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lunes, 25 de abril de 2011
CRISTO HA RESUCITADO XRISTOS VASKRIESE XRISTOS ANVIAT RESURREXIT SICUT DIXIT
SEMANA SANTA DE SEGOVIA MEDIO SIGLO HA
La catedral de Segovia es uno de los mayores templos de la cristiandad y después del de Sevilla acaso el más grande de Segovia con sus bóvedas de tracería que alcanzan los sesenta metros de alturas y unos responsiones o columnas sostén de la nave central de hasta ocho metros de grosor. La torre, una atalaya impresionante que se divisa a cincuenta kilómetros a la redonda en la alta paramera, alcanza los cien metros y a decir de algún viajero los ritos de semana Santa de acuerdo con las rúbricas de la liturgia isidoriana o hispano visigótica nada tenían que envidiar a los del Vaticano. Incluso los superan. La basílica de San Pedro, lóbrega y sucia, servía de albergue a los peregrinos que iban a ganar el jubileo y su estructura renacentista no inspiró nunca gran devoción. Bruneleschi, Bernini con su arte dieron a entender que Roma está llena de poder pero vacía de Jesucristo. Allí a diferencia de Compostela no había botafumeiro. La multitud del gentío de desarrapados que pernoctaban y hacían sus necesidades en el recinto hacía que las misas papales no fueran todo lo edificantes que cupiera esperar. En la sede segoviana había un retén de vigilantes que expulsaba a los alborotadores, a los mercachifles y a las ninfas de cantón incluso que hacían la carrera en los soportales de San Juan de Letrán velando por la seguridad y compostura de los asistentes a los oficios. La ciudad eterna agrupaba a una tropa variopinta de romeras y de rameras.
En la semana mayor por el contrario Segovia se transformaba en un verdadero zoco de devoción donde se daba cita toda la ciudad para asistir al drama de la pasión del Señor. El templo tiene una capacidad para 20.000 personas y esos días el aforo se llenaba. Todo comenzaba el domingo de ramos con la pontifical oficiada por el obispo quien hacía su entrada solemne por la puerta de San Frutos al son de clarines y timbales y de repiques de campanas. Las torres de sus cerca de doscientas iglesias y conventos empezaban a girar con su volteo molinero. El más sonoro era el de la campana gorda de la iglesia mayor. Un lacayo con librea le abría la puerta de su coche un Mercedes y los añafileros del Ayuntamiento de levitas de botones de plata u un tricornio en la cabeza se inclinaban profundamente. Ya en el mismo umbral de la basílica salía a recibir al prelado el cabildo en pleno; lo presidía el deán Revuelta con el arcediana Bernardino y el archivero Hilario Sanz con sotana de seda y muceta morada bajo el balandrán (los mejores meneos eran los de Fernando Resines el fámulo episcopal que no se separó de su obispo ni en la v ida ni en la muerte) y detrás la clerecía en sobrepelliz: beneficiados, acólitos, cruciferarios y turiferarios agitando el incensario y representantes de las ordenes militares en ropa talar con un bonete de cuatricornios con pompón sobre sus honradas testas. Dos pajes iba detrás del señor obispo portando la capa magna tres metros de organiza colorada enrollada al brazo. El maestro de ceremonias don Julián Canto cuidaba de que se hiciesen todos los movimientos, los gestos y los pasos conforme a las rúbricas del rito isidoriano con un puntero en la mano con el que iba señalando al preste las oraciones preceptuadas por el misal. Un diacono con dalmática y un subdiácono con tunicela flanqueaban la cruz `procesional. Uno de ellos portaba un acetre, revistieron al obispo de capa pluvial con la estola cruzada sobre el alba, en lugar de horizontal para indicar que el que la llevaba había alcanzado la plenitud del sacerdocio y éste tras mojar el hisopo dentro del caldero empezó a rociar las cabezas de agua bendita. El coro entonaba el Asperges y cuando acabó el precentor, maestro de capilla, Pepín del Moral, que era asturiano de Oviedo con tan buen oído como don Celso pero peor mala leche dio un golpe seco con un grueso cantoral sobre el facistol – en cuaresma y tiempo de pasión estaba prohibida la campanilla y sólo se permitía el uso de la carraca- alertando al organista que esperaba en su tronera a los mandos de su órgano de trescientos tubos la señal:
- Celso toca. Ya está ahí el obispo
De repente irrumpió como un tsunami de armonía y una ola de notas musicales bañó la catedral en crescendos, tremos, alegros que eran como el estallido de las olas de un océano de melodía bajo las bóvedas que habían sido diseñadas con arreglo a unos cánones de ortofonía y disposición tal que se esparcían las vibraciones por cada una de las naves. Las fusas y semifusas las corcheas y los calderones los melismas querían como colgarse de los empinos y voltear los contrafuertes y arbotantes acariciando con golpecitos las vidrieras para luego transformase en un chorro de voz metálica que descendía de lo alto como una lluvia de fuego sobre nuestras cabezas. En aquel flotar de arpegios y de malabarismos, en aquel tour de force de virtuoso del piano con que nos regalaba don Celso el domingo de Ramos muchos creíamos ver no ya la entrada del obispo don Daniel Llorente de Federico en su cátedra sino más bien la llegada triunfal de la Iglesia militante a la Jerusalén celeste. Todo aquello era como una avalancha que anticipaba el Paraíso. En ese momento los de la escolanía que veíamos desde el coro bajo a don Celso manipular el teclado de su armonio éste parecía transfigurarse. Bien podía ser un Beethoven resucitado o el maese Pérez el organista de las leyendas toledanas de Bécquer. Distaba mucho de ser aquel cura rural que nos enseñaba el compás de compasillo y el de tres por cuatro en las clases de solfeo. Había nacido en Hontoria el pueblo más pobre de toda la provincia de Segovia y había regentado curatos en pueblos de la sierra. Ahora por esa capacidad que tiene la música para la metamorfosis se nos había vuelto un superman. Estaba claro que era la luz bajo el celemín pero don Celso Díaz sabía música por un tubo. Él fue el que nos hizo la advertencia en alguna de sus clases que la catedral de Segovia conservaba en sus archivos piezas que eran auténticos tesoros de la musicología y cuya clave anterior al gregoriano se había perdido pero algún día a través de la tecnología darían con la piedra filosofal para volver a interpretar dichas partituras. El maestro organista tambien nos dijo que el que canta alaba a Dios dos veces y que la oración mental puede servir de mucho provecho a las almas pero cuando ésta se hace comunal y cantada Dios tiende a escucharla más propicio. La iglesia no es sólo una lista de prohibiciones y de pecado sino un código de valores entre los que se encuentra la belleza, la ceremonia, el culto solemne. Tales advertencias de nuestro maese en mí dejaron una profunda huella y a partir de ahí he pensado que el Señor no puede encontrarse a gusto entre la estridencia, la procacidad, lo feo. Porque el señor es lo bueno, lo útil, lo afable, lo risueño. Don Celso era tan habilidoso con los dedos que era capaz de improvisar conciertos a tres voces. Se sabía todas las canciones, todas las misas, del repertorio de Solesmes, conocía todas las versiones de los Kyrie, del agnus dei y los diversos tonos del prefacio pero se murió con un retintín: haber sido incapaz de poner en solfa algunas partituras de aquel repertorio del siglo VII letra de Alcuino de York y música de un monje de San Columbano que atesoraba el acervo catedralicio.
Terminado el Asperges, la misa se iniciaba con la bendición de las palmas. El color de la liturgia era el rojo. Gente sencilla del pueblo, sobre todo, niños, traían palmeras, ramos de olivo o de laurel para que se los bendijera el oficiante. Estos despojos vegetales después eran colocados en los balcones y allí colgaban hasta el año siguiente porque era creencia popular que protegían las casas contra el rayo, el fuego o eran un deterrente contra cualquier malquerencia o iniquidad. Irrumpía gran congregación de gente menuda (todas las escuelas, aspirantazgos, oblatos, academias, jardines de infancia, hospicios, casas cunas y escuelas primarias dando cumplimiento al mandato de Jesús “dejad que los niños se acerquen a mí” cruzaron bajo el dintel de la puerta de San Frutos y se habían dado cita en el enlosado del atrio) cantando hosannas detrás de un moro con turbante palestino que cabalgaba a lomos de una asnilla blanca dando vueltas por el recinto. A su paso los viandantes se despojaban de sus abrigos y ropas de vestir colocándolos bajo los cascos de la cabalgadura. La gente tiraba flores desde las ventanas. Una matrona arrojó un repostero con la insignia nacional que colgaba en el balcón de su vivienda y gritó con voz recia en latín para que lo oyera toda la plaza;
- Beatus venter qui te portavit et ubera quae tu suxisti
- Viva la madre que te parió- dijo un paisano
La gente no se extrañaba que las fregonas hablasen en latín y los arrieros siendo de natural malhablados se despachasen en largos ditirambos al de la borrica porque aquello formaba parte de la magia y del milagro del Domingo de Ramos. El paso de la borriquilla entre vítores y aclamaciones marcaba el cenit de la portentosa vida del Salvador. Viernes Santo sería el nadir. Es el contraste y la dualidad, el misterio de la Primera venida. El hombre de la calle, los simples de corazón, los justos de Israel le aclamaban como rey y libertador. Unas horas más tardes, sus dirigentes, sus políticos, los que tenían la sartén por el mango, los mandamases pedirían su cabeza. ¡Qué gran sinrazón, qué tremendo contraste! El pueblo sencillo odiaría a los príncipes de los sacerdotes y a los pontífices, los anases y caifases promotores de aquel deicidio muñidores de contiendas y revoluciones a lo largo de la historia. Siempre amarrando pareceres y comprando votos y voluntades imponiendo su ley unas veces de grtado y con la persuasión y otras a golpes de espada o de martillo. So color de sensatez, de prudencia y de guardar la ley, la democracia etc. no vacilarán en enviar a muchos a la silla eléctrica y sembrar odios y discordias entre las naciones. Les engorda la sangre como a Moloch. Son raza de víboras.
El domingo de ramos se tendía por costumbre estrenar zapatos. Yo uno de los primeros domingos de ramo qaue recuerdo de mi infancia estrené un traje de marinero y en abril de 1957 me regalaron una sotana que había pertenecido al magistral de la catedral que se murió y yo heredé aquella prenda después de arreglarla mi tía Dominica la de Fuentepiñel. Así que pude ir a la procesión de marinerito y de curilla que con mi beca roja parecía un capullo de clavel reventón mi palmera en la mano y en los labios unas canción_
“Gloria al Hijo de David
Dios excelso de bondad
Hosanna que viene en nombre
Del eterno Jehová”
Eso cantábamos.
Con la recitación salmodiada de la Passio en latín daba principio la gran liturgia de la Pascua. Dos diáconos, el uno tenor, era el narrador o cronista, y el otro hacía la voz de la sinagoga y del pueblo, y un presbítero (bajo) pronunciaba las palabras de Jesús desde el púlpito de la nave central que era de mármol de Carrara con incrustaciones de porfirio. El cronista y el representante de la sinagoga cantaban detrás del cancel desde sendos púlpitos de reja. La representación dramática de aquellas escenas de Getsemani, el Pretorio y el Gólgota van dentro de mí. Su eco resonará hasta el fin de los tiempos. Aquel canto austero y sublime melopea constituye una de las cumbres literarias jamás alcanzadas por la pluma de un mortal porque en todo el texto late un quid divinum. La narración de Mateo por su concisión y precisión no la superó novelista ni dramaturgo alguno en la tierra. O bona cruz salvum me fac. Cruz árbol sagrado cuyas ramas alcanzan el paraíso, lábaro de la resurrección… Vexila Regis prodeunt… que conjura a los espíritus malignos y destroza la cabeza del dragón. Cruz de los ángeles, cruz de la Victoria, cruz templaria, cruz de espadañas humilladeros y torres en toda Europa. Cruz de la resurrección.
Lo bueno de los papas de aquellas décadas es que no eran personajes mediáticos. No viajaban. Estaban reclusos en el Vaticano por lo que no podían ser manipulados. Pío XII comía como un pajarito, y comía solo únicamente acompañado por un canario amaestrado que de de vez en cuando daba vuelos por la celda, se le colocaba al buen pontífice Pacelli sobre el hombro mientras éste escribía discursos que habían de emitir por radio Vaticano. Eran unas homilías muy inspiradas que hablaban del carisma de la fe, del valor del sufrimiento, de la abnegación y la renuncia cristiana. Pronto llegaba sor Pascualina la religiosa alemana que cuidaba de las dependencias papales y se llevaba al canario a su jaula para darle el alpiste.
-No molestes a Su Santidad, Caracciolo, mientras prepara sus mensajes urbi et orbi- le decía sor Pascualina.
Pese a las admoniciones el pajarcillo seguía alegrando la estancia t los discursos del papa Pacelli eran seguidos por millones de personas. Pero su presencia así como figura austera no debía de ser del agrado de los anases y caifases redivivos y omnipresentes de todas las épocas. Las lenguas de la calumnia siempre de doble filo y las serpientes sibilantes proferían insultos y descalificaciones contra aquel buen papa italiano, un aristócrata romano que conocía bien los entramados de la curia y sabía estar. Decían que era un nazi y el baldón de la ignominia bajó con él al sepulcro. Para que a uno lo crucifiquen no hay procedimiento más sumario que pregonar a los cuatro vientos la verdad y aquel pontífice promulgaba el perdón y el amor a los enemigos pero profesaba la verdad y eso no halaga los oídos de los tiranos. A Pío XII no lo inscribirán en el catalogo de los santos como tampoco podrá subir a los altares aun habiendo ganado para la fe católica todo un continente en el nuevo mundo. Cuando los bombardeos de Roma por los ingleses y por los norteamericanos el papa del pajarito no se movió de su sitio, salió de Castelgandolfo para consolar a los heridos y rezar por los muertos y las fotos nos lo muestran con los brazos en cruz mirando para el cielo su sotana blanca cubierta de sangre. No era un fascista pero defendió como obispo de Roma al pueblo romano con el tesón y la autoridad con que debe hacerlo un vicario de Cristo. Desde que desapareció Pacelli sus sucesores no son los agentes en la tierra de la herencia de Cristo sino obispos libeláticos que asumen el titulo de vicedioses para sostener su propio statu quo y mirar por los privilegios. Hoy la iglesia es un banco, una ONG, en conexión con redes ocultas. Por eso no se atreve a condenar la brutal ofensiva de la OTAN contra los libios ni hay reprimendas ni excomuniones por lo que puede estar cociéndose en el horno iraní y las revueltas en Siria o Egipto burdamente manipuladas por Occidente en beneficio del estado hebreo dispuesto a masacrar a sus vecinos de Oriente Medio. Aquel era un papa sí señor al que los creyentes amábamos y respetábamos aunque no le viéramos nunca. Sólo en fotografías porque desde su entronización los únicos viajes que hacía fueran de Roma eran a Castelgandolfo. Y aunque era un apasionado de la velocidad jamás montó en avión. Todo lo contrario que Wojtyla que dio no sé cuantas vueltas al mundo pero que dejó a la Iglesia como un patatar polaco sumida en el desconcierto y la desesperación, con los escándalos pederastas y los abusos a menores. Vacila la frágil llama de la fe. La gente ha dejado de ir a misa los domingos porque los curas están mal preparados y no saben vender su mercancía en este tiempo en que los círculos mediáticos luchan por las audiencias y miman sus ratings. En la liturgia no hay belleza ni espectáculo. Ni maestros de capillas como aquel don Pepín del Moral o don Celso el cura de Hontoria ni maestros de ceremonias con el puntero de plata en su mano derecha como don Julián Canto. Un poco de pompa nunca vendrá mal. En la actualidad estar presente en los servicios religiosos de cualquier parroquia es como asistir a los actos de una sinagoga donde cada cual berrea por su cuenta o una capilla luterana. El pietismo protestante es como la música de Mozart. Técnicamente perfecta pero que no conmueve. Los papas de aquel entonces nos advertían que la fe católica era la única verdadera y nada de contemporizaciones de la cruz con el candelabro y la media luna. Para contentar a musulmanes y judíos la ultima “burrada” teológica que acaba de soltar Benedicto XVI es que la cruz es símbolo del amor, no del triunfo sobre el mal. Es una bonita forma de pasarse por el forro a toda la iglesia constantiniana que tanto molesta a los judíos. In hoc signo vinces y el símbolo apotrocaico de las cruces de la Victoria y de los Ángeles del reino asturiano o la cruz de san Hermenegildo y de Chindasvinto que no servían para nada según estos revisionistas que tratan de relativizar la historia. El depósito de la fe es inalienable, prelativo pero nunca relativo porque en él no se puede aplicar una moral de conveniencia. Quedarán estas cruces para adornar los pechos desnudos de las mundanas y de las putas. Sólo del amor. Todo el mundo es bueno. Este papa dios me perdone mezcla las churras con las merinas y confunde el culo con las temporas. El discurso del pontífice reinante recuerda las panfilias de ZP con su majaderías sobre la alianza de civilizaciones. Juntos pero no revueltos, don José Luis.
El evangelio es tajante al respecto: “todo el que no está conmigo está contra mí”. Al bueno de Benito nos le presentaban como un profundo teólogo y un gran pensador de espesa condensación mental y no se libra del mal de la época que es la vulgaridad, lo “Light” y todo cuanto es imagen superficial. Esta vulgaridad rayana en la chabacanería por estar articulada sobre una gran mentira histórica y la manipulación de las mentes por el Gran Cofrade orwelliano determina el desprestigio de los jerarcas eclesiásticos. La canonización de Wojtyla tan precipitada y basada en milagros no probados- dicen que la han sufragado los banqueros de la City y de Wall Street- añadirá más leña al fuego de la confusión. Es cuanto menos materia de escándalo.
Para los griegos las grandes diosas del tiempo eran tres: Lakesis (pasado) Cloro (presente) y Ástato (tiempo futuro) sobre estos tres planos juega la historia es el palimsepto sobre cuya cera modulan los buriles de los anales el devenir. A Lakesis no hay que amarla. Pero conviene respetarla y el presente o la actualidad Cloro tiene que ser mirada con escepticismo para entusiasmarse con Ástato que marca las huellas futuras. La historia es un volver y revolver un pasar infatigable. Por eso la precariedad de la época que vivimos en relación con el esplendor de hace medio siglo puede resultar raquítica pero de lo que no cabe ninguna duda que el futuro acabará poniendo a todos en su sitio si es que en realidad el mundo tiene futuro y no está en el alero una gran conflagración universal que muchos de los que vivimos aquello nos hacen pensar en las profecías del final de los tiempos que insisten sobre la prevaricación de los falsos pastores y de los lobos disfrazados de corderos.
