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miércoles, 28 de septiembre de 2016


CINCO SIGLOS DEL DIOSCÓRIDES

La farmacopea y la botánica tienen en el Segoviense a uno de sus epígonos. Esta obra de un sabio griego fue publicada por primera en parís en 1516. Dos años más tarde en 1518 y casi al mismo tiempo que la biblia políglota se imprime versión latina en Alcalá bajo la dirección de Nebrija que estaba encargado de la cátedra de botánica junto con la de retórica bajo el título de lexicón de medicamentos pero el primero que lleva a cabo una versión castellana del celebre tratado fue Andrés Laguna trasladándolo del griego y abordando materias ya contempladas por Galeno, Plinio, Lineo y Aristóteles. Y otras hierbas. Todas las hierbas. Salpicón de electuarios, fórmulas mágicas, venenos y contravenenos, polvos mágicos como el cuerno de rinoceronte que todavía buscan y cazan en partes del África para afianzar la genética. El axioma es que a todo mal físico sigue un remedio en el reino vegetal, mineral o animal. En el herbolario existe la propiedad de un antídoto. La ciencia estriba en conocer su cualidad operativa y aplicarla al enfermo.  

Se trata principio rudimentario de la medicina cuando todavía no era inventada la física ni la química y mucho menos los rayos X. Escrito en un castellano claro y elegante con mucha chispa y ese interés que atrapa, el cual recuerda por su elocuencia al Lazarillo al Viaje Turco o al Crotalón, nada farragoso y castizo que se lee con interés a cinco siglos de haber salido a la luz el Dioscorides, consta de un prologo o epístola nuncupatoria que maravilló a los toscos prácticos en medicina de aquel entonces y que aporta observaciones interesantes como por ejemplo cuando dice que el veneno de las víboras solo mata por inoculación pero es inocuo por vía oral… un gato que come almendras amargas revienta al poco, y lo mismo le ocurre a raposo… la cicuta mata al hombre pero hace revivir al estornino y otras muchas cosas peculiares que pueden resultar algo gracioso o sonar a superchería al hombre moderno pero  reveladoras de la gran pasión de este hombre por las plantas oficinales, sus experimentos, cocciones, alambiques y recetas.

El Dioscórides de Laguna se publicó en Amberes en la imprenta de Juan Latio en septiembre de 1555, utilizando como pauta de referencia los postulados complutenses de Antonio de Nebrija y otros galenos famosos de su tiempo en su mayor parte de origen hebreo. Papas reyes y emperadores cuando enferman piden ser atendidos por facultativos judíos. Laguna aunque de origen converso se sentía profundamente católico. Ende más, a causa de sus convicciones cristianas tuvo un enfrentamiento con su maestro, el portugués Amato, un físico que impartía lecciones de Anatomía en Salamanca. Maestre Amato desde le púlpito hizo una defensa apasionada de la Ley Vieja y decía que el Nuevo Testamento era una fábula. Llegando a calificar a Europa como “infierno en la tierra”.

 No puede decirse del Dioscorides en sus tratamientos, diagnósticos quirúrgicos bestiales (a su autor le disgustaba la cirugía y prefería ser tenido por médico de cabecera) —cuando los cirujanos cortaban piernas y brazos a lo vivo— posean más vigencia que la curiosidad y la rareza pero las apuntaciones tomadas del natural de su autor resultan interesantes. Y son base de aportación a la Medicina y la Farmacia.

¿Quién dijo que nunca hubo ciencia española?  El fuerte de Laguna es la farmacopea. Toda su vida se la pasó, estando ya en Paris ya en Londres en Metz o en Flandes o los alrededores de las ciudades por él visitadas cosechando plantas curativas. Conocía las propiedades de cada una. De chico iba a por moras a Tejadilla, lo cuenta en la Epístola Nuncupatoria, o en busca del espino blanco que se sigue majando en pequeñas dosis para aliviar a los pacientes de hipertensión o cortaba flores resineras por el Pinarillo donde estaba el osario o cementerio judío extramuros de Segovia o  recogiendo marjas por los zarzales del Valle de la Lastrillaque los muchachos cogen y las zamarriegas las ensartan y haciendo gavillas dellas las venden por las calles… la Rubia es muy conocida en aquellas partes (rubia victoria) principalmente en tierra Segovia, mi ciudad, donde hay tintoreros… Quiero pasar por alto, para salir adelante en mi empresa, cuantos y cuán altos montes subí, cuantas cuestas bajé, arriscándome por barrancos y peligrosos despeñaderos, gastándome en el empeño buena parte de mi caudal”.

Su obra la empezó en Roma en 1554 y la completó en Amberes al año siguiente dedicándosela al príncipe de Asturias, Felipe, fecha de su publicación, nos dice su biógrafo Teofilo Hernando

Los flagelos de aquella sociedad al final de la edad media y a las puertas del renacimiento eran el hambre, la guerra y la peste bubónica que empezaba por una hinchazón en la ingle, fiebres altas y al hoyo a los pocos días.

