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sábado, 7 de enero de 2023

 

La correspondencia entre un militar ruso y una chica con una enfermedad grave se ha convertido en una verdadera amistad.

Milagro navideño. Vika de Voronezh no esperaba en absoluto que aquel a quien le escribió al frente la felicitara por las vacaciones para apoyarla y decirle palabras de agradecimiento. Y nuestro héroe, que recibió su carta, no sabía entonces que la niña necesitaba ayuda.

Sobre un verdadero cuento de hadas de Año Nuevo, donde el bien siempre gana, en el informe de Evgeny Lyamin.

miércoles, 4 de enero de 2023

 STALINGRAD

 REMEMBER STALINGRAD OCHENTA AÑOS

 

 

Terrible y maravillosa película alemana la que vi anoche. Es una cinta de 1993 que tenía olvidada. Un alegato antibelicista que se convierte en la mejor película de guerra que he visto todo lo contrario de Hollywood con sus clisés y figurones de cartón piedra. Personajes de carne y hueso. Soldados que murieron por su patria. Rodena. Heimat. Drama. Ganaron los rusos. Hitler perdió en Estalingrado la guerra. Sirva esto de recordatorio a Zelenski y a sus compinches toda una patulea internacional que va desde el carcamal de Washington el niño bonito de Paris, la judeoalemana Ursula van del Leyden, la chica Meloni, esa rubia italiana al frente del Quirinal, el inicuo Sánchez o Felipe El Bobo con todo ese clac que informa o desinforma desde las paginas del Mundo, la Razón, la Sinrazón, el País Global etc. Tiro al plato, fuego en la nieve.

Los ruskis echaron el resto, derrocharon heroísmo frente al VI ejercito de la Wehrmacht comandado por Von Paulus. Un millón de hombres perecieron, otros tantos mutilados, 250000 hechos prisioneros y solo seis mil alemanes en 1954 regresaron del cautiverio.  Leí una novela alemana “Draussen vor der Tur” que trata de Stalingrado y Siberia y se me heló la sangre y desde entonces me parece una blasfemia hablar del holocausto judío cuando hay un holocausto ruso treinta millones, un holocausto alemán doce y otros holocaustos europeos. La suerte quedó echada en Stalingrado. Alea jacta est…

Es una epopeya en que retrata a una escuadra de soldados alemanes encuadrados en un batallón de Asalto Sturm Abteilung: un teniente prusiano, un sargento bávaro, dos cabos berlineses y otros soldados rasos, un lechero, que sólo piensan regresar a la patria cuando acabe todo aquello. Ninguno regresó. El teniente se pegó un tiro en la boca. Los otros desertaron ayudados por una muchacha rusa que atendía a los deseos sexuales de los miembros de la Komandatur. Se derrumbaron congelados al huir. Todos perecieron en la nieve, hay escenas impresionantes como la de la lucha anticarro. Los tanques soviéticos pasan por cima de los soldados germanos inoculados en pozos de tirador. La larga fila de prisioneros hollando la nieve camino de Siberia escenas que recuerdan a las películas de Esenin. Aparece un comisario de la Gestapo hombre cruel con cara de cerdo que nada tiene que ver con el grupo de soldados alemanes que intentan dar un trato lo mejor que pueden a los rusos prisioneros. Pero no hay piedad. Es una guerra de exterminio. Cuando emprende el vuelo el ultimo avión de la Luftwaffe con los últimos supervivientes los que quedan permanecen atrapados en la ratonera a orillas del Volga. En la guerra siempre mueren los mejores, los más inocentes.

El próximo mes se cumplen ochenta años de la cruenta batalla. Será para Moscú una importante efeméride que debiera hacernos pensar y recordar a los que vivimos en el oeste. La victoria soviética sobre el nazismo permitió estas ocho décadas de libertad y de democracia. Nada de aquello nos sea ajeno.

Por desgracia a muchos de mis colegas periodistas les resbala, pero yo creo que ante el recuerdo de aquella victoria Zelinski y sus secuaces a diestro y siniestro habrían de tentarse la ropa. Al enano de Kiev le espera o el exilio o pijama de madera cuando los ruskis ganen la otra orilla del Dnieper.

 

3 de enero 2023

lunes, 2 de enero de 2023

 BENEDICTO XVI REQUIEM AETERNAM. SANTO SÚBITO

 

Amortajado de pontifical con la casulla de la misa de los mártires color rojo un rosario entrelazando sus manos sin báculo episcopal y sin tiara, gesto adusto y demacrado, las parcas le arrebataron su sonrisa, miro para sus humildes despojos imágenes de la red tantas veces contempladas. Me pregunto con San Pablo “muerte de dónde eres, dónde radica tu Victoria”.

