan cacho, publican, son agasajados
por toda esa patulea de la Mediática pánfila. Con decir que dieron el premio
nacional de periodismo a un tal Juan Cruz-en Londres loo llamaban el
tuercebotas canario y del polisario-, ya está todo dicho.
He aquí, sin embargo, algo que merece la pena: un
libro para el recuerdo, un buen manual de historia local que hace las delicias
de un empedernido lector. Cuando abro sus páginas en este otoño de crisis y
apago la caja tolondra, mientras el personal se entretiene jugando al
apocalipsis con el huracán de NY. La Gran Manzana donde viví el apagón del 77,
ay aquel verano de pesadilla, me pareció un pueblón de Kansas City habitado por
paletos mientras en Valladolid viven hidalgos.
Voy poco últimamente pero los paseantes de la
calle Santiago, Umbral lo decía, eran un poco pijos, siendo él, asimismo, Dios
le haya perdonado, envarado y distante con quien le convenía pero, en fin, cada
una de las ciudades de Castilla la Vieja tiene una personalidad distinta. En
Pinciana, patria de Zorrilla aun
se detecta el orgullo de la que fue urbe y corte hasta el tercer Felipe.
Allí fue bautizado el Rey Prudente,
murió Cervantes y toda la ciudad respira un aire entre castrense y místico,
orgullo de casta. En León son cazurros y comen conejo. Los de Segovia, judíos.
Ávila, augusta, la de los santos y los cantos, buena gente conversa pero no
tienen vino. Zamora, la bien cercada por un lado la cerca el Duero y por otra
Peñatajada, es larga y no se recorre en una hora; de punta a cabo, diez
kilómetros. Yo creía que no llegaba nunca a la procesión un Viernes Santo.
En Burgos viven los altivos. Salamanca docta,
circuncisa e imperial donde aun retajan a los niños. Soria, lejana y
ensimismada rinde culto a san Saturio y a san Mamerto, es la Mamel alemana bien
aireada por el Moncayo. Palencia, gente de pro y los de Logroño, coño, y para
de contar, pues Castilla la Vieja [uno aprendió geografía por el plan antiguo
antes de que se impusiera esa arbitrariedad territorial de las Autonosuyas] es
variada y múltiple y cada villorrio, cada majada tiene una forma distinta de
enfrentarse a la vida. Perro viejo al mear alza la patita, que no nos vengan
con historias, pero la lectura de este libro me ha servido de acicate para
remozar antiguas vivencias.
Porque Valladolid es el meridiano por el que pasa
toda la historia de esta nación una y múltiple. Allí se fraguó su unidad.
Visito el antiguo convento jerónimo del Prado del que fue prior fray Hernando
de Talavera, confesor de la reina santa, el alfaquí celestial, que se convirtió
en penal, lo mismo que san Miguel de los Reyes en Valencia. Ese fue el trágico
destino, tras la Desamortización, de muchos monasterios.
Cisneros
que le sucedió en el cargo utilizó métodos más contundentes para convertir a
los moros de Granada y no la blandura de
fray Hernando, un converso- sus hermanas vivieron a la sombra de la cárcel
cordobesa del Santo Oficio - que fue el primero en decir la misa en romance con
lecturas en árabe en la catedral granadsina, adenelanandose cinco siglos al
Vaticano II en lo de las vernáculas pero esto ocurre en las mejores familias
sobre todo viniendo, sin saber adonde vamos, de donde venimos(de las tres culturas
y religiones), como demuestra el último párrafo del epilogo de VALLADOLID
CIEN AÑOS, inmerso en la tolerancia y la bondad de la que es capaz un alma
castellana:”Valladolid ha sido lugar de paso, aldea y corte, incómodo
muladar y ciudad elegante, mercado y templo, bastión y villa abierta,Corte y
asiento gremial, inspiración y desesperación, crisol y fuego fatuo, noche de
sábado y mañana de domingo... todo eso y mucho más ha sido y sigue siendo esta
ciudad que se retuerce sobre sí misma como una interrogante y que, como los
hidalgos de antaño, conoce sus antecedentes pero no puede recurrir a ellos.