Luego vendría la sífilis que Laguna no considera mal francés sino una importación ultramarina. “La portaban unas mujeres de acarreo, indias, que trajo en su barco Colón”. Prescribe como tratamiento antiluético el palo santo, la quinina y el mercurio y los baños de vapor. Al hospital de Antón Martín regentado por los frailes de san Juan de Dios lo llamaban el hospital de la sabana blanca. Se arrollaba el cuerpo de los pacientes en un lienzo recalentado con vapor y se les hacía sudar. Las lues no remitían con facilidad porque “¡la buba es muy tenaz y refractaria!" Así lo expresa en un verso Cristóbal de Castillejo ex cisterciense y soldado del emperador al que le pegó las purgaciones su novia vienesa:

“Mira que estoy encerrado

En una estufa metido

De amores arrepentido

De los tuyos confiado”

El autor de la Lozana Andaluza Francisco Delicado Baeza, un clérigo andaluz de la Peña de Martos murió por lo visto de dicha aflicción. En el Viaje a Turquía abundando en esta materia Urdemalas certifica que al visitar la ciudad de los papas  encontró curas, obispos, cardenales y hetairas, tantas como beneficiados y clérigos, pues debían de ejercer a las puertas del Vaticano el oficio más antiguo del mundo cerca de trece mil rameras, venidas desde todos los rincones del universo al husmo del dinero y del poder.

Como afrodisíacos Laguna recomienda el bedelio, la hierbabuena, los mejillones, los huevos, la hiel de diversos animales, del gallo, en todo caso; el cuerno de rinoceronte que despierta la virtud genital y es bueno para los holgazanes. La eselaria o diente de león con sus propiedades oclusivas serviría para componer virginidades perdidas (esta oración la tachó la censura) en tiempo de Laguna la ciencia y la religión no podían evadirse del fantasma de la fantasía y de la superstición. Muchos autores del siglo de Oro se burlan de los galenos “compadres de la sepultura abierta” les refiere Quevedo y Góngora: “buena orina buen color y cuatro higas al doctor”. La ruda es compañera de viaje de hechiceras y alcahuetas. Pero Laguna que también fue sacerdote y filosofo de lo que se ufana es de haber llegado en la vida a ser un buen médico de orina y pulso.

Su libro causó impacto y se registran muchas ediciones en toda Europa; era el libro de cabecera de los galenos y los boticarios.

Felipe II debió de ser un gran lector del Dioscorides porque fue un rey ecológico que lleno España de parques naturales (Escorial Valsaín Aranjuez, el Pardo) también conocía las hierbas oficinales el ínclito Rey Prudente.

domingo, 11 de septiembre de 2016

que les den agua de carabaña


BLOQUEO POLÍTICO

BLOQUEO POLÍTICO

Los señores diputados no se ponen de acuerdo. Los leones de las Cortes lloran de aburrimiento. Seguimos sin gobierno, emplazados a nuevos comicios. Mucho quieren su mamandurria los padres de la patria, mucho más que al bien común. Ellas exhiben sus modelitos sus sonrisas a toda plana de papel cuché, jaleadas por un coro griego de tertulios que aburren al personal hacen un periodismo de poltrona de opinión.  Es el juego de la gallinita ciega a que no me coges y de la aguja de marear. Yo opino tú opinas él opina nosotros opinamos... Y el   que se quede paga la bola... el último maricón. Revierten al concepto de la cólera del español sentado. Se les va a poner el culo como una mesa de billar, jamás pisan la calle y son como diría un británico opinionates tozudos encastillados en sus covachuelas que viven de dar a la húmeda sin pisar la calle todos con coche oficial. Rajoy hace el paseíllo y nos atora de discursos decimonónicos mientras aplaude uno que yo conozco, siempre al sol que más calienta. Al Coletas no hay por donde cogerlo; es el que más cobra el tío y tiene una pelea con su edecán el larguirucho y gafotas Errejón. La tele no se cansa de pasar la cinta de la lista Schindler, todos nos hemos vuelto tarumba y uno va y dice que somos unos paranoicos. Esto no es todavía el enfrentamiento entre sociatas y comunistas previa la caída de Madrid pero todo se andará. Son comunistas de salón esto es pijoflautas, honorables del gran capitalismo que subsidia la rebelión en las aulas jóvenes y jovenas incomunicados dándole al dedito y con poco futuro mientras asaltan los negros la valla de Melilla invasión que no cesa. Si te pisan un callo no rechistes, eres un nazi. En esas estamos. Ellos quieren pisar moqueta, ellas exhiben sus modelitos caros.

Doña Cifuentes, madrina del aborto e hija de un coronel de Segovia, es un torrente de sonrisas, pero a mi me parece algo repelente niña Vicente. Mientras la Carmena sigue con su diarrea mental y si el publico viera sus bragas... ay dios, llenas de cazcarrias y palominos, seguramente pensaría que algo huele a podrido en Dinamarca. Esto no furrula y a nuestra clase política le pasa lo que a la mula de Wamba que no come ni bebe ni jode ni caga pero todavía anda. Señores, la mejor receta sería agua de Carabaña y que tomen sus señorías los aceros  para corregir las cañerías  obturadas. Se ha vuelto paranoico medio país. Ello explica nuestra tristeza y desaliento. Que les den... agua de carabaña. Caga el rey caga el papa que aquí del cagar nadie se escapa pero nos estamos volviendo un país de estreñidos y cagapoquitos. Nos dicen mucho te quiero perrito pero de pan poquito. Ahí está la maula

