MALAQUÍAS
***
Divisas de los tres últimos Papas:
-De medietate Lunae,
-De labore Solis
-Pedro Romano.
Ellos completan la lista de los tres últimos papas que quedan hasta la
terminación de la era.
¿Fin de los tiempos o Milenio Igualitario?
Por ANTONIO PARRA
Este verano, por la gracia de Dios, anduve metido en la
composición de un libro sobre la orden monástica del Cister, y como en
Literatura no hay compartimientos estancos y todo se enreda, pues los conceptos
no son más que palos de una misma baraja o cerezas en banasta, me sorprendieron
las íntimas conexiones entre San Malaquías y el fundador de los Monjes Blancos.
Enfrascado en mis pesquisas, he acometido la tarea de bosquejar una relación de
esos augurios, que son en buena medida la crónica de los últimos ocho siglos de
papado.
Las profecías de San
Malaquías resultan de una lista de los 112 pontífices ocupantes de la silla
apostólica contando a partir de Celestino II a mediados del siglo XII hasta comienzos del año 2000, plazo en que
acabaría nuestra era. El tercer milenio sería el sexto del calendario judío
desde la creación del mundo. En esto coinciden estas profecías con las de los
del Antiguo Testamento, que computan seis mil años hasta la venida del Mesías.
A cada uno de los
papas que han reinado o que reinarán, y teniendo en cuenta que el catálogo está
a punto de completarse, se le encasilla con una frase en latín, construida con
sustantivo y adjetivo calificativo, rara vez un verbo. La jerga críptica de
tales máximas hace la composición de
lugar del tiempo en que le toca regir la Iglesia, o dictamina algún dato
saliente de su personalidad o de la gestión llevada a cabo durante su mandato
bajo el signo de la eclíptica astral a la que se acoge, busca la impronta
esotérica de su destino, como conducido el anónimo escultor de estos epitafios
por un numen hermético que compulsa los rasgos fisiológicos del personaje, y es
partícipe de la omnisciencia divina .
Surge así una
verdadera prosopografía oculta de cada pontífice que no es sino la etopeya de
la Iglesia en el decurso de los siglos. Algunos de estos laconismos son oscuros
y de sentido incierto pero en otros se advierte sin contemplaciones el soplo de
la inspiración divina. Se clavan en la memoria como un buril que cincela
impávido los designios de la Providencia. En el machacar de la piedra casi se
advierte el ir y venir de las guerras, los tratados, las traiciones, las
pestilencias, las pasiones desbordadas y la condición inexorable de la vida
humana, un segmento entre dos puntos: nacido el año tal y muerto el año cual.
La Iglesia instituida por Jesucristo y prolongación de las
predicaciones apostólicas pudo ser de inspiración divina, pero la rigen hombres
pecadores como todos los demás.
De una manera u otra se han cumplido estos acertijos
alegóricos que guardan una misteriosa equipolencia con el lugar de nacimiento y
la idiosincrasia de cada personaje que ciñó sobre sus sienes la tiara.
Por ejemplo, ahora
cumple la hora de labore Solis (los trabajos del sol), leyenda que corresponde
a la casilla del papa reinante, el polaco Wojtyla. Ya solamente quedan dos
papas: ramo de olivo y Petrus romanus. Este último pudiera ser un papa ruso.
Hay autores
escépticos (otros las refutan sin contemplaciones como un amasijo de patrañas o
de inspirados romancillos de cordel) con respecto a esta lista otorgada por un
monje irlandés, profeso primero en la orden de San Dunstan y que luego tomó el
hábito cisterciense, San Malaquías (Armagh, 1094, Claraval,1138), fue
canonizado y su fiesta se celebra el 2 de Noviembre. Se llamaba Imhar O´Hagan,
y, como su nombre gaélico sonaba a algo así como Maelmedoch o Macnamannon, lo latinizó, y
quiso llamarse Malaquías. Conviene no confundirlo con el profeta hebreo.
Ordenado presbítero por San Celso, ingresó en el convento fortaleza de Lismore,
uno de los parajes más bellos y misteriosos del sur de Irlanda donde se guarda
el rath o rota céltica. Allí fue instruido por San Malco. Pasó después a regir
la abadía más antigua de Irlanda, la de Bangor, consagrada en 555 por san
Patricio y que llegó a contar con una población monástica de más de tres mil
hombres y mujeres, antes de ser arrasada por los vikingos. En 1124 fue elevado
a la silla de Connor, y después de la muerte de San Celso, su maestro y mentor,
se le consagró arzobispo de Armagh en el
Ulster.
Hay autores esotéricos (no van descaminados) que ven en las
manifestaciones de profetismo en todas las épocas, pero con un arraigo mayor,
si cabe, durante la La Lucha de las Investiduras. Esta época en la que se forjó
la noción de Occidente no fue otra cosa que un plante del monacato contra el
papado. Era la pugna eterna por conseguir la verdadera Ecclessia, la de la Caridad, la del
Paráclito, la de los santos, que choca en linea recta con esa otra de los
canónes, el consenso, la jerarquía. El espíritu contra la carne lidiando sobre
el pavés, y el Amor Divino, suplantado por una panda de ministros indignos, que
se alza contra las corruptelas de la Curia. Nada menos que Claraval y Cluny
versus Roma.
La cuerda se rompió por el lado más débil. Los monjes
fundamentalistas al albur de un anhelo de vida perfecta y una defensa del
cristianismo contra el islam perdieron el duelo, pero aquí quedan estos trenos
elegíacos compuestos por un místico o por un poeta. Pudieran parecer las
monsergas de un perdedor, pero no. Son los vaticinios de un vidente que dirige
directamente su admonición contra todos aquellos que llevaron en su dedo anular
la sortija del Pescador.
Claraval representaba la vehemencia, la claridad y la
audacia sublime de un verdadero discípulo del Galileo. Quizás fuera el propio
fundador de los cistercienses y templarios el que inspiró esas sentencias. Roma
ni las proscribió, ni las sancionó. Se
dejó querer, llevada por su instinto de no remar jamás contra corriente, ni de
enfurecer a las mayorías como hace siempre. El constantinismo esquilmó aquel
primer instinto rebelde que tuvo en sus orígenes. Es más: en momentos críticos
se prevalió de ellas para refrendar sobre esa premisa el sólido argumento de la
fundación divina de la institución. Y Roma locuta, causa finita.
Hay otras profecías más temibles. Fueron las del último
maestre del Temple, Jacques de Molay, poco antes de ser chamuscado en la
Bastilla el año 1314, anatematizando contra la Casa de los Borbones y contra el
solio romano, a los que tasaba como agentes de Satanás y comisarios del
anticristo. Pero esos apóstrofes nunca verán la luna ni el sol. han sido
enterrados adrede.
Lo que sí han llegado hasta nosotros son unas supuestas
profecías templarias que se conoce con
el nombre de Prémol. Se trata de un
electuario de 113 versículos- uno más que las leyendas malaquianas - a lo largo
de los cuales se hace crónica de la lucha entre Miguel y el Dragón y la
aparición sobre los cielos de Jerusalén de una paloma negra que en el pico
porte una cruz volcada. Habrá un terremoto enorme en la Ciudad Santa. La
división de la cristiandad en dos bandos producirá tensiones y asperezas, pero
sobre todo mucha confusión entre los pedisecuos del Crucificado. Se secará la
flor de lis, pero renacerá. El sitial de Pedro vacante, su verdadero sucesor
huirá al desierto. Habrá dos reinos. El de los adoradores del Arca Santa y los
del Becerro de Oro. El suplantador o anticristo tendrá tanta fuerza que su
mirada fascinará a los hombres. Su aliento lo abrasará todo. Anunciáse un
tiempo consumista y derrochador, al final del cual sobrevendrán hambrunas,
derrumbes, cataclismos, guerras múltiples. Su mirada fascinará a los hombres y
su aliento lo abrasará todo.¿Por ventura no alude el “Prémol” a la cibernética?
En todo caso, parece un símil atrayente.
Estos anuncios les son atribuídos al importante eclesiástico
ajusticiado y que fue una de las primeras víctimas de la Inquisición, pero el
texto puede que sea apócrifo.
Si alguna vez llegan a descubrirse las actas del pontificado
de Clemente V y de otros legajos perdidos en la Biblioteca Vaticana pudieran
seguirse las causas que determinaron la conspiración de Felipe Hermoso y del
Vicario de Cristo contra un instituto religioso que fue el puntal ideológico,
teológico y místico de Occidente. Mucho se sabrá el día del Juicio...
Era el primado de
Armagh amigo de San Bernardo al que fue a visitar varias veces en sus
frecuentes viajes a Roma. Se cree que una de sus estancias en la Ciudad Eterna,
pontificando Inocencio II, alarmado por las corruptelas, desacatos y crímenes
de la curia, y guiando su pluma de monje en el amor de la Iglesia, escribió sus
famosas profecías siguiendo el procedimiento de los abraxas gnósticos sobre
cada uno de los papas que restaban hasta la conclusión de los siglos.
Son menos alegóricas
y más exactas que las de Nostradamus. De regreso a Irlanda, volvió a recalar en
Borgoña donde San Bernardo le dio una escolta de más de cien frailes para que
llevasen a cabo la reforma monástica en las Islas Británicas.
Transcurridos algunos años, y después de haber modificado
las iglesias fundadas por San Patricio que, organizadas en clanes, guardaban
algo de la tradición druida, intentó “romanizarlas” introduciendo en ellas la
constitución jerárquica y haciendo que en cada monasterio se aceptase el canon
latino, en vez del gaélico. Luego el virtuoso arzobispo se puso de nuevo de
camino hacia Roma. Nunca más alcanzaría aquel objetivo, ni volvería a Irlanda,
para contemplar las praderas de la Verde Erín, ni a ver nunca los acantilados
de Tipperary. Hay tanto en la personalidad como en la obra de este MacNamon que
alcanzó los altares todo el aura de un personaje mitológico de las leyendas
artúricas.
Nos legó sus discutibles y discutidos cómputos para que
leamos entre líneas.
Al llegar a Claraval
cayó enfermo y murió el 2 de noviembre
de 1148 en los brazos de San Bernardo, que fue el primero que dio
noticia de San Malaquías en una biografía sobre la figura del eminente
arzobispo irlandés, en la que glosa sólo de pasada estos dotes de videncia que
había tenido su amigo británico. El Cister tiene por lo tanto bastante que ver
con la difusión de los predicamentos augurales. Las sentencias están empapadas
de ese espíritu esotérico-gnóstico, impronta que impregna la regla templaria y
cisterciense. Todo arranca de la voluntad de reforma de esta Orden, así como el
deseo admonitorio del que hace gala Bernardo de Claraval a lo largo de toda su
obra contra las exacciones y abusos del pontificios. Él se caracterizó por ser
en su día apologista del papado, al tiempo que se erige en detractor de la
institución, poniendo toda la dialéctica de la que era capaz a contribución,
contra los abusos y demasías del cargo, según reflejan sus cartas a Pascual II,
del que había sido maestro, y a Eugenio III que lo sucedió. Fue el Padre de la
Trapa el que puso en circulación por todo el Oeste de que, si el pontificado
era en su origen de calidad divina, los que ciñeran la tiara debían
considerarse como “siervos de los siervos”. Esa sería la mejor fórmula de
vasallaje al mejor caudillo: Cristo Jesús.
A lo que se ve al juzgar la historia de los papas, no le
hicieron mucho caso a aquel abad iluminado de Claraval.
Conviene tener en cuenta esa idea de la tutoría del Cister
sobre la Silla Apostólica, pero hay que reparar en otra: las profecías
malaquíanas afloran en el Ulster, un lugar de enfrentamiento entre cristianos,
por causa quizá de los pecados y prevaricaciones y demasías de uno y otro
bando, para comprender, como si dijésemos, lo que está ocurriendo en nuestros
días. Quizás lo que esté en juego no sea el fin de los tiempos sino el inicio
del milenio igualitario, o comienzo del reinado de Jesucristo, bajo la férula
del Espíritu Santo, habiendo asumido su finiquito la Iglesia jerárquica. El
mundo se está volviendo cada más transparente. Sin embargo, la caridad tarda.
Tanta debió de ser la fama de santidad de este justo
sacerdote y arzobispo que Malaquías fue elevado a los altares por aclamación
popular, cuando no habían pasado ni siquiera medio siglo de su muerte, en 1189.
Antes, a los santos los proclamaba el pueblo. El clero no hacía sino recoger
ese sentimiento de la veneración popular, refrendarlo y luego el obispo
inscribía al varón o a la mujer en cuestión en el catálogo de los
bienaventurados.
Los vaticinios cubren el período que va desde el conclave de
1143 cuando sale designado Celestino II hasta la parusía o segunda venida. En
honor de este pontífice se conoce estos textos bajo el nombre de Cartas del
papa Celestino.
Este tipo de alegorías,
registradas gráficamente en los códices iluminados, becerros y
cartularios medievales y en la amplia iconografía del románico con sus alusiones a monstruos y a
grifos, serpientes, esfinges y animales de diversa morfología, va con la
mentalidad de aquella época, donde, al igual que en todas, hay una obsesión
perenne por el Apocalipsis. Bien puede decirse que el autor es hijo de su
siglo.
La mayor parte de los
bautizados se creen que la “hora cimera” está al caer, que ellos son los
últimos. De esa creencia están trascendidos las epístolas de San Pablo, los
escritos de San Jerónimo, de San Agustín, las cuartetas de Nostradamus, los
enmarañados textos de Beckett y Kafka. La cosa llega hasta las peregrinaciones
a Lourdes y a Fátima. Como dice Feijoo, la avidez por lo misterioso y
paranormal, consecuencia de la curiosidad y del deseo de poder o el ascendiente
sobre los demás, innato en la mayor parte de los mortales que sienten el
acicate lisonjero de la vanagloria y el deseo de ser tenidos en cuenta, es una de las miserias y grandezas de la
humana condición.
