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lunes, 13 de mayo de 2019


ACERCATE DIACONO (iste confesor I)

No bien había concluido sus abluciones en aquella fuente de tres caños, gluglú sedante e infinito bebiendo a morro, tragos que confortan las entrañas, tantas veces abrevada pero la sed no se le acababa, fuente inextinguible –había una cruz de piedra sobre el brocal- y de que despachara con buenas palabras al padre Cantamañanas  que se volvió a la gloria el hombre con las inflexiones y ladeamiento de los palomos cojos, bastante penitencia llevaba pero el querido reverendo padre jesuita se salvó a trancas y a barrancas, el que soba no mata, a dar a los ángeles puericantores sus dulces charlas vio otra sombra como la de un obispo vestido de pontifical pero este obispo gastaba barbas y sus ropajes y su capa pluvial recamadas de oro evidenciaban la pompa del rito oriental. Pudiera ser san Vicente. Pudiera ser san Atanasio. Pudiera ser san Nicolás en persona o pudiera ser el propio patriarca Alejo el que le impuso las ordenes sagradas una mañana alegre de mayo en Londinum, cruzó las estola sobre sus hombros y le dio la facultad para portar la eucaristía y salir con ella a bendecir con el humeral y las hijuela tras la puerta de los dones. Atar y desatar. Supo, y desde aquella imposición de manos, lo tuvo bien aprendido que nadie se puede atribuir sin blasfemia la potestad de representar a Cristo en la tierra, que el tufillo de la clerigalla católica es hediondo, cruel y malvado y que muchos diablos pululan por el Vaticano vestidos de cleriman o de sotana y que en el cupo los había ñoños, pederastas, maltratadotes del alma y que los obispos, alimentados de tocinillo, practicantes de una moral hipócrita, se habían hecho secuaces de la impostura, y él, recién ungido de diacono, iba en pos de las banderas de la verdad, que en Roma en los últimos papas había habido uno Pablo VI que murió loco o acaso endemoniado, que a su sucesor que sólo pontificó 29 días lo envenenaron y subió a la catédra de san Pedro un polaco con maneras de gauletier nazi que iba a sustituir la religión de la Salvación por la del Holocausto, el que puso la Iglesia a los pies de los caballos. Él siguió muy de cerca las visitudes de aquel pontificado plagado de megalomanías y de una soberbia eclesial que desconocía fronteras. A su muerte vendría un bávaro de origen judío que había militado en las Juventudes Hitlerianas. Hablaba con una voz amanerada y muchos de su corte papal murmuraban si no tendía Su Santidad un poco de ramalazo. Fue cuando estalló el escandalo de los curas amariconados, ebofílicos y de grandes abusadores. El estigma de la mentira católica saltaría a la luz porque no se pueden ocultar de tapadillo las inclinaciones perversas. Leva de curas maltratadotes, abusones, camándulas, malas personas y gente poco de fiar. Él ya estuvo en autos de lo que pasaba porque había leido AMDG de don Ramón Pérez de Ayala. Narrando las vilezas que se cometían con los educandos en aquel internado de Gijón. Nunca le comprendieron, lo maltrataron y cuiando fue a pedir ayuda le cerraron la puerta. Pero Cristo cuya ternura y misericordia eran infinitas se había apaidado de él y le había permitido acercarse a aquella fuente que restañaba su sed de amor hacia el género humano, mientras sus compañeros eran enviados a parroquias de la sierra donde tenían aventuras con la mujer de algún carretero o le tocaban la pilila a la rajita a algun niño/a de la catequesis. Cuando se enteraba el obispo todos a tapar tierra al asunto y el interfecto era trasladado de parroquia o lo enviaban a misiones.
¿Había o no había Purgatorio? Claro que no pero aquellos sufragios habían sido la vida de la iglesia desde los siglos medios. En el negocio de la muerte se instalaban los vivos.  Y, si alguien protestaba, decían:
-Las Animas Benditas se lo pagarán.
Había llegado la hora de hacer balance y de ajustar cuentas. De echar al anticristo y a la impostura que ocupaban el trono de la Iglesia.
 Aquel anciano de voz dulce  al darle la diaconía le había hecho participar de esa visión del mundo nuevo, de ese concepto de servicio y de entrega, que era el sacerdocio y que él ahora arrastraba en sus malos pasos por lupanares, tascas, mercadillos y hospitales. Fuerza de la gracia del Espíritu Santo que a veces va por arriba y a veces es dinamismo que no se ve pues va por abajo. Muchos son los llamados pocos los escogidos pero él había sido elegido. Pertenecía al Cenáculo. Estuvo en la fracción y metió la mano en la llaga. Ah Jerusalén, lejana abroquelada en sus normas y sus principios atada de pies y manos a las filacterias. No había tabernas para echar un trago, ni bailongos y discotecas, sólo templos y soldados con metralleta.
 Todo aquella serie de normas legalistas fariseas, todas aquellas trampas saduceas, que ataban a los seres humanos de pies y manos eran de lo que vivían los levitas y la corbona de las monedas de la ofrenda. Creían andar por la libertad y vivían encadenados no sólo a sus pasiones y a sus vicios sino también a sus mentiras y cambalaches perfectamente legales y democráticos. Sí, se lavaban las manos hasta setenta veces al día pero las tenían manchadas de sangre; rezaban la Shemá pero aquellas palabras al desgaire no eran la verdadera Shemá de Israel. Abrid Señor mis labios para que cante todos tus salmos. Yahvé apenado y dolorido miraba para otra parte ante las reverencias e inclinaciones de aquellos adulteras. Eran los que apedrearon a la pecadora. A Él quieren despeñarlo desde el pináculo de su sinagoga y eso que eran paisanos y conocidos ¿qué harían con Él si fueren extraños?
 En tonos tan escogidos como el ferial y el mayestático cantaban los himnos procesionales. En el unda maris de aquellas letanías venía después el paso y era nuestro querido profesor de Lógica el querido don Chespi alias Chepillas  o don William pues era inglés y había nacido en el mismo pueblo que el Cisne de Avon, no había perdido su acento cockney hablaba lanzando muchos perdigones y escupitajos mientras explicaba a Aristóteles. A los de los bancos de delante los ponía hechos unos cristos con sus silogismos que llegaban de rebaba.
-Eh todo ese banco de ahí atrás, a la calle. Cuando estamos en clase no se habla.
Eran cinco los filósofos y con las mismas cogieron el banco de madera a rastras fuera del aula y luego volvieron a entrar  tan campantes. A don Chespi se le escapó una maldición en su idioma nativo:
-You bloody bastards...[1]
Uno de los alumnos, Monteguí, que era judío o catalán, converso eso sí, no lo recuerdo a punto fijo y que hablaba perfectamente la lengua de don Chespi tratando de seguir el mamoneo se atrevió a decir:
-Sir what do you mean[2].
- pues quiere decir lo que oís y en castellano con todas las letras: vuestras madres, unas santas pero vosotros unos perfectos mamones.
Y siguió explicando el tema de la semana con los ojos inyectados de ira soltando una mansalva de perdigones. Los de adelante tuvieron que aguantar una lluvia dorada en medio de los silogismos, los corolarios, las proposiciones y los nego minorem subsumptam. Los de detrás estaban que se descojonaban. Para acabar su clase el inglés tuvo que hacer de tripas corazón y administrar la proverbial  flema británica en grandes cantidades pensando para sus adentros quizás qué hago yo aquí, por que me vine a este pueblo, abandonando mi religión anglicana a mis padres y a Mary mi girlfriend, la cual hasta que se murió no cesó de llamarme papista y traidor en sus cartas. Desde luego soy un romántico y tuve la desgracia de enamorarme de España, puta España, castles in spain, castillos en el aire, un atajo de tarugos y de fanáticos católicos, sois peores que los irlandeses, pero me enamoré de esta jodida ciudad y me ordené de presbítero, hice oposiciones a cátedras y saqué un beneficio en el coro, voy a cantar a las tres en el coro, si me echo la siesta o llego tarde, el racionero Bernardino que tiene muy mala leche me pone falta y me quedo sin estipendio. William esta noche no cenas en esta tierra de herejes. Con lo bien que hubieras estado tú en tu isla, hubieras podido ganar una cátedra en Cambridgre, tal vez la mitra de York o Canterbury… te dio por leer a Chesterton… te enfrascaste en los sermones del cardenal de Newman y  volviste a la fe romana... has coqueteado con la gran puta… fuiste a Roma a ganar el jubileo y por la plaza de san Pedro viste merodear al diablo disfrazada de meretriz... te vendieron la burra mal capada. Te pagaron sus favores con indulgencia... eres un iluso y tozudo como buen inglés…”. Y vuelta la burra de sus remordimientos. Se decía:
- “Pero que hago yo aquí domando  potros entre estos cafres, explicando lecciones que no entiende ni su padre y además no sirven para nada pues va a venir el concilio y todos estos libros, todas estas tesis ser carne de la hoguera y se acabó lo que se daba… y pa cuando me muera no quiero que me sepulten aquí entre inquisidores I am free thinker… bloody hell[3]. Ay infelice que mala pata”.  Creía que sólo le escuchaba su alzacuellos de canónigo pero Monteguí que poseía la alacridad y desfachatez de los de su raza pensaba que Chespillas estaba pensando cosas raras y le miraba con ojos burlones como diciendo:
-What are you thinking about, brother[4] ?
Los ojos del otro se entornaban al tiempo que le lanzaban excomuniones y anatemas:
-You fucking jew[5]
Luego. Cuando se le pasaba don Chespi el Inglés era un bendito de dios. Daba la vida por los hermanos. Gran parte de sus annatas iban a parar a los más pobres del barrio de San Lorenzo de san Esteban. Le escupían, lo acanteaban y lo sacaban en procesión y él iba subido a la tarima como si nada, sin rechistar cual oveja camino del matadero,  el manteo arrebujado junto al vientre escaso, pues como buen inglés era frugal, comía poco y no se zampaba las comilonas de sus colegas de coro en el Bernardino o en la Tropical que buenos cochinillos se zampaban aquellos tonsurados de capa y muceta y, sentado en su cátedra como si fuera un trono, dejaba que la comitiva integrada por siete seminaristas le portaba a hombros  cantándole de rechiflas el iste confesor en fabardón el Iste Confessor. Un cruciferario abría carrera por todo el aula portando la cruz alzada.
 Tras el venía fumándose un puro  de los buenos don Fausto toda la sotana constelada de medallas por la pechera con las cruces que le impuso Franco por méritos de guerra pues el querido profesor de filósofos había chupado toda la guerra como pacer de la columna de Castejón y tenía, amen de un cuerpo taladrado de metralla  y un patriotismo a prueba de bomba, una brillante hoja de servicios, se le cansaron las manos de bendecir a los moribundos y se le hundieron los brazos de tanto sacramentar novios de la muerte en Badajoz, en Garabitas, la Universitaria, Cerro Muriano. En Belchite, en Brunete donde le arrearon cuando estaba celebrando misa sobre los relejes de una tanqueta, con sus pies fatigados por el polvo y por la pólvora de aquella fratricida en la cual él creyó defender la causa de España y de Dios. Había sido capellán de la Quinta Bandera ungido a los valientes con el crisma y los oleos cristianos preparándolos para la muerte, a la que ellos en un arranque de heroísmo llamaban “fiel compañera”. Ahora enseñaba Metafísica en el seminario un poco a regañadientes y eso en sí en latín porque para él hasta el ama que le servía tenía que estar práctica en la lengua de Horacio...
