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viernes, 6 de enero de 2012
NAVIDAD RUSA MENSAJE DEL PATRIARCA CIRILO
sábado, 31 de diciembre de 2011
FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL ERIGIÓ ESTA CRUZ QUE LOS IMPIOS QUIEREN AHORA DESTRUIR
Se va 2011 hoja volandera llevándose el polvo de estrellas de los últimos 365 días. Un diácono en el guial de mi radio canta la Passio y llega al pasaje en que pregunta a Jesús Pilatos:
-Quid fecisti? ¿Qué has hecho?
Y el pretor y el prisionero se enzarzan en uno de los grandes diálogos carismáticos de la historia del mundo. El romano quería salvarlo porque creía en la inocencia del reo y el sanedrín-siempre el sanedrín- clamaba:
-Quítale de ahí, mándalo al patíbulo.
El kerigma de la redención fortalece mi pobre fe que a veces parece que se derrumba. Es la soledad profética del martirio del testigo de la fe al que nadie secunda. Y no quiero entrar en el paladio de mi duda. Es un lugar secreto. Para vencer la tentación mis labios no se cansan de pronunciar la plegaria hesicástica de los padres del desierto. Jesús hijo de David tenga piedad de mí. Kyrie eleison. Gospodi pomiluy.
No soy más que moneda forera, calderilla que se intercambia en el tenderete para pagar los sufragios y pitanzas de sus caridades. Y hoy día de san Silvestre mi mente vuela hacia las aguas del Arlanza ese Jordán burgalés cuna de tantos monasterios y rindo mi tributo a la memoria de un monje que escribió la mejor epacta o los trabajos y los días del buen cristiano que vive a pie de calendario y asiste impávido al tránsito de las estaciones. Me refiero al Año Cristiano de fray Justo Pérez de Urbel el abad falangista que colocó una cruz mirando a Madrid más alta que una montaña y que hoy quieren derribar los impíos con la misma saña con que los escribas y fariseos vociferaron contra el manso Jesús.
Aquel abad silense nació el 8 de septiembre de 1895 en Pedrosa del Río Urbel, ingresó en los benitos a los diez años y fue ordenado sacerdote el 1918. De acendarda vocación literaria pronto fue proclamado abad de Silos. A la sombra del famoso ciprés de su claustro van en búsqueda de remedio espiritual poetas, literatos, políticos, abogados de Madrid. Consta en los anales que Rafael Alberti y Gerardo Diego fueron amigos de aquel abad munificente y algo mecenas. El primero se adhirió a las izquierdas. Diego, falangista y uno de los grandes vates castellano de posguerra inmortalizó al ciprés de Silos en un soneto.
Fray Justo hacía misiones y daba conferencias por los pueblos de Castilla , fue el eximio publicista que nos dio a conocer a los niños de las escuelas de aquel tiempo las figuras del Cid, Feranán González, dña Jimena, y eso creó en nuestras coinciencias huella indeleble-y de este itinerario espiritual surgieron recopilaciones de viejas costumbres, canciones, libros que señalaban la hermosura de Castilla que ama la libertad como ella sola, y es la patria del fuero comunero- Libros como fueron los viejos romances y el cantar de Mío Cid que son el legado de la literatura castellana a la historia de las letras universal.
Yo conocí al abad de Silos allá por el año 58 pues con frecuencia venía a ver a un compañero nuestro en el seminario de Segovia al que apadrinara y pagaba la beca. Era de mediana estatura, muy calvo, numismático perfil de auténtico monje, una efigie románica del medievo, de ojos penetrantes con lentes de alambre voz profunda muy humilde y campechano. A pesar de sus grandes conocimientos no me parecía uno de esos clérigos engolados ni distantes, sino cercano.
Siguiendo la norma de su regla “ora et labora” cálamo en ristre había descubierto los tesoros insondables del primitivo cristianismo hispano, el rito mozárabe o visigótico y desenterrado partituras musicales donde se esconde la conexión de la religión de Jesús con la belleza. Fue un apóstol de la tradición.
Carrero Blanco lo nombró abad de Cuelgamuros pero a diez años de su patronazgo abacial fue defenestrado por causas que se desconocen, dicen que el OPUS estuvo detrás de aquella movida y los grupos afectos a Carrero que lo encumnbraron luego acabaron con él. Fray Justo fue empero el alma del Valle de los Caídos. Fue un golpe muy duro hasta el punto de que cundieron rumores de que se extravió, estuvo a punto de colgar los habitos y que se juntaba con gente poco recomendable, y llegó a vivir con una querida. ¿Era la madre de aquel latino segoviano al que iba a visitar los jueves y a llevarle el talego? Sean ciertos o meros bulos estos rumores verdad es que lo pasó mal y el Señor lo probó con fuerza y en él se cumplió el axioma cidiano de que Castilla face los omes e los desface.. Quienes más debieran amarle más le odiaron. Es el suplicio por el cual han de pasar los genios de este país. Murió el día de san Pedro de 1979.
Y en la búsqueda de esta meta, Pérez de Urbel chocó siempre con los jesuitas que preponderaron en el redimen de Franco a partir de 1958 implantando una suerte de secularización y acomodo a las nuevas realidades de la tecnología y de los cambios sociales. Por esta causa perdió el predicamento que tuviera en el Pardo aunque él siempre sería un amigo eminente del Caudillo.
Es una pena que su gran obra empañecida por ataques personales y argumentos ad hominem permanezca soterrada en los anaqueles de bibliotecas y ninguneada por la historiografía y la crítica en manos perversas hispanofobas y anticatólicas.
Sin embargo, la personalidad del abad silense se sale de la norma y de los cauces de hoy. Era un trasunto de aquellos prelados medievales que llevaron la mitra sobre sus cabezas (el arzobispo Carrillo, Gil de Albornoz, Cisneros, Ximenez de Rada, el cardenal Mendoza)
Adquiere mayor talla la figura de estos epígonos que copiaron códices, compusieron himnos litúrgicos, hicieron la guerra, casaron príncipes, crearon instituciones benéficas, fundaron monasterios y biblioteca en comparanza con lo que ocurre en esta España nuestra. Un mitrado como aquellos hay que buscarlos con la lámpara de Diógenes y no nos saldrían más que obispillos en la nómina de conferencias episcopales, Roucos, y Tarancones de perversa memoria y toda esa clerigalla de tertulieros que se agrupa en torno a la COPE o a Intereconomía, los quicos, los neocatecumenes o los virginianos del Escorial. Bien se conoce que estos son tiempos en que se rinde culto a la serpiente (ofiolatría)
Cabo de año. San Silvestre preside la jornada postrera de un 2011. dejemos que las ofiolatrías adoren al Becerro y que Moloch y Saturno sigan engullendo los cadáveres de sus propias criaturas. Nosotros que no cesamos de clamar en el desierto con trenos proféticos acojámonos al silencio del templo de Volupia. Pues a lo mejor no lo sabéis lectores. Esto de estar todos calladitos como en misa no es una costumbre cristiana sino pagana. Volupia era la diosa del silencio para los romanos. Los imagineros la pintaban como a una moza que da un paso al frente con el dedo índice sobre los labios. No es el buey mudo toma sino la imposición de esas viejas cotorras que dicen chissssst y hay que estar modositos. Oír ver y callar pero han quedado los seminarios vacíos, los conventos secos, la grey dispersa mientras surgen voces como la mía que gritan y en el erial se produce el estruendo.
No he de callar por más que con el dedo silencio avises o amenaces miedo… chist. Prefiero el silencio de la Anatolia. Allí los anacoretas se entregaban al silencio y su actitud es hoy definida por las más hermosas de las palabras rusas:
-M o l ch e ñ i e
Recomendación de oro el silencio administrativo, el silencio total para tanto boquimuelle.
-Oiga esos contertulios parlan como oráculos. Nunca comprenderán el silencio benedictino
-Habrá que encerrarlos en el templo de Volupia amarados en blanca. A ver si aprenden.
-No aprenderán nunca. Sueltan el trapo como cotorra y para colmo ganan dinero.
Estos manirrotos y boquirrotos son un contraste con aquel abad silense que era hombre de pocas palabras. Fray Justo tenía un perfil alemán. Era de una gran bondad y entendía el cristianismo no bajo el látigo de nuestros grandes conversos –Loyola, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz un poeta que deviene casi pornográfico a fuer de amor divino- sino dentro de la horma y el báculo de la epiqueya de moderación católica de san Isidoro. Fue el cantor excelso como Prudencio de nuestros mártires en la guerra civil. Un autentico Tabelión de la orden de San Benedicto que levanta acta de ciertos hechos para que la historia guardara conocimiento por ejemplo de la barbarie cometida por las hordas rojas.
A todos mis lectores Feliz Año 2012.
jueves, 29 de diciembre de 2011
LA ULTIMA PAGA DE FRANCO NO LLEGABA A TRESCIENTAS MIL PESETAS AL MES. SU SUCESOR PERCIBE CINCO MILLONES DE LAS VIEJAS PESETAS
UN REY GAFE PARA UNA MONARQUÍA BANANERA
Yo no sé si será verdad lo que dice Hugo Chávez- algo acojonante- que la CIA ha descubierto un procedimiento para envenenar a sus enemigos “por mando a distancia” (el venezolano, los dos brasileños, la argentina, el paraguayo)y si el cáncer de testículos que padece supuestamente el Rey de España ha sido la resultante de esa maquinación diabólica de las fuerzas oscuras que mandan hoy en el mundo pues si esto se hace con los amigos que Su Majestad parece encontrarse en el pay roll con los detractores del imperio ¡qué no se hará! En cualquier caso y sin prejuicios de parte yo prefiero pasarme una hora escuchando a Hugo Chávez o a Fidel Castro en uno de sus discursos sean ellos sesquipedales o inacabables que los diez minutos que duran las alocuciones navideñas de don Juan Carlos I El Soso. Y es que al pobre rey no le llamó Dios por los caminos de Demóstenes. Sus sermones no entrarán jamás en las antologías de la oratoria. Pobre de gestos, pobre de interés, sin acción, sin salero, sin huevos como se hablaba por aquí en las cortes los grandes tribunos de la plebe desde Castelar hasta la Pasionaria… hijos sí maridos no… y esa es la última que habló su señoría en esta cámara, le dijo la de Portugalete a don José Calvo Sotelo. A los pocos días los impíos le dieron mulé.
En la cena de navidad en esta casa es casi un rito apagar el televisor cuando aparece el Borbón. Sin embargo, el discurso se este año fue un poco más largo que otros. En su estilo de leer la papela – Franco cuando aparecía en pantalla con su vocecilla de legionario a todos nos hacía vibrar- se alargó sobre la crisis, el feo pufo de su yerno vasco Urdangarin que ha metido la mano en el cajón y se ha hecho millonario mediante la extorsión, el estelionato, el peculado y otros fraudes que el idioma castellano tiene para designar a todo el ladrón de las cajas públicas y utilizó el plural mayestático nos.
-Cristi desenchufa hija que ese tío por mucho rey que sea no puede ocultar su cara de memo.