¿Cuándo se abrirá el Séptimo Sello? Todos los hombres de
todas las edades enfrentados con la perspectiva ineluctable de su fin inminente
han pensado que su generación es la última, pero el sol sigue saliendo, la vida
continúa su curso. El género humano se aferra a sus malas inclinaciones.
Progresa en lo material. Incluso puede alcanzar un grado de perversidad, como
demuestra el florilegio de conflictos armados que jalonan el siglo XX, mayor,
pero moralmente no mejora. ¿Cuándo sucederá todo eso?, preguntaban a Jesús sus
discípulos. Materia reservada. No quiso satisfacer la morbosa curiosidad de sus
discípulos, que eran hombres sencillos del campo y a los que el contacto con la
naturaleza y la brega de la mar habían hecho supersticiosos. Él contestó con
evasivas: que sólo el Padre que está en los cielos sabe el día y la hora, pero
les dio como garantía el signo de la
higuera (cuando veáis el tallo tierno y le hayan crecido las hojas, os consta
que está próxima el fruto), y dijo que se levantarán falsos profetas. No les
creáis. Vendrán anticristos. No les hagáis mucho caso. Si os dicen que vive en
las montañas, no vayáis, y que si está en las simas, tampoco.
Puede que la liberalización de la mujer, sancionada por el propio
Vaticano, tenga que ver con esa rebelión de la bestia a la que aluden todas las
alegorías de los Novísimos. La higuera madura, las conmociones orogénicas, los
cambios de postura sideral y de las conjunciones de los astros, el hambre, las
guerras, la presura y la angustia de las gentes, la inversión de los valores
concebidos, como la homosexualidad, la violación de menores y los ataques
contra la mujer, así como el poco aviso que éstas tienen de la fidelidad a su
esposo, las palizas, los insultos, los llantos, las recriminaciones y ese “ lo
hago porque me apetece” y el “¿tú qué me das?” que suena como una descarga
eléctrica en los hogares destrozados, esos pueden ser las señales, porque una
sociedad dada al vicio de la fornicación porta consigo el germen que la
destruye interiormente. Así cayeron las
máximas civilizaciones. Es por lo que Roma, Atenas y Babilonia se vinieron
abajo.
Hay, aparte de la apostasía de las masas, un fenómenos del
cual hay que hacer responsables a los propios sacerdotes y obispos, que sólo
transmiten tibieza y ansia de poder, otro signo más reconocible de que se
acerca el final: la falta de amor. Nuestro Redentor reparaba en esa merma como
síntoma: “se enfriará la caridad”. En
consecuencia, el mundo, creado por el amor, corre el riesgo de desintegrarse a
causa del odio. Hoy el odio reconcentrado y enemigo de la religión cristiana
tiene más fuerza que en ninguna otra tesitura del pasado.
Saltan por todos
lados razones válidas para pensar que se acerca el tiempo, habida cuenta que
son la ración diaria que ceba el monstruo de la actualidad, que estos anticipos
se están produciendo, pero aquí la cantinela de siempre se hace obvia: ¿ en
otros tiempos pasados no sucedió lo mismo? ¿No es la cronología tanto interna
como externa en la vida individual y colectiva de los seres humanos un perpetuo trauma, un grito de dolor y de
desengaño? ¿Cuándo el hombre aprenderá?
Las profecías vieron la luz gracias a un benedictino
flamenco, el P. Arnaldo de Wion, que a pedimiento de su abad las recopila en su obra Lignum vitae en 1595, diciendo que
habían sido redactadas por San Malaquías
obispo de Armagh, y que él perfunctoriamente las había transcrito, mas haciendo
gracia a sus lectores de dar el nombre del autor, o de la fuente de donde las
tomara, con lo que deja un argumento válido a los detractores de estas
retahílas que las suponen fabricación a
cargo de un conclavista.
En todo caso, el olvido del pendolista poco aplicado o falto
de memoria resulta sospechoso. Sin embargo, si vamos por ahí, vendríamos a
parar a la conclusión de que en el rastreo de las fuentes de la Escritura nos
topamos con esas mismas lagunas. De los evangelios sinópticos también lo
desconocemos todo.
Otros sostienen que es un apócrifo redactado por un jesuita
muy bien documentado. Este lapsus ha dado lugar a no pocas conjeturas sobre su
supuesta veracidad. ¿Una fabricación jesuítica coincidiendo con la supresión de
esas Orden por un breve de Clemente XIV? ¿Pero si esa derogación tuvo lugar dos
siglos más tarde? ¿Fueron las profecías malaquianas un invento de los jesuitas
en verdad? Ellos nacieron precisamente bajo los auspicios de un vasco agresivo
con la primera finalidad de ser guardias de seguridad del papado. La Compañía
de Jesús se sitúa en las antípodas de los templarios, que siempre se mostraron
recelosos y precavidos ante Roma.
No tendría sentido ese argumento, toda vez que fueron los
Hijos de San Ignacio los que introdujeron el Cuarto Voto de obediencia ciega al
jerarca romano.
Ese era otro de los
móviles que pusieron a aquel cojo de Azpeitia camino de la Ciudad de las Siete
Colinas. También fracasó. El reino de Cristo no es de este mundo, pero los
jesuitas, quizás con uno de los mejores propósitos ignacianos, quisieron
fundarlo aquí y ahora, de tejas abajo. Ese es uno de los grandes dramas: un
mesianismo sucedáneo y no muy fiable. Dios se plantea las cosas de distinta
manera. Parece que caza a los hombres con reclamo.
De las 112 leyendas o epígrafes que componen el texto, 110
se han cumplido ya, por lo que el actual pontífice, Juan Pablo II, sería el
penúltimo, a no ser que su designación acaecida en 1978, a la muerte del papa
Luciani, en circunstancias de misterio, no hubiera sido válida, con lo que su
nombre se uniría al nutrido cómputo de antipapas o usurpadores del solio ( ha
habido casi tantos papas como antipapas). Pero la fumada blanca por la que
salió limpiamente al menos en apariencias nombrado el polaco Wojtyla tuvo todos
los visos de legal, aunque decir esto no es óbice para admitir que el Cardenal
de Cracovia fuera el candidato que apoyaban los norteamericanos. Habían corrido
bulos por Roma que estaba a sueldo de la CIA, lo que es ya de por sí bastante
de suponer, pero en los augurios del siglo XII se da la lista tanto de los
antipapas ilegales como la de los papas jurídicos, y el número de aquéllos
sería bastante nutrido a medida que se acerca el final. No hay pues de qué escandalizarse. Esto ha
sido moneda corriente en los dares y tomares del Vaticano.
Estos, cábalas aparte, serían los nombres de la lista
publicada por el citado fraile holandés, P Wion:
1. -“EX CASTRO TIBERIS”(del castillo del Tíber) Celestino
II(1143-1144) nació en el castillo de
Santa Felicitas, junto al río de Roma, en la ciudad de Castello, de donde le
viene el mote.
2. - “INIMICUS EXPULSUS”(enemigo arrojado). Lucio II
(1144-1145) era denominado cicciaenemici o arroja enemigos. Pero murió él mismo
a mano airada y fue despuesto en el transcurso de un motín que hubo en Roma,
donde Arnaldo de Brescia quería echar a los papas y establecer por su propia
cuenta y al estilo de Florencia y de Venecia
allí una república. Su título peyorativo alude a esa circunstancia,
aunque no queda claro si el expulso fue el eclesiástico o el conde Arnaldo de
Brescia.
3. - “EX MAGNITUDINE MONTIS (de la grandeza del monte).
Eugenio III (1145-53) nació en Monte Magno. Se llamaba Bernardo de Pisa y era
abad cisterciense del monasterio de San Vicente, cuando fue llamado a suceder a
Lucio II, que había muerto asesinado por la plebe. Tras ser elegido, pasó varias
temporadas en París, buscando el consejo de su padre espiritual, San Bernardo,
quien a su vez le escribe varias cartas en su obra De Consideratione que ha
llegado hasta nosotros. Para restablecer el orden buscó los apoyos de Federico
Barbirroja. Partidario de la huida hacia adelante y para deshacer el clima de
enfrentamientos entre cristianos mandó al Abad de Claraval, su mentor
espiritual y maestro que predicase la Segunda Cruzada.
4. - “ABBAS SUBURRANUS” (Abad de Suburra), Anastasio IV (1153-54) fue deán de Suburra, barrio de
Roma. Protegió a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que fueron
perseguidos al fracasar la Cruzada, y aprobó las constituciones de los
Templarios. En algunas antologías viene con el nombre de Conrado IV.
5. - “DE RURE ALBO”(del campo blanco) Adriano IV(1154-59),el
único papa inglés, varón doctísimo y lleno de energía, nacido en Langley, cerca
de St. Albans, que viene del latín (albo o blanco) y fue obispo de esta misma
ciudad del sur de Gran Bretaña. Se llamaba Nicolás Breakspeare o Shakespeare.
Había sido monje cisterciense, y era de una incorruptibilidad tal que consintió
que su madre pidiese limosna como una mendiga a las puertas de la catedral de
Cantorbery antes que ser acusado de malversar los dineros de San Pedro.
6. - “EX TETRO CARCERE” (desde la cárcel tétrica) Victor
IV(1159-64) (antipapa) fue cardenal de San Nicolás in Cárcere. Nacido en Roma
en 1095, a la muerte del papa Shakespeare, Octaviano Frascati que había
recibido el capelo cardenalicio de Inocencio II se negó a aceptar la autoridad
de Alejandro III, que era el legitimo, y se hizo coronar por dos cardenales.
Murió aborrecido y en la pobreza.
7. - “DE VÍA TRANSTIBERINA” (de la calle del otro lado del
Tíber) CALIXTO III (?) que fue también antipapa y había sido cardenal de Santa
María in Transtevere. Murió aceptando la autoridad del papa legítimo.
8. - “DE PANONIA TUSCIAE (llega de la Hungría etrusca)
PASCUAL III electo en 1164. Guido de Cremá era de origen húngaro y ocupó la
silla de Etruria. Es otro antipapa cuya muerte se registra en 1164.
9. - EX ANSERE CUSTODE (ganso gendarme)ALEJANDRO III
(1159-81) era de la familia de los “Papperoni” que en italiano significa ánsar,
oca, y en su escudo heráldico se muestra un ganso capitolino. Convocó el
concilio de Letrán en el que se aprobó el estatuto de que para la elección del
conclave bastaba con la mitad más uno para elegir al candidato vencedor.
10. - LUX IN OSTIO (luz a la puerta) LUCIO III(1144-45),
obispo de Ostia.
11. - SUS IN CRIBO (puerco en el harnero) Urbano III
(1185-87). Alberto Crivelli era de
Milán, fungió como arcediano de Bourges y de la catedral de Milán. Sus
diferencias con Federico Barbirroja hicieron fracasar los intentos por
reconquistar Jerusalén. Murió de pesar cuando le llegó la noticia funesta:
Saladino había ocupado la Ciudad Santa.
Portaba en su escudo de armas un cerdo y una criba. Una de las interpretaciones a la jerga críptica
de las profecías pudiera ser que las cribas y los harneros se fabricaban, lo
mismo que gran parte de los aperos de labranza en la alta edad media, con piel
porcina.
12. - ENSIS LAURENTII (espada de San Lorenzo) Gregorio VIII(
1187) fue cardenal de San Lorenzo y desplegaba una espada en su espada. Murió
al poco de su elección.
13. -DE SCHOLA EXIET (saldrá del colegio) Clemente
III(1187-91) era de la familia de los “Scholari”. No confundirle con otro
Clemente III antipapa que había muerto 91 años atrás.
14. -DE RURE BOVENSI (del campo de los bueyes) Celestino
III (1191-98) procedía de la familia
Bobo (los toros). El símbolo del toro de cuernos ensortijados se repite en el
mundo románico.
15. -COMES SIGNATUS (conde señalado) INOCENCIO III
(1198-1216) Nacido en el seno de la familia Segni, representa una de las cimas
del papado medieval. Protegió a San Francisco, y excomulgó a Juan Sin Tierra,
el autor del “Doomsday Book”, tazmía o libro de diezmos que codifica las
libertades por primera vez en Inglaterra, a causa de sus diferencias con la
Iglesia. Pero Inocencio III fundó la
inquisición (marran, ojo, por tanto los que consideran a esta institución como
algo del ser de la España, y mienten los que dicen que su fin primordial eran
los judíos; no señor, se instituyó como política de tierra quemada contra los
heterodoxos de Provenza) y ordenó la Cruzada contra los cátaros que
desembocaría en una sangrienta persecución. Su crueldad contradice el calibre
de su persona, su talla moral y el peso intelectual. Este papa, hijo también de
su época, se comportaba, con arreglo a la mentalidad de aquel tiempo, como un
señor de horca y cuchillo en sus territorios. No era ni mejor ni peor que
cualquier monarca medieval. Auspició la reforma del monacato aprobando las Ordenes
Mendicantes. En latín comes quiere decir conde.
CANONICUS DE LATERE (canónigo lateranense) Honorio III
(1216-27). Cencio Signelli continuó la obra incoada por su predecesor. Aprobó
la doctrina de las indulgencias. Su sigla puede venir por haber ocupado el
cargo de arcediano en Santa María la Mayor y en San Juan de Letrán.
17. - AVIS OSTIENSIS (Ave de Ostia) Gregorio IX (1227-41).
En su escudo comparece un aguila. Había
sido cardenal de Ostia.
18. -LEO SABINUS (león de Sabina)CelestinoIV(1241) tenía un león
en su escudo y había sido obispo de Sabina. Pontificó dieciséis días.
19. - COMES LAURENTIUS (conde de Lorenzo) Inocencio IV
(1243-54) conde de Lavagna y cardenal de San Lorenzo en Lucina.
20. -SIGNUM OSTIENSE (señal de Ostia) Alejandro IV
(1254-1261) también de los condes de Segni y cardenal de Ostia.
