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lunes, 23 de diciembre de 2019

viernes, 13 de diciembre de 2019


RAFAEL SÁNCHEZ MAZAS LA VIDA NUEVA DE PEDRITO ANDÍA

 

Escribir es como rezar y mis plegarias se adentran en mundos olvidados preteridos denostados. Ahora lo marginal sólo interesa, lo demás es propaganda venal de los padres conscriptos digotelo yo, Jáuregui, y a ti Onega lameculos. Los generales de antaño fueron fusilados por los chusqueros y estamos en manos de esta mafia periodística, tengo el corazón en un puño y el alma puro grito.

Pocas generaciones literarias dieron tanto juego, hasta casi el espasmo, como aquel florilegio de escritores falangistas: Mourlen Michelarena, García Serrano, Tomás Salvador, Agustín de Foxá, Tomás borras. Rafael Sánchez Mazas pertenece al cupo de aquella primera floresta. Su primorosa novela la vida nueva de Pedrito Andía que retrata el primer amor de un educando en colegio de jesuitas.  La recomendaba aquel buen padre Penagos en los ejercicios de redacción del seminario Comillas curso 1959-60. Se me ha venido al releerla aquel mundo arriba cuando todo anda boca abajo.

 Era el año 1959 un otoño mágico. Eissenhower era recibido apoteósicamente por el general Franco y la España de posguerra daba paso a los tiempos esperanzados del desarrollo económico. Rafael Sánchez mazas un aristócrata vasco con palacio ducal en Extremadura fue el primer ministro de cultura en el primer gabinete después de la guerra civil. Fue uno de los grandes corresponsales que firmaban crónicas en el Arriba. Narró el ascenso de Mussolini, le sucedería Ismael Herraiz para contar la caída del régimen fascista, Italia fuera de combate. Sus crónicas eran magistrales al unísono con las de Eugenio Suarez el cual desde Budapest refirió para todo aquel que quisiera leer en libertad la destrucción de Hungría por los tanques rusos y los B52 norteamericanos. Como contó la verdad Eugenio Suarez hoy es un autor descatalogado, lo pusieron  fuera de combate los manigeros de la información en su avidez por ubicar a la Historia patas arriba, pero los hechos de la vividura de estos periodistas de la prensa del movimiento están ahí. Inalterables. Los hechos son sagrados las opiniones libres un lema olvidado por los contumaces de la fake news.

 A mí,  en mi modestia, me cupo de cerrar el ciclo y echar el cierre a las oficinas de Pyresa primero en Londres y de seguido en Nueva York uniendo mi nombre al de estos de eminentes escritores. Aspiraba a ser émulo de todos estos, hoy, ay, fenecieron aquellas plumas galanas. Fuimos los últimos de aquella insigne hornada —last of the breed— en la cúspide de una generación cifra y compendio y modelo para todo aquel que quiera ceñir su existencia al oficio de narrar. Se acabó lo que se daba.

Puede todavía siga habiendo alguien que lea a Julio Camba o Mariano de Cavia, a D´Ors, Alfonso Barra, Félix Ortega, a Ricardo León corresponsal en Berlín en 1914, o Eugenio Montes considerados como pioneros en el oficio de enviado especial.

Rafael Sánchez Mazas fue celebre por otro concepto: hecho prisionero en Madrid y refugiado en una embajada extranjera consiguió escaparse a Cataluña tras una larga peripecia pero, aprehendido  por los rojos, compareció ante el pelotón de fusilamiento  del ejercito republicano. Había poca luz en el paredón de aquel convento cerca de la frontera, sonó una descarga, se hizo el muerto evitando así ser rematado con el tiro de gracia. A boca de noche y arrastrándose entre las zarzas consiguió alcanzar una masía cerca de Gerona. Su escapada dio lugar a la gran novela de Javier Cercas (tambien éste fue periodista de la Prensa del Movimiento como redactor de “Los Sitios”.)

En una entrevista que me concedió cuando yo era reportero Rafael elidió referirse a este suceso. Por lo visto uno de los cabos del ejercito rojo dio la alerta: “aquí no hay nadie”. Estaba oscuro y todo el ejercito vencido se daba prisa por alcanzar la frontera francesa. La vida  de este periodista y escritor fue senda de abrojos. En el capítulo 49 (poder profético de la literatura) parece ya intuir este lance iba a ser condenado a muerte por fusilamiento cuando cae por la ventana de un pajar y se lastima con los pinchos de aliagas y  zarzas, “entonces suena una voz de alguien que viene hacia él con una escopeta… “¿Quién anda ahí? No dispares, tía… Soy Pedrito… Cuando te toque ir a la guerra serás valiente Pedrito, le dice la tía… sí; no más

 Clara en la novela revela su amor apasionado por don Carlos VII era... Pero si ya no hay guerras, Pedrito… Lo dicen en la sociedad de Naciones. …Pues habrá, Pedrito, y a ti puede que te quieran fusilar los liberales pero saldrás adelante porque eres muy listo…”

No me cabe duda de que existe algo premonitorio en este pasaje.