Habla entre comillas y piensa en silencio, dejando la voz para quienes recorren
sus calles como las antiguas esguevas, ora mansas ora violentas”
Chapó. No se puede definir de forma más elegante
lo que es la esencia de una ciudad. Gracias, Joaquín y que vivas cien años por
tu elegancia, solercia y bondad, todo un lujo para nosotros castellanos.
Biendicho sea el Dío .
30/10/12
lunes, 29 de octubre de 2012
JOAQUIN DIAZ... JUSTUS UT PALMA FLOREBIT
ESTUDIO SOBRE LA
VIDA Y LA OBRA DE NUESTRO MENENDEZ PIDAL Y NUEVO MIGUEL DELIBES
CASTELLANO
Primera
parte
Debe de ser como consecuencia
de la plegaria que dirigimos mis hermanos de luz y de sangre acompañantes de los
pasos de la semana mayor cuando en el seminario invocando al Espiritu Santo
entonando en la Fuencisla el Veni Creator, he tenido un felicísimo otoño, sin
visitas a los tabernáculos pues émulo y pecador fui siguiendo los pasos de don
Francisco de Quevedo, sublime Cojo[1](¿mataste a Erifos?... lo
tengo derrotado… uy no te fíes) la persecución ha cejado, veremos cuanto dura,
que a muchos les dejo bocas, ineluctable e incontrovertible, con mis argumentos,
tanto literarios como políticos de la situación que atravesamos en este pobre
país que antes se llamaba España. El obispo sigue sin dar respuesta a las
proposiciones de este diácono, pero Dios
nos hace caso. La gracia divina no va por arriba, circula por extraños conductos
subterráneos. Por eso parece que su Rostro se oculta. Está ahí y no lo vemos.
Pues eso.
Camino del septentrión, [yo siempre fui
buscando la estrella polar, luz y guía no me desampares, Santa María], a la
altura de San Cebrián de Mazotes en la A6 me desvié para ver la iglesia mozárabe
reliquia del gran arte cristiano visigótico del siglo X, fundada por monjes
cordobeses, de la que se hacía lenguas el profesor Azcarate. Lo mozárabe se ha
puesto de moda porque la morisma, de la que vinieron huyendo aquellos benditos
frailes visigodos con las reliquias de sus mártires al hombro ha vuelto a la
carga. ¿Nos invaden o es que los dejamos? De cualquier forma parezco escuchar el
planto de don Rodrigo en la cava. El primer violín ataca las notas en clave de
sol de un guay de mi España. Aparentemente la situación, mutatis mutandis, se
parece un poco a la de aquellos reinados de los últimos godos: Witiza y Wamba
dados a la intriga y a la holganza, aquejados de eso que denominaban morbo
visigótico, léase envidia. Y ya se sabe: la mula de Wamba que ni come ni bebe ni
jode ni caga pero siempre anda. Bueno dejemos a Jeremías en un ladillo con sus
improperios y al pueblo en manos de sus políticos con sus
lamentos.
No tuvimos suerte en nuestro intento de ver
esta joya. Un veterano estaba a la puerta con su nieto en brazos, un niño muy
rico y sonriente que me recordaba a mi Diego, bajo el dintel de una puerta de
cuarterón, me informó que la iglesia sólo puede verse a la hora de
misa.
-¿A qué hora
es?
-Los domingos a las doce y
eso si el cura viene.
-Ah, pues tiene usted un niño
muy majo, abuelo. Que le veamos en la mili.
-Eso ya no se
estila.
-Hombre, es un
decir
-Pues de hoy en un año y
usted que lo vea.
Por aquí tierra de Mojados y
de La Espina la gente es dura y fuerte como sus casas de adobe que mira que
resisten pero amable e hidalga. Es esa reciedumbre que se manifiesta en la
parquedad de los gestos y del lenguaje. En otras zonas son más parlanchines pero
menos leales. La tristeza y el recelo se notan ahora con la crisis en cualquier
parte de España vayas donde vayas, aunque en san Cebrián no nos ocurrió lo que a
Joaquín y a su equipo en Puebla de Sanabria que quisieron acantearlos tomándolos
por periodistas.