Continuará
lunes, 25 de abril de 2011
martes, 19 de abril de 2011
el diablo en semana santa (cuento en inglés)
A nightmare in Holy Thursday
My friend Empires was a man of many lectures and adventures a great reader, in his young days, he came across of a big short story by the Asturian writer Leopold Alas Clarin called EL DIABLO EN SEMANA SANTA (The devil in the holy week). And as it happens, what is in books later is in real life, fulfilling the norm by Aristotle’s quod est prius in sensu postea etiam in intellectu, but the other way round. The plot was about a man of good will going every day to the library. He was a dreamer; he lived by the Law of Books, in the middle of a country of illiterates, and the great ideals thinking that there was hope for human kind. By education. The inception of good morals. Reforms. The quest of excellence. He read and read. He dreamt and dreamt. One day-it was Good Thursday when Christ invited his disciple to the Passover dinner and instituted the rule of love, a new commandment I give to you that you love each other as I have loved you- went to the hall of the municipal books, choosing that endeavour because it was quiet and warm. The precept of loving each other was hardly followed by the so called Christians. And he lived in a small Spanish town by the name of Epicidia, when the believers brought the images of the passion to the streets and organized the big processions typical Spanish, the poor guy was a believer but he never was in a procession. Humbug he said, humbug and superstitions. Poor guy, he became the odd out man and was always under suspicion, our poor writer and reader he worked long hours in the pursuit of happiness and endeavoured at the local library. Religion was for him a free feeling of intimate and personal convictions of respect for the other criteria. That was why perhaps that his faith was more consistent and deeper. He loved that silence and seclusion and quietness, only transgressed by the drone of a solitary Spanish fly and the distant sound of the glare of drums and trumpets at the sacramental processions of Holy Week. When barefooted Nazarenes in black or crimson cassocks baring candles or carrying crosses went to the streets. You could also perceive the murmurs of their steps mingled with the strophes of the Miserere. Some of them trailed big chains cuffed to their barefoot. The spectacle was quite medieval. It was the Day of Atonement. For their sins they mounted crosses and pillories staging the different passages of the Crucifixion in real. It was a public manifestation of Catholicism and a signal of their conversion in a country where the Cross achieved victory over the Half Moon and the Menorah by the rule of sword. For fear of the Inquisition, they had to show and make the big performance demonstrating adherence to Orthodoxy, and that the reason why from the windows of many homes hung the ham’s big logs and strings of black puddings and mondongos. Physically, faith had to be proved, or demonstrated the allegiance of the culinary codes of Roman Catholicism which permitted the flesh of the pig at meals. Jews and Moslems, meanwhile, never ate pork. It was banned by their prophets as inmundus or forbidden animal. Christ said, it is true, that what made man pure or impure was not what he ingested through his mouth but what he expelled from it. The inmundus or unclean had to do more with immaterial things like bad thoughts dwelling inside or ill wishes. With that rule he destroyed the puritanical commandments of the Synagogue and he said beware of the false prophets. Don’t trust them, the devil is marauding like a lion and there are wolves disguised under sheep skins. The resurrected Christ is always in perpetual war versus antichrists. Here it is the perpetual fight of our Lord who was a rebel against conventions of satanically established forces of the Pharisees And there is the devil coming even in the Holy Week. However, the Conversos, in their zeal, went further up and appear more roman that the Romans and more popish than their own pope although in private they might remain to the religion of their father. That is why in Spain religion had been secularly a question of appearances. In essence, that was the justification of the holy week big show: to try to rub off the old stigma in a nation which endeavoured to find coherence in credos and forget the differences of believes of ethnical precedence (Goths, Jews, and Arabs). Spain was always a melting pot effervescent. A big olla. The locals were eager, every spring, to stage the drama of our Saviour in flesh as it were a reality show. You could touch it in the defiles of those agonising crucifixes all bruised, maimed and blooded in the procedures or “pasos” leading to Macabre Mountain or Golgotha or into presidium expiring in the cross or hand tied at the flagellation, or those vivid “dolorosas”, pasted; tearful faces majolica full of gold and silver and embroidery. You could smell it in Seville when Macarena our lady of Dolores tumbles in her throne entering Triana among of flood of flowers and the streets full of people clapping in emotion or in the verge of hysteria calling names to the statue saying props that for the non accustomed ear might sound irreverent: “Mira qué guapa llega la hija de puta”. And you could hear the whining echoes of the saetas a Morris song deriving from the ancient jarchas sung in Andalusia by the time of the caliphs. All that was very sensual that you could not think that you are in a holy week but in a paean festivity. The crowds seemed to want to touch the old goddess and have intercourse with divinity. But to our man, the character depicted by the magical prose of Clarin religion was quite an other thing, more abstract and inner feeling you can’t share with anyone but yourself. Also, he did not like capuchones dressed like the kukluxklan. Those figures clad in black with piercing eyes under their hoods beneath the tradition of the penanced by the inquisition frightened him. They were like the masks of carnival. Holy week the histrionic representation of Passover, the hooded cowl of the capuchones was the ballast of five centuries under the spell of the tribunal of faith, the holy office. Like the jewelled thrones and the trailing “peplum” or the Dolorosas. Oh yes the laughing devil was jumping to and fro under the cathedral gurgles. The inquisition is always in the back of our mind. For him the pathos and suffered of our lord at the cross had more consistency and purpose than a mere mystery play. His passion was a reminder of his love for men, a perpetual exhortation to repentance and also a signal of his presence in the earth until the end of time. The invincibility of the cross stems from celestial reasons rather tan earthly explanation or convictions. But evil was around even in holy week. That was the idea of demoniac presence at Holy week by Clarin. This criterion wasn’t shared by most of his countrymen. And the poor archivist and scholar was surrounded by suspicion and forebodings. His life was marked by incomprehension. Politically, he was also incorrect. Why? He dared to think by his own. They treated him as a the sheep out of flock, mad heretical. Society had its own caveats and is full of conventionalisms. You cant trod the line. You cant deviate from what is assumed and accepted by the hypocritical moral attitude. My friend Empires looked at the personage described by Clarin and saw in it the spitting image of himself: the odd man out, the freethinker, the mystic, the guy with his own ideas and visions. He didn’t join the mob, he didn’t adhere to the conventional norm. that was why he was crucified. Like his Lord and Master Jesus Christ.
On the balmy spring evening as he was leaving his beloved library he came across with one of the many processions organised by the Guild Hall. This one was one of flagellants. Man barefoot and naked backs came down flogging themselves wuith flagella and batons staging the scenes what happened two rhousand years ago in the Lithostros of Jersualem, oh vos omnes qui transtis per viam videte si es dolor quasi dolor meus. Jeremiah said. He stepped aside and looked in awe to the representation of the Holy Burial (Santo entierro) but he did not kneel down or made the signal of the cross, as perceptive, and for that he became under the suspicion of the local policeman. One of them who looked exactly like some of the Pilate bailiffs who executed the Lamb of god in Via Dolorosa. The town was full of henchmen and burrows. The gallows by coincidence in Epicidia stayed behind the old library building. It was called El Rollo. They were burnt at the staked after long processes to be condemned by the Inquisition.
- Eh you, why are not you in the processions. Are not you a Christian?-the myrmidon in blue police uniform said.
He did not know quite to answer.
-Em… I had to do a little work with my thesis, and need consult some books for my readings
-Didn’t you know, you bastard, you heathen you scum of the earth, what day today is?
-Holy Thursday, sir, and tomorrow Good Friday should be-, he answered meekly.
-I did not see you at the Oficios (liturgical services)
-Perhaps I thought it was not necessary. At home I read the Passion of our Lord.
-Esa misa no te vale (that Mass is not valid) are you a protestant or somewhat?
-No, sir, I am catholicus, apostolicus, romanus.
-Well then. You had to explain that to the Judge. Come with me.
In Epicidia the holy Tribunal of the Faith was suppressed in the XIX century but that infamous court is in open session in the mind of many ignorant. The warden asked him for the brief where he kept his books and jotters. Give those papers. He resisted the order and the local policemen called others of his cronies and they beat the archivist, the writer, the searcher, the dreamer, the mystic, on the spot. They handcuffed him and took him apprehended. Regardless of the exempting privilege of habeas corpus, was conducted to the police station or cuartelillo. There they beat him again, they harassed, impeached, called him names, slapped his face, and punched his nose. He suffered with patience the effrontery and in a way he was proud to undergo the same suffered of his Lord in the presidium. He realized that the Devil is at loose even in Holy Week The world since then is full of kangaroo courts. Unfortunately Anas and Caiphas, the holy sacerdotal class, the pontiffs had many emulated too long during 2000 years of history. And when the cockcrow sang three times the welcome to the new morning, they released him but he was in a poor state after the “paliza”. He could hardly walk and was all bruised. His hands, his head all his limbs ached but he could at the end by the grace of God reach his humble lodgings. And when he went back home and entered in the hall of his house, his wife seeing him as an Ecce Homo” said:
-Eh, you have been drinking again .
That was her salute. Poor guy! Even his wife wasn’t interested but such sort of things were quite frequent in Epicidia those days. There was no love.
13/02/2005 que corresponde al dia de hoy idus aprilis 2009 13
My friend Empires was a man of many lectures and adventures a great reader, in his young days, he came across of a big short story by the Asturian writer Leopold Alas Clarin called EL DIABLO EN SEMANA SANTA (The devil in the holy week). And as it happens, what is in books later is in real life, fulfilling the norm by Aristotle’s quod est prius in sensu postea etiam in intellectu, but the other way round. The plot was about a man of good will going every day to the library. He was a dreamer; he lived by the Law of Books, in the middle of a country of illiterates, and the great ideals thinking that there was hope for human kind. By education. The inception of good morals. Reforms. The quest of excellence. He read and read. He dreamt and dreamt. One day-it was Good Thursday when Christ invited his disciple to the Passover dinner and instituted the rule of love, a new commandment I give to you that you love each other as I have loved you- went to the hall of the municipal books, choosing that endeavour because it was quiet and warm. The precept of loving each other was hardly followed by the so called Christians. And he lived in a small Spanish town by the name of Epicidia, when the believers brought the images of the passion to the streets and organized the big processions typical Spanish, the poor guy was a believer but he never was in a procession. Humbug he said, humbug and superstitions. Poor guy, he became the odd out man and was always under suspicion, our poor writer and reader he worked long hours in the pursuit of happiness and endeavoured at the local library. Religion was for him a free feeling of intimate and personal convictions of respect for the other criteria. That was why perhaps that his faith was more consistent and deeper. He loved that silence and seclusion and quietness, only transgressed by the drone of a solitary Spanish fly and the distant sound of the glare of drums and trumpets at the sacramental processions of Holy Week. When barefooted Nazarenes in black or crimson cassocks baring candles or carrying crosses went to the streets. You could also perceive the murmurs of their steps mingled with the strophes of the Miserere. Some of them trailed big chains cuffed to their barefoot. The spectacle was quite medieval. It was the Day of Atonement. For their sins they mounted crosses and pillories staging the different passages of the Crucifixion in real. It was a public manifestation of Catholicism and a signal of their conversion in a country where the Cross achieved victory over the Half Moon and the Menorah by the rule of sword. For fear of the Inquisition, they had to show and make the big performance demonstrating adherence to Orthodoxy, and that the reason why from the windows of many homes hung the ham’s big logs and strings of black puddings and mondongos. Physically, faith had to be proved, or demonstrated the allegiance of the culinary codes of Roman Catholicism which permitted the flesh of the pig at meals. Jews and Moslems, meanwhile, never ate pork. It was banned by their prophets as inmundus or forbidden animal. Christ said, it is true, that what made man pure or impure was not what he ingested through his mouth but what he expelled from it. The inmundus or unclean had to do more with immaterial things like bad thoughts dwelling inside or ill wishes. With that rule he destroyed the puritanical commandments of the Synagogue and he said beware of the false prophets. Don’t trust them, the devil is marauding like a lion and there are wolves disguised under sheep skins. The resurrected Christ is always in perpetual war versus antichrists. Here it is the perpetual fight of our Lord who was a rebel against conventions of satanically established forces of the Pharisees And there is the devil coming even in the Holy Week. However, the Conversos, in their zeal, went further up and appear more roman that the Romans and more popish than their own pope although in private they might remain to the religion of their father. That is why in Spain religion had been secularly a question of appearances. In essence, that was the justification of the holy week big show: to try to rub off the old stigma in a nation which endeavoured to find coherence in credos and forget the differences of believes of ethnical precedence (Goths, Jews, and Arabs). Spain was always a melting pot effervescent. A big olla. The locals were eager, every spring, to stage the drama of our Saviour in flesh as it were a reality show. You could touch it in the defiles of those agonising crucifixes all bruised, maimed and blooded in the procedures or “pasos” leading to Macabre Mountain or Golgotha or into presidium expiring in the cross or hand tied at the flagellation, or those vivid “dolorosas”, pasted; tearful faces majolica full of gold and silver and embroidery. You could smell it in Seville when Macarena our lady of Dolores tumbles in her throne entering Triana among of flood of flowers and the streets full of people clapping in emotion or in the verge of hysteria calling names to the statue saying props that for the non accustomed ear might sound irreverent: “Mira qué guapa llega la hija de puta”. And you could hear the whining echoes of the saetas a Morris song deriving from the ancient jarchas sung in Andalusia by the time of the caliphs. All that was very sensual that you could not think that you are in a holy week but in a paean festivity. The crowds seemed to want to touch the old goddess and have intercourse with divinity. But to our man, the character depicted by the magical prose of Clarin religion was quite an other thing, more abstract and inner feeling you can’t share with anyone but yourself. Also, he did not like capuchones dressed like the kukluxklan. Those figures clad in black with piercing eyes under their hoods beneath the tradition of the penanced by the inquisition frightened him. They were like the masks of carnival. Holy week the histrionic representation of Passover, the hooded cowl of the capuchones was the ballast of five centuries under the spell of the tribunal of faith, the holy office. Like the jewelled thrones and the trailing “peplum” or the Dolorosas. Oh yes the laughing devil was jumping to and fro under the cathedral gurgles. The inquisition is always in the back of our mind. For him the pathos and suffered of our lord at the cross had more consistency and purpose than a mere mystery play. His passion was a reminder of his love for men, a perpetual exhortation to repentance and also a signal of his presence in the earth until the end of time. The invincibility of the cross stems from celestial reasons rather tan earthly explanation or convictions. But evil was around even in holy week. That was the idea of demoniac presence at Holy week by Clarin. This criterion wasn’t shared by most of his countrymen. And the poor archivist and scholar was surrounded by suspicion and forebodings. His life was marked by incomprehension. Politically, he was also incorrect. Why? He dared to think by his own. They treated him as a the sheep out of flock, mad heretical. Society had its own caveats and is full of conventionalisms. You cant trod the line. You cant deviate from what is assumed and accepted by the hypocritical moral attitude. My friend Empires looked at the personage described by Clarin and saw in it the spitting image of himself: the odd man out, the freethinker, the mystic, the guy with his own ideas and visions. He didn’t join the mob, he didn’t adhere to the conventional norm. that was why he was crucified. Like his Lord and Master Jesus Christ.
On the balmy spring evening as he was leaving his beloved library he came across with one of the many processions organised by the Guild Hall. This one was one of flagellants. Man barefoot and naked backs came down flogging themselves wuith flagella and batons staging the scenes what happened two rhousand years ago in the Lithostros of Jersualem, oh vos omnes qui transtis per viam videte si es dolor quasi dolor meus. Jeremiah said. He stepped aside and looked in awe to the representation of the Holy Burial (Santo entierro) but he did not kneel down or made the signal of the cross, as perceptive, and for that he became under the suspicion of the local policeman. One of them who looked exactly like some of the Pilate bailiffs who executed the Lamb of god in Via Dolorosa. The town was full of henchmen and burrows. The gallows by coincidence in Epicidia stayed behind the old library building. It was called El Rollo. They were burnt at the staked after long processes to be condemned by the Inquisition.
- Eh you, why are not you in the processions. Are not you a Christian?-the myrmidon in blue police uniform said.
He did not know quite to answer.
-Em… I had to do a little work with my thesis, and need consult some books for my readings
-Didn’t you know, you bastard, you heathen you scum of the earth, what day today is?
-Holy Thursday, sir, and tomorrow Good Friday should be-, he answered meekly.
-I did not see you at the Oficios (liturgical services)
-Perhaps I thought it was not necessary. At home I read the Passion of our Lord.
-Esa misa no te vale (that Mass is not valid) are you a protestant or somewhat?
-No, sir, I am catholicus, apostolicus, romanus.
-Well then. You had to explain that to the Judge. Come with me.
In Epicidia the holy Tribunal of the Faith was suppressed in the XIX century but that infamous court is in open session in the mind of many ignorant. The warden asked him for the brief where he kept his books and jotters. Give those papers. He resisted the order and the local policemen called others of his cronies and they beat the archivist, the writer, the searcher, the dreamer, the mystic, on the spot. They handcuffed him and took him apprehended. Regardless of the exempting privilege of habeas corpus, was conducted to the police station or cuartelillo. There they beat him again, they harassed, impeached, called him names, slapped his face, and punched his nose. He suffered with patience the effrontery and in a way he was proud to undergo the same suffered of his Lord in the presidium. He realized that the Devil is at loose even in Holy Week The world since then is full of kangaroo courts. Unfortunately Anas and Caiphas, the holy sacerdotal class, the pontiffs had many emulated too long during 2000 years of history. And when the cockcrow sang three times the welcome to the new morning, they released him but he was in a poor state after the “paliza”. He could hardly walk and was all bruised. His hands, his head all his limbs ached but he could at the end by the grace of God reach his humble lodgings. And when he went back home and entered in the hall of his house, his wife seeing him as an Ecce Homo” said:
-Eh, you have been drinking again .
That was her salute. Poor guy! Even his wife wasn’t interested but such sort of things were quite frequent in Epicidia those days. There was no love.
13/02/2005 que corresponde al dia de hoy idus aprilis 2009 13
martes, 12 de abril de 2011
RUSIA HOY ES UNA ESPERANZA EN HONOR DEL COSMONAUTA GAGARIN
AGRESIONES A RUSIA
Hablo con una querida colega moscovita que me pide impresiones sobre las elecciones en Rusia que se desarrollan parejas a las españolas(confío que con menos acrimonia y tanto barro tirados a los ojos, con menos insulto personal, golpe bajo y sin tantos tiros a la barriga) y le manifiesto mi perplejidad y mi desgana ante la inquina e ignorancia que demuestra nuestro Cuarto Poder ante un hecho tan importante. Dicen que Rusia es el corazón del mundo del que depende la paz el progreso y la armonía en este planeta pero eso aquí muchos no lo quieren ver. Uno repasa los despachos de los corresponsales madrileños a orillas del Moscova –Bonet, Utrillo respectivos de los rotativos de mayor tirado “el Mundo” y el “País”- y parecen que en lugar de corresponsales objetivos al servicio de la verdad objetiva para sus lectores parecen los propagandistas de una oscura potencia extranjera. Sus crónicas muestran una faz de aquel gran territorio que no se compadece con la realidad. Todo es negativo. Deben de ser viejos pesadillas que lastran la mentalidad de la “guerra fría” desde prismas distorsionados. Sobre Rusia la costumbre es el tópico, la inercia mental y esta apatía me parece a mí[lo dije siempre] un desviacionismo peligroso para la paz del mundo. Uno siente vergüenza ajena de ser periodista. Ellos desconocen la cultura y la gran literatura de aquel país, los enormes progresos científicos, aquel cine de Nikita Mijailov que veíamos y ya no vemos, aquel teatro de Chejov que nos entusiasmaba décadas atrás, esas hermosas canciones como las de ala Pugachova de la mas lírica belleza o cantos populares en antena como “Trineo de correos” que radioescucha como soy desde hace algunos lustros de la querida VOR me han ayudado a pasar los duros inviernos de la transición, el desmontaje del sistema político al que nos tenían acostumbrados –equilibrio balanza de poderes- pero que hoy por desgracia todo se ha desequilibrado a resultas de la globalización, la caída del muro de Berlín, el mundo unipolar e interactivo donde supuestamente se creía que la libertad de expresión y de pensamiento iba a crecer. Desgraciadamente no ha sido así pero Rusia sigue adelante. Siempre nos queda la polifonía de los coros o la octava baja del canto diaconal recitando el Canto a la Virgen (Akathistos) o las maravillosas letanías solemnes del rito eslavónico.
La era Putin para pasmo y confusión de muchos rusófobos ha demostrado toda una matrioska con un montaje impenetrable. Una caja de sorpresas. La gran nación a la que sus detractores denominaban la “cárcel de los pueblos” o tiorma narodna” no ha sido aniquilada, ni entregó la cuchara. Es un país sorprendente que siempre guarda una carta en la bocamanga y cuando todos creen en su derrota de pronto resucita, pues siempre fue el país de la Resurrección. Hitler y Napoleón lo supieron por experiencia. Esperemos que los norteamericanos y los ingleses no tengan que pasar por el mismo brete.
“Rusia, el molde de un enigma” es el título de uno de mis libros escritos por alguien como yo al que casi desde adolescente, desde que compraba los libros de Turguienev en Paris con los francos de mi almuerzo en la editorial Livre de Poche o los de la Austral y la colección Prometeo que popularizaron desde los años 20 a los sesenta a los maestros de la gran novela rusa y que yo leía con avidez apretujado en el metro trayecto Sol- Cuatro Caminos, un país que siempre sorprende al mundo.