Sánchez Mazas era un tipo alto de aspecto semita acérrimo a los principios del movimiento, fumador empedernido e inasequible al desaliento, tuve la suerte de conocerlo. Venía de la tradición carlista por derecho de familia pero los Andía se sienten traicionados por los borbones. Luego los falangistas también lo traicionaron y lo relegaron al olvido.

Fue de los  pocos que se abstuvieron de comulgar con ruedas de molino, de los que no subieron al carro del oportunismo; Él no cambió de chaqueta. Al morir en 1966 sentenció su abandono con esta frase: “ni perdono ni olvido”.

Su hijo Rafael Sánchez Ferlosio autor del “Jarama” recogió el testigo y fue un innovador de la prosa española. Se hizo socialista.

La vida nueva de Perico Andía es un relato bien escrito lleno de candor y de ternura con referencias a su primer amor Isabelita y su amistad inquebrantable con un compañero de clase, Joshé Mari, y la admiración al padre Cornejo, traduciendo a Juvenal y aferrado al báculo del Raimundo de Miguel aquel diccionario en el que aprendimos latín en aquellos internados de jesuitas.

Se nota el aire vascuence de su autor en frases y giros que salen de debajo de una chapela… Perico muy cargado vas, pintor o así te has hecho.

El estilo es autobiográfico. Un texto de las entradas de un diario de un adolescente en la edad del pavo y el despertar de sus células en unas vacaciones de verano de 1953. El estilo correctísimo y algo dandy me ha hecho pensar en el Great Gatsby de Fitzgerald son los locos años 20 pero sobre todo me ha recordado la voz carraspeante del Padre Penagos que llegaba al aula con su jovialidad inquebrantable con artículos de periódicos copiados a ciclostil para los temas de redacción. Este libro ha sido para mi una evocación tambien de mi adolescencia difícil.

Agur jauniak (adios, señores), que decía mi amigo Aramburu cuando jugábamos a pala.  

viernes, 22 de noviembre de 2019


LA MENTIURA COMO ARMA DE FUTURO

 

Ahora resulta que el responsable de la debacle catalana va a ser Putin. Veo por esta instancia que la mentira se ha convertido en arma de futuro. Todas las radios y las teles cacarean como grillos cebolleros sobre que han visto han oído la presencia en Cataluña y en toda la costa a un Sherlock Holme ruso un espía vamos. Un español de verdad no tiene por qué creerse tales infundios. Los independentistas esgrimen una señera que es la copia de la bandera con que los norteamericanos nos ajuparon los perros en Cuba. Y urdieron el cambalache del MAINE Las consignas y papelas reivindicativas se escriben en inglés Spain sit down and talk… etcetera. Se puede luchar contra el crimen la crueldad o la infamia pero nunca contra la mentira declarada del señor Trump que es una trampa ni contra el odio hispanicida del sanedrín sionista. En verdad en verdad os digo que no van a ganar. Algún día se les caerá la máscara y el sombrero a los zancajos. Hoy más que nunca yo lanzo mi grito contra los grillos cebolleros y la prensa canalla. ¿Eres tú Jauregui?... Valdivieso el paladín de Rubalcaba que en paz descanse me caguen en tu puta madre

lunes, 18 de noviembre de 2019


PEREZ DE AYALA AMDG

 

Ramón Pérez de Ayala inmortalizó a Oviedo con el topónimo de Pilares y a Xixon lo llamó Regium.

En Regium se desarrolla una de las diez mejores novelas del siglo XX editada en Madrid en 1910, no se parece en nada a “Tigre Juan”.

Es una de las particularidades del genio (renovarse en cada libre y mostrarse diferente). Ambas obras creo que deberían proclamar inmortal a este gigante de la literatura europea. “Ad Maiorem Dei Gloriam” refleja las vivencias del autor en un colegio de jesuitas gijonés. Estuvo prohibida y la Compañía de Jesús adquirió todos los ejemplares de la primera edición de 1910 para destruirlos en la creencia de que la novela era un ataque a los jesuitas. Con todo y eso, los que nos educamos durante el franquismo en restablecimientos regidos por los hijos de san Ignacio pensamos que acaso no sea para tanto. Don Ramón aprendió de los jesuitas a amar las lenguas clásicas y a dominarlas — es el literato que escribe un castellano más elegante sin caer en pedantería, fue un maestro de lo que se llamaba propiedad del lenguaje porque siempre colocaba en sus frases la palabra exacta— librándose del tremendismo desmelenado.