 Se fumaba buenos vegueros e iba a confesar a los presos y a decirles misa a las monjas de San Plácido. Se le ladeaba un poco la cabeza y ya no miraba un paso al frente sino de través. No estaba tan seguro al paso que iba al mundo de sus convicciones antiguas. ¿Para qué le había servido ganar la guerra si los rojos con el apoyo de las logias y de los judíos volvían a mandar otra vez y estaban infiltrados hasta en el Vaticano? Se le parlaban los pulsos pensando y le rilaban un poco los dedos por las pejigueras del Parkinson pero como era creyente no se desesperaba, tal vez sería la voluntad divina. Hagamos de tripa corazón y no hay mal que por bien no venga le había oído decir al Caudillo una vez que éste le invitó al Pardo a una cacería.
 Le llamaban el cura rico las malas lenguas y no era rico sino en ciencia y en libros porque tenía una gran biblioteca el antiguo soldado. Consideraba que la pluma y la espada han de ir juntas por eso tenía tantos amigos militares y a su casa venían a verle algunos poetas locales como Quintanilla, buen vate que publicaba sus versos en el Adelantado.
 Le ofrecieron una mitra pero él no quiso ser obispo. Había sido buen cazador y dicen que a cazar con él en los campos de Traspinedo vinieron a acompañarle los generales Yague, Varela, Buruaga y otros muchos.
 Su confesionario –era el penitenciario de la diócesis- estaba lleno a todas horas porque tenía fama de ser penitenciario de manga ancha de haber batido el record de desechar a toda una bandera de la legión a en veinticinco minutos. Absolvía en menos que se persigna un cura loco. No hacían preguntas escabrosas a sus disciplinados ni daba charlas, no se arrimaba, ni acariciaba a los niños como el pobre Mañanas. A él no se le podía ir con mariconadas. A los hombres de voz bronca y velada por el tabaco les preguntaba por las semenceras, las maseras y las cosechas y si habían llegado ya las cigüeñas a los campanarios. El era el encargado de decir la misa de cazadores cuando aun no había despuntado el alba sobre la sombra alargada de la catedral que era como un gran ciprés de piedra labrada velando el sueño y la vida provinciana de los corobinos.
-Dicas dicas in sermone latino... Dicas enim.
-¿Qué hay que hacer don Fausto para hablar tan buen latín como usted?
-Pues fijarse mucho y hacerse con la gramática de Goñi y el diccionario de Miguel.
 Miguel Delibes figuraba entre sus amigos predilectos. Los viejos mutilados de guerra, los veteranos del Tercio venían a visitarle a su casa que estaba detrás de la cárcel y al verlos el canónigo se llevaba un alegrón.
-        ¿Cómo estas muchacho?
-        Algo viejo y achacoso, mi querido pater coronel–
-        ¿Y en qué compañía?
-        La plana mayor de la quinta bandera.
-        Ah sí, ahora que dices tu cara me suena.
Franco le había ascendido a coronel por méritos al valor. Tuvo la laureada a la punta de los dedos pero prefirió que se le dieran al corneta de su sección.
  Decía don Fausto que estaba hecho un cohete con mucha metralla en los entresijos pero siete tiros en el cuerpo y avanzando.
-        Así me gusta.
-        Oye te acuerdas cuando nos coparon los rojos en Teruel. Hacía un frío del carajo veinte bajo cero exactamente pero defendimos el seminario como jabatos. Ostias pero eres tú.
 Y el capellán castrense, al reconocer al antiguo camarada que salvó el pellejo y salió indemne del infierno de Teruel dejaba de ser el canónigo  bien asotanado que hablaba bajo canturreaba ante los becerros catedralicios y con gran prestigio en el cabildo de la santa iglesia mayor para convertirse en un guripa de tantos hablando recio y expresarse en la jerga del lenguaje cuartelero poco cultivado y sin melindres. Joder, ostias de puta padre. Su cagamento favorito era cagarse en los huevos de Mahoma y por esa jodida tendencia tuvo sus más y menos con el capitán Ahmed que mandaba el tabor de refuerzo cuando los regulares les hicieron el relevo.
- No diga mal de Profeta. Eso está muy feo.
-Pero no ves que no miro para el cielo y si no se mira para arriba los cagamentos carecen de categoría blasfema. Se convierten en simples tacos.
-Ya pero esas palabras suenan a sacrilegio en las orejas de un musulmán.
- Si no blasfemo contra Alá pero es que esos putos rojos nos están trayendo por la calle de la amargura, nos han matado está tarde a tres muchachos. Además me sale el mozo de la ribera del Duero. No sabes como nos cagamos en todo lo divino y lo humano por aquellos pater.
-Ya pero nuestros imanes no blasfeman como vosotros. En eso los moros os aventajamos a los cristianos.
-Pues llevas razón. También es verdad.
 El pater pidió perdón y el sacerdote católico  y el fervoroso defensor de Mahoma  donde las dan las toman se reconciliaron en un abrazo de paz. Alá que todo lo mira y todo lo protege desde arriba debió de mirar aquel de reconciliación con beneplácito. Aquí no hay moros ni cristianos. Hay los que luchan contra Dios y los que le defendemos porque lo amamos.
El cura y el capitán de regulares sacaban su petaca y se intercambiaban tabaco formulando sus buenos deseos para que aquel infierno de Teruel se acabase pronto.
-Tú volverás a tu jaima con tus mujeres y yo a mi catedral con mi ama que está sorda como un tapión y tiene mala leche pero que te va a hacer un cuscus de puta madre pues su padre sirvió en  la intendencia de Larache que te vas a chupar los dedos, mustafá.
 Don Fausto no llevaba armas, sólo un cristo clavado a su correaje. Se movía como una ardilla entre las posiciones, saltaba las trincheras y cruzaba las alambradas y las calles de Teruel sin desenfilada jugándose el tipo allá donde perecieron tantos en la plaza del Torico.
-        Ese cura tiene un par de cojones. Son muy finos oye.
-         De Valladolid. De donde son los pijos pero anda anda que a valientes nadie les va a la mano.
 En alguna ocasión menospreciando su pellejo saltó a los blocaos enemigos para confesar a algún soldadito moribundo de los rojos. Que tambien son españoles, españoles equivocaos ostias pero tambien españoles y si podía lo llevaba a rastras echándose al herido al hombro  como el buen pastor con la oveja descarriada a las espaldas o a rastras y lo pasaportaba hasta las líneas nacionales. En los fregaos en los sectores rojos se escuchaban ayes maldiciones pero tambien un ay virgen santísima y había algún combatiente que, herido, pedía confesión. Un cura. Un cura.
-Alto el fuego que venga don Fausto.
-Ahora mismo-
-Poned el bozal a los cañones, parad las ametralladoras, cesad el combate. Os enviamos al cura y vosotros nos mandáis una de esas milicianas tan cojonudas que sirven a ese maldito. ¿Vale el canje?
-Vale. Pero como nos hagais una encerrona os vais a enteras.
El comisario daba la orden;
- parad el fuego muchachos.
 Y aquellas treguas de Dios se intercambiaban comida, mujeres y tabaco y noticias de sus respecticvos pues para bochorno de la historia sucedía que a un lado y a otro estaban un hermano en un bando y un hermano en otro, un padre y un hijo, dos de un mismo pueblo el uno luchando por la republica y el otro por Franco.
Don Fausto, cansado, pues había visto mucho, y no se asustaba de nada y menos de los pecados que algunos creían muy gordos y a él le parecían menudencias disparos de un 635,  la pistola  que tira tiros de señoritas, él que estaba avezada a escuchar la música tremebunda de los organillos de Stalin o los  cañonazos del “Abuelo” una batería de costa que tenían los rojos defendiendo las posiciones de la universitaria los milicianos y que lanzaba peladillas que dejaba unos embudos de veinte metros. Pum. Pum. El silbido de las balas y el rasgar del aire de los pacos no eran lo que se dice música celestial. Los pecados de sus penitentes sí. Las mismas monsergas, la misma canción guerrera. “¿Y que me dicen estos? Que se la machacan cuando se les pone gordas, que se quieren tirar a la maricarmen la mujer del vecino, o si les aprieta el deseo montan a su pollina en la cuadra, la que se tira pedos. Los cagamentos que cuando se dicen no se mira al cielo no ofenden a Dios. Y dicen que van al baile a restregarse y arrimar el material, que juran y blasfeman que no van a misa los domingos, que en unas vísperas estando borrachos pincharon a un bravonel que les quería quitar la novia o se jactaba pregonando que las mozas de su pueblo Escarabajosa de Abajo eran mejores que las de Escarabajosa de Abajo. Celos y procelas. Tormentas en una taza de té… Y que le birlaron a un tendero toda la caja, que por una parcela y un mojón le metieron en el culo toda una perdigonada cuestión de lindes y demás perendengues. Y así sucesivamente. ¿Bueno y qué? Siempre fue así, nunca cambiamos.
-Reza tres avemarias al acostarte, hijo, propón tu enmienda y ahora di el señor mío Jesucristo.
.Acércate diacono.
-¿Qué? Adsum. Presente.
- Que no te vayas de putas que a ti, baranda, te gustan las faldas más que la leche que te dio tu madre. Hombre hay que sujetarse. Y ya sabes haz lo que yo para vencer la tentación. Si la dejas quince días ella te dejara un mes y si la dejas un mes ella te dejará un año y si la dejas un año ella a lo mejor ella te deja toda la vida. Ya sabes que las mujeres son el aguijón del diablo, el ventalle de Aquilón que cuando nos sopla nos derriba.
 No había sacerdote más casto ni tampoco más cachondo en toda la diócesis ni hombre más sano en muchas leguas a la redonda.
 Para evitar habladurías le sirvieron toda su vida amas de llaves viejas y tuertas muy poco agraciadas por lo general. Tampoco soportaba a los que se entregaban al amor de los efebos. Al capellán castrense no se le podía ir con mariconadas porque te echaba a puntapiés de su presencia. Luego se arrepentía y subía a tu cuarto y te pedía perdón.
- Me he pasado tres pueblos, estuve un poco fuerte,
Contigo; perdóname chaval y al irse dejaba un cigarro puro sobre el pupitre que uno se fumaba a escondidas en la camarilla,  el filosofo al que le había dado su padre y permiso para fumas pues don Fausto exquisito en sus gustos y limpio de alma bebía vino sólo de la ribera y fumaba lo mejor de Vuelta Abajo[6].