21. - JERUSALÉN CAMPANIAE (de la campiña de Jerusalén)
Urbano IV(1261-1264) había nacido en Campania y fue patriarca de Jerusalén.
22. - DRACO DEPRESSUS(vencido del dragón) Clemente IV
(1265-1268) en su insignia episcopal lucía a un aguila aprehendiendo a un
dragón con las garras.
23. - ANGUINUS VIR (el varón que domó a la hidra) Gregorio X
(1271-1276) fue el primero que sancionó la disciplina del conclave. Su apodo lo
toma de los símbolos de su familia ducal milanesa, que mostraba a un hombre que
destrozaba a una sierpe.
24. - CONCIONATOR GALLUS (el gallo orador) Inocencio
V(1276). Sólo reinó medio año. Muerto en junio de 1276, después de haber sido
entronizado en febrero, era de la Orden de Predicadores, o Concionadores, y se distinguió por el poderío de su
verbo oratorio.
25. -BONUS COMES (buen conde) Adriano V (1276). Fue uno de
los pontificados más efímeros, junto con el de Juan Pablo I, ya que estuvo sólo
en el solio tres semanas, ostentaba el titulo de conde de Lavania.
26. - PISCATOR TUSCUS (pescador toscano) Juan XXI(1276-1277)
era de origen portugués. La leyenda se le debe a que fue arzobispo de
Toscana y, de origen humilde, sus padres eran pescadores en Lisboa, se llamaba
Pedro como el primero de los apóstoles. En realidad, ocupaba el puesto número
vigésimo entre los papas que se llamaron Juan, pero Juan XX había sido antipapa
a la muerte de Adriano V, y él quiso saltar el escalafón.
27. - ROSA COMPOSITA (rosa apretada) Nicolás III (1277-1280)
muy afecto a beneficiar a su familia y a practicar el nepotismo, que fue la
tónica general durante estos siglos en que la Iglesia de Roma venía regida por
un comité de unas cinco o seis familias en numerus claussus. hubo excepciones
gloriosas a la regla, como Adriano IV
que permitió que su madre pidiera limosna a la puerta de la catedral de
Cantorbery. Pero lo corriente era encontrarse con nepotistas y corruptos. La
rosa densa fue divisa heráldica de Nicolás III, dando origen a la famosa rosa
de oro de los papas. Acerca de este tema escribió un cuento maravilloso
Leopoldo Alas Clarín.
28. - EX TELONIO
LILIACA MARTINI ( Del fielato de San
Martín) Martín IV (1281-1285) era francés. Excomulgó a los habitantes de
Palermo por haber perpetrado la matanza de las “Víspera sicilianas”. Había sido
recaudador en Tours, la diócesis de San Martín.
29. - EX ROSA LEONINA
(rosa leonina). Una rosa porta en su escudo dos leones sumisos, Honorio IV
(1285-1287)padecía de gota, y casi no se podía mover.
30. - PICUS INTER ESCAS
(un grifo que devora) Nicolás IV (1288-1292). Estaba lleno de fervor
religioso y convocó a la cristiandad a la última cruzada para recuperar Tierra
Santa. Por dos veces renunció a su elección.
31. - EX EREMO CELSUS (excelso del desierto) Celestino V 1294.
Había sido eremita antes de ser elegido y no pudo ocupar el solio pontificio
más que seis meses, abdicando el 13 de diciembre de 1294 por motivos de salud.
32. - EX UNDARUM BENEDICTIONE (bendición de las olas)
Bonifacio VIII,(1294-1303) Benedicto Cayetano era su nombre de pila y puso en
su escudo un unda maris. Fue un papa belicoso. La pugna con Felipe el Hermoso
llenó todo su pontificado. La oposición entre trono y altar y la injerencia de
los príncipes cristianos va a desembocar en el Cisma de Aviñón.
33.- CONCIONATOR PATAREUS (predicador apolíneo)
Benedicto XI (1303-1304) murió
envenenado. Era dominico y de esta circunstancia deriva el apelativo de
concionador; había corrido la voz entre la curia que se sentía dominado por el
vicio nefando.
34. - DE FESSIS AQUITANIAE (de las fajas de Aquitania)
Clemente V (1305-1314) era de origen francés, como reza su epígrafe. Resultó
elegido y proclamado en Burdeos a presencia de Felipe el Hermoso. Instaló la
corte en Aviñón en marzo de 1309 y convocó un concilio en Viena al año
siguiente para juzgar a los templarios, acusados de corrupción y de acumular
grandes riquezas. Mandó quemar en la hoguera de la Ile de la Cité el 14 de
marzo de 1314 al general de la Orden de
los Templarios, Jacobo de Molay. Era el
Gran Maestre, el que portaba el ábaco, con una dignidad comparable a la del
papa en las comunidades gnósticos. Acaso su sapiencia estorbaba.
Se le acusaba de superchería, pero el auto quizás fuera por
envidia y por avaricia, que suele ser roña de
cortes y de convento. La condena formulada sobre el cadalso por el
Clavero del Temple surtió efecto. Se acentuaron los males de la Iglesia y de
Clemente V al que la iconografía representa como un joven imberbe se dijo que
practicaba el vicio nefando y murió si confesión mientras hacía el amor con un
efebo. Sin embargo, y, aunque aunque no puede extraerse lo uno de lo otro, es
patente que los grandes pecados cometidos por los ministros de la Iglesia, más
que la lujuria o las inclinaciones perversas los amamantó la soberbia, que es
pecado del alma. Éste a veces es uno de los pecados que nunca se perdonan. Va
contra el Paráclito.
35. - DE SUTORE OSSEO (zapatero oseo) Juan XXII, 1316-1334.
Su padre era zapatero y se apellidaba Ossa. Tuvo que verselas con otro antipapa
que reinaba en Roma bajo el nombre de Nicolás V, al cual metió en un calabozo y
torturó en el castillo de Aviñón. El cinco de abril de 1327, Viernes Santo,
durante los oficios celebrados por el mismo Juan XXII, en Santa Clara de
Aviñón, el poeta Petrarca conoció a su amada Laura, a la que, según referencias
nunca llegó a conocer maritalmente. Moriría ese mismo día, de la peste, veinte
años después. Las estancias que en honor de la rubia más espléndida de toda la
literatura la han inmortalizado. No la volvió a ver más, pero aquel mirar
luminoso quedó para siempre esculpido en su memoria. Sin ese petrarquismo
idealizador de belleza no se concibe la veneración que se dispensa, como
apéndice de todas las grandezas femeninas encerradas en la maternidad, el amor divino
y el profano y la lisonja del deseo, a la Virgen María. Por ella suspiran los
desterrados, los hijos de Eva. ¿Qué es la religión sin arte y sin adoración
mistérica? El destierro de Aviñón entre
otras cosas reportó un beneficio al mundo católico: ese resplandor, esa
filocalía, ese culto a la belleza y al
arte por el arte del que carecen otras confesiones. El espíritu de los
trovadores provenzales empapó a la Iglesia.¿Qué importan nuestros pecados? Es
la fe en Cristo lo que transforma en grandeza la pequeñez del ser humano.
Culturalmente, el exilio de Aviñón no pudo ser más positivo. San Francisco de Asís era otro Petrarca a lo
divino. Se desposó con su amante la Pobreza. Venía también de esa corriente
provenzal, cátara, tan importante en el seno del catolicismo. Aunque al decir
esto quizás nos estemos moviendo en un plano excesivamente alegórico, pero todo
lo grande que es capaz de concebir y emprender el hombre está en su cabeza.
Nuestros apólogos nos llevan a las estrellas. Quizá el Evangelio sea la mejor
alegoría jamás escrita.
36. - CORVUS SCHISMATICUS (cuervo cismático). En efecto se
refería sorprendentemente al usurpador, el ya mentado Nicolás V. Había nacido
en Corbaro. La profecía había dado en el clavo. La fecha es paralela a la de su
rival, el papa legítimo. Por eso no se cita.
37. - FRIGIDUS ABBAS (el abad del hielo) que reinó con el
nombre de Benedicto XII (1334-1342) introdujo reformas en las ordenes
religiosas, y fue un hombre austero de vida santa.
38. - DE ROSA ATHREBATENSI (rosa de Bretaña) Clemente
VI(1342-1352) había sido obispo de esa zona celta de las Galias, en Limosín.
Favoreció a los franceses y fue un prelado muy discutido.
39.-DE MONTIBUS PANMACHII (montañas de Panmaquio)Inocencio
VI (1352-1362) también pontifica dos lustros justos como su antecesor. La corte
de Aviñón se convierte en punto de encuentro de sabios y de artistas. En su
enseña pontifical lucían los seis montes de Panmaco. Era oriundo de allá
4o. - GALLUS VICECOMES (vizconde galo) Urbano V (1362-1370)
francés de nación y vizconde, murió santamente.
41. - NOVUS DE VIRGINE FORTI (retoño de la virgen fuerte)
Gregorio XI (1371-1378) otro bretón que a ruegos de Santa Catalina de Siena, la
virgen fuerte, retornó con su curia a Roma. Un cuadro de la época en que aparece el prelado con su tiara
y subido en una mula inmortaliza el instante. Aquí expresamente el augurio fue
cumplimentado con creces. Catalina de Siena dedicó su vida religiosa a rogar
por esa causa: el retorno de los papas a Roma.
42.- DE CRUCE APOSTOLICA ( lleva la cruz apostólica)
Clemente VII hubo de verselas con otros usurpadores como Urbano VI, mientras se
desencadenaba otro cisma que duró
cuarenta años. He ahí el símbolo bien trovado de la cruz apostólica. La confusión
fue grande. Murió en Aviñón.
43.- LUNA COSMEDINA ( luna de Cosmedin) Benedicto XIII, 1394
o Papa Luna, al que la historia conmemora por su famosa frase de “estar en sus
trece” fue un papa español, al que se consideró antipapa. Murió en el castillo
de los Borja en Valencia. Y en sus “trece” creyendo que él era la legalidad
vigente. Estos fueron los años
turbulentos del Gran Cisma de Occidente, que no se resuelve hasta la elección
en el Concilio de Basilea de Martín V.
44.- SCHISMA BARCHINONIUM (cisma barcelonés) Clemente
VIII(1424) Otro antipapa catalán, que al igual que la mayor parte de los de la
lista, correspondiente al primer y segundo tercio del siglo XIV, llega marcado
con la tarja de lo peyorativo. Fue canónigo de la catedral de Barcelona.
45.- DE INFERNO PRAEGNANTI ( impregnado de infierno) Urbano
VI nació en un barrio de Nápoles que se llamaba el Infierno, y Praegnati era su
apellido.
46.- CUBUS DE MIXTIONE (cubo de mezcla) Bonifacio IX, otro
papa del cisma. En su guión había cubos blancos y negros contraverados.
47.- DE MELIORE SIDERE ( de mejor estrella) Inocencio VII
(1404-1406) su apellido era Mejorado y en su escudo lucía una estrella.
48.- NAUTA DE PONTE NIGRO ( navegante de puente negro)
Gregorio XII (1406- 1407) nacido en Venecia de la que sería patriarca, al igual
que Juan XXIII, al que las profecías designan también con el calificativo de
“pastor et nauta”. Fue comendador de una iglesia de Pontenigro.
49.- FLAGELLUM SOLIS ( flagelo del sol) Alejandro V
(1409-1410) antipapa. Había un sol en su escudo.
50.- CERVUS SIRENAE ( el ciervo hijo de la sirenita) Juan
XXIII, antipapa (1410-1415) era cardenal de la iglesia de San Eustaquio al que
se le representa por un ciervo y una trompa de caza, y había nacido en Nápoles,
por otro nombre mitológico “ Partenope”, que en griego equivale a sirena. San
Eustaquio es uno de los catorce santos intercesores. Toda la cinegética
universal invoca protección de este
simpático patrón de los cazadores.
51.- COLUMNA VELI
AUREI ( columna del velo de oro)Martín V (1417-31) que se llamaba Otón
Colona fue el candidato del compromiso surgido en el concilio de Constanza tras
la abdicación de Gregorio XII y acto seguido a la deposición de Juan XXIII y
Benedicto XIII. Era un simple minorista.
Tuvo que ser ordenado en tres días de diácono, presbítero, y obispo antes de
ser coronado papa. Había en su escudo sobre una columna y había nacido en
Valbro, (velum aureum).
52.- LUPA CELESTINA ( loba celeste) Eugenio IV (1431-1447)
perteneció a una grupo de canónigos llamados los celestinos y había nacido en
Siena que esgrime una loba ¿la de Gubio? por estandarte. pero también fue
obispo de Lena, una topografía con nombre ambivalente, que quiere decir
“seductora” o “ celestina”. Otra interpretación a la que aluden de pasada los
cronistas es que Gabriel Condumeri, que pasaba por sobrino del destronado
Gregorio XII, no era sino su máncer. De
carácter emprendedor reunió a en Florencia a setenta obispos griegos los cuales
firmaron un documento de adhesión a Roma, y envió una delegación a Armenia y
Georgia. Tenía una personalidad muy persuasiva, a eso se debe esta primera
aproximación entre los hermanos separados, pero lo desbarataron los Sforza y
los Colonna, dos de las seis grandes familias que han mandado en el Vaticano,
envidiosos de su triunfo. Fue depuesto por estas poderosas familias, que
nombraron a un papa más de su gusto, Félix V (un antipapa).
53.- AMATOR CRUCIS (
amante de la cruz) Félix V(1447) tenía en
su escudo una cruz, y por nombre de pila ostentaba el de Amadeo de
Saboya. Reinó al mismo tiempo que el precedente. Eugenio IV lo envió a un
monasterio en el Lago Leman. A pesar de que no hubiese sido elegido de forma
legal, las apostillas malaquíanas, que se ocupan tanto de los papas como de los
antipapas, lo incluyen en la lista, y con un nombre sugerente, a lo que se ve.
54.- DE MODICITATE LUNAE ( modestia de la luna) Nicolás V(
1447 -1455) provenía de Sarzana, que era Selene o luna, y sus orígenes eran
modestos.