 

jueves, 8 de septiembre de 2016

NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA

In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.
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S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat juventútem meam.
S. Júdica me, Deus, et discérne causam meam de gente non sancta: ab hómine iníquo et dolóso érue me.
M. Quia tu es, Deus, fortitudo mea: quare me reppulísti, et quare tristis incédo, dum afflígit me inimícus?
S. Emítte lucem tuam et veritátem tuam: ipsa me deduxérunt, et adduxérunt in montem sanctum tuum et in tabernácula tua.
M. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum, qui lætíficat juventútem meam.
S. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Deus meus: quare tristis es, ánima mea, et quare contúrbas me?
M. Spera in Deo, quóniam adhuc confitébor illi: salutáre vultus mei, et Deus meus.
S. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
M. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper: et in saecula sæculórum. Amen.
S. Introíbo ad altáre Dei.
M. Ad Deum, qui lætíficat juventútem meam.
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V. Adjutórium nostrum in nómine Dómini.
R. Qui fecit coelum et terram.
Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Joánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et opere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Joánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, orare pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
M. Misereátur tui omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis tuis, perdúcat te ad vitam ætérnam.
S. Amen,
M. Confíteor Deo omnipoténti, beátæ Maríæ semper Vírgini, beáto Michaéli Archángelo, beáto Joánni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et tibi, pater: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et opere: mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Ideo precor beátam Maríam semper Vírginem, beátum Michaélem Archángelum, beátum Joánnem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et te, pater, orare pro me ad Dóminum, Deum nostrum.
S. Misereátur nostri omnípotens Deus, et, dimíssis peccátis nostris , perdúcat nos ad vitam ætérnam.
R. Amen.
S. Indulgéntiam, absolutionem et remissiónem peccatórum nostrórum tríbuat nobis omnípotens et miséricors Dóminus.
R. Amen.
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V. Deus, tu convérsus vivificábis nos.
R. Et plebs tua lætábitur in te.
V. Osténde nobis, Dómine, misericórdiam tuam.
R. Et salutáre tuum da nobis.
V. Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus,
Aufer a nobis, quaesumus, Dómine, iniquitátes nostras: ut ad Sancta sanctórum puris mereámur méntibus introíre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Orámus te, Dómine, per mérita Sanctórum tuórum, quorum relíquiæ hic sunt, et ómnium Sanctórum: ut indulgére dignéris ómnia peccáta mea. Amen.
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Introitus
Sedulius.
Salve, sancta Parens, eníxa puérpera Regem: qui coelum terrámque regit in saecula sæculórum.
Ps 44:2
Eructávit cor meum verbum bonum: dico ego ópera mea Regi.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in saecula saeculórum. Amen
Salve, sancta Parens, eníxa puérpera Regem: qui coelum terrámque regit in saecula sæculórum.
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Kyrie
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Christe, eléison.
M. Christe, eléison.
S. Kýrie, eléison.
M. Kýrie, eléison.
S. Kýrie, eléison.
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Gloria
Gloria in excelsis Deo Et in terra pax homínibus bonæ voluntátis. Laudámus te. Benedícimus te. Adorámus te. Glorificámus te. Grátias ágimus tibi propter magnam glóriam tuam. Dómine Deus, Rex coeléstis, Deus Pater omnípotens. Dómine Fili unigénite, Jesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta mundi, miserére nobis. Qui tollis peccáta mundi, súscipe deprecatiónem nostram. Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis. Quóniam tu solus Sanctus. Tu solus Dóminus. Tu solus Altíssimus, Jesu Christe. Cum Sancto Spíritu in glória Dei Patris. Amen.
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Oratio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Orémus.
Fámulis tuis, quaesumus, Dómine, coeléstis grátiæ munus impertíre: ut, quibus beátæ Vírginis partus éxstitit salútis exórdium; Nativitátis ejus votíva sollémnitas pacis tríbuat increméntum.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.