Así que con las mismas por
una carretera de cárcavas entre encinares y algún que otro tractor que pasa –la
semencera viene buena con estas lluvias que han caído por san Frutos y hay
bandadas de tordos que emprenden vuelo hacia el sur- me cambio de valle,
subiendo la cuesta que va a dar al páramo de Torozos y dejando a la izquierda a
una verdadera catedral románica en el campo, santa María de la anunciada en el
antemural de la antigua villa de los arevacos que a Roma le costó dios y ayuda
conquistarla (Oronia también se asoma a un castro sobre la vaguada) ne acerco
hasta Urueña la villa del Libro. Adonde voy y vengo con frecuencia. Cargo las
pilas porque lugares así son el frumento espiritual de mi alma partida en tantos
cachos.
Me saludan los
merlones de una muralla bien conservada, el torreón de una iglesia adusta que
carece de atrio pero tiene antojana a imitación de los templos rurales
asturianos. Pese a lo inclemente de la mañana está desembarcando del autobús un
grupo de turistas de la tercera edad. Pasean por los corros[2], se hacen fotos bajo el arco ojival de la muralla que
a mi me recuerdo a Micklegate o puerta de san Miguel en York, visitan el museo
etnológico o el centro paleográfico de Alcuino, aquel amanuense de Carlomagno,
nacido en Eboracum[3], la patria inglesa de santa
Helena, que enseñó a escribir a los monjes de medio Europa en caligrafía rúnica,
compran algo de vino y queso y se largan.
Libro y vino son buenos compañeros del hombre.
Un libro y un amigo quiero yo en mis lares, libro viejo que leer, viño anejo que
beber, leña seca que quemar, amigo antiguo con el que conversar hacen la plena
felicidad del justo y, si es al amor de la lumbre y con un jarrillo de clarete
de Rueda a mano, mejor que mejor.
La lectura alarga la vida y el vino la alegra.
Converso con mi amigo Jesús el librero de lance que regenta la bookshop más
antigua, la de Alcaravan con veinte años tras el anaquel, y mucha experiencia entre sus barbas,
catalogando, tallando volúmenes, poniendo etiquetas y registrando plúteos donde
duerme la sabiduría del mundo.
Ya es pena que tan abnegado y sacrificado
oficio (estos libreros de lance son la mejor compañía del escritor que siempre
va buscando su arrimo encontrando en ellos comprensión, tolerancia y un poco de
conversación, claro que no todos, porque también en este rebaño bala alguna que
otra oveja negra) no esté tan valorado y mucho menos pagado como debiera. Los
libreros portan la llama del fuego sagrado; son como San Cristóbal que cargan con los sueños,
con las pesadillas, los pecados, injusticias y también virtudes del mundo, sobre
sus recios lomos porque sin libro volveremos al Neardenthal, al encefalograma
plano que es lo que parece que pretenden los demiurgos de la
imagen.
He aquí el cordero de Dios. Ecce agnus dei qui tollis percata mundi… padre, perdónalos, quieren quemar todos los libros como dicen que hicieron los nazis, quieren por lo visto borrar la memoria, porque hay cláusulas que no les favorecen. Son un poco tramposos y algo nazis estos askenazis ¿sabes?
He aquí el cordero de Dios. Ecce agnus dei qui tollis percata mundi… padre, perdónalos, quieren quemar todos los libros como dicen que hicieron los nazis, quieren por lo visto borrar la memoria, porque hay cláusulas que no les favorecen. Son un poco tramposos y algo nazis estos askenazis ¿sabes?
Prohibido soñar. ¿Por qué? Felipe Roth el
flamante P. de Asturias de las Letras (esos premios principescos están algo
devaluados, nadie habla de ellos en la prensa internacional y son una especie de
calderilla en forma de Nobel español sin prestigio y que cuestan un ojo de la
cara, demasiado bien pagados, un despilfarro sobre el pescuezo del
contribuyente, nos mean y dicen que llueve y se lo dan siempre a los judíos) que
ha tenido la descortesía de no estar en Oviedo, dice que, si pudiera, que
apostataría de la literatura. Menudo panorama. Pero él cobra, publica, recibe
laureles y honores y a los demás que nos zurzan.