Ahora en mi senectud dorada prosigo en esa misma demanda, atrapado por la magia rusa. Mis musas son rusalkas – las ondinas y elfos que se sumergen y emergen- de las riberas del Volga para hacerme soñar y llenar mi corazón de esperanza. Tenemos que seguir creyendo en el ser humano
Llegan entre vaharadas de niebla (tyman) y cantos de bateleros encadenados a la gran barca de la vida. ¡Oh esa inmensa tristeza de la estepa infinita (taská), esa belleza de sus mujeres! Muchos solteros europeos se van a San Petersburgo a buscar novia. ¡Ese paisaje donde los horizontes no terminan nunca donde brilla al fondo la plata vegetal de un bosque de abedul! Si Rusia no existiera habría que inventarlo, como a Dios. Ha sido mi patria espiritual en estos tiempos de cambio y persecución. Lamento que España – se dice que el pueblo español y el ruso son los más parecidos del mundo por su fatalismo, por su coraje y capacidad de aguante- no haya tenido una política propia e independiente pero mis ojos han mirado con nostalgia dirección Moscú que fue tierra de acogida de los niños de la guerra. Es el país donde más se ha estudiado el quijote y la Hispanística está muy extendida por sus universidades.
Díganlo, si no, mis queridas colegas de la Voz de Rusia departamento de castellano. Allí hay periodistas y politólogos tan magníficos como Luis Ardiaca, María Ivanova, Valentina Yushina, Leonardo Kosichev, Pancho Rodríguez y tantos otros que se expresan en un español envidiable que para sí quisieran muchos de mis colegas de las vociferantes emisoras a este lado de los Pirineos.
Escuchar la VOR ha sido para mí no solamente un antídoto benéfico a mis nervios sino también una fuente de información ponderada, objetiva, desapasionada, sin tercerías. Son como una isla de paz y buen hacer profesional en medio del marasmo. Yo les invito a que busquen su onda paradigmática-un ejemplo de deontología profesional y de buen periodismo- en Internet las 24 horas del día.
El sitio se llama VOR. Y por supuesto nada tiene que ver con aquella radio Moscú o Radio España Independiente que si te pillaban conectado a su onda la policía franquista podía llevarte a la trena. Mucho han cambiado las cosas. Estamos en un mundo global. Pasó la hora de los escarnios y de los sambenitos y el buen periodismo nada tiene que ver con la propaganda que por desgracia siguen cultivando algunos de mis colegas occidentales con inteligencia de garbanzo y cabezas de chorlito. Que Dios los perdone.
martes, 12 de abril de 2011
Hablo con una querida colega moscovita que me pide impresiones sobre las elecciones en Rusia que se desarrollan parejas a las españolas(confío que con menos acrimonia y tanto barro tirados a los ojos, con menos insulto personal, golpe bajo y sin tantos tiros a la barriga) y le manifiesto mi perplejidad y mi desgana ante la inquina e ignorancia que demuestra nuestro Cuarto Poder ante un hecho tan importante. Dicen que Rusia es el corazón del mundo del que depende la paz el progreso y la armonía en este planeta pero eso aquí muchos no lo quieren ver. Uno repasa los despachos de los corresponsales madrileños a orillas del Moscova –Bonet, Utrillo respectivos de los rotativos de mayor tirado “el Mundo” y el “País”- y parecen que en lugar de corresponsales objetivos al servicio de la verdad objetiva para sus lectores parecen los propagandistas de una oscura potencia extranjera. Sus crónicas muestran una faz de aquel gran territorio que no se compadece con la realidad. Todo es negativo. Deben de ser viejos pesadillas que lastran la mentalidad de la “guerra fría” desde prismas distorsionados. Sobre Rusia la costumbre es el tópico, la inercia mental y esta apatía me parece a mí[lo dije siempre] un desviacionismo peligroso para la paz del mundo. Uno siente vergüenza ajena de ser periodista. Ellos desconocen la cultura y la gran literatura de aquel país, los enormes progresos científicos, aquel cine de Nikita Mijailov que veíamos y ya no vemos, aquel teatro de Chejov que nos entusiasmaba décadas atrás, esas hermosas canciones como las de ala Pugachova de la mas lírica belleza o cantos populares en antena como “Trineo de correos” que radioescucha como soy desde hace algunos lustros de la querida VOR me han ayudado a pasar los duros inviernos de la transición, el desmontaje del sistema político al que nos tenían acostumbrados –equilibrio balanza de poderes- pero que hoy por desgracia todo se ha desequilibrado a resultas de la globalización, la caída del muro de Berlín, el mundo unipolar e interactivo donde supuestamente se creía que la libertad de expresión y de pensamiento iba a crecer. Desgraciadamente no ha sido así pero Rusia sigue adelante. Siempre nos queda la polifonía de los coros o la octava baja del canto diaconal recitando el Canto a la Virgen (Akathistos) o las maravillosas letanías solemnes del rito eslavónico.
La era Putin para pasmo y confusión de muchos rusófobos ha demostrado toda una matrioska con un montaje impenetrable. Una caja de sorpresas. La gran nación a la que sus detractores denominaban la “cárcel de los pueblos” o tiorma narodna” no ha sido aniquilada, ni entregó la cuchara. Es un país sorprendente que siempre guarda una carta en la bocamanga y cuando todos creen en su derrota de pronto resucita, pues siempre fue el país de la Resurrección. Hitler y Napoleón lo supieron por experiencia. Esperemos que los norteamericanos y los ingleses no tengan que pasar por el mismo brete.
“Rusia, el molde de un enigma” es el título de uno de mis libros escritos por alguien como yo al que casi desde adolescente, desde que compraba los libros de Turguienev en Paris con los francos de mi almuerzo en la editorial Livre de Poche o los de la Austral y la colección Prometeo que popularizaron desde los años 20 a los sesenta a los maestros de la gran novela rusa y que yo leía con avidez apretujado en el metro trayecto Sol- Cuatro Caminos, un país que siempre sorprende al mundo.
Ahora en mi senectud dorada prosigo en esa misma demanda, atrapado por la magia rusa. Mis musas son rusalkas – las ondinas y elfos que se sumergen y emergen- de las riberas del Volga para hacerme soñar y llenar mi corazón de esperanza. Tenemos que seguir creyendo en el ser humano
Llegan entre vaharadas de niebla (tyman) y cantos de bateleros encadenados a la gran barca de la vida. ¡Oh esa inmensa tristeza de la estepa infinita (taská), esa belleza de sus mujeres! Muchos solteros europeos se van a San Petersburgo a buscar novia. ¡Ese paisaje donde los horizontes no terminan nunca donde brilla al fondo la plata vegetal de un bosque de abedul! Si Rusia no existiera habría que inventarlo, como a Dios. Ha sido mi patria espiritual en estos tiempos de cambio y persecución. Lamento que España – se dice que el pueblo español y el ruso son los más parecidos del mundo por su fatalismo, por su coraje y capacidad de aguante- no haya tenido una política propia e independiente pero mis ojos han mirado con nostalgia dirección Moscú que fue tierra de acogida de los niños de la guerra. Es el país donde más se ha estudiado el quijote y la Hispanística está muy extendida por sus universidades.
Díganlo, si no, mis queridas colegas de la Voz de Rusia departamento de castellano. Allí hay periodistas y politólogos tan magníficos como Luis Ardiaca, María Ivanova, Valentina Yushina, Leonardo Kosichev, Pancho Rodríguez y tantos otros que se expresan en un español envidiable que para sí quisieran muchos de mis colegas de las vociferantes emisoras a este lado de los Pirineos.
Escuchar la VOR ha sido para mí no solamente un antídoto benéfico a mis nervios sino también una fuente de información ponderada, objetiva, desapasionada, sin tercerías. Son como una isla de paz y buen hacer profesional en medio del marasmo. Yo les invito a que busquen su onda paradigmática-un ejemplo de deontología profesional y de buen periodismo- en Internet las 24 horas del día.
El sitio se llama VOR. Y por supuesto nada tiene que ver con aquella radio Moscú o Radio España Independiente que si te pillaban conectado a su onda la policía franquista podía llevarte a la trena. Mucho han cambiado las cosas. Estamos en un mundo global. Pasó la hora de los escarnios y de los sambenitos y el buen periodismo nada tiene que ver con la propaganda que por desgracia siguen cultivando algunos de mis colegas occidentales con inteligencia de garbanzo y cabezas de chorlito. Que Dios los perdone.
martes, 12 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
activistas portorriqueños perseguidos
The forbidden files of Puerto Rico en el American Archivist
Título: Los Archivos prohibidos: creación, uso y supervisión de las fichas policiales de activistas puertorriqueños independentistas
Autor:
Joel Blanco-Rivera
Resumen:
El descubrimiento en 1987 – fue una auténtica bomba informativa por las repercusiones que hubiera podido tener el asunto en el tema de los derechos humanos-de que la policía puertorriqueña había guardado miles de fichas secretas sobre supuestos activistas subversivos e independentistas en Borinquen ha colocado sobre el palenque una de las áreas más oscuras de la historia de la isla. Después de pasar revista al estatus de Puerto Rico como estado libre asociado bajo el dominio de los EE:UU., el presente artículo somete a discusión los archivos secretos sobre vigilancia y seguimiento de estas personas, su creación y mantenimiento, y qué es lo que ocurrió tras tenerse conocimiento por la opinión pública de la existencia de tales fichas. Asimismo, cabe resaltar el interés de este artículo para los archiveros a los que imparte consejos acerca de cómo actuar en presencia de tales documentos de naturaleza muy delicada y susceptibles de suscitar pública controversia.
Título: Los Archivos prohibidos: creación, uso y supervisión de las fichas policiales de activistas puertorriqueños independentistas
Autor:
Joel Blanco-Rivera
Resumen:
El descubrimiento en 1987 – fue una auténtica bomba informativa por las repercusiones que hubiera podido tener el asunto en el tema de los derechos humanos-de que la policía puertorriqueña había guardado miles de fichas secretas sobre supuestos activistas subversivos e independentistas en Borinquen ha colocado sobre el palenque una de las áreas más oscuras de la historia de la isla. Después de pasar revista al estatus de Puerto Rico como estado libre asociado bajo el dominio de los EE:UU., el presente artículo somete a discusión los archivos secretos sobre vigilancia y seguimiento de estas personas, su creación y mantenimiento, y qué es lo que ocurrió tras tenerse conocimiento por la opinión pública de la existencia de tales fichas. Asimismo, cabe resaltar el interés de este artículo para los archiveros a los que imparte consejos acerca de cómo actuar en presencia de tales documentos de naturaleza muy delicada y susceptibles de suscitar pública controversia.
domingo, 10 de abril de 2011
de 2011UN ASTURIANO EL CAPITAN VILLAMIL HEROE DE LA GUERRA DE CUBA
EL 98. ARTESEROS. INTERECONOMÍA. Y ESTOS DE LA DERECHONA NO PARECEN ESPAÑOLES
Mi héroe del 98 es Villamil, sucumbió en Santiago de Cuba bloqueado por la armada yanqui un 3 de julio de 1898. Salió mandando la fragata Numancia. Era un asturiano de Navia.Conocía de antemano que los gringos iban a jugar con su barco al pimpampum pero un arranque de valor salió para tratar de romper el bloqueo por el honor de España. Veo por la tarde con tristeza un programa de España en la Memoria que firma un tal Arteseros y siento dolor. Ese tío sabrá mucho de chismes de playbacks y de gramolas pero en punto a historia está pez. Ésta nos la escribe el enemigo y he aquí un ejemplo más.Aquí lo que mola es el dinero, hablan con un despego y una desconsideración de las cosas de su país que parecen extranjeros. Parece que no corre sangre por sus venas, sólo dólares y acaparar ratings. Hombre por Dios, yo me pregunto si estos fulanos habrán jurado bandera, adulan al enemigo y creo que serían imputables de delito de alta traición en cualquier nación demócrata. Desprecian a sus héroes. Y nos ponen a todos de cara a la pared con sus historias, verguenza les debía de dar, a lo mejor es que el 98 no ha culminado todavía y los gringos grandes vengadores traten de imponer quizás el trágala de la secesión de las Españas.
No se dice por ejemplo que el atentado del Maine fue un autogolpe, que los norteamericanos no podían aguantar tantas bajas como les causaba la infantería española, pero se proyecta una imagen poco patriótica de los que se libraban del cupo pagando, de los chinches, de la fiebre amarilla. Este señor de las gafas y cara de funeral no debe de haber leído a Insua.
La perla de las antillas sucumbió y sucumbió con honor y con un par de huevos, porque ese almirante asturiano los tenía bien puestos. Cervera sin embargo era catalán. Por lo que la admiración en aquella isla a todo lo español sigue vigente. Me cae bien Fidel Castgro que se le va hacer y la derecha de este país, pastueña, mostrenca y asenderead no le puede ver. No todos podemos vivir en la plaza que se le va a hacer.
Y esta derechota, que prefiere dar un hijo a la patria que vender una finca, sabrá mucho inglés pues quiere ser gringa pero sabe poco de política internacional. Y comete el error de tirar cantos contra su propio tejado, y eso le pasa también a las izquierdas bueno eso de izquierdas es un suponer puesto que son hijos de falangistas la mayor parte de ellos. Simpson ainda etoufes, decía un marmitón gallego cuando vio desfilar a los americanos por la Habana. Tuvo que volar su propio barco y matar a un montón de gente de su tripulación para declararnos la guerra. Ya sé que esta guerra fue mal manejada por Sagasta y los políticos y por pésimos periodistas a los que pagaba Randolph Hearst.
Me doy, ya en la mañana, una vuelta por el rastro y explico en mi mejor inglés a los estudiantes de un colegio americano quién era Cascorro, un soldadito de infantería, heroe de los manglares de Santiago contra el mambís, que para salvar la posición y cubrir a sus compañeros saltó de la trinchera con una lata de gasolina pereciendo él en el intento. Los niños americanos me miran inquisitivos como diciendo quien será este tío pero me comprenden cuando les hablo de la bandera americana, un par de ellos se llevan la mano al pecho. Pues nosotros lo mismo, chaval, amamos a nuestra roja y balda como vosotros amais a las estrellas y barras. Luego me voy a misa al Cristo del Olivar para después hacer una corta visita a la iglesia de San Sebastián. Han descubierto una lápida en la tumba de Lope de Vega. Maravilloso día de sol. Último domingo de cuaresma. Madrid lleno de guiris.
EL 98. ARTESEROS. INTERECONOMÍA. Y ESTOS DE LA DERECHONA NO PARECEN ESPAÑOLES
Mi héroe del 98 es Villamil, sucumbió en Santiago de Cuba bloqueado por la armada yanqui un 3 de julio de 1898. Salió mandando la fragata Numancia. Era un asturiano de Navia.Conocía de antemano que los gringos iban a jugar con su barco al pimpampum pero un arranque de valor salió para tratar de romper el bloqueo por el honor de España. Veo por la tarde con tristeza un programa de España en la Memoria que firma un tal Arteseros y siento dolor. Ese tío sabrá mucho de chismes de playbacks y de gramolas pero en punto a historia está pez. Ésta nos la escribe el enemigo y he aquí un ejemplo más.Aquí lo que mola es el dinero, hablan con un despego y una desconsideración de las cosas de su país que parecen extranjeros. Parece que no corre sangre por sus venas, sólo dólares y acaparar ratings. Hombre por Dios, yo me pregunto si estos fulanos habrán jurado bandera, adulan al enemigo y creo que serían imputables de delito de alta traición en cualquier nación demócrata. Desprecian a sus héroes. Y nos ponen a todos de cara a la pared con sus historias, verguenza les debía de dar, a lo mejor es que el 98 no ha culminado todavía y los gringos grandes vengadores traten de imponer quizás el trágala de la secesión de las Españas.
No se dice por ejemplo que el atentado del Maine fue un autogolpe, que los norteamericanos no podían aguantar tantas bajas como les causaba la infantería española, pero se proyecta una imagen poco patriótica de los que se libraban del cupo pagando, de los chinches, de la fiebre amarilla. Este señor de las gafas y cara de funeral no debe de haber leído a Insua.
La perla de las antillas sucumbió y sucumbió con honor y con un par de huevos, porque ese almirante asturiano los tenía bien puestos. Cervera sin embargo era catalán. Por lo que la admiración en aquella isla a todo lo español sigue vigente. Me cae bien Fidel Castgro que se le va hacer y la derecha de este país, pastueña, mostrenca y asenderead no le puede ver. No todos podemos vivir en la plaza que se le va a hacer.
Y esta derechota, que prefiere dar un hijo a la patria que vender una finca, sabrá mucho inglés pues quiere ser gringa pero sabe poco de política internacional. Y comete el error de tirar cantos contra su propio tejado, y eso le pasa también a las izquierdas bueno eso de izquierdas es un suponer puesto que son hijos de falangistas la mayor parte de ellos. Simpson ainda etoufes, decía un marmitón gallego cuando vio desfilar a los americanos por la Habana. Tuvo que volar su propio barco y matar a un montón de gente de su tripulación para declararnos la guerra. Ya sé que esta guerra fue mal manejada por Sagasta y los políticos y por pésimos periodistas a los que pagaba Randolph Hearst.
Me doy, ya en la mañana, una vuelta por el rastro y explico en mi mejor inglés a los estudiantes de un colegio americano quién era Cascorro, un soldadito de infantería, heroe de los manglares de Santiago contra el mambís, que para salvar la posición y cubrir a sus compañeros saltó de la trinchera con una lata de gasolina pereciendo él en el intento. Los niños americanos me miran inquisitivos como diciendo quien será este tío pero me comprenden cuando les hablo de la bandera americana, un par de ellos se llevan la mano al pecho. Pues nosotros lo mismo, chaval, amamos a nuestra roja y balda como vosotros amais a las estrellas y barras. Luego me voy a misa al Cristo del Olivar para después hacer una corta visita a la iglesia de San Sebastián. Han descubierto una lápida en la tumba de Lope de Vega. Maravilloso día de sol. Último domingo de cuaresma. Madrid lleno de guiris.
sábado, 9 de abril de 2011
EL REY POTENTE DON ENRIQUE IV continuación
El monarca misterioso
AGRIDULCE REINAR
Aquella navidad de mi niñez tocamos la zambomba, hicimos música rascando la botella de anís con el almirez y cantamos villancicos ante el belén que había colocado mi hermano Nano adornando con musgo el portal traído de las peñas de la cantera donde se afanaba en su pobreza el Tío Enrique y su cuervo al que había enseñado a hablar y a decir palabrotas a los chicos. Con papel albar se hizo una especie de arrollo y a la orilla estaban las figuritas de las lavanderas. Un pastorcito iba camino del portal con un cordero al hombro. La cena pobre consistió en castañas y algo de asado. El villancico que cantamos aun resuena en mis orejas. “Sobre tu cunita niño he visto arder una farolica como la del tren… que alumbra con gas a la medianoche y a la madrugá” era un cantar ferroviario y era apropiado para aquel momento pues vivíamos al lado de la estación cerca de la Dehesa Boyal que donó al concejo Enrique IV y donde se celebraba por san Pedro la gran feria de ganado. El pitido del tren traspasaba el silencio de la madrugada. Habíamos aprendido cuando dormíamos y la señal acústica de los convoyes que iban lejos nos despertaban a distinguir a un mercancías que solían circular hasta el alba, del correo de Santander o del automotor de Medina o los trenes militares que llevaban soldaditos hasta África. Mi padre se puso algo melancólico recordado otras navidades del ayer, los pensamientos se alejaban en la evocación de las Nochebuenas en la majada o en el frente de Teruel. La nochebuena se viene la nochebuena se va y nosotros nos iremos para no volver más. Levantados los manteles, mi padre me preguntó si iba a misa de gallo y yo le dije que sí, tengo que ayudar. ¿Quién es el capellán? Don Valeriano. Pues abrigate, hijo. No olvides el tapabocas ni el pasamontañas. Había caído una gran nevada y era tan brillante la luna que la noche parecía iluminada. Hasta llegar a la fuente de la Dehesa tenía que pasar el puente de Valdevilla, atravesar la cuesta que eleva el Río clamores al ocultarse como un Guadiana, cruzar por entre medias de la Base Mixta y la cárcel cerca de los jardines de Villangela, desde donde se subía por la plaza de toros a los centenarios depósitos de agua del acueducto, la fabrica de Caretas donde se fabricó el biscuter y la de Klein donde se fabricaran caretas antigas de la primera guerra mundial. Todo era campo por aquellos días de mediado el siglo XX pero en el siglo XV tupido bosque donde solía cazar el Rey Nuestro señor y sería precisamente en una quinta de recreo donde se alzaría el palacio-monasterio bajo la advocación de San Antonio de Padua, san Antonio el Real. Hacía yo el recorrido cuatro veces dos por la mañana y dos por la tarde y me conocía cada recoveco, cada castaño de Indias y allí empezó mi fascinación por roma y por la historia de España desde aquel día que vi sacar unos huesos en una rumba romana que excavaron a la puerta misma de donde estaba la casa del capellán de las hermanitas de los pobres. En el epígrafe se decía que la difunta era una “puella” (muchacha) que falleció a los quince años. Tanto el capellán don Pablo como don Valeriano leyeron el epígrafe y rezaron una oración por el eterno descanso de aquella adolescente muerta en los tiempos de Trajano. Hacía frío y me abrigué con el tapabocas. En la dehesa boyal dormían los rebaños de la Mesta miles de cabeza de ganado. Los mastines me ladraban al pasar pero el rabadán de vigilancia me advirtió que caminase sin miedo, los perros no te harán nada, chaval, y menos hoy, repuse hoy que ha nacido Dios:
-¿Vas a misa de gallo?