Orémus.
Pro S. Adriani, Mart
Præsta, quaesumus, omnípotens Deus: ut, qui beáti Hadriáni Mártyris tui natalítia cólimus, intercessióne ejus, in tui nóminis amóre roborémur.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
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Graduale
Benedícta et venerábilis es, Virgo Maria: quæ sine tactu pudóris invénta es Mater Salvatóris.
V. Virgo, Dei Génetrix, quem totus non capit orbis, in tua se clausit víscera factus homo. Allelúja, allelúja.
V. Felix es, sacra Virgo María, et omni laude digníssima: quia ex te ortus est sol justítiæ, Christus, Deus noster. Allelúja.
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Evangelium
Munda cor meum, ac labia mea, omnípotens Deus, qui labia Isaíæ Prophétæ cálculo mundásti igníto: ita me tua grata miseratióne dignáre mundáre, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Jube, Dómine, benedícere. Dóminus sit in corde meo et in lábiis meis: ut digne et competénter annúntiem Evangélium suum. Amen.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Initium sancti Evangélii secúndum Matthaeum.
R. Gloria tibi, Domine!
Matt 1:1-16
Liber generatiónis Jesu Christi, fílii David, fílii Abraham. Abraham génuit Isaac. Isaac autem génuit Jacob. Jacob autem génuit Judam et fratres ejus. Judas autem génuit Phares et Zaram de Thamar. Phares autem génuit Esron. Esron autem génuit Aram. Aram autem génuit Amínadab. Amínadab autem génuit Naásson. Naásson autem génuit Salmon. Salmon autem génuit Booz de Rahab. Booz autem génuit Obed ex Ruth. Obed autem génuit Jesse. Jesse autem génuit David regem. David autem rex génuit Salomónem ex ea, quæ fuit Uriæ. Sálomon autem génuit Róboam. Róboam autem génuit Abíam. Abías autem génuit Asa. Asa autem génuit Josaphat. Jósaphat autem génuit Joram. Joram autem génuit Ozíam. Ozías autem génuit Jóatham. Jóatham autem génuit Achaz. Achaz autem génuit Ezechíam. Ezechías autem génuit Manássen. Manásses autem génuit Amon. Amon autem génuit Josíam. Josías autem génuit Jechoníam et fratres ejus in transmigratióne Babylónis. Et post transmigratiónem Babylónis: Jechonías génuit Saláthiel. Saláthiel autem génuit Zoróbabel. Zoróbabel autem génuit Abiud. Abiud autem génuit Elíacim. Elíacim autem génuit Azor. Azor autem génuit Sadoc. Sadoc autem génuit Achim. Achim autem génuit Eliud. Eliud autem génuit Eleázar. Eleázar autem génuit Mathan. Mathan autem génuit Jacob. Jacob autem génuit Joseph, virum Maríæ, de qua natus est Jesus, qui vocátur Christus.
R. Laus tibi, Christe!
S. Per Evangelica dicta, deleantur nostra delicta.
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Credo
Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem coeli et terræ, visibílium ómnium et in visibílium. Et in unum Dóminum Jesum Christum, Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre natum ante ómnia saecula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero. Génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de coelis. Et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine: Et homo factus est. Crucifíxus étiam pro nobis: sub Póntio Piláto passus, et sepúltus est. Et resurréxit tértia die, secúndum Scriptúras. Et ascéndit in coelum: sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum glória judicáre vivos et mórtuos: cujus regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filióque procédit. Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas. Et unam sanctam cathólicam et apostolicam Ecclésiam. Confíteor unum baptísma in remissiónem peccatórum. Et exspécto resurrectiónem mortuórum. Et vitam ventúri saeculi. Amen.
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Offertorium
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus
Beáta es, Virgo María, quæ ómnium portásti Creatórem: genuísti qui te fecit, et in ætérnum pérmanes Virgo.
Suscipe, sancte Pater, omnipotens ætérne Deus, hanc immaculátam hóstiam, quam ego indígnus fámulus tuus óffero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabílibus peccátis, et offensiónibus, et neglegéntiis meis, et pro ómnibus circumstántibus, sed et pro ómnibus fidélibus christiánis vivis atque defúnctis: ut mihi, et illis profíciat ad salútem in vitam ætérnam. Amen.
Deus, qui humánæ substántiæ dignitátem mirabíliter condidísti, et mirabílius reformásti: da nobis per hujus aquæ et vini mystérium, ejus divinitátis esse consórtes, qui humanitátis nostræ fíeri dignátus est párticeps, Jesus Christus, Fílius tuus, Dóminus noster: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia saecula sæculórum. Amen.
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Offérimus tibi, Dómine, cálicem salutáris, tuam deprecántes cleméntiam: ut in conspéctu divínæ majestátis tuæ, pro nostra et totíus mundi salute, cum odóre suavitátis ascéndat. Amen.
In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine: et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.
Veni, sanctificátor omnípotens ætérne Deus: et bene dic hoc sacrifícium, tuo sancto nómini præparátum.
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Lavábo inter innocéntes manus meas: et circúmdabo altáre tuum. Dómine: Ut áudiam vocem laudis, et enárrem univérsa mirabília tua. Dómine, diléxi decórem domus tuæ et locum habitatiónis glóriæ tuæ. Ne perdas cum ímpiis, Deus, ánimam meam, et cum viris sánguinum vitam meam: In quorum mánibus iniquitátes sunt: déxtera eórum repléta est munéribus. Ego autem in innocéntia mea ingréssus sum: rédime me et miserére mei. Pes meus stetit in dirécto: in ecclésiis benedícam te, Dómine.
V. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
R. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in saecula saeculórum. Amen
Súscipe, sancta Trinitas, hanc oblatiónem, quam tibi offérimus ob memóriam passiónis, resurrectiónis, et ascensiónis Jesu Christi, Dómini nostri: et in honórem beátæ Maríæ semper Vírginis, et beáti Joannis Baptistæ, et sanctórum Apostolórum Petri et Pauli, et istórum et ómnium Sanctórum: ut illis profíciat ad honórem, nobis autem ad salútem: et illi pro nobis intercédere dignéntur in coelis, quorum memóriam ágimus in terris. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
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S. Oráte, fratres: ut meum ac vestrum sacrifícium acceptábile fiat apud Deum Patrem omnipoténtem.
M. Suscípiat Dóminus sacrifícium de mánibus tuis ad laudem et glóriam nominis sui, ad utilitátem quoque nostram, totiúsque Ecclésiæ suæ sanctæ.
S. Amen.

