Slushai minia moy palkovñik, escuchame, coronel, atiende a mi plegaria, me agarro a la boya de los salmos, escuchame, coronel, mis preces lleguen hoy a las estrellas, confunde, verbo divino, a mis enemigos. Pero no nos adentremos en disquisiciones ético religiosas más allá del contexto de esta narración. Eres un taquígrafo y los cantos de un borracho llegan hoy hasta tu celda.
El caso era que saliendo de Manhattan hacia el oeste hay que enfilar el puente de Brooklyn y luego enfilar la famosa 278 West que campo a través de un continente. Él se quedaba en Staten Island tomando el desvío del Verrazano Bridge. Al volante Manahén turegano balbucía algunos salmos
proaequitur
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