En la tarde de confesiones,  se retrepaba en la balda y pensaba en los haces de sus campos de Transpinedo, en sus viñas y en sus parvas en sus conejos y en sus liebres en sus trojes y en sus viñedos de albillo que daban muchas cantaras de vino del bueno, vino de la ribera. No escuchaba mucho al penitente con una oreja al penitente y la otra en sus galgos. Cuando confesaba pensaba irremisiblemente que mañana tenía que ir de caza. Porque todo era lo mismo. Los escrupulosos no podían confesarse con don Fausto porque les cortaba en seco, trataba a batacazos a las mujeres. Aquí no estoy yo para escuchar rollos ni para guardar perros señora. Si te pega su marido no sea tan puta y si se emborracha todas las noches, llévale por buen camino, hazle que vaya a misa y al rosario, que confiese y comulgue por pascua florida y si no, pues aguantoformo. El cielo es camino de abrojos. Aquí estamos siempre de duelo.
No en vano y acaso justamente ya en aquellos tiempos se había ganado el lauro de machista ya en aquellos tiempos cuando aun en el mundo el feminismo no había asomado la oreja ni había hecho acto de aparición lo que llaman violencia de género. Hoy no se opera con cloroformo ni es muy popular el aguantoformo. No nos aguantamos a nosotros mismos y claro así está el patio.
-        Acércate diacono.
-        Plakón[7]
 El había venido el dulce Jesús a liberarnos de todas las ataduras. Lo que atéis en la tierra será atado en el cielo y al que tú bendigas será inscrito en la nómina de los santos y al que maldigas réprobo será por todos los siglos. Le habló en ruso:
       -Diakon, prestupiti. Acércate diacono
       - Ya sdiej,gospodi. Estoy aquí, señor. Adsum
       - ¿Cómo es que te lavas?
       - No estoy limpio, patriarca.
El agua seguía manando, chorro de linfa, produciendo un sonido acariciador de brisas mañaneras y murmurios de rosario. Allá adentro en el templo mariano sonaban las melodías de la Salve. Cantaban cuatro viejas corobinas que habían madrugado para el rosario de la aurora que se celebraba todos los miércoles. Misterios gloriosos. Se escuchaban las codas rezagadas pero tiernas del Amante Jesús mío y Sálvme Virgen María.
 La madre de la belleza los presidía desde su camarín estatua siempre en pie como un perenne Akathistos[8]. Recibiendo las suplicas y quejas. De nuevo el turco estaba a las puertas de Constantinopla. Todo el Oeste era una ciudad alegre y confiada y estaba a las puertas de Moscú. El patriarca cabe el brocal de la fuente de allá venía para salvar a la iglesia. Habrá un tercer milenio. Los días de Roma la gran putana la gran embaucadora están contados pero la iglesia se salvará volviendo a sus esencias, a sus raíces apostólicas. Entretanto. Los malos cristianos seguían comiendo bebiendo fornicando servidores del vientre y sus halagos y, adoradores del rey de abajo que el de arriba nada sabemos, se entregaban a la buena vida y hacerse putadas unos a otros. Comamos y bebamos que mañana viviremos. Estaban todos muy preocupados todos de sus respectivos esqueletos olvidando que la carne es para la tierra y que la vida verdadera yace en los confines del espíritu.
La tranquilidad del aire mecía los pámpanos pues ya era a finales de verano... Arriba sobre las rocas grajeras las chovas iniciaban sus laudes saludando a la alborada. Desde alto de aquellas peñas encaramadas los impíos que en esta vida nunca faltan habían defenestrado a la Despernada pero la dulce Raquel a la que el sanedrín de Corobias acusaba de adulterio pidió a la Señora que la salvara. Una judía siempre tiene que echar una mano a otra judía y no era solo judía era tambien mujer formada del barro de Adán. Sopló Dios sobre el lemo y surgieron los senos amamantadores, el cabello hermoso y tentador, las piernas deslumbrantes, el bello púbico centinela del vientre y cancela de la pasión. En su boca puso sonrisas arrobadoras y una lengua falaz, melodiosa voz de Circe y las sirenas desde aquel día se peinaban entre las rocas llamando a los incautos marineros a la sima y puso también en su lengua devoradora de hombre el aguijón del escorpión y la sinuosidad de la serpiente. Eva se parecía unas veces a la animadora rubia de bote que en el salón de baile los domingos cantaba desde el estrado canciones americanas imitando a Marylyn Monroe y otras veces era la viva imagen de una vestal caladas sus túnicas transparentes técnica de paños mojados que ponía a los soldados de un regimiento de caballería alcalino como una moto
-Échelos bromuro en el agua mi capitán a ver si bajamos la fiebre. Si no, no va a haber quien lo resista. Joder.
-Eso digo yo. Joder.
Todo en ella era transparente y a la vez oculto como todo aquel que fue creado para el engaño y la seducción. Circe quería ponerle los cuernos a Queronte que remaba en su barca sin enterarse y cuanto más largo era el remo más barría para casa, los navegantes se anegaban en la laguna Estigia y la moneda que llevaban entre los dientes para pagar al barquero no les servía de nada. Unos se ahogaban profiriendo vivas a la republica y otros cantando el carasol y diciendo vivas a España...
Los mortales se sumergían en la laguna Estigia y al nacer eran condenados al Tártaro. Esa es la fija. Miguel mientras tanto pesaba las almas. Le seducía aquella visión. Era completamente nueva y maravillosa. Venus, según la versión pagana no brotó del barro como una campanilla de los caminos que florece en las riberas tras la lluvia, había nacido de las aguas y el Señor le dijo pare y la mujer parió hijos, muchos hijos y preparaba la comida y  hacía la colada pero la mujer probó del fruto del árbol prohibido y vinieron las voces, los gritos, los desengaños, los miedos, los recelos, las enfermedades que anunciaban la muerte y el hombre y la mujer perdieron el estado de gracia. Palo y mala vida. Parirás entre dolores... Pues vaya. Nos echaron a todos del paraíso y desde entonces a silbar a la vía y nos pusimos a cantar a coro las benditas estrofas de la Salve que nos describe como desterrados hijos de Eva que gemimos y lloramos en este valle de lágrima pero los impíos, los que ordenaron despeñar a la pobre Raquel, querían enmendarle la plana a Yahvé. Nada de enfermedades, nada de trabajos y trajeron móviles, ordenatas y utensilios que servían para incrementar su comunicabilidad pero los hombres y las mujeres sobre los que pesaba la maldición del pecado original estaban más solos, más incomunicados cada vez, desconfiaban unos de otros, la tecnología aportó mucho ocio, mucho parado y orates en las plazas públicas bustos parlantes o se iban al gimnasio a contaminarse de microbios mientras hacían músculo. Las cadenas quedaron inundadas de bellas locutoras  que contaban historias horribles con sus caras perfectas. Eran tan guapas como diabólicas. Anunciaban al Anticristo. Los sanedrines controlaban los discos duros de los bancos, de las magistraturas, de los silos nucleares y el mundo se llenó de sonidos de cajas registradoras, del llanto de las viudas de los guardias civiles asesinados, y de los estertóreas blasfemias de Luzbel proclamando su rebelión contra el Altísimo. Se enfrió la caridad, cundió el miedo entre los justos desparramados por el mundo o escondidos en sus agujeros. El que más chifla capador y allí sólo tenían derecho a voz y a voto la magna caterva de los hijos de puta que estafaban, engañaban, otra vez aquí la raza de víboras y de los sepulcros blanqueados copando los pulpitos, subiéndose a los estrados, escribiendo paginas y paginas que solo eran refritos de NYT e impartiendo por los micrófonos las consignas al oído. Todos eran la voz de su amo. Estaban vendiendo a España por treinta monedas. Sintió pena y rabia a la vez.
       -Acércate diacono
       -Adsum
       -Hoy hacen falta diáconos como tú.
       -¿Quiere  Su Beatitud que entonemos el Evangelio en fa bardón?
       -Eso es para eso te llamo.
       -Os asiste el numen del Espíritu. Os defiende la espada de san Miguel.
Y así la formula –diakon prestupiti- se repitió hasta tres veces según la norma de la vieja liturgia greco-bizantina y el diacono pudo entrar por la cancela de la puerta de los dones portando el pan y el vino que lavaron la culpa. Se le encogieron un poco los ánimos pues magna era la misión que le encomendaba el obispo. Nada menos que proclamar la verdad a unas gentes que se alimentan de mentiras, lleno de peligros y de testigos falsos. Pero bebió del agua de vida, le vino bien aquel lavacro después de una noche insomne rodeado de magdalenas y de moritas que suspiraban por el regreso a su tierra de la cual les desarmaron los desalmados que habían resucitado las viejas costumbres medievales de ominoso tributo de las cien doncellas o de la usura. Los del City Bank cobraban una tasa de atraso de hasta el 30 por ciento.
       -Si yo soy Lorenzo. Aquí está tu diacono
       -¿Podrás beber del cáliz que yo he de beber?
Sintió que aquella voz poderosa le convocaba a altos destinos y  se sentía casi sin fuerzas. Pero dicen que la fortuna ayuda a los audaces. Y como el aposto Pedro, que fue a Roma al encuentro de su martirio él subía a Corobias para ser crucificado.
 Vio gatear hasta los escarpes del alcázar la sombra de Judas. Bien sabía él que era demonólogo que al diablo le privan los pináculos, anda siempre por las chimeneas y por aquellos lugares donde observe sin ser visto. Ojo que las paredes oyen.
       -Pedro llévame contigo yo tambien quiero ser crucificado y que me pongan boca abajo pues no soy digno por mis pecados y negaciones de recibir la corona de pie sino al revés.
Tomó el nazareno y ya atravesaba los puentes de desafiantes tajamares del Rasemir y del Eresma mientras los impíos celebraban parlamento en lo alto de una peña sobre el caso de la adultera. Unos decían que arrojarla desde la cumbre del desfiladero y otros que arrastrarla de la cola de una yegua pero el más viejo de aquel concilio de Anases y Caifases aseveró suspender la ejecución hasta el día siguiente.
       -Hoy es sábado, hermanos, y no es bueno que en sábado se vierta sangre. Lo dice la Ley.
En estas estaban cuando el marido que se encontraba en el tribunal pues fue juez y parte que por lo visto se lo había montado con un capellán optó por la salida más expedita. Fue aquel Jacobo el que empujó a la pobre muchacha al vacío. Raquel amante de su capellán se había hecho cristiana y rezó a la Virgen mientras su marido la insultaba como un poseso…. Puta…. Puta fornicadora... recibe el castigo. Entonces bajaron los Ángeles y tendieron sus alas de pluma como colchón de salvación y la Despernada salió indemne, superó la ordalía. Resulta que era inocente. Desde aquel día aquel paraje se llama el de Esther o María del Salto que es así como lo conocemos los corobinos muy devotos siempre de la Madre de Dios. Ella vele los pasos del pueblo judío y procure su salvación. Mientras tanto los ángeles del cielo entre las melodías de las chovas y el reír de los jilgueros acometían el canto del Querubín que es bálsamo de añoranza del cielo a los que lo escuchan:
       -Diacono, acércate.
       -Da. Sí, señor, aquí me tienes.
Y en esto diciendo ya estaba ante la plaza del seminario, temblándole el alma de añoranza y de piedad.
(Continuará)