-Sí, señor.
-Pues felices pascuas, zagal.
Cerca de la base mixta y frente al dispensario antituberculoso me asomé a la verja donde yacía desportillado un carro de combate de la primera guerra mundial, ruedas enormes, ¿Qué haría en Segovia aquella reliquia de la batalla del Somme? Rápidamente al rebufo de los muros leprosos de la huerta de las monjas, altos muros misteriosos de adobe me planté en el convento escondido entre un bosque casi de olmas. Como don Valeriano se había puerto malo le sustituyó como oficiante el capellán del hospicio don Ramón. Que era un cura alto con un gran corpachón que remataba en una cabeza de garbanzo y una voz profunda. Conocía todos los misterios de la historia de España aquel buen capellán. Entré en la sacristía y sor Fuencisla la demandadera ya tenía preparadas las vinajeras, sentí su voz detrás de las cortinas de la clausura del coro bajo:
-Buenas noches, sor Fuencisla.
-Buenas noches, hijo y alegría.
-Sí, señora, alegría y placer que esta noche nace el niño en el portal de Belén.
-Me gusta ¡qué bien te los sabes! Debes de ser un chico listo.
-No se crea, sor, el latín no se me da mal pero no me entran las matemáticas
Sor Fuencisla estaba más contenta que unas pascuas y me dijo que en el convento hubo fiesta y tambien entonaron villancicos al Niño Jesús como en todos los hogares españoles por tan señalada fecha. Al poco llegaba don Ramón que venía tosiendo- pues era un empedernido fumador y moriría el hombre al poco tiempo de la caja cambios- desde el zaguán un tanto azacaneado y moviendo para los lados la cabeza y con las botas cubiertas de nieve manteos y capisayos al desgaire accionando los brazos largos. Pendulaba en todas direcciones el buen capellán su cabeza insignificante y pequeñita, de garbanzo. Sí; tenía un melón ridículo sobre los hombres pero en aquella testa cabía toda la historia de España de la cual nos daba clases magistrales y se cabreaba muchísimo cuando aquellos libros de texto ponían cosas muy desagradables sobre el monarca de la granada y del reinado agridulce. Por eso en el seminario los latinos le pusimos de mote Don Cicerón que es lo que significa el apodo en la lengua del Lacio. Creo que por ese cabo me convencí de que el rey segoviano había sido difamado y que sería preciso rehabilitar su figura de tanto escarnio.
Se vistió el presbítero a toda prisa los ornamentos blancos y yo mismo con otro monaguillo que se llamaba Otero salimos con paso solemne de la sacristía, uno portaba el cirial y el otro un incensario. El coro empezó a entonar la antífona:
Asperges me, Domine, hisopo et mundabor. Lavabis me et super nivem dealbabor.
Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Vidi aquam egredientem de templo et omnes ad quos pervenit aqua ista salvi facti sunt et dicent: aleluya
Las notas gregorianas del asperges en tono andante ma non tropo resonaban hermosas cantadas por las voces blancas de las clarisas y habían sonado en aquel templo desde su fundación por el rey don Enrique nuestro Señor durante medio milenio. Era el catolicismo “at work” en su gloriosa tradición de “business as usual”. Pasan las generaciones, nacen y mueren los hombres, las primeras que lo cantaron yacían en humildes sepulturas, amortajadas con el cordón franciscano de tierra en la Huerta del Nogal en el patio central del convento. Luego don Ramón con su voz cascada y potente de fumador empedernido pronunció el exorcismo:
Exaudi nos domine sancte páter aeterne Deus et mittere digneris sanctum angelum tuum de coelis qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitáculo
El preste sabía que su negocio tenía que ver con la eternidad y rogaba para que alejase el espiritu del mal a todos los moradores de aquella casa. Amen. Estaban todas las lámparas encendidas. El retablo de la crucifixión con sus maravillosas figuras de arte flamenco en relieve, tan vividas y tan copiadas al natural que hacían pensar en cómo era el rostro de los hombres en la edad media, no sólo los reyes sino los menestrales, los rabadanes y los tejedores que iban y venían a Flandes con la lana de las merinas de Segovia, refulgía como los chorros del oro. San Antonio de Padua, talla neogótica, con un misal en la mano, y su cerquillo de fraile menor iluminándole el rostro En las paredes de damasco colgaban algunos cuadros religiosos con reporteros en los cuales se representaba el escudo de armas de los Reyes Católicos, (que dotaron al convento, si bien fue su predecesor el que lo fundara habilitando para la ocasión una finca a la afueras que tenía para sus recreos cinegéticos) y escenas de la Natividad y allí estaban los bancos de roble macizo que lucían entremedias las armas de Castilla y el blasón del penúltimo de la Casa Trastamara: una granada. Buen símbolo porque decía don Enrique:
-He aquí mi agridulce reinar.
Estaban vacíos los bancos porque debido a la gran nevada había acudido poco personal a aquella misa del gallo. Únicamente cuatro viejas así como el carpintero Geroteo el mejor feligrés de aquella comunidad, una buena persona pero que tenía fama de empinar el codo un poquito y aquella nochebuena había pimplado de más porque olía a anís que le llevaban los demonios cuando fui a darle a besar el portapaz. Con esa generosidad de los beodos el bueno de Geroteo y sonriéndome cordial sacó de la pelliza una moneda y me dio un duro de plata:
-Toma, monago, tu aguinaldo.
Pocas veces a lo largo de mi carrera como monaguillo y seminarista he visto brillar tanta alegría y tanta munificencia como en los ojos de aquel borrachín. Tampoco tanto oro. El cristianismo suele ser generoso. Un duro cinco, pesetas de las de entonces constituían un dineral para los niños de mi edad. Guarde Dios tu alma cristiana, Geroteo y este gesto me persuade en mis convicciones de que nada es lo que parece en este mundo que hay que ir con pies de plomo a la hora de enunciar juicios de valor. Cuando fue a besar al Niño y yo sostenía a don Ramón el humeral, Geroteo con paso vacilante y la cara roja me guiñó un ojo. La misa terminó en la efervescencia y candor con que la liturgia católica guarda para esta santa noche. En la iglesia hacía un frío que pelaba porque no había calefacción ni estufas por aquel entonces. Sin embargo puede ser y así ahora lo pienso que la luz que fulgía de la estrella del portal de Belén calentase nuestros cuerpos y nuestras almas. Ya en la sacristía las buenas monjitas nos agasajaron con vino de misa soplillos y pastas. Sor Fuencisla que me tenía buen concepto me encareció que fuese bueno y que estudiase y que siguiera devoto de San Antonio. Así lo soy y lo he sido toda mi vida. El órgano remató glorioso una fuga de Bach interpretada por una de las hijas de Santa Clara de Asís que en el siglo había estudiado siete años de conservatorio, Sor Jesusa, y las notas golpeaban caricias sobre los empinos de las bóvedas de crucería y los arcos escarzanos y conopiales. Dirigiendo mensajes de amor divino hacia la luna llena que asomaba yerta y pasmada por entre los vitrales de la nave del crucero Una nochebuena más. A la salida y entre la euforia de los vapores del licorcillo de consagrar más de tres copas generosas me tomé con la aquiescencia del capellán y de la propia priora que un día es un día, bajó un arco que lleva al salón del trono, tuve una visión. Yo vi acercarse a un caballero, llevaba sobre los hombros un ropón de cordero que le cubría la pelliza, un turbante como los de los moros. Era rubio, trabado de hombros, una barba rojiza, los pies grandes, las manos como manoplas de segador y un aspecto campechano pero había una indecisión que recobraba su persona, timidez y amabilidad, transmitía llaneza y familiaridad. Bien pudiera pasar por un tratante de los que acudían al azoguejo los jueves de mercado y que después de comer cordero asado regado con clarete de Peñafiel se ponían un palillo entre los dientes y se sentían felices en su pobreza, pero había una distinción en su rostro y unos ojos claros y misteriosos de rey godo, cuya sangre corría por sus venas mezcladas con las de todas las dinastías de Europa: los Valois, los Plantagenet, los Lancaster y la de la casa de Anjou y de Viana y un cierto reposo pleno de dignidad, porque, “donde ponía- escriben los cronistas- la vista mucho le duraba el mirar. Este lento mirar le convertían en un ser distinto a los demás. A todas luces se trataba de un personaje majestuoso. No debía de ser muy friolero aunque bien pudiera ser que los cuerpos gloriosos no acusan el acoso de los incidentes climatológicos ni padecen enfermedades. Era don Enrique igual que yo me lo imaginara. Me recordaba a mi abuelo con su nariz y con sus fuertes corvas, la cuadratura algo petiza de los labrantines que por aquellos días se pasaban la vida inclinados sobre el surco, segando, bieldando, dando haces en ese ir y venir castellano que llaman acarrear. Todo es movimiento y variación.
Se fue a sentar junto a una mesa de pino junto a un altar y se reclinó sobre el respaldo del sillón frailuno. Había mandado traer un brasero y de vez en cuando revolvía la ceniza con una badila.
-Hace frío en Segovia y mucho más la noche de Navidad. Ven, chiquito.
Comprendí quien era el fantasma. Mis sueños o mis delirios me habían trasladado hacia el propio Rey el cuarto de los Enriques de Castilla.
- Aquí estoy, Majestad.
- Somos paisanos. A ti te bautizaron en San Millán y yo recibía las aguas santificantes en la de San Martín.
- ¿Y eso cómo lo sabe, Majestad?
- Las almas de los difuntos somos espíritus puros y podemos penetrar en todos los misterios de la condición humana. Conocemos el pasado el presente y el futuro. He venido a darme una vuelta por mi heredad. Este era mi palacio de verano. En vida a mí me gustaba mucho cazar. Cuando abatía un jabalí lo asábamos a la estaca en esa cocina enorme del monasterio que tú habrás visto y luego nos lo comíamos en amistad aunque por su ley la carne de cerdo estaba prohibida. Menudas cuchipandas.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Eran todos ellos moros de Aragón.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Era todos ellos moros de Aragón.
No me sorprendió aquella respuesta de aquel bien rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear. En aquella fatiga se reflejaba quizás la eternidad del mundo. Dentro del movimiento y variación todo es igual y también la sabiduría del conocimiento de los hombres. La condición humana sigue aferrada a los principios de la casuística. Me dijo que uno nacía ladrón, otro forzador de doncellas, aquel homicida y esotro para la gramática o la especulación. Unos se entregan al vino y a los placeres de la panza y otros sólo prueban el agua. Unos blancos y otros negros, unos grandes y otros chicos. Unos valetudinarios y enfermizos y otros que no toparon jamás con un galeno. Y entretanto realizaba estas reflexiones jugaba con la granada de su blasón como si fuese una pelota. Ama y haz lo que quieras, comentaba san Agustín pero eso es sólo retórica. Nunca se podrá acomodar a esa perspectiva de amar al prójimo como a ti mismo. Tales expresiones no resultaban sino hablar bonito. Tu pusilanimidad alteza nace de tu sabio conocimiento del ser humano. Prefiero cazar por esos montes. Las alimañas del campo son menos dañinas que algunos palaciegos de mi corte. Eligió buen símbolo como lema para su reinado agridulce. La granada es el fruto que más se parece al almibar y al acíbar. Más que un blasón era una profecía. Entraremos en Granada mas eso quedará para mis sucesores. ¿Y de qué nos servirá vencer a los moros si no somos dueños de nostros mismos?, dijo en un tono más reflexivo. La iglesia se había transformado en palacio. Sonó un rabel y unos puericantores cruzaron la habitación y saludaron al Rey:
-Buena pascua y buenos años, Alteza.
Don Enrique se les quedó largo rato mirando pero no pronunció palabra. Subía y bajaba la música del rabel alternando la clave de los arpegios. Uno de los juglares de palacio con motivo de la Navidad para hacer dedos componía un madrigal a su amada. Un rabino con un cantoral enorme con herrajes se llegó hizo una reverencia y le besó la mano. El librote que llevaba bajo el brazo era el Talmud con todas las enseñanzas. Se sentía el ladrar bronco de los lebreles de la jauría. Piafaban los mulos en las caballerizas. El pastelero de Madrigal en la cocina alimentada por leños de roble preparaba un guiso preferente. Otros rancheros doraban la carne de un buey que sería servido al día siguiente en el convite que daba su Majestad todos los años por estas fechas a los nobles de Segovia, al corregidor y al obispo. Le miré de nuevo y su aspecto era de total fatiga como si humillado y preterido hubiera alzado bandera blanca frente al cruel destino. Entonces despareció la visión. Todavía me dio tiempo a vagar por las dependencias de la mansión. Estaba habitada por frailes menores de la observancia y por claustrales. Los descalzos discutían con los calzados. Uno de forma muy violenta apostrofaba a un compañero que decía llamarse fray Pedro de Villacastín por habersele visto por malos pasos a altas horas de la madrugada por los lupanares de Segovia y este respondía que acompañaba al rey en estas giras por la ciudad a casa de las visitadoras y que más pecaba la lengua que el ojo. Contó la historia de doña Guiomar de la cual el rey estaba muy prendado con gran enojo de la reina doña Juana. Otro de los religiosos contaba cosas maravillosas del monarca no sólo sus proezas sexuales de quinque in eadem nocte sino su fuerza inaudita de domador de leones porque tenía una partida de estos animales que le había regalado el rey de Granada y que él solo entraba en la jaula para darles de comer y que estas fieras en lugar de atacarle le lamían la mano. Observantes y claustrales se llevaban a matar por lo que la conllevancia resultaba harto problemática en aquel monasterio. Pleitos entre claustrales y observantes, la cosa llega hasta Cisneros y parece mentira que perteneciendo ambos bandos a la misma orden del cordón sus actitudes tengan poco de seráficas y mucho menos de cristianas. Igual ocurre entre los agustinos regulares y los monacales, el Carmen descalzo y los que llevaban zapatos.
Al rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear le hastiaba la vehemencia con que cada feudo enarbolaba su estandarte porque -sepan cuantos- era un príncipe que detestaba la violencia y se desmayaba a la vista de la sangre. Me preguntó qué que era lo que quería ser de mayor y torció el gesto.
-Tú no vales para clérigo ni para político. Tienes alma de guerrero pero como eso no puede ser, abrazarás la vida áspero e ingrata de las letras; escritor, mi cronista.
Aun desconociendo a punto fijo cual era el significado de aquel augurio que enunciaba (ciertamente, a mí me gustaba emborronar y mandaba mis articulitos y mis cuentos al “Sígueme” y a la “Hoja parroquial y alguna vez mi nombre en letras de molde) la idea me atraía. Escribir por tu propia cuenta y riesgo, tener ideas personales, no vivir a lo borrego, no comulgar con ruedas de molino y pensar por boca de ganso, lo que diga la masa, peligroso oficio y arriscado afán. Me iba a uncir al yugo compartiendo el infortunio y la soledad del hombre de letras. Largas vigilias, trabajo perdido, mayúsculas decepciones, mensajes del naufrago dentro de una botella. Vivir hablando y pensando con los difuntos apartándose de los vivos. A sabiendas de querer robar el fuego sagrado a los dioses y de entrar en el laberinto de Creta burlando al cancerbero universal, ese que no habla, no sabe no contesta y cuando lo interrogas hace un movimiento de sí o no con la cabeza. Recorrer el dédalo de la literatura si no llevas contigo el ovillo de Ariadna es exponerte a las cornadas del Minotauro que es un mihura que no falla ninguna de sus embestidas. Los pensadores son humillados y ofendidos. Al vulgo no se le puede llevar la contraria que sólo cree en el poder y en la riqueza en los placeres del lecho y de la mesa.
-Pese a todo, niño segoviano, conocerás el Bien, la Verdad y la Belleza. Y ese es el Cristo- dijo su Majestad rompiendo un largo silencio de taciturnos pensativos- Aunque se desprecie la doctrina y las togas cedan a las armas. Serás rebelde y comunero.
-Entraremos en Granada, señor.
-Eso se hará. Pero yo no lo veré. Boabdil chiquito entregará las llaves de la alhambra a mi sucesora y hermana. Se habrá consumado un sueño, culminaremos el prpósito de venganza de la ignominia de la Cava Florinda. Ese es el sueño de España, la unidad nacional bajo el reinado de la cruz. Yo no sé si lo he conseguido pero pelée en Gibraltar y aquí estan las heridas en mi cuerpo para probarlo y mis caballeros, Enrique de Guzmán y el Conde de Niebla colocaron el pabellón de Castilla en lo alto del peñote.
-Actualmente sólo hay ingleses y moros.
-Hasta que Gibraltar no sea tierra española cundirá la desazón y volverán los bandos y las armas de los españoles unos contra otros-dijo el Monarca Misterioso. Y prosiguió:
-Soy amigo de moros porque quiero atraerlos hacia nuestra causa. Son buena gente pero acérrima. Muy cabezotas, hijo, muy cabezotas. Lo malo es que detrás del moro está el judío y ambas religiones confabuladas contra nosotros constituyen un enemigo casi invencible. Ello forma parte sin embargo de la maldición de don Rodrigo.
Casi me dieron ganas de abrazarle pero como sabía que era un ángel o un trasgo que bullía en mi cabeza no me atreví. Me quedé mirando para el artesonado de siete faldones que se alzaba sobre nuestras cabezas, una maravilla del arte morisco, con las estrellas de David labradas en pan de oro y toda esa esgrafía morisca de talante tan segoviano que huye de estampar en las paredes la figura humana y se entrega a los arabescos y ajarafes, en labor de ataujía, para no desairar al Profeta. Las tres culturas bajo la preeminencia de la cruz eran impronta enriqueña y se perdió mi mirada entre los baquetones y boceles de la capilla de Santa Úrsula. Más arriba coronaba el palacio la espadaña de ladrillo rojo con su tejadoz liso de pizarra, su tortea y su veleta. La campana estaba sonando a maitines y en el halda podría leerse la inscripción latina Henricus me fecit.