-Si papá
Y nos liamos a cantar villancicos pero al día siguiente la prensa de la cosa se deshizo en elogios hacia su figura. Todos los contertulios le pasaban la mano por el lomo. ¡Qué discurso! ¡Qué penetración! Hay que ver lo fino que estuvo don Juan Carlos ¡Qué tono de voz! La ola de adulación nos desazona y nos descorazona a muchos españoles como yo. A mí este buen señor me puso la albarda. Cuando entró a reinar a borbonear y a mangonear que no a reinar se me cerraron las puertas de los periódicos siendo yo periodistas y mi nombre figuraba entre los proscritos de las editoriales. Esta táctica la sabe utilizar muy bien el Amigo americano y la CIA nos persiguió a todos aquellos que estábamos en el cristus de lo que iba a pasar en el 23F, en el 11M y en las movidas que vendrán.
Yo que he visto la última paga del caudillo Franco Bahamonde como jefe del estado los honorarios de julio de 1975 que sumaban 245.000 pesetas con 90 céntimos me asusto ante esas figuras millonarias que devenga su sucesor el hombre que él puso en el trono por equivocación nada menos que 41.800000 de las viejas pesetas p.a. Ya son millones. Una burrada sobre todo para un estado en quiebra. De ahí que lo llamen el rey soso y el rey trincón que ha blindado la corona y hasta tiene a su orden a todo un ejercito de más de diez mil tíos los que forman la Guardia Real el cuerpo más corrupto y en peor baja forma física de todo el ejercito para defender la Zarzuela. Es junto con la reina de Inglaterra uno de los grandes millonarios de Europa. También dicen que es gafe porque hay en su vida pasado detalles oscuros como por ejemplo el haber matado a su hermano el sucesor del trono con una pistola dicen que estando limpiando el arma pero las armas las carga el diablo y el tiro se le escapó. Está visto y comprobado que el pueblo llano detesta a estos “royals” hispanos. Pero ya doña Carmen Polo de Franco hizo de Juan Carlos I la mejor definición:
-No sólo parece medio tonto; es malo
Pobre España. Uno no sabe cómo va a acabar esto. Se largará al extranjero. Tiene todas sus cuentas asentadas en bancos suizos y londinenses. A todo cerdo le llegará su sanmartín y este nos ha puesto la albarda no sólo a mí sino a muchos españoles. En esta corrupción coronada no hay libertad de conciencia. Los periódicos las prensas las consignas plataformas y platós las manejan ellos.
POR SU INTERÉS REPRODUCIMOS EL ARTICULO DE ANTONIO CASTRO VILLACAÑAS: EL VERDADERO DESARROLLO ECONOMICO LO HIZO FRANCO NO LA DEMOCRACIA
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1 . Sobre la crisis. Hablando sobre lo mal que está hoy España y lo peor que estará en 1912, muchos comentaristas en prensa, radio y TV suelen decir que en cambio fue impresionante el desarrollo socio-económico logrado después de la muerte de Franco. Ello les sirve como punto de apoyo para exaltar una vez más el ejemplo de transición democrática, pacífica y tolerannte, dada por el rey y el pueblo español a partir de 1976. Casi nadie recuerda -me parece- que un verdadero desarrollo se produjo entre nosotros desde 1939 y desde 1966, a base sobre todo del esfuerzo, la ilusión y la paciencia de los españoles que gobernaba Franco. Por unas razones y por sus contrarias muchos analistas conceden suma importancia a la redacción y la aprobación dada por los constituyentes de 1978 a la Carta Magna que desde entonces rige. Otros insisten en que lo mejor de todo lo que nos ha pasado es que Felipe González y el PSOE llegaran pacíficamente al poder en 1982. Otros, por último, se empeñan en decir que el no va más allá de la democracia, la felicidad y el desarrollo se lograron con el retorno al gobierno de la renovada derecha española que en 1996 dirigía José María Aznar. Fuera de tan insignificantes matices, todos los comentaristas coinciden en reconocer la formidable y espectacular transformación de este país habida desde la implantación por don Juan Carlos, hace 35 años, de la monarquía parlamentaria y democrática, y con ella del "espíritu de la transición", es decir, del recíproco perdón entre los vencedores y los vencidos en la guerra civil y de la armoniosa y concertada convivencia en cada periodo parlamentario entre los gobernantes y quienes les hacían la oportuna oposición. 2. Sobre la política y el tiempo. No hay nada mejor que recordar a Heráclito en estos días en que tanto se habla de Urdangarín, crisis, nuevo gobierno y llegada del frío: "todas las cosas de este mundo son y no son, porque todo en el mundo fluye, todo está cambiando constantemente, constantemente naciendo y muriendo. Es imposible bañarse o sumergirse dos veces en uno e idéntico río." 3. Sobre José Antonio. Tengo a orgullo el tratar de ser joseantoniano. Es decir, me esfuerzo a diario en interpretar, traducir, incluso inventar, lo que José Antonio haría si viviera hoy esta España, esta Europa, este mundo. Yo sé que a pesar de todo existen bastantes joseantonianos dentro y fuera de España, aunque serlo -y sobre todo proclamarlo- no está bien visto ni por los que presumen de ser demócratas, progresistas o simplemente actuales, no digamos nada de quienes tienen a orgullo ser de derechas o de izquierdas. Incluso en algunos ambientes que profesan cierto culto al fundador de Falange Española prefieren llamarse militantes a joseantonianos y dan a este calificativo un cierto tono despectivo. 4. El pragmatismo. El modo de ver y pensar las cosas que predomina en nuestro mundo y en nuestro tiempo es el que domina la moderna filosofía y la ciencia y la práctica fundamento y consecuencia del capitalismo. Se llama acercamiento metafísico. En política está reflejado en el famoso pragmatismo "si funciona, debe ser correcto" y en el constante llamamiento a los hechos, aunque sean aislados. Pero los hechos no se seleccionan a sí mismos, sino que deben ser elegidos y calificados por los hombres. El orden y la secuencia en que se les ordena, así como las conclusiones que de ellos pueden obtenerse, depende de las nociones preconcebidas del individuo e instaladas en el grupo. De esta forma, los llamamientos e invocaciones a los hechos, a los que los materialistas suponen estar siempre de acuerdo con una gran imparcialidad científica, suelen ser siempre tan sólo una cortina de humo para ocultar los prejuicios de quienes los utilizan. Quizá esto sirva para comprender mejor las causas y las consecuencias de lo que llamamos crisis. 5. La crisis de España. Se equivocan quienes piensan y actúan para salvar a España de una crisis económica. Nadie puede negar que ésta existe y que es de suma gravedad. Pero no es la única que existe y pone en peligro el presente y el futuro de nuestra Patria. Por lo menos son igual de graves las crisis política y moral que venimos padeciendo desde 1977: la que facilita la descomposición territorial, histórica y futura de España, y la que menosprecia y descompone los valores que sirvieron para hacernos hombres y para con pasión, esfuerzo y sacrificio destacar en el mundo. 6. Felicidades. Mis mejores deseos de paz, prosperidad y buena ventura en esta Pascua de Navidad y a lo largo de todo el año 2012 para mis lectores. |
miércoles, 28 de diciembre de 2011
VIVA PUTIN
HERMOSURA DE LA RADIO Y LA LENGUA RUSA
Declina la tarde, un sol largo, bonancible, que a la tarde luchará con la cencellada. Escucho la VOR (Voice of Russia) o Golos Rossia. Es un sedante que no empece la circulación de las ideas mientras tecleo y sueño con un periodismo y una vida pública mejor para mi patria, España, donde las radios cacarean, postulan, imponen, hechos consumados, el tragala, a bailar con la más fea. Retaría yo a los monstruos sagrados de nuestras emisoras, la COPE, Intereconomía, la Ser, Onda Cero y a los Gabilondo a los del Olmo a los Herrera que pinchasen este sitio de Internet. Tendrían mucho que aprender. Se conjuga la conversación con la música. La mujer rusa no solamente se encuentra entre las más bellas del mundo sino que también su voz es una perpetua canción.
La lengua rusa, difícil –tiene nueve casos nominativo genitivo dativo acusativo instrumental y preposicional y las conjugaciones son complicadas por existir cinco estamentos de verbos fuertes- pero pegadiza y eufónica. Como el griego.
Carece de la oscuridad de otras lenguas eslavas y es un idioma que esgrime las mismas vocales que en castellanos y todas se pronuncian aunque existen sonidos diferentes como Җ, Ҷ, ӭ,ӹ intervocalicas que no tienen equivalente en nuestra jerga.
Su aprendizaje es matemático como el latín y es una gimnasia mental con la particularidad que se trata de una lengua viva y no muerta como el griego. Si dominas el ruso el inglés y el alemán te resultarán un paseo militar. Nuestros políticos en su campaña de despañolización imponen el inglés como lengua parigual al castellano, pero se olvidan del ruso. El inglés es una lengua muy sencilla pero los brits quieren hacerla difícil porque ellos mismos la hablan mal y tratan de convertir su enseñanza en una fuente redivisas. En los “dictores” (locutores) se nota la alegría de la fiesta más importante para los moscovitas el año nuevo. Chasti novi Godom 2012 resuena por todas las partes. Drasvite. Saludos. He escuchado una entrevista con el canciller Lavrov uno de esos grandes diplomáticos que quedan en la escena internacional formado en Harvard y en Oxford.
Tiene una hermosa voz profunda de bajo. Moscú está toreando la campaña “prejuiciosa” y tendenciosa contra Vladimir Putin. Lavrov mostraba su preocupación por el posible estallido de una guerra entre Siria e Israel. Oriente Medio es un horno.