[1] Asquerosos hijos de puta.
[2] Eh señor profesor ¿qué nos quiere decir?
[3] Soy una mente libre... puto infierno
[4] Hermano ¿qué cosas piensas qué es lo que tramas?
[5] Tú puto judío follador.
[6] Vuelta Abajo región de Cuba famoso por la hoja de sus tabacos
[7] Plakón una inclinación que se hace hasta la cintura según el rito ortodoxo
[8] Akarhistos oficio de la Virgen que se canta de pie

lunes, 6 de mayo de 2019

SOY VIDENTE EL ACCIDENTE DE LEFERTOVO FUE UN ATENTADO

Lamento tener que hacer esta confesión pero antes de ayer tuve una pesadilla un sueño horrible, alguien me anunciaba muertes en Moscú. Estos horribles ataques siempre coinciden con la Pascua y las festividades cristianas, creo que son obras del Anticristo. Las fuerzas oscuras quieren someter y dominar a Rusia. Se quiere p`legar al Kremlin para que afloje la vela en Venezuela y el Irán. El siniestro no fue ocasionado por un relámpago sino por un artilugio denominado bomba ce calor que inutiliza los mandos de control de un aparato en el aterrizaje y despegue desconfigurando todo el sistema de navegación,  es un demoníaco invento israelí. Sigue la maquinación de los contubernios de las fuerzas oscuras

La iglesia celebra el recuerdo del santo mártir Jorge el Victorioso.