En sus libros late un humorismo típicamente astur, un talante sardónico que se transforma en alegría de vivir.

En concreto A.M.G.D considero que aborda un tema muy actual como es el sexo en los seminarios y centros religiosos regidos por curas durante décadas pasadas.  Haciendo gala de una gran ironía y de una gran compasión hacia las flaquezas de la humana naturaleza. Libro de juventud que redacta pasados los años. Es su mejor novela pero don Ramón no lo quiso reeditar. Le trajo bastantes disgustos.

Uno de los pasajes más divertidos es cuando Bertuco el protagonista cae malo y es llevado a la enfermería donde un enfermero,  el Hermano Echeverría, de inclinaciones pedófilas, le ausculta la barriga, sigue palpando más para abajo. ¿Duele ahí? No. ¿Es ahí? “El buen fámulo en sus aficciones táctiles sobre la organografía comparada, escribe Pérez de Ayala, quiso empuñar el cetro del niño y Bertuco pegó un salto, al grito de a mí, maricones...”

No se puede definir de forma más elegante aquel escabroso ambiente de los confesores pegajosos y de las inclinaciones homofílicas de aquellos alumnos que vivían en un ambiente cerrado, aquejados de las células rampantes de la pubertad que se sublevaban y pedían guerra. Y los cocineros para nuestro mal no echaban bromuro al café con leche del desayuno.

En mi opinión el novelista pasa sobre estos temas con benevolencia y hasta con cierto regocijo pero no oculta, sin embargo, la crueldad del prefecto el padre Mur que arrea una paliza al protagonista o se refiere a las penas del infierno creando el terror en el alma de aquellas almas inocentes. Describe a algunos padres que son unos benditos como Ustegi o el jorobado padre Landazabal que anda pidiendo por los pasillos un cigarro a los pupilos. Había estado de misionero en Cuba y decía que el tabaco es una de las cosas mejores que hay en el mundo. una aserción que se la agradecemos los fumadores de toda la vida. El pobre jesuita con su chepa y todo hizo un canto a la venganza de los indios que hoy causarían pavor en las conciencias de aquellos que ven en la hoja de esta planta solanácea el terror del milenario.

En este pobre jesuita al que nadie hace caso he querido ver yo al padre Nieto tambien deforme en mis años de Comillas y al cual en la comunidad se le tenía por santo.

Así Mur, el cruel Mur, un catalán algo atravesado, vino representado por el P. Eguillor un vasco que me hizo llorar tantas veces. Ahogaba mis penas leyendo a Gustavo Adolfo Bécquer en el silencio de mi camarilla.

Otro jesuita bueno fue para mi el padre Heras, arandino, que me ayudó en las crisis. No puedo hablar de aquellos buenos religiosos como crueles pero hay que reconocer que la Compañía se pisoteaban en aquel entonces los derechos humanos con métodos tan drásticos como la probatio, la suspensio mentis y la obediencia de cadáver.

El plato fuerte es el capitulo dedicado al intento de estupro de una bella inglesa casada con un ingeniero, Ruth, a la cual el padre Sotero que la preparaba para convertirse al catolicismo (era anglicana) trata de meter mano en su celda, y ella despavorida escapa escaleras abajo. El marido que se entera del incidente se suicida.

Si el colillero Echeverría “empuñando el cetro “ cuando trata de agarrar a Bertuco por el cipote es uno de los pasajes más cómicos de AMGD, la solicitación del maestrillo Soteros, al que se tenía por místico y un modélico hijo de san Ignacio, resulta el más trágico. La habilidad de Ayala consigue evitar las truculencias inherentes al caso.

En Comillas era tal gazmoñería y la obsesión por cuestiones relativas a cualquier actividad evacuatoria que no se podía pronunciar la palabra water ni retrete. Al prefecto había que pedirle permiso “para ir a lugares”. Ocurrió también en los tiempos victorianos cuando no se podía pronunciar la palabra calzoncillos. Estaba prohibido referirse a cuñas. Patas. Rendijas, palos etc. por sus equivalencias fálicas.

En algunos cuadros se colgaba en la pared el cuadro de Pantoja que retrató a san Ignacio escribiendo los Ejercicios Espirituales con su teoría sobre las dos banderas, la composición de lugar y las normas para dar aquellas terribles charlas sobre el infierno.

Recuerdo en octubre de 1959 recién llegados del tren de Torrelavega nos llevaron en un camión que aparcó directamente en la capilla, allí nos esperaba el padre que daba los ejercicios un jesuita rechoncho con el pelo cortado a cepillo, se apagó la luz y desde una tarima donde aquel hombre se sentaba encendió una vela que iluminaba una calavera y empezó a dar voces… Pecadores.

