E D U A R D O M E N D O Z A I N S U L T A A L C A U D I L LO LLAMA MEMO A JOSE ANTONIO, BORRACHO A SU PADRE Y SE CAGA EN TODOS LOS MILITARES.
Bueno pues qué quieren que les diga. Esto de los insultos es la pescadilla que se muerde la cola. Es para lo que ha servido la Memoria histórica del Esperteyu que reparte prebendas y carteras como si la cartera de Exteriores o de Defensa fuesen el cabás para ir al cole- el nuevo gabinete zapateril parece un convento de ursulinas women power, nada más que look, coños grandes y algún cojonazos- y por lo que parece, pues el porvenir de España le importa un pijo encastillado como está en su bunker monclovita del que nunca sale y si sale le silban pues es la gran rechifla el risum teneatis de las naciones. Para que los españoles vayan preparándose a sacar el trabuco. Y dice Mendoza (sostiene Pereitra)el recién galardonado premio planeta, novelista mediocre, autor de novelones por entregas y traductor en la Onu y traidor por supuesto al arte no sólo de la literatura y de la buena crianza. Pues ha dicho el ínclito: Franco un cabrón. José Antonio un memo, su padre un borracho, como todos los generales africanos. Queipo de Llano un estrafalario. Oiga, oiga. Un momento pero con este tipo de personajes no valen razones. Tienen el alma negra de dictadores disfrazados de demócratas y luegoi se enfurecen y rasgan las vestiduras porque vaya un alcalde y haga ciertos juicios derogatorios sobre la Pajín y sus morros abultados como tubulares como las antiguas pajilleras del cerro la Plata. El alcalde pinciano ha dicho lo que todos pensamos de tal personaje un ser sin cultura sin preparación alguna al que el presi ha ordenado superministra de la cosa. La señorita Trini una culona alza la cartera de nuestro FO llena de aire. ¿Cómo va a lidiar esta fulana con esos inglesotes del colmillo retorcido o va a ir a Tel Aviv donde los israelíes se reirán de ella como se rieron de su predecesor Moratinos Desatinos? Así nunca nos devolverán Gibraltar. Este Zapatero, señores, más que repugnancia suscita hilaridad. Porque no sólo es malo. Es tonto. Lo peor es que tiene toda una clá bien pagada de exhibidores y amanuenses de la cosa que le hacen el caldo por lo de la memoria histórica. Con un ganador como este gachó catalán de los inmensos bigotes cualquiera se presenta al Planeta. Los premios se dan a dedo. Imposible traspasar el cordón de seguridad del precinto intelectual que acordona a la cultura española bajo las garras de ese nuevo Hitler zapateril, sus validos, sus monarcas, sus mendas y caraduras mediáticos. Escribir en España es llorar. Ahora sí. Ahora me dan ganas de colgar el ratón. Un respeto a la memoria de los muertos, señor Mendoza escritorzuelo de nada, no le vayan a partir la cara un día de estos por gilipollas ya que en su rostro se dibujan las siete señas del hijoputo. José Antonio dio la vida por su ideal y murió para que usted se las corriera por todos los bares gays de Manhattan sus buenas juergas y cuchipandas. Así sí que se puede insultar pero el insulto al centinela en el código militar está penado con la muerte. Recuerde. Y que Zapatero nombre reina o emperatriz a una de sus yeguas feministas. Es como un Caligula advenedizo que llena de mal olor y de pesadumbre la política española. Incitatus al poder. Vivan los huevos de mi caballo. Calicula lo nombró emperador.
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jueves, 21 de octubre de 2010
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EN ESPAÑA LA LIBERTAD DE CONCIENCIA NO EXISTE
Fui a la librería Fuentetaja, antiguo establecimiento de realengo al que veneramos los bibliófilos madrileños y yo de hecho allí compré libros infinidad. Tenía el propósito de ofrecer mi texto “Franco y Sefarad un amor secreto” para que lo expusieran en el escaparate. Ingenuo de mi bona fide y buen talante como soy, un empleado uno de esos mozos de librería a los que ha colocado Zapatero me pidió el libro para examinarlo. Se lo di. Vuelva en una semana. Volví pero la respuesta era no. Por lo visto la nueva inquisición judeoespañola funciona a todo meter. En otros establecimientos tambien lo rechazaron aunque su respuesta fue menos cáustica:
-Nosotros libros sin distribuidor no lo trabajamos. Tenemos una franquicia y podemos solo poner a la venta los libros que ellos nos digan.
Es decir: Forlett, los ingleses y norteamericanos, algún que otro ladrillo que ha producido alguna de las reinas de las mañanas que se ha metido a novelistas o nombradas narradoras a dedo como Nieves Herrero, Isabel San Sebastián o la chica de Yale, los tomos de Pérez Reverte tatachín tatachán. Y de algún que otro recomendado del sistema. Con tanto que cacarean esto no pasaba en los tiempos del franquismo. Entonces aparte de haber más respeto a las instituciones, había más decencia, y mayor libertad de conciencia. Creo que cualquier norteamericano para el cual el First Amendement de la Constitución de Jefferson puede hacerse una idea de lo que esto significa. En la España zapaterista y juancarlista vivimos en un estado mucho parecido o peor que el soviético. Todo está controlado por las mafias que han invadido una profesión tan excelsa como era la mía que era la de comunicador, pensador, escritor. La inquisición ejerce un poder omnímodo sobre las mentes, controla las vidas, encauza incluso el comportamiento de la inmensa mayoría silenciosa. Se habla por patronos y gags y las conductas son las que ellos nos lo imponen desde la esfera de las pantallas y de los alto parlantes. Esto es el absolutismo disfrazado de liberalismo económico con un presidente que es imbecil y malo y malo y con un rey que no sólo es malo e imbecil sino corrupto, prevaricador y felón. Algún día lo pagarán. Por lo que toca a Fuentetaja no es que me afecta mucho. Ese Fuentetaja siempre fue un cazurro. Escribir en España no es ya meramente llorar. Es que ahogan el llanto con publicidad (lo bien que estamos, lo buenos que somos, hasta hemos ganado el Mundial) y todo nuestro gemir ha de hacerse a cencerros tapados. La cúpula dirigente forma parte de un buen esperpento: el gran valido Rubalcaba con su inmensa calva, Trini la culona, El Espantapájaros ZP, Rajoy de don Tancredo, las ministras dimitidas a las que han hecho subsecretarias, la Salgado una gallega que mueve la cabeza como una headmistress inglesa, el rey narizotas, la reina fea, doña Ficticia Facticia, el principito) Que resucite Goya y los pine. Serían cabales temas de inspiración para sus bosquejos de la época negra. Fuego al muñeco.
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domingo, 17 de octubre de 2010
de pesos y medidas
fue
LA @ TRIUNFAL
Crecí de niño escuchando la palabreja cuando mi abuelo colgaba de las vigas de la portada el marrano morato le sacábamos el alma y el tocino las criadillas el alma el mondongo el calducho y la vejiga para zambomba.
-Ha pesado 20 arrobas, chiquitos. Estaba de buen año.
Una arroba eran 11 kilos y 502 gramos. Eso me lo sé yo desde pequeñito. En las clases de aritmética don Felipe nos decía que la @ no servía para nada. Era como la distancia de pi que está ahí pero de la que nadie se preocupa. Ahora gracias a Internet ha salido del armario y cunde en el lenguaje universal del HTML. La red lo magnifica. ¿Quién lo iba a decir a mí? Un guarismo matemático con poca fortuna hasta que lo rescató del desván de los recuerdos Billy Gates que para los ingleses era una desinencia de la preposición “ad” latina y en castellano venía a ser un sinónimo del signo de multiplicación. La arroba aunque pesara lo suyo era como estar en el limbo. Ya digo la distancia de pi por 3.1416. Es una palabra castellana castellanísima aunque arrebatada a los sarracenos en lexicográfica algarada. Castilla vino a ser un crisol de culturas y el alcaloide que fundió pareceres y les dio talante único. Viene de los árabes de Mallorca donde como ya dijimos el elemento muslímico abundaba y había muchos exaricos libertos. El catedrático Oliver Asin siguiendo la trocha por la maraña impenetrable de la historia de España que abriera el llorado don Claudio Sánchez Albornoz asegura que es étimo de “al-ribat” (servicio de defensa), lo mismo que rápita y de ahí viene la Rábida que no quiere decir otra cosa sino fortín. El “arrobt” (plural) era un servicio de descubierta o escucha llevado a cabo en la frontera por un escuadrón de jinetes. La palabra “arrabda” aparece en Mío Cid escrito por un juglar de Medinaceli muzárabe hacia 1140. las villas y ciudades tenían que pechar tributo por este servicio de protección que comprendía la rafala (vigilancia a caballo) proveniente de rahal y rafallo una voz que todavía puede escucharse en mallorquín. Para los moros el rahal o tahal es el lugar donde se vive. Bien lo saben los moriscos de Baleares. Otro servició era el de sculca (escucha a pie). Y por último la anuteba incluía otra prestación la de caballería que consistía en vigilar a los rebaños de la mesta. Porque en el Libro del Buen Amor caballería tiene otra carga semántica diferente a la que ahora se le da; es el acto de conducir y domar reses bravas. Una suerte de rodeo. Tiempo adelante se convirtió en un tributo y de ahí se transmuta en una unidad de pesos y medidas castellanas antes de que se inventase el sistema métrico decimal. Arroba tenían que pagar el yuguero Vg.: los que tenían una yunta de estos animales. Se incorpora después al léxico pastoril. La tasa de @ procede sin embargo de otra pecha que estuvo muy en boga en la alta edad media: la anúteba (anutba, anutwa) también de origen morisco (anubda). En principio era un servicio de vigilancia a los que trabajaban en fortificaciones. Los de a caballo patrullaban el perímetro. Cuando sonaba el toque de anúteba villanos pecheros infanzones ricos-hombres y clérigos había de acudir bajo las armas. Pero anúteba era un tributo lo mismo que fue la arroba por redimirse de este servicio de guerra al rey. La anúteba se documenta a partir del siglo XI en León. Está registrada en el Fuero de Brañosera. Las fronteras eran elásticas y cuando llegaba la primavera indefectiblemente venía la aceifa de la caballería árabe. Sin la vigía de la anúteba o la alerta –otra voz árabe que observaba el horizonte venían los moros y podían cortarte la cabeza. No había otra alternativa. La Fe se suponía como el valor en el soldado.
Maria Estela González documenta esta palabra el año 969 cuando el conde Fernán González otorga donación de tierras al monasterio de Santa María de Rexmondo (hoy Remondo) pueblo lindero de Valladolid que perteneció a la diócesis de Segovia y donde vive un amigo mío. Castilla estaba despoblada y la vida era muy difícil. Poco a poco fue repoblado por vascos, asturianos, gallegos y gascones allende el Pirineo. La suerte de las armas es muy mudable y alternativa. A las razzias muslímicas responden los reyes de León y los condes castellanos con algunas cabalgadas. Se arruinaban campos, se destruían iglesias, se talaban vegas, se desviaban ríos para estrechar el cerco y rendir por sed y por hambre al enemigo. No solía haber compasión con el vencido. Esto quería decir @ de arroba que hoy es un logotipo tan pacífico como la anúteba un procedimiento para salvar el pellejo a los que vivían peligrosamente “prevenidos en frontera”. La descomposición del califato de Córdoba y la toma de Toledo por Alfonso VI da un respiro a las huestes de la cruz pero así y todo no las tenían todas consigo. Los monarcas exigían a sus pecheros no sólo el vasallaje. También tributos y rentas. Castellera era un pago para retranqueo de muros y tarea de fortificaciones de castillos y fonsaderas dinero para la guerra. Reliquia de este impuesto es en Asturias la sextaferia que los castellanos llamamos obreriza por la mi tierra Aquellos cotarros de Osma y Medinaceli, Clunia o Peñafiel eran arrebatados a Alá con muchos dolores y trabajos. La vida valía poco. Se vivía menos. La reconquista un derroche de hombres y de caudales. No es extraño que a veces hubiera desfallecimientos.
Las tierras conquistadas se hacían por el derecho de presura simplemente tomando posesión en nombre del rey, el conde o el clavijero en las zonas de abadengo o mediante cartas pueblas y fueros que otorgan a sus súbditos en virtud del juramento de vasallaje. Así los que convierten en enfiteutas o usuarios de los territorios arrebatados a la morisma. Arrobas. Anútebas. Servicios de escucha. Labor de descubierta. Monasterios: Corias, Brañosera, Oña, Cardeña, Villadiego, Pampliega, Villalvilla. Los frailes iban igual a la guerra y fueron la reserva espiritual que permitió aquella labor titánica. Picaban espuela los obispos. Un Gelmirez. Un Ximenez de Rada. La iglesia era el gran poder. Uno expurga los tumbos, los cartularios, fueros o cartas pueblas y no encuentra otra cosa que pleitos, cartas de pago, y contiendas de diócesis contra diócesis de monasterio contra monasterio, rieptos, caloñas, hurtos y “coemptio” y tributos tan vergonzosos como el de las cien Doncellas de Otón el Gordo que viajó a Córdoba para que los galenos del Califa le curaran del mal de piedra .
Era un poco la fe del carbonero y no quedaba espacio para muchas teologías ni tiempo que perder. El Arcipreste proyecta su filosofía en un par de versos: “haber mantenencia y haber ayuntamiento con hembra placentera”. El leitmotiv de la existencia.
Eso sí; pecadores. Se arrepentían. Y todos creían en la vida eterna. Esta fe en el más allá hizo fuerte a la Iglesia y al Islam. Uno y otro creían en el cielo y en el Paraíso de Alá. Vivían combatiendo cada uno por su lema. Y moros y cristianos eran recios. Morían por su fe. Su ideal y por sus garbanzos.
Tenaz lucha a vida o muerte. Caballeros que llevaban en el arzón como Rodrigo Díaz que buen caballero era aquel mozárabe un icono de Santa María. Fe. Tesón. No rendirse jamás. Aquellos hombres pesaban seis arrobas pero valían un quintal de oro. La fe mueve montañas. Así que la @ es un legado de España a la humanidad, el óbolo y la ofrenda de un tiempo difícil. Veo a los mozos más granados de Castilla la gentil cabalgando hacia la muerte por aquellas parameras y tierras de pan llevar. A pagar el tributo de la arroba y la anúteba. Entonces las fronteras eran muy fluctuantes como el hambre y la sed frecuentes y si no andabas ojo avizor venía Almanzor te cortaba los árboles de tus montes te robaba las mujeres y te quemaba las cosechas . Muerte y desolación. Es curioso que este signo que fue moneda de cambio en los tiempos de la Reconquista sea hoy contraseña de comunicación entre las gentes. Millones de personas en todo el mundo lo teclean miles de horas al día. Arroba. Anúteba. Hoy sigue habiendo moros en la costa. Aún no acabó la reconquista. Pero el peor enemigo no es el moro ya. Es el moro interior que todos los españoles llevamos dentro. Y ahora en este reino de tejas abajo ya se cree poco en eso de la vida eterna.
miércoles, 28 de mayo de 2008
sábado, 16 de octubre de 2010
san Lucas y Alcalá
HOY ES EL DIA DEL GLORIOSO SAN LUCAS, PATRÓN DE MÉDICOS Y ESTUDIANTES. EN EL DOCTO PARANINFO DE LA COMPLUTENSE UNIVERSIDAD, LECCIÓN INAUGURAL.
Antonioparragalindo
sábado, 16 de octubre de 2010
El otoño ya pinta de color ante las pobedas y antes de que caiga la hoja el campo castellano es una maravilla de primores y colores. Por algún pueblo todavía hay el acarreo de la uva sacramental en tractores rebosantes de mosto y de avispas antes viajando en cuevanos meneo triunfal caricia de Baco. Vitis es vida. ¿A quien le disgusta lo mejor que dan las parras y “ojos de vendimiar ponéis agüela?” Nos contaba como si la senectud no fuese más que un chascarrillo Quevedo en el Buscón. ¿Será sustancia o accidente? ¿Utrum ángeles migeant necne?
La cuestión es saber si los ángeles mean gota a gota o de chorrillo. Mírame y no me toques. Empiezan los debates sobre el sexo de los serafines y aquí estamos embadurnados de política aunque la vida sigue. Los caminos, caleyas circundantes a la ciudad de los Santos Niños al viejo campamento de la Legio VIII Victrix se llenaban de coches y de carruajes. Lucían sus escapularios los frailes de todas las ordenes habidas y por haber de la catolicidad (agustinos, mostenses, premostratenses, dominicos, jesuitas, capuchinos con barbas y frailes menores, jesuitas, paules, mercedarios, carmelitas… menuda cuadrilla) todos con sus libros a cuestas dentro de las artolas de las mulas y de los asnos porque un clérigo no estaba bien visto que cabalgase sobre yegua aunque estos cabalgaban de otra manera. El día de San Lucas se abría el curso y empezaba el trimestre que llamaban Miquelmas y así lo siguen llamando en Oxford pero la universidad de Alcalá quizás fuese más antigua universidad que la inglesa y si no es más antigua al menos más pulcra y divertida será la de las riberas del Henares plagadas de ninfas. A ellas cantó Gracilazo. Hoy es día de escuela, chiquitos y al día siguiente había que levantarse a las cinco para las preces y estar como un clavo en la cátedra de Prima donde el ámese pronunciaba su lección de forma solemne desde un pulpito abajo los escolares sentados en el suelo o en bancos tomaban apuntes cálamo currente antes de salir el sol. Después misa en comunidad cada colegio a su avío y cada mochuelo a su olivo. Almorzaban habas, y pocas tajadas y si salía alguna en la olla es que era un navegante. Quevedo dicit. Para la cena sopillas y en cuaresma lacticinios pero había que hacer gárgaras. No faltaban las juergas y las chanzas de estudiantes en los convictorios y lenocinios. A uno le hacían la petaca a otro se le aparecían las Animas en la efigie de un estudiante ensabanado al de más allá lo manteaban en el patio y a otros les meaban en el vino cuando iban al refectorio. Crueles novatadas por las que se hizo inmortal el bueno de Pablillos tal como nos lo describe don Francisco de Quevedo para entender a Alcalá hay que leer el Buscón que pese a sus apariencias chistosas es el libro más serio del mundo. La verdad es que aquellas crueldades tenían poco de cruel o al menos no eran mal intencionadas porque la Escolástica se basó siempre sobre el principio de que la letra con sangre entra. Por eso es tan difícil engañar todavía a un cura.
Que tal día como hoy lo tiraron a una privada con perdón para quebranto de las narices de toda la colegialidad. Se cruza en mi mirada al pasar por los soportales el domine Capra experto en ayunos y quebrantos tan hético y espiritual que todos pensaban que iba andando de medio lado, cuando se calaba el bonete se arropaba en la loba clerical y echaba a andar por la calle principal con mucho cuidado de no levitar a efectos de un golpe de aire y mucho le pinga la sotana. Veo con el ojo de la memoria que no es el ojo del culo que describió don Francisco ni el flogisto sino el tercer ojo de la azotea principal muchas becas, esclavinas, bonetes abanillos y golillas. A Pablillos tambien lo veo buscándose la vida y recibiendo su primer bautismo de fuego de manos de algún fementido Iscariote no conformes los tunantes que le prepararon la novatada después de la letrina lo metieron en la cama y allí se presentaran en su camarilla unos cuantos mayorzotes y cada uno fue lanzándole a sus mismas barbas un salva de gargajos. Acabaría como un cristo pero esto formaba parte del aprendizaje de las ciencias complutenses que incluía tambien la sabiduría de calle y había que andar listos. Novatadas que hoy escandalizarían a más de un Zenón y algún Aristarco de esos que andan por el mundo esgrimiendo la palmatoria de los derechos humanos y jodiendo la marrana con sus mohatras democráticas, aunque de otra forma a mí sólo me causan ternura y añoranza por la juventud que se fue y por los días que no volverán. Por eso me gusta tanto aquella ciudad. Porque siempre que regreso encuentro algo nuevo una memoria una instigación a la risa o a la bondad y voy a beber el mosto nuevo en los jarros en las antiguas tabernas de Alcalá. Tambien sigue habiendo poligoneras hembras de todos los colores y envergaduras. Es una tradición que viene desde las soldaderas romanes y de los tercios de Flandes que allí acantonaban. Meretrices tan inevitables como el polvo del camino. ¿Quién acabará con el oficio más viejo? ¿Quién socarrará la cepa del “andao pa adelante?” pues recordad que siempre se dijo:
-A Alcalá putas que llega san Lucas
Y venían desde todos los rincones de estos reinos y de parte del extranjero estas adoratrices del buen amor mercedario a repartir mercedes por las aulas y los claustros previo pago claro está a los impecunios y traviesos estudiantes.. Yo también tuve una novia en Alcalá o por un pueblo por allí cerca pero no sé si me la quitaron se fue con otro como es cosa bien natural o se me murió. A Alcalá putas. Honremos al jarro de san Lucas. Tener una novia ilustre o ilustrada y más en estos tiempos que vivimos de cultas latiniparlas es como tener un tío en Alcalá que uno no tiene tío ni tiene ná. Ná de ná.