-Muchas misas me habrán dicho las queridas monjas
el aire se remansaba y cruzaba los ámbitos del monasterio una inusual quietud. Estábamos en el salón del trono el rey y yo arropados por la imagen del querido san Antonio que él donara y un cristo atado a la columna que debió de salir del buril del Divino Morales. Defenderemos la verdadera fe y Dios nos ayude. De lo que ocurra después mejor no preocuparse. Alguien llorará sobre nuestras cenizas. En la sala capitular la tumba que él construyó para su enterramiento. Lo inhumaron en Guadalupe al lado de su madre la portuguesa doña Juana. Recordé un cantar que me enseñó mi madre al Antonio divino y santo:
si busca milagros, mira: muerte y error desterrados
miseria y demonio huidos leprosos y enfermos sanos
el mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos
el peligro se retira los pobres van remediados cuéntenlo los socorridos díganlo los paduanos
En aquel instante el espectro despareció y yo me perdí por los pasillos del gran laberinto de la existencia.
AGRIDULCE REINAR
Aquella navidad de mi niñez tocamos la zambomba, hicimos música rascando la botella de anís con el almirez y cantamos villancicos ante el belén que había colocado mi hermano Nano adornando con musgo el portal traído de las peñas de la cantera donde se afanaba en su pobreza el Tío Enrique y su cuervo al que había enseñado a hablar y a decir palabrotas a los chicos. Con papel albar se hizo una especie de arrollo y a la orilla estaban las figuritas de las lavanderas. Un pastorcito iba camino del portal con un cordero al hombro. La cena pobre consistió en castañas y algo de asado. El villancico que cantamos aun resuena en mis orejas. “Sobre tu cunita niño he visto arder una farolica como la del tren… que alumbra con gas a la medianoche y a la madrugá” era un cantar ferroviario y era apropiado para aquel momento pues vivíamos al lado de la estación cerca de la Dehesa Boyal que donó al concejo Enrique IV y donde se celebraba por san Pedro la gran feria de ganado. El pitido del tren traspasaba el silencio de la madrugada. Habíamos aprendido cuando dormíamos y la señal acústica de los convoyes que iban lejos nos despertaban a distinguir a un mercancías que solían circular hasta el alba, del correo de Santander o del automotor de Medina o los trenes militares que llevaban soldaditos hasta África. Mi padre se puso algo melancólico recordado otras navidades del ayer, los pensamientos se alejaban en la evocación de las Nochebuenas en la majada o en el frente de Teruel. La nochebuena se viene la nochebuena se va y nosotros nos iremos para no volver más. Levantados los manteles, mi padre me preguntó si iba a misa de gallo y yo le dije que sí, tengo que ayudar. ¿Quién es el capellán? Don Valeriano. Pues abrigate, hijo. No olvides el tapabocas ni el pasamontañas. Había caído una gran nevada y era tan brillante la luna que la noche parecía iluminada. Hasta llegar a la fuente de la Dehesa tenía que pasar el puente de Valdevilla, atravesar la cuesta que eleva el Río clamores al ocultarse como un Guadiana, cruzar por entre medias de la Base Mixta y la cárcel cerca de los jardines de Villangela, desde donde se subía por la plaza de toros a los centenarios depósitos de agua del acueducto, la fabrica de Caretas donde se fabricó el biscuter y la de Klein donde se fabricaran caretas antigas de la primera guerra mundial. Todo era campo por aquellos días de mediado el siglo XX pero en el siglo XV tupido bosque donde solía cazar el Rey Nuestro señor y sería precisamente en una quinta de recreo donde se alzaría el palacio-monasterio bajo la advocación de San Antonio de Padua, san Antonio el Real. Hacía yo el recorrido cuatro veces dos por la mañana y dos por la tarde y me conocía cada recoveco, cada castaño de Indias y allí empezó mi fascinación por roma y por la historia de España desde aquel día que vi sacar unos huesos en una rumba romana que excavaron a la puerta misma de donde estaba la casa del capellán de las hermanitas de los pobres. En el epígrafe se decía que la difunta era una “puella” (muchacha) que falleció a los quince años. Tanto el capellán don Pablo como don Valeriano leyeron el epígrafe y rezaron una oración por el eterno descanso de aquella adolescente muerta en los tiempos de Trajano. Hacía frío y me abrigué con el tapabocas. En la dehesa boyal dormían los rebaños de la Mesta miles de cabeza de ganado. Los mastines me ladraban al pasar pero el rabadán de vigilancia me advirtió que caminase sin miedo, los perros no te harán nada, chaval, y menos hoy, repuse hoy que ha nacido Dios:
-¿Vas a misa de gallo?
-Sí, señor.
-Pues felices pascuas, zagal.
Cerca de la base mixta y frente al dispensario antituberculoso me asomé a la verja donde yacía desportillado un carro de combate de la primera guerra mundial, ruedas enormes, ¿Qué haría en Segovia aquella reliquia de la batalla del Somme? Rápidamente al rebufo de los muros leprosos de la huerta de las monjas, altos muros misteriosos de adobe me planté en el convento escondido entre un bosque casi de olmas. Como don Valeriano se había puerto malo le sustituyó como oficiante el capellán del hospicio don Ramón. Que era un cura alto con un gran corpachón que remataba en una cabeza de garbanzo y una voz profunda. Conocía todos los misterios de la historia de España aquel buen capellán. Entré en la sacristía y sor Fuencisla la demandadera ya tenía preparadas las vinajeras, sentí su voz detrás de las cortinas de la clausura del coro bajo:
-Buenas noches, sor Fuencisla.
-Buenas noches, hijo y alegría.
-Sí, señora, alegría y placer que esta noche nace el niño en el portal de Belén.
-Me gusta ¡qué bien te los sabes! Debes de ser un chico listo.
-No se crea, sor, el latín no se me da mal pero no me entran las matemáticas
Sor Fuencisla estaba más contenta que unas pascuas y me dijo que en el convento hubo fiesta y tambien entonaron villancicos al Niño Jesús como en todos los hogares españoles por tan señalada fecha. Al poco llegaba don Ramón que venía tosiendo- pues era un empedernido fumador y moriría el hombre al poco tiempo de la caja cambios- desde el zaguán un tanto azacaneado y moviendo para los lados la cabeza y con las botas cubiertas de nieve manteos y capisayos al desgaire accionando los brazos largos. Pendulaba en todas direcciones el buen capellán su cabeza insignificante y pequeñita, de garbanzo. Sí; tenía un melón ridículo sobre los hombres pero en aquella testa cabía toda la historia de España de la cual nos daba clases magistrales y se cabreaba muchísimo cuando aquellos libros de texto ponían cosas muy desagradables sobre el monarca de la granada y del reinado agridulce. Por eso en el seminario los latinos le pusimos de mote Don Cicerón que es lo que significa el apodo en la lengua del Lacio. Creo que por ese cabo me convencí de que el rey segoviano había sido difamado y que sería preciso rehabilitar su figura de tanto escarnio.
Se vistió el presbítero a toda prisa los ornamentos blancos y yo mismo con otro monaguillo que se llamaba Otero salimos con paso solemne de la sacristía, uno portaba el cirial y el otro un incensario. El coro empezó a entonar la antífona:
Asperges me, Domine, hisopo et mundabor. Lavabis me et super nivem dealbabor.
Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Vidi aquam egredientem de templo et omnes ad quos pervenit aqua ista salvi facti sunt et dicent: aleluya
Las notas gregorianas del asperges en tono andante ma non tropo resonaban hermosas cantadas por las voces blancas de las clarisas y habían sonado en aquel templo desde su fundación por el rey don Enrique nuestro Señor durante medio milenio. Era el catolicismo “at work” en su gloriosa tradición de “business as usual”. Pasan las generaciones, nacen y mueren los hombres, las primeras que lo cantaron yacían en humildes sepulturas, amortajadas con el cordón franciscano de tierra en la Huerta del Nogal en el patio central del convento. Luego don Ramón con su voz cascada y potente de fumador empedernido pronunció el exorcismo:
Exaudi nos domine sancte páter aeterne Deus et mittere digneris sanctum angelum tuum de coelis qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitáculo
El preste sabía que su negocio tenía que ver con la eternidad y rogaba para que alejase el espiritu del mal a todos los moradores de aquella casa. Amen. Estaban todas las lámparas encendidas. El retablo de la crucifixión con sus maravillosas figuras de arte flamenco en relieve, tan vividas y tan copiadas al natural que hacían pensar en cómo era el rostro de los hombres en la edad media, no sólo los reyes sino los menestrales, los rabadanes y los tejedores que iban y venían a Flandes con la lana de las merinas de Segovia, refulgía como los chorros del oro. San Antonio de Padua, talla neogótica, con un misal en la mano, y su cerquillo de fraile menor iluminándole el rostro En las paredes de damasco colgaban algunos cuadros religiosos con reporteros en los cuales se representaba el escudo de armas de los Reyes Católicos, (que dotaron al convento, si bien fue su predecesor el que lo fundara habilitando para la ocasión una finca a la afueras que tenía para sus recreos cinegéticos) y escenas de la Natividad y allí estaban los bancos de roble macizo que lucían entremedias las armas de Castilla y el blasón del penúltimo de la Casa Trastamara: una granada. Buen símbolo porque decía don Enrique:
-He aquí mi agridulce reinar.
Estaban vacíos los bancos porque debido a la gran nevada había acudido poco personal a aquella misa del gallo. Únicamente cuatro viejas así como el carpintero Geroteo el mejor feligrés de aquella comunidad, una buena persona pero que tenía fama de empinar el codo un poquito y aquella nochebuena había pimplado de más porque olía a anís que le llevaban los demonios cuando fui a darle a besar el portapaz. Con esa generosidad de los beodos el bueno de Geroteo y sonriéndome cordial sacó de la pelliza una moneda y me dio un duro de plata:
-Toma, monago, tu aguinaldo.
Pocas veces a lo largo de mi carrera como monaguillo y seminarista he visto brillar tanta alegría y tanta munificencia como en los ojos de aquel borrachín. Tampoco tanto oro. El cristianismo suele ser generoso. Un duro cinco, pesetas de las de entonces constituían un dineral para los niños de mi edad. Guarde Dios tu alma cristiana, Geroteo y este gesto me persuade en mis convicciones de que nada es lo que parece en este mundo que hay que ir con pies de plomo a la hora de enunciar juicios de valor. Cuando fue a besar al Niño y yo sostenía a don Ramón el humeral, Geroteo con paso vacilante y la cara roja me guiñó un ojo. La misa terminó en la efervescencia y candor con que la liturgia católica guarda para esta santa noche. En la iglesia hacía un frío que pelaba porque no había calefacción ni estufas por aquel entonces. Sin embargo puede ser y así ahora lo pienso que la luz que fulgía de la estrella del portal de Belén calentase nuestros cuerpos y nuestras almas. Ya en la sacristía las buenas monjitas nos agasajaron con vino de misa soplillos y pastas. Sor Fuencisla que me tenía buen concepto me encareció que fuese bueno y que estudiase y que siguiera devoto de San Antonio. Así lo soy y lo he sido toda mi vida. El órgano remató glorioso una fuga de Bach interpretada por una de las hijas de Santa Clara de Asís que en el siglo había estudiado siete años de conservatorio, Sor Jesusa, y las notas golpeaban caricias sobre los empinos de las bóvedas de crucería y los arcos escarzanos y conopiales. Dirigiendo mensajes de amor divino hacia la luna llena que asomaba yerta y pasmada por entre los vitrales de la nave del crucero Una nochebuena más. A la salida y entre la euforia de los vapores del licorcillo de consagrar más de tres copas generosas me tomé con la aquiescencia del capellán y de la propia priora que un día es un día, bajó un arco que lleva al salón del trono, tuve una visión. Yo vi acercarse a un caballero, llevaba sobre los hombros un ropón de cordero que le cubría la pelliza, un turbante como los de los moros. Era rubio, trabado de hombros, una barba rojiza, los pies grandes, las manos como manoplas de segador y un aspecto campechano pero había una indecisión que recobraba su persona, timidez y amabilidad, transmitía llaneza y familiaridad. Bien pudiera pasar por un tratante de los que acudían al azoguejo los jueves de mercado y que después de comer cordero asado regado con clarete de Peñafiel se ponían un palillo entre los dientes y se sentían felices en su pobreza, pero había una distinción en su rostro y unos ojos claros y misteriosos de rey godo, cuya sangre corría por sus venas mezcladas con las de todas las dinastías de Europa: los Valois, los Plantagenet, los Lancaster y la de la casa de Anjou y de Viana y un cierto reposo pleno de dignidad, porque, “donde ponía- escriben los cronistas- la vista mucho le duraba el mirar. Este lento mirar le convertían en un ser distinto a los demás. A todas luces se trataba de un personaje majestuoso. No debía de ser muy friolero aunque bien pudiera ser que los cuerpos gloriosos no acusan el acoso de los incidentes climatológicos ni padecen enfermedades. Era don Enrique igual que yo me lo imaginara. Me recordaba a mi abuelo con su nariz y con sus fuertes corvas, la cuadratura algo petiza de los labrantines que por aquellos días se pasaban la vida inclinados sobre el surco, segando, bieldando, dando haces en ese ir y venir castellano que llaman acarrear. Todo es movimiento y variación.
Se fue a sentar junto a una mesa de pino junto a un altar y se reclinó sobre el respaldo del sillón frailuno. Había mandado traer un brasero y de vez en cuando revolvía la ceniza con una badila.
-Hace frío en Segovia y mucho más la noche de Navidad. Ven, chiquito.
Comprendí quien era el fantasma. Mis sueños o mis delirios me habían trasladado hacia el propio Rey el cuarto de los Enriques de Castilla.
- Aquí estoy, Majestad.
- Somos paisanos. A ti te bautizaron en San Millán y yo recibía las aguas santificantes en la de San Martín.
- ¿Y eso cómo lo sabe, Majestad?
- Las almas de los difuntos somos espíritus puros y podemos penetrar en todos los misterios de la condición humana. Conocemos el pasado el presente y el futuro. He venido a darme una vuelta por mi heredad. Este era mi palacio de verano. En vida a mí me gustaba mucho cazar. Cuando abatía un jabalí lo asábamos a la estaca en esa cocina enorme del monasterio que tú habrás visto y luego nos lo comíamos en amistad aunque por su ley la carne de cerdo estaba prohibida. Menudas cuchipandas.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Eran todos ellos moros de Aragón.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Era todos ellos moros de Aragón.
No me sorprendió aquella respuesta de aquel bien rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear. En aquella fatiga se reflejaba quizás la eternidad del mundo. Dentro del movimiento y variación todo es igual y también la sabiduría del conocimiento de los hombres. La condición humana sigue aferrada a los principios de la casuística. Me dijo que uno nacía ladrón, otro forzador de doncellas, aquel homicida y esotro para la gramática o la especulación. Unos se entregan al vino y a los placeres de la panza y otros sólo prueban el agua. Unos blancos y otros negros, unos grandes y otros chicos. Unos valetudinarios y enfermizos y otros que no toparon jamás con un galeno. Y entretanto realizaba estas reflexiones jugaba con la granada de su blasón como si fuese una pelota. Ama y haz lo que quieras, comentaba san Agustín pero eso es sólo retórica. Nunca se podrá acomodar a esa perspectiva de amar al prójimo como a ti mismo. Tales expresiones no resultaban sino hablar bonito. Tu pusilanimidad alteza nace de tu sabio conocimiento del ser humano. Prefiero cazar por esos montes. Las alimañas del campo son menos dañinas que algunos palaciegos de mi corte. Eligió buen símbolo como lema para su reinado agridulce. La granada es el fruto que más se parece al almibar y al acíbar. Más que un blasón era una profecía. Entraremos en Granada mas eso quedará para mis sucesores. ¿Y de qué nos servirá vencer a los moros si no somos dueños de nostros mismos?, dijo en un tono más reflexivo. La iglesia se había transformado en palacio. Sonó un rabel y unos puericantores cruzaron la habitación y saludaron al Rey:
-Buena pascua y buenos años, Alteza.
Don Enrique se les quedó largo rato mirando pero no pronunció palabra. Subía y bajaba la música del rabel alternando la clave de los arpegios. Uno de los juglares de palacio con motivo de la Navidad para hacer dedos componía un madrigal a su amada. Un rabino con un cantoral enorme con herrajes se llegó hizo una reverencia y le besó la mano. El librote que llevaba bajo el brazo era el Talmud con todas las enseñanzas. Se sentía el ladrar bronco de los lebreles de la jauría. Piafaban los mulos en las caballerizas. El pastelero de Madrigal en la cocina alimentada por leños de roble preparaba un guiso preferente. Otros rancheros doraban la carne de un buey que sería servido al día siguiente en el convite que daba su Majestad todos los años por estas fechas a los nobles de Segovia, al corregidor y al obispo. Le miré de nuevo y su aspecto era de total fatiga como si humillado y preterido hubiera alzado bandera blanca frente al cruel destino. Entonces despareció la visión. Todavía me dio tiempo a vagar por las dependencias de la mansión. Estaba habitada por frailes menores de la observancia y por claustrales. Los descalzos discutían con los calzados. Uno de forma muy violenta apostrofaba a un compañero que decía llamarse fray Pedro de Villacastín por habersele visto por malos pasos a altas horas de la madrugada por los lupanares de Segovia y este respondía que acompañaba al rey en estas giras por la ciudad a casa de las visitadoras y que más pecaba la lengua que el ojo. Contó la historia de doña Guiomar de la cual el rey estaba muy prendado con gran enojo de la reina doña Juana. Otro de los religiosos contaba cosas maravillosas del monarca no sólo sus proezas sexuales de quinque in eadem nocte sino su fuerza inaudita de domador de leones porque tenía una partida de estos animales que le había regalado el rey de Granada y que él solo entraba en la jaula para darles de comer y que estas fieras en lugar de atacarle le lamían la mano. Observantes y claustrales se llevaban a matar por lo que la conllevancia resultaba harto problemática en aquel monasterio. Pleitos entre claustrales y observantes, la cosa llega hasta Cisneros y parece mentira que perteneciendo ambos bandos a la misma orden del cordón sus actitudes tengan poco de seráficas y mucho menos de cristianas. Igual ocurre entre los agustinos regulares y los monacales, el Carmen descalzo y los que llevaban zapatos.
Al rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear le hastiaba la vehemencia con que cada feudo enarbolaba su estandarte porque -sepan cuantos- era un príncipe que detestaba la violencia y se desmayaba a la vista de la sangre. Me preguntó qué que era lo que quería ser de mayor y torció el gesto.
-Tú no vales para clérigo ni para político. Tienes alma de guerrero pero como eso no puede ser, abrazarás la vida áspero e ingrata de las letras; escritor, mi cronista.
Aun desconociendo a punto fijo cual era el significado de aquel augurio que enunciaba (ciertamente, a mí me gustaba emborronar y mandaba mis articulitos y mis cuentos al “Sígueme” y a la “Hoja parroquial y alguna vez mi nombre en letras de molde) la idea me atraía. Escribir por tu propia cuenta y riesgo, tener ideas personales, no vivir a lo borrego, no comulgar con ruedas de molino y pensar por boca de ganso, lo que diga la masa, peligroso oficio y arriscado afán. Me iba a uncir al yugo compartiendo el infortunio y la soledad del hombre de letras. Largas vigilias, trabajo perdido, mayúsculas decepciones, mensajes del naufrago dentro de una botella. Vivir hablando y pensando con los difuntos apartándose de los vivos. A sabiendas de querer robar el fuego sagrado a los dioses y de entrar en el laberinto de Creta burlando al cancerbero universal, ese que no habla, no sabe no contesta y cuando lo interrogas hace un movimiento de sí o no con la cabeza. Recorrer el dédalo de la literatura si no llevas contigo el ovillo de Ariadna es exponerte a las cornadas del Minotauro que es un mihura que no falla ninguna de sus embestidas. Los pensadores son humillados y ofendidos. Al vulgo no se le puede llevar la contraria que sólo cree en el poder y en la riqueza en los placeres del lecho y de la mesa.
-Pese a todo, niño segoviano, conocerás el Bien, la Verdad y la Belleza. Y ese es el Cristo- dijo su Majestad rompiendo un largo silencio de taciturnos pensativos- Aunque se desprecie la doctrina y las togas cedan a las armas. Serás rebelde y comunero.