El gobierno de Tel Aviv donde cunde la histeria amenaza con utilizar el arma nuclear lo que tendría consecuencias irreparables. Pido a Dios que los buenos oficios de Lavrov el mejor hombre del gobierno de Putin paren la escalada bélica. Por el momento felicitemos en ruso esa lengua de los ángeles cuando en las misas se entona el himno del serafín: S NOVbiM GODOM 2012… Sdrazvite, moi druga; la salud de dios esté con vosotros, amigos. VIVA PUTIN
EL RUSO UN REGALO DE LOS SENTIDOSHERMOSURA DE LA RADIO Y LA LENGUA RUSA Declina la tarde, un sol largo, bonancible, que a la tarde luchará con la cencellada. Escucho la VOR (Voice of Russia) o Golos Rossia. Es un sedante que no empece la circulación de las ideas mientras tecleo y sueño con un periodismo y una vida pública mejor para mi patria, España, donde las radios cacarean, postulan, imponen, hechos consumados, el tragala, a bailar con la más fea. Retaría yo a los monstruos sagrados de nuestras emisoras, la COPE, Intereconomía, la Ser, Onda Cero y a los Gabilondo a los del Olmo a los Herrera que pinchasen este sitio de Internet. Tendrían mucho que aprender. Se conjuga la conversación con la música. La mujer rusa no solamente se encuentra entre las más bellas del mundo sino que también su voz es una perpetua canción. La lengua rusa, difícil –tiene nueve casos nominativo genitivo dativo acusativo instrumental y preposicional y las conjugaciones son complicadas por existir cinco estamentos de verbos fuertes- pero pegadiza y eufónica. Como el griego. Carece de la oscuridad de otras lenguas eslavas y es un idioma que esgrime las mismas vocales que en castellanos y todas se pronuncian aunque existen sonidos diferentes como Җ, Ҷ, ӭ,ӹ intervocalicas que no tienen equivalente en nuestra jerga. Su aprendizaje es matemático como el latín y es una gimnasia mental con la particularidad que se trata de una lengua viva y no muerta como el griego. Si dominas el ruso el inglés y el alemán te resultarán un paseo militar. Nuestros políticos en su campaña de despañolización imponen el inglés como lengua parigual al castellano, pero se olvidan del ruso. El inglés es una lengua muy sencilla pero los brits quieren hacerla difícil porque ellos mismos la hablan mal y tratan de convertir su enseñanza en una fuente redivisas. En los “dictores” (locutores) se nota la alegría de la fiesta más importante para los moscovitas el año nuevo. Chasti novi Godom 2012 resuena por todas las partes. Drasvite. Saludos. He escuchado una entrevista con el canciller Lavrov uno de esos grandes diplomáticos que quedan en la escena internacional formado en Harvard y en Oxford. Tiene una hermosa voz profunda de bajo. Moscú está toreando la campaña “prejuiciosa” y tendenciosa contra Vladimir Putin. Lavrov mostraba su preocupación por el posible estallido de una guerra entre Siria e Israel. Oriente Medio es un horno. El gobierno de Tel Aviv donde cunde la histeria amenaza con utilizar el arma nuclear lo que tendría consecuencias irreparables. Pido a Dios que los buenos oficios de Lavrov el mejor hombre del gobierno de Putin paren la escalada bélica. Por el momento felicitemos en ruso esa lengua de los ángeles cuando en las misas se entona el himno del serafín: S NOVbiM GODOM 2012… Sdrazvite, moi druga; la salud de dios esté con vosotros, amigos. VIVA PUTIN
una consecuencia de la judaización de Jerusalén
LA IGLESIA SIRIA EN PELIGRO DE MUERTE
Abundando en la idea ya publicada sobre la expulsión de los cristianos de los Santos Lugares. Es la entrada que más visita tiene esta bitácora (es un libro que narra las aventuras de un fraile menor que fue andando hasta la Ciudad Santa y de la protección que ha tenido la corona española de los santos lugares) el patriarca de la iglesia maronita monseñor Ignacio ha lanzado un SOS. Su iglesia la primera en estatuto, evangelizada por san Pablo cuya conversión ocurrió camino de Damasco, la que reza en arameo que era el idioma del Salvador, fenece. La situación política que vive el país en estos momentos ha agravado las cosas. El sionismo ha sido tajante al respecto: descristianización de la Ciudad Santa primero. El segundo paso echar a los árabes de la franja de Gaza y Cisjordania y la judaización de Judea y Samaria, como exigen los ultra ortodoxos. Es un dios terrible el que clama en sinai que nada tiene que ver con Cristo que es el perdón, la reconciliación, la belleza en continua confrontación con los pecados y egoísmos de los hombres. ¡Ay de ti Jerusalén que matas a los profetas quise protegerte como la gallina mete a sus polluelos bajo sus alas pero tú no hiciste caso! La iglesia siria es una iglesia jacobita que consiguió llegar hasta la india pues parece ser que el apóstol Santiago y Tomás caminaron juntos a bautizar el indostaní. Los je3suitas portugueses al desembarcar en Goa destruyeron estas iglesias primitivas y persiguieron a sus súbditos. No fue muy cristiana esa actitud por cierto de San Francisco Javier y sus compadres de la provincia de Lusitana que fueron allí a predicar el evangelio a los “infieles”. Resulta que ya lo conocían y vivían en comunidades cristianas según la regla primitiva de amar y compartir. Pero en nombre de Dios se esgrime la cimitarra del fanatismo y los jesuitas no estuvieron muy finos. Esto de creerse en posesión de la verdad siempre me llenó de congoja.
Miércoles, 28 de diciembre de 2011
lunes, 26 de diciembre de 2011
RECUERDO DE UNA NAVIDAD
ENRIQUE CUARTO AGRIDULCE REINAR
El monarca misterioso
AGRIDULCE REINAR
Aquella navidad de mi niñez tocamos la zambomba, hicimos música rascando la botella de anís con el almirez y cantamos villancicos ante el belén que había colocado mi hermano Nano adornando con musgo el portal traído de las peñas de la cantera donde se afanaba en su pobreza el Tío Enrique y su cuervo al que había enseñado a hablar y a decir palabrotas a los chicos. Con papel albar se hizo una especie de arrollo y a la orilla estaban las figuritas de las lavanderas. Un pastorcito iba camino del portal con un cordero al hombro. La cena pobre consistió en castañas y algo de asado. El villancico que cantamos aun resuena en mis orejas. “Sobre tu cunita niño he visto arder una farolica como la del tren… que alumbra con gas a la medianoche y a la madrugá” era un cantar ferroviario y era apropiado para aquel momento pues vivíamos al lado de la estación cerca de la Dehesa Boyal que donó al concejo Enrique IV y donde se celebraba por san Pedro la gran feria de ganado. El pitido del tren traspasaba el silencio de la madrugada. Habíamos aprendido cuando dormíamos y la señal acústica de los convoyes que iban lejos nos despertaban a distinguir a un mercancías que solían circular hasta el alba, del correo de Santander o del automotor de Medina o los trenes militares que llevaban soldaditos hasta África. Mi padre se puso algo melancólico recordado otras navidades del ayer, los pensamientos se alejaban en la evocación de las Nochebuenas en la majada o en el frente de Teruel. La nochebuena se viene la nochebuena se va y nosotros nos iremos para no volver más. Levantados los manteles, mi padre me preguntó si iba a misa de gallo y yo le dije que sí, tengo que ayudar. ¿Quién es el capellán? Don Valeriano. Pues abrigate, hijo. No olvides el tapabocas ni el pasamontañas. Había caído una gran nevada y era tan brillante la luna que la noche parecía iluminada. Hasta llegar a la fuente de la Dehesa tenía que pasar el puente de Valdevilla, atravesar la cuesta que eleva el Río clamores al ocultarse como un Guadiana, cruzar por entre medias de la Base Mixta y la cárcel cerca de los jardines de Villangela, desde donde se subía por la plaza de toros a los centenarios depósitos de agua del acueducto, la fabrica de Caretas donde se fabricó el biscuter y la de Klein donde se fabricaran caretas antigas de la primera guerra mundial. Todo era campo por aquellos días de mediado el siglo XX pero en el siglo XV tupido bosque donde solía cazar el Rey Nuestro señor y sería precisamente en una quinta de recreo donde se alzaría el palacio-monasterio bajo la advocación de San Antonio de Padua, san Antonio el Real. Hacía yo el recorrido cuatro veces dos por la mañana y dos por la tarde y me conocía cada recoveco, cada castaño de Indias y allí empezó mi fascinación por roma y por la historia de España desde aquel día que vi sacar unos huesos en una rumba romana que excavaron a la puerta misma de donde estaba la casa del capellán de las hermanitas de los pobres. En el epígrafe se decía que la difunta era una “puella” (muchacha) que falleció a los quince años. Tanto el capellán don Pablo como don Valeriano leyeron el epígrafe y rezaron una oración por el eterno descanso de aquella adolescente muerta en los tiempos de Trajano. Hacía frío y me abrigué con el tapabocas. En la dehesa boyal dormían los rebaños de la Mesta miles de cabeza de ganado. Los mastines me ladraban al pasar pero el rabadán de vigilancia me advirtió que caminase sin miedo, los perros no te harán nada, chaval, y menos hoy, repuse hoy que ha nacido Dios:
-¿Vas a misa de gallo?
-Sí, señor.
-Pues felices pascuas, zagal.
Cerca de la base mixta y frente al dispensario antituberculoso me asomé a la verja donde yacía desportillado un carro de combate de la primera guerra mundial, ruedas enormes, ¿Qué haría en Segovia aquella reliquia de la batalla del Somme? Rápidamente al rebufo de los muros leprosos de la huerta de las monjas, altos muros misteriosos de adobe me planté en el convento escondido entre un bosque casi de olmas. Como don Valeriano se había puerto malo le sustituyó como oficiante el capellán del hospicio don Ramón. Que era un cura alto con un gran corpachón que remataba en una cabeza de garbanzo y una voz profunda. Conocía todos los misterios de la historia de España aquel buen capellán. Entré en la sacristía y sor Fuencisla la demandadera ya tenía preparadas las vinajeras, sentí su voz detrás de las cortinas de la clausura del coro bajo:
-Buenas noches, sor Fuencisla.
-Buenas noches, hijo y alegría.
-Sí, señora, alegría y placer que esta noche nace el niño en el portal de Belén.
-Me gusta ¡qué bien te los sabes! Debes de ser un chico listo.
-No se crea, sor, el latín no se me da mal pero no me entran las matemáticas
Sor Fuencisla estaba más contenta que unas pascuas y me dijo que en el convento hubo fiesta y tambien entonaron villancicos al Niño Jesús como en todos los hogares españoles por tan señalada fecha. Al poco llegaba don Ramón que venía tosiendo- pues era un empedernido fumador y moriría el hombre al poco tiempo de la caja cambios- desde el zaguán un tanto azacaneado y moviendo para los lados la cabeza y con las botas cubiertas de nieve manteos y capisayos al desgaire accionando los brazos largos. Pendulaba en todas direcciones el buen capellán su cabeza insignificante y pequeñita, de garbanzo. Sí; tenía un melón ridículo sobre los hombres pero en aquella testa cabía toda la historia de España de la cual nos daba clases magistrales y se cabreaba muchísimo cuando aquellos libros de texto ponían cosas muy desagradables sobre el monarca de la granada y del reinado agridulce. Por eso en el seminario los latinos le pusimos de mote Don Cicerón que es lo que significa el apodo en la lengua del Lacio. Creo que por ese cabo me convencí de que el rey segoviano había sido difamado y que sería preciso rehabilitar su figura de tanto escarnio.
Se vistió el presbítero a toda prisa los ornamentos blancos y yo mismo con otro monaguillo que se llamaba Otero salimos con paso solemne de la sacristía, uno portaba el cirial y el otro un incensario. El coro empezó a entonar la antífona:
Asperges me, Domine, hisopo et mundabor. Lavabis me et super nivem dealbabor.
Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Vidi aquam egredientem de templo et omnes ad quos pervenit aqua ista salvi facti sunt et dicent: aleluya
Las notas gregorianas del asperges en tono andante ma non tropo resonaban hermosas cantadas por las voces blancas de las clarisas y habían sonado en aquel templo desde su fundación por el rey don Enrique nuestro Señor durante medio milenio. Era el catolicismo “at work” en su gloriosa tradición de “business as usual”. Pasan las generaciones, nacen y mueren los hombres, las primeras que lo cantaron yacían en humildes sepulturas, amortajadas con el cordón franciscano de tierra en la Huerta del Nogal en el patio central del convento. Luego don Ramón con su voz cascada y potente de fumador empedernido pronunció el exorcismo:
Exaudi nos domine sancte páter aeterne Deus et mittere digneris sanctum angelum tuum de coelis qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitáculo
El preste sabía que su negocio tenía que ver con la eternidad y rogaba para que alejase el espiritu del mal a todos los moradores de aquella casa. Amen. Estaban todas las lámparas encendidas. El retablo de la crucifixión con sus maravillosas figuras de arte flamenco en relieve, tan vividas y tan copiadas al natural que hacían pensar en cómo era el rostro de los hombres en la edad media, no sólo los reyes sino los menestrales, los rabadanes y los tejedores que iban y venían a Flandes con la lana de las merinas de Segovia, refulgía como los chorros del oro. San Antonio de Padua, talla neogótica, con un misal en la mano, y su cerquillo de fraile menor iluminándole el rostro En las paredes de damasco colgaban algunos cuadros religiosos con reporteros en los cuales se representaba el escudo de armas de los Reyes Católicos, (que dotaron al convento, si bien fue su predecesor el que lo fundara habilitando para la ocasión una finca a la afueras que tenía para sus recreos cinegéticos) y escenas de la Natividad y allí estaban los bancos de roble macizo que lucían entremedias las armas de Castilla y el blasón del penúltimo de la Casa Trastamara: una granada. Buen símbolo porque decía don Enrique:
-He aquí mi agridulce reinar.