Nos pone el tal Roth de
vuelta y media desde las páginas del NYT y aquí van y le galardonan con unos
milloncejos. ¿Cómo se come eso? El famoso rotativo neoyorquino no puede ver a
España ni en pintura. Nos advera de muertos de hambre porque andamos revolviendo
el cubo de basura y además secunda la independencia de
Cataluña.
-Ceferino, ¿tú como lo
ves?
-No digo nada; que son unos
jodios impresentables.
-Chist, punto en boca ya lo
sabes. Del rey y de la inquisición chitón, que me chivo a
Gallardón.
-Eso sí que es
morrocotudo.
Estaba algo triste, afligido por los fantasmas
que se lían a despotricar, a lanzar porvidas y juramentos dentro de mi cabeza
que parece un cajón de sastre pero guarda cierto rigor, a la vista de cuantos
despropósitos nos rodean e indignan como por ejemplo esa ministra del Paro, a su
cargo la cartera de Trabajo, una andaluza a la que llaman caracuadrá y un consejo de ministros
presididos por Rajoy que parece la orquesta del Titanic. Posan muy sonrientes y
repeinados delante de la cámara. Por delante risas pero por detrás debe de haber
un navajeo feroz que menudas cuchilladas. Todos tan modositos que parecen una
terna de los doctrinos pero atame esa mosca por el rabo. Es su máxima en la
vida: paso de buey, diente de lobo, y hacerse el bobo.
Eso sí; todos se pegan por
salir en la foto mientras Gallardón, el más peligroso, nos ha subido las tasas
judiciales, pleitos tengas y los ganes, que en esta republica coronada te
empapelan por menos de nada. Y de paso el señor ministro de Gracia y Justicia ha
dictado un ukase que nos devuelve a los españoles a los tiempos de los
quemaderos y de los autos de fe, ahora son para combatir heterodoxias
democráticas pero qué más tiene, tanto monta, monta tanto.
Son los mismos galgos con otros collares. Los personajes de la inmortal obra de Delibes, el Hereje, vuelven a caminar por nuestros caminos perseguidos por los corchetes de lo políticamente correcto. Ahí va eso. Pintémoslo de verde. Es la vesse, el pedo del diablo que ya anunciara Villon.
Son los mismos galgos con otros collares. Los personajes de la inmortal obra de Delibes, el Hereje, vuelven a caminar por nuestros caminos perseguidos por los corchetes de lo políticamente correcto. Ahí va eso. Pintémoslo de verde. Es la vesse, el pedo del diablo que ya anunciara Villon.
Si abres la boca o escribes
algo, puedes acabar en la cárcel y en la ruina porque las minutas del rábula las
ha puesto por las nubes Gallardón, subiendolas casi un setenta por ciento, y a
nuestras humildes posaderas de cara al paredón. Volvemos a ser carne de horca y
de presidio los españoles.
En medio de tales cavilaciones y malos
barruntos, la hospitalidad de Jesús el librero y su buen trato me sacan de mis
amarguras porque yo me lamento de la dureza de esta profesión en este tiempo.
Como los escritores intentamos robarles el fuego sagrado a los dioses, estos se
vengan de nosotros. No sé si seremos malquistos o dejados de la mano divina.
Deus meus, Deus meus, ut quíd
dereliquisti mihi[4], el grito que lanzó Nuestro
Señor en el Calvario es el mismo que ahora nosotros damos muchos escritores y
libreros españoles. Aquí siempre se tuvo un gran respeto a la letra muerta y al
libro en reverencia pero han llegado los nuevos bárbaros del norte con sus
caballos bajo cuyos cascos no volverá a crecer la hierba aplastándonos las
cabezas.
Sin embargo quienes
emborronamos papel somos un elenco correoso y no nos rendimos fácilmente.
Cruzaremos el vado con una cuchillo entre los dientes como ha dicho Juanqui y
confiando en la ayuda del Todopoderoso.