-Entraremos en Granada, señor.
-Eso se hará. Pero yo no lo veré. Boabdil chiquito entregará las llaves de la alhambra a mi sucesora y hermana. Se habrá consumado un sueño, culminaremos el prpósito de venganza de la ignominia de la Cava Florinda. Ese es el sueño de España, la unidad nacional bajo el reinado de la cruz. Yo no sé si lo he conseguido pero pelée en Gibraltar y aquí estan las heridas en mi cuerpo para probarlo y mis caballeros, Enrique de Guzmán y el Conde de Niebla colocaron el pabellón de Castilla en lo alto del peñote.
-Actualmente sólo hay ingleses y moros.
-Hasta que Gibraltar no sea tierra española cundirá la desazón y volverán los bandos y las armas de los españoles unos contra otros-dijo el Monarca Misterioso. Y prosiguió:
-Soy amigo de moros porque quiero atraerlos hacia nuestra causa. Son buena gente pero acérrima. Muy cabezotas, hijo, muy cabezotas. Lo malo es que detrás del moro está el judío y ambas religiones confabuladas contra nosotros constituyen un enemigo casi invencible. Ello forma parte sin embargo de la maldición de don Rodrigo.
Casi me dieron ganas de abrazarle pero como sabía que era un ángel o un trasgo que bullía en mi cabeza no me atreví. Me quedé mirando para el artesonado de siete faldones que se alzaba sobre nuestras cabezas, una maravilla del arte morisco, con las estrellas de David labradas en pan de oro y toda esa esgrafía morisca de talante tan segoviano que huye de estampar en las paredes la figura humana y se entrega a los arabescos y ajarafes, en labor de ataujía, para no desairar al Profeta. Las tres culturas bajo la preeminencia de la cruz eran impronta enriqueña y se perdió mi mirada entre los baquetones y boceles de la capilla de Santa Úrsula. Más arriba coronaba el palacio la espadaña de ladrillo rojo con su tejadoz liso de pizarra, su tortea y su veleta. La campana estaba sonando a maitines y en el halda podría leerse la inscripción latina Henricus me fecit.
-Muchas misas me habrán dicho las queridas monjas
el aire se remansaba y cruzaba los ámbitos del monasterio una inusual quietud. Estábamos en el salón del trono el rey y yo arropados por la imagen del querido san Antonio que él donara y un cristo atado a la columna que debió de salir del buril del Divino Morales. Defenderemos la verdadera fe y Dios nos ayude. De lo que ocurra después mejor no preocuparse. Alguien llorará sobre nuestras cenizas. En la sala capitular la tumba que él construyó para su enterramiento. Lo inhumaron en Guadalupe al lado de su madre la portuguesa doña Juana. Recordé un cantar que me enseñó mi madre al Antonio divino y santo:
si busca milagros, mira: muerte y error desterrados
miseria y demonio huidos leprosos y enfermos sanos
el mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos
el peligro se retira los pobres van remediados cuéntenlo los socorridos díganlo los paduanos
En aquel instante el espectro despareció y yo me perdí por los pasillos del gran laberinto de la existencia.
GATILLAZO
Con Marfisa en la estacada
Entrose tan desguarnido
Que su escudo aunque hendido
No pudo rajar la espada
No se vio en trance tan crudo
Ni vuestra vergüenza pudo
Cuatro lágrimas llorar
Siquiera por dejar
De orín tomado el escudo
Entrose tan desguarnido
Que su escudo aunque hendido
No pudo rajar la espada
No se vio en trance tan crudo
Ni vuestra vergüenza pudo
Cuatro lágrimas llorar
Siquiera por dejar
De orín tomado el escudo
jueves, 7 de abril de 2011
MUERA LA INTELIGENCIA HA DICHO ESPE AGUIRRE CON SU NUEVA LEY
ESPERANZA AGUIRRE QUIERE UNA ESPAÑA DE ZOTES
No es exactamente doña Beatriz Galindo La Latina pero como la ignorancia es atrevida y domina el look y ella encaramada en el poder no le cabe un piñón por el culo de tan oronda y satisfecha que se la ve, fue la peor ministra de Cultura que hubo en estos reinos aunque sepa inglés y por un ukase suyo los niños de Madrid chapurrearán dicha lengua, herramienta indispensable para triunfar (eso dicen) pues ahora va doña Nasty Espe se saca de la manga un palabro rimbombante: el bachillerato de la excelencia. Bachilleras y bachilleres de este país, que os emborracháis en las noches de botellón, ojo al dato: todos zotes. Ella os quiere zotes. Quiere privatizar la enseñanza pero esa individua que llegó a la política por ser hija de un ganadero con muchas casas en Londres y por haberse encamado con quien se encamó, dama, dama de alta cuna y mullida cama, quiere que no estudien los zotes. Se implantará la Excelencia. Pero oiga lo que España necesita son buenos albañiles, buenos mecánicos, mejores torneros y panaderos, tíos manitas que curren como es debido y menos universitarios con titulo bajo el brazo y muchos masteres pero que no saben hacer la o con un canuto. Sin embargo, aquí seguimos en la misma que los godos, somos hidalgos, no nos podemos manchar las manos de grasas ni que se encallezcan con el azadón, queremos que la niña estudie, saque una carrera, se labre un porvenir. El clasismo ancestral asoma la oreja pero nuestra juventud aunque sepa inglés y sus padres se gasten una pasta para mandar a sus chicos a Londres es analfabeta, está emporcada en la cultura basura y no coge un libro ni para la de deus, y si los coge son todos malos. Terrible anatema para los que escribimos en este país. Me decía ayer un librero de Alcalá tengo que cerrar y la semana pasada otro de Oviedo que no sacaba para gastos. Todo eso de los cuentacuentos y de los talleres literarios son filfas. Nunca ha estado en España tan por los suelos desde que doña Espe llegó al poder. No es más que una pollina de casa rica que quiere desasnar a los hispanos. A pique estará de convertirlos en tarugos. Esta señora del PP es una agente de la desespañolización a marchas forzadas. Si tuviéramos en casa tantos libros como TRAJES ella guarda en su ropero y saca a vistas cada mañana, seriamos sabios. Pero a ver quien la despeina a esa tía, a ver quien la coge los rulos de su capitalismo puro y duro. Poco se puede esperar de un pais conde los autores que más venden son Pérez Reverte y Julia Navarro. Esta legionaria de lo global y otros muchos han dicho muera la inteligencia. Como Unamuno le dijo a Millán Astrain en el paraninfo. Don Miguel no se callaba ni debajo del agua. Yo tampoco
No es exactamente doña Beatriz Galindo La Latina pero como la ignorancia es atrevida y domina el look y ella encaramada en el poder no le cabe un piñón por el culo de tan oronda y satisfecha que se la ve, fue la peor ministra de Cultura que hubo en estos reinos aunque sepa inglés y por un ukase suyo los niños de Madrid chapurrearán dicha lengua, herramienta indispensable para triunfar (eso dicen) pues ahora va doña Nasty Espe se saca de la manga un palabro rimbombante: el bachillerato de la excelencia. Bachilleras y bachilleres de este país, que os emborracháis en las noches de botellón, ojo al dato: todos zotes. Ella os quiere zotes. Quiere privatizar la enseñanza pero esa individua que llegó a la política por ser hija de un ganadero con muchas casas en Londres y por haberse encamado con quien se encamó, dama, dama de alta cuna y mullida cama, quiere que no estudien los zotes. Se implantará la Excelencia. Pero oiga lo que España necesita son buenos albañiles, buenos mecánicos, mejores torneros y panaderos, tíos manitas que curren como es debido y menos universitarios con titulo bajo el brazo y muchos masteres pero que no saben hacer la o con un canuto. Sin embargo, aquí seguimos en la misma que los godos, somos hidalgos, no nos podemos manchar las manos de grasas ni que se encallezcan con el azadón, queremos que la niña estudie, saque una carrera, se labre un porvenir. El clasismo ancestral asoma la oreja pero nuestra juventud aunque sepa inglés y sus padres se gasten una pasta para mandar a sus chicos a Londres es analfabeta, está emporcada en la cultura basura y no coge un libro ni para la de deus, y si los coge son todos malos. Terrible anatema para los que escribimos en este país. Me decía ayer un librero de Alcalá tengo que cerrar y la semana pasada otro de Oviedo que no sacaba para gastos. Todo eso de los cuentacuentos y de los talleres literarios son filfas. Nunca ha estado en España tan por los suelos desde que doña Espe llegó al poder. No es más que una pollina de casa rica que quiere desasnar a los hispanos. A pique estará de convertirlos en tarugos. Esta señora del PP es una agente de la desespañolización a marchas forzadas. Si tuviéramos en casa tantos libros como TRAJES ella guarda en su ropero y saca a vistas cada mañana, seriamos sabios. Pero a ver quien la despeina a esa tía, a ver quien la coge los rulos de su capitalismo puro y duro. Poco se puede esperar de un pais conde los autores que más venden son Pérez Reverte y Julia Navarro. Esta legionaria de lo global y otros muchos han dicho muera la inteligencia. Como Unamuno le dijo a Millán Astrain en el paraninfo. Don Miguel no se callaba ni debajo del agua. Yo tampoco
martes, 5 de abril de 2011
EFECTO SABORNOST O TRANSFIGURACIÓN LITURGIA EN UNA CATEDRAL RUSA
Tarde de domingo melancólica. Cae la lluvia sobre Madrid, se empapa el alma, abril aguas mil. Es el primer domingo de cuaresma para los rusos y gracias a esta maravilla que es Internet- un invento judío- pincho el sitio Grad Petrov y desde ocho mil kilómetros de distancia asisto a las maravillosas vísperas. Toda la liturgia es cantada. Oficia el primado Patriarca Cirilo de Moscú estos oficios cuaresmales quien pronuncia una homilía (propavied) de apenas siete minutos. Su voz se transfigura y aunque no entiendo muy bien el eslavónico anoto que el nombre de JESUS lo repiten hasta doscientas veces. Es como estar una hora en el monte Tabor porque el cristianismo es la religión de la transfiguración.
La melopea de los coros es repetitiva, siguiendo la tradición hesicastica y resuena bajo las bóvedas de la Preobranyensky de San Petersburgo que así llamaban los oficiales de la guardia del zar y el vulgo la conoce como San Isaac, el templo mayor del mundo. Supera en dimensiones al Vaticano. La melodía que viene de allá empapa el alma como la lluvia que besa las madreselvas de mi jardín y a los castaños que enveran.
Oh dulce Jesús llena mi alma. Uno se sumerge en las aguas del Jordán, pide perdón por sus pecados, se llena de esperanza y ve el mundo, este mundo nuestro invadido por las pasiones que rinde tributo al dinero, a la concupiscencia de los sentidos, y a todo ese griterío venal de un país sumido en la campaña de elecciones como es España, el pueblo aturdido y tratando de sobrevivir. Oh Jesús. Consuela a los desconsolados, alimenta a los hambrientos, da esperanza a los desesperados, llena su corazón.
Fides ex auditu. La fe entra por el oído decían los santos padres del yermo y eso los ortodoxos lo cumplen a rajatabla a sabiendas que la fe cristiana es belleza, compasión, perdón, mientras aquí nuestros curas andan con milongas y con sus tiradas que si el papa que si la infabilidad de la iglesia, todo ese oscurantismo sin sonrisas. Lázaro sal fuera, toma tu camilla y anda. En nuestros largos sermones y encíclicas se habla poco de Cristo, el que trajo la esperanza y la redención y nos entregamos a juegos florales y caxigalinas. Es por lo que nuestros templos están vacíos mientras en el Este aumentan las congregaciones.
Y es que aquí todo se vuelve político pero nuestro divino Jesús no era un político sino un profeta, un terapeuta que sanaba las almas, un taumaturgo que obraba milagros, un mago que encantó todos los ámbitos de la vida humana y un artista que desbarató las malas artes del diablo. Hienden el aire las letanías, atruenan después las respuestas de los coros.
Es el canto diaconal que obra un efecto de bálsamo sobre las conciencias. Un sedante para el espíritu No hay que explicar, no hay que entender, no hay que razonar, dejemos que hable el corazón y esto es el hesicasmo repetitivo, el rezo de pie, pero el cuerpo no se cansa durante la hora larga que dura el oficio. Es el efecto “ s o b o r n o s t” (catedralidad) que sólo posee la inigualable liturgia rusa y que ha perdido – antes del Concilio la tenía- el rito romano. Esta tarde a través de la lluvia y este chisme, mi ordenata, mi alma se ha esponjado en la mirada alentadora de Jesús, el dulce Redentor. La fe entra por el oído. Alma mía, alaba al Señor
05/04/2011
La melopea de los coros es repetitiva, siguiendo la tradición hesicastica y resuena bajo las bóvedas de la Preobranyensky de San Petersburgo que así llamaban los oficiales de la guardia del zar y el vulgo la conoce como San Isaac, el templo mayor del mundo. Supera en dimensiones al Vaticano. La melodía que viene de allá empapa el alma como la lluvia que besa las madreselvas de mi jardín y a los castaños que enveran.
Oh dulce Jesús llena mi alma. Uno se sumerge en las aguas del Jordán, pide perdón por sus pecados, se llena de esperanza y ve el mundo, este mundo nuestro invadido por las pasiones que rinde tributo al dinero, a la concupiscencia de los sentidos, y a todo ese griterío venal de un país sumido en la campaña de elecciones como es España, el pueblo aturdido y tratando de sobrevivir. Oh Jesús. Consuela a los desconsolados, alimenta a los hambrientos, da esperanza a los desesperados, llena su corazón.
Fides ex auditu. La fe entra por el oído decían los santos padres del yermo y eso los ortodoxos lo cumplen a rajatabla a sabiendas que la fe cristiana es belleza, compasión, perdón, mientras aquí nuestros curas andan con milongas y con sus tiradas que si el papa que si la infabilidad de la iglesia, todo ese oscurantismo sin sonrisas. Lázaro sal fuera, toma tu camilla y anda. En nuestros largos sermones y encíclicas se habla poco de Cristo, el que trajo la esperanza y la redención y nos entregamos a juegos florales y caxigalinas. Es por lo que nuestros templos están vacíos mientras en el Este aumentan las congregaciones.
Y es que aquí todo se vuelve político pero nuestro divino Jesús no era un político sino un profeta, un terapeuta que sanaba las almas, un taumaturgo que obraba milagros, un mago que encantó todos los ámbitos de la vida humana y un artista que desbarató las malas artes del diablo. Hienden el aire las letanías, atruenan después las respuestas de los coros.
Es el canto diaconal que obra un efecto de bálsamo sobre las conciencias. Un sedante para el espíritu No hay que explicar, no hay que entender, no hay que razonar, dejemos que hable el corazón y esto es el hesicasmo repetitivo, el rezo de pie, pero el cuerpo no se cansa durante la hora larga que dura el oficio. Es el efecto “ s o b o r n o s t” (catedralidad) que sólo posee la inigualable liturgia rusa y que ha perdido – antes del Concilio la tenía- el rito romano. Esta tarde a través de la lluvia y este chisme, mi ordenata, mi alma se ha esponjado en la mirada alentadora de Jesús, el dulce Redentor. La fe entra por el oído. Alma mía, alaba al Señor
05/04/2011
domingo, 3 de abril de 2011
ASTURIAS GRAN PERIODISMO
PERIODISMO ASTURIANO A LA SOMBRA DEL
CARBAYÓN
El primero de octubre de 1879 se derribaron las murallas de Vetusta a tenor con lo que acontecía en ciudades de media España, excepto Ávila. Corrían vientos nuevos. En Oviedo había una que edificaron los romanos y sólo dejaron un lienzo de muro en la bajada de San Tirso a la catedral.
Pero sobre todo pereció a efectos del ensanche devastador el roble triunfal que desde el siglo XIII fue testigo del ir y venir de la ciudad. Seis siglos y cuarenta metros le contemplaban desde la quima a la base y un perímetro de catorce metros que no podían abarcar doce hombres bailando la danza prima.
Era el Carbayón una especie de gentilicio para dar nombre a todos los nacidos en la insigne augusta y leal ciudad. A los ovetenses dicenlos carbayones, a los de Jijón los del culo mojado y a los de Grao moscones.
Los árboles mueren de pie que diría el gran Casona para dar paso a una nueva civilización, una mentalidad distinta. El holocausto del progreso. Tala voraz a compás de la marcha de la historia pero como no hay mal que por bien no venga al día siguiente 2 de octubre vería la luz un periódico del mismo nombre que alumbraría sendas de libertad, de buen hacer periodístico y de ese humor típico ovetense que tiene entronques con el understatement inglés.
Oviedo y Asturias en general a la sombra de aquel roble mítico surgiría un vivero de grandes hombres de pluma, periodistas, escritores, dramaturgos, músicos – allí es uno de los pocos lugares de España que se pirrian por la ópera-; el rotativo acabaría sus días el 19 de julio de 1936 y abrió sus páginas a gente tan insigne como Palacio Valdés, Juan Antonio Cabezas, Vital Aza, los Selgas, Tomás Tuero, Leopoldo Alas “Clarín” y su hermano Genarín, Pío Rubín, Pérez de Ayala que insertó algún artículo aunque, hombre de izquierdas, prefiere otras rotaplanas como el “Pensamiento asturiano” o la “Revista”.
El Carbayón, que era un poco de los curas, sentía inclinaciones centristas y sus directores como Melquíades Álvarez, fusilado en la guerra civil por el Frente Popular, eran de la CEDA. Escuela, pues, y noviciado de grandes periodistas.
A mí, salvando las distancias, me nacieron en Segovia pero me puse a recaudo de aquella alcazaba; aprendí a escribir y a soñar y a amar a la sombra de la alcuza de Vetusta ese embudo hacia arriba, encaje de piedra, donde don Fermín de Pas enristraba el catalejo para ver pasear a doña Ana Ozores. Andando el tiempo supe que la diócesis segoviana tuvo conexiones con la que fuera sede primada de la Españas y el constructor de la catedral ovetense fue un obispo Arias de las grandes familias segovianas.
En fin que allí me quedé a la sombra de la aguja de la catedral y aunque ausente de la tierrina mi espiritu revierte a sus montañas. La primera vez que crucé Pajares recuerdo la frescura, la amabilidad y el candor de aquellos ovetenses que se expresaban en un acento cantarín y dije aquí me quedo, me esperaba la vida allí. Mi primer artículo me lo publicó Pérez de las Clotas en la tercera de opinión del querido la NUEVA ESPAÑA.
Guardo el recorte agradecido, por ahí, pues en aquel periódico fundado por falangistas, que pronto se reconciliaron con los de las izquierdas, trabajaron Arias de Velasco amigo de mi suegro Gabriel, Alberto Cepeda, Lalo Azcona un crack, el anchorman de nuestros telediarios años 70, (su padre Ladis Arribas en él continúa escribiendo) José Manuel Ponte Mittelbrun, los Vázquez Prada, Alfonso Calviño el último director de “Voluntad” de Gijón, heredero de aquel “Avance” de los socialistas Manolo Fernández Avello, yo creo que el mejor columnista de lo local que firmó en los papeles de este país, un maestro del comentario leve que solía encajar Nicolás González Ruiz en el YA años ha pero con más contundencia e ironía no exenta de bondad.
Hoy añoro aquel periodismo fenecido de las grandes plumas y de los grandes reportajes de Diego Carcedo o las crónicas de Alemania de José Luis Balbín. En esta profesión humilde y modesta donde las haya un periodista lo es todo y es nada. Actualmente se ha entreverado con la política y algunos tienen más poder mediante las tertulias que los propios ministros. Sin embargo, un periodista sin periódico es un gato al agua. Un cero a la izquierda. Nada.
Clarín tuvo su propio órgano de opinión: “Juan Ruiz” semanario satírico de corta vida donde fustigaba de forma implacable la cretina certinidad de este país. Y combatía desde su trinchera contra los meapilas de “Tambor y Gaita”. Este rotativo ovetense llegó a decir que su “Regenta” era un somnífero. La historia ha demostrado el error de aquellos plumillas de la montera picona porque la inmensa novela de Clarín es uno de los grandes monumentos en español literario después del Quijote.