Antonioparragalindo
sábado, 16 de octubre de 2010
El otoño ya pinta de color ante las pobedas y antes de que caiga la hoja el campo castellano es una maravilla de primores y colores. Por algún pueblo todavía hay el acarreo de la uva sacramental en tractores rebosantes de mosto y de avispas antes viajando en cuevanos meneo triunfal caricia de Baco. Vitis es vida. ¿A quien le disgusta lo mejor que dan las parras y “ojos de vendimiar ponéis agüela?” Nos contaba como si la senectud no fuese más que un chascarrillo Quevedo en el Buscón. ¿Será sustancia o accidente? ¿Utrum ángeles migeant necne?
La cuestión es saber si los ángeles mean gota a gota o de chorrillo. Mírame y no me toques. Empiezan los debates sobre el sexo de los serafines y aquí estamos embadurnados de política aunque la vida sigue. Los caminos, caleyas circundantes a la ciudad de los Santos Niños al viejo campamento de la Legio VIII Victrix se llenaban de coches y de carruajes. Lucían sus escapularios los frailes de todas las ordenes habidas y por haber de la catolicidad (agustinos, mostenses, premostratenses, dominicos, jesuitas, capuchinos con barbas y frailes menores, jesuitas, paules, mercedarios, carmelitas… menuda cuadrilla) todos con sus libros a cuestas dentro de las artolas de las mulas y de los asnos porque un clérigo no estaba bien visto que cabalgase sobre yegua aunque estos cabalgaban de otra manera. El día de San Lucas se abría el curso y empezaba el trimestre que llamaban Miquelmas y así lo siguen llamando en Oxford pero la universidad de Alcalá quizás fuese más antigua universidad que la inglesa y si no es más antigua al menos más pulcra y divertida será la de las riberas del Henares plagadas de ninfas. A ellas cantó Gracilazo. Hoy es día de escuela, chiquitos y al día siguiente había que levantarse a las cinco para las preces y estar como un clavo en la cátedra de Prima donde el ámese pronunciaba su lección de forma solemne desde un pulpito abajo los escolares sentados en el suelo o en bancos tomaban apuntes cálamo currente antes de salir el sol. Después misa en comunidad cada colegio a su avío y cada mochuelo a su olivo. Almorzaban habas, y pocas tajadas y si salía alguna en la olla es que era un navegante. Quevedo dicit. Para la cena sopillas y en cuaresma lacticinios pero había que hacer gárgaras. No faltaban las juergas y las chanzas de estudiantes en los convictorios y lenocinios. A uno le hacían la petaca a otro se le aparecían las Animas en la efigie de un estudiante ensabanado al de más allá lo manteaban en el patio y a otros les meaban en el vino cuando iban al refectorio. Crueles novatadas por las que se hizo inmortal el bueno de Pablillos tal como nos lo describe don Francisco de Quevedo para entender a Alcalá hay que leer el Buscón que pese a sus apariencias chistosas es el libro más serio del mundo. La verdad es que aquellas crueldades tenían poco de cruel o al menos no eran mal intencionadas porque la Escolástica se basó siempre sobre el principio de que la letra con sangre entra. Por eso es tan difícil engañar todavía a un cura.
Que tal día como hoy lo tiraron a una privada con perdón para quebranto de las narices de toda la colegialidad. Se cruza en mi mirada al pasar por los soportales el domine Capra experto en ayunos y quebrantos tan hético y espiritual que todos pensaban que iba andando de medio lado, cuando se calaba el bonete se arropaba en la loba clerical y echaba a andar por la calle principal con mucho cuidado de no levitar a efectos de un golpe de aire y mucho le pinga la sotana. Veo con el ojo de la memoria que no es el ojo del culo que describió don Francisco ni el flogisto sino el tercer ojo de la azotea principal muchas becas, esclavinas, bonetes abanillos y golillas. A Pablillos tambien lo veo buscándose la vida y recibiendo su primer bautismo de fuego de manos de algún fementido Iscariote no conformes los tunantes que le prepararon la novatada después de la letrina lo metieron en la cama y allí se presentaran en su camarilla unos cuantos mayorzotes y cada uno fue lanzándole a sus mismas barbas un salva de gargajos. Acabaría como un cristo pero esto formaba parte del aprendizaje de las ciencias complutenses que incluía tambien la sabiduría de calle y había que andar listos. Novatadas que hoy escandalizarían a más de un Zenón y algún Aristarco de esos que andan por el mundo esgrimiendo la palmatoria de los derechos humanos y jodiendo la marrana con sus mohatras democráticas, aunque de otra forma a mí sólo me causan ternura y añoranza por la juventud que se fue y por los días que no volverán. Por eso me gusta tanto aquella ciudad. Porque siempre que regreso encuentro algo nuevo una memoria una instigación a la risa o a la bondad y voy a beber el mosto nuevo en los jarros en las antiguas tabernas de Alcalá. Tambien sigue habiendo poligoneras hembras de todos los colores y envergaduras. Es una tradición que viene desde las soldaderas romanes y de los tercios de Flandes que allí acantonaban. Meretrices tan inevitables como el polvo del camino. ¿Quién acabará con el oficio más viejo? ¿Quién socarrará la cepa del “andao pa adelante?” pues recordad que siempre se dijo:
-A Alcalá putas que llega san Lucas
Y venían desde todos los rincones de estos reinos y de parte del extranjero estas adoratrices del buen amor mercedario a repartir mercedes por las aulas y los claustros previo pago claro está a los impecunios y traviesos estudiantes.. Yo también tuve una novia en Alcalá o por un pueblo por allí cerca pero no sé si me la quitaron se fue con otro como es cosa bien natural o se me murió. A Alcalá putas. Honremos al jarro de san Lucas. Tener una novia ilustre o ilustrada y más en estos tiempos que vivimos de cultas latiniparlas es como tener un tío en Alcalá que uno no tiene tío ni tiene ná. Ná de ná.
lunes, 11 de octubre de 2010
ANASTASIMENE.
Estuve toda la tarde conectado a Internet Radio Grad –Petrov. Los oficios de las vísperas (zagoveñíe) duraron tres horas. Toda cantada y multitudinaria. Desde la catedral de San Isaac en Petrogrado o Petersburgo. En las “sabor” (catedrales) no hay sillas y los fieles asisten a la ceremonia de pié. De vez en cuanto entre el canto angélico de los oficiantes y de las tronadas del coro se escuchaban los chillidos como golondrinas de los niños asistentes a la ceremonia, muchos de los cuales son hijos de los popes. Pese a la largura de la liturgia puedo decir que se desconoce el cansancio. La liturgia es simple y repetitiva. No hay órgano ni instrumentos musicales. Se prolonga a través de las letanías entonadas por un diacono en la cual se hacen rogativas por todo el genero humano, por las iglesias, por los pobres, por los gobernantes, por los enfermos, por los peregrinos y desamparados, los consagrados, los creyentes y descreídos, los judíos, los mahometanos, los budistas. Esto es el Cristo total. En un tono de fabordón. A cada plegaria letanía responde el coro con la invocación mágica del Kyrie eleison que es “Gospodi, pomilui nas” (Señor ten piedad de nos). También las ofrendas y tributos a la Virgen que llaman Blagodoritsa y por la cual siente el pueblo ruso una profunda devoción son incesantes. Lo mismo que las invocaciones Trinitarias que proliferan a lo largo del canon. El nombre de la Virgen Blogotritsa dieva Maria hace sonreír a los labios y alegra los corazones. La consagración por el patriarca también es cantada y el oficiante realiza la epiclesis. “Eto telo moie eto Krobi moie” ) este es mi cuerpo y esta es mis sangre que será derramada “vo stablenia grecov”: para el perdón de los pecados. La comunión la distribuye el arcediano que sale por la puerta de los dones cuando se abre el iconostasio. La misa se oficia a puerta cerrada tras la cancela del iconostasio. No ya meramente cara al pueblo sino de espaldas a él. Los asistentes no ven al archimandrita consagran. Sólo le oyen mientras siguen los cantos y se persignan constantemente llenos de fe.
Uno se siente prendido y cautivo de tanta magia. Es el viejo rito de San Basilio. Un viajero español Andrés Laguna, judío converso de Segovia, que escribió el Dioscorides en su “Viaje a Turquía” hace una descripción de su estancia en Constantinopla y de su visita al Monte Athos y se maravilla por la devoción y atención existente en las pequeñas iglesias griegas. Donde no hay prácticamente sermones. Todo es acto y representación de los grandes misterios cristianos de la Redención. Esta semana es sagrada en muchas ciudades del Oriente. Pero no hay `procesiones. Los días Miércoles, Jueves y Viernes Santo son días de ayuno y de oración. Chejov que era hijo de Pope a veces se lamenta de lo extenuantes que eran estos oficios. Sin embargo su prosa y toda su novelística recibe el plasma de tanta belleza de las casullas, los cálices y los iconos de la Virgen que le entraron por los ojos de niño. Es la filocalía. El amor al libro, a la palabra, y a lo que es bello en la naturaleza y en la vida. El padrenuestro lo cantan por lo menos de modo solemne siete veces a lo largo de la misa y dos diáconos cantan dos pasajes del evangelio del dia con especial unción.
Uno se siente un poco transportado. Y recuerda las palabras del apóstol “fides ex auditu”. La fe entra por los oídos, por los sentidos y Cristo llama a la puerta de las almas no a través del intelecto – fue el gran error de los jesuitas y de muchos de nuestros predicadores a lo fray Gerundio- sino que da con los nudillos en el corazón. Esta liturgia nos hace nadar en un mar de lágrimas y acaso es a lo que se refería san Agustín cuando definía: “Deus Caritas est” Dios es amor. Los ortodoxos celosos guardianes de la tradición quizás tengan la clave de los arcanos del dogma cristiano. Desconocen el culto a la personalidad y consideran que hasta el más humilde pope de cualquier aldea rusa es el sucesor de Cristo en la tierra.
De ahí que Chejov nos haga notar como aquellos rudos clérigos de las aldeas de la estepa cuando se revisten de la casulla y se colocan la estola sobre los hombros parecían transformarse en algo superior. Y ese es el secreto del esplendor de los ornamentos que algunos podrán criticar pero los popes se revisten del esplendor de su casa. Feliz anastasimene o spasimene a todos. Dentro de siete días nos aguarda la baskresiene: la Resurrección. La gran pascua rusa.
Patriarch blesses You Tube
Patriarch blesses You Tube: "a target='_blank' href='http://english.ruvr.ru'>Voice of Russia</a"
LIBROS ELECTRÓNICOS, UNA FALACIA
Esto del internete tiene su punto de mamoneo. Escritura en la pared. Ha servido para comunicar-incomunicar. Los profesionales de la escritura optamos por este soporte porque a falta de pan buenas son tortas. Los esculcas del gran hermano miran y oyen y andan a la escucha. Big Brother is watching you pero tú le haces un corte de manga y te sientas ante el tablero de tu ordenata, ves pasar con cierta tristeza y recochineo a los alatristes a los que se les están cayendo las alas del sombrero y a su autor se le ven todos los plumero de este tan ficticio y facticio mundo nuestro.
Pero oye es el amo chiquitos y tú a callar, hijo de puta (he recibido por el mail muchos epítetos de este tenor). No obstante persisto en mi convicción afirmativa de que a las “novias” del Reverte, entre claveles y rosas-su-majestá-es-coja”, se les ve el viso por no decir las bragas o la combinación, yo que quiere que le diga, pues no escriba usté bestsellers que sean un pestiño y haya por donde agarrarlos, haga cosas mejores, estudie a Lope y a Calderón, y no se fíe de su clá de forofos corifeos espadachines y gente del bronce.
El dicho de que hoy publica todo el mundo, hay libertad, es una falacia, una de tantas patrañas que a fuer de mil veces repetidas se transforman en una verdad dogmática. Corren tiempos absolutistas y vivimos aplastados bajo la bota totalitaria del Súper-cofrade.
Estoy seguro de que si Quevedo o Cervantes se personasen en casa de un editor con el “Buscón” o el “Quijote” bajo el brazo, los dos escritos mayores de la lengua española, les serían devueltos los originales o les hablarían de meter sus obras en la red entre vibraciones compulsivas de bits and baits.
Baits en inglés significa anzuelo. Esto de Internet es un comecocos, y todos poco a poco van cayendo en el garlito. Totalitarismos comunistas, la dictadura electrónica del gran comisariato, el ojo vigilante de los sionistas del ABC que despotrican contra el arte literario, el capitalismo puro y duro escuela Chicago dándose el pico con los marxistas, descreídos, ejecutivos, masones del pelo engominado. Con ellos hemos dejado de ser individuos.
Nos hemos convertido en cuidadnos (grasdanies) y tovarichi unidades de consumo, taxpayers, currinches, votantes, a los que les va la marcha y el buen rollitos, ceros a la izquierda, vamos, porque estos fulanos que no creen en la dignidad de la persona humana que predican los Evangelios nos consideran a los cristianos poco menos que “untermenschen”, nos azuzan los perros y nos terminarán por echar a los leones, o, si no, el tiempo.
Pronto no va a haber otra alternativa que ellos o nosotros y a lo mejor hay que recurrir otra vez a la acción directa en la que ellos son unos consumados especialistas.. Quieren destruir la palabra, que es lo mismo que acabar con el Verbo Encarnado.
SANTOS GOZALO. ¿DÓNDE ANDARÁ?
¿Y qué nos dan a cambio el ersatz teológico del Shoá. El Holocausto desde el punto de vista de la fe de los cristianos es un sucedáneo. Te pones a escribir y por ahí surge una derrama de hasta cascos de botella. Es un brindis al sol pero haces correr las ideas por la red dándoles pistas a los cleptómanos que quieren robarte el alma y que salga el sol por Antequera.
- Hola soy Santos. Yo me bajo en la próxima y ¿tú?
- No sé.
El viejo colega de aquella vieja redacción instalada en una vaquería te llamaba para intercambiar ideas, ya no llama por teléfono, le perdí la pista, desapareció sin dejar rastro.. Te dio un alegrón reencontrarlo pero descubriste, ay dolor, que ya no era tu amigo, sino el esculca que te vigilaba y reportaba cosas de tu persona al insidioso gran hermanos.
Inocente de ti no sabías que te estaba segando la hierba bajo los pies. Se ríen. Pues que se rían. Ya no te llama más. ¿Se habrá muerto hola-soy-Santos? Pues a ver si me llamas, tío, que te voy a cortar las orejas
-Escribes con una prosa mediana. Eres muy creativo, sin embargo.
-Sí tu lo dices…Algo tiene uno que tener.
Este mamoneo alienta la curiosidad de muchos de aquellos que te creían un caído más, uno de tantos nombres de las listas en la pared pero tú, que siempre fuiste algo guasón, extiendes el índice y el pulgar como para saludar a la romana del revés. Brindis al sol y cortes de mangas al personal. Con una cara muy serie te ríes dellos. Retumban en las lontananzas todas las risas de Israel.
UN TIMO
Así que libros electrónicos @books, libros e, un fracaso total. La gente quiere el papel. Me lo decía ayer mi editora. La red es una tumba. Macluhan nunca podrá derrocar a Guttemberg. El alzamiento cibernético ha seducido a algunos ilusos. Mis libros electrónicos (Viva Claraval, François Villón, Grimorio Asturiano) y eso que sólo costaban siete euros no se han vendido bien. Los que publiqué en papel “La mujer fuerte”, “Lloviendo rosas” se han difundido harto y estoy pensando en una segunda edición. Decía una tú te sientas a escribir y embaúlas todo cuanto se te ocurre. Pues ponte tú, la repliqué, y a lo mejor mañana desayunaremos churros. Como me decía mi hija el otro día, hay gente muy envidiosa y mala, papá.
-Ya lo sé, hija, no habrá que hacer caso.
Anda ahí que se jodan. Estan viviendo sus vidas vacías, quieren vivir mucho pero viven mal y no le sacan partido a sus días. Su norma es poco plato y mucha suela de zapato pero a los humanos no les alarga la vida ni la frugalidad ni el ejercicio les suele matar el cáncer que empieza por los grandes berrinches, la ira y el odio que en tantos mediocres rencorosos.
No los e-books, así pues, tampoco son una entelequia. Nos están vendiendo la burra mal capada. Y es que quieren hacer una buena quema de los libros de siempre. Cargarse a la cultura. Y esta es una deriva de la relativización de la cultura, de una doble moral. Y esta es la consecuencia de la nueva filosofía del Holocausto que quiere borrar la memoria. Si sustituyes la teología de la salvación y la resurrección por la de la muerte, ocurren tales cosas. Que las mentiras sean instituciones, dogmas.
VAN A QUEMAR AL QUIJOTE, AL BUSCÓN Y A LA DIVINA COMEDIA.
Venga quemad todos esos libros. Mecerlos en la trituradora. Los clásicos latinos a la hoguera, La Divina Comedia entre en la pira, acompañada de las obras de Rabeáis y de Chejov, venga y que se alcen las llamas de una gran almenara apocalíptica. Dicen todo es relativo. Todo depende del cristal con que se mira pues lo dijo Campoamor. En este sentido los libros electrónicos son una gran mentira. El otro día el ABC se metía con los escritores literarios. No interesan. Por lo visto los que interesan son los propagandistas, los agentes del agitprop. Son los mismos perros con otros collares. Portan una Z en la frente, el signo del zorro. Z de Zp.
El último signo del abecedario y de los trabajadores de la hora undécima, la que hace lo mismo a partes iguales a los naZistas y a los zionistas. Hasta quieren cambiar el lenguaje. Su oscurantismo les conduce a pensar que no caben otras ideas que las de los mandamases del régimen. Dígoteloyo y lo que yo digo va a misa.
MEDIDAS HIGIÉNICAS.
Por eso queman los viejos libros, han plantado su mefítica zarpa en las planchas, son suyas todas las linotipias, los mecanismos offsets, las cámaras, las televisiones, el correo postal y el electrónico, plantaron el culo y donde estos colocan las sentaduras no volverá a crecer la hierba, sobre las editoriales, mucho Dan Brown malas novelas que exaltan al anticristo, glosan ad infinitum a ingleses mediocres. Cientos de libros se publican todas las semanas propalando mentiras ensalzando al holocausto que no existe y vituperando a la inmolación en el calvario que redimió al género humano. Han vencido pero no han convencido, que diría Unamuno.
El control del pensamiento es una de sus tretas. Son los amos de la baila. Oh sí Reverte, tú eres el amo. Ja.. ja y una alma caritativa me llena el correo electrónico de porquerías, insultos, insulseces, corambres y de cadáveres de los campos. Se murieron esos pobres misioneros de hambre y luego llamaron a los del newsreels. Me lo dijo una vez Dimbleby el periodista que llegó primero a Mathausen. Habían perecido de inanición. No había duchas de gas. Los incineraban por razones higiénicas y luego dijo- se había metido más de diez güisquis entre pecho y espalda el famoso corresponsal de la BBC en el lugar de los hechos- los ingleses somos unos maestros en el arte de la desguisa y expertos consumados organizando campañas propagandísticas.
