Piel y eritema
La piel la llevas hecha túrdigas, mas no te quejes que otros andan peor. Puedes pasear al fin y al cabo por la avenida de los astronautas. Vienen en oleadas vadean do el estrecho en patera o a nado oleadas de subsaharianos. La invasión que no cesa. Se vive en un estado de guerra psicológica porque el estado democrático no es más que una hoja de parra para tapas nuestras vergüenzas. Los jóvenes como no hay futuro gritan. Me sumo a su protesta. Indignado estoy con los acampados de Sol. Me temo sin embargo que esto nunca se podrá cambiar sin lucha. La violencia es la partera de la historia. Me escuece la piel de zapa. No soy un lagarto. Todo está escrito, todo inventado incluso la propulsión a chorro.
-¿Cómo lo llevas, Benjumea?
-Me voy al paro porque así lo decide el burgomaestre.
-Busca refugio en la guarida del lobo y quédate allí viéndolas venir en tu garita. Botin el gran banquero es el botones de la Wolfschanze. Luz y taquígrafos. No es más que una obsesión.
-Tú dirás.
-Esperando a Godoy y la piel hecha túrdigas.
-como nunca llevas reloj encima no haces más que preguntar la hora con el primero que te encuentras mister hache.
Mister hache era un amante de los animales, hubiera dado la vida por su caballo y pensaba que los generales no eran más que melones vacíos. Viva la gallina con su pepita. Todo es absurdo.
Otones de Benjumea se ha parado un instante y ha visto que en el reloj de sol de la torre de la iglesia eran las cuatro y medias. Hora de sexta. Calor. Cantan las cigarras.
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