Secreta
Unigéniti tui, Dómine, nobis succúrrat humánitas: ut, qui natus de Vírgine, matris integritátem non mínuit, sed sacrávit; in Nativitátis ejus sollémniis, nostris nos piáculis éxuens, oblatiónem nostram tibi fáciat accéptam Jesus Christus, Dóminus noster:
Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Pro S. Hadriano
Munéribus nostris, quaesumus, Dómine, precibúsque susceptis: et coeléstibus nos munda mystériis, et cleménter exáudi.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
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Praefatio
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino, Deo nostro.
R. Dignum et justum est.

de Beata Maria Virgine
Vere dignum et justum est, æquum et salutáre, nos tibi semper et ubique grátias ágere: Dómine sancte, Pater omnípotens, ætérne Deus: Et te in Festivitate beátæ Maríæ semper Vírginis collaudáre, benedícere et prædicáre. Quæ et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et, virginitátis glória permanénte, lumen ætérnum mundo effúdit, Jesum Christum, Dóminum nostrum. Per quem majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Coeli coelorúmque Virtútes ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admitti jubeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus, Deus Sábaoth. Pleni sunt coeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus, qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.
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Canon
Te igitur, clementíssime Pater, per Jesum Christum, Fílium tuum, Dóminum nostrum, súpplices rogámus, ac pétimus, uti accepta habeas et benedícas, hæc dona, hæc múnera, hæc sancta sacrifícia illibáta, in primis, quæ tibi offérimus pro Ecclésia tua sancta cathólica: quam pacificáre, custodíre, adunáre et régere dignéris toto orbe terrárum: una cum fámulo tuo Papa nostro Francisco et Antístite nostro et ómnibus orthodóxis, atque cathólicæ et apostólicae fídei cultóribus.
Meménto, Dómine, famulórum famularúmque tuarum N. et N. et ómnium circumstántium, quorum tibi fides cógnita est et nota devótio, pro quibus tibi offérimus: vel qui tibi ófferunt hoc sacrifícium laudis, pro se suísque ómnibus: pro redemptióne animárum suárum, pro spe salútis et incolumitátis suæ: tibíque reddunt vota sua ætérno Deo, vivo et vero.
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Communicántes, et memóriam venerántes, in primis gloriósæ semper Vírginis Maríæ, Genetrícis Dei et Dómini nostri Jesu Christi: sed
et beatórum Apostolórum ac Mártyrum tuórum, Petri et Pauli, Andréæ, Jacóbi, Joánnis, Thomæ, Jacóbi, Philíppi, Bartholomaei, Matthaei, Simónis et Thaddaei: Lini, Cleti, Cleméntis, Xysti, Cornélii, Cypriáni, Lauréntii, Chrysógoni, Joánnis et Pauli, Cosmæ et Damiáni: et ómnium Sanctórum tuórum; quorum méritis precibúsque concédas, ut in ómnibus protectiónis tuæ muniámur auxílio. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
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Hanc igitur oblatiónem servitutis nostræ, sed et cunctae famíliæ tuæ,
quaesumus, Dómine, ut placátus accípias: diésque nostros in tua pace dispónas, atque ab ætérna damnatióne nos éripi, et in electórum tuórum júbeas grege numerári. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Quam oblatiónem tu, Deus, in ómnibus, quaesumus, bene díctam, adscríp tam, ra tam, rationábilem, acceptabilémque fácere dignéris: ut nobis Cor pus, et San guis fiat dilectíssimi Fílii tui, Dómini nostri Jesu Christi.
Qui prídie quam paterétur, accépit panem in sanctas ac venerábiles manus suas, elevátis óculis in coelum ad te Deum, Patrem suum omnipoténtem, tibi grátias agens, bene dixit, fregit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et manducáte ex hoc omnes.
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HOC EST ENIM CORPUS MEUM.

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Símili modo postquam coenátum est, accípiens et hunc præclárum Cálicem in sanctas ac venerábiles manus suas: item tibi grátias agens, bene dixit, dedítque discípulis suis, dicens: Accípite, et bíbite ex eo omnes.
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HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET AETERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.


Hæc quotiescúmque fecéritis, in mei memóriam faciétis.
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Unde et mémores, Dómine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, ejusdem Christi Fílii tui, Dómini nostri, tam beátæ passiónis, nec non et ab ínferis resurrectiónis, sed et in coelos gloriósæ ascensiónis: offérimus præcláræ majestáti tuæ de tuis donis ac datis, hóstiam puram, hóstiam sanctam, hóstiam immaculátam, Panem sanctum vitæ ætérnæ, et Calicem salútis perpétuæ.
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Supra quæ propítio ac seréno vultu respícere dignéris: et accépta habére, sicúti accépta habére dignátus es múnera púeri tui justi Abel, et sacrifícium Patriárchæ nostri Abrahæ: et quod tibi óbtulit summus sacérdos tuus Melchísedech, sanctum sacrifícium, immaculátam hóstiam.
Súpplices te rogámus, omnípotens Deus: jube hæc perférri per manus sancti Angeli tui in sublíme altáre tuum, in conspéctu divínæ majestátis tuæ: ut, quotquot ex hac altáris participatióne sacrosánctum Fílii tui Cor pus, et Sán guinem sumpsérimus, omni benedictióne coelésti et grátia repleámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Meménto étiam, Dómine, famulórum famularúmque tuárum N. et N., qui nos præcessérunt cum signo fídei, et dórmiunt in somno pacis. Ipsis, Dómine, et ómnibus in Christo quiescéntibus locum refrigérii, lucis pacis ut indúlgeas, deprecámur. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum. Amen.
Nobis quoque peccatóribus fámulis tuis, de multitúdine miseratiónum tuárum sperántibus, partem áliquam et societátem donáre dignéris, cum tuis sanctis Apóstolis et Martýribus: cum Joánne, Stéphano, Matthía, Bárnaba, Ignátio, Alexándro, Marcellíno, Petro, Felicitáte, Perpétua, Agatha, Lúcia, Agnéte, Cæcília, Anastásia, et ómnibus Sanctis tuis: intra quorum nos consórtium, non æstimátor mériti, sed véniæ, quaesumus, largítor admítte. Per Christum, Dóminum nostrum.
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Per quem hæc ómnia, Dómine, semper bona creas, sancti ficas, viví ficas, bene dícis et præstas nobis.
Per ip sum, et cum ip so, et in ip so, est tibi Deo Patri omnipotenti, in unitáte Spíritus Sancti,
omnis honor, et glória.
Per omnia saecula saecolorum.
R. Amen.
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Preparatio Communionis

