El ‘Kamasutra’ de la Edad Media española
La Fundación Santa María la Real publica el libro ‘Arte y sexualidad en el Románico’ Destaca esculturas de Corullón.
El ‘Kamasutra’ de la Edad Media española -
e. gancedo | león
08/09/2018
08/09/2018
Que en determinadas iglesias románicas se asomen desde los altos aleros, o trepen a los capiteles, personajes en actitudes abiertamente sexuales (algunos dirían exhibicionistas, otros procaces, otros desvergonzadas) puede sorprender tanto al inexperto como ver a Belcebú representado en la parte principal del retablo. Sin embargo, no son nada raras esas figuras y, además de su nota heterodoxa, su turbadora presencia ha servido para poblar de hipótesis y argumentos las obras de muchos especialistas. Ahora, la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, con sede en Aguilar de Campoo (Palencia) acaba de publicar el libro Arte y sexualidad en los siglos del románico, que recoge «los estudios y teorías de siete reconocidos investigadores, quienes indagan en el significado de las imágenes románicas con una fuerte carga sexual y tratan de darles explicación coherente, tanto desde el punto de vista religioso como desde el acercamiento a la sociedad donde fueron creadas».
«Hombres que muestran su falo erecto, mujeres que enseñan su vulva, acoplamientos carnales o parejas besándose son algunos de los muchos ejemplos de escenas que aún podemos encontrar en aleros, capiteles e incluso en pilas bautismales románicas», indicaron desde la fundación. En concreto, el libro pretende «avanzar en el conocimiento e interpretación de una temática tan sorprendente como cautivadora», como explicó Pedro Luis Huerta, coordinador de la publicación, quien aclaró que, no obstante, la obra «no supone el punto y final», sino un «avance» sobre la cuestión.
Así, los tres primeros capítulos estudian la conducta sexual bajo el prisma del ordenamiento jurídico, la moral eclesiástica y la teoría médica, mientras que el segundo bloque lo integran artículos centrados en aspectos de carácter iconográfico.
La mujer también es protagonista de otro capítulo del libro, firmado por Agustín Gómez, quien estudia las escenas de concepción, gestación, alumbramiento y lactancia. Un tema que se aborda desde dos perspectivas distintas: lo sagrado, con María como modelo de comportamiento, frente al pecado, al que hace alusión el realismo de escenas procaces o grotescas. En este punto alude a un canecillo de la iglesia berciana de San Miguel de Corullón, que podría representar a una mujer gestante, algo poco habitual. La publicación se cierra con un interesante ensayo firmado por José Luis Hernando, quien «apuesta por una novedosa y atrevida interpretación de las representaciones obscenas», como apunta el coordinador de la obra. Habitualmente, se ha hablado del «sentido catequético que estas imágenes tienen como condena del apetito desordenado de placeres deshonestos», sin embargo, Hernando aboga por su posible valor apotropaico, es decir, que en realidad, cual amuletos o conjuros, estuviesen destinadas a neutralizar las fuerzas del mal.
Pero el libro depara otras sorpresas, como que la Iglesia era más permisiva con el lesbianismo que con la homosexualidad ,o que los clérigos no podían recurrir a la masturbación, que sí se permitía a las religiosas, siempre que la practicaran con su propia mano o con un consolador fabricado siguiendo unas premisas muy concretas
«Hombres que muestran su falo erecto, mujeres que enseñan su vulva, acoplamientos carnales o parejas besándose son algunos de los muchos ejemplos de escenas que aún podemos encontrar en aleros, capiteles e incluso en pilas bautismales románicas», indicaron desde la fundación. En concreto, el libro pretende «avanzar en el conocimiento e interpretación de una temática tan sorprendente como cautivadora», como explicó Pedro Luis Huerta, coordinador de la publicación, quien aclaró que, no obstante, la obra «no supone el punto y final», sino un «avance» sobre la cuestión.
Noticias relacionadas
La mujer también es protagonista de otro capítulo del libro, firmado por Agustín Gómez, quien estudia las escenas de concepción, gestación, alumbramiento y lactancia. Un tema que se aborda desde dos perspectivas distintas: lo sagrado, con María como modelo de comportamiento, frente al pecado, al que hace alusión el realismo de escenas procaces o grotescas. En este punto alude a un canecillo de la iglesia berciana de San Miguel de Corullón, que podría representar a una mujer gestante, algo poco habitual. La publicación se cierra con un interesante ensayo firmado por José Luis Hernando, quien «apuesta por una novedosa y atrevida interpretación de las representaciones obscenas», como apunta el coordinador de la obra. Habitualmente, se ha hablado del «sentido catequético que estas imágenes tienen como condena del apetito desordenado de placeres deshonestos», sin embargo, Hernando aboga por su posible valor apotropaico, es decir, que en realidad, cual amuletos o conjuros, estuviesen destinadas a neutralizar las fuerzas del mal.
Pero el libro depara otras sorpresas, como que la Iglesia era más permisiva con el lesbianismo que con la homosexualidad ,o que los clérigos no podían recurrir a la masturbación, que sí se permitía a las religiosas, siempre que la practicaran con su propia mano o con un consolador fabricado siguiendo unas premisas muy concretas
No hay comentarios:
Publicar un comentario