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jueves, 29 de junio de 2017

VALGAME EL SEÑOR SAN PEDRO


LA AMURAVELA EN CUDILLERO

 

Mientras Cudillero viva y mane la fuenti el cantu baxará san Pedro a la ribera con todos los santos.  (Canto litúrgico del pueblo asturiano de Cudeiru) pero el discurso es largo para contar las novedades alternancias e intercadencias de todo un año desde el pasado san pedro al actual.

Yo como el arcipreste gusto de mujer chica, parva  ración y breve sermón, pero el sermón de este marinero encaramado en el puente de su barca proa al viento del futuro no se me hizo largo. Su discurso es mucho más alegre el que nos largan los políticos.

Oigo el “rapapolvo” de la amuravela recitado por un marinero (pañuelo de hierbas mono azul de menestral y chapela) en que se cantan con humor y alegría, sin la acrimonia odio y revanchismo, tan de nuestros días todo cuanto ha ocurrido en España y en esta villa.

Sólo ese pixueto desparpajo que he encontrado en algunas villas marineras de levante y sobre todo en el Cantábrico. Es suave lengua que recuerda las cantigas del romancero. El bable es léxico aldeano y marinero y entonación. Por eso no lo saben hablar ni los políticos ni los catedráticos. 

Los coruñeses lo llaman ferrete. Hay que amurar la vela esto es izar  bandera.

Cudillero es un lugar de fuerte tradición católica donde arraigó el cristianismo no exento de ciertas imbricaciones paganas que le vienen de la tradición celta.

El pixueto es uno de los dialectos más cantarines del bable astur que es un poco la madre del idioma castellano. Por aquí hay muchos rubios casi tanto como en Irlanda y a los caízos  (callealteros para diferenciarlos de los ribereños) les dicen descendientes de los vikingos.

En este nido de gaviota he venido a recalar y a dejar tal vez mis huesos Dios quiera que se demore esa hora. Escucho con devoción el sermón jocoso acompañado de mis nietas detrás de una fila de santos y de Laureanín el sacristán que porta la cruz alzada.

El predicador larga su espich subido al puente de la Barca de san Pedro que no es hoy ninguna barca sin pescador porque el anfiteatro anda este mediodía  petado de gente.

Yo recito el verso entrañable del querido Cefas que negó a Cristo por miedo a los judíos del litostrotos y luego lloró lagrimas amargas de arrepentimiento. Flevit amare.

Está sentado en la silla gestatoria dirigiendo una mirada de protección a los pixuetos con su tiara, su capa pluvial porque hoy llueve en Asturias, y sus cáligas o zapatillas  blancas que hay que ir a besar porque al papa se le besa el pie no la mano.

Algunos como el Cid campeador no lo hicieron. El orgullo castellano no se casa con nadie pero aquí son cantábricos menos adustos y un poco más condescendientes; no hay bodegas y hacen espichas, son muy cantarines y alegres como el colibrí y los malvices que se asoman por los tejados de las casas colgantes.

San Pedro baja al agua de la ribera con una reciella de bienaventurados a lavarse los pies. Glorioso patrón también de mi pueblo.

La iglesia de mi pueblo reconstruida en el siglo XVIII es hermana gemela de la de Cudillero. Fuentesoto y Cudeiru anduvieron misteriosamente enmarañados en mi vida. Mientras Cudillero viva y mane agua de la fuenti el Cantu bajará san Pedro a la ribera acompañado de todos sus santos.

Las brisas de la mar algo crespa se llevaron al cielo nuestras plegarias. En cuanto terminó el acto llovía a cantaros y así hasta otro año. Hoy es día de lo folixia sin embargo. Una fiesta entrañable para honrar a Cefas que quiere decir piedra esto es caput Ecclesiae el santo que porta las llaves del paraíso. Con san Pedro comenzó todo.

Ahora anda el rudo marinero galileo encargado de las puertas del cielo sobre las que no prevalecerán las del infierno. Él observa quien entra y quién sale. Dentro no son ni deben de estar los que están ni los que son.

 Por más que en Cudillero pueblo bonito donde los haya no tenga demasiadas cosas que ver. Hoy estaba la mar bella para honrar al patrón glorioso que lo protege. Y subo la varga hacia Oreanda mi aldea entonando aquel verso de los embarcados en las naos del Emperador:

Si la mar fuera de niche

Y las olas de canela

Yo me morirías entero

Por servir a mi bandera

 

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