SANTO… SANTO SUPITO.
Con esos mimbres han urdido la teología del odio que nos embarga. Libros electrónicos a gran escala. Y de la Teología de la Liberación de Montini se pasó a la Teología de la Muerte de Wojtyla. El Vaticano que hila fino pues allí son más largos que una cuaresma, ha optado por una solución salomónica: canonizar a Wojtyla y a Pacheli. El primero pro y el otro contra. De esta forma tutti contenti. Que se avengan voluntades de tirios y troyanos.
Bah hoy es el día de la lotería. La nieve de ayer hoy se ha descongelado. No puedo hacerles el juego a estos. El Calvo Remiendos asoma el colodro por detrás de la cerca y yo le hago uno de mis habituales cortes de manga. No sabe el hombre ni de la misa la media. Esto es un ejercicio didáctico, una prognosis de las grandes ideas pero también puede ser un ajuste de cuentas. Trabajar para don Guillermito Puertas es laborar para el turco pero no nos queda otra. Los teléfonos mudos, los comentarios se han ido a cero pero tú sigues disparando y dándole a la tecla. Yo sé muy bien que no tienes pacto con Mefistófeles.
CORRUPCIÓN CORONADA DE SANGRE MUNICIPAL Y ESPESA. CON LAS TASAS DE LA BASURA LOS MADRILEÑOS FINANCIAMOS AL ESTADO DE ISRAEL. LOS MODELITOS DE LA ESPE Y LOS PROYECTOS FARAÓNICOS DE GALLARDÓN EL HIJO DEL FASCISMO.
Este palimsepto es un asidero. Pienso en Claudia. La ha vuelto a llamar su ex, le rila el pulso, se le caen las bragas. La jodienda no tiene enmienda. Velay como me río. Me han bloqueado la cuenta corriente. Una multa de aparcamiento de 91 € se ha convertido con los recargos en 393€ al cabo de dos años de pelea legal. Con este mi dinero sufrago los proyectos faraónicos de ese fascista hijo de un fascista meritorio de Serrano Suñer el de la Inter. Y los modelitos caprichosos de Esperanza Aguirre, la hija del ganadero para que haga mohines y melindres en palacio. Ahora se dice presidenta de una comunidad pero antes dicen que fue la barragana del Rubio. El monarca siente una debilidad por las feas pero con mucho afeite. Todos sabemos que esta es una corrupción coronada y aunque digan que el Rubio reina pero no gobierna, eso no es verdad; borbonea y pastelea, tiene sus queridas a las que pone un piso, o las coloca en una presidencia. Todos estos devengos, estos corretajes, estas tazmías, pechas, martiniegas, impuestos, cargas cobranzas, prestameras, deben de formar parte del derecho de pernada y van a parar a las arcas del estado judío. Madrid y Barcelona después de Nueva York se han convertido en capitales sufragáneas del Eretz Israel. Con las tasas municipales y los impuestos de la basura cosmopolita le proporcionamos a los israelíes munición y rifles para que anden matando palestinos. Una trampa saducea de la que no habla la derechota pastueña y cornalona que piensa que esto se arregla cargándose a Zapatero y “colocando” a la ESPE. Los males son mucho más profundos. Aun no se escuchan ruidos de sables pero se escucha el murmullo en pasillos de delenda est monarquía. El de los Ojos Saltones Cara de Buey intriga conspiraciones por los lobbies y está haciendo suya la frase del ínclito Conde de Romanones, que era tan monárquico como volteriano, y le echó al abuelo de éste los toros a los corrales:
-“con lo que tengo y lo que me toque”…
Pues esto de los libros electrónicos es, al igual, la historia de la pescadilla que se muerde la cola
lunes, 11 de octubre de 2010
Esto del internete tiene su punto de mamoneo. Escritura en la pared. Ha servido para comunicar-incomunicar. Los profesionales de la escritura optamos por este soporte porque a falta de pan buenas son tortas. Los esculcas del gran hermano miran y oyen y andan a la escucha. Big Brother is watching you pero tú le haces un corte de manga y te sientas ante el tablero de tu ordenata, ves pasar con cierta tristeza y recochineo a los alatristes a los que se les están cayendo las alas del sombrero y a su autor se le ven todos los plumero de este tan ficticio y facticio mundo nuestro.
Pero oye es el amo chiquitos y tú a callar, hijo de puta (he recibido por el mail muchos epítetos de este tenor). No obstante persisto en mi convicción afirmativa de que a las “novias” del Reverte, entre claveles y rosas-su-majestá-es-coja”, se les ve el viso por no decir las bragas o la combinación, yo que quiere que le diga, pues no escriba usté bestsellers que sean un pestiño y haya por donde agarrarlos, haga cosas mejores, estudie a Lope y a Calderón, y no se fíe de su clá de forofos corifeos espadachines y gente del bronce.
El dicho de que hoy publica todo el mundo, hay libertad, es una falacia, una de tantas patrañas que a fuer de mil veces repetidas se transforman en una verdad dogmática. Corren tiempos absolutistas y vivimos aplastados bajo la bota totalitaria del Súper-cofrade.
Estoy seguro de que si Quevedo o Cervantes se personasen en casa de un editor con el “Buscón” o el “Quijote” bajo el brazo, los dos escritos mayores de la lengua española, les serían devueltos los originales o les hablarían de meter sus obras en la red entre vibraciones compulsivas de bits and baits.
Baits en inglés significa anzuelo. Esto de Internet es un comecocos, y todos poco a poco van cayendo en el garlito. Totalitarismos comunistas, la dictadura electrónica del gran comisariato, el ojo vigilante de los sionistas del ABC que despotrican contra el arte literario, el capitalismo puro y duro escuela Chicago dándose el pico con los marxistas, descreídos, ejecutivos, masones del pelo engominado. Con ellos hemos dejado de ser individuos.
Nos hemos convertido en cuidadnos (grasdanies) y tovarichi unidades de consumo, taxpayers, currinches, votantes, a los que les va la marcha y el buen rollitos, ceros a la izquierda, vamos, porque estos fulanos que no creen en la dignidad de la persona humana que predican los Evangelios nos consideran a los cristianos poco menos que “untermenschen”, nos azuzan los perros y nos terminarán por echar a los leones, o, si no, el tiempo.
Pronto no va a haber otra alternativa que ellos o nosotros y a lo mejor hay que recurrir otra vez a la acción directa en la que ellos son unos consumados especialistas.. Quieren destruir la palabra, que es lo mismo que acabar con el Verbo Encarnado.
SANTOS GOZALO. ¿DÓNDE ANDARÁ?
¿Y qué nos dan a cambio el ersatz teológico del Shoá. El Holocausto desde el punto de vista de la fe de los cristianos es un sucedáneo. Te pones a escribir y por ahí surge una derrama de hasta cascos de botella. Es un brindis al sol pero haces correr las ideas por la red dándoles pistas a los cleptómanos que quieren robarte el alma y que salga el sol por Antequera.
- Hola soy Santos. Yo me bajo en la próxima y ¿tú?
- No sé.
El viejo colega de aquella vieja redacción instalada en una vaquería te llamaba para intercambiar ideas, ya no llama por teléfono, le perdí la pista, desapareció sin dejar rastro.. Te dio un alegrón reencontrarlo pero descubriste, ay dolor, que ya no era tu amigo, sino el esculca que te vigilaba y reportaba cosas de tu persona al insidioso gran hermanos.
Inocente de ti no sabías que te estaba segando la hierba bajo los pies. Se ríen. Pues que se rían. Ya no te llama más. ¿Se habrá muerto hola-soy-Santos? Pues a ver si me llamas, tío, que te voy a cortar las orejas
-Escribes con una prosa mediana. Eres muy creativo, sin embargo.
-Sí tu lo dices…Algo tiene uno que tener.
Este mamoneo alienta la curiosidad de muchos de aquellos que te creían un caído más, uno de tantos nombres de las listas en la pared pero tú, que siempre fuiste algo guasón, extiendes el índice y el pulgar como para saludar a la romana del revés. Brindis al sol y cortes de mangas al personal. Con una cara muy serie te ríes dellos. Retumban en las lontananzas todas las risas de Israel.
UN TIMO
Así que libros electrónicos @books, libros e, un fracaso total. La gente quiere el papel. Me lo decía ayer mi editora. La red es una tumba. Macluhan nunca podrá derrocar a Guttemberg. El alzamiento cibernético ha seducido a algunos ilusos. Mis libros electrónicos (Viva Claraval, François Villón, Grimorio Asturiano) y eso que sólo costaban siete euros no se han vendido bien. Los que publiqué en papel “La mujer fuerte”, “Lloviendo rosas” se han difundido harto y estoy pensando en una segunda edición. Decía una tú te sientas a escribir y embaúlas todo cuanto se te ocurre. Pues ponte tú, la repliqué, y a lo mejor mañana desayunaremos churros. Como me decía mi hija el otro día, hay gente muy envidiosa y mala, papá.
-Ya lo sé, hija, no habrá que hacer caso.
Anda ahí que se jodan. Estan viviendo sus vidas vacías, quieren vivir mucho pero viven mal y no le sacan partido a sus días. Su norma es poco plato y mucha suela de zapato pero a los humanos no les alarga la vida ni la frugalidad ni el ejercicio les suele matar el cáncer que empieza por los grandes berrinches, la ira y el odio que en tantos mediocres rencorosos.
No los e-books, así pues, tampoco son una entelequia. Nos están vendiendo la burra mal capada. Y es que quieren hacer una buena quema de los libros de siempre. Cargarse a la cultura. Y esta es una deriva de la relativización de la cultura, de una doble moral. Y esta es la consecuencia de la nueva filosofía del Holocausto que quiere borrar la memoria. Si sustituyes la teología de la salvación y la resurrección por la de la muerte, ocurren tales cosas. Que las mentiras sean instituciones, dogmas.
VAN A QUEMAR AL QUIJOTE, AL BUSCÓN Y A LA DIVINA COMEDIA.
Venga quemad todos esos libros. Mecerlos en la trituradora. Los clásicos latinos a la hoguera, La Divina Comedia entre en la pira, acompañada de las obras de Rabeáis y de Chejov, venga y que se alcen las llamas de una gran almenara apocalíptica. Dicen todo es relativo. Todo depende del cristal con que se mira pues lo dijo Campoamor. En este sentido los libros electrónicos son una gran mentira. El otro día el ABC se metía con los escritores literarios. No interesan. Por lo visto los que interesan son los propagandistas, los agentes del agitprop. Son los mismos perros con otros collares. Portan una Z en la frente, el signo del zorro. Z de Zp.
El último signo del abecedario y de los trabajadores de la hora undécima, la que hace lo mismo a partes iguales a los naZistas y a los zionistas. Hasta quieren cambiar el lenguaje. Su oscurantismo les conduce a pensar que no caben otras ideas que las de los mandamases del régimen. Dígoteloyo y lo que yo digo va a misa.
MEDIDAS HIGIÉNICAS.
Por eso queman los viejos libros, han plantado su mefítica zarpa en las planchas, son suyas todas las linotipias, los mecanismos offsets, las cámaras, las televisiones, el correo postal y el electrónico, plantaron el culo y donde estos colocan las sentaduras no volverá a crecer la hierba, sobre las editoriales, mucho Dan Brown malas novelas que exaltan al anticristo, glosan ad infinitum a ingleses mediocres. Cientos de libros se publican todas las semanas propalando mentiras ensalzando al holocausto que no existe y vituperando a la inmolación en el calvario que redimió al género humano. Han vencido pero no han convencido, que diría Unamuno.
El control del pensamiento es una de sus tretas. Son los amos de la baila. Oh sí Reverte, tú eres el amo. Ja.. ja y una alma caritativa me llena el correo electrónico de porquerías, insultos, insulseces, corambres y de cadáveres de los campos. Se murieron esos pobres misioneros de hambre y luego llamaron a los del newsreels. Me lo dijo una vez Dimbleby el periodista que llegó primero a Mathausen. Habían perecido de inanición. No había duchas de gas. Los incineraban por razones higiénicas y luego dijo- se había metido más de diez güisquis entre pecho y espalda el famoso corresponsal de la BBC en el lugar de los hechos- los ingleses somos unos maestros en el arte de la desguisa y expertos consumados organizando campañas propagandísticas.
SANTO… SANTO SUPITO.
Con esos mimbres han urdido la teología del odio que nos embarga. Libros electrónicos a gran escala. Y de la Teología de la Liberación de Montini se pasó a la Teología de la Muerte de Wojtyla. El Vaticano que hila fino pues allí son más largos que una cuaresma, ha optado por una solución salomónica: canonizar a Wojtyla y a Pacheli. El primero pro y el otro contra. De esta forma tutti contenti. Que se avengan voluntades de tirios y troyanos.
Bah hoy es el día de la lotería. La nieve de ayer hoy se ha descongelado. No puedo hacerles el juego a estos. El Calvo Remiendos asoma el colodro por detrás de la cerca y yo le hago uno de mis habituales cortes de manga. No sabe el hombre ni de la misa la media. Esto es un ejercicio didáctico, una prognosis de las grandes ideas pero también puede ser un ajuste de cuentas. Trabajar para don Guillermito Puertas es laborar para el turco pero no nos queda otra. Los teléfonos mudos, los comentarios se han ido a cero pero tú sigues disparando y dándole a la tecla. Yo sé muy bien que no tienes pacto con Mefistófeles.
CORRUPCIÓN CORONADA DE SANGRE MUNICIPAL Y ESPESA. CON LAS TASAS DE LA BASURA LOS MADRILEÑOS FINANCIAMOS AL ESTADO DE ISRAEL. LOS MODELITOS DE LA ESPE Y LOS PROYECTOS FARAÓNICOS DE GALLARDÓN EL HIJO DEL FASCISMO.
Este palimsepto es un asidero. Pienso en Claudia. La ha vuelto a llamar su ex, le rila el pulso, se le caen las bragas. La jodienda no tiene enmienda. Velay como me río. Me han bloqueado la cuenta corriente. Una multa de aparcamiento de 91 € se ha convertido con los recargos en 393€ al cabo de dos años de pelea legal. Con este mi dinero sufrago los proyectos faraónicos de ese fascista hijo de un fascista meritorio de Serrano Suñer el de la Inter. Y los modelitos caprichosos de Esperanza Aguirre, la hija del ganadero para que haga mohines y melindres en palacio. Ahora se dice presidenta de una comunidad pero antes dicen que fue la barragana del Rubio. El monarca siente una debilidad por las feas pero con mucho afeite. Todos sabemos que esta es una corrupción coronada y aunque digan que el Rubio reina pero no gobierna, eso no es verdad; borbonea y pastelea, tiene sus queridas a las que pone un piso, o las coloca en una presidencia. Todos estos devengos, estos corretajes, estas tazmías, pechas, martiniegas, impuestos, cargas cobranzas, prestameras, deben de formar parte del derecho de pernada y van a parar a las arcas del estado judío. Madrid y Barcelona después de Nueva York se han convertido en capitales sufragáneas del Eretz Israel. Con las tasas municipales y los impuestos de la basura cosmopolita le proporcionamos a los israelíes munición y rifles para que anden matando palestinos. Una trampa saducea de la que no habla la derechota pastueña y cornalona que piensa que esto se arregla cargándose a Zapatero y “colocando” a la ESPE. Los males son mucho más profundos. Aun no se escuchan ruidos de sables pero se escucha el murmullo en pasillos de delenda est monarquía. El de los Ojos Saltones Cara de Buey intriga conspiraciones por los lobbies y está haciendo suya la frase del ínclito Conde de Romanones, que era tan monárquico como volteriano, y le echó al abuelo de éste los toros a los corrales:
-“con lo que tengo y lo que me toque”…
Pues esto de los libros electrónicos es, al igual, la historia de la pescadilla que se muerde la cola
lunes, 11 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
VARGAS LLOSA ES UN MEDIOCRE
Lo dijo vargas punto y redondo, nobel habemlus, y no es mi deseo amargarle a na die la fiesta pero don mario vargas llosa siempre me pareció escritor mediocre,¿qué se puede esperar de un tipo que decía qu la mejor novelista en castellano corin-tellado?poco se puede esperar.
humanante los que lo conocen dicen que es un indeseable, tiene la mirada de lobo y los dientes de chacal, llegó a españa creyendose un dios pero lo del boom no fue más que un montaje sus novelas de redicho y relamido escritor cursi causan fatiga. Nunca puede acabar La ciudad y los perros y en cuanto Conversaciones en la catedral es un bildung roman o novela de iniciación en la que trata de imitar Cien Años de Soledad, lo que pasa es que el colombiano escribe mucho mejor y eso a don Mario le traía al retortero. Otro aliciente de su caracter falto de escrupulos es la envidia y la intgriga. Se dice que ha revuelto Roma con Santiago y en este caso Estocolmo con Copenhague para le concedieran el nobel y hasta que no lo tuvo en la mano no paró. Hasta dicen que se ha convertido al judaismo y profesa una extraña secta masónica. En una lengua como la nuestra en la que escribieron quetvedo, tirso, góngora, cervantes, o el peruano enrique sassone, este individuo que no es más que la resultante de un boom dubitable- puro marketing- don mario no deja de ser un pigmeo entre gigantges, y además ocupa mucho cacho. No nos alegra a muchos españoles que el tan sonado galardón literario, que promueven intereses políticos haya venido a parar a un escribidor hudeomasonico, y que además tgiene porte y andares de gitano
humanante los que lo conocen dicen que es un indeseable, tiene la mirada de lobo y los dientes de chacal, llegó a españa creyendose un dios pero lo del boom no fue más que un montaje sus novelas de redicho y relamido escritor cursi causan fatiga. Nunca puede acabar La ciudad y los perros y en cuanto Conversaciones en la catedral es un bildung roman o novela de iniciación en la que trata de imitar Cien Años de Soledad, lo que pasa es que el colombiano escribe mucho mejor y eso a don Mario le traía al retortero. Otro aliciente de su caracter falto de escrupulos es la envidia y la intgriga. Se dice que ha revuelto Roma con Santiago y en este caso Estocolmo con Copenhague para le concedieran el nobel y hasta que no lo tuvo en la mano no paró. Hasta dicen que se ha convertido al judaismo y profesa una extraña secta masónica. En una lengua como la nuestra en la que escribieron quetvedo, tirso, góngora, cervantes, o el peruano enrique sassone, este individuo que no es más que la resultante de un boom dubitable- puro marketing- don mario no deja de ser un pigmeo entre gigantges, y además ocupa mucho cacho. No nos alegra a muchos españoles que el tan sonado galardón literario, que promueven intereses políticos haya venido a parar a un escribidor hudeomasonico, y que además tgiene porte y andares de gitano
viernes, 1 de octubre de 2010
El padre Eguillor o la sombra del maligno
Por aquellos días leíamos la “Vida sale al encuentro” o las “Alabanzas a María” de san Alfonso maría de liborio pero yo tenía en mi camarilla que ojeaba a hurtadillas con una linterna por la noche los cuentos de canterbury y la colmena, los cuales estaban prohibidos.
Una gran novela –oh magia divina de la literatura- de José Luís Castillo Puche – “En Camino” me ha retrotraído a aquella mañana del primero de octubre de 1959 en que subí por primera vez la Cardosa comillense. El padre Heras junto con otros dos maestrillos, el gallego Boada y un leonés, había salido a esperarnos a Torrelavega en un autobús; cargamos nuestros baúles y nuestro colchones en la baca y enfilamos la tortuosa carretera que bordea la costa por Santillána del Mar. Mis primeras impresiones fueron sensoriales: el olor a algas y a mar y el olor a cucho. Era mi primer viaje en tren y la primera vez que veía la mar. Ya estábamos en el norte.
