LAS PARTIDAS DE ALFONSO X
El viejo derecho romano que regulaba la vida de los hispanos
ha fenecido asesinado en manos de esos jueces y juezas anhelosos de
protagonista. Lop fijan las partidas cuya lectura en esa prosa antañona
entreverada de poesía y de cantos a Santa Marías Eya velar entre litotes que atenúan
las culpa del pecador y versos que son florilegios y acaso sortilegios. La vida
era tan dura como ahora en el siglo XIV cuando se publica el ordenamiento jurídico
de Alcalá que agrupa la norma del derecho común los usos y las costumbres de
nuestro viejo derecho consuetudinario que tampoco estaba al principio como en
Inglaterra. El concejo se sienta a deliberar en el atrio románico al pie de una
olma los domingos a la salida de misa. Se legisla sobre rieptos (raptos) estupros
desafíos contenciosos entre señoríos. Allí las multas, los escarnios, los
baldones y el profazar de los señores, mancillas, afrentas e injurias a la honra
por el fuero y por el huebo. Pardiez. Un hidalgo ataca a cara descubierta nunca
de refez. Los castellanos se mesaban la barba y la cosa acababa al filo de las
espadas. El más hábil con los aceros ese ganaba. La vida era una ordalía..
Fudiencul palabra vedada. Era catalana. Equivale a jodido daopoelculo. Tocar a una mujer las tetas en la romería se
penaba con castigo de cien azotes y los de la bocafedienta eran obligados a
llevar todo el día una hoja de laurel bajo la lengua para que no les cantase el
aliento
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