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miércoles, 28 de abril de 2010

EL VELO

EL VELO. EL OBISPO DE SIGUENZA. MÁS PETICIONES DE PRINCIPIO




A La Virgen María siempre nos la representan, tocada la cabeza con un velo, símbolo de maternidad y de pureza. Y un velo llevaban las vestales romanas. Los mahometanos han conservado esta tradición antigua de las viejas civilizaciones, más que como gesto de sumisión, como propalan algunos imbéciles, como reconocimiento de una realidad sagrada y del papel de la mujer que da la vida. Estéticamente, las mujeres veladas están más hermosas y sugerentes. En España corrompida y desmantelada han reaccionada con ira ante la polémica de esa alumna de Pozuelo, a la que su padre le ha dicho que vaya a clase luciendo el pañuelo. En la edad media el yihab morisco se llamaba griñón y también almaizar. Nada tengo contra esta sagrada tradición. La falsía está en la forma, el tratar de imponerlo. Pero las descocadas mujeres de occidente – yo se lo recomiendo a doña Bibi, estaría más mona- se han revuelto cual lagartijas. España ya no cree en la modestia. Conocí a mis abuelas luciendo ese pañuelo negro y las mozas ortodoxas están guapísimas cuando acuden a la iglesia con el velo de blonda y de encajes. Ahora bien, lo que irrita es por ejemplo que en Marruecos se persiga a los cristianos y se les expulse del pais meramente por practicar la religión del crucificado o que el patriarca de Constantinopla- la segunda cabeza visible del cristianismo, si no es que es la primera- se quejara hace poco en una entrevista de que los cristianos griegos no puedan abrir seminarios, que Santa Sofía esté cerrada a los cristianos. En aquel país el turco los ortodoxos sólo pueden decir misa en algunas iglesias una vez al año. Esto es irritante, mucho más grave que la polémica del velito, que ojalá llevasen las monjas católicas, a las que al mudar el hábito el Vaticano II les ha dado una facha horrible y además se les cae el pelo. Bien analizadas las cosas simplemente el yihab es poco higiénico. Allá cada cual. Lo terrible del tema es que los sarracenos quieren venir aquí a imponer sus costumbres y ahí tenemos al obispo de Sigüenza, que a mi me parece que es tonto, a pesar de ser asturiano, que dice que los inmigrantes no han venido a invadirnos. Yo no sé si han venido a invadirnos pero quieren imponernos sus usos y sus costumbres en esta España corrupta, sin líderes, sin dirigentes y sin obispos. Monseñor, cierre usté el pico para que no vayamos a tener que pensar que usted es un obispo libelático. Aunque yo más bien diría que un auténtico gilipollas.

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