Cervantes acabó de palanganero en una mancebía
de Valladolid, a Zorrilla lo tuvieron que enterrar de caridad y al pobre Tomás
Salvador el mejor novelista en los últimos decenios murió en la miseria, Quevedo sufrió un largo
cautiverio y sus deudos le robaron lo poco que tenía, según me entero por mi
comunicante.
Para consolarme me regala un librito de
Joaquín Díaz, EL ASFALTO Y EL BALAGO, que ha sido un verdadero hallazgo y que
desconocía. Se trata de un opúsculo con una colección de cuentos y de artículos,
muy sucinto y que prende en el lector por su sutileza, concisión y exactitud,
eso que llaman los alemanes acribia, el punto exacto, con referencias personales
de recopilador de esa gran literatura oral que produjo Castilla y sus andanzas
por los Ancares, por Sanabria y Tierra de Campos.
En sus paginas resplandece el gran escritor
que es y lo buen prosista castellano Joaquín. A imitación de los hombres
universales del renacimiento es capaz de tocar todos los instrumentos musicales,
compositor sinfónico (sus obras de una gran impronta religiosa hacen pensar en
Tomás Luis de Vitoria, el precentor o primer chantre de varias catedrales
españolas del XVI) filólogo y matemático. Cuenta chistes como nadie. Es
bondadoso y noble. No tiene envidia ni resentimiento ni la cólera que nos domina
a otros y nos vuelve peligrosos desde las teclas de un portátil.
En Urueña y en Castilla a
nadie oí murmurar sobre su persona, todos
le quieren bien. En esta obrita en la que narra alguna de sus experiencia
personales y su visión sobre la vida y las gentes y la época que nos ha tocado
vivir a los que rezábamos el confiteor y cantábamos el perdona a tu pueblo o el amante Jesús mío
y hoy nos cuesta trabajo ir a misa los domingos porque la liturgia al
vulgarizarse ha perdido ese carácter mágico de misterios órficos y de vida del
más allá que constituía su médula espinar; ahora nos hicimos laicos y todo nos
da igual.
Aquí se manifiesta de cuerpo entero pero su
bondad no le permite derramar acíbar determinándose hacia parámetros científicos
pues es también sociólogo[5] y no reparte caña como hago
yo, que soy un par de años más viejo pero de la misma generación del 68.
Suaviter in modo y con esa ponderación tan vallisoletana introduce sin embargo
la lanceta en las carnes doloridas de nuestra comunidad pero sin buscar
soluciones ni meterse a redentorista. Dando una versión objetiva de la realidad.
La música de Joaquín Díaz nos hizo gozar en la juventud y ahora su pluma en la
madurez nos obliga a pensar dentro de un marco de esperanza y de compasión hacia
el género humano del que se aparta para vivir en plenitud su yo y su realidad.
El ruido le asusta como también las corbatas. Viaja casi siempre en autobús por
no gustarle demasiado conducir, según creo.
El libro que me regaló
Alcaraván y que leí en un par de horas al llegar a casa sin acusar el cansancio
del viaje es uno de esos textos fundamentales que le obligan a uno reconciliarse
con la vida y decir hay que ver lo bien que está escrito esto y esta situación…
pues no se me había ocurrido. Es galardón del genio contemplar en las cosas lo
que está oculto al común. Sus páginas son puro deleite espiritual y me traen a
los ojos el tamo de aquellas trojes, de aquellas eras donde ya no trillaré nunca
ya ni reverdecerán alguna vez más. Hay que mover el balago, chiquitos (beldar,
segar, acarrear, remecer y remeter) y también menear el tango[6].
Significa trabajar y es antónimo de echarse al
surco. Bálago de los yeros y balago del trigo y del centeno que segábamos de
madrugada.
Y Joaquín, tan laborioso, menea el balago con
destreza trayendo a la memoria palabras olvidadas que hoy duermen en los
calepinos de nuestra mocedad y no son más que una cendrada en el cenicero del
olvido. En algunas partes el tamo se conocía con el nombre de cisco y era la
atmosfera de los pueblos por antonomasia. El balago era saludable, picaba un
poco cuando se metía entre las albarcas
o los fondillos pero tenía un olor muy saludable y natural emanado de las
barbecheras y rastrojos. Por el contrario el asfalto es nocivo y pernicioso.