Tomamos, el día antes, el correo de Santander en Segovia a las diez de la noche. Éramos siete u ocho. No recuerdo sus rostros pero no se me olvida un nombre el de Roque de Miguel y otro que se llamaba Blanco, ambos hijos de militares. En Valladolid subiría el que luego se convertiría en cura famoso por su enfrentamiento con Rouco, el padre Bermúdez de Castro. En la estación de esta localidad adonde el convoy se presentó a las dos de la mañana- los trenes eran muy lentos en aquella época y el Correo de Santander tardaba doce horas en alcanzar su destino- no se me olvida el padre de Enrique que lucía las estrellas de coronel de aviación. Tampoco se me olvida aquella odisea en un vagón de tercera, el camarote atestado, con dos policías secretas que hacían una conducción carcelaria, una señora gorda que olía a sebo y un campesino de camisa azul palentino que se pasó todo el viaje hablándonos de la guerra. En Palencia subió uno que se llamaba Castrillo y al que yo admiraría mucho a aquel tallo que sería el abanderado del curso, casi dos metros de tío, porque era un forzudo y jugaba muy bien al frontón dándole a la pelota a sobaquillo. La sequedad de Castilla se transformó en frescura y recuerdo la entrada en Reynosa. Gasté los últimos ahorros que me diera mi madre en la compra de unas ricas mantecadas. El padre Heras y los maestrillos nos trataron con mucho afecto y el padre Heras, sobre todo, que a mi me recordaba al cura de Ars y venía a despertarse muchas noches para que me levantara a orinar, fue el justo de Israel que compensó todos los sufrimientos, humillaciones, cabronadas de toda índole que padecí en aquel solitario caserón donde mis sentidos y mi alma se abrieron a la vida en medio de una recia vocación y de amor a Cristo. El verdugo era un vasco que se llamaba el padre Eguillor y era nuestro perfecto de estudios. En mi primera entrevista lo primero que me espetó por toda salutación, muy basto era aquel cura con los ojos encendidos y el pelo de escarpia:
-Tú no tienes nivel para estar en un seminario de elite. Te nos has “colao”.
Recibir de esa forma a un muchacho que quiere ser cura con quince años me impresionó profundamente y me llenó el alma de dudas y fue un activo de las inseguridades que he tenido de por vida. Creo que aquel verdugo con sotana y el pelo en escarpia, orgulloso y sádico inculcó en mí el anhelo de demostrarle que no llevaba razón.
Yo era bueno en redacción y composición, aunque Eguillor me cateó en latín, pero inepto para las matemáticas, la Física y la Química. En el griego adelanté mucho en las clases del padre Mayor, otro hombre de Dios y del padre Penagos un santanderino que hablaba muy deprisa y al que apenas se le entendía. En literatura teníamos al padre Martino, el cual había estado tantos años en Alemania que creo que se le había olvidado el castellano. Otra eminencia del cuadro de profesores era el padre Rábago el cual nos daría una conferencia de su experiencia como traductor en el sequito de Franco que fue a recibir a Eisenhower en su gira triunfal a Madrid el año 58. Los del grupo de propagandistas entre los que se encontraba un periodista que se llamaba Pérez Lozano nos daban charlas en el paraninfo.
Se decían cosas portentosas del padre Nieto un especialista en mística del que se creía que había obrado algún milagro. Era sin embargo un hombre muy feo que tenía una cabeza casi monstruoso que daba un poco de miedo. El padre Prieto a cuya escolanía tuve el orgullo de pertenecer fue una de las eminencias en Música. Aquel curso el seminario estaba abarrotado. Éramos mil quinientos alumnos. Las diócesis con una representación más numerosa eran las de Vitoria y las de Santiago de Compostela. Tampoco se quedaba atrás Pamplona ni Deusto, el otro seminario nodriza.
Aquella misma tarde nada más llegar empezaron los ejercicios espirituales que daba un jesuita especialista al que llamaban fray Mocho con una cara lunar como un pandero y los pelos en punta. Bajamos a la capilla, se apagaron todas las luces y en el presbiterio sentado sobre una mesa a la luz de una vela y esgrimiendo una calavera empezó a dar voces:
-Hijitos míos, sabéis lo que dice esta calavera, lo que tú eres yo fui y como me ves te verás.
Jo, ya empezamos. Se hizo un silencio sepulcral, se escuchaban algunos sollozos sordos, contenidos. Porque fray Mocho en su imitación a Hamlet lo hacía fenomenal. ¿Dónde me he metido? Había sido un verano maravilloso, cargado de ilusiones y de expectativas; mi solicitud para entrar en Comillas tardaría en llegar y no me fue comunicada hasta pocos días antes. Por lo visto los padres habrían estado deshojando la margarita ya que mis notas de Segovia no eran lo suficientemente brillantes. Comprendí entones el varapalo que me dio y el feo que me hizo el prefecto Eguillor nada más entrar “te nos has colao”. Tú no eres de los nuestros, no perteneces a este lugar. Traté de coger la marcha pero permanecí la mayor parte de aquel partido en offside.
¿Por qué no daría yo la talla? Acababa de darme de bruces a boca con esa crueldad casi inhumana del catolicismo que nada tiene que ver con el sentimiento cristiano de amor, caridad, compasión hacia los demás y darle importancia demasiada a cosas que no la tienen. Espabila, Antonio, me dije.
-Tienes que despabilar.
Y creo que espabilé. Apareció un profundo sentido crítico en mi personalidad. Desde entonces no soporto a los tontos ni a los hipócritas que van de santurrones por la vida. Y se exacerbó en mí el mismo sentido de rebeldía del cual hacen galas los Cuatro Evangelios. La naturaleza exuberante del paisaje que rodeaba a los tamarindos de la Cardosa, los bramidos del mar en aquella galerna del año 60 en la cual tantos marineros cantábricos perecieron, los partidos del fútbol en el campo del Stella Maris, las peleas entre seminaristas seculares y los novicios del Máximo, las excursiones a aquellas aldeas que tenían nombres dignos de Pereda como Ruiloba, determinaron una visión de las cosas desde un prisma artístico, aquel curso supe que no tendría otro remedio que dedicarme a la literatura.. El cura de Ruiloba era un hombre gordo como un botijo que bajaba a vernos algunos jueves, se le veía descender por la cuesta de la calella portando un paraguas inmenso, hecho todo un brazo de mar. Recuerdo el claustro del Mayor lleno de retratos de los obispos que cursaron los estudios en aquel centro que eran prácticamente todos los españoles. Comillas era un seminario de elite. Recuerdo el lujo de la escalera noble labrada por Gaudí de la puerta principal adornada de mosaicos bizantinos. Y que recogieron toda la riqueza de aquel buen Marqués que se hizo rico con sus navieras a causa de la guerra de Cuba. La construcción de aquel centro comillense, por cierto, le arruinó. Están mismamente en mi memoria los baños en Oyambre, playa dilatada, muy abierta y peligrosísima, donde todos los años había alguno que se ahogaba y a mi casi me pasa. El agua me arrastraba a la ría. Me encomendé a la Virgen y que mandó al padre Heras. ¡Dios le bendiga! Él no sólo me salvó de morir ahogado en las negras aguas de la ría una tarde de mayo, también fue la recompensa a tantos sufrimientos y al tercer grado continuo del Verdugo. Eguillor por lo visto venía de tirocinio de Palencia donde como maestro de novicios para probar la vocación de los aspirantes les sometía a verdaderas torturas psicológicas o lo que los jesuitas denominan el capelo. Como consecuencia de aquellos malos tratos me hice bastante introvertido e inseguro. Vejámenes sexuales nunca los hubo y si los hubo para mí no tienen ninguna importancia. A unos les echaron por irse al baile a san Vicente de la Barquera. Y el protagonista de en Camino aprovecha una visita al medico para irse de putas. El gran incendio de la bahía de Santander le pilla dentro de un prostíbulo. Impresionante escena para una de las mejores novelas y mejor escritas sobre la mala educación sentimental en aquellos seminarios de postguerra hoy vacíos.
Asimismo, Castillo Puche cuenta en otro de sus libros – la experiencia en el seminario marcó su psicología y su carrera periodística, en cierto modo seguí sus pasos porque él tambien fue corresponsal en Nueva York- cómo un diacono el día mismo en que va a ser consagrado presbítero se vuelve loco. Se miraba a las manos. En el canto de la zurda le había salido callos de tanto masturbarse y se encuentra impuro e indigno de que esas manos toquen el cuerpo del Señor en la primera misa. Fuerte, eh, pero fue fuerte, muy fuerte todo aquello y teníamos tan pocos años.
Eguillor el 13 de mayo de 1960 me llamó a su celda para anunciarme que al siguiente curso no volviera. Me pasé una semana tumbado en el camastro llorando. Como mi padre no podía venir a por mí a causa de los gastos del viaje se acordó que permaneciera hasta el final de curso. Durante unas semanas me arrastré por los pasillos. Los compañeros no me ajuntaban. Mira a ese le han echado y las miradas en el refectorio se clavaban en ti como dardos. Aquellos curas podían ser muy santos, muy castos, pero no tenían ni zorra idea de cómo se trata a un ser humano, máxime cuando éste era un niño. En cuna edad critica cuando el alma y el cuerpo se están formando como una masilla. Pero tuve coraje. La salida se hizo un 11 de julio. Ahora se cumple medio siglo de la mañana que arribé a Getafe. Mi padre vino a recibirme en un camión del ejército. Madrid estaba acordonado por la policía pues había llegado en visita oficial el presidente Onganía. Sentí que no tenía vocación pero ante el disgusto de mi madre que casi se muere. Me mandaron al pueblo un par de meses hasta que a mis progenitores se les pasase el disgusto. De modo que, en resolución, opté por regresar al seminario de Segovia el curso siguiente. Sin embargo, tras aquella experiencia dolorosa presumí que iba a empezar la desbandada. Las torturas, los baticores, las infamias no son para contados y en esta vida todo se paga. Todos estos casos de pederastia son a lo mejor el castigo que envía el Señor para que la iglesia jerárquica se arrepienta y enmiende sus formas. En Comillas muchos abandonaron o se metieron a movimientos como la ETA. Sin embargo, uno de los que alcanzaron las gradas del sacerdocio fue el periodista ilustre de Antena 3 Antonio Pelayo, corresponsal en el Vaticano, y de Valladolid, que no sé si llegó a secularizarse. Pérez Bedoya al que recuerdo con afecto es hoy uno de los mejores críticos religiosos del diario El País. Los jesuitas lo despreciaban porque su padre era socialista. Aquellos reverendos padres sólo tenían ojos para los hijos de los capitalistas vascos.
El asunto comillensis lo he dado de lado en mi novela “Nabos en adviento. El seminario vacío. La puerta cerrada”. Ahora le doy gracias a Dios por haber sobrevivido a la hecatombe. Mi fe sigue incólume, tanto como mi rebeldía a la vista de que el Vaticano II ha destruido la parte más noble de la Iglesia dejando incólumes muchos de sus antiguos vicios. Aquellas torturas y escrúpulos sexuales, aquellos sermones con la calavera en la mano, hoy me hacen reír pero entonces hubo mucho a los que marcaron. Tambien los eclesiásticos cometieron muchos pecados y no vale el arrepentimiento ni la atrición, ni la contrición, ni justificaciones baratas como eso de que las iglesia es eterno y que las fuerzas del infierno etc.. Su victimismo actual no les exonera de la culpa. Ahora pueden sentirse víctimas pero entonces eran verdugos como aquel maldito Padre Eguillor. Todavía se me aparece como un ángel exterminador en mis pesadillas. Tú no vales para nada. Te has colao. Eres un inútil. Dios y el tiempo acaban siempre haciendo justicia y poniendo a cada uno en su lugar.
Sería buena una restitución o una reparación del daño a los ofendidos. Yo sobreviví a Eguillor. Bendito sea Dios. No hay mal que mil años dure.
Miércoles, 21 de abril de 2010
Por aquellos días leíamos la “Vida sale al encuentro” o las “Alabanzas a María” de san Alfonso maría de liborio pero yo tenía en mi camarilla que ojeaba a hurtadillas con una linterna por la noche los cuentos de canterbury y la colmena, los cuales estaban prohibidos.
Una gran novela –oh magia divina de la literatura- de José Luís Castillo Puche – “En Camino” me ha retrotraído a aquella mañana del primero de octubre de 1959 en que subí por primera vez la Cardosa comillense. El padre Heras junto con otros dos maestrillos, el gallego Boada y un leonés, había salido a esperarnos a Torrelavega en un autobús; cargamos nuestros baúles y nuestro colchones en la baca y enfilamos la tortuosa carretera que bordea la costa por Santillána del Mar. Mis primeras impresiones fueron sensoriales: el olor a algas y a mar y el olor a cucho. Era mi primer viaje en tren y la primera vez que veía la mar. Ya estábamos en el norte.
Tomamos, el día antes, el correo de Santander en Segovia a las diez de la noche. Éramos siete u ocho. No recuerdo sus rostros pero no se me olvida un nombre el de Roque de Miguel y otro que se llamaba Blanco, ambos hijos de militares. En Valladolid subiría el que luego se convertiría en cura famoso por su enfrentamiento con Rouco, el padre Bermúdez de Castro. En la estación de esta localidad adonde el convoy se presentó a las dos de la mañana- los trenes eran muy lentos en aquella época y el Correo de Santander tardaba doce horas en alcanzar su destino- no se me olvida el padre de Enrique que lucía las estrellas de coronel de aviación. Tampoco se me olvida aquella odisea en un vagón de tercera, el camarote atestado, con dos policías secretas que hacían una conducción carcelaria, una señora gorda que olía a sebo y un campesino de camisa azul palentino que se pasó todo el viaje hablándonos de la guerra. En Palencia subió uno que se llamaba Castrillo y al que yo admiraría mucho a aquel tallo que sería el abanderado del curso, casi dos metros de tío, porque era un forzudo y jugaba muy bien al frontón dándole a la pelota a sobaquillo. La sequedad de Castilla se transformó en frescura y recuerdo la entrada en Reynosa. Gasté los últimos ahorros que me diera mi madre en la compra de unas ricas mantecadas. El padre Heras y los maestrillos nos trataron con mucho afecto y el padre Heras, sobre todo, que a mi me recordaba al cura de Ars y venía a despertarse muchas noches para que me levantara a orinar, fue el justo de Israel que compensó todos los sufrimientos, humillaciones, cabronadas de toda índole que padecí en aquel solitario caserón donde mis sentidos y mi alma se abrieron a la vida en medio de una recia vocación y de amor a Cristo. El verdugo era un vasco que se llamaba el padre Eguillor y era nuestro perfecto de estudios. En mi primera entrevista lo primero que me espetó por toda salutación, muy basto era aquel cura con los ojos encendidos y el pelo de escarpia:
-Tú no tienes nivel para estar en un seminario de elite. Te nos has “colao”.
Recibir de esa forma a un muchacho que quiere ser cura con quince años me impresionó profundamente y me llenó el alma de dudas y fue un activo de las inseguridades que he tenido de por vida. Creo que aquel verdugo con sotana y el pelo en escarpia, orgulloso y sádico inculcó en mí el anhelo de demostrarle que no llevaba razón.
Yo era bueno en redacción y composición, aunque Eguillor me cateó en latín, pero inepto para las matemáticas, la Física y la Química. En el griego adelanté mucho en las clases del padre Mayor, otro hombre de Dios y del padre Penagos un santanderino que hablaba muy deprisa y al que apenas se le entendía. En literatura teníamos al padre Martino, el cual había estado tantos años en Alemania que creo que se le había olvidado el castellano. Otra eminencia del cuadro de profesores era el padre Rábago el cual nos daría una conferencia de su experiencia como traductor en el sequito de Franco que fue a recibir a Eisenhower en su gira triunfal a Madrid el año 58. Los del grupo de propagandistas entre los que se encontraba un periodista que se llamaba Pérez Lozano nos daban charlas en el paraninfo.
Se decían cosas portentosas del padre Nieto un especialista en mística del que se creía que había obrado algún milagro. Era sin embargo un hombre muy feo que tenía una cabeza casi monstruoso que daba un poco de miedo. El padre Prieto a cuya escolanía tuve el orgullo de pertenecer fue una de las eminencias en Música. Aquel curso el seminario estaba abarrotado. Éramos mil quinientos alumnos. Las diócesis con una representación más numerosa eran las de Vitoria y las de Santiago de Compostela. Tampoco se quedaba atrás Pamplona ni Deusto, el otro seminario nodriza.
Aquella misma tarde nada más llegar empezaron los ejercicios espirituales que daba un jesuita especialista al que llamaban fray Mocho con una cara lunar como un pandero y los pelos en punta. Bajamos a la capilla, se apagaron todas las luces y en el presbiterio sentado sobre una mesa a la luz de una vela y esgrimiendo una calavera empezó a dar voces:
-Hijitos míos, sabéis lo que dice esta calavera, lo que tú eres yo fui y como me ves te verás.
Jo, ya empezamos. Se hizo un silencio sepulcral, se escuchaban algunos sollozos sordos, contenidos. Porque fray Mocho en su imitación a Hamlet lo hacía fenomenal. ¿Dónde me he metido? Había sido un verano maravilloso, cargado de ilusiones y de expectativas; mi solicitud para entrar en Comillas tardaría en llegar y no me fue comunicada hasta pocos días antes. Por lo visto los padres habrían estado deshojando la margarita ya que mis notas de Segovia no eran lo suficientemente brillantes. Comprendí entones el varapalo que me dio y el feo que me hizo el prefecto Eguillor nada más entrar “te nos has colao”. Tú no eres de los nuestros, no perteneces a este lugar. Traté de coger la marcha pero permanecí la mayor parte de aquel partido en offside.
¿Por qué no daría yo la talla? Acababa de darme de bruces a boca con esa crueldad casi inhumana del catolicismo que nada tiene que ver con el sentimiento cristiano de amor, caridad, compasión hacia los demás y darle importancia demasiada a cosas que no la tienen. Espabila, Antonio, me dije.
-Tienes que despabilar.
Y creo que espabilé. Apareció un profundo sentido crítico en mi personalidad. Desde entonces no soporto a los tontos ni a los hipócritas que van de santurrones por la vida. Y se exacerbó en mí el mismo sentido de rebeldía del cual hacen galas los Cuatro Evangelios. La naturaleza exuberante del paisaje que rodeaba a los tamarindos de la Cardosa, los bramidos del mar en aquella galerna del año 60 en la cual tantos marineros cantábricos perecieron, los partidos del fútbol en el campo del Stella Maris, las peleas entre seminaristas seculares y los novicios del Máximo, las excursiones a aquellas aldeas que tenían nombres dignos de Pereda como Ruiloba, determinaron una visión de las cosas desde un prisma artístico, aquel curso supe que no tendría otro remedio que dedicarme a la literatura.. El cura de Ruiloba era un hombre gordo como un botijo que bajaba a vernos algunos jueves, se le veía descender por la cuesta de la calella portando un paraguas inmenso, hecho todo un brazo de mar. Recuerdo el claustro del Mayor lleno de retratos de los obispos que cursaron los estudios en aquel centro que eran prácticamente todos los españoles. Comillas era un seminario de elite. Recuerdo el lujo de la escalera noble labrada por Gaudí de la puerta principal adornada de mosaicos bizantinos. Y que recogieron toda la riqueza de aquel buen Marqués que se hizo rico con sus navieras a causa de la guerra de Cuba. La construcción de aquel centro comillense, por cierto, le arruinó. Están mismamente en mi memoria los baños en Oyambre, playa dilatada, muy abierta y peligrosísima, donde todos los años había alguno que se ahogaba y a mi casi me pasa. El agua me arrastraba a la ría. Me encomendé a la Virgen y que mandó al padre Heras. ¡Dios le bendiga! Él no sólo me salvó de morir ahogado en las negras aguas de la ría una tarde de mayo, también fue la recompensa a tantos sufrimientos y al tercer grado continuo del Verdugo. Eguillor por lo visto venía de tirocinio de Palencia donde como maestro de novicios para probar la vocación de los aspirantes les sometía a verdaderas torturas psicológicas o lo que los jesuitas denominan el capelo. Como consecuencia de aquellos malos tratos me hice bastante introvertido e inseguro. Vejámenes sexuales nunca los hubo y si los hubo para mí no tienen ninguna importancia. A unos les echaron por irse al baile a san Vicente de la Barquera. Y el protagonista de en Camino aprovecha una visita al medico para irse de putas. El gran incendio de la bahía de Santander le pilla dentro de un prostíbulo. Impresionante escena para una de las mejores novelas y mejor escritas sobre la mala educación sentimental en aquellos seminarios de postguerra hoy vacíos.