Yo pensé pues ahora sí que estamos buenos. En buen sitio me he metido.

En esta novela se cuentan todas estas vivencias que tuvimos los del alumnado jesuítico.

Creo que en mi dejaron huella.

Menos mal que conseguí zafarme de tales imposturas y buscar el verdadero rostro de Xto que era tan diferente al que nos mostraba aquel predicador vocinglero y algo subnormal pero terriblemente contundente, amenazando con el fuego eterno a unos pobres adolescentes que acababan de llegar de vacaciones para iniciar un nuevo curso.

Había que guardar la lengua y el oído, ir por los pasillos con modestia para que a través de cualquiera de los sentidos no entrase el maligno. 

Nos dieron un cuentapecados y cada vez que faltábamos a alguna cláusula del reglamento anotar nuestros pecadillos en una de las sartas de aquel ábaco o prontuario de imperfecciones y pecadillos.

  Nos enseñaron a pronunciar jaculatorias constantemente para mantener a raya a Satanás. Una de ellos decía así que yo me acuerdo bien:

—Señor ante morir que pecar

Y cantábamos: “Perdón oh Dios perdón e indulgencia, perdón y clemencia, perdón y piedad”.

El director de los ejercicios con su cara de hogaza se entregaba a los delirios de la meditación de la muerte entre interpelaciones y gritos. La palabra eternidad retumbaba por las paredes de la capilla. “Vive memor leti. Habrás de vivir pensando que morirás”.

Mira que te mira Dios mira que te está mirando mira que has de morir mira que no sabes cuando.

Parece que estoy escuchando todavía los alaridos de aquel jesuita mal encarado y los sordos sollozos que se esparcían por las bancadas del seminario de compañeros aterrorizados y arrepentidos.

Era el gemido penitente de nosotros que nos sentíamos pecadores pero ¿qué pecados Dios mío se pueden tener a los once años. ¿No exageraba un poco san Ignacio o estaba tronera con sus obsesiones?  Se escucharon entonces en aquella capilla las carcajadas del diablo. El gran dragón meneaba el rabo. Too much

Y de qué te sirve ganar todo el mundo si pierdes tu alma; san Ignacio repetía machaconamente las palabras de su fundador. ¿Era un santo o un tarado? Y veíamos al santo ir por las calles de Roma recogiendo a las putas, para ellas fundó la Casa de las Arrepentidas. En el siglo XVI el siglo del amor ya lo digo yo en mi libro sobre el Lazarillo la Ciudad Eterna era un emporio de la prostitución. Putas y judíos y a los judíos san Ignacio se arrimó. Le dieron el dinero para abrir casas por toda la tierra. Entonces en aquella máxima que predicaba el desasimiento y la santa indiferencia había una contradicción. Conseguiría erigir en pocos años la orden religiosa más afluyente del mundo.

La semana de ejercicios acababa un domingo con misa cantada, acababa nuestra agonía pero muchos ejercitantes se veían compungidos, les daban soponcios y se les veía rezar en la capilla medrosos, tras aquel impresionante lavado de cerebro, por las penas del infierno y la muerte que llega sin sentir antes de arrodillarse ante el altar de la penitencia para hacer confesión general.

 Con certera pluma maestra sabe Ayala reflejar este ambiente que muchos españoles vivimos por aquellos días. Todo hay que decirlo; después de descargar el saco y confesarnos nos sentíamos aliviados y en paz don Dios y con nosotros mismos.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

2019-11-13

VIVA CUBA E3N CONTRA DEL ALZAMIENTO CATALÁN. SANCHEZ Y MR CHURCHES SON DE LA CIA

VIVA CUBA

El rey en Cuba la perla de las Antillas
sea mi añoranza por ti
palmera troncal
que el último florón
de nuestras dichas desgranara
sabio decir
bello mirar
Cubavisión me da la nota
la estación querida
me reporta tu semblante
vía satélite
con una copla que dice
Y llegan hasta Sevilla aires
del mar Caribe
me traen la mirada
de aquella negra que quise
y periodista entusiasta
compruebo que Cuba resiste a las acechanzas
de la Bestia inane
No hagas caso, isla de mi esperanza,
de los cantos de sirena
ni de los que te acusan de pisotear los derechos humanos
Están profanando el altar de España
y los melenudos forajidos
no saben por donde vienen os tiros
Trump el de la trompa florida
el macarra
cohen de las putas  de Manhattan
el que está incoando en España
un nuevo 98
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez
son agentes de la CIA
en disfraz de comunistas
Mi Cuba caribeña
y sea hoy mi llanto POR ESPAÑA
TIERRA BENDITA
QUE LOS NORTEAMERICANOS QUIEREN DERRUIR