55.- BOS PASCENS ( buey que pace) Calixto III (1455-1458)
español de Játiva, se llamaba Alfonso Borja y en su escudo aparece un buey
paciendo en la ribera. San Vicente Ferrer le anunció que sería papa. Dejó
inmensa fortuna de 115.000 monedas de oro, nada menos, a sus sobrinos. Uno de
los cuales se convertiría en Alejandro VI.
56.- DE CAPRA ET ALBERGO ( de la cabra y el albergue) Pio
II. Eneas Piccolomini( 1458-1464) fue
secretario de los cardenales Capra y Albergo.
Publicó libros de poesía y de historia. Por mecenas lo tuvieron los escritores y pintores renacentistas.
57.- DE CERVO ET LEONE ( león y ciervo) Paulo II, 1464-1471,
provenía de Venecia cuyo lema municipal es el León de San Marcos, y se
apellidaba Cervatti.
58.- PISCATOR MINORITA ( predicador minorista) Francisco
della Rovere, Sixto IV (1471-1484) el constructor de la Capilla Sixtina, con todo
su lujo sobrecogedor, era precisamente un fraile menor, y su padre era
pescador. Casi parece una contradicción in terminis. Son esos frescos tan
sobrecogedores de Miguel Ángel los que acaban de ser restaurados por el obispo
pontificante, Su Santidad Juan Pablo II en diciembre de 1999.
59.- PRAECURSOR SICILIAE ( precursor siciliano) Inocencio
VIII (1484-1492) se llamaba Juan Bautista Cibo y era hijo del rey de Sicilia.
Luchó contra el turco. Su ejército tomó rehén a un hijo del sultán y como canje
propuso el rescate del prisionero por la lanza con que fue traspasado el
costado de Cristo. El culto a las reliquias cobró más realce.
60.- BOS ALBANUS ( buey blanco) Alejandro VI, un papa Borja,
y por tanto de origen español
(1492-1503) creó una corte pontificia magnífica y llena de escandalos.
Debe su leyenda también a la heráldica y porque había sido comendador de la iglesia
de Albano. El toro era un distintivo de
los duques de Gandía. Calixto III, el
otro papa Borgia, entra en la lista como “bos pascens”. Su figura ha sido
esgrimida como chivo expiatorio de los males de la institución de la Iglesia
secular, pero acaso exageren un poco. Un hijo suyo que murió peleando contra
los españoles está enterrado en Pamplona, y ha sido venerado por algunos
exaltados del carlismo este hijo natural del papa como un verdadero santo. Pero
su padre no era un santo. Era un hombre como todos nosotros. Alejandro VI
quizás, más que un chivo expiatorio, debiera de ser un ejemplo donde
escarmentar nuestras aberraciones tontas.
61.- DE PARVO HOMINE ( un hombrecito) Pío III (1503) se
llamaba Picolomini, que quiere decir chiquito, y era de corta estatura y no llegó a pontificar
ni medio año. Pudo morir envenenado. Este es el tiempo de la lucha por el poder
entre los Borja y los Medicci.
62.- FRUCTUS IOVIS IUVABIT ( le ayudará la semilla de
Júpiter) Julio II (1503-1513) protector de Maquiavelo, y hombre muy apasionado,
que no se cansó de hacer la guerra contra unos y contra otros durante su
pontificado. En su escudo campea una encina, que es el árbol de Júpiter. Fue el
epítome de papa “descreído” del Renacimiento. La leyenda que se le asigna a
este señor de la guerra le cuadra que ni pintiparada.
63.- DE CRATICULA POLITIANA ( la parrilla policiana) León X
( 1513-1521) hijo de Lorenzo de Medici. La parrilla es el símbolo de San
Lorenzo y fue discípulo de Policiano.
64.- LEO FLORENTINUS ( león de Florencia) Adriano VI, que
reinó entre los años 1522 y 1523, era natural de Florencia, y su lábaro era un
león rampante.
65.- FLOS PIALEA AEGRI ( flor de pelota enferma) Clemente
VII, 1523- 1534, de salud valetudinaria. Su campo de azures mostraba bolas o
pelotas, y la flor de lis que aparece en los retratos de los Medicis. No se
sabe en realidad el sentido oscuro de esta frase. ¿Que quiere decir flor
convaleciente?
66.- HYACINTHUS MEDICORUM ( jacinto de los médicos) Paulo
III, 1534-1549, de la familia de los Medicis, un lirio en su escudo familiar.
También fue cura de la iglesia de San Cosme y San Damián, santos patronos de la
medicina.
67.- DE CORONA MONTANA ( corona montañesa) Julio
III(1550-1555). Hay coronas en el escudo de armas de la familia Montana de la que salió.
68.- FRUMENTUM FLOCCIDUM ( trigo lacio) Marcelo II, (1555)
pontificó sólo tres semanas , pudo morir a consecuencia de las hierbas. Entre
el séquito doméstico de los prelados solía ser institución la figura de un
copero o pincerna que cataba los vinos y alimentos del amo. De muerte por
envenenamiento se dieron no pocos casos. Se conoce que a Marcelo no le dio
tiempo, o que había contratado los servicios de un camarero de poca confianza.
69.- DE FIDE PETRI ( fe de San Pedro) Paulo IV (1555-1559)
quiso reformar la Iglesia, pero se enfrentó al fuerte grupo de judaizantes que
dominaban el Palacio de Letrán, sólo tuvo disgustos por esto. Sus enemigos
execraron su tumba y abominaron de su memoria. Se llamaba Pedro Caraffa y murió
santamente, seguramente envenenado aunque al morir perdonaba a sus enemigos. A pesar de su virtud heroica
y de lo que hizo por la defensa de la soberanía de la Santa Sede frente a las
manipulaciones francesas ( es uno de los pocos papas que amaba a los españoles)
nunca fue canonizado. Sin embargo, el lema que lo encarta parece muy de
propósito. En la lauda de su sepultura se podía leer un epitafio asqueroso y
muy poco digno de un pontífice, si no lo han borrado:
Hic jacet Caraffa, superis invisus et imis;styx animam,
tellus putre cadaver habet (estos son los despojos del Caraffa, odioso a lo que
está arriba y lo de debajo; dio su alma al infierno y el cuerpo se sostiene en
el polvo de este cadáver).
70.- AESCULAPI PHARMACUM ( farmacéutico de Esculapio) Pío IV
era un experto botánico. Pontificó desde 1559 a 1565.
71.- ANGELUS NEMOROSUS ( ángel de los collados nemorosos)
San Pío V (1566-1572) se llamaba Miguel Angel y nació en Boschi, ciudad de los
Bosques en italiano. Fue elevado a los altares. Es autor de la famosa misa que
lleva su nombre y del catecismo que todos oíamos o aprendíamos hasta que vino
la debacle. Formó la liga naval contra el Turco
a los que vencieron los españoles en Lepanto. Ha sido uno de los nombres
que mejor han honrado, con su inocencia de vida, la Silla de San Pedro. Le
cuadra el apelativo de ángel de los susurros.
72.- MEDIUM CORPUS PILARUM ( medio cuerpo de bolas) Gregorio
XIII (1572-1585) tenía en su escudo un medio cuerpo de dragón y tres bolas o
boceles en cada uno de los cuarteles.
73.- AXIS IN MEDIO AETATIS SIGNI ( eje en medio del signo)
Sixto V (1585- 1590) en cuyo escudo hay un león atravesado. Era un fraile menor
en un convento de Ancona. Un día vino a visitarle un médico extraño cirujano y
le dijo al Hermano Perreti arrodillandose ante él:
-Vos seréis papa.
-No puede ser. Soy simplemente el hermano portero de este
monasterio.¿Quién sois vos?
-Me llaman Miguel de Nostradamus, pero mi nombre es Salomón.
La profecía del famoso autor de las cuartetas se cumplió en
la persona de aquel humilde fraile menor que subió al trono de los papas con el
nombre de Sixto V. En sus cinco años de pontificado se produjo la gran
transición o trauma de la catolicidad asolada por las guerras de los Países
Bajos. En el Imperio de los Austrias se estaba ya poniendo el sol.
74.- DE RORE COELI (rocío del cielo) Urbano VII, 1590, sólo
fue papa trece días, pues se marchitó cual rocío del cielo, y ni siquiera llegó
a ser entronizado.
75.- EX ANTIQUA URBE (de la ciudad antigua) Gregorio XIV
(1590-1591) venía de Milán, la ciudad más vieja de Italia.
76.- PIA CIVITAS IN BELLO (piadosa ciudad en guerra),
Inocencio IX, 1591, originario de Bolonia que pasa por se una ciudad piadosa y
docta, pero siempre bajo el espectro de las banderías belicosas entre güelfos y
gibelinos de su pasado. Tampoco perduró mucho este pontífice.
77.- CRUX ROMULEA ( la cruz romúlea) Clemente VIII
(1592-1605)llevaba un cruz en forma de romúlea o flor violácea de tres brazos,
como la de Calatrava. A partir de entonces la portaron como pectoral todos los
papas.
78.- UNDOSUS VIR ( varón sudoroso) León XI, 1605, falleció
en el altar, precisamente cuando estaba siendo coronado papa. Empezó a sudar en
verdaderas olas y luego se quedó frío como un témpano. La pulmonía acabó con
este hombre robusto de cuarenta años.
Fue arrebatado por la muerte como
una ola que el mar engulle. Un inglés diría: “He died on the job”.
79.- GENS PERVERSA ( gente mala) Paulo V(1605- 1621) se
llamaba Camilo Burghesio y era de Siena, promulgó la inviolabilidad del derecho
de asilo en las iglesias, pero su pontificado estuvo sometido al escándalo de
un supuesto hijo, que había tenido en su juventud, y al que nunca reconoció.
80.- IN TRIBULATIONE PACIS ( paz en la tribulación) Gregorio
XV (1621-1623) se llamaba Luis de Bolonia, fue un humanista que aumentó los
fondos de la biblioteca vaticana. De inclinaciones bondadosas y amante de los
libros, tuvo un pontificado pacífico.
81.- LILLIUM ET ROSA ( el lirio y la rosa) Urbano
VIII(1623-1644) florentino, la ciudad de la rosa y el lirio. Era un papa
inclinado a la flor de lis, y a favor de Francia, en los diferendos seculares
que tuvieron los reyes de España y Francia por el Rosellón y la Cerdeña, el
Milasenado y, sobre todo, Flandes. Coétaneo de Felipe IV, nunca favoreció a los
españoles. “ Mella dabit gallis, hispanis spicula figet” ( dio arrope a los
franceses, y a los españoles les clavó la navaja).
82.- JUCUNDITAS CRUCIS ( alegre está la cruz) Inocencio X
(1644-1655) proclamó la fiesta de la Exaltación de la cruz y condenó el
jansenismo. Esta secta fundada en Francia por Jansenio predicaba que Cristo
vino sólo a salvar a los escogidos y que los demás no se ocupa. Como no están
en gracia de Dios, son préditos, no se
salvan. Esta creencia, algo antipática y fría, tuvo mucho peso específico , en
la espiritualidad decadente de aquellos días. Del jansenismo al jesuitismo hay
un solo paso. Son la resultante de una concepción fría y utilitaria de lo que
Jesús predicó. Late en ella un concepto farisaico de la vida, una doble vida y
una doble pauta. El mesianismo jesuítico y jansenista están relacionados con
las enseñanzas rabínicas sobre elegidos, circuncisos, primates, rangos,
estamentos, distingos y moradas. Se arrogaron un proyecto soteriológico que era
justo el contrario del que recomendó Nuestro Señor en sus divinas enseñanzas.
Por contra, Inocencio
X proclamó que la Redención es valedera para todos los hombres de cualquier
raza, condición, estado u origen. Dios no hace distingos con los ricos ni con
los pobres, con los buenos ni con los malos. Todos son sus hijos.
Se llamaba de nombre
de pila: Pánfilo. No le cuadra. ¿O sí? En griego “panfilos” significa el que
ama a todo el mundo, el que con todo se entusiasma.
83.- MONTIUM CUSTOS ( guardián del monte de la fe) Alejandro
VII (1655-1667). En su escudo de armas había la insignia de un monte celeste.
84.- SIDUS OLORUM ( el astro de los cisnes) Clemente IX
(1667-1669) nació en una ciudad al lado del río Stella y durante el conclave
ocupó la silla de los cisnes. Es el ave que representa la poesía y la pureza.
85.- DE FLUMINE MAGNO ( el gran río) Clemente X (1669-76) el
día que nació este prelado romano a orillas del Tíber, el río de Roma se
desbordó. Emilio Alterio, que era su nombre de pila y su apellido, fue salvado
por su nodriza que lo hizo flotar como a Moisés en una canastilla.
86.- BELLUA INSATIABILIS ( la bestia insaciable) Inocencio
XI (1576-89) de nombre Benedicto Odelasco, llevaba un dragón en su escudo papal
89.- POENITENCTIA GLORIOSSA (penitencia gloriosa) Alejandro
VIII (1689-91) de nombre Pedro Octovani, y elegido el seis de octubre, día de
San Bruno, su patrono, pues fue sacado de la cartuja para gobernar la Iglesia,
se significó en la lucha contra la secta de los galicanos. Favoreció a los
sobrinos con lo que incurrió en una de las lacras más habituales del papado en
aquellos tiempos: el nepotismo. El mejor escribano comete una borrón.