Asimismo, Castillo Puche cuenta en otro de sus libros – la experiencia en el seminario marcó su psicología y su carrera periodística, en cierto modo seguí sus pasos porque él tambien fue corresponsal en Nueva York- cómo un diacono el día mismo en que va a ser consagrado presbítero se vuelve loco. Se miraba a las manos. En el canto de la zurda le había salido callos de tanto masturbarse y se encuentra impuro e indigno de que esas manos toquen el cuerpo del Señor en la primera misa. Fuerte, eh, pero fue fuerte, muy fuerte todo aquello y teníamos tan pocos años.
Eguillor el 13 de mayo de 1960 me llamó a su celda para anunciarme que al siguiente curso no volviera. Me pasé una semana tumbado en el camastro llorando. Como mi padre no podía venir a por mí a causa de los gastos del viaje se acordó que permaneciera hasta el final de curso. Durante unas semanas me arrastré por los pasillos. Los compañeros no me ajuntaban. Mira a ese le han echado y las miradas en el refectorio se clavaban en ti como dardos. Aquellos curas podían ser muy santos, muy castos, pero no tenían ni zorra idea de cómo se trata a un ser humano, máxime cuando éste era un niño. En cuna edad critica cuando el alma y el cuerpo se están formando como una masilla. Pero tuve coraje. La salida se hizo un 11 de julio. Ahora se cumple medio siglo de la mañana que arribé a Getafe. Mi padre vino a recibirme en un camión del ejército. Madrid estaba acordonado por la policía pues había llegado en visita oficial el presidente Onganía. Sentí que no tenía vocación pero ante el disgusto de mi madre que casi se muere. Me mandaron al pueblo un par de meses hasta que a mis progenitores se les pasase el disgusto. De modo que, en resolución, opté por regresar al seminario de Segovia el curso siguiente. Sin embargo, tras aquella experiencia dolorosa presumí que iba a empezar la desbandada. Las torturas, los baticores, las infamias no son para contados y en esta vida todo se paga. Todos estos casos de pederastia son a lo mejor el castigo que envía el Señor para que la iglesia jerárquica se arrepienta y enmiende sus formas. En Comillas muchos abandonaron o se metieron a movimientos como la ETA. Sin embargo, uno de los que alcanzaron las gradas del sacerdocio fue el periodista ilustre de Antena 3 Antonio Pelayo, corresponsal en el Vaticano, y de Valladolid, que no sé si llegó a secularizarse. Pérez Bedoya al que recuerdo con afecto es hoy uno de los mejores críticos religiosos del diario El País. Los jesuitas lo despreciaban porque su padre era socialista. Aquellos reverendos padres sólo tenían ojos para los hijos de los capitalistas vascos.
El asunto comillensis lo he dado de lado en mi novela “Nabos en adviento. El seminario vacío. La puerta cerrada”. Ahora le doy gracias a Dios por haber sobrevivido a la hecatombe. Mi fe sigue incólume, tanto como mi rebeldía a la vista de que el Vaticano II ha destruido la parte más noble de la Iglesia dejando incólumes muchos de sus antiguos vicios. Aquellas torturas y escrúpulos sexuales, aquellos sermones con la calavera en la mano, hoy me hacen reír pero entonces hubo mucho a los que marcaron. Tambien los eclesiásticos cometieron muchos pecados y no vale el arrepentimiento ni la atrición, ni la contrición, ni justificaciones baratas como eso de que las iglesia es eterno y que las fuerzas del infierno etc.. Su victimismo actual no les exonera de la culpa. Ahora pueden sentirse víctimas pero entonces eran verdugos como aquel maldito Padre Eguillor. Todavía se me aparece como un ángel exterminador en mis pesadillas. Tú no vales para nada. Te has colao. Eres un inútil. Dios y el tiempo acaban siempre haciendo justicia y poniendo a cada uno en su lugar.
Sería buena una restitución o una reparación del daño a los ofendidos. Yo sobreviví a Eguillor. Bendito sea Dios. No hay mal que mil años dure.
Miércoles, 21 de abril de 2010
JOHN LE CARRÉ, NO SE PUEDE DECIR QUE RUSIA SEA UN ETADO CRIMINAL, AMIGO, AL NO MENOS NO TANTO QUE USA, INGLATERRA O EL MISMO ISRAEL
Me contaba una vez Graham Green que todo escritor tiene algo de espía. Esta tesis se consagra en las declaraciones de don Juan-no es don juan sino don David, los espías y los escritores a veces tienen una crisis de identidad- que ha tenido la avilantez de decir que Rusia es un estado criminal. Lo será peor no tan faccioso, mafioso o tramposo como lo pueda ser su propia Inglaterra, Yanquilandia o el propio Israel que viene a ser la madre del cordero. Le carré me cuadra como que sigue siendo un espía de la inteligencia británica bastante desacreditada en su propio país pero con muchos poderes sobre todo mediaticos en el mío. Los españoles sobre todo los del pais siguen practicando el papanatismo y el fanatismo de los demócratas… nosotros los demócratas… etc. Estos ingleses son muy vivos y los preguntadores hispanos at work más inocentes que cubos. Sin embargo, en medio de sis declaraciones da el famoso autor de novelas de espionaje da una de cal y otra de arena. El oro viene en aleación con el oropel. Es cierto que la banca está en manos de tramposos y lo del dinero negro, el dinero blanco y el dinero gris. Forman un conundrum o asociación de malhechores (trata de blancas, narcotráfico, venta de armas). El centro de operaciones de tales movidas no está en el Kremlin sino en Wall Street o en la City londinense. Los americanos pese a que contrario parezca no han ganado la guerra fría, no han ganado ninguna guerra. La mundial la ganaron los rusos y ellos entraron a viña vendimiada, les sacudieron en Vietnam, a Irak lo dejaron empantanado in medias res y la guerra de Afganistán la del opio la estan perdiendo. El árbol de levas de todo este montaje torna alrededor de la creación de un gran estado hebreo en asia central. Tel Aviv ha medito la mano en el avispero al reivindicar sus predios bíblicos y al embarcarse en una cruzada contra el islam que es la islamofobia que todos padecemos. Lleva razón el espía siempre hay que inventarse un enemigo. Lo malo es que después de la caída de la urss Rusia no ha sido vencida tal y conforme pretendían Reagan, Bush, Blair y compañía. Pero lo que nos cuenta le Carré ya lo sabíamos. Un servidor viene contando esta historia desde hace algún tiempo. Lo malo es que el inglés es un ricacho que vive en el barrio de los cresos y los plutócratas de Berna y a uno la nueva inquisición le prohíbe la distribución de sus libros. Sin embargo, contra la verdad no hay fuerza. El mundo es una mierda. Yo para impetrar perdón al altísimo, en reparación, por las palabras blasfemas de este señor voy a escuchar el “bogoslyshenia” (oficio divino) por Radio Blago en Internet. Tampoco hay que fiarse nunca de los espías ingleses. Son mala gente por lo general.
Me contaba una vez Graham Green que todo escritor tiene algo de espía. Esta tesis se consagra en las declaraciones de don Juan-no es don juan sino don David, los espías y los escritores a veces tienen una crisis de identidad- que ha tenido la avilantez de decir que Rusia es un estado criminal. Lo será peor no tan faccioso, mafioso o tramposo como lo pueda ser su propia Inglaterra, Yanquilandia o el propio Israel que viene a ser la madre del cordero. Le carré me cuadra como que sigue siendo un espía de la inteligencia británica bastante desacreditada en su propio país pero con muchos poderes sobre todo mediaticos en el mío. Los españoles sobre todo los del pais siguen practicando el papanatismo y el fanatismo de los demócratas… nosotros los demócratas… etc. Estos ingleses son muy vivos y los preguntadores hispanos at work más inocentes que cubos. Sin embargo, en medio de sis declaraciones da el famoso autor de novelas de espionaje da una de cal y otra de arena. El oro viene en aleación con el oropel. Es cierto que la banca está en manos de tramposos y lo del dinero negro, el dinero blanco y el dinero gris. Forman un conundrum o asociación de malhechores (trata de blancas, narcotráfico, venta de armas). El centro de operaciones de tales movidas no está en el Kremlin sino en Wall Street o en la City londinense. Los americanos pese a que contrario parezca no han ganado la guerra fría, no han ganado ninguna guerra. La mundial la ganaron los rusos y ellos entraron a viña vendimiada, les sacudieron en Vietnam, a Irak lo dejaron empantanado in medias res y la guerra de Afganistán la del opio la estan perdiendo. El árbol de levas de todo este montaje torna alrededor de la creación de un gran estado hebreo en asia central. Tel Aviv ha medito la mano en el avispero al reivindicar sus predios bíblicos y al embarcarse en una cruzada contra el islam que es la islamofobia que todos padecemos. Lleva razón el espía siempre hay que inventarse un enemigo. Lo malo es que después de la caída de la urss Rusia no ha sido vencida tal y conforme pretendían Reagan, Bush, Blair y compañía. Pero lo que nos cuenta le Carré ya lo sabíamos. Un servidor viene contando esta historia desde hace algún tiempo. Lo malo es que el inglés es un ricacho que vive en el barrio de los cresos y los plutócratas de Berna y a uno la nueva inquisición le prohíbe la distribución de sus libros. Sin embargo, contra la verdad no hay fuerza. El mundo es una mierda. Yo para impetrar perdón al altísimo, en reparación, por las palabras blasfemas de este señor voy a escuchar el “bogoslyshenia” (oficio divino) por Radio Blago en Internet. Tampoco hay que fiarse nunca de los espías ingleses. Son mala gente por lo general.
jueves, 23 de septiembre de 2010
ELEGÍA Y CANTO A LAS 24 REDONDAS BLANCAS
Con el ordenador son 53 pero bien está traer a colación aquí el poema de Pedro Salinas a las 24 redondas blancas como punto de apoyo que mueve el propio movimiento:
quietas dormidas están
Las treinta redondas blancas;
entre ellas sostienes el mundo
En realidad estos sagrados templos de las Nueve Musas son- y es lo que quería decir Salines- son cariátides que sostienen empujandolo hacia arriba al globo de la esfera armilar. Como vehículos de la idea y ancilarias de la palabra. Sin palabra no hay ciencia ni comunicación ni progreso. El be de la cabra y el chillido del mono. Es a lo que volvemos? Dios quiera que no.
Así, con este verso, el poeta Salinas en La Voz a ti debida entonaba una loa al tablero de la Smithson Corona, su maquina de escribir, ábaco del amor y del dolor, cifra y compendio de nuestros pensamientos, férula de nuestras vidas que en ellas ponemos al tablero, campos elíseos de las nueve musas, burladero con que hurtamos el cuerpo a las cornadas de esas vaquillas que son auténticos miuras morcillos, tan difícil de poner en suerte como a todo toro hembra, instrumento de trabajo de vates, abogados, periodistas, comerciantes, cronistas en general.
Alistair Cook sesudo radiofonista británico en una de sus emisiones últimas por la BBC en su Carta desde América propalaba la noticia de que la firma Smith&Corona cerraba sus puertas después de haber estado fabricando mecanografía desde hace 125 años. Sería una noticia que pase inadvertida. Los Massmedia se encuentran muy atareados por cuestiones de mayor momento a causa de una actualidad vertiginosa, en la cual parece que la historia se derrumba.
La firma patentadora de maquinas de escribir, cajas registradoras y otros instrumentos de cálculo más antigua de los estadounidenses, al cerrar sus dependencias y mandar a sus laborantes al paro, no es más que un nombre temblando en un papel, en la larga lista de fusilados a causa de este alzamiento cibernético que no cesa.
Ah, las redondas blancas, que se bañan en tinta y en sangre y a veces en agua clara! Las aguas del Tíber, como en los tiempos de cesar, siguen bajando negras con la sangre de tanto ahogado que grita antes de expirar: soy poeta. Una empresa que fenece; su cadáver, en cambio, no es un fiambre como los demás. Surjan de nuestras gargantas cantos epicedios de los que lloramos la desaparición de estas treinta ninfas mecánicas que nos ayudaron a construir nuestros propios paraísos e infiernos. De papel.
Las anduvimos aporreando con ira revolucionaria cuando nos creíamos con algún poder para que todo esto cambiara. Recuerdo que Paco Umbral se fotografió una vez desnudo y su pluma Olivetti 22"- la que utilicé yo- le servía de hoja de parra y así, in púribus, pero, a cubierto por el paño de pudor de las redondas blancas, apareció en la portada de uno de sus libros .
Las hemos acariciado con éxtasis. Con ellas hicimos el amor; tuvimos los mejores orgasmos.
Una idea feliz, una metáfora de contraste, un concepto de inspiración son como para correrse de gusto. Porque, desde el principio, sobre sus lomos cabalgaron nuestros primeros poemas de amor. Ellas son en verdad el amor. La novia que nunca cambiamos por otra. Ni nunca ella nos dejó. Amor a primera vista. Amor imperecedero. Aunque hoy escribir para qué? Difícil respuesta: es difícil escapar al ojo panóptico de la Gran Cuadrúpedo Sinario. Le importamos poco los escritores.
Pero son muchos años amando y sufriendo, dándoles a la tecla, mucha cólera y no menos ternura de afanosas noches en blanco escuchando las retransmisiones del alma y las que llegan DX, voces amigas de sintonías efervescentes en la madrugada. Todo esto para qué? Es el mensaje de la botella. Algunos dirán que esto que hacemos es un ejercicio inane pero a él estaremos sometidos los que no sabemos hacer otro (Cela dixit) hemos dejado la piel quemandonos las pestañas para que amenguara la vista, y gastando la yema de nuestros dedos.
Se atrofiaron los riñones, duelen las caderas y van las manos involuntariamente a atentar los cuadriles. Nos desriñonamos, vaya, entre sahumerios incesantes de nuestra cachimba y las tazas de café. La pipa ha sido otro de nuestros consuelo.
A la ingratitud de la existencia se vence con tabaco y humo porque acaso no otra cosa seamos que humo. Hemos sudado la gota gorda en este oficio que no guarda parangón con ningún otro. A ratos resulta suplicio y cadena. A ratos, deleite y fruición. Sueños que sueños son. Escribir es, ciertamente, una profesión pero también un vicio, del que no se descuelga uno sino con la muerte. Y a tal punto, que puede resultar más llevadero quitarse del trago o del tabaco que renunciar a esta grafomanía que nos penetra.
Nuestros sueños, pesadillas y realidades, se condensan en ese claustro apretado de las treinta redondas blancas. Ahí está la vagina rasgada de la sonrisa vertical que lanza hijos de la imaginación al mundo. El peligro es claro está junto a los retoños sanos las paridas. Redactar una parida es como alumbrar un hijo tonto.
Por desgracia, éstas abundan lo suyo entre los leguleyos y plumíferos/as y plomíferos/as que engendran demonios. Sin embargo, el rodillo de nuestra portátil todo lo abarca: el tópico desangelado y la idea genial.
A veces este carro de fuego de nuestra Olivetti echaba chispas. Era un carro de fuego en el que Elías trepó hasta los cielos. Por la cinta de la fábrica de los sueños- verdaderos caprichos goyescos- salían hasta cascos de botella.
Pedro Salinas pasó a limpio el original de La Voz a Ti debida en la Smith Corona insertando en el rodillo cuatro copias al carbón. De la misma manera hicimos muchos españoles con nuestros primeros poemas. Nadie nos hizo caso y aquellas láminas olvidadas y amarillentas yacen olvidadas en la oscuridad de viejas maletas o en cartapacios y antiguos archivadores.
Es otro riesgo que hay que afrontar, máxime, en la actualidad, el anonimato y la oscuridad. Estamos condenados a re-escribirnos y a enviar mensajes a nosotros mismos. Por si acaso lo lanzamos a la Red formato HTML en la esperanza de ser leídos. Escribe para ti mismo, dijo doña Machina la bibliotecaria de Logroño. En aquella frase me pareció escuchar una sentencias de muerte. Doña Machina era una mujer cruel como las Parcas mismas. Machina, máquina infernal, nos metió en buen mechinal. El poeta se queda sólo. Le han arrebatado la lira pero nunca le podrán quitar su voz.
Y nadie, mejor que el vate madrileño transterrado a Nueva York, supo cantar a la esbeltez y mutismo de cariátide de las Treinta Redondas Blancas. Mundo de cine black & white. Y por esa sendas seguimos los demás juntando palabras blanco sobre negro. Tiene que ver un irritante como el café o como el tabaco con el hecho de la inspiración? Pisemos mayúsculas. Calquemos en la versal del acento. Lo esdrújulo y apaisado. Antonio, no te metas en ese jardín.
Las treinta fichas constituyen no sólo nuestro aval. Son igualmente le muro de carga del edificio de nuestros sueños y Wailing Wall de los que se sienten incomprendidos, maltratados, perseguidos y hasta trucidados por los Herodes de las épocas. El acto de escribir es un acto inocente pero a veces los escritores pasamos por terroristas.
Con esta tecla en nuestros dedos estamos echando un pulso a la Historia. Nos da en plena cara el viento del Espíritu y nos sentimos eufóricos cuando escribir resulta sencillo o consternado cuando se aleja la inspiración. No hay tormento mayor que el de la cuartilla en blanco que aqueja a todo escritor. Hay que contar historias. Las que merecen contarse, y las que no. El ordenador no ha hecho sino aumentar el campo de posibilidades (y feria de vanidades) de la escritura hasta límites increíbles.
Porque la mecanografía continúa siendo la abuela irreconocible de la telemática. Pisar la tecla mayúsculas/minúsculas de una Underwood o de la última computadora fabricada en China es realizar profesión de fe en el misterio de la palabra. Reyes del alfabeto tenemos la llave triunfal del abracadabra. El soplo del espíritu, ya decimos, se equipara con el duende de las imprentas inserto en la magia de las Treinta Redondas Blancas con su inmenso abanico de combinaciones. Que brindan la salida del laberinto. A través dellas rastreamos el hilo de Ariadna.
Mi portátil hasta hace poco seguía emitiendo ese tableteo nervioso y seco de las ametralladoras. Ta. Ta. Ta. Y yo me sentía como el violinista en el tejado o como un francotirador - es lo que he sido toda mi vida, largando por lo independiente, yendo por lo libre- que asmaba la calle desde arriba y soltaba tiros contra todo lo que se movía. Contra esto y aquello. Esto y lo otro.
Ese sonido de mi Olivetti es para mí pobre escribir lo que la campanilla de las cajas registradoras que hacen poner los ojos chiribitas de los tenderos. Tilín. Tilín o el till que dicen los ingleses. Hacer la mili como servidor de ametralladoras es un buen empiece para un escritor. No me embromen con cuentos de hadas. Donde pongo el ojo, pongo la bala.
Me jacto de haber dominado este oficio a fuerza de tesón. De qué me ha servido? Tuvimos la mala suerte de vivir en un tiempo perdido de persecución y de incomprensión. Este ha sido uno de los periodos más siniestros de la historia de España pero, si cabe, que los del Rey Felón. Que vuelva Goya y se hinche hasta la narices de estampar narices borbónicas, cayetanas y monarcas con cara de gilipollas, princesas facticias y ficticias y niños rubitos y archi guapos que dan muy bien en el Hola y dan de comer a Rocainfiel y otros de la cuerda.
Con su pan se lo coman. Mientras la patria desolada se muere de tristeza y de asco aunque todos nuestros súbditos a los que va la marcha están bajo la bota del control. Que acá no se mueve nadie.
Esto no es, desde luego, me huelgo decir que yo, francotirador, que estampo mi diuturno paqueo sobre el sobrepelliz de mis hadas madrinas que son las Treinta Redondas, donde pongo el ojo pongo la bala. Ni las ideas ni las palabras me son refractarias. Casi como Indurain cuando se monta en una bicicleta y llega al pódium del Parque de los Príncipes.