SERVICIO DE NOTICIAS | 
6 de mayo. PRAVMIR. La iglesia honra la memoria del santo mártir Jorge el Victorioso.
San Jorge el Victorioso, nacido en Capadocia (una región en Asia Menor), creció en una familia cristiana profundamente religiosa. Su padre pasó la muerte de un mártir por Cristo, cuando George todavía estaba en la infancia. La madre, propietaria de las propiedades en Palestina, se mudó con su hijo a su tierra natal y lo crió con piedad estricta.
Matriculado en el ejército romano, San Jorge, guapo, valiente y valiente en las batallas, fue observado por el emperador Diocleciano (284-305) y fue admitido a su guardia con el título de comit, uno de los principales líderes militares.
El emperador pagano, que hizo mucho por el resurgimiento del poder romano y entendió claramente el peligro del triunfo del Salvador crucificado para la civilización pagana, intensificó particularmente la persecución de los cristianos en los últimos años de su reinado. En el consejo del Senado en Nicomedia, Diocleciano dio a todos los gobernantes la libertad completa en la masacre de cristianos y prometió su completa asistencia.
San Jorge, después de enterarse de la decisión del emperador, distribuyó su herencia a los pobres, liberó a los esclavos y llegó al Senado. El valiente soldado de Cristo habló abiertamente en contra del plan imperial, se confesó cristiano y pidió a todos que reconocieran la verdadera fe en Cristo: "Soy un esclavo de Cristo, mi Dios, y confiando en Él, apareció entre ustedes según su voluntad para testificar acerca de la Verdad". “¿Qué es la verdad?” Uno de los dignatarios repitió la pregunta de Pilato. "La verdad es el mismo Cristo perseguido por ti", respondió el santo.
Atontado por el atrevido discurso de un guerrero valiente, el emperador, que amó y exaltó a George, trató de persuadirlo de que no arruinara su juventud, su gloria y su honor, sino que llevara el sacrificio a los dioses según la costumbre de los romanos. Esto fue seguido por la respuesta decisiva del confesor: "Nada en esta vida impermanente debilitará mi deseo de servir a Dios". Luego, por orden del emperador enojado, los escuderos comenzaron a empujar a San Jorge para que saliera del salón de asambleas con lanzas y lo llevara a la mazmorra. Pero el acero mortal mismo se suavizó y se dobló tan pronto como las lanzas tocaron el cuerpo del santo y no le causaron dolor. En la mazmorra, los mártires golpearon sus pies en almohadillas y aplastaron sus pechos con una piedra pesada.
Al día siguiente, durante el interrogatorio, agotado pero firme en espíritu, San Jorge respondió al emperador nuevamente: "Más bien, estás agotado, torturándome a mí, en lugar de a mí, atormentado por ti". Entonces Diocleciano ordenó que George fuera sometido a la tortura más sofisticada. Mártir atado a la rueda, debajo del cual se disponían tablas con puntas de hierro. Cuando la rueda giraba, las cuchillas afiladas cortaban el cuerpo desnudo del santo. Primero, la víctima llamó en voz alta al Señor, pero pronto se calmó, sin dejar escapar un solo gemido. Diocleciano decidió que el torturado ya había muerto y, habiendo ordenado retirar el cuerpo torturado de la rueda, fue a los templos para ofrecer acción de gracias. En este momento se oscureció, se escuchó un trueno y se escuchó una voz: "No te preocupes, George, estoy contigo". Entonces brilló una luz maravillosa, y un Ángel del Señor apareció al volante a la imagen de un joven radiante. Y apenas puso su mano sobre el mártir, diciéndole: “¡Regocíjate!” Mientras San Jorge se rebelaba curado. Cuando los soldados lo llevaron al templo, donde estaba el emperador, éste no le creyó a los ojos y pensó que había otra persona o fantasma delante de él. En perplejidad y horror, los paganos miraron a St. George y estaban convencidos de que realmente había ocurrido un milagro. Muchos entonces creyeron en el Dios de los cristianos que da vida. Dos nobles dignatarios, los santos Anatoly y Protoleón, los cristianos secretos, confesaron de inmediato a Cristo. Fueron inmediatamente, sin juicio, por orden del emperador decapitados con una espada. La zarina Alexandra, la esposa de Diocleciano, que estaba en el templo también sabía la verdad. Ella también trató de glorificar a Cristo, pero fue custodiada por uno de los sirvientes del emperador y llevada al palacio. que frente a él hay otra persona o fantasma. En perplejidad y horror, los paganos miraron a St. George y estaban convencidos de que realmente había ocurrido un milagro. Muchos entonces creyeron en el Dios de los cristianos que da vida. Dos nobles dignatarios, los santos Anatoly y Protoleón, los cristianos secretos, confesaron de inmediato a Cristo. Fueron inmediatamente, sin juicio, por orden del emperador decapitados con una espada. La zarina Alexandra, la esposa de Diocleciano, que estaba en el templo también sabía la verdad. Ella también trató de glorificar a Cristo, pero fue custodiada por uno de los sirvientes del emperador y llevada al palacio. que frente a él hay otra persona o fantasma. En perplejidad y horror, los paganos miraron a St. George y estaban convencidos de que realmente había ocurrido un milagro. Muchos entonces creyeron en el Dios de los cristianos que da vida. Dos nobles dignatarios, los santos Anatoly y Protoleón, los cristianos secretos, confesaron de inmediato a Cristo. Fueron inmediatamente, sin juicio, por orden del emperador decapitados con una espada. La zarina Alexandra, la esposa de Diocleciano, que estaba en el templo también sabía la verdad. Ella también trató de glorificar a Cristo, pero fue custodiada por uno de los sirvientes del emperador y llevada al palacio. Por orden del emperador decapitado con una espada. La zarina Alexandra, la esposa de Diocleciano, que estaba en el templo también sabía la verdad. Ella también trató de glorificar a Cristo, pero fue custodiada por uno de los sirvientes del emperador y llevada al palacio. Por orden del emperador decapitado con una espada. La zarina Alexandra, la esposa de Diocleciano, que estaba en el templo también sabía la verdad. Ella también trató de glorificar a Cristo, pero fue custodiada por uno de los sirvientes del emperador y llevada al palacio.
El emperador se endureció aún más. Sin perder la esperanza de romper a San Jorge, lo traicionó a nuevas terribles torturas. Habiendo sido arrojado a una zanja profunda, el santo mártir estaba cubierto de cal viva. Tres días después, lo desenterraron, pero lo encontraron feliz y ileso. El santo estaba calzado con botas de hierro con clavos candentes y con palizas conducido a la prisión. En la mañana, cuando fue llevado para interrogarlo, vigoroso, con piernas sanas, le dijo al emperador que le gustaban las botas. Fue golpeado con venas de bueyes para que su cuerpo y su sangre se mezclaran con la tierra, pero el valiente sufriente, apoyado por el poder de Dios, permaneció inmóvil.
Al decidir que la magia ayuda al santo, el emperador llamó al hechicero Atanasio para poder privar al santo del poder milagroso o envenenarlo. Magus le entregó a San Jorge dos cuencos de drogas, uno de los cuales era para humillarlo, y el otro para matarlo. Pero las pociones tampoco funcionaron: el santo todavía denunció las supersticiones paganas y alabó al Dios verdadero.
Cuando el emperador le preguntó qué tipo de poder ayuda al mártir, San Jorge respondió: "No piense que el tormento no le hace daño por medio del esfuerzo humano; solo soy salvo al invocar a Cristo y su fuerza. El que cree en Él imputa la tortura a cualquier cosa y puede hacer las obras que Cristo hizo ”(Juan 14:12). Diocleciano preguntó cuáles son las obras de Cristo. "Para iluminar a los ciegos, para limpiar a los leprosos, para dar mala circulación, a los sordos: escuchar, echar fuera demonios y resucitar a los muertos". Sabiendo que ni la magia, ni los dioses lo llevaron a resucitar a los muertos, el emperador, para avergonzar a la esperanza del santo, le ordenó resucitar a los muertos ante sus ojos. A esto el santo dijo: "Me tientas, pero para la salvación de la gente, que verá la obra de Cristo, mi Dios hará esta señal". Y cuando llevaron a San Jorge a la tumba, gritó: “¡Señor! Muestra a los que vienen que eres el único Dios en toda la tierra, para que te conozcan a ti, el Señor Todopoderoso ". Y la tierra tembló, la tumba se abrió, los muertos cobraron vida y salieron de ella. Al ver la manifestación del poder todopoderoso de Cristo, la gente lloró y glorificó al Dios verdadero. Mago Atanasio, apoyado a los pies de San Jorge, confesó a Cristo el Dios Todopoderoso y pidió perdón por los pecados cometidos en la ignorancia. Sin embargo, el emperador, que se había vuelto obstinado en la maldad, no entendió: se enfureció y ordenó decapitar a Atanasio, que era un creyente, así como al hombre resucitado, y nuevamente encarceló a San Jorge. Las personas agobiadas con dolencias, de diversas maneras, comenzaron a penetrar en el calabozo y allí recibieron sanidad y ayuda del santo. Un granjero llamado Glicerio se volvió hacia él con pena, por quien cayó un buey. El santo lo consoló con una sonrisa y le aseguró que Dios le devolvería la vida al buey. Al ver las casas del buey revivido, el granjero comenzó a glorificar al Dios cristiano en toda la ciudad. Por orden del emperador, san Glicerio fue capturado y decapitado.
