Esta noche CRISTO resucita. Mi felicitación a todos
los ortodoxos que celebran la pascua
Esta
noche santa se siente la gracia divina y la paz de quien murió en una cruz para
traerla al mundo. Librando un mensaje de esperanza.
Norabuena al pueblo ruso, al rumano, al búlgaro
a las iglesias ortodoxas de todo el mundo- yo iré a los ritos que se
desarrollan en Madrid, en la calle Nicaragua, regida por el padre DIMITRI- que
con gran fasto y una incomparable liturgia celebran la resurrección. A LOS
PATRIARCAS, EREMITAS, IGUMENOS, MONJES, PRESBITEROS, DIACONOS, ACÓLITOS Y
OSTIARIOS y a todo el pueblo de Dios, a toda la grey santa.
En particular al gran patriarca Cirilo de
todas las rusias, un hombre de bien que vive en un modesto piso moscovita y al
que le han afligido ciertas calumnias por un reloj de oro herencia de su
antecesor el glorioso patriarca Alejo II QUE HOY GOZA DE LA PAZ DE LOS Justos y
al que cierta prensa madrileña como el Mundo Inmundo –siempre atacan los
enemigos de Cristo llegadas las fiestas- puso en berlina y mi agradecimiento a
LA VOZ DE RUSIA pues sigue emitiendo semanalmente un programa sobre la religión
ortodoxa en la voz incomparable de la zarina de las ondas la gran Maria
IVANOVA.
A todos los hombres de buena voluntad, paz en
la tierra y la felicitación de este periodista que cree en el triunfo de la
verdad, la conmiseración del pobre y del necesitado, el consuelo al
encarcelado, la tranquilidad y presencia de ánimo al aflicto.
XRISTOS
VASKRIESE… po istini vaskriese. Es el grito de resurrección que sonará en todas
las gargantas. Xristos anviat, Xristos anesti. Hoy es la anastasía.
Desde que en Londres caí rendido a los pies de
Cristo ante la celebración de la resurrección sigo celebrando la Pascua sin
haber renegado de mi fe católica yo celebro también la pascua con la ortodoxia,
millones de personas en todo el mundo que siguen la epacta del calendario
juliano. Y creo firmemente que Rusia maravillará al mundo y vencerá al diablo
en la esperanza de la segunda venida del Jesús Glorioso. Hoy se nos presenta
como el humilde hijo del carpintero sino como Señor del Mundo con todo el lujo
de casullas recamadas de oro, los tres cirios con que el oficiante bendice a la
congregación, las dalmáticas de fimbrias ornamentadas y el incomparable canto
diaconal. Sí, verdaderamente Cristo ha resucitado de entre los muertos. Tengamos
esperanza. Venciendo a la muerte él nos da la vida eterna.
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