90.- DE BONA RELIGIONE ( acerca de la buena religión)
Inocencio XII, Antonio Pignatelli, arzobispo de Nápoles, elegido el 15 de julio
de 1691, fue caritativo con los pobres de Roma, donde era mucha la necesidad,
el crimen y el latrocinio ( sólo días
antes del conclave se registraron casi doscientas muertes en la Vía Apia). Para
acabar con los malhechores dictó leyes muy severas. Erradicó el juego y la prostitución
de las calles. Prohibió que los clérigos llevasen pelucas, moda, muy corriente
por entonces, desarraigó el nepotismo, reformó monasterios, y obligó a los
predicadores a que observasen una conducta de vida austera, conforme a las
enseñanzas que predicaban, fundó hospicios y hospitales. Dejó de existir en
octubre de 1700. Un mes después en Madrid acababa sus horas Carlos II, postrero
de los Austrias. Concluía la Edad Moderna y empezaba la Contemporánea, que va a
significar, por contraste, una pérdida de la influencia eclesiástica con la secularización
y un auge, en contrapartida, del prestigio del obispo romano. El lema sería
“menos Cristo y más papado”. La institución empezaría a adolecer de una cierta
macrocefalia que perdura hasta nuestros días.
Fue un verdadero
practicante de la buena religión, según reza su divisa.
91.- MILES IN BELLO (soldado en la guerra) Clemente XI,
electo en diciembre de 1700, abre el catálogo de los papas del s. XVIII. Venía
de una noble familia de guerreros italianos, los Orsini, autorizó el culto a la
Inmaculada Concepción como arma contra los jansenistas. Abandonó este mundo el
día de San José de 1721, aunque esta creencia no sería proclamada dogma hasta
mucho más tarde.
92.- COLUMNATA EXCELSA (la columna excelsa) Inocencio XIII.
(1721-24) fue el impulsor de las reformas en la basílica de San Pedro. En su
reinado se construyó la famosa columnata de Bernini y mandó elevar un monolito
en la plaza de San Pedro, así como estatua suya labrada en piedra traída de
Egipto. Era la arquitectura su verdadera pasión. Quiso hacer del Vaticano un
Versalles.
93.- ANIMAL RURALE (animal campesino) Benedicto XIII
(1724-30) consta que padeció muchos trabajos durante su gestión papal. Al final
de sus días se sintió fracasado. Fue engañado por su secretario de Estado, el
cardenal Coscia.
94.- ROSA UMBRIAE (rosa de Umbría) Clemente XIII (1730-40)
fue un conciliador como su propio nombre indica. Rosa que exhala el perfume de
la concordia entre las espinas.
95.- URSUS VELOX ( oso veloz), pues era un plantígrado el
animal que luce su escudo heráldico, Clemente XIV(1740-58) fue un hombre amado
y odiado. Juan Vicente Ganganelli,
hombre caritativo y espíritu ilustrado que defendió el estudio de las
humanidades clásicas, firmó , sin embargo, el Breve de abolición de la Compañía
de Jesús. Muchos consideraban en aquel tiempo a los jesuitas agentes del Rey de
Francia. El P. Lorenzo Rizzi, que era a la sazón prepósito de la Orden, publicó
en el exilio unas profecías, abominando de su persona; en este libro se alude a
la aparición de un Duque Fuerte, cuya espada se blandirá desde Oriente a
Occidente, que restaurará los derechos de la Flor de Lis, protegerá a la Santa
Sede, y la rescatará de las garras de los judíos. Aniquilará el contubernio del
turco con el israelita. Sus presagios al leerlos en los días antecedentes al
segundo milenio inducen a recapacitar.
Fue el papa Clemente,
en abono del sobrehúsa que le asigna el catálogo malaquiano, un auténtico oso
veloz, dada la vehemencia de su carácter, en la lucha por todo aquello que
consideraba justo, y en la execración de la herejía. El arrojo de su
comportamiento, tachado de temeridad por sus enemigos, hicieron de su memoria
la de un papa discutido. Aparecieron letreros derogatorios y descalificaciones
en su tumba como ocurrió con la de Paulo IV, quien , por suerte o por
desgracia, mantuvo también a raya a los judíos. Clemente y Paulo son desde
entonces malquistos y la historiografía los coloca en la lista negra del
pontificado, al no ser del agrado de muchos.
Desde aquella vez, y, por un por si acaso, las alianzas
sionistas son muy precavidas en su
política para con la Flor de Lis, a la que tronzaron en el cadalso de la
Bastilla. En la Europa del XVIII los peores enemigos de los judíos eran los
Borbones. Acaso los recelos sigan latentes. Un hombre tan significado como
Benjamín Disraeli juró acabar un día con esa dinastía. Curiosamente, hogaño se
atisban pactos entre sendos enemigos, irreconciliables y sañudos, del pasado.
Esa es la fija y vivir para ver.
Sin embargo, las
profecías del P. Ricci constituyen junto con las de Santa Hildegarda de Bingen
y las de Malaquías de este glosario, que tratamos de explayar aquí y colocar en
perspectiva, un punto de referencia para indagar en lo porvenir. Acaban con una
advertencia conminatoria contra todos aquellos que hicieron traición a los
Borbones. Fueron publicadas en Polonia el año 1743 durante el pontificado
clementino. Catalina la Grande de Rusia fue la única monarca europea que acogió
a los Hijos de San Ignacio. Como agradecimiento, levantada la orden de
ostracismo que pesaba contra ellos, erigieron al volver a Roma el Colegio
Russicum para la formación de sacerdotes evangelizadores de Rusia. Sin embargo,
en ese país nunca han sido bien vistos los jesuitas.
96.- PEREGRINUS APOSTOLICUS (peregrino apostólico) Pío VI,
(1775-99). Juan Angel Branchi, pese a su nombre italiano, era nativo francés,
de Caen. Liberal y caritativo con los pobres pero pusilánime y complaciente a
los antojos del dictador, amaba el esplendor del culto divino, promotor de la
cultura, viajó por el norte de Italia y por el sur de Francia, donde estuvo
retenido prisionero por Napoleón. Un retruécano
que corría en boca del pueblo a la sazón refleja la situación de la
Iglesia peregrina y presa del temporal poder en aquellos momentos:
Pio VI per conservar la sede perde la fede, e Pio VII per
conservar la fede perde la sede.
Podría traducirse como el que por ir a Sevilla perdió la
silla y al revés.
Descansó en paz el 29
de agosto de 1799.
97.- AQUILA RAPAX ( aguila rapaz) Pío VII. El aguila
imperial de Napoleón arrebató su reinado. Fue despojado de los estados
pontificios. A la larga, esto redundó en pro de la institución, porque el papa
dejó, al perder sus posesiones, de ser un príncipe como los demás, para
transformarse en cabeza espiritual de los fieles. El “aguila napoleónica” es
utilizada como instrumento en los dedos de Dios para terminar con la caducidad
temporal que había sido piedra de escándalo a lo largo de muchos siglos. El
sucesor de Pedro quedó reducido a su pequeña finca del Vaticano.
Como buen
benedictino, era hombre de una gran paciencia. Gracias a ello, pudo soportar
las calumnias y el destierro.
Por prescripción del emperador, el conclave en el que sale
elegido Pío VII no pudo celebrarse en Roma sino en Venecia. La Santa Alianza
formada por austriacos, ingleses y rusos expulsó a los franceses de la Ciudad
Eterna, con gran alegría de las fuerzas imperiales. Firma al año siguiente de
su coronación en 1801 un concordato con el emperador. Bonaparte le hizo acudir
a Paris para proceder a su entronización, a lo cual humildemente accedió,
recibiendo a cambio de tal concesión sólo ingratitudes del francés. El
Emperador lo mandó recluir en el castillo de Santangelo prisionero en el propio
palacio. Fue su guardián el mariscal de campo, Radet. Hubo de comer este
pontífice el pan amargo del destierro.
Preso en las cárceles
de Saboya y Fontainebleau durante seis años, sus carceleros le impidieron
incluso que tuviese en su celda libros de misa y breviarios. En cambio, cuando
pedía algo de leer le subían a su celda todas las obras de Voltaire. Regresó a
Roma cuando Napoleón quedó destituido y enviado al ostracismo en la Isla de
Elba. Le pagaron al Corso con la misma moneda sus acreedores.
Pio VII restituido en
sus funciones, denuncia el concordato draconiano que había firmado con
Bonaparte al poco de ser elegido.
Pontificó hasta agosto de 1823. Uno de los actos más significativos de
su reinado fue revocar la orden de expulsión a los jesuitas dada por Clemente
XIV. Estos, como ya dijimos, se habían refugiado en Rusia y en Europa del Este.
99.- VIR RELIGIOSUS ( hombre religioso) a causa de su
incesante defensa de los valores espirituales frente al liberalismo León
XII(1823-1829). El cardenal Aníbal della Ganga, investido de la tiara, cuando
Italia era una guarida de conspiradores, puso en guardia a los católicos frente
a la indiferencia religiosa y las sociedades bíblicas de inspiración
protestante, aprobó la composición de la orden de los Oblatos de María, fundó
la obra de las misiones, y batalló contra la segregación practicada contra los
católicos romanos en Inglaterra, a los que se hostigaba y apartaba de los
cargos públicos desde los tiempos de Cromwell.
100.- DE BALNEIS ETRURIAE ( de los baños de Etruria). Pio
VIII (1829-30) era camandulense, una orden que nació en Balnes, otrora
denominado los baños de Etruria en la provincia italiana del mismo nombre.
Entró en el reposo de los justos en la noche del 30 de noviembre de 1830,
fiesta de San Andrés.
101.- CRUX DE CRUCE ( cruz de la cruz) Gregorio XIV
(1831-1846). El ateísmo causaba a la barca del Pescador innúmeros trabajos. El
fermento de los carbonarios y de las sociedades secretas hacía furor. Es por
esto que Gregorio, en el siglo por nombre Mauro, hubo de transigir en una doble
cruz.
102.-PAX ET AMICITIA ( paz y amistad) Pio IX (1848-1878).
Proclamó en 1854 dogma la Inmaculada Concepción de María. El 20 de septiembre
de 1870 a punta de bayoneta los soldados de Victor Manuel ocupan la capital
italiana. Ya no hay estados pontificios. El papa deja de ser un monarca
temporal para convertirse en cabeza visible y espiritual de la catolicidad.
Inaugura una nueva era. Los papas que antes eran mirados con recelo a partir de
ahora serán figuras llenas de prestigio. Su reinado, lo que refrenda el calado
político de esta figura, en medio de los carbonarios y los revolucionarios de
Garibaldi, y la masonería, fue un tiempo de paz, gracias a la intercesión de la
Virgen. Hay apariciones en Lourdes y en Lasalette. Y en Turín surge un pobre sacerdote que a la
larga habría de convertirse en uno de los santos mayores, San Juan Bosco,
fundador de los salesianos e introductor en el mundo de la devoción a María
Auxiliadora. Condenó el liberalismo en el “Syllabus” en que anatematiza a
ochenta libros que ridiculizaban la fe católica, puso en el catalogo de los santos a San Pedro
de Arbués, un sacerdote zaragozano que en el siglo XV fue asesinado al pie del
altar en la seo por haber predicado contra los judíos, y fue una de los grandes
baluartes de la fe. Murió a los ochenta y cinco, al cabo de treinta y dos de
pontificado. Está enterrado en el templo de San Lorenzo extra muros.
103.- LUMEN IN COELO (luz en el cielo) León XIII
(1878-1903). Iluminó la noche del mundo con la luz de sus encíclicas, sobre
todo la “ Rerum novarum”. Este docto aristócrata ocupa un trono de gloria entre
los grandes del pontificado moderno y de todos los tiempos. La Luz del cielo de
este conde elegante y refinado por nombre Pecci sigue iluminando al mundo.
104.- IGNIS ARDENS ( fuego ardiente) Pío X (1903-1922) lleno
del fuego divino se adscribe al brillante cupo de pontífices anteriores, cons
sus reformas litúrgicas y la devoción a la Eucaristía. Tuvo don de profecías.
En una ocasión tras una audiencia entró en éxtasis y al volver en sí estaba
sobrecogido por una visión que le pareció espantosa. No hacía sino
exclamar:”Oh, Dios mío, que no sea yo”. Como un fámulo se acercase a él para
inquirir cuál era el motivo de su turbación le contestó:
-El papa abandonará Roma y, al salir, tendrá que ir
sorteando los cadáveres de sus sacerdotes.
¿Hablaba en sentido real o traslaticio? ¿Pisaba verdaderos
cadáveres o lo que yacía a sus pies eran los cuerpos sin vida moral de unos
sacerdotes que administraban una fe vacía? Al abordar semejantes cuestiones
convendría armarse de fervor y de paciencia alegórica. Los enemigos de la fe
tratan de reducir la historia del cristianismo a la del papado que es de por sí
poco edificante, y más concretamente a un papa, el ahora reinante, que ha sido
el hombre del consenso. La precipitación del polaco Wojtyla puede haber cerrado
el negocio.
Es necesario ese
tercer ojo místico para intuir lo que viene. A Pío X le sobrecogía mucho más el
tormento moral que el físico. Muchas almas matará el anticristo. El mundo,
postergados los mártires y denostado el espíritu de penitencia y sacrificio, se
llenará de cadáveres ambulantes.
105.- RELIGIO DEPOPULATA ( la religión despoblada) Benedicto
XV(1914-1918). Sufrió mucho al ver cómo los cristianos europeos se mataban unos
a otros en la gran hecatombe de la Primera Gran Guerra, que tuvo un carácter
apocalíptico y la primera de otras dos conflagraciones mundiales que han de
seguirse.
106.- FIDES INTRÉPIDA ( la fe intrépida) Pio XI (1922-1939)
era un intelectual. Pasó la mayor parte de su vida entre libros y muy devoto de
Teresita del Niño Jesús a la que canonizó. Se alejó de Roma para no recibir a
Hitler, detestaba a Mussolini y nunca aprobó el fascismo. Quizá preveía que
eran estos males totalitarios la lacra que había que padecer la humanidad. ¿Y
qué es la economía global sino una ramificación más del fascismo con rostro
capitalista?
107.- PASTOR ANGELICUS ( pastor angélico) define a la
perfección el talante de Pio XII (1939-1958). Eugenio Pacelli de feliz memoria
fue el último de los grandes papas.
107.- PASTOR ET NAUTA ( pastor y navegante) Juan XXIII
(1958-1963) fue patriarca de Venecia, la ciudad en la laguna que flota sobre el
mar debajo de la estrella. Convocó el
Concilio Vaticano II.