Las hazañas y maravillas del gran mártir George multiplicaron el número de cristianos, por lo que Diocleciano decidió hacer un último intento de sacrificar el santo a los ídolos. Comenzó a preparar el juicio en el templo de Apolo. En la última noche, el santo mártir oró fervientemente, y cuando se quedó dormido, vio al Señor mismo, quien lo levantó con su mano, lo abrazó y lo besó. El Salvador colocó una corona sobre la cabeza del Gran Mártir y dijo: "No teman, atrévanse y sean honrados de reinar conmigo".
A la mañana siguiente, en el tribunal, el emperador le ofreció a San Jorge una nueva prueba: sugirió que se convirtiera en su co-regente. El santo mártir, con fingida voluntad, respondió que desde el principio el emperador no debería atormentarlo, sino mostrar una misericordia similar, y al mismo tiempo expresó el deseo de ir inmediatamente al templo de Apolo. Diocleciano decidió que el mártir aceptaba su oferta y lo siguió al templo en el templo, acompañado por el séquito y la gente. Todos esperaban a que San Jorge sacrificara a los dioses. Él, acercándose al ídolo, hizo la señal de la cruz y se dirigió a él como un ser vivo: "¿Quieres aceptar mi sacrificio como Dios?" El demonio que vivía en el ídolo gritó: . Dios es el único que predicas. Nosotros, desde los ángeles que le servimos, nos hemos convertido en apóstatas y, obsesionados con la envidia, engañamos a la gente ". "¿Cómo te atreves a estar aquí cuando yo vine aquí, siervo del Dios verdadero?", Preguntó el santo. Hubo un ruido y un grito, los ídolos cayeron y fueron aplastados.
La confusión general se levantó. Los sacerdotes y muchos de la multitud atacaron frenéticamente al santo mártir, lo ataron, comenzaron a golpearlo y exigieron su ejecución inmediata.
La Santa Reina Alexandra se apresuró al ruido y grita. Haciendo su camino a través de la multitud, ella gritó: "Dios Georgiev, ayúdame, ya que Tú eres el Uno y el Todopoderoso". A los pies del gran mártir, la santa reina glorificaba a Cristo, humillando a los ídolos y adorándolos.
Diocleciano estaba en un frenesí inmediatamente pronunciado la sentencia de muerte contra el Gran Mártir George y la Santa Reina Alexandra, quienes siguieron a San Jorge a la ejecución sin resistencia. En el camino, estaba agotada y se apoyó contra la pared sin sentir. Todos decidieron que la reina muriera. San Jorge le agradeció a Dios y oró para que su viaje terminara con dignidad. En el lugar de la ejecución, el santo en ardiente oración le pidió al Señor que perdonara a los torturadores que no sabían lo que estaban haciendo y los guió al conocimiento de la Verdad. Tranquila y valientemente, el santo gran mártir George inclinó la cabeza bajo la espada. Fue el 23 de abril de 303.
En perplejidad, los verdugos y los jueces miraron a su Ganador. En la sangrienta agonía y el apresuramiento apresurado terminó la era del paganismo. Solo han pasado diez años, y el santo Constantino, uno de los sucesores de Diocleciano en el trono romano, ordenará inscribirse en las banderas de la Cruz y el pacto, impresas con la sangre del Gran Mártir y el Victorioso Jorge y miles de mártires desconocidos: "Esta es una victoria".
De los muchos milagros realizados por el santo gran mártir Jorge, el más famoso está representado en la iconografía. En la tierra natal del santo, en la ciudad de Beirut, había muchos idólatras. Cerca de la ciudad, cerca de las montañas libanesas, había un gran lago, en el que vivía una enorme serpiente. Al salir del lago, devoró a la gente, y los habitantes no pudieron hacer nada, porque el aire se contaminó solo con su aliento.
Según la enseñanza de los demonios que vivían en los ídolos, el rey tomó una decisión de este tipo: todos los días los residentes tenían que dibujar la serpiente de sus hijos por lotes y, cuando llegó su turno, prometió dar a su única hija. Pasó el tiempo, y el rey, vistiéndola con la mejor ropa, envió al lago. La niña lloraba amargamente, esperando la hora de la muerte. De repente, el mártir George montó sobre su caballo con una lanza en la mano. La niña le rogó que no se quedara con ella para no morir. Pero el santo, al ver a la serpiente, se dio a sí mismo la señal de la cruz y con las palabras "En el Nombre del Padre y del Hijo y el Espíritu Santo" se precipitó hacia él. El gran mártir George perforó la garganta de la serpiente con una lanza y la pisoteó con un caballo. Luego le dijo a la niña que atara a la serpiente con su cinturón y cómo conducir al perro a la ciudad. Los habitantes huyeron atemorizados, pero el santo los detuvo con las palabras: "No temas, confía en el Señor Jesucristo y cree en Él". porque es el que me envió a ti para salvarte ". Entonces el santo mató a la serpiente con una espada, y los habitantes la quemaron fuera de la ciudad. Veinticinco mil personas, sin contar a las mujeres y los niños, se bautizaron entonces, y se construyó una iglesia en el nombre del Santísimo Theotokos y el Gran Mártir George.
San Jorge podría convertirse en un comandante talentoso y sorprender al mundo con hazañas militares. Murió cuando no tenía ni 30 años. Ansioso de unirse con el ejército celestial, entró en la historia de la Iglesia como el Victorioso. Con este nombre se hizo famoso desde el principio del cristianismo y en la Santa Rusia.
San Jorge el Victorioso fue un ángel y patrón de varios grandes constructores del estado ruso y el poder militar ruso. El hijo de la santa Igualdad a los Apóstoles Vladimir, Yaroslav el Sabio, en el santo Bautismo de George († 1054), contribuyó en gran medida a la veneración del santo en la Iglesia rusa. Construyó la ciudad de Yuryev, fundó el monasterio de Yuryevsky en Novgorod y erigió una iglesia de San Jorge el Victorioso en Kiev. El día de la consagración de la Iglesia de San Jorge de Kiev, realizada el 26 de noviembre de 1051 por San Hilarión, Metropolitano de Kiev y Toda Rusia, entró para siempre en el tesoro litúrgico de la Iglesia como un día festivo especial de la Iglesia, el Día de San Jorge, el querido pueblo ruso "Autumn George".
El fundador de Moscú, Yuri Dolgoruky (+1157), el fundador de muchas iglesias de San Jorge, y el constructor de la ciudad de Yuriev-Polsky, llevaron el nombre de San Jorge. En 1238, la lucha heroica del pueblo ruso contra las hordas mongoles fue liderada por el Gran Duque Vladimir Yuri (Georgy) Vsevolodovich (+ 1238; conmemorado el 4 de febrero), quien apoyó la cabeza en la batalla de la Ciudad. El recuerdo de él, como de Egory the Brave, un defensor de su tierra natal, se reflejó en los poemas y epopeyas espirituales rusos. El primer Gran Duque de Moscú, en una época en que Moscú se convirtió en el centro de la reunión de la tierra rusa, fue Yuri Danilovich († 1325), hijo de San Daniel de Moscú, nieto de San Alexander Nevsky. Desde entonces, San Jorge el Victorioso, el jinete que golpeó a la serpiente, se convirtió en el emblema de Moscú y el emblema del estado ruso.
La santa zarina Alexandra, de cuya supuesta muerte fue registrada en el martirio de San Jorge, recopilada inmediatamente después de su muerte, fue honrada, sin embargo, una corona de mártir unos años más tarde, en 314.
A lo largo de los años ha pasado mucho. El emperador Diocleciano renunció al trono en 305 y el poder fue transferido a su co-gobernante Maximiano Galerio (305-311), un fanático del paganismo, un guerrero áspero y cruel. Su esposa era la hija de la santa reina Alexandra, la santa mártir Valeria, con quien Diocleciano se casó contra ella durante los años de su reinado. San Alejandro crió a una hija en piedad cristiana. Cuando Galerio murió, el emperador Maximino comenzó a pedirle las manos. Al ser rechazado, él exilió a Santa Valeria a Siria, donde ella vivía con su madre. Después de la muerte de Maximin en 313, la madre y la hija llegaron a Nicomedia, esperando la misericordia del emperador Licinio (313-324). Junto con el santo igual a los apóstoles, el rey Constantino, firmó el Edicto de Milán, que otorgaba a los cristianos la libertad de religión, pero que en secreto seguía siendo un enemigo del cristianismo. Licinio ordenó la ejecución de la santa reina Alejandro y su hija Valeria. Fueron decapitados y sus cuerpos arrojados al mar.