Hay días malos en que te entra la pájara y uno no tiene ni una triste historia que llevarse hasta las teclas. Sequedad informativa. Penuria inspirativa pero dejalas, hijo que ya vendrán. No entra nada en esas esfera maravillosa de las cuarenta pulsaciones por minuto. La mente parece bloqueada y entonces es como el cadoz de la noria de una alberca que se empeña en sacar agua de donde no mana.
A la maquina de escribir hay que aporrearla pero el ordenador parece que va solo. Se embala. Es una maquinaria de magia oculta que parece ajena al temperamento y a las veleidades humanas. El PC no parece comprender los altibajos del plumilla que lo maneja. Es silencioso, de visión nictálope, superferolítico, eficaz, pero a veces nos muestra la cara hosca de sus manías. Es más inteligente, menos apasionado que la maquina de escribir, al tiempo que muestra un mundo plano.
Es todo cabeza porque de raza le viene al galgo. Lo dicen inteligencia artificial. La otra, todo corazón. Los que para escribir necesitamos barullo, humo, que suene la campana, que se atasque el rollo de papel que rechine el carro y que se cargue aun el tope de la justificación echamos de menos a la Underwood cuyo espaciador manejábamos con furia porque cada linea escrita aunque no nos la pagasen como a Agatha Christie o al perulero don Vargas Llosa que cobra una millonada por sus engendros en forma de articulito era una victoria.
Era como rescatar al Ser de la Nada. El que pone una idea en circulación en este país de modorros engendra y trae muchos hijos al mundo en diferentes partos múltiples. Echábamos para el compañero de al lado una sonrisa de satisfacción. Cáspita. Eureka. Lo conseguí.
Los que venimos de esta furia nos sentimos cohibidos por esta gollería silenciosa de la cibernética. La memoria artificial abrió para el escritor la cancela de otros mundos. Con ella puede llegarse al texto perfecto. Quitar. Añadir. Corregir. Sobrescribir. Formatear. Escindir. Proyectar. Subdividir. El cursor y la clepsidra. Todo aséptico y superferolítico pero uno siente nostalgia por aquel ambiente visceral, aquel humo, aquel hablar a voces. Hoy ya no se fuma. Es un mundo sin tabaco pero envenenado con otros tóxicos. Y todos vivimos enajenados por una vida sin ilusiones y sin amor. Mercurio derribó a apolo de su pedestal.
La última carta desde América de Alistair Cook-el hombre que narró para la BBC la entrada de los rusos en Berlín y la caída de la Montecasino-sus crónicas eran tan periodísticas que bastaba con escuchar el lead, después se perdía en juego de palabras y parecía que se escuchaba a sí mismo- me ha embargado de añoranza este domingo de agosto. El periodista británico cuenta lo difícil que es en Nueva York hacerse con una cinta de maquina de escribir a gentes que, como él, siguen sin entender el ordenata.
Hay que ver las maravillas que inventa el hombre blanco! Aquí empieza el tránsito de lo digital a lo analógico. Las manualidades tienen poco espacio de vida.
En Nueva York nació precisamente la maquina de escribir el 1873 patentizada por un inglés que se apellidaba Remington. Este señor se había forrado fabricando cañones y armas cañones. Su caso era muy parecido al del magnate Nobel sueco que fundó los dichosos premios aquejado de un golpe de arrepentimiento por haber colocado en el mercado armas de todo tipo. No sabía el hombre que la maquina de escribir también puede ser un arma letal y cargada de futuro.
Puede causar bajas y barrer enemigos sin necesidad de pólvora u otro fulminante. Es un revolver y una navaja . Pero la mecanografía puede ser un atril para reclinar los santos evangelios. Se trata de una herramienta carismática para cuantos seguimos creyendo en la Buena Nueva. Me incluyo en el cupo de estos humanistas idealistas a los que el vulgo tacha de zumbados. Que siguen creyendo en la justicia y la solidaridad. Rara avis!
Las treinta Redondas nos sirvieron de escalera para trepar a esas realidades excelsas a las que aspira el ser humano que son la Verdad y la Belleza. Pero acabamos rompiendonos la crisma. Luego nos levantamos, sacudimos el polvo de nuestras sandalias con la caída, nos limpiamos los petos pero pronto nos dimos cuenta de que no teníamos donde ir. Nadie nos oferta cobijo ni nos da un lugar para lamernos nuestras heridas.
Uno ha muerto para el mundo. Vive en su celda recluso servido por esas hurís sin cuerpo, dulces etéreas, a ratos hetairas, que nos sirven, nos lavan los pies derramando sobre nosotros ricos pomos de alabastro como hizo María de Magdala, que son las fieles Redondas Blancas. Autenticas cantineras para los escritores de infantería que somos los periodistas. Y de su mano seguimos escribiendo, soñando.
El 408 ya san Agustín poco antes de que los corceles de Alarico hundieran sus pezuñas sacrílegas en las lajas de la Vía Apia, alertaba, desengañado, que la verdad y la belleza sólo podrán ser gozadas en la otra vida porque mi reino no es de este mundo.
De tejas abajo, sólo podemos aspirar a que ellas nos sirvan de cirineo para sobrellevar las tribulaciones y persecuciones que la vida depara o servirnos de escudo o talanquera para esquivar los muchos golpes y cornadas que nos lanza el enemigo. Porque vivimos sojuzgados por un poder temporal en el que manda Lucifer, escribe el santo.
Pese a ello no claudicamos. Conscientes de nuestra derrota temporal, confiamos en nuestra recompensa eternal. Sabremos ser carne de cañón y carne de prostíbulo pero, asimismo, estamos abocados a ser carne de máquina de escribir. Somos, en una palabra, los perdedores.
La voz rotunda, como de petulancia de Cook [British pasada por la trituradora del yanqui pangue, que los americanos hablan un poco por la nariz, y del acento meso-atlántico] nos sigue acompañando desde Nueva York. Es todo un icono de la famosa sede de Bush House. Él debe de haber pasado el Rubicón de los 90 en plena claridad mental. Quizás los buenos periodistas nunca mueren. Cook es la voz de la tía abuela o auntie que es como llaman los ingleses a la BBC. Quizás los buenos periodistas nunca mueren.
A mí desde luego siempre don Alistair me pareció un buen periodista aunque un si es no es petulante, uno de esos ingleses que miran a media humanidad por encima del hombro. Los buenos locutores quizás nunca mueran. Sólo se desvanecen y su voz sigue rodando a través del éter por toda la eternidad.
Cook es el oráculo de la crónica política internacional. Es un panegirista inglés de la América profunda y yo no diría de pensamiento independiente pues su discurso sonaba siempre algo phoney pero creíble.
Se le cita como hombre de la CIA en Gran Bretaña. Su letra desde América es el Nueva York entrevisto desde un angular personal narrada con un impecable acento medio-atlántico, a caballo entre sendos mundos, que ni es inglés de las islas ni es yanqui, pero que conserva toda la nasalidad en la que se expresaban los Padre Peregrinos, al calor de las viejas palabras resucitada del Webster Dictionary.
Cuando yo vivía en Londres, allá por los felices 60, yo era un fan de Alistair Cook. Su emisión salía al aire en las tranquilas tardes de domingo inglés cuando al país se le para el reloj y hay que darle el cuerda, limpiar la alfombra, lavar el coche, tomarse la enésima taza de té mientras atardece y las iglesias anglicanas de Londres recibían a los escasas fieles que acudían a las vísperas o Evening Song.
Tenía su magia el domingo inglés que era un verdadero sabath y la voz de aquel corresponsal de la BBC contribuía a la puesta en escena del English Sunday que era en aquellos tiempos toda un institución. Mi hija Helen de dos años, que ya por entonces debía de querer ser periodista, se sentaba a la máquina de escribir atraída por la magia de las Treinta Redondas Blancas. Miralas que solos están como el lagarto y la lagarta. Su madre se atareaba en la cocina y mientras daba el botón del conmutador Suzanne decía:
-My God. This bloke goes for ever
Ella le había conocido de niña cuando era un anciano. La voz siguió repicando hasta bien entrado el siglo XXI y luego su cadaver experimentaría una historia rocambolesca. Alguien lo robó para extraer a don Alistair difunto algún órgano. A lo mejor fue la voz que la tenía bastante eufónica.
En 1995 seguir escuchando a don Alistair me llena de nostalgia con aquel mundo que dejé atrás en England, que fue mi secunda patria, mi segundo país y del que a veces me siento exilado. Un exilado soy del amor, de la verdad y de la belleza. My God. Ha pasado tanto tiempo!
Qué sería de mi pequeña Helen a la que la madre me impidió visitar? Pasó tanta tiempos, cayeron tantas hojas muertas que se llevaron a tantos amigos a lo largo de infinitos otoños. He llenado tanto papel. Emborroné tantos folios. A veces con menos eco del que esperaba y de lo que creo me merezco. Pero la vida es ansí (don Pío dixit)
Sin embargo, las redondas blancas siguen ahí y de ellas yo no estoy ayuno ni a blancas. Bien las conozco y ellas me conocen a mí. Conservan el magnetismo imponderable de la eterna juventud. Y esa inocencia que han de tener las bellas para ser bien deseadas.
Son deidades a las que su castidad convirtió en Vestales del devenir. Ellas serán vírgenes perennes mientras nosotros envejecemos arqueando el lomo sobre la esteva y nos aquejan los achaques y los ataques de malencolía pues ya nada será como entonces. Ellas nos devolverán algún día el amor. Por su intercesión quizás tengamos esa resurrección sobre la que converge todo escritor el cual mediante la escritura quiere perpetuarse: resucitar, ser inmortal. El ábaco, los abecedarios, las teclas y la escala musical son entes sin tiempo. Soñemos, alma, soñemos.
Antonio Parra
6 de agosto de 1995
transcrito 8 de agosto de 2008
Con el ordenador son 53 pero bien está traer a colación aquí el poema de Pedro Salinas a las 24 redondas blancas como punto de apoyo que mueve el propio movimiento:
quietas dormidas están
Las treinta redondas blancas;
entre ellas sostienes el mundo
En realidad estos sagrados templos de las Nueve Musas son- y es lo que quería decir Salines- son cariátides que sostienen empujandolo hacia arriba al globo de la esfera armilar. Como vehículos de la idea y ancilarias de la palabra. Sin palabra no hay ciencia ni comunicación ni progreso. El be de la cabra y el chillido del mono. Es a lo que volvemos? Dios quiera que no.
Así, con este verso, el poeta Salinas en La Voz a ti debida entonaba una loa al tablero de la Smithson Corona, su maquina de escribir, ábaco del amor y del dolor, cifra y compendio de nuestros pensamientos, férula de nuestras vidas que en ellas ponemos al tablero, campos elíseos de las nueve musas, burladero con que hurtamos el cuerpo a las cornadas de esas vaquillas que son auténticos miuras morcillos, tan difícil de poner en suerte como a todo toro hembra, instrumento de trabajo de vates, abogados, periodistas, comerciantes, cronistas en general.
Alistair Cook sesudo radiofonista británico en una de sus emisiones últimas por la BBC en su Carta desde América propalaba la noticia de que la firma Smith&Corona cerraba sus puertas después de haber estado fabricando mecanografía desde hace 125 años. Sería una noticia que pase inadvertida. Los Massmedia se encuentran muy atareados por cuestiones de mayor momento a causa de una actualidad vertiginosa, en la cual parece que la historia se derrumba.
La firma patentadora de maquinas de escribir, cajas registradoras y otros instrumentos de cálculo más antigua de los estadounidenses, al cerrar sus dependencias y mandar a sus laborantes al paro, no es más que un nombre temblando en un papel, en la larga lista de fusilados a causa de este alzamiento cibernético que no cesa.
Ah, las redondas blancas, que se bañan en tinta y en sangre y a veces en agua clara! Las aguas del Tíber, como en los tiempos de cesar, siguen bajando negras con la sangre de tanto ahogado que grita antes de expirar: soy poeta. Una empresa que fenece; su cadáver, en cambio, no es un fiambre como los demás. Surjan de nuestras gargantas cantos epicedios de los que lloramos la desaparición de estas treinta ninfas mecánicas que nos ayudaron a construir nuestros propios paraísos e infiernos. De papel.
Las anduvimos aporreando con ira revolucionaria cuando nos creíamos con algún poder para que todo esto cambiara. Recuerdo que Paco Umbral se fotografió una vez desnudo y su pluma Olivetti 22"- la que utilicé yo- le servía de hoja de parra y así, in púribus, pero, a cubierto por el paño de pudor de las redondas blancas, apareció en la portada de uno de sus libros .
Las hemos acariciado con éxtasis. Con ellas hicimos el amor; tuvimos los mejores orgasmos.
Una idea feliz, una metáfora de contraste, un concepto de inspiración son como para correrse de gusto. Porque, desde el principio, sobre sus lomos cabalgaron nuestros primeros poemas de amor. Ellas son en verdad el amor. La novia que nunca cambiamos por otra. Ni nunca ella nos dejó. Amor a primera vista. Amor imperecedero. Aunque hoy escribir para qué? Difícil respuesta: es difícil escapar al ojo panóptico de la Gran Cuadrúpedo Sinario. Le importamos poco los escritores.
Pero son muchos años amando y sufriendo, dándoles a la tecla, mucha cólera y no menos ternura de afanosas noches en blanco escuchando las retransmisiones del alma y las que llegan DX, voces amigas de sintonías efervescentes en la madrugada. Todo esto para qué? Es el mensaje de la botella. Algunos dirán que esto que hacemos es un ejercicio inane pero a él estaremos sometidos los que no sabemos hacer otro (Cela dixit) hemos dejado la piel quemandonos las pestañas para que amenguara la vista, y gastando la yema de nuestros dedos.
Se atrofiaron los riñones, duelen las caderas y van las manos involuntariamente a atentar los cuadriles. Nos desriñonamos, vaya, entre sahumerios incesantes de nuestra cachimba y las tazas de café. La pipa ha sido otro de nuestros consuelo.
A la ingratitud de la existencia se vence con tabaco y humo porque acaso no otra cosa seamos que humo. Hemos sudado la gota gorda en este oficio que no guarda parangón con ningún otro. A ratos resulta suplicio y cadena. A ratos, deleite y fruición. Sueños que sueños son. Escribir es, ciertamente, una profesión pero también un vicio, del que no se descuelga uno sino con la muerte. Y a tal punto, que puede resultar más llevadero quitarse del trago o del tabaco que renunciar a esta grafomanía que nos penetra.
Nuestros sueños, pesadillas y realidades, se condensan en ese claustro apretado de las treinta redondas blancas. Ahí está la vagina rasgada de la sonrisa vertical que lanza hijos de la imaginación al mundo. El peligro es claro está junto a los retoños sanos las paridas. Redactar una parida es como alumbrar un hijo tonto.
Por desgracia, éstas abundan lo suyo entre los leguleyos y plumíferos/as y plomíferos/as que engendran demonios. Sin embargo, el rodillo de nuestra portátil todo lo abarca: el tópico desangelado y la idea genial.
A veces este carro de fuego de nuestra Olivetti echaba chispas. Era un carro de fuego en el que Elías trepó hasta los cielos. Por la cinta de la fábrica de los sueños- verdaderos caprichos goyescos- salían hasta cascos de botella.
Pedro Salinas pasó a limpio el original de La Voz a Ti debida en la Smith Corona insertando en el rodillo cuatro copias al carbón. De la misma manera hicimos muchos españoles con nuestros primeros poemas. Nadie nos hizo caso y aquellas láminas olvidadas y amarillentas yacen olvidadas en la oscuridad de viejas maletas o en cartapacios y antiguos archivadores.
Es otro riesgo que hay que afrontar, máxime, en la actualidad, el anonimato y la oscuridad. Estamos condenados a re-escribirnos y a enviar mensajes a nosotros mismos. Por si acaso lo lanzamos a la Red formato HTML en la esperanza de ser leídos. Escribe para ti mismo, dijo doña Machina la bibliotecaria de Logroño. En aquella frase me pareció escuchar una sentencias de muerte. Doña Machina era una mujer cruel como las Parcas mismas. Machina, máquina infernal, nos metió en buen mechinal. El poeta se queda sólo. Le han arrebatado la lira pero nunca le podrán quitar su voz.
Y nadie, mejor que el vate madrileño transterrado a Nueva York, supo cantar a la esbeltez y mutismo de cariátide de las Treinta Redondas Blancas. Mundo de cine black & white. Y por esa sendas seguimos los demás juntando palabras blanco sobre negro. Tiene que ver un irritante como el café o como el tabaco con el hecho de la inspiración? Pisemos mayúsculas. Calquemos en la versal del acento. Lo esdrújulo y apaisado. Antonio, no te metas en ese jardín.
Las treinta fichas constituyen no sólo nuestro aval. Son igualmente le muro de carga del edificio de nuestros sueños y Wailing Wall de los que se sienten incomprendidos, maltratados, perseguidos y hasta trucidados por los Herodes de las épocas. El acto de escribir es un acto inocente pero a veces los escritores pasamos por terroristas.
Con esta tecla en nuestros dedos estamos echando un pulso a la Historia. Nos da en plena cara el viento del Espíritu y nos sentimos eufóricos cuando escribir resulta sencillo o consternado cuando se aleja la inspiración. No hay tormento mayor que el de la cuartilla en blanco que aqueja a todo escritor. Hay que contar historias. Las que merecen contarse, y las que no. El ordenador no ha hecho sino aumentar el campo de posibilidades (y feria de vanidades) de la escritura hasta límites increíbles.
Porque la mecanografía continúa siendo la abuela irreconocible de la telemática. Pisar la tecla mayúsculas/minúsculas de una Underwood o de la última computadora fabricada en China es realizar profesión de fe en el misterio de la palabra. Reyes del alfabeto tenemos la llave triunfal del abracadabra. El soplo del espíritu, ya decimos, se equipara con el duende de las imprentas inserto en la magia de las Treinta Redondas Blancas con su inmenso abanico de combinaciones. Que brindan la salida del laberinto. A través dellas rastreamos el hilo de Ariadna.
Mi portátil hasta hace poco seguía emitiendo ese tableteo nervioso y seco de las ametralladoras. Ta. Ta. Ta. Y yo me sentía como el violinista en el tejado o como un francotirador - es lo que he sido toda mi vida, largando por lo independiente, yendo por lo libre- que asmaba la calle desde arriba y soltaba tiros contra todo lo que se movía. Contra esto y aquello. Esto y lo otro.
Ese sonido de mi Olivetti es para mí pobre escribir lo que la campanilla de las cajas registradoras que hacen poner los ojos chiribitas de los tenderos. Tilín. Tilín o el till que dicen los ingleses. Hacer la mili como servidor de ametralladoras es un buen empiece para un escritor. No me embromen con cuentos de hadas. Donde pongo el ojo, pongo la bala.
Me jacto de haber dominado este oficio a fuerza de tesón. De qué me ha servido? Tuvimos la mala suerte de vivir en un tiempo perdido de persecución y de incomprensión. Este ha sido uno de los periodos más siniestros de la historia de España pero, si cabe, que los del Rey Felón. Que vuelva Goya y se hinche hasta la narices de estampar narices borbónicas, cayetanas y monarcas con cara de gilipollas, princesas facticias y ficticias y niños rubitos y archi guapos que dan muy bien en el Hola y dan de comer a Rocainfiel y otros de la cuerda.
Con su pan se lo coman. Mientras la patria desolada se muere de tristeza y de asco aunque todos nuestros súbditos a los que va la marcha están bajo la bota del control. Que acá no se mueve nadie.
Esto no es, desde luego, me huelgo decir que yo, francotirador, que estampo mi diuturno paqueo sobre el sobrepelliz de mis hadas madrinas que son las Treinta Redondas, donde pongo el ojo pongo la bala. Ni las ideas ni las palabras me son refractarias. Casi como Indurain cuando se monta en una bicicleta y llega al pódium del Parque de los Príncipes.