Estaban vacíos los bancos porque debido a la gran nevada había acudido poco personal a aquella misa del gallo. Únicamente cuatro viejas así como el carpintero Geroteo el mejor feligrés de aquella comunidad, una buena persona pero que tenía fama de empinar el codo un poquito y aquella nochebuena había pimplado de más porque olía a anís que le llevaban los demonios cuando fui a darle a besar el portapaz. Con esa generosidad de los beodos el bueno de Geroteo y sonriéndome cordial sacó de la pelliza una moneda y me dio un duro de plata:
-Toma, monago, tu aguinaldo.
Pocas veces a lo largo de mi carrera como monaguillo y seminarista he visto brillar tanta alegría y tanta munificencia como en los ojos de aquel borrachín. Tampoco tanto oro. El cristianismo suele ser generoso. Un duro cinco, pesetas de las de entonces constituían un dineral para los niños de mi edad. Guarde Dios tu alma cristiana, Geroteo y este gesto me persuade en mis convicciones de que nada es lo que parece en este mundo que hay que ir con pies de plomo a la hora de enunciar juicios de valor. Cuando fue a besar al Niño y yo sostenía a don Ramón el humeral, Geroteo con paso vacilante y la cara roja me guiñó un ojo. La misa terminó en la efervescencia y candor con que la liturgia católica guarda para esta santa noche. En la iglesia hacía un frío que pelaba porque no había calefacción ni estufas por aquel entonces. Sin embargo puede ser y así ahora lo pienso que la luz que fulgía de la estrella del portal de Belén calentase nuestros cuerpos y nuestras almas. Ya en la sacristía las buenas monjitas nos agasajaron con vino de misa soplillos y pastas. Sor Fuencisla que me tenía buen concepto me encareció que fuese bueno y que estudiase y que siguiera devoto de San Antonio. Así lo soy y lo he sido toda mi vida. El órgano remató glorioso una fuga de Bach interpretada por una de las hijas de Santa Clara de Asís que en el siglo había estudiado siete años de conservatorio, Sor Jesusa, y las notas golpeaban caricias sobre los empinos de las bóvedas de crucería y los arcos escarzanos y conopiales. Dirigiendo mensajes de amor divino hacia la luna llena que asomaba yerta y pasmada por entre los vitrales de la nave del crucero Una nochebuena más. A la salida y entre la euforia de los vapores del licorcillo de consagrar más de tres copas generosas me tomé con la aquiescencia del capellán y de la propia priora que un día es un día, bajó un arco que lleva al salón del trono, tuve una visión. Yo vi acercarse a un caballero, llevaba sobre los hombros un ropón de cordero que le cubría la pelliza, un turbante como los de los moros. Era rubio, trabado de hombros, una barba rojiza, los pies grandes, las manos como manoplas de segador y un aspecto campechano pero había una indecisión que recobraba su persona, timidez y amabilidad, transmitía llaneza y familiaridad. Bien pudiera pasar por un tratante de los que acudían al azoguejo los jueves de mercado y que después de comer cordero asado regado con clarete de Peñafiel se ponían un palillo entre los dientes y se sentían felices en su pobreza, pero había una distinción en su rostro y unos ojos claros y misteriosos de rey godo, cuya sangre corría por sus venas mezcladas con las de todas las dinastías de Europa: los Valois, los Plantagenet, los Lancaster y la de la casa de Anjou y de Viana y un cierto reposo pleno de dignidad, porque, “donde ponía- escriben los cronistas- la vista mucho le duraba el mirar. Este lento mirar le convertían en un ser distinto a los demás. A todas luces se trataba de un personaje majestuoso. No debía de ser muy friolero aunque bien pudiera ser que los cuerpos gloriosos no acusan el acoso de los incidentes climatológicos ni padecen enfermedades. Era don Enrique igual que yo me lo imaginara. Me recordaba a mi abuelo con su nariz y con sus fuertes corvas, la cuadratura algo petiza de los labrantines que por aquellos días se pasaban la vida inclinados sobre el surco, segando, bieldando, dando haces en ese ir y venir castellano que llaman acarrear. Todo es movimiento y variación.
Se fue a sentar junto a una mesa de pino junto a un altar y se reclinó sobre el respaldo del sillón frailuno. Había mandado traer un brasero y de vez en cuando revolvía la ceniza con una badila.
-Hace frío en Segovia y mucho más la noche de Navidad. Ven, chiquito.
Comprendí quien era el fantasma. Mis sueños o mis delirios me habían trasladado hacia el propio Rey el cuarto de los Enriques de Castilla.
- Aquí estoy, Majestad.
- Somos paisanos. A ti te bautizaron en San Millán y yo recibía las aguas santificantes en la de San Martín.
- ¿Y eso cómo lo sabe, Majestad?
- Las almas de los difuntos somos espíritus puros y podemos penetrar en todos los misterios de la condición humana. Conocemos el pasado el presente y el futuro. He venido a darme una vuelta por mi heredad. Este era mi palacio de verano. En vida a mí me gustaba mucho cazar. Cuando abatía un jabalí lo asábamos a la estaca en esa cocina enorme del monasterio que tú habrás visto y luego nos lo comíamos en amistad aunque por su ley la carne de cerdo estaba prohibida. Menudas cuchipandas.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Eran todos ellos moros de Aragón.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Era todos ellos moros de Aragón.
No me sorprendió aquella respuesta de aquel bien rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear. En aquella fatiga se reflejaba quizás la eternidad del mundo. Dentro del movimiento y variación todo es igual y también la sabiduría del conocimiento de los hombres. La condición humana sigue aferrada a los principios de la casuística. Me dijo que uno nacía ladrón, otro forzador de doncellas, aquel homicida y esotro para la gramática o la especulación. Unos se entregan al vino y a los placeres de la panza y otros sólo prueban el agua. Unos blancos y otros negros, unos grandes y otros chicos. Unos valetudinarios y enfermizos y otros que no toparon jamás con un galeno. Y entretanto realizaba estas reflexiones jugaba con la granada de su blasón como si fuese una pelota. Ama y haz lo que quieras, comentaba san Agustín pero eso es sólo retórica. Nunca se podrá acomodar a esa perspectiva de amar al prójimo como a ti mismo. Tales expresiones no resultaban sino hablar bonito. Tu pusilanimidad alteza nace de tu sabio conocimiento del ser humano. Prefiero cazar por esos montes. Las alimañas del campo son menos dañinas que algunos palaciegos de mi corte. Eligió buen símbolo como lema para su reinado agridulce. La granada es el fruto que más se parece al almibar y al acíbar. Más que un blasón era una profecía. Entraremos en Granada mas eso quedará para mis sucesores. ¿Y de qué nos servirá vencer a los moros si no somos dueños de nostros mismos?, dijo en un tono más reflexivo. La iglesia se había transformado en palacio. Sonó un rabel y unos puericantores cruzaron la habitación y saludaron al Rey:
-Buena pascua y buenos años, Alteza.
Don Enrique se les quedó largo rato mirando pero no pronunció palabra. Subía y bajaba la música del rabel alternando la clave de los arpegios. Uno de los juglares de palacio con motivo de la Navidad para hacer dedos componía un madrigal a su amada. Un rabino con un cantoral enorme con herrajes se llegó hizo una reverencia y le besó la mano. El librote que llevaba bajo el brazo era el Talmud con todas las enseñanzas. Se sentía el ladrar bronco de los lebreles de la jauría. Piafaban los mulos en las caballerizas. El pastelero de Madrigal en la cocina alimentada por leños de roble preparaba un guiso preferente. Otros rancheros doraban la carne de un buey que sería servido al día siguiente en el convite que daba su Majestad todos los años por estas fechas a los nobles de Segovia, al corregidor y al obispo. Le miré de nuevo y su aspecto era de total fatiga como si humillado y preterido hubiera alzado bandera blanca frente al cruel destino. Entonces despareció la visión. Todavía me dio tiempo a vagar por las dependencias de la mansión. Estaba habitada por frailes menores de la observancia y por claustrales. Los descalzos discutían con los calzados. Uno de forma muy violenta apostrofaba a un compañero que decía llamarse fray Pedro de Villacastín por habersele visto por malos pasos a altas horas de la madrugada por los lupanares de Segovia y este respondía que acompañaba al rey en estas giras por la ciudad a casa de las visitadoras y que más pecaba la lengua que el ojo. Contó la historia de doña Guiomar de la cual el rey estaba muy prendado con gran enojo de la reina doña Juana. Otro de los religiosos contaba cosas maravillosas del monarca no sólo sus proezas sexuales de quinque in eadem nocte sino su fuerza inaudita de domador de leones porque tenía una partida de estos animales que le había regalado el rey de Granada y que él solo entraba en la jaula para darles de comer y que estas fieras en lugar de atacarle le lamían la mano. Observantes y claustrales se llevaban a matar por lo que la conllevancia resultaba harto problemática en aquel monasterio. Pleitos entre claustrales y observantes, la cosa llega hasta Cisneros y parece mentira que perteneciendo ambos bandos a la misma orden del cordón sus actitudes tengan poco de seráficas y mucho menos de cristianas. Igual ocurre entre los agustinos regulares y los monacales, el Carmen descalzo y los que llevaban zapatos.
Al rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear le hastiaba la vehemencia con que cada feudo enarbolaba su estandarte porque -sepan cuantos- era un príncipe que detestaba la violencia y se desmayaba a la vista de la sangre. Me preguntó qué que era lo que quería ser de mayor y torció el gesto.
-Tú no vales para clérigo ni para político. Tienes alma de guerrero pero como eso no puede ser, abrazarás la vida áspero e ingrata de las letras; escritor, mi cronista.
Aun desconociendo a punto fijo cual era el significado de aquel augurio que enunciaba (ciertamente, a mí me gustaba emborronar y mandaba mis articulitos y mis cuentos al “Sígueme” y a la “Hoja parroquial y alguna vez mi nombre en letras de molde) la idea me atraía. Escribir por tu propia cuenta y riesgo, tener ideas personales, no vivir a lo borrego, no comulgar con ruedas de molino y pensar por boca de ganso, lo que diga la masa, peligroso oficio y arriscado afán. Me iba a uncir al yugo compartiendo el infortunio y la soledad del hombre de letras. Largas vigilias, trabajo perdido, mayúsculas decepciones, mensajes del naufrago dentro de una botella. Vivir hablando y pensando con los difuntos apartándose de los vivos. A sabiendas de querer robar el fuego sagrado a los dioses y de entrar en el laberinto de Creta burlando al cancerbero universal, ese que no habla, no sabe no contesta y cuando lo interrogas hace un movimiento de sí o no con la cabeza. Recorrer el dédalo de la literatura si no llevas contigo el ovillo de Ariadna es exponerte a las cornadas del Minotauro que es un mihura que no falla ninguna de sus embestidas. Los pensadores son humillados y ofendidos. Al vulgo no se le puede llevar la contraria que sólo cree en el poder y en la riqueza en los placeres del lecho y de la mesa.