Dicen que es agente cancerigenos por la brea y el alquitrán, por el humo de los
tubos de escape, por el ruido que levantan al deslizarse sobre él el tráfico
rodado.
Miguel Delibes fue el último vate de aquella
sociedad que dejó de existir en poco más de dos generaciones con la emigración
masiva del agro a la urbe. Algunos antes de tomar el coche de línea iban al
pajar y se metían un puñado de hierba en el bolso de la chaqueta como talismán.
Las espigas de aquella última cosecha que segamos antes de vender las tierras a
los agiotistas o la llave de la casa del pueblo que cerramos nos acompañarán de
por vida.
Él parte del mismo supuesto
de abandono del medio rústico y del fin de una civilización pero con diferencias
de matiz. Cada uno de los dos artistas tiene su propia personalidad. Don Miguel
fue de la generación de la guerra y Don Joaquín es de la del 68, la que tuvo que
pelear con los grises, la que se hizo contestataria e iba escucharle sus
recitales, únicos e irrepetibles, que daba en los campos de la Universitaria.
Música Folk. Tan española, cantares de siempre, y que sería arrasada, ay, con la
debacle del pop (los Rolling Stones, los Beatles, los Bee Gees, The Mamas en the
Papas que degeneraron a ese desmadre cacofónico en que viven los hijos y nietos
de todo aquel desmadre) y nuestro mocerío- aquello fue toda involución de viejos
valores- se puso a cantar en inglés. Joaquín Díaz hizo mutis por el foro. No
quería que le comparasen con Raphael. Prefirió dedicarse a la investigación y
gracias a esta labor musicológica el arte de la palabra estará en deuda con él
para siempre: la recuperación del romancero castellano, las viejas tonadas
sefarditas, coplas para la siega, cantos de la parida, seguidillas para ir de
ronda, y luego el elenco de motivos religiosos que es inmenso. El hidalgo de
Urueña nos enseñó a amar a España y a escucharla tal y como sonaba en las
tabernas, en las jotas y rondallas, en misa, en el cementerio, en las bodas y
convites, en la bodega, en la guerra y en el amor.
Otro aspecto que le
diferencia con el autor del camino es
la impronta religiosa. La generación que hizo la guerra se manifestó un tanto
agnóstica con ese agnosticismo de los que estudiaron en tiempos de la republica,
nosotros los del 68 estudiamos desde el parvulario al bachillerato con los curas
y en ese ambiente que ha dado en llamarse Nacional Catolicismo que hoy algunos
detestan pero que tuvo cosas muy positivas y que falta ahora. Joaquín Díaz fue
seise o niño de coro en la catedral de Valladolid, creo, vivió en todo su
esplendor los ritos semana santeros en su Zamora natal[7], asistió a los
entierros de antiguamente donde se cantaba aquellas pavorosas Tremendas[8], vio las procesiones cuando los soldados de la escolta
de los pasos desfilaban al son de los tambores con el tubo del fusil boca abajo
en señal de duelo, se había muerto Cristo, y se aprendió el confiteor en latín
para ayudad a misa. Eso deja huella, marca carácter aunque hoy sea solo parte
del folklore.