domingo, 5 de mayo de 2019

pobrecitas madres cuanto sufrieron


URNAS Y MORTAJAS

Urnas ranuras
Crujas, brujas, crijas y verijas
Coños grandes
Coños chicos
Conchas pudibundas
Hediondos quesos entre las piernas
Vainas infernales
Soy el amo de la baila
Votad malditos
Yo controlo
Soy el amo de la baila
Rifo papeletas
Reparto escarapelas y cucardas
Urnas
Y mortajas
No son el cepillo
De las ánimas
Satanás mete el dedazo
Y pucherazo...
Pedos diabólicos
Berrean las putas
En la casa llana
Y carcajadas
Do vas mi alma
Esto es un mete y saca
Jugamos a pares y nones
En democracia
Acojonamiento de España
Llegó el sembrador del odio
Esparció la cizaña
Urnas y mortajas
Qué trae ese fulano
En la caja
Dentro llega Perico Sancha
Con sus madamas
Un harén
De palilleras mediáticas
Sacerdotisas del gusto
Deditos expertos
Del metisaca
Ríen y mienten los judíos
Pedro
Y su máscara
Vivir en democracia
Os vais a enterar cabrones
Torreón de Velilla
Tocan a muerte
En noche de ánimas
Oigo el silbido
Del carabo
Lúgubre búho
Entonando réquiem en la espesura
El mundo se prepara
Para las exequias
De la Animalia
Triste anochecer
De vampiros
Mal rayo les parta
Urnas y mortajas
Siempre estamos de luto
En España
Urnas pintadas de verde
Vergas enhiestas
Para hacerles a los pueblos
Una mamada
Después del semen
Correrá la sangre

jueves, 2 de mayo de 2019

HANDS OFF VENEZUELA" RUSIA ADVIERTE A TRUMP

Russian and US Positions on Venezuelan Crisis are Incompatible - Lavrov

© REUTERS / Carlos Garcia Rawlins
ASIA & PACIFIC
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On Wednesday, the Russian foreign minister spoke to US Secretary of State Mike Pompeo, telling the top US diplomat that Washington's interference in Venezuela's affairs was a destructive approach fraught with "the most serious consequences."
Russian Foreign Minister Sergei Lavrov urged the United States to refrain from returning to the imperious 'Monroe Doctrine' in its relations with Venezuela, and indicated that while the Russian and US positions on the crisis in the Latin American country remain incompatible, dialogue must continue.
"We agreed to maintain contacts, including on Venezuela, but I don't see a way to reconcile our positions — ours, on the one hand, which is based on the UN Charter and the principles and norms of international law, and that of the United States, on the other, in which Washington assigns the acting president of another country," Lavrov said, speaking to reporters in Tashkent, Uzbekistan on Thursday.
"Our positions are incompatible, but we are ready to talk," Lavrov stressed.
According to the foreign minister, during their conversation Wednesday, he told Pompeo that the return of the Monroe Doctrine approach to US foreign policy was a sign of disrespect to the people of Venezuela and Latin America as a whole.
Commenting on the possibility of a US military intervention of Venezuela, Lavrov said that Russia plans to create a bloc of countries to counter such plans. This group is already being formed at the UN, he indicated. "I hope that it will receive serious support from the organisation, because we're talking about a very simple issue — one that's hard to distort: the defence of  the fundamental norms and principles of international law as they are defined in the UN Charter."
Maduro Never Had Plans to 'Flee' Venezuela
Lavrov noted that earlier claims by Secretary of State Pompeo about Maduro's supposed plans to escape the country and Russia's efforts to dissuade him from doing so were simply not true. "If one were to review everything that officials in the US administration say about Venezuela, an endless series of questions would arise. And all of these questions, as a rule, have one and the same answer. Putting it diplomatically: this is not true," Lavrov said.
Asked why Secretary of State Pompeo may have called him in the first place, Lavrov said that as he understood it, "he called so that he could later say publicly that he called me and urged Russia not to interfere. Well, he did so." At the same time, Lavrov indicated that Russia does not interfere in Venezuela's internal affairs, calling Pompeo's allegations to that effect "rather surreal."
"I told him that based on our principled position, we never interfere in the affairs of others, and urge others to do the same," Lavrov said.
Lavrov and Pompeo spoke by telephone by Wednesday, a day after Venezuelan opposition leader Juan Guaido announced the beginning of the "final phase" in the opposition's bid to seize power in the Latin American country. Before the talks, Pompeo told US media that the US could still US military force against the country "if that's what's required."
Guaido proclaimed himself Venezuela's interim president on January 23, two weeks after Maduro's inauguration for a second terms following elections in May 2018. The opposition leader was immediately recognised by the US and its Latin American and European allies, as well as Canada, while Russia, China, Cuba, Nicaragua, Bolivia and other countries around the world voiced their support for the elected government, or urged non-interference in Venezuela's internal affairs.