-Pese a todo, niño segoviano, conocerás el Bien, la Verdad y la Belleza. Y ese es el Cristo- dijo su Majestad rompiendo un largo silencio de taciturnos pensativos- Aunque se desprecie la doctrina y las togas cedan a las armas. Serás rebelde y comunero.
-Entraremos en Granada, señor.
-Eso se hará. Pero yo no lo veré. Boabdil chiquito entregará las llaves de la alhambra a mi sucesora y hermana. Se habrá consumado un sueño, culminaremos el prpósito de venganza de la ignominia de la Cava Florinda. Ese es el sueño de España, la unidad nacional bajo el reinado de la cruz. Yo no sé si lo he conseguido pero pelée en Gibraltar y aquí estan las heridas en mi cuerpo para probarlo y mis caballeros, Enrique de Guzmán y el Conde de Niebla colocaron el pabellón de Castilla en lo alto del peñote.
-Actualmente sólo hay ingleses y moros.
-Hasta que Gibraltar no sea tierra española cundirá la desazón y volverán los bandos y las armas de los españoles unos contra otros-dijo el Monarca Misterioso. Y prosiguió:
-Soy amigo de moros porque quiero atraerlos hacia nuestra causa. Son buena gente pero acérrima. Muy cabezotas, hijo, muy cabezotas. Lo malo es que detrás del moro está el judío y ambas religiones confabuladas contra nosotros constituyen un enemigo casi invencible. Ello forma parte sin embargo de la maldición de don Rodrigo.
Casi me dieron ganas de abrazarle pero como sabía que era un ángel o un trasgo que bullía en mi cabeza no me atreví. Me quedé mirando para el artesonado de siete faldones que se alzaba sobre nuestras cabezas, una maravilla del arte morisco, con las estrellas de David labradas en pan de oro y toda esa esgrafía morisca de talante tan segoviano que huye de estampar en las paredes la figura humana y se entrega a los arabescos y ajarafes, en labor de ataujía, para no desairar al Profeta. Las tres culturas bajo la preeminencia de la cruz eran impronta enriqueña y se perdió mi mirada entre los baquetones y boceles de la capilla de Santa Úrsula. Más arriba coronaba el palacio la espadaña de ladrillo rojo con su tejadoz liso de pizarra, su tortea y su veleta. La campana estaba sonando a maitines y en el halda podría leerse la inscripción latina Henricus me fecit.
-Muchas misas me habrán dicho las queridas monjas
el aire se remansaba y cruzaba los ámbitos del monasterio una inusual quietud. Estábamos en el salón del trono el rey y yo arropados por la imagen del querido san Antonio que él donara y un cristo atado a la columna que debió de salir del buril del Divino Morales. Defenderemos la verdadera fe y Dios nos ayude. De lo que ocurra después mejor no preocuparse. Alguien llorará sobre nuestras cenizas. En la sala capitular la tumba que él construyó para su enterramiento. Lo inhumaron en Guadalupe al lado de su madre la portuguesa doña Juana. Recordé un cantar que me enseñó mi madre al Antonio divino y santo:
si busca milagros, mira: muerte y error desterrados
miseria y demonio huidos leprosos y enfermos sanos
el mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos
el peligro se retira los pobres van remediados cuéntenlo los socorridos díganlo los paduanos
En aquel instante el espectro despareció y yo me perdí por los pasillos del gran laberinto de la existencia
AGRIDULCE REINAR
Aquella navidad de mi niñez tocamos la zambomba, hicimos música rascando la botella de anís con el almirez y cantamos villancicos ante el belén que había colocado mi hermano Nano adornando con musgo el portal traído de las peñas de la cantera donde se afanaba en su pobreza el Tío Enrique y su cuervo al que había enseñado a hablar y a decir palabrotas a los chicos. Con papel albar se hizo una especie de arrollo y a la orilla estaban las figuritas de las lavanderas. Un pastorcito iba camino del portal con un cordero al hombro. La cena pobre consistió en castañas y algo de asado. El villancico que cantamos aun resuena en mis orejas. “Sobre tu cunita niño he visto arder una farolica como la del tren… que alumbra con gas a la medianoche y a la madrugá” era un cantar ferroviario y era apropiado para aquel momento pues vivíamos al lado de la estación cerca de la Dehesa Boyal que donó al concejo Enrique IV y donde se celebraba por san Pedro la gran feria de ganado. El pitido del tren traspasaba el silencio de la madrugada. Habíamos aprendido cuando dormíamos y la señal acústica de los convoyes que iban lejos nos despertaban a distinguir a un mercancías que solían circular hasta el alba, del correo de Santander o del automotor de Medina o los trenes militares que llevaban soldaditos hasta África. Mi padre se puso algo melancólico recordado otras navidades del ayer, los pensamientos se alejaban en la evocación de las Nochebuenas en la majada o en el frente de Teruel. La nochebuena se viene la nochebuena se va y nosotros nos iremos para no volver más. Levantados los manteles, mi padre me preguntó si iba a misa de gallo y yo le dije que sí, tengo que ayudar. ¿Quién es el capellán? Don Valeriano. Pues abrigate, hijo. No olvides el tapabocas ni el pasamontañas. Había caído una gran nevada y era tan brillante la luna que la noche parecía iluminada. Hasta llegar a la fuente de la Dehesa tenía que pasar el puente de Valdevilla, atravesar la cuesta que eleva el Río clamores al ocultarse como un Guadiana, cruzar por entre medias de la Base Mixta y la cárcel cerca de los jardines de Villangela, desde donde se subía por la plaza de toros a los centenarios depósitos de agua del acueducto, la fabrica de Caretas donde se fabricó el biscuter y la de Klein donde se fabricaran caretas antigas de la primera guerra mundial. Todo era campo por aquellos días de mediado el siglo XX pero en el siglo XV tupido bosque donde solía cazar el Rey Nuestro señor y sería precisamente en una quinta de recreo donde se alzaría el palacio-monasterio bajo la advocación de San Antonio de Padua, san Antonio el Real. Hacía yo el recorrido cuatro veces dos por la mañana y dos por la tarde y me conocía cada recoveco, cada castaño de Indias y allí empezó mi fascinación por roma y por la historia de España desde aquel día que vi sacar unos huesos en una rumba romana que excavaron a la puerta misma de donde estaba la casa del capellán de las hermanitas de los pobres. En el epígrafe se decía que la difunta era una “puella” (muchacha) que falleció a los quince años. Tanto el capellán don Pablo como don Valeriano leyeron el epígrafe y rezaron una oración por el eterno descanso de aquella adolescente muerta en los tiempos de Trajano. Hacía frío y me abrigué con el tapabocas. En la dehesa boyal dormían los rebaños de la Mesta miles de cabeza de ganado. Los mastines me ladraban al pasar pero el rabadán de vigilancia me advirtió que caminase sin miedo, los perros no te harán nada, chaval, y menos hoy, repuse hoy que ha nacido Dios:
-¿Vas a misa de gallo?
-Sí, señor.
-Pues felices pascuas, zagal.
Cerca de la base mixta y frente al dispensario antituberculoso me asomé a la verja donde yacía desportillado un carro de combate de la primera guerra mundial, ruedas enormes, ¿Qué haría en Segovia aquella reliquia de la batalla del Somme? Rápidamente al rebufo de los muros leprosos de la huerta de las monjas, altos muros misteriosos de adobe me planté en el convento escondido entre un bosque casi de olmas. Como don Valeriano se había puerto malo le sustituyó como oficiante el capellán del hospicio don Ramón. Que era un cura alto con un gran corpachón que remataba en una cabeza de garbanzo y una voz profunda. Conocía todos los misterios de la historia de España aquel buen capellán. Entré en la sacristía y sor Fuencisla la demandadera ya tenía preparadas las vinajeras, sentí su voz detrás de las cortinas de la clausura del coro bajo:
-Buenas noches, sor Fuencisla.
-Buenas noches, hijo y alegría.
-Sí, señora, alegría y placer que esta noche nace el niño en el portal de Belén.
-Me gusta ¡qué bien te los sabes! Debes de ser un chico listo.
-No se crea, sor, el latín no se me da mal pero no me entran las matemáticas
Sor Fuencisla estaba más contenta que unas pascuas y me dijo que en el convento hubo fiesta y tambien entonaron villancicos al Niño Jesús como en todos los hogares españoles por tan señalada fecha. Al poco llegaba don Ramón que venía tosiendo- pues era un empedernido fumador y moriría el hombre al poco tiempo de la caja cambios- desde el zaguán un tanto azacaneado y moviendo para los lados la cabeza y con las botas cubiertas de nieve manteos y capisayos al desgaire accionando los brazos largos. Pendulaba en todas direcciones el buen capellán su cabeza insignificante y pequeñita, de garbanzo. Sí; tenía un melón ridículo sobre los hombres pero en aquella testa cabía toda la historia de España de la cual nos daba clases magistrales y se cabreaba muchísimo cuando aquellos libros de texto ponían cosas muy desagradables sobre el monarca de la granada y del reinado agridulce. Por eso en el seminario los latinos le pusimos de mote Don Cicerón que es lo que significa el apodo en la lengua del Lacio. Creo que por ese cabo me convencí de que el rey segoviano había sido difamado y que sería preciso rehabilitar su figura de tanto escarnio.
Se vistió el presbítero a toda prisa los ornamentos blancos y yo mismo con otro monaguillo que se llamaba Otero salimos con paso solemne de la sacristía, uno portaba el cirial y el otro un incensario. El coro empezó a entonar la antífona:
Asperges me, Domine, hisopo et mundabor. Lavabis me et super nivem dealbabor.
Miserere mei Deus secundum magnam misericordiam tuam. Vidi aquam egredientem de templo et omnes ad quos pervenit aqua ista salvi facti sunt et dicent: aleluya
Las notas gregorianas del asperges en tono andante ma non tropo resonaban hermosas cantadas por las voces blancas de las clarisas y habían sonado en aquel templo desde su fundación por el rey don Enrique nuestro Señor durante medio milenio. Era el catolicismo “at work” en su gloriosa tradición de “business as usual”. Pasan las generaciones, nacen y mueren los hombres, las primeras que lo cantaron yacían en humildes sepulturas, amortajadas con el cordón franciscano de tierra en la Huerta del Nogal en el patio central del convento. Luego don Ramón con su voz cascada y potente de fumador empedernido pronunció el exorcismo:
Exaudi nos domine sancte páter aeterne Deus et mittere digneris sanctum angelum tuum de coelis qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitáculo
El preste sabía que su negocio tenía que ver con la eternidad y rogaba para que alejase el espiritu del mal a todos los moradores de aquella casa. Amen. Estaban todas las lámparas encendidas. El retablo de la crucifixión con sus maravillosas figuras de arte flamenco en relieve, tan vividas y tan copiadas al natural que hacían pensar en cómo era el rostro de los hombres en la edad media, no sólo los reyes sino los menestrales, los rabadanes y los tejedores que iban y venían a Flandes con la lana de las merinas de Segovia, refulgía como los chorros del oro. San Antonio de Padua, talla neogótica, con un misal en la mano, y su cerquillo de fraile menor iluminándole el rostro En las paredes de damasco colgaban algunos cuadros religiosos con reporteros en los cuales se representaba el escudo de armas de los Reyes Católicos, (que dotaron al convento, si bien fue su predecesor el que lo fundara habilitando para la ocasión una finca a la afueras que tenía para sus recreos cinegéticos) y escenas de la Natividad y allí estaban los bancos de roble macizo que lucían entremedias las armas de Castilla y el blasón del penúltimo de la Casa Trastamara: una granada. Buen símbolo porque decía don Enrique:
-He aquí mi agridulce reinar.