108.- FLOS FLORUM (flor de las flores) Pablo VI (1963-1978)
ostentaba una flor de lis en su escudo papal. Continuó las grandes reformas
incoadas por su antecesor. Suprimió entre los ornamentos papales la tiara, la
silla gestatoria y el flabelo o abanico grande de plumas de avestruz, símbolos
pontificios desde tiempo inmemorial. Al final de sus días se mostraba
compungido- bajo la cúpula de Bernini yo mismo le vi gemir a este insigne
italiano de gestos aristócratas- por la transformación revolucionaria o la
incorrecta interpretación de las normas del Vaticano II por él aprobadas. Como
si a Juan Bautista Montini le abrumase un sentido de culpa.
109.-DE MODICITATE LUNAE ( parvedad de la luna) Juan Pablo
I(1978), el papa Luciani, que también había sido cardenal de Venecia, sólo
pontificó un mes. Murió en extrañas circunstancias. Se le diagnosticó un ataque
al corazón. Le llamaban el “papa de la sonrisa”. Sus obras están recogidas en
un opúsculo de profundo calado teológico y de sentido moderno que se titula
Ilustrisimos señores, en la que demuestra su habilidad literaria. Fue un hombre
de la transición.
110.- DE LABORE SOLIS ( de los trabajos del sol) Juan Pablo
II (1978-?). Personalidad avasalladora
la de este polaco que con su lumbre parece eclipsar a las demás constelaciones
que se han sentado bajo la estrella en el solio del Pecador. Ha dado varias
veces la vuelta al mundo en sus peregrinaciones y visitado la mayor parte de
las naciones. Indiscutible pero inmiscuido. La Iglesia es él. Un pontífice de
gran prestigio cuando se enfría la caridad y se apaga la fe.
111.- DE GLORIA OLIVAE ( la gloria del olivo) (?) Será el papa de la reconciliación, pero
arrostrará persecuciones.
112.- PETRUS ROMANUS. Con éste, punto y final. Hemos llegado
al último de la lista. Se acabó. Después empezará un tiempo nuevo que puede ser
la parusía o el principio del fin de la Iglesia como entidad jerárquica. Con Pedro Romano se cerrará el círculo. Hay
creencias fidedignas que aseguran que Pedro Romano será un papa ruso, porque
Rusia ha conservado las veras esencias del cristianismo. El texto de Malaquías
es inequívoco: Durante el pontificado de este último papa y al cabo de muchas
persecuciones, se producirá la segunda venida de Cristo Juez. Vendrá como un
relámpago.
Hasta aquí el texto del las profecías del santo obispo de
Armagh.
Cabe preguntar si la destrucción de Roma, la ciudad de las
siete colinas, que aparece en conmixtión con la hidra de siete cabezas de la
cual habla el apocalipsis supondrá el término de la religión instaurada por Jesús
o un episodio más en la historia de la salvación. Las profecías de san
Malaquías no son materia de fe, sino de la libre opinión. Ha habido autores que
la aplauden. Otros la impugnan.
Las divisas con que están clasificados los papas unas son
exactas, otras, imprecisas o equívocas y otras vagas, porque recurren al tema
tan aleatorio de las insignias heráldicas, pero a medida que se avecina el
comienzo del siglo XX, en las postrimerías de la institución eclesial,
demuestran precisión notable y sobrecogedora acuidad. Así lo demuestra el
arcipreste de la catedral de Menorca, Rafael Pijoan, que escribe a fines de la
pasada centuria. Sin embargo, para el francés F. Menestrier, autor que publica
un tratado en 1690 condenandolas suenan a bulo. Sin embargo, a la vista del
catálogo, pocos dudarán que el profeta que las compuso afinó lo suyo. Hay un
paralelismo sorprendente entre lo que se vaticinó y lo que sucedió. A otros les
parece estrambótica esta correlación.
El P. Del Corral en su obra, que adolece de un cierto
tremendismo catastrofista El fin del mundo está cerca encuentra atinadísima la
leyenda que describe como “oso veloz” a Clemente XIV, el cual firmó el breve
que en julio de 1773 disuelve la Compañía de Jesús. Pero muestra su prejuicio
de parte. Fue un varapalo a los Hijos de San Ignacio que habían recabado
demasiado poder dentro del estamento eclesial, ya que llegaron a ser un
auténtico estado dentro del estado, y una Iglesia paralela. Al prepósito o
general de los jesuitas se le suele denominar “El papa negro”.
Fue una decisión
polémica, desde luego, pero no hay que pasar por alto la realidad pura y dura:
los jesuitas con su altanería y con su sentido de guardias de corps del
pontificado se habían convertido en una fuerza temible. Desde su fundación en
1554 se habían hecho con gran parte del poder, odiaban a los frailes, y no
practicaron nunca eso que se llamaba la simplicidad evangélica. Pusieron en
práctica la táctica maquiavélica de que el fin justifica los medios. Una de sus
armas, y ellos mismos nunca lo niegan, es la hipocresía. Despertaban el recelo
tanto dentro de la Iglesia como fuera de la misma. Agrupados en torno a la
persona del prepósito o general con residencia en Roma, y de una gran
preparación intelectual, que no les exime del cuarto voto, de obediencia de
cadáver al papa, los que profesan en la Compañía saben que entran a formar
parte en una especie de quinta columna de abanderados, donde el fin justifica
los medios, el individuo per se es algo poco importante, sólo parte del
engranaje, y donde la razón viene a mandar sobre el corazón. Los jesuitas con
sus depuradas técnicas de selección de sus candidatos, el riguroso noviciado
donde pueden ser sometidos a toda suerte de pruebas psicológicas, para tratar
de curtir su carácter, apelan más a la importancia que tiene la institución que
defienden, la nave eclesial, que a los fines para los que fue fundada. En
Ignacio de Loyola se nos muestra de mayor rango - luego insistiría sobre el
asunto el filosofo moderno Marcusse- el procedimiento que la esencia, o, dicho
de otra manera, el mensaje es el medio. Surgieron para combatir a Lutero y en
esa empecinada lucha contra la herejía echaron toda la carne en el asador,
aunque, para recabar su objetivo, tuvieran que poner a contribución artilugios
de una concepción de esa retórica maquiavélica que los embebece, muy lejos de
la sencillez de Belén. Por esto, puede que tuvieran su hora.
El epígrafe de “ oso rápido”, a juicio de estos estamentos
jesuíticos, son una garantía de la ajustada interpretación en su prognosis de
la videncia. Agregan además que a raíz de firmar aquel breve Ganganelli, que así se llamaba en el mundo el
acérrimo detractor de la Compañía de Jesús, se volvió loco. No dejaba de
repetir: “Estoy condenado, mi morada es el infierno”. A nosotros nos parece que
exagera la nota. Clemente XIV siguió el dictamen de su conciencia y cumplió
simplemente su papel en los aciagos tiempos anteriores a la revolución
francesa. No se puede del todo exonerar a este instituto de parte de la culpa.
Sin embargo, a Pio XII le cuadra a pleno el calificativo de
pastor angélico, según Hugo Wast, el escritor argentino que reiteradamente se
ha ocupado en sus novelas “666" y “Sexto sello” de tales asuntos. Es más,
en 1936, cuando faltaban tres años todavía para el conclave en que saldría
designado Eugenio Pacelli, adelantó que este extraordinario prelado italiano de
augustos gestos sería el sucesor de Pío XI, el “ fides intrépida”, al cual le
va también el epíteto que resume su personalidad y obra. Fue el instaurador de
la Propaganda Fide y envió misioneros a todo el mundo, incluso Rusia. De ella vendrá la salvación. El príncipe
cristiano que salve a la Iglesia puede ser un heredero del espíritu del zar
martirizado en Ekaterimburgo.
En las denominaciones más lejanas a nosotros sobre los
diversos papas, hay una mayor imprecisión, porque las referencias a los escudos
de armas son vagas. El Nuevo Testamento se expresa, no obstante, en este estilo
de circunloquios y de ambages oscuros. Su lenguaje entreverado de parábolas se
presta a exegesis varias. La revelación ha requerido siempre masoretas, y la
palabra de Dios tiene que ser interpretada. Atinar de una forma tan certera
teniendo en cuenta la distancia del espacio, tiempo e innata condición de los
purpurados que eligen al sucesor de San Pedro suena a obra de inspiración
divina. Antes de 1378, cuando es nombrado Urbano VI, cualquier católico
bautizado, aunque no tuviera ni siquiera la tonsura era apto para suceder a San
Pedro. Más adelante, con Adriano VI (1523) se restringió el cupo. Los electores
no eran ya sólo los cardenales de toda la cristiandad, sino que tenían que ser
italianos. Pero esa fórmula la obvian en
el Sacro Colegio Cardenalicio los electores en el conclave de 1978 en que fue
elegido un polaco. Había que haberse remontado varios siglos hacia atrás para
encontrar a un papa extranjero.
Las Potencias europeas presionaron la designación de un
hombre de su confianza en Clemente XIV, como ya hemos visto. Napoleón maniobró
incansable para que saliera del conclave
un francés. Sin ser profeta, en vida de Pablo VI, el escritor británico Bruce
Marshall, dijo que después mandaría en la Iglesia un holandés. Marró por muy
poca distancia geográfica: el elegido vendría de Katowice, al otro lado del
Vístula. Por lo mismo, ahora en los corrillos se abunda en la creencia de que
el sucesor de Wojtyla ha de ser un papa del Este, para desandar el camino
andado. Es “vox populi” que el actual pontífice, fautor de la caída del Muro de
Berlín, cuyo décimo aniversario se cumple en este días de noviembre de 1999,
cuando aderezo estas líneas, fue el candidato impuesto en el conclave por los
sectores sionistas. Audaz y sin contemporizaciones, después de aprobar la
Teología del Holocausto, ha hecho a lo largo de su pontificado una
escalofriante aproximación a los judíos, y parece imbuido de una portentosa
energía que lo convierte en una lider político de primera fila. Y tanto; los
sectores integristas lo consideran como el papa de la ruptura con la tradición
secular. Una de las señales precursoras del fin sería precisamente la
conversión del pueblo judío. Y algo de eso está ocurriendo dentro del vértigo
del año dos mil, pero el hecho no disipa las dudas. Se ha enfriado la fe. Los poderosos medios audiovisuales proyectan
un programa de vida que no es cristiano, sino anticristiano, y algunos hablan
ya sin embozos del comienzo de una era postcristiana.
¿Quién estaba en posesión de la verdad: Jesús maniatado y
manso cordero eccehomo y de espinas coronados sobre las baldosas del Lithostros,
o el Sanedrín vociferante y lleno de furia? El optimismo y la alacridad con que
encara el futuro Juan Pablo II ( hoy se encuentra en Georgia para saludar al
judío Chevernadze, ex canciller de Gorbachovy otro arquitecto del derrumbe de
la Unión Soviética) contrasta con el gemido de sus predecesores. Pio XII que
escribía en la encíclica Divini
Redemptoris:
Por primera vez en la Historia asistimos a una lucha
fríamente calculada y prolijamente preparada por el hombre contra todo lo que
es divino.
Y Pablo VI, desengañado por las reformas y por la extorsión
de las nomas del II Concilio, movía la cabeza el 24 de octubre de 1965 en su
alocución el Día del Domund:
Los peligros que amenazan a la paz hacen pensar que el
momento de Dios está cerca. Ha entrado en la Iglesia el humo de Satanás.
Decía un filosofo griego que la mentira dista de la verdad
el trecho que va desde los ojos a las orejas. La virtud y el vicio caminan al
son. En toda obra humana todo anda revuelto y mixturado. No son compartimentos
estancos, ni realidades inextricables. Así sucede también en la Iglesia, por
ser obra de hombres. La guía el Espíritu Santo con sus soplos, pero a veces
sobre la misma caña de la rueda que marca el rumbo los timoneles se duermen. De
todos los pecados que nos cercan el peor es el de la soberbia. Cuando se pone a
Dios de pretexto para satisfacer nuestro propio ego y descalificar o
anatematizar contra el prójimo.
El deseo de profetizar y hurgar en las conciencias de los
demás y en el futuro puede interpretarse como propio de la vanidad del ser
humano, o ese prurito morboso o inclinación que sentimos todos por los
maravilloso o lo que se sale de lo ordinario. Al meter la mano en el avispero
nos sentimos eje de atenciones. De ahí el dicho corriente de alguien con aficiones
a la brujería o a la videncia: “éste tiene poderes”.
Sin embargo, el aliento profético es una de las
comunicaciones más señaladas de la sabiduría de Dios que abarca el plano del
presente, el pasado y el futuro, y que, en ocasiones extraordinarias, comunica
a sus predilectos. No se trata de algo humano sino que es un acto divino.
Existen ahí unas inclinaciones escatológicas innegables. El hombre inerme quiere saber cuál va a ser
su porvenir.
Los detractores de este pronunciamiento catastrófico, en el cual
el señor intima a un pobre monje irlandés, peregrino a Roma y que se siente
decepcionado por el ambiente de corrupción y de miseria, lo que ha de ocurrir,
y esboza esas impresiones iluminadas en un papel en forma de motetes o
apotegmas, que barajan palabras de animales,
como el famoso “sus in cribo”(el cerdo en el harnero) y que se ha
interpretado por la explicación peregrina de que las cribas utilizaban de
cedazo para cerner el cereal una tira de piel de cerdo. Pero el cerdo durante la Edad Media era la efigie del
demonio y del pecado de lujuria. El
pontificado en cuestión fue uno de los más atribulados que se conocen. Es la
primera y última vez que se utiliza al puerco como metáfora.
San Bernardo - y éste es otro reparo que aducen los
impugnadores de estos textos- fue el biógrafo oficial de San Malaquías. Pero,
al escribir su vida, nada nos dice de
que arzobispo de Armagh, al que vio morir y administró sus sacramentos, hubiese
puesto en solfa sus visiones sobre el porvenir. Al menos, ninguna noticia
aporta de esa peculiaridad del monje gaélico, al que asesora tantas veces, y
que era su íntimo amigo. Eso sí; dice de él que” gozaba del don de penetración
de conciencias y que estaba imbuido de espíritu profético”.
