El general Krasnoff atamán de cosacos murió ajusticiado por los sovieticos en la carcel de Lefertovo en 1947. Fue un gran militar un subline escritor y patriota ruso
KRASNJOFF LAS HOJAS CAÍDAS EL FIN DE UN IMPERIO
NO hay dios las gentes lo inventaron para poder vivir los fuertes pueden vivir sin dios los débiles no… los rusos os habéis vuelto egoístas y llorones… ahora mandamos nosotros… tenemos la sartén por el mango, es nuestra la judicatura y hemos comprado vuestros periódicos… we ll buy you out.
El periodismo fue alma de la vida moderna y motor del progreso según los cursis. A la llegada de la globalización digital se convirtió en fórmula de esclavitud.
Hoy ese motor estupefaciente está en las redes sociales que por igual controlan los judíos de Facebook apóstoles de las patrañas heraldos de la gran mentira de cuya mano vamos todos al saladero camino de la morgue de Munmayor con sus rumbosos palacios donde se alza una reliquia ecológica para mí que es como un cuento de hadas: el nisal con sus camperas y sus pastos elegantes aerogeneradores, urcíes y argomas. El cirolero que nos brinda sus dulces frutos detrás de la cerca. Dios escribe al derecho con palabras de la Naturaleza lejos de los fueros de la Política.
Al pie de monte de Coaña con sus linares encharcadizos resuena una voz profética:
▬We shall buy you out. Sólo nosotros podremos comprar y vender.
Pandea el paisaje entre jorcadas montañeras de tierras coloradas y ferruginosas. ¿ Hay vida en el planeta Marte? El holocausto es el final de la historia, pronto sonarán las trompetas del juicio universal: Das Jungste Gericht.
Al zar lo asesinaron con su mujer y sus cuatro hijos hace cien años. El sentido de ese regicidio yo no lo comprendo. ¿Para qué serviría tan macabro holocausto en los bajos de la tahona de Ipatiev el rico mercader semita? Y mira que no se perdonan los pecados contra el Espiritu Santo, aquel crimen fue uno de ellos. No cabe expiación. Pesará la culpa eternamente sobre el pueblo maldito escupido con salmos y conjuros de la boca del Padre Eterno. Porque los moralistas católicos ▬ Rivadeneyra entre ellos ▬ dicen que el dolor humano es un regalo divino para probar a los que elige: una catarsis. En sentido estricto la interpretación no parece viable, en sentido lato o traslaticio, tal vez. Pero es muy dudoso y resbaladizo todo esto.
Como cristiano me someto a ese postulado, como judío soy incapaz de aceptarlo, ¿La muerte de un niño de cáncer, el incendio de los bosques de Atenas, el degüello de inocentes, la violación de las vírgenes por los de la “Manada” en las fiestas lupercales de San Fermín, responde a designios del Altísimo planeados y en la mente de Dios desde toda la eternidad?
Los moderados enmiendan la plana a los doloritas con su tesis de que Dios que el bien sumo no cabe en el mal ni dolor pero cualquier desgracia personal o catástrofe estatal ▬ peste, terremotos, incendios, guerras ▬ Él los autoriza a efectos purgativos. Y para que nos enmendemos manda el castigo. Aunque por lo general son los inocentes los que pagan factura. Los malos sobreviven y nunca se hacen cargo. Ellos se ríen de ti que vas cojeando por la vida y gritan desde las zahúrdas del odio y el rencor:
▬ Somos los elegidos. Tenemos enchufe con el Señor. Todo nos está permitido ulteriormente a Auschwitz, ¿Qué hay de lo mío?
Echenique rie desde el carrito que le regalaron los de la Seguridad Social de Aragón cuando vino desterrado de la Argentina los ojos saltones la cabezota en bambolea. Es giboso como una tortuga encaramado a una silla de ruedas que le sostiene la columna vertebral inmovilizado de medio cuerpo para arriba… but he is for president. ¿No es esto una gran farsa? Se promociona a los tullidos a los mangantes a los ladrones. Son postergados los españoles. Primero a los emigrantes y se concede casa y trabajo a los que vinieron desde ka Selva. Los buenos son lanzados al fuego eterno de la gehenna.
