MAGDALENA
No está el horno para bollos ni el
alcacer para zampoñas ni el manto de Magdalena para tafetanes (dicho popular)
pero hay quien medra en estas fantasmagorías y al que le gusta sobrenadar en la
mierda. Rajoy. Cataluña. España se arquea a los de la tele a los instalados
parece que les engorda la crisis mientras la mayor parte de los españoles bien
nacidos sienten dolor de corazón ante la conflictiva situación.
Nos echan a Puchimonte el peludo hasta en la
sopa. De postre, el Junqueras ese viudo
bizco con cara de moro nos da
casi dolor de barriga o es que habrá que decir tiros a la barriga mandato de
Azaña.
El alcalaino don Manuel al que sus biógrafos
tachan de pusilánime tuvo cojones en aquella tesitura y mandó bombardear la
Generalidad. Campanys y sus conmilitones salieron del local manos arriba,
Felipe IV se puso al frente de un ejército que sofocó la sublevación de los
Segadores. No ha cundido el ejemplo en sus herederos monarcas. Pues muy mal. El
gallego siegue en lo alto de la escalera y no sabemos si sube o baja.
Lo que no
comprendió Rajoy es que un conflicto territorial no se puede resolver en
los juzgados con cuatro rábulas que depongan monten y desmonten por muy
magistrados del supremo que sean y ese tipo de situaciones peligradas sólo tienen
una solución militar pero ay amigo con la Iglesia tempos topado: Sancho detrás
de los catalanes andan los globales y sus intereses estratégicos zionistas de
convertir a Europa en unos nuevos Balcanes.
Maduro si que lo ha comprendido que los
sediciosos sólo entienden el lenguaje de tiros a la barriga. Maduro es un tío
pistonudo un hijo de la raza. Defiende su territorio contra viento y marea.
Aquí la prensa oficial que es la voz de su amo lo descalifica. Llueven las
odiosos comparaciones del falo apestoso don Adolfo Hitler y a mí me encabrita
leer los apostrofes que lanza contra el líder hispanoamericano el padre Fortea
el exorcista de Alcalá que dicen mete diablos en el cuerpo en lugar de
sacarlos. Ay el padre Fortea que una mano bendice y con la otra se la menea. Un
cura comodón y sibarita y que debe de ser algo maricón.
El humo de Satanás pervade las sedes
episcopales, ha entrado en las sacristías, se instaló en los confesionarios.
Pero despreocuparos, chiquitos. Hoy es santa María Magdalena la gran peccatrix.
La cristiandad del medioevo la profesó gran
devoción y los cuadros de los artistas del Renacimiento la pintan rubia y
penitente. Mulier peccatrix mujer
pecadora. El demonio del sexo y la serpiente entre las piernas que atormentó a
Adán y gimen a causa de eso bajo el peso de la culpa los hijos de Eva.
Muchas veces he paseado por la calle de la
Magdalena de Oviedo donde había una capilla y una hornacina a la santa no
virgen que hoy se ha convertido en un chigre a esquina de la plaza
consistorial.
A mano derecha san Isidoro y a la entrada de
la calle una casucha de planta baja donde había una placa conmemorativa que
dice aquí nació Indalecio Prieto.
Recuerdo tambien el Magdalene college que
allí llaman (modelein) donde cursó
algunos estudios en mi juventud, aquellos dulces años ingleses.
Sobre todo rememoro este 22 de julio la
iglesia de la Magdalena en la Concha de Artedo, una iglesia de asilo donde
dormían los peregrinos y se prosternaban para pedir la intercesión de la gran
penitente de la iglesia de occidente en camino hacia Compostela, antes de tomar
la barca para cruza la ría (era un brazo de mar entonces lo que hoy es berral
marismeño) y de esta barca para atravesar la ribera del hermoso valle de las
Luiñas habla George Barrow don Jorgico el inglés en su viaje por la península
ibérica adonde llegó en plan misional a vender biblias y catecismos aunque
algunos dicen que se trataba de una espía de la Casa Rotschild en ronde de
descubierta antes de las guerras carlistas.
Más de un 22 de julio en aquella ermita que
poseía una poderosa cimbra de fuertes machones y un coro aldeano al que se
subía por una escalera he oído misa cantada de gaiteros en día tan señalado.
El verano está en plena eclosión. Son más
vivas las mareas y las noches de Cudillero más augustas y serenas. El mundo es eterno.
Acaso un milagro que hace todos los años esta
hermosa rubia judía que regó con sus lagrima los pies de Cristo y los secó con
su hermosa pelambrera al grito de “rabonni”
(maestro mío) Santa Maria Magdalena ruega por nosotros. Su nombre figura álgido
en las grandes letanías rogativas.
Por ser una santa muy mujer que amó mucho es
uno de los grandes mitos eclesiásticos ante el cual los creyentes nos
arrodillamos en veneración, no era, claro está, una santa feminista. No predicó
el odio sino la compasión.
Digamos esto cuando el horno no está para
bollos ni el alcacer para pitos ni el mando de María Magdalena para tafetanes.
Que pasen buen día les deseo a mis lectores.
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