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domingo, 31 de diciembre de 2017

SOLO EN LOS CEMENTERIOS NO HAY RELOJES. MEDITACION EN LA TARDE DE SAN SILVESTRE



SYLVESTER ABEND EN  ALEMÁN

 

tarde de San Silvestre, último papa el de las profecías y último día del año. Nos anochece mirando para los relojes. Tempus fugit. Cronos dios implacable la otra cara de las barbas saturninas el cancerbero de la laguna Estigia, devora a sus hijos. Y aguarda Aqueronte para abrir la puerta en un remanso del terrible río. es una emboscada. Los clementes dioses entonan cada noche cantos epinicios. Acelera sus mecanismos de arena la clepsidra del tiempo y llega la noche eternal.

Hoy noche de san silvestre de 2018 igual que San Silvestre 1992. La vida, que pende de un hilo el de Ariadna, transcurre rápida como el maratón de la  carrera pedestre Vallecana, es algo más que una carrera de obstáculos.

El día primero de junio enterramos a mi padre. Su recuerdo se agolpa en mi memoria entre la congoja y la veneración. Ya está viendo desfilar al serafín que marcha de gastador tras el Cabo Pieza de la Batería a arriar bandera al toque de oración. La muerte no es el final, sólo un paso al frente, cara la eternidad. Compañía !A cuadrarse!. ¡Ar!

La plebe se deleita con las saturnales de los días fastos que luego serán nefastos. En el desaforado despelote de la Nochevieja.

Bajaron, mientras tanto, hace un cuarto de siglo, los ángeles a la cabecera del moribundo al Gómez Ulla a reclinar su cabeza sobre la almohada.

Al pasar la hoja del 31 de diciembre es como decir adiós a algo imperceptible, inasible, impredecible, intocable como todo ente de razón pero que deja arrugas en la frente y alopecia en el corazón. Hace 425  años murió Colón. Va para un cuarto de siglo que dimos tierra en el camposanto de Fuentesoto a mi progenitor. Yo guardo su memoria. Conservo su sable de soldado.

Impregnados de nostalgia despedimos al año que termina. El año nuevo ¿qué nos traerá? El concepto del tiempo no existe en los libros santos que escudriñan los actos de la divinidad. el tiempo es categoría inventada por los hombres para compensar algo finito como es el espacio y el tiempo y en Dios infinito no existen esas cualidades. Todos llevamos sin embargo un reloj que marca las horas y que miramos con curiosidad especial tal día como hoy. Sus manecillas inexorables apuntan el tránsito del dolor y del placer. Tempus fugit. "Vamos el enamorado la hora ya está cumplida" canta un romance castellano del siglo XV.

Estar enamorado es participar un poco de la herencia de la muerte.

Con la rueda del reloj que es la rueda de la fortuna empezó todo. Abrieronse los horizontes y las Fuentes del conocimiento. un péndulo se agita en nuestro interior mueve palancas y establece la conjugación de movimientos binarios. nuestra vida pende de un hilo. somos contingentes. somos un guarismo. Tiempo, espacio, dinero. tres tronos para una trinidad laica. "Time is money" argumentan los británicos. conviene no perderlo en habladurías y tonterías. es implacable el rostro de esa carillón de la Puerta del Sol donde se agolpan las multitudes madrileñas al igual que bajo el Big Ben Times Square la torre Spassy de Moscú o el parisino arco de Triunfo. Sólo un privilegiado como Josué pudo parar el sol. A nosotros se nos escapa. Perderemos la batalla. Esos minuteros del reloj de pulsera ahogan la vanidad humana. Los monjes cantarán vísperas cuando toque la campana que está encima del monástico reloj de sol. Luces y sombras ¿somos hijos del azar? memento mori: acuérdate de que morirás. Las horas se nos claman como espadas "omnes caedunt ultima necat" todas hieren la última nos asesina. en el carillón está escrito nuestro devenir y nuestro porvenir. el reloj todo lo sabe y todo lo ignora. Es indiferente a nuestras alegrías y tristeza a nuestros estados de ánimo. Europa siempre los amó llevado del sentido de la trascendencia cristiana y los colocó en lo alto de las torres espadañas y campanarios. la clepsidra del coro y el reloj fueron instrumentos de santificación de los que aspiraban seguir a Cristo en la vida perfecta. el reloj acompasa la salmodia del facistol coral. Somos un Libro de horas forrados de piel de becerro con las letras muy gordas para que no nos perdamos al entonar los nocturnos. La literatura en occidente emprendió cuando estos buenos frailes pendolistas comenzaron a colocar melismas y neumas al pie de los cantorales de pergamino poniendo música a los salmos del Rey David. La música se aferra al tiempo por eso dicen que es arte divino.

Y de ella nacen el compás y el concento. Tempus fugit sí pero nuestro corazón anida la melodía y esa melodía es un afán de belleza una añoranza del paraíso perdido. la rueda de santa Catalina al hilo de esto conjuga las variantes del querer, del saber y del quehacer humanos. el gran cofrade orwelliano desde arriba nos mira con cara de póquer. En una ficha consiste nuestra vida laboral que se acaba cuando cumplimos los 65. Cronos significa el puesto de trabajo y el cheque a fin de mes. si fichas, estás salvado. Estás en nómina. Es la doxología del tiempo que es tambien economía: tiempo, trabajo, dinero y amor. Los cuatro elementos como el agua el aire la tierra el fuego. Cronos es hijo de Argonio y a Argonio lo parió Minerva. Esto forma parte de nuestra gran doxología de culto al tiempo. Únicamente en los cementerios no se ven relojes. Porque medir es vivir, cronometras, tasar cubicar evaluar. morir es todo lo contrario. san silvestre me brinda hoy estas reflexiones cuando pasamos las hojas del Libro Mayor de nuestra existencia. Entonces ¿a qué tanto estrago, tanto afán? Al reloj no le hagáis demasiadas peguntas, es el rey mudo. Crassus, mutus, rufus como decía santo Tomás. Corre el camino sin detenerse

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