Krasnoff en sus “Hojas Caídas” no fiscaliza a Dios ni trata de escudriñar sus designios. Emite un oráculo sobre los tiempos del Fin cuando todo será a rebours y andarán los hombres con los pantalones del revés y las mujeres las tetas al aire. Se limita a denunciar un hecho: los mosaicos se convirtieron en los verdugos de la Ortodoxia. Ganó el Maligno la partida. ¿Dónde estaba Dios cuando un pelotón de soldados letones borrachos acribilló a balazos a la familia imperial? ¿En qué zarza ardía su rostro invisible cuando fue ultrajada Natacha la amada del protagonista? ¿Por qué Lisa la hermana de Fedor fue tambien violada por su novio campesino en la aldea de Vipolsovo? ¿Fue acto de expiación el ajusticiamiento de la nihilista Julia en la cárcel de Petropavloski por matar a un gobernador en Crimea, cuando la terrorista Sonia y sus mentores los Bradovich sucursales de Lenin y su cadena de periódicos que apoyaba la conspiración sale del embate sin una mala multa, sin un rasguño.
Los rusos pueblo rebañiego iba de oveja al matadero mientras los chacales aullaban en las noches blancas de Petersburgo.
Los funcionarios suspiraban por la santa nómina que llegaba al banco los veinte de cada mes, jugaban a las cartas o se emborrachan con los amigotes del Círculo. Nadie quería saber nada de la que se venía encima. Los sentimientos del pueblo y la opinión pública parecían anestesiados y expectantes ante un porvenir que aceptaban resignados. El mismo borreguismo de aquel ambiente de Petersburgo se da hoy un siglo después en Madrid. Aceptaban el yugo y veían cómo los “elegidos” se enriquecían mediante la esclavitud de los rusos. “Nuestro pueblo sólo sirve para ser victimas para llenar los presidios y calentar banquillo delante de los jueces. Ahora te procesan por nada. Hipólito Kuskov quería ser algo en la vida aspiraba a la cartera de un ministerio o cuando menos jefe de un negociado, lo deportaron a Siberia. Acusado de un crimen que no cometió. Vente con nosotros. Hay que abandonar las viejas ideas: la patria la familia, Dios. Desde ahora debes jurarnos obediencia. El partido va a ser tu dios. “Me avergüenzo ▬ se lamenta uno de los protagonistas del libro ▬ de ser ruso. Somos un pueblo de borrachos maleantes y vagabundos” que vienen a ser lo mismo que el lamento de algunos españoles renegados “Se es español porque no se puede ser otra cosa”. En semejante desenamoramiento o descorazonamiento colectivo existen paralelismo entre el alma rusa y la española. Tanto en Rusia (hasta Putin) como en España los políticos carecen de talento. Hoy vi una paloma volar entre un bando de cuervos negros y me afligí. No sé cuál sería su destino. Subsecuentemente, las pasiones humanas son difíciles de vencer. Es de noche y se escuchan gritos en el bosque, hoy lo mismo que ayer y mañana igual que hace mil años. Acierta el general cosaco en el titulo de este libro: Todos somos hojas caídas del árbol del destino, zarandeadas por el viento.