Orémus: Præcéptis salutáribus móniti, et divína institutione formati audemus dicere:

Pater noster, qui es in caelis, Sanctificetur nomen tuum. Adveniat regnum tuum. Fiat voluntas tua, sicut in coelo et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie. Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem:
R. Sed libera nos a malo.
S. Amen.
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Líbera nos, quaesumus, Dómine, ab ómnibus malis, prætéritis, præséntibus et futúris: et intercedénte beáta et gloriósa semper Vírgine Dei Genetríce María, cum beátis Apóstolis tuis Petro et Paulo, atque Andréa, et ómnibus Sanctis, da propítius pacem in diébus nostris: ut, ope misericórdiæ tuæ adjúti, et a peccáto simus semper líberi et ab omni perturbatióne secúri.
Per eúndem Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum.
Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus.
V. Per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
Pax Domini sit semper vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Haec commíxtio, et consecrátio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Jesu Christi, fiat accipiéntibus nobis in vitam ætérnam. Amen.
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Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: miserére nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi: dona nobis pacem.
Dómine Jesu Christe, qui dixísti Apóstolis tuis: Pacem relínquo vobis, pacem meam do vobis: ne respícias peccáta mea, sed fidem Ecclésiæ tuæ; eámque secúndum voluntátem tuam pacificáre et coadunáre dignéris: Qui vivis et regnas Deus per ómnia saecula sæculórum. Amen.
Dómine Jesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis, et univérsis malis: et fac me tuis semper inhærére mandátis, et a te numquam separári permíttas: Qui cum eódem Deo Patre et Spíritu Sancto vivis et regnas Deus in saecula sæculórum. Amen.
Percéptio Córporis tui, Dómine Jesu Christe, quod ego indígnus súmere præsúmo, non mihi provéniat in judícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia saecula sæculórum. Amen.
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Panem coeléstem accipiam, et nomen Dómini invocábo.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
V. Dómine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanábitur ánima mea.
Corpus Dómini nostri Jesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
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Quid retríbuam Dómino pro ómnibus, quæ retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo. Laudans invocábo Dóminum, et ab inimícis meis salvus ero.
Sanguis Dómini nostri Jesu Christi custódiat ánimam meam in vitam ætérnam. Amen.
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Communio


Anima Christi, sanctifica me. Corpus Christi, salva me. Sanguis Christi, inebria me. Aqua lateris Christi, lava me. Passio Christi, conforta me. O bone Jesu, exaudi me. Intra tua vulnera absconde me. Ne permittas me separari a te. Ab hoste maligno defende me. In hora mortis meae voca me. Et iube me venire ad te, Ut cum Sanctis tuis laudem te. In saecula saeculorum. Amen.
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Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus: et de munere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum.
Corpus tuum, Dómine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potávi, adhaereat viscéribus meis: et præsta; ut in me non remáneat scélerum mácula, quem pura et sancta refecérunt sacraménta: Qui vivis et regnas in saecula sæculórum. Amen.
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Communio
Beáta víscera Maríæ Vírginis, quæ portavérunt ætérni Patris Fílium.
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Postcommunio
S. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus.
Súmpsimus, Dómine, celebritátis ánnuæ votíva sacraménta: præsta, quaesumus; ut et temporális vitæ nobis remédia praebeant et ætérnæ.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.

Orémus.
Pro S. Hadriano
Da, quaesumus, Dómine, Deus noster: ut, sicut tuórum commemoratióne Sanctórum temporáli gratulámur offício; ita perpétuo lætémur aspéctu.
Per Dominum nostrum Jesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia saecula saeculorum.
R. Amen.
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Conclusio
S. Dóminus vobíscum.
M. Et cum spíritu tuo,
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V. Ite, Missa est.
R. Deo gratias.
Pláceat tibi, sancta Trínitas, obséquium servitútis meæ: et præsta; ut sacrifícium, quod óculis tuæ majestátis indígnus óbtuli, tibi sit acceptábile, mihíque et ómnibus, pro quibus illud óbtuli, sit, te miseránte, propitiábile. Per Christum, Dóminum nostrum. Amen.
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Benedícat vos omnípotens Deus,
Pater, et Fílius, et Spíritus Sanctus.
R. Amen.
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V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Initium sancti Evangélii secúndum Joánnem.
R. Gloria tibi, Domine!
Joann. 1, 1-14.
Junctis manibus prosequitur:
In princípio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Joánnes. Hic venit in testimónium, ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut testimónium perhibéret de lúmine.
Erat lux vera, quæ illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt eum, dedit eis potestátem fílios Dei fíeri, his, qui credunt in nómine ejus: qui non ex sanguínibus, neque ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo nati sunt. Genuflectit dicens: Et Verbum caro factum est, Et surgens prosequitur: et habitávit in nobis: et vídimus glóriam ejus, glóriam quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritatis.
R. Deo gratias.
Post Missam

martes, 6 de septiembre de 2016


SASTRES VIENEN AL INFIERNO VAMOS. SER GORDO ES HOY UN PECADO MORTAL

 

 

“Sastres vienen al infierno vamos”. Quevedo que era tan renco como lenguaraz y es un gozo leerlo reservado a los estoicos como el que suscribe para entender la desesperación del mundo aguza sus dardos hacia el honorable gremio de los alfayates, a los que odiaba tanto como a los taberneros pero un poco menos que don Luis de Góngora y Agorte, aguza su sátira contra los golilleros del jaboncillo las tijeras y el acerico prendido en la manga.