No hay respuesta y me refugio en la fe. Oigo, mientras, cantar a un turiferario, va duro que te pego por la vía sacra de la catedral de San Pedro de Roma, meneando turíbulos e incensarios:

—Padre santo, así pasa la gloria del mundo. Sic transit gloria mundi.

La frase resuena en los ritos de coronación y exequias de los pontífices romanos.

 La muerte igual que siempre; la palidez, los ojos sumidos, el sueño inerte, la gran interrogante que se abre a los creyentes en la esperanza de la resurrección. La gran niveladora. Recuerdo aquel obispo de Segovia al cual fuimos a velar en el paraninfo de la vieja casa de la compañía y en medio del rezo del rosario a las letanías sentimos un ruido crujiente.

Y al obispo que se llamaba don Daniel Llorente de Federico y murió como un santo se le alzó una de las piernas por causa del rigor mortis.

 Según nos explicaron más tarde. Salimos los del turno corriendo de estampida despavoridos (lo conté en mi libro “Seminario Vacío”) no hubo en aquel suceso milagro. Se debió a causas naturales.

Todo fue por causas naturales pero desde aquel día el Rector nos exhortó a realizar cotidianamente la meditatio mortis.

La meditatio mortis la vengo siguiendo y en todos los entierros suelo cantar el kadish (uno de los salmos maravillosos del legado judío) que ha sonado solemne en todos los campos santos europeos desde la edad media:

Réquiem aeternam dona eis Domine et lux perpetua luceat eis. Te Decet Dominus Deus hymnum un Sion et tibi reddetur votum in Jerusalem exuadi orationem meam at Te omnis caro veniet”.

 Las estrofas son impresionantes.

Toda la carne volverá a ti pero tú establecerás tu reino en Zion, oh Señor escucha la oración de este pobre mortal. En una ocasión un cura me interrumpió in medias res con gran enojo por mi parte y cuando dimos sepultura a un pariente mío en Fuentesoto dijo el Dioni el marido de mi tía Paulina: “Este iba pa cura” muy despectivamente pero yo lo responseo siempre y espero que este salmo sea cantado en mi sepelio.

Ah Benito decimosexto un tiempo que se va el de las misas en latín que yo escuchaba cada mañana en Radio Vaticano cuando eras cardenal. Sonaba dulce tu deje alemán en el idioma del Lacio. En una de aquella transmisiones tuve una extraña visión y cuando tú pronunciabas en latín la formula dela transubstanciación escuché la voz cantada en eslavónico que es la misma conservada desde Bizancio “prinite y adite, eto telo maua k savui boia v o establenie gracco,,,, i sia sviu voiá piite i adite eto kobi moia v establenie grecov”. Que  quiere decir este es mi cuerpo y esta es mi sangre que será derramada por todos vosotros. Benito fue el papa que hizo acercar Roma a Bizancio y a Moscú. Como gran teólogo encontró que no hay diferencias en el dogma ni en los sacramentos. Propugnó la idea de una Europa cristiana. Ni musulmana, ni mosaica, ni laica. Este bávaro creía en la Europa no de los mercados sino en la de las catedrales, la cultura, el arte, la música, la tolerancia, la cerveza una Europa Unida sin reivindicaciones nacionalistas ni separatismos. Se le echaron encima y ahora los grandes camándulas de la Cope y el Vaticano. El diablo parece haberse subido a sus cámaras y micrófonos, anda por detrás moviendo el rabo. Sin embargo, hay unos pocos creyentes profesamos su legado y nos atrevemos a decir que su abdicación fue un golpe de Estado dentro de los muros infernales de la Sede Pontificia. Quiso parar la reforma y abusos conciliares. Suprimió la teología de las indulgencias no hay purgatorio. Tolerante con las debilidades de la carne abogó como una mal menor por los sacerdotes casados.  Quiso un reencuentro con el patriarca de Moscú porque creía en las raices cristianas de Rusia que son vivificadoras (Zelenski las está destruyendo ante el aplauso general de los hipócritas)

Se le echaron encima y huyó al desierto, tuvo su Canosa. Estos mismos que cantan hoy su palinodia fueron los que lo defenestraron. Con paciencia y longanimidad de mártir dio testimonio de la fe y sufrió persecuciones y trabajos. Creo que es un santo y debe ser canonizado. Al menos este corresponsal lo tiene por tal. Santo. Santo. Súbito. Papa Benedicte, ora pro nobis. INTERCEDE PRO NOBIS

 

martes, 27 de diciembre de 2022

 CULTURA DEL VINO HONREMOS A BACO POR LAS SATURNALES

 

 

In vino veritas la verdad está en el fondo del jarro donde baila la danza de la vida Baco rodeado de una orquesta de ángeles y demonios. Pámpanos y archipámpanos, vida mía.