El zar Nicolás murió por ir contra corriente por no abdicar de la cruz Cristo. Su padre Alejandro III había sido objeto de varios atentados. Al abuelo Alejandro II lo asesinó un nihilista y él mismo, firmado el armisticio de la guerra ruso-japonesa de 1905, al salir de la misa de pascua en una iglesia ortodoxa de Tokio un samurai le clavó un cuchillo por la espalda, herida de la cual milagrosamente sanó. Vivió Nicolás II abrazado a la cruz. El evangelio era su destino. Era un santo… ojalá la iglesia católica siguiera el ejemplo de la rusa que ha canonizado a toda la familia imperial fusilada en 1918. Pero quiá; No cabe tal posibilidad estando al frente de ella ese sátrapa de la sinagoga argentina al que llaman Papa Francisco,
El “Pálido” Vladimir Illich Ulianov se camuflaba en los trenes de largo recorrido, con pasaporte alemán. Los viajes lo pagaban los Roschild y los banqueros suizos. Trotsky creó un ejercito rojo en el cual los soldaditos dejaban de ser personas para convertirse en carne de cañón. El comisario tabardo de cuero y pistola en mano iban detrás de la infantería. Al soldado que en el avance vacilaba o reculaba lo pegaban un tiro. Este no es el ejercito del general Krasnoff donde se exaltan los valores castrenses; La disciplina, el espiritu de cuerpo, el heroísmo, la guarda de la frontera. Debemos ir en bysca de la verdad y de la belleza pero ¿dónde está? La familia de Kuskov se muestra herida por la fatalidad. Todo se lo lleva el Pálido aquel diablo que parieron en Simbirsk. El zar Nicolás y ka princesa Alix mal augurio el día de su boda murieron mil quinientas personas al hyndirse una tribuna durante las celebtraciones nupciales, el heredero sería golpeado por la hemifilia y sibre el palacio de invierno se proyectaría la cara triste del pope maldito: Rasputín. Los elegidos mucho han de sufrir. Por eso el emperadir tenía triste y vagoroso mirar. Los flutlinge arrojaban cagadas de hombre y cal viva a los guardias civiles. Volaban como humo las nubes sobre sobre los cielos aranjados de Ceuta color de invasión, las esposas maltratadas lloraban el dinero bebudo por sus hombres en la taberna. ¿Por qué bebes? ¿Por qué zurras a la parienta? A la muy perra la encontré encasquetada con un moro. Ay Virgen perdí la honra no sé qué va a ser de nosotros, los pecados de la mujer siempre los pagan los hijos.
Acostarse con la mujer del vencido es un derecho que invocan los vencedores en todas las guerras y los judíos siempre se van de rositas. Salen secos del agua, está lloviendo y ninguno se moja. Sacan no sé qué patente que losa inmuniza. Hay que reconocer que son muy listos. Sobre algunos pueblos parecen detentar el derecho de pernada.
Durante toda la obra se escucha entre el taconeo de los desfiles t paradas el toque de llamada del cornetín de ordenes y voces cuarteleras. Soldado soy de España y estoy en el cuartel contento y orgulloso de haber entrado en él. Suena la cornamusa del toque de diana luego fajina toque de silencio y oración, así era entonces, vino un tío de derechas un tal Chemari Aznar y hubimos de arriar bandera, quedó suprimido el ejercito rompan filas, los militronches de hoy escuadran un ejercito solidario comodines de relevo en acontecimientos bélicos lejanos que nada tienen que ver con la defensa de la patria, en Rusia después de quedar derrotados los blancos vinieron las huestes comisarias del Tozudo y se vio a antiguos generales zaristas de pordioseros pidiendo limosna por las calles de Berlín. Trotsky el Trotsky o Tolstoi el gordinflas. Que más tiene qué más da o Gutiérrez Mellado el traidor. Son los mismos perros con otros collares. En España la revolución ha sido un poco más lenta e imperceptible. Ahora nos estamos despertando alarmados para comprobar que esta gentuza nos ha dejado sin país. Los periodistas del Pravda tenían un aire de perdonavidas y de bufones.
“Las hojas caídas del árbol del destino” son un tributo a Némesis la diosa de la venganza. Un conjuro contra las fuerzas oscuras contra las que luchaba Fedia un hijo de la luz al que los rayos del sol invicto protegen y guían.
Todo ese mundo fenecido de mi tierra me descubre cada capitulo de esta enorme novela en los que doy vado a mis pensamientos oprimidos que son mis recuerdos y remordimientos.