De los relatos que incluye EL
ASFALTO Y EL BÁLAGO hay uno que impresionará al lector cuando refiere la
pesadilla que tuvo en Roma donde fue huésped del P. Federico Sopeña[9] pues nos hace pensar en
Edgar Alan Poe y en otros autores de literatura fantástica por su fuerza. Lo
alojaron en una habitación de cuyas paredes colgaba una reproducción del retrato
del papa Inocencio X el cual por la
pericia de Velázquez mira para el contemplador con una mirada tremenda, casi
asesina. Esta mirada le desasosegó y no pudo pegar ojo en toda la noche y hasta
sintió que alguien llamaba a la puerta. Abrió y no era nadie. Había recibido la
visita de un fantasma. La impronta de lo mágico vuelve a repetirse con su visita
al pozo Airón o Laguna Negra en Soria. También realiza el autor un verdadero
tour de force de conocimientos antropológicos o filológicos como en Buenas
pécoras al hilo del paso de un cordel de la mesta por Tordesillas. Nosotros- comenta-utilizamos
muchas palabras para no decir nada: en profundidad, en tiempo real, ecosistema,
cañadas, desertización. Sin embargo, los pastores que bajan y suben sus rebaños
aguas arriba del Duero hablan un idioma más preciso: varas, leguas, reteles,
manseras… allá va el mastín con su carlanca y el morueco destacando por la
cornamenta de carnero padre y gran alzada. Los rebaños de la mesta se desplazan
al paso de una mujer hilando y su vida trajinante tenía poco de bucólica y nada
de las ternezas con que los apoda la novela pastoril o las églogas de Garcilaso.
Cuando llegaban a un pueblo, las mujeres rememorando el rapto de las sabinas,
huían o se ocultaban pues tal era el apetito sexual de los gañanes desmadejados
por meses enteros de continencia en la majada.
El sentido del humor
castellano que se parece poco al ferrete coruñés o a la zumba de los asturianos
y para nada al humor inglés se nos muestra en el Brazo de Matías…con que en esto
oigo un chasquido detrás de mí y la mula que se me espanta… cago en tal. Matías
el manco cuenta a los niños cómo una muta lobuna y concretamente una loba con
una boca como una cueva de grande y negra le enganchó el brazo y se lo llevó,
pero quia. Matías perdió su brazo de otra forma menos heroica. Era un buhonero
que cuando llegaba a una venta siempre decía lo mismo: dos huevos fritos para mí
y a la mula no le eches algarrobas que viene cenada. Uno de los posaderos se dio
cuenta de que Matías le robaba y una vez que el ladrón estaba con las manos en
la mesa o en la artesa mejor dicho soltó
de repente la tapa del arcón dejándole sin medio brazo.
Otro detalle en la iglesia
hasta el siglo XII con la reforma cluniacense no había instrumentos- el único
que se permitía era el de la carraca de viernes santo día en que tampoco se
podían tocar la campana. La mejor guitarra, el mejor adufe era la voz humana,
costumbre al que siguen aferrándose los griegos sin detrimento de su esplendor
litúrgico que se atiene a estos orígenes milenarios. Y así nos lo cuenta Joaquín
que de esto sabe un rato pues ha resucitado la zampoña, el rabel, la vihuela,
los crótalos, el bombardino y los sabe tocar…. El rabel que ha de ser fino ha de
ser de verde pino, la vihuela de culebra y el collar de mula negra, canta en una
de sus composiciones.
Sin ser misógino ni
misoneista es amante de la soledad sonora, aquella que cantara fray Luis de León
en sus estrofas a la música de Salinas y a la vida apartada. En un mundo de
ruidos y con el altavoz a toda mecha vivimos alienados. Pero los nuevos inventos
(el móvil, televisión interactiva, tabletas, wasaps) han incidido en un aumento
de la incomunicación y del aislamiento. Algún tales recursos, ojalá, sean
aprovechados en beneficio de la cultura. Por el momento son un incentivo al
desconcierto, el resquemor, la ignorancia y la pornografía con la que nos lavan
el coco los amos y mercachifles de estos trebejos cibernéticos, cada uno con su
pin y su consola.
continuará
[1] Góngora se mofaba dél por
su afición al vinazo
[2] en Urueña las
calles se llaman corros
[3] este lugar se trae un aire
con la urbe inglesa a la vera del río Ouse
[4] señor mío y dios mío por
qué me abandonaste, fue el grito que profirió el Salvador en la cruz poco antes
de expirar
[5] se recomienda visitar el
Museo de los pueblos de Urueña la Villa del libro
[6] tango era el palo del
juego del chito acostumbrado en tierra de Segovia
[7] aunque nació en Zamora su
familia procede de la montaña asturiana lindando con León
[8] dies irae dies illa,
secuencia del oficio de difuntos
[9] el padre Sopeña fue un
cura que decía misa para
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