 Ya se dijo “al agua como buey y al vino como rey”. Pocos cumplen esa norma. Oh sangre de Cristo, decían los soldados españoles cuando regresaban de las batallas de Flandes peleando contra herejes y marranos que sólo bebían cerveza “tres años que no te veo, laus tibi deo”.

 El vino fruto de la vid y del trabajo del hombre tiene la misma raíz etimológica que vita. Es vida. Yo confieso que he vivido y he bebido.

Baco fue para mi compañero de viaje en las grandes batallas de mi existir, consuelo en las desgracias y paño de lágrimas en los desconsuelos de Venus.

¡Ah!, recuerdo aquella bodega de mi abuelo, la del somo, con el portillo oscuro, boca de lobo y puerta negra tiznada de sombras pero que en su interior guardaba el mosto eucarístico. Era termostática. Caliente en invierno y fresca en verano. El día la fiesta se esparcían las cuadrillas y se les veía sentados en poyos de piedra y tajuelas a la puerta de la bodega.

─Antoñito, hijo, decía mi abuelo, acércate a la bodega que tenemos camino de Tejares frente a los lagares romanos abres, desciende por la rampa al fondo, la mejor cubeta es el que pisamos este año, mosto es aún, le das a la canilla y me lo llenas hasta el cogüelmo. Aquí tienes la llave

El abuelo me daba una enorme llave que pesaba medio kilo de hierro fundido

─ Abuelo a mandar,

Me despachaba mi abuelo iba yo que perdía el culo por la cuesta de la Cruz del Redondillo meneando las abarquillas y con mucho cuidado de no derramar aquel delicioso mosto.

Antes de regresar en la portada le pegaba al jarro un tiento o dos pues hacía lo del Lazarillo con el ciego, para que no se notara añadía un poco de gaseosa.

 El abuelo Benjamín cuando le dolía la pierna reumática se daba unas friegas de aquel delicioso vino de la ribera.  Y a mí me daba sopillas cuando tenía catarro o me afligía un romadizo. Nosotros venimos de la parte de Segovia donde los majuelos dan el mejor Vega Sicilia. Puede decirse que es mas que vino canto gregoriano. Lo mejor de lo mejor. En Fuentesoto desde antaño se siguió el consejo del Eclesiastés: “Vinum bonum laetificat cor hominum” (el buen vino alegra el corazón de los hombres en sus dudas aflicciones y sobresaltos.) La mejor medicina, un traguillo.

 Lamentablemente llegaron unos modorros sabihondos que se llamaban enófilos y al mezclarlo con polvos lo echaron a perder. El vino de la bodega de mi abuelo no se subía a la cabeza ni emborrachaba.

 Podías beber una azumbre mientras segabas, beldabas o trillabas.

Nunca vi al abuelo beodo. Se meaba bien. Cuando lo echaron conservantes los caldos ganaron fuerza, pero dejaban “clavo” y determinaban amargos despertares en el paroxismo de las resacas del día después.

Al vino como a las rosas hay que tratarlo con delicadeza, no conviene tocarlo. No lo toquéis más que así es la rosa por más que al otro día, amenazada por la muerte, se aje.

Es por eso mismo que aquellos buenos vinos de mi infancia se volvieron vinagre.

 

Continuará

martes, 27 de diciembre de 2022

lunes, 26 de diciembre de 2022

 Día de Boxing Day

se abrieron las huchas y las cajas. 

Recuerdo aquella nevada en Hornchurch. 

Alcazuz la raíz del seis. 

Glorioso san Esteban.

Al que mataron los judíos. Dilapidé mi fortuna en libros y bagatelas mientras Saulo guardaba la ropa de los asesinos.

 Inicié una peregrinación al revés.

 ¡Tonto de mí! 

Yo quería ser inglés. 

El karma regresa con la culpa.

 Mías deudas pagaré. 

Me aferro a las oraciones del hesicasmo y el espasmo cuando la juventud no vuelve y hoy recuerdo aquel amor que transfiguró mi vida 

Aquel día de nevada en Hornchurch, con el saco de mis pecados cargaré.

 Scrooge y Dickens esta noche se me aparecen a contrapié. 