En el sur las mesnadas de la emigración están levantando gente con el efecto llamada. Es una invasión no nos engañemos señores buenistas ilusos. Pisan tierra española extienden la alcatifa y adoran a Alá pronto sacarán la cimitarra. Atacan a la Benemérita les arrojan cal viva y miran como el que enristra una lanza. El caballo de Atila trota nuevamente por el sur.
Krasnoff lo predijo al desenmascarar a los judíos porque estas mafias a las que todo el mundo culpa y nadie sabe donde residen tienen cobertura del Sionismo empeñado en transbordar gente a Europa. Es el corolario de la teoría de la venganza bíblica del holocausto. Son apariciones en la tarde malva de julio color alberil las que me afligen.
Sólo los elegidos podremos comprar y vender. De esta manera habla Sonia la bella hebrea en cuyo rostro soplaban el viento de las montañas de Judea y el carmín de sus labios olían a las rosas de Jericó la mujer fuerte que defiende a Vladimir Illich Ulianov en el juicio por haber atentado contra la vida del zar Nicolás. Es la hora de la inmundicia de los abogados picapleitos el cine las modas el amor libre la corrupción de los nobles y el nihilismo. Todo el poder para los soviets. Ahora mandamos nosotros. Sin embargo, hay un pasaje en el cual, por boca del rabino Abraham Brodovich, el general cosaco advierte que el cristianismo es una religión de orden superior debido a su carácter divino. Amor et labor omnia vincent “Ah pensó el judío qué fuerte es la religión cristiana y qué difícil será luchar contra ella mientras existan seres como Natacha”. La novia de Kuskov que luego será martirizada y violada escenas tétricas y una descripción terrible de la brutalidad de la cual sin capaces los seres humanos convertidos en bestias. Cuando a Bárbara Serguyevna la madre del protagonista le comunican la muerte de su hijo manda quemar los cigarrillos que le había regalado Suzanne la inductora del crimen. Comprender es perdonar.
Es una idea que se repite a lo largo de las páginas apasionantes de esta crónica de los acontecimientos que llevaron al regicidio de la familia imperial narrados desde el punto de vista de un gran militar, un oficial de la Guardia. Retrata la decadencia de los Kuskov y del ascenso social y pujanza económica de los hebreos peterburgueses que desencadenaron la revolución. El relato del general cosaco que escribe con la autoridad y despejo con el que bailaba una polca, montaba a caballo y comandaba una setnia me ha hecho entrever por más que nunca entender de por qué esa rusofobia. El odio al Kremlin mande Stalin mande Breznev o Vladimir Putin tiene su origen en que el pueblo ruso no ha sido sometido a las veleidades del dictado nazi/zionistas. Sigue en pie y con la cabeza enhiesta. La ortodoxia no se ha rendido pese a la claudicación de Roma y la sumisión del mundo protestante.
Nosotros somos débiles ellos son fuertes pero controlándolo todo y sabiéndolo todo resulta que no saben nada. La familia de Miguel Pavlovich Kuskov se asoma al abismo de la desgracia y de la bancarrota. Celebraba con solemnidad la pascua y el día de pentecostés acudía a la iglesia a poner el ramo con hojas de abedul sobre la cabeza de Cristo. Sus hijos se pervierten a causa de una maligna educación sentimental, estamos ante la clave de un enigma. Krasnoff con habilidad certera va desenrollando la madeja. Está atando cabos a lo largo de los casi cien capítulos pero la historia como la vida misma es muy larga, contradictoria. Y sorprendente. Las descripciones que hacen de la naturaleza y de las costumbres son insuperables. En bárbara Sergueievna plasma el retrato perfecto de la gran mujer rusa bella apasionada madre de sus hijos amante de su patria. Los sufrimientos de su atribulada existencia no la obligan a desertar del Amor.