Hay días malos en que te entra la pájara y uno no tiene ni una triste historia que llevarse hasta las teclas. Sequedad informativa. Penuria inspirativa pero dejalas, hijo que ya vendrán. No entra nada en esas esfera maravillosa de las cuarenta pulsaciones por minuto. La mente parece bloqueada y entonces es como el cadoz de la noria de una alberca que se empeña en sacar agua de donde no mana.
A la maquina de escribir hay que aporrearla pero el ordenador parece que va solo. Se embala. Es una maquinaria de magia oculta que parece ajena al temperamento y a las veleidades humanas. El PC no parece comprender los altibajos del plumilla que lo maneja. Es silencioso, de visión nictálope, superferolítico, eficaz, pero a veces nos muestra la cara hosca de sus manías. Es más inteligente, menos apasionado que la maquina de escribir, al tiempo que muestra un mundo plano.
Es todo cabeza porque de raza le viene al galgo. Lo dicen inteligencia artificial. La otra, todo corazón. Los que para escribir necesitamos barullo, humo, que suene la campana, que se atasque el rollo de papel que rechine el carro y que se cargue aun el tope de la justificación echamos de menos a la Underwood cuyo espaciador manejábamos con furia porque cada linea escrita aunque no nos la pagasen como a Agatha Christie o al perulero don Vargas Llosa que cobra una millonada por sus engendros en forma de articulito era una victoria.
Era como rescatar al Ser de la Nada. El que pone una idea en circulación en este país de modorros engendra y trae muchos hijos al mundo en diferentes partos múltiples. Echábamos para el compañero de al lado una sonrisa de satisfacción. Cáspita. Eureka. Lo conseguí.
Los que venimos de esta furia nos sentimos cohibidos por esta gollería silenciosa de la cibernética. La memoria artificial abrió para el escritor la cancela de otros mundos. Con ella puede llegarse al texto perfecto. Quitar. Añadir. Corregir. Sobrescribir. Formatear. Escindir. Proyectar. Subdividir. El cursor y la clepsidra. Todo aséptico y superferolítico pero uno siente nostalgia por aquel ambiente visceral, aquel humo, aquel hablar a voces. Hoy ya no se fuma. Es un mundo sin tabaco pero envenenado con otros tóxicos. Y todos vivimos enajenados por una vida sin ilusiones y sin amor. Mercurio derribó a apolo de su pedestal.
La última carta desde América de Alistair Cook-el hombre que narró para la BBC la entrada de los rusos en Berlín y la caída de la Montecasino-sus crónicas eran tan periodísticas que bastaba con escuchar el lead, después se perdía en juego de palabras y parecía que se escuchaba a sí mismo- me ha embargado de añoranza este domingo de agosto. El periodista británico cuenta lo difícil que es en Nueva York hacerse con una cinta de maquina de escribir a gentes que, como él, siguen sin entender el ordenata.
Hay que ver las maravillas que inventa el hombre blanco! Aquí empieza el tránsito de lo digital a lo analógico. Las manualidades tienen poco espacio de vida.
En Nueva York nació precisamente la maquina de escribir el 1873 patentizada por un inglés que se apellidaba Remington. Este señor se había forrado fabricando cañones y armas cañones. Su caso era muy parecido al del magnate Nobel sueco que fundó los dichosos premios aquejado de un golpe de arrepentimiento por haber colocado en el mercado armas de todo tipo. No sabía el hombre que la maquina de escribir también puede ser un arma letal y cargada de futuro.
Puede causar bajas y barrer enemigos sin necesidad de pólvora u otro fulminante. Es un revolver y una navaja . Pero la mecanografía puede ser un atril para reclinar los santos evangelios. Se trata de una herramienta carismática para cuantos seguimos creyendo en la Buena Nueva. Me incluyo en el cupo de estos humanistas idealistas a los que el vulgo tacha de zumbados. Que siguen creyendo en la justicia y la solidaridad. Rara avis!
Las treinta Redondas nos sirvieron de escalera para trepar a esas realidades excelsas a las que aspira el ser humano que son la Verdad y la Belleza. Pero acabamos rompiendonos la crisma. Luego nos levantamos, sacudimos el polvo de nuestras sandalias con la caída, nos limpiamos los petos pero pronto nos dimos cuenta de que no teníamos donde ir. Nadie nos oferta cobijo ni nos da un lugar para lamernos nuestras heridas.
Uno ha muerto para el mundo. Vive en su celda recluso servido por esas hurís sin cuerpo, dulces etéreas, a ratos hetairas, que nos sirven, nos lavan los pies derramando sobre nosotros ricos pomos de alabastro como hizo María de Magdala, que son las fieles Redondas Blancas. Autenticas cantineras para los escritores de infantería que somos los periodistas. Y de su mano seguimos escribiendo, soñando.
El 408 ya san Agustín poco antes de que los corceles de Alarico hundieran sus pezuñas sacrílegas en las lajas de la Vía Apia, alertaba, desengañado, que la verdad y la belleza sólo podrán ser gozadas en la otra vida porque mi reino no es de este mundo.
De tejas abajo, sólo podemos aspirar a que ellas nos sirvan de cirineo para sobrellevar las tribulaciones y persecuciones que la vida depara o servirnos de escudo o talanquera para esquivar los muchos golpes y cornadas que nos lanza el enemigo. Porque vivimos sojuzgados por un poder temporal en el que manda Lucifer, escribe el santo.
Pese a ello no claudicamos. Conscientes de nuestra derrota temporal, confiamos en nuestra recompensa eternal. Sabremos ser carne de cañón y carne de prostíbulo pero, asimismo, estamos abocados a ser carne de máquina de escribir. Somos, en una palabra, los perdedores.
La voz rotunda, como de petulancia de Cook [British pasada por la trituradora del yanqui pangue, que los americanos hablan un poco por la nariz, y del acento meso-atlántico] nos sigue acompañando desde Nueva York. Es todo un icono de la famosa sede de Bush House. Él debe de haber pasado el Rubicón de los 90 en plena claridad mental. Quizás los buenos periodistas nunca mueren. Cook es la voz de la tía abuela o auntie que es como llaman los ingleses a la BBC. Quizás los buenos periodistas nunca mueren.
A mí desde luego siempre don Alistair me pareció un buen periodista aunque un si es no es petulante, uno de esos ingleses que miran a media humanidad por encima del hombro. Los buenos locutores quizás nunca mueran. Sólo se desvanecen y su voz sigue rodando a través del éter por toda la eternidad.
Cook es el oráculo de la crónica política internacional. Es un panegirista inglés de la América profunda y yo no diría de pensamiento independiente pues su discurso sonaba siempre algo phoney pero creíble.
Se le cita como hombre de la CIA en Gran Bretaña. Su letra desde América es el Nueva York entrevisto desde un angular personal narrada con un impecable acento medio-atlántico, a caballo entre sendos mundos, que ni es inglés de las islas ni es yanqui, pero que conserva toda la nasalidad en la que se expresaban los Padre Peregrinos, al calor de las viejas palabras resucitada del Webster Dictionary.
Cuando yo vivía en Londres, allá por los felices 60, yo era un fan de Alistair Cook. Su emisión salía al aire en las tranquilas tardes de domingo inglés cuando al país se le para el reloj y hay que darle el cuerda, limpiar la alfombra, lavar el coche, tomarse la enésima taza de té mientras atardece y las iglesias anglicanas de Londres recibían a los escasas fieles que acudían a las vísperas o Evening Song.
Tenía su magia el domingo inglés que era un verdadero sabath y la voz de aquel corresponsal de la BBC contribuía a la puesta en escena del English Sunday que era en aquellos tiempos toda un institución. Mi hija Helen de dos años, que ya por entonces debía de querer ser periodista, se sentaba a la máquina de escribir atraída por la magia de las Treinta Redondas Blancas. Miralas que solos están como el lagarto y la lagarta. Su madre se atareaba en la cocina y mientras daba el botón del conmutador Suzanne decía:
-My God. This bloke goes for ever
Ella le había conocido de niña cuando era un anciano. La voz siguió repicando hasta bien entrado el siglo XXI y luego su cadaver experimentaría una historia rocambolesca. Alguien lo robó para extraer a don Alistair difunto algún órgano. A lo mejor fue la voz que la tenía bastante eufónica.
En 1995 seguir escuchando a don Alistair me llena de nostalgia con aquel mundo que dejé atrás en England, que fue mi secunda patria, mi segundo país y del que a veces me siento exilado. Un exilado soy del amor, de la verdad y de la belleza. My God. Ha pasado tanto tiempo!
Qué sería de mi pequeña Helen a la que la madre me impidió visitar? Pasó tanta tiempos, cayeron tantas hojas muertas que se llevaron a tantos amigos a lo largo de infinitos otoños. He llenado tanto papel. Emborroné tantos folios. A veces con menos eco del que esperaba y de lo que creo me merezco. Pero la vida es ansí (don Pío dixit)
Sin embargo, las redondas blancas siguen ahí y de ellas yo no estoy ayuno ni a blancas. Bien las conozco y ellas me conocen a mí. Conservan el magnetismo imponderable de la eterna juventud. Y esa inocencia que han de tener las bellas para ser bien deseadas.
Son deidades a las que su castidad convirtió en Vestales del devenir. Ellas serán vírgenes perennes mientras nosotros envejecemos arqueando el lomo sobre la esteva y nos aquejan los achaques y los ataques de malencolía pues ya nada será como entonces. Ellas nos devolverán algún día el amor. Por su intercesión quizás tengamos esa resurrección sobre la que converge todo escritor el cual mediante la escritura quiere perpetuarse: resucitar, ser inmortal. El ábaco, los abecedarios, las teclas y la escala musical son entes sin tiempo. Soñemos, alma, soñemos.
Antonio Parra
6 de agosto de 1995
transcrito 8 de agosto de 2008
miércoles, 22 de septiembre de 2010
lunes, 13 de septiembre de 2010
A LA FLOR DEL MANZANO
Albura de la flor que nos trajo la pascua
En tanto las campanas bolean Pentecostés
Hay fuego en las lenguas y llama en las miradas
Que el poeta va lo que ni el ojo vio
Ni el oído oyó
Por esos no entienden los que tienen las orejas embotadas
Y son sopistas y mundialistas
Apoltronados detrás de su tornera
Para lanzar el dardo envenenado.
Que la flor de la manzana ciegue y confunda las flechas de su aljaba.
Presea de amor y fianza de la salvación
Sean estos tallos que el tronco brotó
En el milagro de cada primavera
Bello está el jardín
Y brota la hierba
Las lenguas de fuego maten la llama
Del veneno del ojo y la lengua que se esconde detrás de la tapia
Yo les digo que mi alma es blanca.
Ningun recoveco nnhún secreto.
I speak my mind
Y me visto del alba de esta flor de los sueños puros
Días de mayo
Canta el gallo en la quintana
El masto cuida el corral la cresta rojiza
Guardando su hembra
Y luego dirán que este gallo es un machista
Las lenguas del terrorismo feminista
Pues de maricón no tiene nada
El gallo de la quintana
Es él el amo de la baila
Indue mihi, domine ex alba vestimenta
Para que con corazón puro cante tus alabanzas
Y tenga a raya a las lenguas viciosas y malparadas
Esta flor corone las quimas
Y dentro de unos meses recogeré
Un escrinio repleto de manzanas
lunes, 23 de agosto de 2010
Woody allen tiene cara de espermatozoide
Del patetismo y papanatismo nacional hablan las crónicas. Por lo visto no es noticia que un perro muerda a un niño sino que Woody llegue a Oviedo. Películas malas hace el tío este y su humor neoyorquino que parece salir de los infiernos de Manhattan es inaguantable. Detrás de este fenómeno- genoma Woody Allen está todo el clan judío, el que apoya la secesión de Cataluña – la España de las autonomías se coció en Israel- y la entrega a Marruecos de Ceuta y Melilla. Todos los ministros de Mohamed VI son sefarditas. Los sionistas albergan un propósito revanchista: la destrucción del cristianismo y por eso traen gente. Las mafias que controlan la prostitución y la trata de negros, los del top manta que mueve millones de euros y está arruinando al pequeño comercio, actúan desde Israel. Son la mano invisible que mueve la cuna. ¿Ramadán? Hoy me voy a meter entre pecho y espalda una trapallada. ¿Woody Allen, decía usted? You fucking jew, rezaba una inscripción en la estatua que tiene el cineasta al lado de la Mallorquina. Los municipales la borraron inmediatamente. Este israelita de la nariz gorda y las gafas de negra montura le sienta al paisaje urbano de esta ciudad que fue emporio de la cristiandad visigótica como a un santo cristo dos pistolas. Y Oviedo no está para bromas, Y la verdad es que cuanto más le miro más me parece que tiene cara de espermatozoide. Amigo Gracia Noriega, ahora entiendo por que el Graciano García el de los premios príncipe de Asturias da tanto bombo, platillo y orquesta a tan insignificante personaje. Es un masón y de la cuerda. Asturianos y gallegos primos hermanos y lo mismo ha de decirse de judíos y masonzazos. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen en este sistema que más se parece a una autocracia o judeocracia movida por los hilos invisibles del poder mediático
Del patetismo y papanatismo nacional hablan las crónicas. Por lo visto no es noticia que un perro muerda a un niño sino que Woody llegue a Oviedo. Películas malas hace el tío este y su humor neoyorquino que parece salir de los infiernos de Manhattan es inaguantable. Detrás de este fenómeno- genoma Woody Allen está todo el clan judío, el que apoya la secesión de Cataluña – la España de las autonomías se coció en Israel- y la entrega a Marruecos de Ceuta y Melilla. Todos los ministros de Mohamed VI son sefarditas. Los sionistas albergan un propósito revanchista: la destrucción del cristianismo y por eso traen gente. Las mafias que controlan la prostitución y la trata de negros, los del top manta que mueve millones de euros y está arruinando al pequeño comercio, actúan desde Israel. Son la mano invisible que mueve la cuna. ¿Ramadán? Hoy me voy a meter entre pecho y espalda una trapallada. ¿Woody Allen, decía usted? You fucking jew, rezaba una inscripción en la estatua que tiene el cineasta al lado de la Mallorquina. Los municipales la borraron inmediatamente. Este israelita de la nariz gorda y las gafas de negra montura le sienta al paisaje urbano de esta ciudad que fue emporio de la cristiandad visigótica como a un santo cristo dos pistolas. Y Oviedo no está para bromas, Y la verdad es que cuanto más le miro más me parece que tiene cara de espermatozoide. Amigo Gracia Noriega, ahora entiendo por que el Graciano García el de los premios príncipe de Asturias da tanto bombo, platillo y orquesta a tan insignificante personaje. Es un masón y de la cuerda. Asturianos y gallegos primos hermanos y lo mismo ha de decirse de judíos y masonzazos. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen en este sistema que más se parece a una autocracia o judeocracia movida por los hilos invisibles del poder mediático
viernes, 13 de agosto de 2010
ESTE-OESTE UNA NOVELA DE LA POSGUERRA ESPAÑOLA
martes, 10 de agosto de 2010
Cada vez que veo a Jaime Jiménez-Arnau, subido a la noria de la noche de los sábados, que conduce un cara de piña con ramalazo cáscara amarga y en los que comparecen los de siempre (el del pelo blanco, la catalana rubia de bote, algunas veces Maria Antonia a la que deseo que se ponga buena. Ellos en el banco rojo; por el azul, una pepera tocinera, el ex de Ana Rosa, la querindonga del torero y que fue ex de un tenista, la hija de la reina de las mañanas, y otras culonas, con un tal Calabuch con pinta de cura del vicio y apellido de película de Berlanga etc.… y allí está Jimy como gallo del corral, el único espadachín con un poco de ingenio en medio de este guirigay de cotorras, el único que sabe contar un cuento o sacarle punta a un chascarrillo aun afuer de echarle mucha sal gorda, muy a diferencia del melifluo Peñafiel, voyeur de los altos tálamos y las testas coronadas que se gana la vida haciéndoles la pelota o destripando a los borbones) , verdad es que me repatea un poquito: el que el hijo de un gran novelista -y buen escritor él- tenga que hacer de palanganero de este burdel mediático.
Sin embargo, “carmina autum non dabunt”, ya lo decía Horacio. La literatura no da para comer. Y ahora mucho menos.
Acabo de terminar de leer una novela escrita por su padre, José Antonio Jiménez-Arnau, Este-Oeste, que perfila y matiza la psicología de los españoles de posguerra. Es una novela río que mantiene el interés del lector embebecido desde cada una de sus casi setecientas páginas. La historia es ni más menos que los vencedores perdieron la guerra y que desde el año 45 hasta hoy España ha estado en manos de los norteamericanos, los ingleses. Somos una democracia vigilada. En este contexto uno se alarma ante la rusofobia del protagonista, Mauricio, germanófilo hasta las cachas. Por otra parte, un falangista monárquico tampoco casa. ¿A qué se debe a esta falta de información de los españoles bien enterados? Acaso porque desde 1945 o tal vez mucho antes, 1898, hemos dejado de existir con voz propia y seamos una colonia norteamericana. No obstante, el general Franco, hábil estratega al que el autor-cosa rara- no menciona ni una sola vez a lo largo de las casi 700 páginas de la novela, durante un interregno de treinta años de gobiernos va a cortar ese cordón umbilical que hacía de España una nación sumisa a las veleidades y vaivenes forasteros. La mano que mece la cuna, el ojo oculto, son la judeomasonería. Franco los supo mantener a raya. Tampoco se alude a ellos de la misma forma que se obvia mencionar al Caudillo. Por las páginas de este libro se canta el gol de Zarra en Maracaná y se cuentan el millón y medio de manifestantes cuando lo de la manifestación de la Plaza de Oriente. Este es el Epos sonando como telón de fondo los titulares de los noticieros. Nuestra vida moderna se mueve a impulso de “headlines” y de primeras páginas- El Ethos es la defensa de unos valores cristianos entreverada con la moralina del sermón de algún cura que pretende fundar la iglesia de los pobres (¿el padre Soler pudo acabar como el padre Llanos, cambiando de chaqueta?) y el Eros son las putas de Chicote Si Alemania se sometió a un proceso de desnazificación, España ha tenido que pasar por las horcas caudinas de la desespañolización. En medio de esta marabunta lo prescrito ha sido el cambio de chaqueta. El autor perfila una serie de personajes bien logrados en el que revive o recrea un mundo como es de don Luís Portillo, el suegro del protagonista Mauricio, un lerrouxista putañero, habitual de la barra de Chicote y del Abra, que cree en la democracia parlamentaria, un falangista Ercilla que héroe de sus ideales sucumbe en la estepa rusa, y otro falangista, inasequible al desaliento que luce un yugo en las fechas en la pechera pero a medida que se acercan los rusos y los americanos a Berlín se arranca este distintivo y va a firmar el pésame de condolencia a la embajada norteamericana cuando muere Roosevelt. Luego está Rosi la chica de alterne a la que pervierte un brigadista muerto en Brunete que de convierte la protagonista o antagonista de Mauricio el cual luego se demuestra que no es tan incorruptible excepto en su amor y respeto hacia la Rosi.
La música de fondo de esta gran epopeya es la cantinela de que hay que sobrevivir en medio del río revuelto. Camaleón que se duerme se lo lleva la corriente. “Todo el mundo había dado la vuelta. Incluso en España donde los trajes y las ideas se habían vuelto del revés” .
El estilo garboso, sencillo, es del, con un dialogo magistral que colocan al autor entre los grandes de la novela española de la segunda mitad del siglo veinte.
Es una injusticia aparte de un desacato a la verdad ningunear, preterir, a autores de la categoría del padre de Jaime Jiménez Arnau a quien como digo me repatea verle de animador o palanganero de esa prensa de la entrepierna que se ha convertido en una incesante lavativa una tarántula martilleando nuestras meninges y como ya hablé largo y tendido de este puterío nacional que se ha convertido más que en tema en monotema quisiera echarlo lejos de mí pero no ha quedado otra salida para los vencidos. O te conviertes en palanganero del sistema o haces mutis por el foro. Una magna caterva de silenciosos incomprendidos metecos en su propio país tiene que ir lampando como Jimy porque hay que subirse al carro de los vencedores so pena de no ser arrastrados y caminar atrás con la argolla al cuello del incomprendido. Esta gran novela con atisbo y reclamos profetas parece intuirlo retratando unos seres vacíos y oportunistas acomodaticios ficticios y facticios.