Estaban vacíos los bancos porque debido a la gran nevada había acudido poco personal a aquella misa del gallo. Únicamente cuatro viejas así como el carpintero Geroteo el mejor feligrés de aquella comunidad, una buena persona pero que tenía fama de empinar el codo un poquito y aquella nochebuena había pimplado de más porque olía a anís que le llevaban los demonios cuando fui a darle a besar el portapaz. Con esa generosidad de los beodos el bueno de Geroteo y sonriéndome cordial sacó de la pelliza una moneda y me dio un duro de plata:
-Toma, monago, tu aguinaldo.
Pocas veces a lo largo de mi carrera como monaguillo y seminarista he visto brillar tanta alegría y tanta munificencia como en los ojos de aquel borrachín. Tampoco tanto oro. El cristianismo suele ser generoso. Un duro cinco, pesetas de las de entonces constituían un dineral para los niños de mi edad. Guarde Dios tu alma cristiana, Geroteo y este gesto me persuade en mis convicciones de que nada es lo que parece en este mundo que hay que ir con pies de plomo a la hora de enunciar juicios de valor. Cuando fue a besar al Niño y yo sostenía a don Ramón el humeral, Geroteo con paso vacilante y la cara roja me guiñó un ojo. La misa terminó en la efervescencia y candor con que la liturgia católica guarda para esta santa noche. En la iglesia hacía un frío que pelaba porque no había calefacción ni estufas por aquel entonces. Sin embargo puede ser y así ahora lo pienso que la luz que fulgía de la estrella del portal de Belén calentase nuestros cuerpos y nuestras almas. Ya en la sacristía las buenas monjitas nos agasajaron con vino de misa soplillos y pastas. Sor Fuencisla que me tenía buen concepto me encareció que fuese bueno y que estudiase y que siguiera devoto de San Antonio. Así lo soy y lo he sido toda mi vida. El órgano remató glorioso una fuga de Bach interpretada por una de las hijas de Santa Clara de Asís que en el siglo había estudiado siete años de conservatorio, Sor Jesusa, y las notas golpeaban caricias sobre los empinos de las bóvedas de crucería y los arcos escarzanos y conopiales. Dirigiendo mensajes de amor divino hacia la luna llena que asomaba yerta y pasmada por entre los vitrales de la nave del crucero Una nochebuena más. A la salida y entre la euforia de los vapores del licorcillo de consagrar más de tres copas generosas me tomé con la aquiescencia del capellán y de la propia priora que un día es un día, bajó un arco que lleva al salón del trono, tuve una visión. Yo vi acercarse a un caballero, llevaba sobre los hombros un ropón de cordero que le cubría la pelliza, un turbante como los de los moros. Era rubio, trabado de hombros, una barba rojiza, los pies grandes, las manos como manoplas de segador y un aspecto campechano pero había una indecisión que recobraba su persona, timidez y amabilidad, transmitía llaneza y familiaridad. Bien pudiera pasar por un tratante de los que acudían al azoguejo los jueves de mercado y que después de comer cordero asado regado con clarete de Peñafiel se ponían un palillo entre los dientes y se sentían felices en su pobreza, pero había una distinción en su rostro y unos ojos claros y misteriosos de rey godo, cuya sangre corría por sus venas mezcladas con las de todas las dinastías de Europa: los Valois, los Plantagenet, los Lancaster y la de la casa de Anjou y de Viana y un cierto reposo pleno de dignidad, porque, “donde ponía- escriben los cronistas- la vista mucho le duraba el mirar. Este lento mirar le convertían en un ser distinto a los demás. A todas luces se trataba de un personaje majestuoso. No debía de ser muy friolero aunque bien pudiera ser que los cuerpos gloriosos no acusan el acoso de los incidentes climatológicos ni padecen enfermedades. Era don Enrique igual que yo me lo imaginara. Me recordaba a mi abuelo con su nariz y con sus fuertes corvas, la cuadratura algo petiza de los labrantines que por aquellos días se pasaban la vida inclinados sobre el surco, segando, bieldando, dando haces en ese ir y venir castellano que llaman acarrear. Todo es movimiento y variación.
Se fue a sentar junto a una mesa de pino junto a un altar y se reclinó sobre el respaldo del sillón frailuno. Había mandado traer un brasero y de vez en cuando revolvía la ceniza con una badila.
-Hace frío en Segovia y mucho más la noche de Navidad. Ven, chiquito.
Comprendí quien era el fantasma. Mis sueños o mis delirios me habían trasladado hacia el propio Rey el cuarto de los Enriques de Castilla.
- Aquí estoy, Majestad.
- Somos paisanos. A ti te bautizaron en San Millán y yo recibía las aguas santificantes en la de San Martín.
- ¿Y eso cómo lo sabe, Majestad?
- Las almas de los difuntos somos espíritus puros y podemos penetrar en todos los misterios de la condición humana. Conocemos el pasado el presente y el futuro. He venido a darme una vuelta por mi heredad. Este era mi palacio de verano. En vida a mí me gustaba mucho cazar. Cuando abatía un jabalí lo asábamos a la estaca en esa cocina enorme del monasterio que tú habrás visto y luego nos lo comíamos en amistad aunque por su ley la carne de cerdo estaba prohibida. Menudas cuchipandas.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Eran todos ellos moros de Aragón.
- Ya pero cuando el hambre aprieta vacan las normas y prescripciones del Alcorán. Dios es uno. Y mis súbditos bebían vino a escondidas. Eran mis mejores soldados. Como albañiles insuperables. Xadel Alcalde un morisco de Burgos con su cuadrilla de alarifes construyó estos muros donde tú estás. Eran los que trabajaban por estos reinos. De mi huerto se cuidaba un tal Abderramán y cultivaba un pejugal que era digno de ver por sus lechugas y sus rábanos. Ese Abderramán edificio el monasterio del Paular. Era todos ellos moros de Aragón.
No me sorprendió aquella respuesta de aquel bien rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear. En aquella fatiga se reflejaba quizás la eternidad del mundo. Dentro del movimiento y variación todo es igual y también la sabiduría del conocimiento de los hombres. La condición humana sigue aferrada a los principios de la casuística. Me dijo que uno nacía ladrón, otro forzador de doncellas, aquel homicida y esotro para la gramática o la especulación. Unos se entregan al vino y a los placeres de la panza y otros sólo prueban el agua. Unos blancos y otros negros, unos grandes y otros chicos. Unos valetudinarios y enfermizos y otros que no toparon jamás con un galeno. Y entretanto realizaba estas reflexiones jugaba con la granada de su blasón como si fuese una pelota. Ama y haz lo que quieras, comentaba san Agustín pero eso es sólo retórica. Nunca se podrá acomodar a esa perspectiva de amar al prójimo como a ti mismo. Tales expresiones no resultaban sino hablar bonito. Tu pusilanimidad alteza nace de tu sabio conocimiento del ser humano. Prefiero cazar por esos montes. Las alimañas del campo son menos dañinas que algunos palaciegos de mi corte. Eligió buen símbolo como lema para su reinado agridulce. La granada es el fruto que más se parece al almibar y al acíbar. Más que un blasón era una profecía. Entraremos en Granada mas eso quedará para mis sucesores. ¿Y de qué nos servirá vencer a los moros si no somos dueños de nostros mismos?, dijo en un tono más reflexivo. La iglesia se había transformado en palacio. Sonó un rabel y unos puericantores cruzaron la habitación y saludaron al Rey:
-Buena pascua y buenos años, Alteza.
Don Enrique se les quedó largo rato mirando pero no pronunció palabra. Subía y bajaba la música del rabel alternando la clave de los arpegios. Uno de los juglares de palacio con motivo de la Navidad para hacer dedos componía un madrigal a su amada. Un rabino con un cantoral enorme con herrajes se llegó hizo una reverencia y le besó la mano. El librote que llevaba bajo el brazo era el Talmud con todas las enseñanzas. Se sentía el ladrar bronco de los lebreles de la jauría. Piafaban los mulos en las caballerizas. El pastelero de Madrigal en la cocina alimentada por leños de roble preparaba un guiso preferente. Otros rancheros doraban la carne de un buey que sería servido al día siguiente en el convite que daba su Majestad todos los años por estas fechas a los nobles de Segovia, al corregidor y al obispo. Le miré de nuevo y su aspecto era de total fatiga como si humillado y preterido hubiera alzado bandera blanca frente al cruel destino. Entonces despareció la visión. Todavía me dio tiempo a vagar por las dependencias de la mansión. Estaba habitada por frailes menores de la observancia y por claustrales. Los descalzos discutían con los calzados. Uno de forma muy violenta apostrofaba a un compañero que decía llamarse fray Pedro de Villacastín por habersele visto por malos pasos a altas horas de la madrugada por los lupanares de Segovia y este respondía que acompañaba al rey en estas giras por la ciudad a casa de las visitadoras y que más pecaba la lengua que el ojo. Contó la historia de doña Guiomar de la cual el rey estaba muy prendado con gran enojo de la reina doña Juana. Otro de los religiosos contaba cosas maravillosas del monarca no sólo sus proezas sexuales de quinque in eadem nocte sino su fuerza inaudita de domador de leones porque tenía una partida de estos animales que le había regalado el rey de Granada y que él solo entraba en la jaula para darles de comer y que estas fieras en lugar de atacarle le lamían la mano. Observantes y claustrales se llevaban a matar por lo que la conllevancia resultaba harto problemática en aquel monasterio. Pleitos entre claustrales y observantes, la cosa llega hasta Cisneros y parece mentira que perteneciendo ambos bandos a la misma orden del cordón sus actitudes tengan poco de seráficas y mucho menos de cristianas. Igual ocurre entre los agustinos regulares y los monacales, el Carmen descalzo y los que llevaban zapatos.
Al rey cristiano de ojos cansados que parecía harto de pelear le hastiaba la vehemencia con que cada feudo enarbolaba su estandarte porque -sepan cuantos- era un príncipe que detestaba la violencia y se desmayaba a la vista de la sangre. Me preguntó qué que era lo que quería ser de mayor y torció el gesto.
-Tú no vales para clérigo ni para político. Tienes alma de guerrero pero como eso no puede ser, abrazarás la vida áspero e ingrata de las letras; escritor, mi cronista.
Aun desconociendo a punto fijo cual era el significado de aquel augurio que enunciaba (ciertamente, a mí me gustaba emborronar y mandaba mis articulitos y mis cuentos al “Sígueme” y a la “Hoja parroquial y alguna vez mi nombre en letras de molde) la idea me atraía. Escribir por tu propia cuenta y riesgo, tener ideas personales, no vivir a lo borrego, no comulgar con ruedas de molino y pensar por boca de ganso, lo que diga la masa, peligroso oficio y arriscado afán. Me iba a uncir al yugo compartiendo el infortunio y la soledad del hombre de letras. Largas vigilias, trabajo perdido, mayúsculas decepciones, mensajes del naufrago dentro de una botella. Vivir hablando y pensando con los difuntos apartándose de los vivos. A sabiendas de querer robar el fuego sagrado a los dioses y de entrar en el laberinto de Creta burlando al cancerbero universal, ese que no habla, no sabe no contesta y cuando lo interrogas hace un movimiento de sí o no con la cabeza. Recorrer el dédalo de la literatura si no llevas contigo el ovillo de Ariadna es exponerte a las cornadas del Minotauro que es un mihura que no falla ninguna de sus embestidas. Los pensadores son humillados y ofendidos. Al vulgo no se le puede llevar la contraria que sólo cree en el poder y en la riqueza en los placeres del lecho y de la mesa.
