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lunes, 23 de julio de 2012

sobre Dalí

VOLVIENDO AL GRAN DALÍ



Mira el rostro de la calavera. Hay gente que este verano como cerraron el charco del obrero y ya no hay obreros sino parados y jubilatas toma tortilla de hormigas en los merenderos. El cristo del pardo no dice nada, hic yacet. Dali, el gran Dalí vivía obsesionado por las hormigas y pintó muchos de estos insectos en sus cuadros. También abejas.

 Amante de la apicultura y de ese bichito que traza regueros negros en los estíos llevando a cuestas cargas que son muy superiores a lo que le correspondería por su peso, el gran pintor de Cadaqués creía que la vida es disciplina, escuela y despensa. Don Salvador está un poco olvidado porque su españolismo, su agradecimiento a Franco, tornan su figura poco agradables a los paletos del CiU. Orwell, sin embargo, creía que fue el pintor mejor de todos los tiempos o al menos nuncio de la modernidad, con una plaza asignada entre los grades del arte de Apeles: Velázquez, el Greco, Rafael. Ahora las guías de su bigote se agitan en mi memoria y recuerdo aquella tarde del año 77 en que me invitó a un party en el Guggenheim. Estaba rodeado de unas muchachas bellísimas pero resultan que eran travestíes y como yo me admirase de la hermosura de aquellas daifas el maestro me dijo:

-Parra, ese la tiene más larga que usted y que yo.

Aquel día hubo tres suicidios. Soplaba el viento terral y hacía bochorno. Muggy day. Una muchacha se tiró desde el Verrazano Bridge y dos sujetos escogieron la barandilla de otro puente famoso el de Brooklyn para ir a su cita con las parcas. Su paleta atenazaba la vida pero sobre el horizonte acechaban las guadañas de la Morgue. ¿Trata este catalán con su pintura ganar el lauro de la eternidad? Esa pregunta le acredita como uno de los artistas contemporáneos que mejor supieron plasmar la angustia de nuestros tiempos. Angustia vital.

Los escultóricos Adonis de la escolta del pintor le hacían corro y Gala septuagenaria con ojos penetrantes de vieja bruja les pasaba la mano por el lomo.

 Por lo visto a Dali le gustaba masturbarse delante de un espejo y la impotencia fue otra de sus obsesiones dando título a uno de sus cuadros “El gran Masturbador” en que pinta una escenografía irreal que debió de ser trasunto de la vida en otro planeta donde los eriales eran atravesados por grandes ríos de lefa. Las cabezas de algunas figuras parecen de  marcianos.

 Dalí pintó los sueños y el subconsciente humano como nadie. Los trazos de la geometría tienen un diseño perfecto. Para ser un gran pintor hay que ser un gran dibujante y eso no ocurre con Picasso.

Se sabía muy capacitado para el arte pictórico y amén de eso tenía una enorme capacidad de trabajo. En sus creaciones huye de lo fácil y rehúsa el fraude. Si no fuese por la propaganda de la guerra civil el Guernica no hubiera sido considerado más allá de una medianía. Sin embargo, el cristo de Dalí será admirada por las generaciones venideras.

Dead faces. Skulls. Las ciegas hormigas. Las abejas son la apoyatura de la vida misma. Luego don Salvador se labró la imagen de excéntrico. En sus locuras, en sus salidas de tono, muestra ese seny o inteligencia catalana privativa de sólo unos cuantos nacidos en la hermosa y clara tierra del Principado a la que consideran parte inalienable del estado español, respetados sus usos y costumbres. Resulta que el canto más excelso y lírico a España lo firmó un catalán: mosén Cinto Verdaguer.

Pero esa idea les queda un poco lejos a algunos mostrencos que no se acuerdan ni querrán acordarse. Detrás de esta fachada de artista estrafalario se ocultaba un levantino con toda la claridad y serenidad de la luz que baña a la provincia gerundense.

 Esta máscara bigotuda le servía para ocultar no sólo su excentricidad sino el pavor que le infundía la gente. Toda su vida fue un recluso de su apartamento de Manhattan y de su castillo en la Costa Brava.

Pensaba que el artista ha de ser eximido de las leyes morales pues su alma se pasea por un mundo en que no existe la trivialidad ni los convencionalismos y él pintaba las aberraciones y obsesiones y las peculiaridades narcisistas del ser humano.

Pero su pintura no es un vómito como les ocurre a algunos pintores del llamado arte abstracto ni un rebuzno político como algunas obras de Picasso que, colocadas las orejas de burro, en su pabellón auricular, se complacen en escuchar oír algunos modelnos de la cla. ¿Qué entendederas tendrán? Dicen que pintaba los excesos del totalitarismo pero en Siria en nombre de las libertades se están cometiendo también las mayores barbaridades y excesos. Cometidos en este caso por los buenos, los rebeldes con a connivencia de la Hilaria la clintona guasintona que a mi me parece que es una de esas cabezas aladas que se asoma al mural del malagueño. Ahora Damasco es un nuevo Guernica.

 Ya sabemos que la Critica la ejercen los vencedores. Estos también escriben la Historia aunque ésta se encamine por derroteros insospechables y no discurra de acuerdo a lo planeado. Siempre me acordaré de Dalí y sus mozas guapas que luego resultaran travestidos. A estas alturas no estamos ya para historias y muchos de ellos habrán saltado del armario



lunes, 23 de julio de 2012

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