Será lo que tase un sastre. Pues eso. No hay ningún hombre grande para su ayuda de cámara.

 

Nos tienen tomadas las medidas y saben mucho de las imperfecciones de nuestra percha y yo tengo una, que es la desesperación de los del gremio del arte del corte y confección, pero mi amigo Genaro, el hombre y su hermano Alejandro, que regenta una sastrería en a Arévalo y son familia de los Seseñas – nadie sabría hacer una pañosa con tanto cuido y perfección- que debe de ser de las más antiguas de Castilla la Vieja hacen lo que pueden.

Lo suyo era el traje talar de los obispos las buenas pellizas y hasta los mandiles de fregatriz sabían confeccionar. Han estado vistiendo de la Edad Media para acá a media comarca de las Morañas.

 

 ¡Ay aquella pana— la pana de Sabadell— ya nos se fabrica. Duro hablar del estatuto prostituto pero los catalanes no mandan retales sucumbiendo en el sector textil a la competencia de los chinos. Toda una desgracia para los labrantines de mi mocedad cuando un traje era para toda la vida o al menos habría de durar unos cuantos años, resistentes para ir a arar o la camisa de percal para los días de fiesta cuando se gastaban pues un remiendo en aquellos años de labranza no daba para más! Zurcir coser y bordar y ¿qué más? La aguja y el hilo el tijerón a mano para cortar y una cantinela “tanto que sabes coser tanto que sabes bordar y me has hecho los pantalones con la bragueta pa atrás” y buena semana te dé el Dic que entonaban los sefardíes en las aljamas pues era profesión ejercida mayormente por los judíos.

 

Que “para sastres Hervás donde judíos los más” y otro dicho competente: “el sastre de Sacramenia se santigua del revés y da la venia” “con el de Cantimpalos salimos a palos” y el de “Campillo cose de balde y pone el hilo” “esto es coser y cantar sí, sí, coser aquí y cantar en la iglesia”, como dijo el otro. Bueno va.

 

El mostrador de Genaro es un poco el referente social de las generaciones que pasaron por la villa y siempre que me voy a probar me hago la misma pregunta. ¿Será este el último que me hagan? ¿Cuántos afeitados me quedarán? Así que acudo a esta tienda arevalense pues es para mi un lugar entrañable al recordar las tertulias de rebotica y las parrafadas que echábamos, cómo arreglábamos el mundo, o cómo nos contábamos cuentos con cierta prevención. Ya digo tengo un cuerpo que es la desesperación de los sastres. Las chaquetas del Corte Inglés me pingan y los pantalones quedan pesqueros o les sobra pernera y por abajo un dobladillo de más. A un sastre no le engañas jamás. Son gentes acostumbradas a trabajar con la verdad de nuestros pobres cuerpos que se han de comer los gusanos. Su intuición les lleva al perfecto conocimiento de nuestras glándulas, saben de que pie cojeamos.

 

Ir al sastre es como pasarse a recoger unos análisis. Genaro me rodea con el metro de plástico los cuadriles y no me abarca casi. En mi frente unos pelos de menos o más canos que la otra vez y en la cintura unos centímetros de más. Has engordado. La buena vida. De la danza sale la panza. ¿Y todos esos lechones que te metes en la “Pinilla” regados con el vino de las Morañas, eh, eh? No me fastidies, Genarín a mí lo que me engorda es la mala leche. El ir contra corriente vivir con la conciencia tranquila, pero sometido a la hostilidad de esas milanas del estrado cuyos ojos me apuntan cuando entro a trabajar como dos fusiles detrás de un parapeto.

 

 ¿Qué habré hecho yo para caer tan mal a la gente? ¿Ser gordo? Los gordos nos hemos convertidos en una especie marginal, el lumpen hostil, al cual esta sociedad tan injusta y descomedida para lo que le conviene aunque para otras abre la manga ancha, le ha declarado la guerra al tejidos adiposo. Nosotros no tenemos la culpa pero nos hacen culpables de nuestros kilos de más, de ser un poco ventripotentes de aspecto y afligidos de prolepsis o ptosis crónica que es como denominan los endocrinos a nuestra enfermedad.

 

 El otro día al pasar por cierta puerta mis mollas quincharon una falleba del arco de seguridad y se dispararon las alarmas. La securata vino hacia mí hecha una Euménide y, sin llegar a detenerme, me trató como si fuera un criminal. Señorita fue sin querer pero a estas furias de no les valen razones. Están ahí para vigilar, no frente a un ataque externo, sino a los de dentro. 1984. you are being watched. Estás siendo observado. Te observan por todas partes a través de la mirilla electrónica de sus cámaras. Una red de espionaje se extiende por toda la ciudad. 

La han emprendido con los fumadores y ahora puede que les toque el turno a los que somos víctimas de nuestra propia grasa. Proponen un mundo feliz y bajo el control de los securatas, una especie de policía paralela.

 

 Cámaras por los pasillos, chivatos de observación hasta en el retrete.