EL PROGRESO DEL PEREGRINO HAY QUE PASAR MUCVHOS TRANCOS ANTES DE ALCANZAR LA PERFECCIÓN. LA VIDA ES UN ABANICO DE OPCIONES EL BIEN Y EL MAL ESTÁN A MANO











BUNYAN EL PROGRESO DEL PEREGRINO. RECUERDOS DE NUEVA YORK

Los tres años que viví en los EE.UU determinaron el curso de mi carrera profesional, mi forma de pensar. Con las hamburguesa y la leche de las vacas de Pennsylvania (bebí litros y litros de aquellas ubres norteamericanas tan ricas) engordé veinte kilos. Todas las mañanas me desayunaba con la lectura del New York Times que me inculcó ideas sobre el verdadero periodismo mi deontología profesional está basado en el First Amendement caiga con caiga soy libre y el Cuarto Poder es un reino independiente campo privado donde noi pueden entrar los jueces ni los políticos, poder independiente, la fuerza de la palabra. Leí varias veces lka Biblia, comía en restaurante Kosher de la Tercera Avenida, me hice amigo de judíos, hablábamos sobre España, Isabela, el general Franco que salvó de los hornos nazis a no pocos judíos, pero mi versión enteramente libre tampoco se amoldaba a los planteamientos del Shoah como una nueva religión y liturgia del mundo. Los fines de semana viajaba a Massachusetts y en Nueva Inglaterra me encontré con el espíritu de los Padres Peregrinos. El libro de cabecera de aquellos mísitcos proptestantesd era el“Pilgrim Progress” de John Bunyam (1628-1688). Se trata de la obra más leida en Norteamerica después de la Biblñia. En sus paginas aprendía una frase que se me quedó grabada de por vida:
Live thriftly and think highly (vive austeramente y revierte tu mente a los altos pensamientos)
Es la máxima donde se condensa la metafísica puritana que hizo grande a los Estados Unidos. Yo siempre he sentido una admiración por el gran pueblo norteamericano en su patriotismo pragmático en su anhelo de progreso sin prejuicios pero nunca me fie mucho de su gobierno. Aspiran a un imperio y todos los imperios son totalitarios. Había una ciudad que me sedujo Salem donde quemaban a las brujas y donde Hawthorne escribió laLetra Escarlata una diatriba contra el feminismo y el adulterio. Esa filosofía se estrellaba contra mi mentalidad católica. En su suma Santo Tomás nos aconsejaba “aborrece el pecado y compadece al pecador” pero eso no lo entendían los puritanos que quemaban brujas en Salem. El libro de Bunyan me retrotraía al ambiente psicológico de la Reforma. En España hasta las verduleras discutían de teología y en Boston en las tabernas se hablaba de religión. En el siglo XX lo importante del ser humano era la política. El Progreso del Peregrino es un texto profético que ya nos adelantaba cual iba a ser la conclusión de aquel gran país que nacía entre las convulsiones de un nuevo concepto del cristianismo desde el expurgo de los aditamentos paganos del catolicismo. El siglo XXI vuelve a colocarse bajo las fronteras del fundamentalismo religioso entre el mesianismo judío, la violencia sarracena y la decadencia de los postulados del Nuevo Testamento.
Años después, cuando regresé a España entusiasmara del misticismo ruso me topé con otro libro “El peregrino Ruso” que es una contestación  ortodoxa a las ideas  reformistas de los Padres Peregrinos pero un reflejo de mentalidades parecidas. Su en la novela de Bunyan el protagonista lo deja todo ─ familia, trabajo, comunidad, capilla─ para escalar el monte Sión Monte de la Santidad que alcanza al cabo de no pocos desvíos, sinsabores, decepciones y extravío, en elk Peregrino Ruso es un “yurodivi” (vagabundo) que tiene problemas con la bebida  y  recorre la estepa pidiendo limosnas y viviendo de la caridad, al llegar a un pueblo dice paz a esta casa, si le aceptan es recibido y si lo rechazan la paz vuelve a él y se larga con la música a otra parte; cuando le dan ganas de echarse un traguillo abre unos evangelios que lleva consigo y se le pasa la tentación. Predica también desasimiento de las cosas del mundo al igual que los “dejados” conversos españoles del s. XVI, como preámbulo para lograr el paraíso espiritual y la amistad con el Señor. La novela del inglés por su parte narra las aventuras de un cristiano que quiere alcanzar la perfección pero que antes ha de pasar por trancos inesperados: el lodazal de la desesperación, el revolcadero del jabalí de la lujuria, la feria de las vanidades, EL Castillo de la duda habitado por el Duque del Temor casado con doña Desconfianza. Otros jalones de esta ruta donde encuentra posada es la Masía del Odio, la Posada de la Intemperancia y la pensión del Pensamiento mundano. Bunyan se había inspirado en la utopía de Tomás Moro vademécum de los que aspiran a una arcadia y a la prognosis de un mundo feliz que jamás se alcanza. Cuando murió en 1688 se habían venido cien mil ejemplares de su libro. Una copia del Pilgrim Progress no faltaba en ningún rancho ni en ninguna casa de postas junto con un ejemplar del antiguo Testamento en cualquier aldea de los Estados Unidos. Había sido traducido  a cien lenguas y dialectos. Fue un texto escrito en prisión. Su autor fue detenido por haber predicado el Evangelio sin licencia y estuvo a la sombra doce años. Redactado en un idioma sencillo y en un inglés sencillo, Bunyan no se calza el coturno y pronostica una era en literatura escrita para el hombre de la calle y nunca para el erudito. El tono didáctico y laq llaneza de sus postulados utópicos volverían a producirse con la novela de otros dos ingleses significativos; George Orwell en “Animal Farm” y “A brave new World “de Aldous Huxley.

John Bunyan había nacido en un pueblecito del condado de Bedford. Vivió una juventud disipada en el ejército  hasta que un día bañándose en las aguas del rio Ouse cerca de York vio una visión y se le apareció Cristo. Entró en la capilla anabaptista y allí el obispo metodista le hizo diacono, se dedicó a predicar el evangelio y al Jesucristo de la reforma, no era anglicano y por esta causa fue detenido y pasó largos años de su vida en presidio como va dicho. Cierto día de verano cuando viajaba a pie a Londres fue sorprendido por un chaparrón, se mojó y aquejado de pulmonía falleció a los sesenta años el 31 de agoisto de 1688. No fue profeta en su tierra Inglaterra pero lo sería en el Nuevo Mundo. América lo convertiría en una de las figuras señeras del puritanismo. Hay muchas moradas en casa del Padre y nadie ha escrito la última palabra sobre la grandeza de Cristo homb re y Cristo Dios como Taumaturgo Salvador y Espiritu