-Pese a todo, niño segoviano, conocerás el Bien, la Verdad y la Belleza. Y ese es el Cristo- dijo su Majestad rompiendo un largo silencio de taciturnos pensativos- Aunque se desprecie la doctrina y las togas cedan a las armas. Serás rebelde y comunero.
-Entraremos en Granada, señor.
-Eso se hará. Pero yo no lo veré. Boabdil chiquito entregará las llaves de la alhambra a mi sucesora y hermana. Se habrá consumado un sueño, culminaremos el prpósito de venganza de la ignominia de la Cava Florinda. Ese es el sueño de España, la unidad nacional bajo el reinado de la cruz. Yo no sé si lo he conseguido pero pelée en Gibraltar y aquí estan las heridas en mi cuerpo para probarlo y mis caballeros, Enrique de Guzmán y el Conde de Niebla colocaron el pabellón de Castilla en lo alto del peñote.
-Actualmente sólo hay ingleses y moros.
-Hasta que Gibraltar no sea tierra española cundirá la desazón y volverán los bandos y las armas de los españoles unos contra otros-dijo el Monarca Misterioso. Y prosiguió:
-Soy amigo de moros porque quiero atraerlos hacia nuestra causa. Son buena gente pero acérrima. Muy cabezotas, hijo, muy cabezotas. Lo malo es que detrás del moro está el judío y ambas religiones confabuladas contra nosotros constituyen un enemigo casi invencible. Ello forma parte sin embargo de la maldición de don Rodrigo.
Casi me dieron ganas de abrazarle pero como sabía que era un ángel o un trasgo que bullía en mi cabeza no me atreví. Me quedé mirando para el artesonado de siete faldones que se alzaba sobre nuestras cabezas, una maravilla del arte morisco, con las estrellas de David labradas en pan de oro y toda esa esgrafía morisca de talante tan segoviano que huye de estampar en las paredes la figura humana y se entrega a los arabescos y ajarafes, en labor de ataujía, para no desairar al Profeta. Las tres culturas bajo la preeminencia de la cruz eran impronta enriqueña y se perdió mi mirada entre los baquetones y boceles de la capilla de Santa Úrsula. Más arriba coronaba el palacio la espadaña de ladrillo rojo con su tejadoz liso de pizarra, su tortea y su veleta. La campana estaba sonando a maitines y en el halda podría leerse la inscripción latina Henricus me fecit.
-Muchas misas me habrán dicho las queridas monjas
el aire se remansaba y cruzaba los ámbitos del monasterio una inusual quietud. Estábamos en el salón del trono el rey y yo arropados por la imagen del querido san Antonio que él donara y un cristo atado a la columna que debió de salir del buril del Divino Morales. Defenderemos la verdadera fe y Dios nos ayude. De lo que ocurra después mejor no preocuparse. Alguien llorará sobre nuestras cenizas. En la sala capitular la tumba que él construyó para su enterramiento. Lo inhumaron en Guadalupe al lado de su madre la portuguesa doña Juana. Recordé un cantar que me enseñó mi madre al Antonio divino y santo:
si busca milagros, mira: muerte y error desterrados
miseria y demonio huidos leprosos y enfermos sanos
el mar sosiega su ira, redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos
el peligro se retira los pobres van remediados cuéntenlo los socorridos díganlo los paduanos
En aquel instante el espectro despareció y yo me perdí por los pasillos del gran laberinto de la existencia
una burda maniobra contra Putin abocada a fallar
PUTIN EN LA CUERDA FLOJA. PERO FRACASA EL MOVIMIENTO CONTRA ÉL A TRAVÉS DE REDES SOCIALES, ESTRATAGEMA SIONISTA, PARA DESESTABILIZAR A RUSIA Y LLENAR EL MUNDO DE TERROR
La bestia ataca por Navidad. Monstruosa sarracina en dos iglesias nigerianas en la misa del gallo a la hora de alzar y cerca de cien muertos.
Un oscuro movimiento islamista los hilos los maneja sabe Dios qué Alá que urde la conspiración cristofóbica que nos estremece se atribuye el acto criminal. En Rusia el Inicuo también ha vuelto a mostrar su horrible cuenco ensangrentado en la calva y esa marca de nacimiento de su frente que a los que hemos seguido con cierto detenimiento nos hace pensar en el Apocalipsis. Algunos dicen que el antiguo lider del PCUS porta en su molondra el 666.
Nos referimos claro está a Miguel Gorbachov ese judío siberiano que desmontó la Unión Soviética. En Rusia nadie lo puede ver. Es un judas a sueldo de la propaganda occidental. Es un loser que vive de la complicidad y el complot de un peligroso sanedrín. Afortunadamente Putin se las tiene tiesas y se las tendrá. No es una caña movida por el viento.
Le atribuyen la manipulación de las elecciones del dos de diciembre pero el vulgo no sabe que en lo que llaman democracias occidentales los gobiernos entran y salen a voluntad de un sanedrín que da la acolada o rechaza al candidato que ellos nombren o propicien con su dinero y con la escolta de un aparato mediático.
Mientras giran los nombres en el bombo y las radios y los periódicos meten bulla ellos hacen caja al rebufo de “todo para mí”. La globalidad es de lo que se trata. Todo el poder para Wall Street. Suprimamos las naciones. Big brother is watching you etc. A Rajoy vino a investirle candidato Simón Pérez.
El gallego hará todo lo que ellos mandan y hasta se prosternará genuflexo y lamerá las botas a los Anases y Caifases modern time. Legislará no a favor de sus gobernados los españolitos en paro sino siguiendo las instrucciones de la gran gobernanza en cuyo cuadro de honor figuran ese sátiro DSK, la Lagarde, esa lagarta sentada sobre un montón de dinero, que viene de una aljama de Logroño y los de Logroño coño, o Cameron acólito de los Rotschild en Gran Bretaña junto Obama un judío negro como Sammy Davis Junior cuarterón.
La mafia ataca pero la movida de Gorbachov es un dejavu – Gorbi estás mas visto que el tebeo- una repetición de aquel encuentro a bordo del “Tigre” en que el jerifalte moscovita se rindió ante Bush, y se decretó el asesinato de Ceaucescu poco después de la caída del Muro de Berlín.
Tumultuosas e inquietantes horas las que vivimos pegados a la radio algunos en aquella nochebuena del 89 terminaba una década y empezaba la gran revolución. Pero la bestia vuelve al mundo siempre por Navidad. Cegado por la luz de Belén y lleno de encono, de envidia y de soberbia quiere llenar el mundo de tinieblas. Odia al género humano.
Abomina del santo nombre de Jesús ante el cual toda la creación hincará la rodilla. Es un ángel rebelde al fin y al cabo. Putin, ten fuerte. Mevdeved, esgrime tus misiles. Es el único lenguaje que entienden los asesinos.
lunes, 26 de diciembre de 2011
viernes, 23 de diciembre de 2011
RAJOY Y SU PANDA DE ARRIBISTAS Y LOGREROS
Un gobierno de trepas
Estaba claro que las huestes peperas estaban dominados por el “mono” del poder, y querían volver a pisar moqueta. En las democracias que yo he conocido y vivido me fascinó el equilibrio que existe entre la política y el bien común. Esta no es más que un servicio público. Cuando se jubilan los primeros ministros al abandonar Downing su retirada de la pública es total, suelen buscar un cottage en algún condado lejano y se dedican a cuidar de un pañuelo de tierra que ellos llaman jardín ajenos al mundanal ruido y al tráfago londinense. Callagaham se conformó con una modesta pensión, MacMillan escribió sus memorias, Lord Wilson pasaba horas leyendo en su sofá y fumando su cachimba que no abandonó hasta el final. Aquí perciben un sueldazo, coche oficial y gorilas para que nadie venga y les sacuda. No sería por falta de ganas darle una buena a Zapatero que se la merece para algunos pero ahí le tenemos tan pichi en un chalé de la Moraleja con su Travello y las góticas. Aquí se utiliza la política como trampolín para subir en la escala de valores y alcanzar el status de millonario (Bono, Su Majestad el Rey que no se sabe ni lo que gana, Urdiangrín, el yerno trincón, Loli Cospedal tres sueldazos, Pepiño Blanco que volverá a su Galicia con el riñón bien cubierto y olvidándose de cuando era el chico de los recados el botones que llevaba y traía las fotocopias, Felipe González, Serra, Manuel Chávez todo un califa y otros muchos pluriempleados y enchufados de la cosa publica)
Bien se conoce que no hay tradición democrática en este país y que todos ellos andaban lampando cuando la Oprobiosa y eran chicos del régimen que cantaban el cara al sol e iban a los campamentos de la Hoje. Esta época que me ha tocado vivir es la del trepa incorregible el del chico o la chica que el padre quiere en la administración a la fuerza con un enchufe de algún jerifalte o de grado mediante concurso oposición. Este es el caso de Soraya Sáenz de Santamaría de quien me consta se preparó para facultativo de Archivos y obtuvo un puesto en Simancas. Siguió opositando y sacó las de abogado del estado porque la niña hija de un mandamás del Movimiento tenía ambiciones y no se conformaba con un trabajo de ratón de bibliotecas. Es lo que será siempre y hasta en la cara se le pinta el aspecto de un múrido que se come los codos para colocarse en un puesto con opción a los garbanzos asegurados. Sin embargo, la ocasión la pintan calva y aquí tenemos a Sorayita niña modelo por lo lista y estudiosa que ha escalado la cucaña hasta lo más alto. En su cartera que abultaba más que ella cabían toda clase de papeles: los del paro, los de los comunicados oficiales y hasta los espías del CNI están bajo su férula. No me imagino a la nueve vicepresidente desenvolviéndose en una crisis bélica con Marruecos o si estalla un conflicto más grave ETA vuelve a m a atar o Israel hace rodar sus merkavas hasta más allá de Teherán y teniendo que abrir la caja de las bombas. En una crisis de esa envergadura los memoriones los trepas los que se saben bien la papela porque les ha tocado una bola que les gustaba y lo bordan están de más. La impresión que da este gobierno Rajoy equipo en el que la mayor parte son gente desconocida que responde al cliché de trepas es de una gran fragilidad. Un grupo de chicos listos a lo mejor de esos funcionarios que pisan fuerte porque fichan y están en nómina, y creen que España es su finca. Nada hicieron por defenderla y mejorarla. Lo suyo es cotejar el escalafón y chupar del bote. Estos quieren crear empleo y volver a la sociedad del bienestar. No son más que unos ilusos que viven de las renta y del país que les legó Franco y levantó con su sudor y su sangre Falange. Sorayita hija mejor que en un ministerio con esa cara de niño Jesús recién lavada estarías mejor en un concurso de un millón para el mejor que en un ministerio tratando de levantar una cartera que pesa más que tú
jueves, 22 de diciembre de 2011
TIENE CARA DE ENTERRADOR
Hoy es el día de la salud. El “Gordo” no nos tocó pero en las charcas españolas siguen croando las ranas. Cuaj… cuaj… monsergas políticas porque habitamos un mundo de consignas y de frases hechas. El nuevo mister presidente nombra gobierno. Apenas hay chicas en el gabinete excepto esa doña Pose Cepera que miraba con ojos hernecidos para el gran jefe. Yo quiero una cartera. Trepan por la cucaña los monstruos de la ambición. Entretienen a miss Shepperdy con respecto a la Chica abulta más la cartera que ella. Gobernar una nación no es lo mismo que ganar una oposición con premio fin de carrera. Lo malo de los ministros de miter Cobblers era que daban el pego de no ser zoquetes o al menos así nos lo parecían con sus modelitos de primeras marcas sus afeites y la apariencia de sus personas controlada por asesores de imágenes pero estos son tontos de los que salían en la foto. Todos los meses estaban en el cuadro de honor. Hemos vivido hasta ahora con el síndrome de los números uno pero luego la vida va exonerando utópicas cargas y corta las alas. Bajen ustedes el `pistón señores ministros. Lo malo es que todos tenían hambre de moqueta. Hay que conquistar el poder. Eran todo besos y abrazos sonrisas y lágrimas y esas miradas decían aquí nosotros que nos hemos currado la cartera. No me gusta Rajón porque tiene el rostro alargado de empresario de pompas fúnebres. Podría actuar perfectamente como padrino de un duelo ruso o ser el undertaker en un funeral inglés. Parece que le van el chaqué la chistera y los guantes blancos. Se ha cargado el ministerio de Cultura. A estos neocom hispanos la cultura les importa un ardite- manda en página la economía. No me de ustedes novelas mejor no verlas. El `prado no es más que un lugar detrás del buen retiro. Hoy casualmente pasaba por allí y había más de cien maromos echando carreras pedestres. No buscaban la corona del martirio. Todos y todas querían ser ministros/as. Al fondo de la meta les aguardaba don Mariano con cara de enterrador.