¿Quién traerá la monarquía parlamentaria? Los mismos que vestían camisa azul y saludaban a la romana brazo en alto. Es la derecha del dinero y los negocios turbios magistrados y periodistas diplomáticos exportadores de wólfram que se sientan en las mesas del Chicote y dejan que les soplen los cuartos las Lamias y las Floras que hacen la barra. El tema es viejo como el mundo y cuando el autor describe lías ardidas de estas barbianas de lujo creí rememorar párrafos de fray Antonio de Guevara en sus epístolas familiares “hermosas de rostros, altas de cuerpos, anchas de frente, gruesas de pechos, cortas de cintura, largas de manos, pulidas en el vestir, amorosas en el mirar, y muy cautas en el pedir” que casualidad la mayor parte de las putas de aquel Madrid eran vascas hijas de familia y educadas por monjas.
Don Luís Portillo el propietario de unos grandes almacenes le pone un piso a su querida. Uno se cruza con bares que huelen a marisco y cañitas de cerveza, que se suben en taxis de gasógenos y veranean en San Sebastián. Buenos padres de familia que tienen a sus Blancas amarradas en blanca y se divierten con las muchachas de vida alegre. O con curas evangélicos que fundan un conventillo para pobres en la calle Jaén de Cuatro Caminos. Todos ellos aprenden a sobrevivir a nadar y guardar la ropa y a distinguir entre un ladrido y un mordisco. Lo que es impepinable es que desde Hayes y Ernesto Bevin al régimen franquista lo toleraron si no lo apoyaron los anglos. La habilidad de Franco fue salvar los muebles y jugar con la monarquía de don Juan al ratón y el gato. La monarquía fue una imposición de los vencedores. Estaba claro desde el principio que aquel sistema estaba condenado a morir y con su muerte se vienen abajo los ideales por los cuales habían perdido la vida más de un millón de jóvenes en nuestra guerra civil. Los sucesivos capítulos del libro son un retrato de las pequeñas vidas de estos seres egoístas acostumbrados a tener siempre la sartén por el mango.
No eran los falangistas de Hedilla ni de Onésimo sino una multitud confusa de españoles no del todo bien informados o que no querían saber. Que querían vivir. La obsesión de esta derecha era Rusia pero lo que desconocían es que el marxismo era un sistema de quita y pon que les vino a las democracias occidentales para probar sus armas en el campo de batalla y hacer negocios. Yo creo que estaban equivocados porque Rusia no era culpable o tan culpable como algunos creyeron. Y muchos de estos falangistas ignoraban la causa por qué murió Calvo Costéelo.
No murió por oponerse a Lenin -. La Pasionaria no era más que un scapegoat- sino por oponerse a entregar al capitalismo de Londres el control de los monopolios de hidrocarburos. La mano peluda o la mano negra hizo que las apariencias fueran otras. Uno saca la conclusión después de la lectura de Este-Oeste de que una buena novela es aquella que nos hace reflexionar nos embebece e infunde alientos de vida copiando la realidad vista desde el ojo triangular del novelista omnisciente que crea mundos y nos anima a ser comprensivos tal vez mejores. Una buena novela es aquella en la que se reflejan como en un espejo los valores o virtudes y carencias de una sociedad.
Más allá de lo que consideramos permanente no hay nada definitivo. La línea separadora de las luces y las luces es tenue y el bien y el mal se entreveran. La acción de este relato río de la posguerra española cruza por los territorios comanches del estraperlo, las carestías aunque aquí todos los personajes son ricos y no viven en escuálidos cuartos realquilados con derecho a cocina sino en casas de calles nobles como Lagasca 67B, luego se entrega a los meandros del ambiente selecto de los empresarios que hacen negocios y salta por las cascadas y torrentes de los miedos del buen burgués que odia pensar o decir con Bulgakov en su “Guardia Blanca” que han ganado los americanos pero Jiménez Arnau ve venir la clausura de una era con la muerte de España y su secesión en autonomías.
Pero buen observador apunta cómo Mauricio se siente odioso- se caminaba ya en los cincuenta hacia el hedonismo de nuestros días- por haber echado barriga cerca de los cuarenta años y es que la vida moderna va a tener un fuerte componente sensualista que dejará fuera de combate a los gordos los feos los viejos.
Los moradores de Lagasca 67B en este folletón se dan cuenta de estar viviendo en un mundo banal de fuertes convencionalismos pero que siga la bola.
Hay que decir las cosas correctas y pensar como piensa el Amo para no acabar en las tinieblas exteriores. Por lo demás en el libro hay muchas bodas y funerales en Santa Bárbara. Uno se cruza la mirada con las chicas topolino. El novelista que fue diplomático describe las interioridades de esta carrera donde confluye el ambiente de las oposiciones, el respeto al escalafón. Sin embargo, si España se acaba o se fractura muchos españolitos van a tener que ir olvidando una prestamera un carguito en la administración publica. Tambien tenía buen ojo para el conocimiento femenino. Algunas de las mujeres se rinden al chulo al que las maltrata y las saquea y se portan de un modo cruel con sus pretendientes honestos.
En esto del amor las buenas personas no tienen sitio y ocuparan convirtiéndose simplemente en un buen hombre. Pero ya lo decía Tirso en el Condenado por desconfiado “Eres mujer mala que quieres y regalas al que mal te trata” presenta un cuadro de costumbres y él lector que no puede soltar el libro de las manos va observando cómo se cierra un círculo.
Casi nos atreveríamos a calificar esta novela publicada en el año 61 y que se une a otros éxitos de J.A.G-Arnau como “De pantalón corto”, obra autobiografiíta y no sé si esta lo es cómo un tour de force, una obra maestra a la cual le sobran doscientas páginas. Por desgracia ¡ay! hoy prima lo contrario a la excelencia: la literatura basura, la degeneración sicalíptica o coprológica y por eso ahí tenemos a Jimy que no deja de parecerme un tio listo haciendo de bufón en los programas rosa bailándoles el agua a putas y folclóricas o jaleando los pelos del Cara de Piña el conductor de la Noria. Aun así sigue contando los mejores chistes y teniendo las mejores ocurrencias aunque algún día alguien podría sentarles las costuras por decir esas burradas que dice de los Franco. Esta enemiga hacia don Francisco con cuya nieta matrimonió el bueno de Jimy debe de venirle de familia porque su padre diplomático, articulista del ABC y guionista de cine, elide mención alguna al General en este “Este-Oeste” que a mí me ha dado que pensar bastante.
Por lo visto es una consigna y explotar el morbo de los Franco da dinero aunque sea poco ético. Yo jamás me prostituiría como lo hace G.A júnior pero parece ser que esa es la única salida actualmente tambien para un escritor. Pero me asusta el que su hijo pudiera llegar a alcanzar el título de palanganero en el tiovivo del Cara de Piña. La otra alternativa sería el exilio interior para nosotros por mandato de esta infausta monarquía que nos desgobierna – hasta Marruecos nos chotea- por cuya restauración lucharían mi padre y el de Jimy y tantos españoles de los dos bandos dejarían la piel en las dehesas de la Piel de Toro. Tengo la impresión de que aquellos idealistas no sabían por qué morían. Yo sí. El enemigo no era el que ellos creían. Y es que las cosas con frecuencia no son lo que parecen.
martes, 10 de agosto de 2010
Cada vez que veo a Jaime Jiménez-Arnau, subido a la noria de la noche de los sábados, que conduce un cara de piña con ramalazo cáscara amarga y en los que comparecen los de siempre (el del pelo blanco, la catalana rubia de bote, algunas veces Maria Antonia a la que deseo que se ponga buena. Ellos en el banco rojo; por el azul, una pepera tocinera, el ex de Ana Rosa, la querindonga del torero y que fue ex de un tenista, la hija de la reina de las mañanas, y otras culonas, con un tal Calabuch con pinta de cura del vicio y apellido de película de Berlanga etc.… y allí está Jimy como gallo del corral, el único espadachín con un poco de ingenio en medio de este guirigay de cotorras, el único que sabe contar un cuento o sacarle punta a un chascarrillo aun afuer de echarle mucha sal gorda, muy a diferencia del melifluo Peñafiel, voyeur de los altos tálamos y las testas coronadas que se gana la vida haciéndoles la pelota o destripando a los borbones) , verdad es que me repatea un poquito: el que el hijo de un gran novelista -y buen escritor él- tenga que hacer de palanganero de este burdel mediático.
Sin embargo, “carmina autum non dabunt”, ya lo decía Horacio. La literatura no da para comer. Y ahora mucho menos.
Acabo de terminar de leer una novela escrita por su padre, José Antonio Jiménez-Arnau, Este-Oeste, que perfila y matiza la psicología de los españoles de posguerra. Es una novela río que mantiene el interés del lector embebecido desde cada una de sus casi setecientas páginas. La historia es ni más menos que los vencedores perdieron la guerra y que desde el año 45 hasta hoy España ha estado en manos de los norteamericanos, los ingleses. Somos una democracia vigilada. En este contexto uno se alarma ante la rusofobia del protagonista, Mauricio, germanófilo hasta las cachas. Por otra parte, un falangista monárquico tampoco casa. ¿A qué se debe a esta falta de información de los españoles bien enterados? Acaso porque desde 1945 o tal vez mucho antes, 1898, hemos dejado de existir con voz propia y seamos una colonia norteamericana. No obstante, el general Franco, hábil estratega al que el autor-cosa rara- no menciona ni una sola vez a lo largo de las casi 700 páginas de la novela, durante un interregno de treinta años de gobiernos va a cortar ese cordón umbilical que hacía de España una nación sumisa a las veleidades y vaivenes forasteros. La mano que mece la cuna, el ojo oculto, son la judeomasonería. Franco los supo mantener a raya. Tampoco se alude a ellos de la misma forma que se obvia mencionar al Caudillo. Por las páginas de este libro se canta el gol de Zarra en Maracaná y se cuentan el millón y medio de manifestantes cuando lo de la manifestación de la Plaza de Oriente. Este es el Epos sonando como telón de fondo los titulares de los noticieros. Nuestra vida moderna se mueve a impulso de “headlines” y de primeras páginas- El Ethos es la defensa de unos valores cristianos entreverada con la moralina del sermón de algún cura que pretende fundar la iglesia de los pobres (¿el padre Soler pudo acabar como el padre Llanos, cambiando de chaqueta?) y el Eros son las putas de Chicote Si Alemania se sometió a un proceso de desnazificación, España ha tenido que pasar por las horcas caudinas de la desespañolización. En medio de esta marabunta lo prescrito ha sido el cambio de chaqueta. El autor perfila una serie de personajes bien logrados en el que revive o recrea un mundo como es de don Luís Portillo, el suegro del protagonista Mauricio, un lerrouxista putañero, habitual de la barra de Chicote y del Abra, que cree en la democracia parlamentaria, un falangista Ercilla que héroe de sus ideales sucumbe en la estepa rusa, y otro falangista, inasequible al desaliento que luce un yugo en las fechas en la pechera pero a medida que se acercan los rusos y los americanos a Berlín se arranca este distintivo y va a firmar el pésame de condolencia a la embajada norteamericana cuando muere Roosevelt. Luego está Rosi la chica de alterne a la que pervierte un brigadista muerto en Brunete que de convierte la protagonista o antagonista de Mauricio el cual luego se demuestra que no es tan incorruptible excepto en su amor y respeto hacia la Rosi.
La música de fondo de esta gran epopeya es la cantinela de que hay que sobrevivir en medio del río revuelto. Camaleón que se duerme se lo lleva la corriente. “Todo el mundo había dado la vuelta. Incluso en España donde los trajes y las ideas se habían vuelto del revés” .
El estilo garboso, sencillo, es del, con un dialogo magistral que colocan al autor entre los grandes de la novela española de la segunda mitad del siglo veinte.
Es una injusticia aparte de un desacato a la verdad ningunear, preterir, a autores de la categoría del padre de Jaime Jiménez Arnau a quien como digo me repatea verle de animador o palanganero de esa prensa de la entrepierna que se ha convertido en una incesante lavativa una tarántula martilleando nuestras meninges y como ya hablé largo y tendido de este puterío nacional que se ha convertido más que en tema en monotema quisiera echarlo lejos de mí pero no ha quedado otra salida para los vencidos. O te conviertes en palanganero del sistema o haces mutis por el foro. Una magna caterva de silenciosos incomprendidos metecos en su propio país tiene que ir lampando como Jimy porque hay que subirse al carro de los vencedores so pena de no ser arrastrados y caminar atrás con la argolla al cuello del incomprendido. Esta gran novela con atisbo y reclamos profetas parece intuirlo retratando unos seres vacíos y oportunistas acomodaticios ficticios y facticios.
¿Quién traerá la monarquía parlamentaria? Los mismos que vestían camisa azul y saludaban a la romana brazo en alto. Es la derecha del dinero y los negocios turbios magistrados y periodistas diplomáticos exportadores de wólfram que se sientan en las mesas del Chicote y dejan que les soplen los cuartos las Lamias y las Floras que hacen la barra. El tema es viejo como el mundo y cuando el autor describe lías ardidas de estas barbianas de lujo creí rememorar párrafos de fray Antonio de Guevara en sus epístolas familiares “hermosas de rostros, altas de cuerpos, anchas de frente, gruesas de pechos, cortas de cintura, largas de manos, pulidas en el vestir, amorosas en el mirar, y muy cautas en el pedir” que casualidad la mayor parte de las putas de aquel Madrid eran vascas hijas de familia y educadas por monjas.
Don Luís Portillo el propietario de unos grandes almacenes le pone un piso a su querida. Uno se cruza con bares que huelen a marisco y cañitas de cerveza, que se suben en taxis de gasógenos y veranean en San Sebastián. Buenos padres de familia que tienen a sus Blancas amarradas en blanca y se divierten con las muchachas de vida alegre. O con curas evangélicos que fundan un conventillo para pobres en la calle Jaén de Cuatro Caminos. Todos ellos aprenden a sobrevivir a nadar y guardar la ropa y a distinguir entre un ladrido y un mordisco. Lo que es impepinable es que desde Hayes y Ernesto Bevin al régimen franquista lo toleraron si no lo apoyaron los anglos. La habilidad de Franco fue salvar los muebles y jugar con la monarquía de don Juan al ratón y el gato. La monarquía fue una imposición de los vencedores. Estaba claro desde el principio que aquel sistema estaba condenado a morir y con su muerte se vienen abajo los ideales por los cuales habían perdido la vida más de un millón de jóvenes en nuestra guerra civil. Los sucesivos capítulos del libro son un retrato de las pequeñas vidas de estos seres egoístas acostumbrados a tener siempre la sartén por el mango.
No eran los falangistas de Hedilla ni de Onésimo sino una multitud confusa de españoles no del todo bien informados o que no querían saber. Que querían vivir. La obsesión de esta derecha era Rusia pero lo que desconocían es que el marxismo era un sistema de quita y pon que les vino a las democracias occidentales para probar sus armas en el campo de batalla y hacer negocios. Yo creo que estaban equivocados porque Rusia no era culpable o tan culpable como algunos creyeron. Y muchos de estos falangistas ignoraban la causa por qué murió Calvo Costéelo.
No murió por oponerse a Lenin -. La Pasionaria no era más que un scapegoat- sino por oponerse a entregar al capitalismo de Londres el control de los monopolios de hidrocarburos. La mano peluda o la mano negra hizo que las apariencias fueran otras. Uno saca la conclusión después de la lectura de Este-Oeste de que una buena novela es aquella que nos hace reflexionar nos embebece e infunde alientos de vida copiando la realidad vista desde el ojo triangular del novelista omnisciente que crea mundos y nos anima a ser comprensivos tal vez mejores. Una buena novela es aquella en la que se reflejan como en un espejo los valores o virtudes y carencias de una sociedad.
Más allá de lo que consideramos permanente no hay nada definitivo. La línea separadora de las luces y las luces es tenue y el bien y el mal se entreveran. La acción de este relato río de la posguerra española cruza por los territorios comanches del estraperlo, las carestías aunque aquí todos los personajes son ricos y no viven en escuálidos cuartos realquilados con derecho a cocina sino en casas de calles nobles como Lagasca 67B, luego se entrega a los meandros del ambiente selecto de los empresarios que hacen negocios y salta por las cascadas y torrentes de los miedos del buen burgués que odia pensar o decir con Bulgakov en su “Guardia Blanca” que han ganado los americanos pero Jiménez Arnau ve venir la clausura de una era con la muerte de España y su secesión en autonomías.
Pero buen observador apunta cómo Mauricio se siente odioso- se caminaba ya en los cincuenta hacia el hedonismo de nuestros días- por haber echado barriga cerca de los cuarenta años y es que la vida moderna va a tener un fuerte componente sensualista que dejará fuera de combate a los gordos los feos los viejos.
Los moradores de Lagasca 67B en este folletón se dan cuenta de estar viviendo en un mundo banal de fuertes convencionalismos pero que siga la bola.
Hay que decir las cosas correctas y pensar como piensa el Amo para no acabar en las tinieblas exteriores. Por lo demás en el libro hay muchas bodas y funerales en Santa Bárbara. Uno se cruza la mirada con las chicas topolino. El novelista que fue diplomático describe las interioridades de esta carrera donde confluye el ambiente de las oposiciones, el respeto al escalafón. Sin embargo, si España se acaba o se fractura muchos españolitos van a tener que ir olvidando una prestamera un carguito en la administración publica. Tambien tenía buen ojo para el conocimiento femenino. Algunas de las mujeres se rinden al chulo al que las maltrata y las saquea y se portan de un modo cruel con sus pretendientes honestos.
En esto del amor las buenas personas no tienen sitio y ocuparan convirtiéndose simplemente en un buen hombre. Pero ya lo decía Tirso en el Condenado por desconfiado “Eres mujer mala que quieres y regalas al que mal te trata” presenta un cuadro de costumbres y él lector que no puede soltar el libro de las manos va observando cómo se cierra un círculo.
Casi nos atreveríamos a calificar esta novela publicada en el año 61 y que se une a otros éxitos de J.A.G-Arnau como “De pantalón corto”, obra autobiografiíta y no sé si esta lo es cómo un tour de force, una obra maestra a la cual le sobran doscientas páginas. Por desgracia ¡ay! hoy prima lo contrario a la excelencia: la literatura basura, la degeneración sicalíptica o coprológica y por eso ahí tenemos a Jimy que no deja de parecerme un tio listo haciendo de bufón en los programas rosa bailándoles el agua a putas y folclóricas o jaleando los pelos del Cara de Piña el conductor de la Noria. Aun así sigue contando los mejores chistes y teniendo las mejores ocurrencias aunque algún día alguien podría sentarles las costuras por decir esas burradas que dice de los Franco. Esta enemiga hacia don Francisco con cuya nieta matrimonió el bueno de Jimy debe de venirle de familia porque su padre diplomático, articulista del ABC y guionista de cine, elide mención alguna al General en este “Este-Oeste” que a mí me ha dado que pensar bastante.
Por lo visto es una consigna y explotar el morbo de los Franco da dinero aunque sea poco ético. Yo jamás me prostituiría como lo hace G.A júnior pero parece ser que esa es la única salida actualmente tambien para un escritor. Pero me asusta el que su hijo pudiera llegar a alcanzar el título de palanganero en el tiovivo del Cara de Piña. La otra alternativa sería el exilio interior para nosotros por mandato de esta infausta monarquía que nos desgobierna – hasta Marruecos nos chotea- por cuya restauración lucharían mi padre y el de Jimy y tantos españoles de los dos bandos dejarían la piel en las dehesas de la Piel de Toro. Tengo la impresión de que aquellos idealistas no sabían por qué morían. Yo sí. El enemigo no era el que ellos creían. Y es que las cosas con frecuencia no son lo que parecen.
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