Es doloroso recordar el día de Boxing Day. Mientras miro mis vanos vacías y recuerdo a mi hija Helen que no veré

lunes, 19 de diciembre de 2022

 TURGUENEV ALMA RUSA

 

En 1840 Rusia padeció un invierno tan crudo que se secaron hasta los robles. Murieron muchos bosques, el Volga se congeló, se esquilmó la caza y en las aldeas los mujiks perecieron de frío o de inanición. Se organizaron rogativas y las iglesias de las aldeas estaban de bote en bote con el pueblo arrodillado frente a los iconos y los popes suplicando la divina intercesión.

 He vuelto a abrir un libro de uno de mis escritores rusos favoritos Iván Turguenev “narraciones de un cazador”.

Siempre acostumbro a insertar una fecha al final de la página de los libros que me transportaron a los paraísos de la imaginación (fui desde niño empedernido lector… la cachimba fue mi compañera de viaje a lo largo de mis vigilias pues sin el humo de mi pipa no hubiese sido capaz de aguantar el traqueteo de este tren de la literatura que nos hace viajar por mundos sin moverse de sitio) pone una fecha 3 de enero de 1993.

 Pasaron pues treinta años. A lo largo de estos seis lustros mucho ha cambiado el mundo pero yo sigo aferrado a mis sueños calentando la silla en el aposentillo de mi chiscón carreteando libros yendo y viniendo a los tenderetes de lance en la Cuesta Moyano acumulando sabiduría y dolor pues ya dijo el sabio Salomón que saber allega pesares.

Mucho mejor entregarse al nefelismo de las nubes del no saber receta para ser feliz. Yo pobre de mí fumo leo y no practico el nefalismo de los abstemios porque a lo largo de mis días apuré una cuantas garrafas.

 Nefelismo es estar en las nubes y nefalismo es abstenerse del vino y de las mujeres. Yo no practico esos vicios. Leo y sufro.

 Me gustan los rusos sobre todo las rusas, remo contra corriente y con tales mimbres no hago carrera de mí porque la incorrección política es poco recomendable en estos tiempos.

 Sin embargo, aquí que este periodista dio en lo cierto. Rusia está ganando la guerra y mi rusofilia vence a los rusofobos que andan que no les llega la camisa al cuerpo.

 Creo que fue un autor inglés el que dijo que Rusia imprime carácter, subyuga y algo de eso me ocurrió a mí hace muchos años. Por eso al releer a Turguenev me he reencontrado con el alma rusa.

 Ese misterioso país donde la naturalezala Shirokaia priroda es única, navego por sus ríos, entro en las isbas y hablo con los campesinos. A lo lejos alza el vuelo un bando de becadas, miro a lo alto y contemplo como gobiernan el firmamento  una comitiva de alfaneques que barruntaron la cadaverina del erial.

Vuelvo a escuchar el canto del ruiseñor ruso  (solovei) y me pongo un poco a la altura de las circunstancias.

Se escucha el tañido de una campana. En la lejana aldea tocan a vísperas.

Cuando tenía veinte años me fui a Paris uno de los primeros libros que compré era “Premier Amour” leyendo a Turguenev me entraron ganas de ser escritor y he seguido esta vocación que para mi es como un sacramento los rusos me invistieron caballero andante de la palabra obtuve el toque de varas en la acolada de Londres y París. Pasé hambres y carestías, pero Franco fue generoso conmigo y me hice periodista y corresponsal. He alcanzado las altas cimas del periodismo sendas corresponsalías en Londres y en Nueva York.

Escribí doce novelas y veinte poemarios cinco ensayos y cientos de artículos y crónicas. He logrado mi sueño le doy gracias a Dios aunque sea un autor incognito e ignorada por la gran patulea laica judaica de cuya mano regresó Torquemada a nuestra patria pero yo me rio de los inquisidores.

 Mis artículos en la red son un corte de manga a los nuevos censores de la libertad y de la democracia. Nunca fue tan difícil ni tan lacrimoso en España escribir. Jamás se desdeñó tanto a los genios y a los escritores. España crucifica a sus profetas.

Bajo su yugo esto es un perpetuo gemir de dientes.

 Han traído con ellos los instrumentos de tortura psicológica, no quieren poner la túnica purpura de los locos y ceñir nuestras sienes con una corona de espinas, no bien alcanzaron el titulo de los crucifixores, ellos son ni mas ni menos los nuevos deicidas.

 Contra estos esbirros de la información los escritores rusos que respiran serenidad perdón y humanismo constituyen un verdadero baluarte

 

domingo, 18 de diciembre de 2022