Las profecías fueron sacadas a la luz por un fraile benito,
el P. Wion en fecha muy tardía, 1595. No dijo dónde las encontró. Probablemente
en los archivos de un convento de los Países Bajos. No deja de causar extrañeza
tanto sigilo.
Un jesuita francés, el pimpinela escarlata de los católicos
ingleses en tiempos de Jacobo I, que vivió en York, cuando arreciaban vientos
de persecución contra los adeptos a Roma a cargo de los anglicanos, Cornelio A.
Lapide, confirma la validez de las profecías, el año 1623. Su punto de apoyo
más fuerte son las razones aportadas por San Vicente Ferrer hacia 1410 que
sustancialmente decía lo mismo que el santo irlandés. Lapide se aventura a
computar el tiempo exacto en que ocurriría la vuelta del Redentor y el Juicio
Universal. Calculando que faltaban 32 papas adicionales a los 238 que había
habido desde el Pescador, y a una media de doce años, la Parusía sucederá el
2007, esto es al comienzo del sexto milenio de la creación del mundo. El número
total de la lista desde Pedro I hasta Pedro II sería de 270 tacados de púrpura
y armiño e investidos con la triple cruz y la triple corona.
El razonamiento no deja de ser paradójico, por más que
débil. El P. Lapide, como todos los católicos ingleses de su feligresía,
llevaba una existencia de catacumbas. Cae en la misma trampa que Pablo en su
epístola a los Romanos, que creía inminente el regreso del Rabí. Ha de
advertirse que ese clima de expectación mesiánica, característica de las tres
religiones monoteístas, es la que las mantiene en pie, con ese animo de
esperanza y como volcados hacia el futuro. Sólo San Pedro parece atinar cuando
explica que un día de Dios equivale a miles y cientos de los hombres. Jesús fue
taxativo al respecto. Pertenece esa cuestión a los arcanos de Dios Padre. Ni
los propios ángeles saben la fecha exacta.
En la cumplimiento de esa palabra se basa sin embargo toda
la escatología. A ella se alude en frases poéticas henchidas de ambivalencia,
contraseñas sugerentes como “sidus olorum”, estrella de los cisnes, el “lirio y
la rosa”. Un jacinto es la divisa de la casa de Borbón, y una rosa el
salvoconducto de esa estirpe de reyes no coronados que son los Rothschild.
Rosas rojas, escudos rojos. El mundo desde Lord Beaconsfield, alias Benjamían
Disraeli, el creador del Imperio Británico, les está sumiso. ¿Será esta Casa de
Banqueros y dinastas la que según las profecías que nos ocupan y del propio
apocalipsis los que sacarán a la Religión de sus casillas?
La rosa blanca
estalla en las banderas del Duque de York pero en la Casa de Lancaster se alza una rosa roja. El cisne es
el emblema de la poesía. “Cisne de Avon” llamaban a Shakespeare y “cisne de
Mantua” a Virgilio, “ cisne de Cambrai “ a Fenelon, y así sucesivamente. Clemente IX por su altas cualidades para la
poesía resulta el “cisne de los papas. Según la antigüedad clásica, el alma de
los bienaventurados no descendía a las aguas negras del Leteo, el río del
infierno, sino que las vadeaba transformada en un cisne. La vida terrenal y la
vida futura siguen las pautas de una perenne metamorfosis. Sin embargo la
Teología de la Resurrección es creencia romana anterior a Cristo. Algunos de
los grandes papas renacentistas, aunque pecadores, tienen por libro de
referencia a las Metamorfosis de Ovidio. Dentro de ese contexto, el cisne con
su blancura, el Ave Fénix y el pelícano entran en el cupo de ánades con una
simbología esotérica del pájaro místico. Las tres especies- al Fénix no lo
hemos visto- con sus plumajes blancos son un anticipo del alba, indumento de
predestinación, y de la que han de vestirse los seguidores del Cordero.
Al final de los tiempos, a decir del Venerable Holzhauser,
exégeta del Apocalipsis, la Iglesia
Romana pasará la prueba del fuego con la ordalía de un papa apóstata, que se
someta a los dictámenes y antojos del Rey Inicuo. Esto pudo cumplirse con
Napoleón que despojó Pío VII de sus estados y lo hizo prisionero en el
castillos de Santángelo, pero los hechos demostraron que la Iglesia desposeída
de su poder temporal y transformada en un reino espiritual ganó el envite. No fue esa la ocasión, sino el prólogo de lo
que habría de suceder o sucede ahora mismo. El enviado del maligno está por
llegar. Colocará un lacayo suyo en el trono de San Pedro. Esto es: la bestia
será un antipapa que actuará como emisario del antecristo.
El P. Corral cree que aparecería tras el pontificado de
Pablo VI. Es obvio que, a la hora de escribir estas líneas que tienes lector
entre tus manos, sólo se pueden barajar dos nombres. Son dos Juan Pablos. El
uno falleció y el otro vive e impera, heraldo del rey que lleva los designios
universales, y que recorre una y otra vez el planeta, asistido de una extraña
fuerza que le comunica un vigor físico, a prueba de enfermedades y atentados,
impropio para un anciano.
Enseguida se alza la duda acerca de su epígrafe. ¿Será el que
está sujeto al casalicio de los “ trabajos del sol”, o, por el contrario, será
el “medio creciente lunar “ predicho por Malaquías? No por casualidad, la luna,
signo nefasto, y símbolo del pueblo hebreo que organiza sus calendario a partir
de sus ciclos, que es astro de luz refleja, ha lucido en los guiones de
aquellos trancos históricos en los cuales la Iglesia estuvo sumida en tinieblas
o sujeta a los poderes terrenales. El satélite de la tierra gobierna las etapas
más conflictivas de la historia humana: guerras, cismas, pestilencias,
herejías, y demás. Por contra, el sol se levanta como sino de la paz y la
fecundidad. Cristo nació bajo el signo de Augusto, que entre los emperadores
romanos brilla como el sol invicto.
Benedicto XIII, el antipapa Luna está marcado en la lista
con la divisa de “luna cosmedina”( luna del comedio). Nicolás V aparece como
“de modicitate lunae” ( cuarto menguante) que parece aludir al antipapa Félix
V, por lo que dice Rafael Pijoán, el arcipreste de Menorca, autoridad moderna en
los pronunciamientos malaquianos, que el sello “de medietate lunae” augura
tiempos de sufrimientos: una invasión de las huestes de la Media Luna sobre
Roma, que ya se está produciendo con la guerra de Kosovo y los atentados
sanguinarios en Moscú y otras ciudades rusas que han desencadenado en
contrapartida una ofensiva contra Chechenia a cargo de las autoridades del
Kremlin. Se da el caso de que el pontífice imperante en 1999 no ha dicho ni
media palabra acerca del ataque sarraceno contra Kosovo y Metopia, viejo
baluarte de la cristiandad, y parece que se reserva el papel de árbitro de
todas las religiones. Es la conclusión que hay que deducir de la gran reunión
de Asís. ¿Enviado del Señor o comunicante con la Providencia soberana o
impostor?
Bernardino de Bustis en sus “Revelaciones” concluye:
“Un poderoso rey del
Cristianismo que vendrá antes del Anticristo se pondrá en pugna con la Iglesia
Romana, a la cual ocasionará tribulaciones, cuyo papa no será el verdadero sino
el encubierto, feudatario de ese rey (¿Clinton?). Aunque por fin concluirá malamente ese
antipapa, electo bajo presiones del amo de la tierra y cuyo pontificado con
visos de legalidad ha de ser considerado como “sede vacante”, y otro será
designado que pondrá la cruz recta, que yacía inversa por la manipulación de
los enemigos de la fe en contubernio con el impostor. Volverá a brillar el
anillo del Pescador y otro rey cristiano (¿Rusia?)acudirá en rescate de la
Barca de Pedro gobernada por las fuerzas de Satán, con la ayuda de la Santa Virgen”.
El papa que entonces ocupe la sede vacante y usurpada
coronará a este rey con imperial diadema y entrambos reformarán la Iglesia en
el estado de pobreza evangélica, erigiendo doce columnas, a cuya sombra
hablarán doce doctores inspiradores que predicarán a los hombres la doctrina de
Cristo y la pobreza evangélica. En tiempo de este rey vendrá el Anticristo.
Habrá una lucha entre Roboán el justo y Jeroboán el malvado y ambos contarán
con innúmeros seguidores. El rey de bondad recuperará Tierra Santa de sus
usurpadores y conseguirá la conversión del pueblo de Israel, poniendo la corona
de su imperio sobre la lauda del Santo Sepulcro.
Entretanto habrá muchas tribulaciones para los cristianos,
porque, antes del fin del mundo guiarán la Nave navegantes engreídos y sin fe,
ávidos sólo de poder, pseudo discípulos, amantes del poder y de la gloria y del
gran nombre, adoradores de Cristo de puertas afuera, pero que en su corazón
sigan los mandados del Falsario, que será por aquel entonces monarca de todo el
mundo. Volcará la fe y muchos serán embaucados por sus embustes. Los
eclesiásticos se verán obligados a ocultar su tonsura [¿ha sucedido con las
normas laicas del concilio de 1965 que han postergado la sotana?], pero vendrá
una Orden religiosa de varones ilustrados, fideicomisos del culto divino, a los
que en apariencia no se les distinguirá del resto de sus semejantes, que
llevarán sobre la frente la marca del Cordero, harán milagros, y, aunque su
sombra inadvertida pasará por las plazas, los mercados, las tabernas, pues no
predicarán en los templos, sino que darán testimonio del Señor en todo lugar.
Ellos formarán la leva de los Operarios de la Hora Undécima y serán perseguidos
por los curas y monjas adeptos a la disciplina del Usurpador del Trono. Dicha
Orden será extinguida y dará muchos mártires. Y en ella se reunirán los
apóstoles precursores de Enoj y Elías que bajarán al mundo y predicarán
cubierto el rostro de ceniza y vestidos de saco. Con sus sermones todo el
pueblo judío en peso volverá al redil abandonado en el monte Clavario”.
¿A qué congregación apunta Bernardino de Bustis? ¿Al Opus? ¿
A una inflorescencia nueva de los templarios aniquilados alevosamente a
comienzos de la decimocuarta centuria, y que, armados de ordenador y de
muchísima paciencia y valor responderán al arquetipo gnóstico de mitad monjes,
mitad soldados, con que lucharon durante las cruzadas por la reconquista del
Templo, el hallazgo del catino y la recuperación del Santo Sepulcro?
Analizando abigarrada sinopsis de los últimos obispos de
Roma hay más preguntas que respuestas. Todo está ocurriendo vertiginosamente. Se ha acelerado la velocidad de la historia.
Según Corral, el del anagrama “ de labore solis” será antipapa, y “de gloria
olivae”, genuino. Hugo Wast mantiene el criterio que “ medietate lunae” será el
signo en el cual se producirá una confederación de los pueblos musulmanes
contra los cristianos. La tesis del
novelista argentino se apea en el argumento de que el mahometismo ovante en la
vieja Europa tiene como enseña la media luna. En el Vaticano, maestros en el
arte del eufemismos, para encubrir este hecho real hablan de “in
culturización”, xenofobia, racismo, feminismo y toda esa jerga prestada por el
materialismo ateo y que no pertenecen desde luego al lenguaje universal del
Evangelio, sino que refleja una mente estrecha, diabólica y revanchista, pero
son tiempo de la Cruz Inversa, ya lo hemos dicho .
Agrega Wast , en contra de los conceptos que vienen siendo
manejados por los eruditos y estudiosos del Apocalipsis en versión manipulada e
interesada (hablan por boca de ganso estos hermeneutas, al hacerse eco del odio
del judío al imperio de los césares) que la bestia de siete cabezas no es Roma
pues no quedó herida de muerte con la invasión de Alarico, sino que
desapareció. Sin embargo, el Islam, maltrecho tras la recesión del Imperio
Turco en 1918, vuelve a resurgir a fines del siglo XX con enorme pujanza. Hubo
nueve persecuciones, cierto, pero de esa tribulación salió fortalecido el
espíritu de los seguidores del crucificado. En la Ciudad de las siete Colinas
quedó plasmada esa síntesis entre gentilidad y Nuevo Testamento. El catolicismo
no es tributario del elenco de creencias judaicas solamente. Es una religión que se fragua al socaire del
mundo latino. Abortando esa fuente, se desmodula la fe predicada por Jesús.
Y si no es Roma la bestia a la que se refiere Juan, no puede
haber otro enemigo que haya causado tantos estragos y derramado tanta sangre
como el Islam. El que tenga oídos para oír que oiga. El que tenga ojos para ver
que vea. Por desgracia, el diablo ciega a los que quiere perder. Acaso por eso
abunda la presbicia entre nosotros. Se arrastra por la tierra una legión de
miopes. No hay peor ciego que el que no quiere ver. ¿Miopía o apostasía?
“ Tal vez comienzan los males reservados para los último
tiempos. Como si ya existiese en el mundo el Hijo de Perdición” recordaba a los
fieles S.S. Pio X en una encíclica con data del 4-X-1903. El buen Papa Sarto se
refería seguramente al marxismo, pero el comunismo ha muerto, Rusia, la nación
que recuerda el rostro ensangrentado que mostró Pilatos en el pretorio a los
escribas y fariseos, sin que éstos, tercos, y encastillados en su soberbia de
“elegidos” se movieran a compasión, y cuya historia parece trasunto del Libro
de Job, no sólo se está convirtiendo,
adverando los protocolos secretos de Fátima, sino que se enfrenta a la hidra
del terrorismo y el bandidaje internacional, que respalda encubiertamente el
sionismo anticristiano y demoledor . Pero sigue siendo un país mesiánico, un
laboratorio del corazón humano, sin que esto conmueva a sus enemigos de
siempre, que fueron los judíos, de tal modo que, a despecho de esas evidencias,
crece el cupo de adeptos a la prevaricación.