Su marido Mijail Pavlovich desde la muerte de su hijo se entrega a la bebida. No bebía como los campesinos para sazonar sus penas y alegrías; bebía metódicamente vino a las comidad y después alguna que otra copita no se le veía borracho pero se encontraba en estado de sobre excitación permanente (está haciendo el esquema de un alcohólico típico) y perdía fácilmente la continencia. Había engordado y en aquellos cuarenta días de duelo había envejecido años.
Lo actual es feo no tiene belleza hoy todo es egoísmo. Adonde fue lo bueno y lo bello a parar, nos cuenta el general escritor.
El metacrilato es el mineral que nos ayuda a graduar la vista a través de la lente óptica, de igual modo una gran novela es un descubrimiento, una visión una epifanía. El novelista de verdad comparece a los ojos del que leyere como un demiurgo un dios creador y ese carisma se da en este apasionado libro sobre los días que precedieron a la revolución de octubre.
Muerto Andrés, Fedia, el hermano, retoma la acción y se convierte en el epicentro de la trama y el preferido de la madre Bárbara Sergueievna. Se describe a los otros hijos; Hipólito el mayor que detesta el zarismo y se convierte en un liberal y será el intelectual de la familia. Fedor, sin embargo, quiere ser soldado. Miguel Pavlovich Kuskov tras el suicidio del hijo se da a la bebida. El alcohol cambia su carácter y arrastra una vida anodina de funcionario que sólo espere que llegue fin de mes con la santa nómina. En este ambiente la muerte quiere proclamar su reinado, se escuchan en el jardín de la casa venida a menos el grito de la lechuza. Lipa y Losa juegan a las cartas son dos colegialas intrascendentes. La vida es trivial. Mientras tanto los judíos acaparan éxitos se hacen con la fortuna de los viejos terratenientes compran fincas tienen buenos abogados que ganan pleitos van los sábados a la sinagoga tocados de sombreros negros y de caftanes largos que les cubren desde los pies hasta las orejas. La vida les sonríe. Los judíos son raza fuerte.
¿Qué es la belleza? Algo nada fungible los hebreos peterburgueses se ríen de ella y proclaman el dinero como lo más importante de la existencia. Hay que mirar por la copeca pues si miras por él con los rublos no hay problemas. Hipólito predica la igualdad de géneros y de clases sociales. Es suspirar por imposible. El mirlo blanco no canta en el alero. Lo único que hace a los hombres iguales es la muerte pero el mayor de los Kuskov sigue aferrado a sus creencias igualitarias y buenistas sueña en un mundo sin fronteras. Hipólito resulta un personaje muy actual. Podría militar en una ONG y recibir la acolada del Papa Francisco al albur del lema “güelkome refiuyís”.
Abajo los nacionalismos por postular la superioridad de razas y de unos pueblos sobre otros. Entonces ¿Cataluña?
Krasnoff hace equilibrios sobre el filo de la navaja y describe las contradicciones de la sociedad del avenir, así como los amaños contradicciones y antinomias del alma judía. La muerte de las patrias y su pisoteo conducirá al caos. A Fedia le aconseja su madre; “ama siempre a Rusia. Ese amor es más sublime que el de cualquier mujer. Las mujeres defraudan en el amor, carecen de bandera. La patria no”. A contrapás Hipólito escupe sobre la enseña que le da a besar su hermano. Acabará pobre y hambriento en un suburbio de Berlín como apaniguado del judío Abraham Brodovich. Triste es la suerte que espera al librepensador y apasionado polemista. Podría ser hoy un tertuliano de la Sexta humillado y ofendido como todos esos elches y renegados de la casa de los líos a los que la revolución dejará con la palabra en la boca. Cayeron en su propia trampa el mal nunca dará vado a la malfetría. El reloj del destino marca sus horas. Hay corilos (avellanos) en mi huerto que por septiembre dan gordas avellanas que no comerán los cerdos antipatriotas aunque tengo por seguro de que el más ruin jabalí se zampa la mejor bellota