El felón Pichimon cayó en la ratonera. España no se rompe, viva el juez Llarena. Si la justicia no puede acabar con el trabajo, va a ser la hora de los militares. El CNI tiene que controlar a la embajada de Israel. De ahí partió la conjura. Tiempos dificiles se avecinan pero hay que perder el miedo al miedo
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