HAY QUE COMPRAR ESTE LIBRO ES UNA OBRA DE ARTE
ADQUIERA EL LIBRO “seminario vacío” UN BUEN REGALO DE REYES
Es una obra fundamental para conocer las cosas que están pasando en España desde la llamada “transición” en referencia a los cambios operados también en la Iglesia. Es una obra de amena lectura, de rica prosa enriquecida por un buen comando del castellano y el dominio de los recursos narrativos, en el marco de un ambiente melancólico en el que se añora un tiempo medieval y una sociedad española que despareció para nunca volver.
Garantizamos al lector que pasará un buen rato entregado a su lectura y que no podrá dar de mano al libro hasta llegar a la palabra “fin” lo que siempre es un signo determinativo de la calidad de una novela.
El autor es un veterano literato con muchos años de oficio a las espaldas. Cuenta con la boca grande lo que muchos españoles no se atreven a decir con la boca pequeña, en una sociedad dominada por el miedo, los convencionalismos, y el interés mercantilista de una España donde han muerto los ideales, que se niega a reconocer su pasado y de esta forma renuncia al futuro
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miércoles, 21 de diciembre de 2011
en el jubilo del sol victorioso
Fiesta del sol invicto
Oh solis invictus
Navidad de cristo
Campanas que tocan a gloria
Mañana en Belen
Así pasen cien dias
Tocarán a clamor
En jerusalén
CAMPANAS DE BELÉN
· Córdoba en su mezquita catedral tenía la campana que sonaba grande en las mañanicas de fiesta, pero yo creo que era menor que la de la Giralda de Sevilla, a la que llaman el campanón de la cristiandad y en mi ciudad de Segovia, los conciertos campaniles eran frecuentes. toque de campana reuniase el cabildo con el concejo Amamos los hispanos las campanas y los campanarios, sonoro esmeril de la gracia, y por las escaleras de la torre suben y bajan los Ángeles, me gusta escuchar el hurra triunfal de la resurrección para preguntarme con san pablo a las parcas oh muerte¿ do está tu victoria? las campanas eucarísticas trenzan la armonía de un regalo misterioso que se nos dio solo a los creyentes, supieron tocar a gloria pero también a fuego y a clamor, se acerca el Día de las Anima. Esta noche tocarán a muerto pero sabe enhebrar el badajo el repique de boda y hasta un villancico:
· En Belén tocan a fuego del portal salen las llamas
· Porque dicen que ha nacido
· El redentor de las almas
viernes, 16 de diciembre de 2011
LOS CAPIGORRONES DE RAJADIZO EL MIRÍFICO
Cartas devueltas
Desgastada la lengua de pegar sobres donde meto esperanza nadie responde. Donde pongo poemas, lágrimas, voces que devuelve el cartero: se desconoce.
Y puse bien las señas. Escribí donde me dictaba la sangre: Casa del hombre
RAMÓN DE GARCIASOL “apelación al tiempo”
Aquí nadie contesta. Nadie sabe nada de nada y por supuesto están en desuso las cartas de amor. Ha caído en desusos el género epistolar que con tanto tino cultivaron nuestros clásicos desde Jovellanos a Cela. Del que es este poema que espigo entre mis apuntaciones:
Mi vida es un erial
Que se va a tomar por culo
Y en mi camino fatal
Alguien va sembrando el mal
Con bastante disimulo.
El de Iría Flavia aquí parodia a Bécquer. En sus cartas a Antonio Vilanova, el catalán, se quejaba de un hecho cierto que esté país está plagado de hijos de puta. Abundan sobre todo en literatura pero también entre el funcionariado, la iglesia, la milicia, el vecindario. La balhurria o bahurria se desternilla de risa. Esto es un cachondeo. No podía ser más.
Te escriben anónimos amenazando que van a practicar contigo la balichería que es el arte de meter a un sujeto el dedo por el ano. Quieren darte polculo.
Basta ya de gestos miríficos en los besamanos y de rajadizos ministros genuflexos ante la Merkel cantando el tomad virgen pura de nuestros bolsillos, yo hago mis deberes, soy obediente y les voy a meter mano a todos los hispanos menos a los ricos.
Don Rajadizo el mirífico le llaman ya en este país donde abundan los devotos de san Isidro los que sin dar un palo al agua esperan que los bueyes aren solos guiados por la mano de ángeles de seis alas bajados del cielo para aferrar la esteva y empuñar la tralla, y luego quiere la peña que les salga el surco a derechas cuando no sirven ni para clavar la reja.
-Ahora nosotros nos vamos a misa. Después al mitin y a la tarde a la tasca.
Dora el sol vespertino los bermejos muros del convento donde crucificaron al Santo Niño de la Guardia. Fue un sacrificio ritual. Un holocausto como el que mandó hacer dios al patriarca Abraham hablándole desde la zarza.
-Detente Abraham- dijo Yahvé
-Señor, yo haré lo que tú mandas.
-En vez de a tu hijo Jacob ahí te mando un cabrito.
Buena la hubiera hecho el santo patriarca padre de todos los creyentes si baja unos centímetros el puñal nos hubieramos quedado sin las doce tribus de Israel y sin monoteísmo puro y duro. Caprichos de la historia. Nada de holocaustos nada de catorcenas nada de revoluciones ninguna conspiración ni crímenes rituales como el de Domnguito del Val y del Santo Niño de la Guardia. El sacristán de la iglesia segoviana de Facundo se hubiera quedado con las ganas de echar Al caldero la celebre hostia que voló por los cielos de la ciudad y Judas no hubiera vendido a Cristo por treinta monedas.
El santo niño se llamaba Juan de Pasamonte y el rabí que le echó mano cerca de la Puerta del Perdón de Toledo tenía un nombre y apellido que andando el tiempo habría de meter mucha bulla en la historia de España. Se trataba nada menos y nada más que de Francisco Franco no el que todos pensamos sino el de un sacerdote de la ley vecino de la aljama de la Ciudad Imperial c. 1489. tal y conforme están las cosas, hasta usted paciente lector puede ser el asesino.
Fue habido don Franciso Franco no el que piensan ustedes sino el rabí por los corchetes cuando se trasladaba a Zamora en la posada de la Estrecha. Le incautaron sus pertenencias y las vendieron en plaza pública por lo que quisieran dar y fue acusado de haber crucificado a un infantito a un seise de la Seo cuando salía de las preces Sometido a tormento cantó en el potro el nombre de sus cómplices y luego fue quemado vivo en el barrio del Grajal. Fue un caso parecido al de don Muir al que dieron brasero en una hoguera cerca del convento de Sancti Spiritus segoviano. La crucifixión del santo niño se empareja con el robo sacrílego de san Facundo. Al entierro de don Muir cuentan las crónicas asistieron muchas mujeres de luto luciendo el capidengue que era un pañuelo que llegaba hasta los pies y en el acompañamiento se vio algún que otro capigorrón que abundaban en Segovia. Eran clérigos de origen converso que recibidas las ordenes menores no querían pasar a mayores por librarles de esto de las inconveniencias del presbiterado permitiéndoles sin embargo formar parte de los cabildos y de la lista de los paniaguados eclesiásticos.
En la catedral de Ávila su numero era ingente porque de capigorrones se contaban más de cien. Muchos vinieron de Francia con el maestro Eruchel que sería el arquitecto de la inmensa mole mitad castillo mitad fortaleza y mitad sede metropolitana bajo la advocación de San Marcial. La fábrica impresiona. Cuenta con un pórtico flanqueado por dos atlantes uno de ellos con apariencia de sátiro “empalmado” que su verga de piedra en erección alcanza casi la altura de una adarga.
Por el empedrado de acceso a la iglesia mayor abulense rodó la cabeza de un cura aragonés que se llamaba mosén Rubí de Bracamante. Este buen sacerdote fue a ver al rey y le dijo:
-Majestad, esas guerras de Flandes son una sangría a nuestros erarios y no me parecen bien.
-¿Quéeee?
Felipe II llamó a la guardia y el pobre cura fue conducido a la Ciudad de los Cantos y de los Santos donde le dieron mulé. Está enterrado en el cementerio de herejes lateral al Mercado Chico.
Yo barajaba tan tristes recuerdos la otra tarde que por no tener mejor cosa que hacer cogí el coche y recorrí los cien kilómetros que separan Ávila de Madrid. Quería respirar aires místicos que me liberen de miasmas y bacilos de la vida corrompida en la corte y allí las brisas son diáfanas. Tenía antojos de yemas de santa Teresa. Uno de los CIU ha venido a decirle al rey Botellas que no quiere formar parte de estos reinos y éste le recibe con acento resignado y bobalicón. Cualquiera de sus antepasados hubiera mandado a galeras a este caganet por su falta de comedimiento pero el Rey Botellas no es lo que se dice Felipe II sino la vera efigie del monarca soso, trincón que sólo sabe leer y lo hace mal sus discursos. En algunas villas le llaman el Pasmado y en otras el Pregonado fin de la monarquía.
Babieca por lo visto se llama su caballo pero no es el del Cid. Todo lo contrario.
Una subigüela retrasada de sus compañeras y que no emigró como parece ser que ahora tampoco emigran las cigüeñas me entretuvo con su canto cuando me paré para mear y echar un cigarro en un apeadero. Cuando canta la subigüela refieren los labrantines de esta comarca es signo de que va a nevar. El avefría siempre fue heraldo de las nieves. Ya los cerros en la lejanía ostentaban sus testas blancas. Es mucho mejor escuchar la melodía de una alondra que los discursos decimonónicos de don Rajadizo ese señor de las gafas y de la barba rala que parla con algo de frenillo.
-Va a haber recortes.
Se agitan los dados en el cubilete y a don Mariano le ha salido el tarafe la flor o la trampa como aquel que dice. Mira que hay que joderse. Ayudarme zancas que en esta vida todo son trampas.
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