A todo esto ninguna referencia al verdadero culpable.
Desconocemos si el anticristo será una persona física, un ente social, un
sistema político o una sociedad limitada con socios distribuidos por todas
partes, pero no enseña la cara. Debe de tener buenas tragaderas y se abre
camino con la ayuda de cómplices innumerables que lo disfrazan de muchos
nombres y entelequias. Le son familiares los engaños y los subterfugios. Es por
antonomasia padre de la mentira y señor de las tinieblas. Sus precursores más
destacados son los que anuncian a bombo y platillo que el 2000 empieza la Era
Postcristiana.
Daniel habla de su inmenso poder, con el que destruirá a los
poderosos y al pueblo de los santos. Por sus prosperidades y sus intrigas se
llenará de arrogancia su corazón y hará perecer a muchos que vivían
apaciblemente, pero será destruido sin que intervenga mano alguna. Estas páginas
parecen haber sido escritas ayer mismo. Luego se refiere el profeta al síndrome
del templo vacío, porque en ese tiempo no se celebrarán sacrificios ni habrá
otro culto que el del Interpuesto, como en los tiempos de Antioco. Todos
aquello que no adorasen la imagen dela bestia serían muertos.
“Aquí está el saber - concluye el Apocalipsis- y quien tenga
inteligencia calcule el número de la bestia. Porque su nombre es de hombre y el
número de la bestia es 666".
San Metodio, evangelizador de los pueblos eslavos martirizado
el 255 relata una visión que tuvo antes de su suplicio sobre el fin del mundo:
“En el mes séptimo gran parte del clero prevaricará, será
suprimido el culto, las iglesias convertidas en pajares o en salas de concierto
y no se celebrará conforme al verdadero rito... será destruido todo poder y
principado y aparecerá el Hijo de Perdición. Vendrá de la tribu de Dan. Obrará
muchos milagros. Verán los ciegos, andarán los cojos y serán liberados los
endemoniados. Con lo que engañará a muchos, y, si menester fuere, a los
escogidos. Entrará en Jerusalén y se sentará en el templo de Dios, aunque sea
sólo un descendiente de la tribu de Dan, maldita, de la cual nació Judas
Iscariote”
Este desenlace fatal de la siniestra lunación o “de
medietate lunae” será un tétrico testimonio de lo que está en puertas. La media luna se exhibe no sólo en las
banderas verdes del Islam sino que es el portaestandarte de los antipapas. No
puede encontrarse otro santo y seña más veraz.
Un olivo era el crecal que proyectaba sus ramas santas sobre
el templo de Salomón, árbol del Menorah. De gloria olivae está en referencia
con el retorno de los hijos de David al redil.
Los judíos reconocerán a Cristo como verdadero Mesías, el Salvador que
esperaron tanto tiempo, anunciado por los profetas. Su lema, el penúltimo, se
escribe a continuación de “ los trabajos del sol” para indicar la restauración
del mundo en la paz, que es la otra acepción del olivo, cuyas ramas se
proyectan como candelabros de la fe. La sombra del crecal, la rama del olivo
ampararán y darán cobijo a Elías y a Enoch de modo que sus predicaciones entre
el pueblo judío darán abundante cosecha. Sión se bautizará en bloque en las
guas del Jordán. Los que fueron separados del tronco del olivo serán de nuevo
injertos en él, para restituirse a la savia y el fruto del árbol de Jacob.
Pero, como el síntoma
de Israel es el dolor, después de la conversión a Jesús, la espada de la
tribulación seguirá alzándose contra los suyos. Es el fin. La Ciudad de las
siete Colinas será arrasada y el último papa, Pedro II, huirá con doce
discípulos a Jerusalén, aguardando la llegada del Señor. Pasadas las cuales
tribulaciones, el Juez Insobornable se sentará en majestad para juzgar a los
gentiles y a los doce tribus de Israel.
Sin embargo, en contra de dicha tesis milenarista, algunos
santos padres, como Jerónimo y Agustín, sostienen que tras la derrota del
Anticristo vendrá el verdadero Reino de Dios, un tiempo de paz y de abundancia
tanto espiritual como material. Todo hay que decirlo: también esto está
ocurriendo cruzado el rubicón del años 2000. El Juicio Universal no sería
inmediato a la derrota del Usurpador, el Príncipe del Engaño, el Emperador de
la Corte Dañada, según otras referencias, lo que invalidaría plenamente estos
supuestos escatológicos. La misericordia
deífica, principio de toda bondad, de toda alegría, y de cuanta belleza
nos, rodea es inagotable. Ambos enunciados no concuerdan. DIOS NO PUEDE SER UN
TERRORISTA. ¿ Qué haríamos entonces con el Apocalipsis, el Libro de Daniel, algunos
textos de los evangelios sinópticos en que Cristo habla taxativamente de la
desolación que aguarda?
Los exegetas que estudian la Escritura explican que en la
palabra revelada hay triple semántica: una real, otra, material, y otra,
espiritual. Ni su semiótica ni su simbólica pertenecen a este mundo. Ya
advertía San Pedro en su epístola que contradice todo el pensamiento
escatológico paulino que sus días y sus años no son como los nuestros.
Al mismo tiempo, del aniquilamiento de este mundo conocido
no se sigue la destrucción de la materia, ya que la Vida no puede ir contra sí
misma. De rebote ello plantea la cuestión teológica de si hay vida en otros
mundos y si estos mundos han sido redimidos. No obstante, las profecías de San
Malaquías concuerdan con el cómputo escatológico de la tradición hebrea, que
parcela la historia del pueblo de Dios de dos en dos mil años. Veinte siglos,
desde Adán hasta Abraham; otros veinte, desde el Padre de los Creyentes hasta
Cristo, y otros tantos desde la Natividad hasta el fin del mundo, lo que suma
una cantidad de 6000 años. Es la cantidad aportada por el P. Lapide.
Astrológicamente esta mutación es correlativa al relevo en el sistema solar de
Piscis por Acuario, equiparable a la sustitución del cristianismo- el pez es “ιχθιoς”
y así lo representaban los primitivos en las catacumbas- por el undécimo signo
del Zodíaco. ¿Se aproxima una glaciación? ¿Un invierno nuclear?
De ahí que todos los finiséculos, o aquellos tacos del
calendario cuyas últimas cifras acaben en 666 tengan tanta fuerza. Muchos
ingleses llegaron a pensar que en 1666 era el año tope. Por eso, toda la
literatura europea del XVII lleva ese sello de preocupación mesiánica. Augusto
Strindberg (Estocolmo 1849-1912) en un maravilloso cuento en que se traslada al
día de nochevieja del 999 y asiste a un misa oficiada en la basílica de
San Juan de Letrán por Silvestre II, el
inventor del reloj, se hizo eco de esos temores fatalistas. Pero al dar la
medianoche, termina la narración del famosos escritor bohemio y uno de los
primeros en recibir el premio Nobel, y al ver que no había sucedido nada raro,
los fieles se abrazaban, y las campanas de la iglesias tocaban a gloria. El
mundo, al que se le habían parado los pulsos recupera las ganas de vivir.
El milenarismo no es nuevo. Si durante el primero la
humanidad aprendió a dividir el tiempo mecánicamente, en el segundo cuenta ya
con los cerebros electrónicos que planean y regentan nuestras existencias.
¿Provocará esa catástrofe sin precedentes ese virus que atacará a los
ordenadores como consecuencia de un desfase cibernético, dado en llamar
“millenium bug”, y en la mañana de año nuevo del 2000 el sol seguirá luciendo?
(Los hechos han demostrado que el terrorismo psicológico o gran “scare”, no ha
resultado más que un montaje con fines comerciales y todos los relojes
siguieron su marcha en la mañana del año nuevo marcado con un dos y tres
ceros).
Seiscientos siglos recuerdan también la sigla funesta del
seiscientos sesenta y seis. En sus cábalas el santo obispo de Armagh viene a
darle la razón a los santos padres y a los profetas. Queda sin matizar la
cuestión de si con el último papa tendrá la Iglesia su finiquito o si podría
seguir funcionando sin esa jerarquía que tantas veces ha sofocado su verdadero
espíritu de caridad. En cualquier caso, nada hay que temer. Acojámonos a la
Misericordia Infinita del que se encarnó para redimirnos del pecado. ¿ Qué
importa que con Pedro Romano, el número 112, se acabe la lista ?
El mundo se ha acelerado, lo que puede ser un síntoma valedero
de que toca a su fin. “Motus in fine velocior”, dice el adagio latino. La
piedra que cae en el espacio se precipita con más violencia cuando se acerca al
suelo. Los atletas cuando encaran meta
aprietan el paso y se lanzan a un postrer sprint. El vértigo de Babel lo tenemos aquí, y, al
escribir esto, comparece a mi vista el rostro pálido y enigmático amagando una
sonrisa de Gioconda de Billy Gates, ese judío norteamericano nacido en 1955 que
ha revolucionado el planeta con sus ordenadores, con un ladillo que reza. “La
red envuelve al mundo”. Gesto sardónico, sonrisa misteriosa la de este demiurgo
de las comunicaciones . Nos va a vender el gran cataclismo a través de
Internet. Quizás subliminalmente esté proclamando el nombre de la bestia. ¿ Se
acerca la plenitud de los tiempos? Los vehículos de tracción a motor pueden ser
uno de los caballos del apocalipsis. Hay cielos de ajenjo y no nos percatamos,
crisólitos que brillan de tal forma que las aguas se vuelven amargas, y cáscara
amarga es el sino de esta era de sodomías y de computadores.
A pesar de todo, las puertas del infierno no prevalecerán.
Babel caerá por su base. El imperio se desmembrará. Las profecías de todos los
tiempos ( Holzhauser, Santa Hildegarda de Bingen, la Sibila Tiburtina, la de
Lasalette, Fátima, el P. Pío, Bernardo Clausi, Lourdes, Fátima) no son más que
una lectura parcial del pensamiento divino, cuya dinámica se nos escapa. Por
eso, aunque edificantes, siempre hay que acogerlas con reservas. Estaba
anunciada una guerra nuclear para 1996. Afortunadamente, y sin pasar por alto
que hayamos vivido tres lustros cargados de dinamita, Bendito sea Dios que fue
conjurado el peligro. Los pedisecuos de Nostradamus que tanto abundan perdieron
un round. Pero esa derrota en este tiempo de semifinales connota que la
cristiandad tenga que bajar la guardia.
La cifra del número de la bestia- en griego cada letra del
abecedario correspondía a un guarismo aritmético- da el nombre de MAHOMA,
teniendo en cuenta las equipolencias asignados, que suma 666. La leyenda “de
medietate lunae” viene indicar que la luna está en el centro. Otra vez cabe
preguntarse si el anosmia no late bajo tales supuestos, eso sí con todas las
bendiciones papales de un sujeto, que ha
dado la vuelta a la religión, y no contento con ponerlo todo boca abajo se ha
pasado al moro. La Iglesia soy yo, adoradme, venid a prosternaros ante el
Zancarrón del Profeta.
Habrá que tener paciencia y esperar siempre mirando para el
Cielo y elevando al Todopoderoso nuestras plegarias pedirle que nos libre
del Malo. Satanás siempre estuvo
demasiado cerca. Convendría tener las antenas desplegadas. Hasta ahora de todas
las profecías que son avalancha sólo parecen haberse cumplido estas del
iluminado obispo de Armagh y las de Fátima, pero sólo en lo concerniente a la
conversión de Rusia. Nostradamus marra. En cuanto a las de San Malaquías, se
nos advierte de la caída del papado, pero el sentido es muy ambiguo acerca de
la suerte que ha de correr la catolicidad. Ésta puede encontrar refugio en
Rusia desde donde podrá salir ese “duque fuerte” que vuelva a poner las cosas
en su sitio, confundiendo a los judíos y neutralizando el peligro sarraceno que
se cierne sobre Europa.
Claro es que se trata meramente de una hipótesis, pero en
esta hora de euforia cuando suena por todas las partes la frase ya escuchada
del “comamos y bebamos”, o “ aquí no pasa nada” olvidando los consejos
evangélicos de velad y orad, y ante la ola de de auto complacencia, convendría
tener los ojos bien abiertos. En Roma no escucharon el trote de los caballos de
Alarico. Cuando se quisieron recordar, ya los tenían encima. En esta hora
extraña de duermevela en que todos duermen la borrachera de Babel sólo Rusia
vigila. Ya se detectan no son temblores de tierra, sino que también hay corrimientos
de pueblo de acá para allá. Ha comenzado la pressura gentium. En el Kremlin
están alerta.
Pese a todo, y más allá de las suposiciones y cábalas de
nuestro entendimiento raquítico, queda la acción y el designio del Espíritu
Santo. Dios ama a los hombres y los redime, y ama, en especial, a Rusia. No
permitirá su destrucción a cargo de la impiedad que nos pervade. El bien ha de
salir airoso de las acechanzas del maligno. Como cristiano, nunca me ha
abandonado esta convicción optimista del destino del género humano en contra de
ese pesimismo escatológico de los que elevaron a Hitler al poder, de los que
inventaron el superhombre y entronizaron por dios propio a la maquina. Estos
hijos de la bestia disfrazada son los que están levantando la mano contra el
pueblo ruso. El asesino, el que mandó colocar las bombas en los apartamentos
moscovitas que han causado tantas lágrimas y destrucción de inocentes, marchaba
en el cortejo fúnebre, derramando lágrimas de cocodrilo, y, a pesar de su
encumbramiento, tiene nombre de macarra de lupanar. El que tenga oídos para
escuchar que oiga, y ojos para ver, que vea, pero no digo más. Porque vosotros
sabéis. El icono del santo zar llora lágrimas ahora, pero pronto reirá
alegrandose en la resurrección de Cristo Jesús.