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martes, 8 de mayo de 2012

LA CRUZ DE SAN JORGE

9 de mayo día de la victoria



En conmemoración de la victoria de la Unión Soviética en la segunda guerra mundial, el 9 de mayo de 1945 cuando se rindió Berlín después de una de las batallas más cruentas y heroicas por ambos bandos contendientes de la historia el pueblo ruso rinde memoria a sus caídos. Que fueron cerca de treinta millones.

 La población moscovita se echa a la calle luciendo muchos una escarapela o cinta de rayas amarillas y negras. Es la cruz de san  jorge. El negro simboliza a los muertos y los lutos y el amarillo el fuego y el humo.

Los rusos denominan a esta solemne fecha pobeda dien o día de la victoria. Personalmente, me gusta lucir en el ojal la cruz de san Jorge como tributo de admiración al heroísmo, la abnegación, el temple artístico y la bondad del pueblo ruso y su cultura que me inspira un cierto optimismo y es una estrella polar que nos guía a muchos españoles en esta noche de crisis.

 Cuando Europa y nuestra patria parece haber perdido el norte nos queda el consuelo de leer a Chejov, escuchar los coros de Mussorgsky o la incomparable polifonía de la divina liturgia eslava o presenciar por la web el desfile de la plaza roja cuando los aviones de combate parecen casi perforar en vuelo rasante la cúpula de san Basilio, o marcan el paso los abanderados de los insignes regimientos precediendo al estruendo de los tanques cuyos relejes hacen gemir los adoquines del pavimento de la famosa plaza. Rusia es fuerte gracias a dios y heroica por más que el hecho les siga desagradando a muchos de mis colegas para los que propalar mentiras y calumnias contra Putin parece formar parte del afrecho del pesebre con que los ceban y untan ciertos plutócratas sectarios. Europa y España dan risa.

 A lo mejor quien sabe tienen que venir a rescatarnos los rusos de las garras de la tiranía de este capitalismo del pensamiento único, los corretajes financieros, los ukases de Bruselas o las veleidades de los bancos como ya hicieron hace tres cuartos de siglo.

 El pueblo de la resurrección tiene un carácter mesiánico que como san Cristóbal carga a sus espaldas con los pecados del mundo.

 Mi enhorabuena a los  jóvenes que sueñan en el futuro, y mis duelos por los que vertieron su sangre en la guerra patria y mis deseos de que el       Arcángel san Miguel no deje de su mano y lo tenga bajo sus alas al presidente Putin que ayer fue proclamado presidente para un nuevo mandato. Vladimir es no ya meramente un gran político sino uno de los grandes hombres de estado, uno de los pocos, yo creo que el único, que hay hoy en el mundo. Dobre dien. Que pasen un buen día.



martes, 08 de mayo de 2012

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