QUICO,
AVANTI TODA
FRANCISCO
FERNÁNDEZ MÉNDEZ (no me duelen prendas en decirlo) ha sido y espero que lo
pueda ser otra vez en el futuro un óptimo alcalde de Cudillero en unos años difíciles
de desenganche corporativo y de esperanza.
Recordemos
el amillaramiento y mejora del municipio algún polígono industrial como el de
Novellana la construcción del puente colgante de la Concha Artedo causando el
menor detrimento al paisaje y al entorno urbanístico.
Este
humilde periodista desde que asenté mis reales en el municipio después de diez
años en Inglaterra y cuatro en Nueva York me he siento pixueto o tal vez caizo
pues soy callealtero aldeanu aunque, como el de muchos castellanos, mi corazón
sea marinero.
Quico lo sé que ha sufrido y padecido
persecución por la justicia ─ la orden de acabar con nuestra sangre municipal y
espesa venía de muy arriba y de muy lejos tal vez del extranjero, recordemos el
flick y el flock de los alemanes, el 23F etc.─ y es posible que eso haya minado
en parte su salud pero él es fuerte como un toro; resistimos pues como decían
en el tercio... siete tiros en el cuerpo y avanzando.
Conocedor
y entusiasta como soy de la obra de don Armando Palacio Valdés, yo no sabría
decir si la novela marinera "José" es de inspiración candasina o
pixueta.
Yo
creo que más bien de la segunda instancia porque las "muyeres" (es
una patética escena que describe don Armando) trepan hasta el monte Santa Ana
para ver de arribada a las lanchas cuando hay temporal, es costumbre ancestral
cudillerense.
También
hay partes de este hermoso libro que nos hacen mirar al Cristo de Candás cuando
el bajel de los pescadores zozobra.
Ambos
pueblos lucharon con coraje contra las galernas.
Nuestro
burgomaestre Fernández Méndez paréceme a mí un personaje, más que de
"José" de la novela "El Cuarto Poder" o de la "Aldea
Perdida" y me hace pensar en Xuan de Cabañaquinta...
con la irrupción del periodismo, los bandos, omecillo y enemigas causadas por
la revolución industrial, cuando la vida dejó de ser patriarcal en Asturias y
dio comienzo otra etapa, una nueva civilización con todo lo que ellos significa
traducido a intereses partidistas.
Quico
los sufrió sobre sus carnes: injurias, despechos, malquerencias.
En los últimos años del pasado siglo hemos
asistido a una verdadera revolución de nuestras costumbres. Hoy Cudillero
aunque se viva mejor me parece un lugar más triste que cuando llegué a él por
vez primera en 1974.
Gracias a Dios que tales banderías no
derivaron en guerra civil porque, entre otras cosas, el régimen de Franco
conjuró el fantasma del hambre y la descalcez que fueron el flagelo de la villa
marinera durante los pasados siglos.
Y en
esas estamos pisando el "sable" (así se llama en Cudillero a la arena
de la playa con nombre francés) y las bolas del pedrero.
Olvidemos
nuestras divergencias y vayamos a beber el agua de la Fuenti il Cantu
donde a baja san Pedro todos los años con todos los santos.
Quico,
gracias, no te rindas, olvida a ser posible los agravios. Y avanti toda.
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