Le acusaron hasta de plagio, de haber fusilado a Flauvert. Sin embargo Ana Ozores la protagonista, análisis de un alma femenina, supera a la propia Bovary. Pobre Clarín, un sentimental un místico al que motejaron de ateo, de poco hombre, de mal asturiano y poco español. No comprendieron el gran drama que llevaba dentro este gran novelista que decía que la literatura no daba para comer pero a veces da para merendar. Hoy ni eso.
En algunas de sus páginas se percibe el desaliento de los grandes españoles incomprendidos, habitantes de un exilio interior que les convierte en autistas casi pero que siguen emborronando papel. “En este oficio es poco lo que le pagan a uno por trabajar mucho… yo ya sé cual es mi profesión leer pero no lo pagan y estropea la lectura los ojos y el estómago”. El Señor le dio esa facultad o recado de escribir y era un escritor creyente que a veces carga contra los abusos de la iglesia jerárquica, lo que hacemos todos.
Sí, Clarín escribía como respiraba, y a veces en su prosa da conciertos de violín. Sobre todo en sus cuentos. Pocas obras maestras en el idioma como su “Adiós cordera”. Un poema en prosa. Clarín tenía un violín y sus notas siguen sonando por las calles de Vetusta en pentagramas de humor y de melancolía. Oviedo es un ente literario como el Dublín de Joyce, la montaña mágica de Mann. Crecer y amar a la sombra del Carbayón ha sido un don divino, una señal de que existe Dios dentro de mi descarriada y pecadora vida.
03/04/2011
CARBAYÓN
El primero de octubre de 1879 se derribaron las murallas de Vetusta a tenor con lo que acontecía en ciudades de media España, excepto Ávila. Corrían vientos nuevos. En Oviedo había una que edificaron los romanos y sólo dejaron un lienzo de muro en la bajada de San Tirso a la catedral.
Pero sobre todo pereció a efectos del ensanche devastador el roble triunfal que desde el siglo XIII fue testigo del ir y venir de la ciudad. Seis siglos y cuarenta metros le contemplaban desde la quima a la base y un perímetro de catorce metros que no podían abarcar doce hombres bailando la danza prima.
Era el Carbayón una especie de gentilicio para dar nombre a todos los nacidos en la insigne augusta y leal ciudad. A los ovetenses dicenlos carbayones, a los de Jijón los del culo mojado y a los de Grao moscones.
Los árboles mueren de pie que diría el gran Casona para dar paso a una nueva civilización, una mentalidad distinta. El holocausto del progreso. Tala voraz a compás de la marcha de la historia pero como no hay mal que por bien no venga al día siguiente 2 de octubre vería la luz un periódico del mismo nombre que alumbraría sendas de libertad, de buen hacer periodístico y de ese humor típico ovetense que tiene entronques con el understatement inglés.
Oviedo y Asturias en general a la sombra de aquel roble mítico surgiría un vivero de grandes hombres de pluma, periodistas, escritores, dramaturgos, músicos – allí es uno de los pocos lugares de España que se pirrian por la ópera-; el rotativo acabaría sus días el 19 de julio de 1936 y abrió sus páginas a gente tan insigne como Palacio Valdés, Juan Antonio Cabezas, Vital Aza, los Selgas, Tomás Tuero, Leopoldo Alas “Clarín” y su hermano Genarín, Pío Rubín, Pérez de Ayala que insertó algún artículo aunque, hombre de izquierdas, prefiere otras rotaplanas como el “Pensamiento asturiano” o la “Revista”.
El Carbayón, que era un poco de los curas, sentía inclinaciones centristas y sus directores como Melquíades Álvarez, fusilado en la guerra civil por el Frente Popular, eran de la CEDA. Escuela, pues, y noviciado de grandes periodistas.
A mí, salvando las distancias, me nacieron en Segovia pero me puse a recaudo de aquella alcazaba; aprendí a escribir y a soñar y a amar a la sombra de la alcuza de Vetusta ese embudo hacia arriba, encaje de piedra, donde don Fermín de Pas enristraba el catalejo para ver pasear a doña Ana Ozores. Andando el tiempo supe que la diócesis segoviana tuvo conexiones con la que fuera sede primada de la Españas y el constructor de la catedral ovetense fue un obispo Arias de las grandes familias segovianas.
En fin que allí me quedé a la sombra de la aguja de la catedral y aunque ausente de la tierrina mi espiritu revierte a sus montañas. La primera vez que crucé Pajares recuerdo la frescura, la amabilidad y el candor de aquellos ovetenses que se expresaban en un acento cantarín y dije aquí me quedo, me esperaba la vida allí. Mi primer artículo me lo publicó Pérez de las Clotas en la tercera de opinión del querido la NUEVA ESPAÑA.
Guardo el recorte agradecido, por ahí, pues en aquel periódico fundado por falangistas, que pronto se reconciliaron con los de las izquierdas, trabajaron Arias de Velasco amigo de mi suegro Gabriel, Alberto Cepeda, Lalo Azcona un crack, el anchorman de nuestros telediarios años 70, (su padre Ladis Arribas en él continúa escribiendo) José Manuel Ponte Mittelbrun, los Vázquez Prada, Alfonso Calviño el último director de “Voluntad” de Gijón, heredero de aquel “Avance” de los socialistas Manolo Fernández Avello, yo creo que el mejor columnista de lo local que firmó en los papeles de este país, un maestro del comentario leve que solía encajar Nicolás González Ruiz en el YA años ha pero con más contundencia e ironía no exenta de bondad.
Hoy añoro aquel periodismo fenecido de las grandes plumas y de los grandes reportajes de Diego Carcedo o las crónicas de Alemania de José Luis Balbín. En esta profesión humilde y modesta donde las haya un periodista lo es todo y es nada. Actualmente se ha entreverado con la política y algunos tienen más poder mediante las tertulias que los propios ministros. Sin embargo, un periodista sin periódico es un gato al agua. Un cero a la izquierda. Nada.
Clarín tuvo su propio órgano de opinión: “Juan Ruiz” semanario satírico de corta vida donde fustigaba de forma implacable la cretina certinidad de este país. Y combatía desde su trinchera contra los meapilas de “Tambor y Gaita”. Este rotativo ovetense llegó a decir que su “Regenta” era un somnífero. La historia ha demostrado el error de aquellos plumillas de la montera picona porque la inmensa novela de Clarín es uno de los grandes monumentos en español literario después del Quijote.
Le acusaron hasta de plagio, de haber fusilado a Flauvert. Sin embargo Ana Ozores la protagonista, análisis de un alma femenina, supera a la propia Bovary. Pobre Clarín, un sentimental un místico al que motejaron de ateo, de poco hombre, de mal asturiano y poco español. No comprendieron el gran drama que llevaba dentro este gran novelista que decía que la literatura no daba para comer pero a veces da para merendar. Hoy ni eso.
En algunas de sus páginas se percibe el desaliento de los grandes españoles incomprendidos, habitantes de un exilio interior que les convierte en autistas casi pero que siguen emborronando papel. “En este oficio es poco lo que le pagan a uno por trabajar mucho… yo ya sé cual es mi profesión leer pero no lo pagan y estropea la lectura los ojos y el estómago”. El Señor le dio esa facultad o recado de escribir y era un escritor creyente que a veces carga contra los abusos de la iglesia jerárquica, lo que hacemos todos.
Sí, Clarín escribía como respiraba, y a veces en su prosa da conciertos de violín. Sobre todo en sus cuentos. Pocas obras maestras en el idioma como su “Adiós cordera”. Un poema en prosa. Clarín tenía un violín y sus notas siguen sonando por las calles de Vetusta en pentagramas de humor y de melancolía. Oviedo es un ente literario como el Dublín de Joyce, la montaña mágica de Mann. Crecer y amar a la sombra del Carbayón ha sido un don divino, una señal de que existe Dios dentro de mi descarriada y pecadora vida.
03/04/2011
viernes, 1 de abril de 2011
miércoles, 30 de marzo de 2011
LA CRISIS LIBIA PASA FACTURA
Ceuta y melilla siempre españolas
Menos mal que ve uno y escucha cosas congruentes por la tv. Me refiero a la intervención del general Monzón el cual ha anunciado para que los marroquíes se tienten la ropa en el telediario de Teleconomía que existe un plan para la defensa de las plazas africanas que son España casi desde que se consolidó la unidad nacional en 1492. Ceuta se la compramos a los portugueses pero Melilla fue habida para el pendón de Castilla por Pedro Estupiñán a principios del XVI. Pero la absurda política del gobierno ZP tratando de congraciarse con los americanos y con Israel que es el que maneja los hilos de este tumulto en el Magreb y que ha venido por Internet haciendo tabla rasa de una buena política de amistad y de respeto hacia los árabes entramada por el general Franco nos conduce a tales desclabros. Nuestros amigos de la OTAN y el primo americano no nos defenderían, antes bien estarían de parte de Marruecos pero estos chicos del ministerio de exteriores, en el que manda la Trini esa, creen que la política exterior es un love affair entre amiguetes. Frente a esta inepcia de nuestros políticos chupópteros se encuentra la dignidad de hombres de honor y grandes periodistas como Monzón. Quizá no tengamos ejército pero todavía quedan buenos militares. ¿Y qué dice el rey? Pues nada que se vendimie. Estaban hoy muy afanados en la recepción al principe de Gales. No se hablará de Gibraltar por supuesto donde los llanitos siguen jugando al robaterrenos y ganando metros cuadrados a España con arena y cemento que traen de las playas de Rota y de San Roque. La Espe, que ya está buena la tía tras su operación de mamas, en el besamanos se corría de gusto,¡ qué mohines, qué linda genuflexión, qué pedantería! y en qué mal lugar nos dejan los políticos celtíberos menos mal a que hay militares de valía como Monzón. A sus órdenes mi general. Nuestros royals son también una panda de cretinos, hoy me siento más republicano que nunca pero siempre eternamente español. Ceuta y Melilla, siempre españolas y no es que me caigan mal los moros, no soy islamofobo pero una cosa es la amistad, el corazón y otras los intereses, la honra, la razón. No sé si tendremos que pagar los españoles los platos rotos de la guerra de Libia, que ha sido una torpe chapuza
martes, 29 de marzo de 2011
ALONSO DE PALENCIA
El cronista Palencia
A sabiendas de vivir en tiempos peligrosos, parejos a los de los últimos años del s. XV me sumerjo en el latín algo retorcido del cronista Alonso de Palencia y me encuentro con la siguiente perla: estando el arzobispo de Mondoñedo presidiendo una ceremonia en la catedral de Sevilla vio acercarse al obispo de Coria vestido de una sotana blanca, mandó parar al coro y a los monagos que dejasen de incensar el turíbulo y a grandes voces empezó a decir:
- ¿Adónde va ese loco?
Y con las mismas se arremangó los ornamentos y desde lo alto del altar le meó en la cabeza. Por lo visto la rivalidad entre ambos prelados llegó a tal extremo por las pretensiones que ambos alentaban a la sede de Sevilla. Todos los seises que bailaban, los chantres que cantaban, los turiferarios que portaban el cirio se meaban de risa. Este hecho sucedió en la inmensa y maravillosa catedral hispalense y es un reflejo de lo relajadas que andaban las costumbres en la época. Por eso cree Menéndez y Pelayo que el cronista pusiera en solfa tales acontecimientos en la lengua del lacio para despistar, en evitación del escándalo. En cristiano hubiera sido demasiado escandaloso y califica de zahareño, lenguaraz y afectado el latín en el cual se expresa Palencia el cual también era clérigo. Su lenguaje es intrincado y pese a sus pretensiones de convertirse en el Tito Livio español al que trata de imitar no maneja la consecuencia temporum, machaca la sintaxis. La cronología también se trunca porque los acontecimientos se amontonan unos con otro y el lector pierde el hilo, por más que admire la vehemencia que raya en la violencia con que el escritor zurra la badana al bueno de Enrique IV el último de los Trastamaras.
Tiene un tic como suelen tener los escritores que redactan deprisa y es la repetición del latiguillo quemadmodum (de manera que) y yo he pensado que es un vicio de los escolásticos, todos ellos muy lógicos y consecutivos y a mí me recuerda a aquel penitenciario de la catedral de Segovia que nos explicaba moral y que tenía la palabra de modo que siempre a flor de labios. Le llamaban por eso don Demoque. No limaba Palencia el texto o castigaba sus párrafos con ese incursare oraciones que recomendaban los maestros de retórica de Roma, incursare viene de “ i n c u s “ o yunque. Escribir es como estar en una fragua machacando el hierro.
No obstante, la endiablada prosa de este historiador nos da un reflejo de la crueldad de los tiempos, de las guerras entre lusitanos y castellanos, entre moros de taifas unas veces en alianza y otras en armas contra los cristianos. Son pintorescas las descripciones del sitio de Utrera, del asalto a Ecija y de la toma fallida por las huestes de Enrique IV de Santarem (santa Inés). Parece escucharse el clamor de la plebe sevillana acuciada por el hambre. Se leen los dicterios a la incompetencia del general Juan Guillén. Vemos aparecer a un famoso bandido de aquella época diego Mexía al que llamaban el Largo una especie de Robin Hood andaluz que robaba a los ricos para repartir entre los pobres. Por ultimo describe las relaciones excelentes que existían entre Fernando el católico y su padre Juan II de Aragón al que describe como valiente en la guerra y victorioso con las mujeres. En los últimos años de su vida una tal Rosa que era leridana aceleró la muerte de este Juan sin miedo en el lecho. El fallecimiento se produjo el 19 de diciembre de 1479, el 6676 del calendario judío, el 2227 de la fundación de Roma y el 904 de la hégira, a los 83 años, seis meses y veinte días de su edad. Como diría un inglés “His Majesty died on the job”. Infatigable. Alonso de Palencia, que no se cansa de mentar la impotencia de su homologo castellano, aporta un dato tan puntual y circunspecto de su homólogo aragonés tal vez con mala intención aunque dicen por mi pueblo que las comparaciones son odiosas. Mas ciertamente las facultades sexuales del padre de Fernando el Católico debieron de ser epocales. De los Austrias no se puede decir lo mismo pero ese es otro tema que veremos en otro capítulo.
29/03/2011
A sabiendas de vivir en tiempos peligrosos, parejos a los de los últimos años del s. XV me sumerjo en el latín algo retorcido del cronista Alonso de Palencia y me encuentro con la siguiente perla: estando el arzobispo de Mondoñedo presidiendo una ceremonia en la catedral de Sevilla vio acercarse al obispo de Coria vestido de una sotana blanca, mandó parar al coro y a los monagos que dejasen de incensar el turíbulo y a grandes voces empezó a decir:
- ¿Adónde va ese loco?
Y con las mismas se arremangó los ornamentos y desde lo alto del altar le meó en la cabeza. Por lo visto la rivalidad entre ambos prelados llegó a tal extremo por las pretensiones que ambos alentaban a la sede de Sevilla. Todos los seises que bailaban, los chantres que cantaban, los turiferarios que portaban el cirio se meaban de risa. Este hecho sucedió en la inmensa y maravillosa catedral hispalense y es un reflejo de lo relajadas que andaban las costumbres en la época. Por eso cree Menéndez y Pelayo que el cronista pusiera en solfa tales acontecimientos en la lengua del lacio para despistar, en evitación del escándalo. En cristiano hubiera sido demasiado escandaloso y califica de zahareño, lenguaraz y afectado el latín en el cual se expresa Palencia el cual también era clérigo. Su lenguaje es intrincado y pese a sus pretensiones de convertirse en el Tito Livio español al que trata de imitar no maneja la consecuencia temporum, machaca la sintaxis. La cronología también se trunca porque los acontecimientos se amontonan unos con otro y el lector pierde el hilo, por más que admire la vehemencia que raya en la violencia con que el escritor zurra la badana al bueno de Enrique IV el último de los Trastamaras.
Tiene un tic como suelen tener los escritores que redactan deprisa y es la repetición del latiguillo quemadmodum (de manera que) y yo he pensado que es un vicio de los escolásticos, todos ellos muy lógicos y consecutivos y a mí me recuerda a aquel penitenciario de la catedral de Segovia que nos explicaba moral y que tenía la palabra de modo que siempre a flor de labios. Le llamaban por eso don Demoque. No limaba Palencia el texto o castigaba sus párrafos con ese incursare oraciones que recomendaban los maestros de retórica de Roma, incursare viene de “ i n c u s “ o yunque. Escribir es como estar en una fragua machacando el hierro.
No obstante, la endiablada prosa de este historiador nos da un reflejo de la crueldad de los tiempos, de las guerras entre lusitanos y castellanos, entre moros de taifas unas veces en alianza y otras en armas contra los cristianos. Son pintorescas las descripciones del sitio de Utrera, del asalto a Ecija y de la toma fallida por las huestes de Enrique IV de Santarem (santa Inés). Parece escucharse el clamor de la plebe sevillana acuciada por el hambre. Se leen los dicterios a la incompetencia del general Juan Guillén. Vemos aparecer a un famoso bandido de aquella época diego Mexía al que llamaban el Largo una especie de Robin Hood andaluz que robaba a los ricos para repartir entre los pobres. Por ultimo describe las relaciones excelentes que existían entre Fernando el católico y su padre Juan II de Aragón al que describe como valiente en la guerra y victorioso con las mujeres. En los últimos años de su vida una tal Rosa que era leridana aceleró la muerte de este Juan sin miedo en el lecho. El fallecimiento se produjo el 19 de diciembre de 1479, el 6676 del calendario judío, el 2227 de la fundación de Roma y el 904 de la hégira, a los 83 años, seis meses y veinte días de su edad. Como diría un inglés “His Majesty died on the job”. Infatigable. Alonso de Palencia, que no se cansa de mentar la impotencia de su homologo castellano, aporta un dato tan puntual y circunspecto de su homólogo aragonés tal vez con mala intención aunque dicen por mi pueblo que las comparaciones son odiosas. Mas ciertamente las facultades sexuales del padre de Fernando el Católico debieron de ser epocales. De los Austrias no se puede decir lo mismo pero ese es otro tema que veremos en otro capítulo.
29/03/2011
lunes, 28 de marzo de 2011
PRESTON STINKY BOY, CAN WE TALK OF THE SPANISH HOLOCAUST?
He has done it again. Paul Preston has written another book about the Spanish Civil War, and he says that general Franco and all his cronies shall be blamed, and judged as criminals of war. He compares his actions as a massacre similar to the one of Hitler with the Jews. An Holocaust. He wants another Nuremberg Trial in Madrid.
Preston obliterates and ignores the crimes and murders by the people of the republic. Because he has sympathy with the other side. O boy.
I know Paul. He was one of my pupils in the Spanish Langague Class at Marist College of Hull year 1966-67. He was a lousy student, all scruffy, his tie undone, his shirt dirty as his shoes and he he came from Liverpool. The other alumni said, and there was a gossip, that this red hair liverpudlian did not care much about of his hygiene and some mornigs in the classroom stank. It was Preston who did not mind to wash before coming to school. Preston when did you have a bath? I asked chim once, and he answered last month, Sir. Pooh. However he managed to get in touch with the M15 Spanish Section, recruited at a red brick university, and he was comitted to write book of propaganda and hispanofobia and here you are: he is now one of the most respected historians and I understand he earns a lot of money with his libels and pamphlets talking about us, but the Spanish Left or the Establishment - he publishes from time to time articles in El Pais- and he is very considerated, but his books as his person stinks. For me he is the stinky boy I tried to teach the language of Quevedo in that Hull one of the most horrible and squalid cities of the north of England. One fact that he ignores in his pamphleteering is that the Spanish war was planned in London by the bankers of the City who armed Azaña in one side and in the other gave economic support to Franco. There is a jewish british connection. It is happening now in Libya. However the truth is hidden and people like Preston, a pseudohistorian, although they might seem respectable historians they are not writing facts and figures. Only propaganda. To talk about our civilian confrontation as an Holocaust is not only misleading, a sheer lie, but also a wicked act. Paul Preston, you stink, when did you have a bath?
Preston obliterates and ignores the crimes and murders by the people of the republic. Because he has sympathy with the other side. O boy.
I know Paul. He was one of my pupils in the Spanish Langague Class at Marist College of Hull year 1966-67. He was a lousy student, all scruffy, his tie undone, his shirt dirty as his shoes and he he came from Liverpool. The other alumni said, and there was a gossip, that this red hair liverpudlian did not care much about of his hygiene and some mornigs in the classroom stank. It was Preston who did not mind to wash before coming to school. Preston when did you have a bath? I asked chim once, and he answered last month, Sir. Pooh. However he managed to get in touch with the M15 Spanish Section, recruited at a red brick university, and he was comitted to write book of propaganda and hispanofobia and here you are: he is now one of the most respected historians and I understand he earns a lot of money with his libels and pamphlets talking about us, but the Spanish Left or the Establishment - he publishes from time to time articles in El Pais- and he is very considerated, but his books as his person stinks. For me he is the stinky boy I tried to teach the language of Quevedo in that Hull one of the most horrible and squalid cities of the north of England. One fact that he ignores in his pamphleteering is that the Spanish war was planned in London by the bankers of the City who armed Azaña in one side and in the other gave economic support to Franco. There is a jewish british connection. It is happening now in Libya. However the truth is hidden and people like Preston, a pseudohistorian, although they might seem respectable historians they are not writing facts and figures. Only propaganda. To talk about our civilian confrontation as an Holocaust is not only misleading, a sheer lie, but also a wicked act. Paul Preston, you stink, when did you have a bath?
domingo, 27 de marzo de 2011
EXTRAÑA GUERRA LA DE LIBIA. GADAFI QUERÍA NACIONALIZAR EL PETROLEO. JAPÓN SIEN EMBARGO QUE LUCHA CONTRA UN DESASTRE ES LA BUENA NOTICIA Y EL EJEMPLO A SEGUIR
Es un aburrimiento, una mascarada informativa esta guerra de Libia contra ese extraño personaje que se llama Gadafi, el nuevo Bin Laden, el nuevo Sadam. Sadam pereció en la horca pero no sabemos quien es Bin Laden ni dónde está, ni siquiera si existe, quizás fuera una invención del Pentagono y de la CIA. Un periodista cabal siente cierto descorazonamiente ante esa monserga que se han montado las cadenas occidentales con sus muertos, con sus "rebeldes" alzando el corán y el kalashnikov, oiga, ¿pero de donde han salido estos sujetos? y de la mortandad que causan los F18 y los Harriers o los jets de Sarkossy le petit juif ese personaje con aire de rufian de prostibulo de Monmartre no nos dicen nada. Estamos a blancas y descorazonados arrollados por esta tormenta nueva del desierto informativo, encomendando a Alá los muertos, cruzandso los dedos y temiendo lo peor. Ya he dicho que Libia era el lugar donde estgaban localizadas las sirtes o diosas del mal que seducían a los navegantes romanos con estratagemas y acechanzas. Lamento decir que detras de esta guerra del petroleo que queria nacionalizar el coronel Gadafi está Israel, y el sionismo que no para. Soy cristiano y nada tengo contra los árabes hermanos míos. Aquí en España a la confusión informativa se suman emisoras capitalistas como Intereconomía que se entregan a un ejercicio peligroso de islamofobia, pero tanto la islamofobia como la cristianofobia o la rusofobia tiene un cuño sionista y parece diagramado por el Principe de la Mentira. Las buenas noticias son el tesón, la valentía y la eficacia con que los japoneses combaten la nube radiactiva, ellos conocen el terror nuclear de los americanos, pero no se arredrán y un dia para bien del mundo Japón resucitará. Tengamos esperanza.
martes, 15 de marzo de 2011
JAPON PUEBLO MÁRTIR CASTIGADO POR LA HISTORIA PERO UNO DE LOS MÁS GRANDES DEL MUNDO
La naturaleza se ha encargado incomprensiblemente, misteriosamente, de castigar con una maremoto al gran pueblo nipón. Por designios inescrutables de la providencia divina el Japón está pagando por todos los pecados cometidos por las demás naciones en estos años de desarrollo tecnólogico. Gracias a los japoneses la vida en el mundo es más fácil, porque ellos trajeron el walkman, desrrollaron las comunicaciones vía Internet, los coches Honda y las segadoras y cosechadoras que han sacado al campesino europeo de los atrasos de la edad media. Sufrieron el cruel bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, eran valientes y audaces en la guerra, como buenos samurais, hidalgos. Hoy mi corazón sangra con Japón, lloran las flores de loto. Como cristiano interpreto estos apocalípticos sucesos, no solo el tsunami, sino también la avería de las centrales atómicas, como un aviso de Dios para que salgamos de nuestro egoismo, nos amaemos y nos perdonemos unos a otros. Japón nación mártir ha sido el elegido para la expiación, otra prueba más pero estoy seguro de que los napos sabrán salir adelnte con su sabiduría y su tesón. Lloro y rezo por las victimas. Cantad conmigo "pakoi", descansen en paz los muertos y que Dios otorgue salud a los vivos y cure a los heridos de tan catastrofe atentado de la naturaleza.
viernes, 11 de marzo de 2011
BENDICTO XVI ¿ES UN HEREJE?
O judaiza o chochea. Con todo lo Papa que sea en su libro sobre Jesús de Nazareth no creo que esté facultado de enemendarle la plana a San Mateo. A este paso, y por complacer a los impíos, nos vamos a quedar sin Viernes Santo. Cierto que el pueblo judío no fue el responsable del ajusticiamiento del Salvador, pero fue traicionado por sus lideres, por el gobierno, pos sus curas, por los escribas y fariseos, en una palabra el Sanedrin. Ellos siguen en la misma demanda. Son contumaces.
Creo que hasta el propio Judas que fue la causa remota del crimen que fue un deicidio pudo salvarse. Se arrepentió, pero el Sanedrín, el Caucus, el politburó, los mandamases del pentagono y la casa blanca, los de Downing Street y la Wilhelm strasse, los de los bancos, Wall street, Hollywood, los fabricantes de armas, los que se dedican al trato de los seres humanos y crean la angustia en los corazones, siembran inquietud, proque profesan una sola religión la del odio, la venganza y el "profit". Ellos siguen conspìrando contra la cruz y contra el misterio de la Resurrección. Guerras, muchas guerras, y agit prop El gran enemigo de la religión cristiana y de todas las religiones es Zion por paradójico que suene esta proposición, casi una contradicción "in terminis".
Los sacerdotes de la gran sinagoga son los que han metido la mano en el avispero y agitan las aguas turbulentas del Islam, un Islam que esgrimen contra Europa. Tienen un arma poderosa en sus manos el agit prop. Por eso la actitud de sumisión a los gurus de la guerra debe de haber escandalizado a no pocos católicos. El Vaticano vuelve por donde solía. A los sforza y a los Borgia. a los Julio II, señores de la giuerra, amigos de los poderosos. "Ese libelo de San Mateo que cuenta lña historia del crucificado-les contaba el papa Alejandro VI a uno de sus bastardos- nos hiuzo ricos". Pero el fin del pontificado que al fin y al cabo es una institución merovin gia sin fundamento en la Escritura porque el obispo de Roma es uno más en todo el sinodo episcopal y si prevarica peor para él.
El error del catolicismo es ver en este anciano alemán que habla con cierto ramalazos y al que le gusta la púrpura y la regalía y la amistad con los mandamases del mundo, que nunca condena los excesos por ejemplo de los israelíes en Gaza, que no dijo ni media palabra cuando ahorcaron a Hussein y ahora parece bendecir la acción contra Gadaffi de la misma forma que después de su visita a Estambul - quiere tener a todos contento olvidando el mandato evangélico de no se puede servir a dos señores- donde trató de agradar a los muslimes ga condenado al honorable pùeblo y gobierno de Iran. Este pontifice está con los que agitan las aguas no las de la piscina probatica que curan y redimen sino las del oceano turbulento que puede sumir a la humanidad en una gran confrontación universal. Los Sforza, los Borgias, los Piccolomini han vuelto por donde solían con este papa aleman que quiere meter en el reino de los cielos a su antecesor polaco por el sindicato de las prisas. Se arroga el título de vicedios. ¡Que gran blasfemia!
Cristo es amor y perdón pero el Vaticano es política, mangoneo, dinero, negro, bulas, indulgencias, corrupción. Y representante de Cristo en la Tierra o vicedios es un título dificil de aceptar. Menos mal que nos queda la ortodoxia. El patriarca de Moscú, el de Constantinopla o el de Atenas no metería a su grey en semejantes charcos. El bueno de Benedicto XVI parece querer seguir los pasos de Lutero. La herejía siempre floreció en Alemania. Queremos un papa italiano.
Creo que hasta el propio Judas que fue la causa remota del crimen que fue un deicidio pudo salvarse. Se arrepentió, pero el Sanedrín, el Caucus, el politburó, los mandamases del pentagono y la casa blanca, los de Downing Street y la Wilhelm strasse, los de los bancos, Wall street, Hollywood, los fabricantes de armas, los que se dedican al trato de los seres humanos y crean la angustia en los corazones, siembran inquietud, proque profesan una sola religión la del odio, la venganza y el "profit". Ellos siguen conspìrando contra la cruz y contra el misterio de la Resurrección. Guerras, muchas guerras, y agit prop El gran enemigo de la religión cristiana y de todas las religiones es Zion por paradójico que suene esta proposición, casi una contradicción "in terminis".
Los sacerdotes de la gran sinagoga son los que han metido la mano en el avispero y agitan las aguas turbulentas del Islam, un Islam que esgrimen contra Europa. Tienen un arma poderosa en sus manos el agit prop. Por eso la actitud de sumisión a los gurus de la guerra debe de haber escandalizado a no pocos católicos. El Vaticano vuelve por donde solía. A los sforza y a los Borgia. a los Julio II, señores de la giuerra, amigos de los poderosos. "Ese libelo de San Mateo que cuenta lña historia del crucificado-les contaba el papa Alejandro VI a uno de sus bastardos- nos hiuzo ricos". Pero el fin del pontificado que al fin y al cabo es una institución merovin gia sin fundamento en la Escritura porque el obispo de Roma es uno más en todo el sinodo episcopal y si prevarica peor para él.
El error del catolicismo es ver en este anciano alemán que habla con cierto ramalazos y al que le gusta la púrpura y la regalía y la amistad con los mandamases del mundo, que nunca condena los excesos por ejemplo de los israelíes en Gaza, que no dijo ni media palabra cuando ahorcaron a Hussein y ahora parece bendecir la acción contra Gadaffi de la misma forma que después de su visita a Estambul - quiere tener a todos contento olvidando el mandato evangélico de no se puede servir a dos señores- donde trató de agradar a los muslimes ga condenado al honorable pùeblo y gobierno de Iran. Este pontifice está con los que agitan las aguas no las de la piscina probatica que curan y redimen sino las del oceano turbulento que puede sumir a la humanidad en una gran confrontación universal. Los Sforza, los Borgias, los Piccolomini han vuelto por donde solían con este papa aleman que quiere meter en el reino de los cielos a su antecesor polaco por el sindicato de las prisas. Se arroga el título de vicedios. ¡Que gran blasfemia!
Cristo es amor y perdón pero el Vaticano es política, mangoneo, dinero, negro, bulas, indulgencias, corrupción. Y representante de Cristo en la Tierra o vicedios es un título dificil de aceptar. Menos mal que nos queda la ortodoxia. El patriarca de Moscú, el de Constantinopla o el de Atenas no metería a su grey en semejantes charcos. El bueno de Benedicto XVI parece querer seguir los pasos de Lutero. La herejía siempre floreció en Alemania. Queremos un papa italiano.
miércoles, 9 de marzo de 2011
empieza la cuaresma
SÁBADO DE PASIÓN. ESTACIÓN EN SAN JUAN ANTE PORTAM LATINAM
Cristo asediado por los impíos. El salmista revierte a jeremías que anunció al justo de Israel en Jesús. Se nos presenta en la liturgia como el grano que tiene que morir antes de dar fruto. Tras el viernes de dolores sube Jesús a Jerusalén iconito entre una caravana de peregrinos que allá se dirigen en celebración de la pascua. Al atardecer llega a betania donde lo reciben marta y maría, se celebra un convite al que asiste Lázaro el hermano al que Jesús resucitó. Maria derrama ungüento a los pies del salvador preparándolo para la muerte y judas murmura de tal despilfarro. A la mañana siguiente será el Gran día triunfal de la entrada en la ciudad santa. El pueblo lo aclama:
LITURGIA
INTROITO: Ten piedad de mí señor porque estoy atribulado, libradme de la mano de mis captores. No sea yo confundido oh dios.
EPISTOLA del profeta jeremías 18,18,23 dijeron entonces los judíos impíos venid y maquinemos planes contra el justo porque no faltará la ley del sacerdote ni el consejo del sabio o la palabra del profeta, vamos a herirle con la lengua para que él se coma sus propias palabras…..et reliqua
Laus tibi christi et per evangelica dicta deleantur nostra delicia.
Bendito seas señor enséñame tus preceptos no me entregues a la mano de los soberbios que me calumnian y responderé a los que me insultaron.
Oración sobre el pueblo: humiliate capita vestra tueatur quaesemus domine dextera tua populum deprecantem ut purificatum erudiat in virtute et consolationem a nequitia praesente et futura bona proficiat...
Evangelio Juan 12, 10,36. Los príncipes de los sacerdotes pensaban matar a Lázaro porque por su causa se apartaban muchos judíos y creían en Jesús. Pero al día siguiente una gran turba que había venido a Jerusalén empuñaron ramos de palmera y salieron a su encuentro gritando: hosanna hijo de David bendito el que viene en nombre del señor como rey de Israel y encontró Jesús un asnillo y se sentó sobre sus lomos como estaba escrito he aquí a tu rey que asciende sobre un buche en el que nadie había montado todavía. Esto no lo entendieron los discípulos pero cuando fue glorificado se acordaron de que estas cosas las escribió el profeta oír Él. Y las gentes que estaban con Lázaro cuando le resucitó de los muertos y le llamó a que saliera del sepulcro dieron testimonio y por eso salió a recibirle la turba porque creyeron en que Jesús había hecho un milagro. Dijeron entonces los fariseos no adelantamos nada. Todo el mundo se va con ese Hombre. Había unos gentiles de los que habían subido a rezar en el templo por la fiesta que se acercaron a Felipe que era de betsaida y le pidieron ver al maestro. Fue Felipe y habló con Andrés quien se lo dijo a Jesús y Jesús les dijo ha llegado la hora de que el hijo del hombre sea glorificado. En verdad os digo si el grano de trigo no cayere en tierra no dará fruto. El que ama su vida la perderá y el que la desprecia la guarda para la vida eterna. El que me sirve que me siga y será mi discípulo y dondequiera que esté yo estaré con él allí. Ahora mi alma está turbada pues ha llegado mi hora. Padre. Yo vine al mundo para glorificar tu nombre. Y bajó una voz del cielo que dijo. Ya te he glorificado, hijo y la turba que estaba con El creyó que había sonado un trueno pero otros decían que había hablado un ángel. Habló Jesús y dijo esta voz que habéis oído no es por mí sino por vosotros. Ahora es la hora del príncipe de las tinieblas pero al fin será arrojado del mundo. Yo cuando sea levantado de la tierra todo lo atraeré hacia mi –decía esto aludiendo a la clase de muerte de la que habría de morir- y dijo la turba nosotros sabemos que la ley del cristo permanece para siempre. Es preciso que el hijo del hombre sea levantado pero ¿quién es el hijo del hombre? Les dijo entonces Jesús todavía hay un poco de luz entre vosotros camina mientras hay luz para que no ambuléis entre tinieblas y el que anda en tinieblas desconoce su camino. Mientras tenéis luz tened luz y seréis hijos de la luz. Y dicho esto Jesús se fue y se escondió.
Cristo asediado por los impíos. El salmista revierte a jeremías que anunció al justo de Israel en Jesús. Se nos presenta en la liturgia como el grano que tiene que morir antes de dar fruto. Tras el viernes de dolores sube Jesús a Jerusalén iconito entre una caravana de peregrinos que allá se dirigen en celebración de la pascua. Al atardecer llega a betania donde lo reciben marta y maría, se celebra un convite al que asiste Lázaro el hermano al que Jesús resucitó. Maria derrama ungüento a los pies del salvador preparándolo para la muerte y judas murmura de tal despilfarro. A la mañana siguiente será el Gran día triunfal de la entrada en la ciudad santa. El pueblo lo aclama:
LITURGIA
INTROITO: Ten piedad de mí señor porque estoy atribulado, libradme de la mano de mis captores. No sea yo confundido oh dios.
EPISTOLA del profeta jeremías 18,18,23 dijeron entonces los judíos impíos venid y maquinemos planes contra el justo porque no faltará la ley del sacerdote ni el consejo del sabio o la palabra del profeta, vamos a herirle con la lengua para que él se coma sus propias palabras…..et reliqua
Laus tibi christi et per evangelica dicta deleantur nostra delicia.
Bendito seas señor enséñame tus preceptos no me entregues a la mano de los soberbios que me calumnian y responderé a los que me insultaron.
Oración sobre el pueblo: humiliate capita vestra tueatur quaesemus domine dextera tua populum deprecantem ut purificatum erudiat in virtute et consolationem a nequitia praesente et futura bona proficiat...
Evangelio Juan 12, 10,36. Los príncipes de los sacerdotes pensaban matar a Lázaro porque por su causa se apartaban muchos judíos y creían en Jesús. Pero al día siguiente una gran turba que había venido a Jerusalén empuñaron ramos de palmera y salieron a su encuentro gritando: hosanna hijo de David bendito el que viene en nombre del señor como rey de Israel y encontró Jesús un asnillo y se sentó sobre sus lomos como estaba escrito he aquí a tu rey que asciende sobre un buche en el que nadie había montado todavía. Esto no lo entendieron los discípulos pero cuando fue glorificado se acordaron de que estas cosas las escribió el profeta oír Él. Y las gentes que estaban con Lázaro cuando le resucitó de los muertos y le llamó a que saliera del sepulcro dieron testimonio y por eso salió a recibirle la turba porque creyeron en que Jesús había hecho un milagro. Dijeron entonces los fariseos no adelantamos nada. Todo el mundo se va con ese Hombre. Había unos gentiles de los que habían subido a rezar en el templo por la fiesta que se acercaron a Felipe que era de betsaida y le pidieron ver al maestro. Fue Felipe y habló con Andrés quien se lo dijo a Jesús y Jesús les dijo ha llegado la hora de que el hijo del hombre sea glorificado. En verdad os digo si el grano de trigo no cayere en tierra no dará fruto. El que ama su vida la perderá y el que la desprecia la guarda para la vida eterna. El que me sirve que me siga y será mi discípulo y dondequiera que esté yo estaré con él allí. Ahora mi alma está turbada pues ha llegado mi hora. Padre. Yo vine al mundo para glorificar tu nombre. Y bajó una voz del cielo que dijo. Ya te he glorificado, hijo y la turba que estaba con El creyó que había sonado un trueno pero otros decían que había hablado un ángel. Habló Jesús y dijo esta voz que habéis oído no es por mí sino por vosotros. Ahora es la hora del príncipe de las tinieblas pero al fin será arrojado del mundo. Yo cuando sea levantado de la tierra todo lo atraeré hacia mi –decía esto aludiendo a la clase de muerte de la que habría de morir- y dijo la turba nosotros sabemos que la ley del cristo permanece para siempre. Es preciso que el hijo del hombre sea levantado pero ¿quién es el hijo del hombre? Les dijo entonces Jesús todavía hay un poco de luz entre vosotros camina mientras hay luz para que no ambuléis entre tinieblas y el que anda en tinieblas desconoce su camino. Mientras tenéis luz tened luz y seréis hijos de la luz. Y dicho esto Jesús se fue y se escondió.
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