 

 Pues habrá que tomar medidas. Eso es lo que venimos haciendo desde que don Adolfo Suárez que también fue buen cliente de esta casa donde yo me visto – pobre Adolfo, ya crías malvas en la ciudad de Ávila— se marcó la frase de puedo prometer y prometo y después instauró la Transición y nos colocó en el limbo a todos nosotros. De ahora en adelante todos cabos primera, que vienen arreando los del Coletas con muy mala leche.. Sí, sí tomar medidas. El sastre me da otra mala noticia; no sólo han aumentado mis caderas sino que también las nalgas las tengo con más rumbo en el último lustro que es el tiempo que a mí me suele durar un terno. Vaya por dios.  Mientras mi amigo el sastre de Arévalo no me ponga motes y me llame Paca la Culona como decía el general Queipo de Llano del General Francisco Franco no va del todo mal la cosa pero habrá que tomar medidas, ponerse a régimen y apretarse el cinturón una vez más. ¡Qué sé yo! Coser acá y cantar en la iglesia. Vas al sastre y terminas en el cura pues bien lo anotó Quevedo en aquella frase lapidaria: "Sastres vienen al infierno vamos".

 

lunes, 5 de septiembre de 2016


TRILLOS CANTALEJENOS EN TERUEL

 

Cuando a mi pobre padre le dolían las rodillas porque iba a cambiar el tiempo se las atentaba y decía: "Hijo, hijo, Teruel". Se le congelaron las piernas en la batalla del Seminario y mi pobre suegro Gabriel Tuya que también estuvo en aquella movida cuando los termómetros bajaron a veinte bajo cero en aquel frígido invierno del 37 murió a consecuencia de un enfisema o si se quiere cáncer de pulmón porque le marcaron para siempre las pulmonías.

He visitado por primera vez aquel lugar y me emocionado ante el impresionante edificio que domina el paisaje de esta bella ciudad altiva recordando a mis seres queridos. Ellos pertenecían a los "unos" pero también lloré por los "otros".

No quiero entrar en detalles (los cronistas de nuestra guerra civil ya contaron al detalle lo que ocurrió pues sería mi deseo que nunca los españoles se mataran, debieranselo contar a las nuevas generaciones de una forma cabal y circunstanciada sin apasionamientos ni revanchas)

Hubo heroísmo por ambas partes. Porque allí los cojones de rojos y azules no faltaban. Al alférez Recellado, mi padre me contaba, una tarde le entraron ganas de fumar y en una de las angostas calles de Teruel había un estanco con las puertas desencajadas pero las cajetillas del mostrador estaban intactas. Se apostó con un falangista que cruzaría la calle para abastecer de cigarrillos a sus soldados, saltó el parapeto al grito del último maricón pero el sector no tenía desenfilada. Le arrearon cuando llenaba la petaca. No consiguió fumarse el mixto con el que suspiraba.

La vida en aquel infernal un mixto no valía un mixto. "Hijo, hijo Teruel". Pero Teruel es una de las más bellas provincias de España. La he recorrido de arriba abajo en sus castillos góticos, en sus iglesias que un día fueron alminares y que el rey asturiano Alfonso II el Casto convirtió en campanarios. Buena y hermosa gente de hondas raíces cristianas con cierta ascendencia islámica mitad mudéjar mitad muladí con un entronque muzárabe que desapareció tras la conquista del rey Asturiano Alfonso II el Casto al que recordarán siempre los turolenses con su monumento-fuente en la Plaza del Torico.

Me fui a los baños de Manzanera aguas arriba del río Torrijas, que horada impresionantes hoces coronadas de almendros, pinos, sabinas, manzanos y nogales que allí llaman nogueras y en un pueblo abandonado de aquella ribera que llaman el Paraíso Bajo en unas eras derrelictas encontré un trillo  de Cantalejo con el garfio de amarre, sus pedernales y aquel silex casi prehistórico que trituraba la espiga.

Me guardé uno de los pedernales en bolsillo como recuerdo. Ya se acabaron las parvas y murieron las canciones de trilla. Un mundo que se fue.

El antiguo apero, al que solo le quedaba una tabla, guardaba el perfil en la trasera y alabeado avante (no era fácil fabricar un trillo en condiciones, se requería la pericia de un buen ebanista) según la técnica de los carpinteros de Cantalejo, aquellos audaces trajinantes de cerca de mi pueblo que suministraban  a los labradores de toda la península de instrumentos para las faenas agrícolas (bieldos, alcotanas, azuelas, garios, besanas) y también me emocioné porque me acordé de Rufino Vírseda, el padre de mi amigo Tomás, y me lo imaginé de recua por aquellos riscos con una reata de mulas, de carros y de trillos transportados a cuestas de los machos con tracción de sangre, para abastecer esta zona cercana al Maestrazgo y a la sierra de Gudar.

¡Que de gurrumías, cuantas penalidades! ¡Qué temple el de aquella gente! A mí me consuela saber que Segovia mi provincia siempre tuvo alma aventurera y soñadora ancha es Castilla, que se ganaba el pan con el sudor el polvo y los peligros de los caminos, nunca con la usura.

Los trajinantes de Cantalejo parlaban la gacería, una jerga autóctona que desgraciadamente no ha sido estudiada, ni tratada con el rigor conveniente por los lexicólogos. Está por escribirse la gran novela de los tratantes de Cantalejo, un pueblo de emprendedores empresarios y mercaderes que se dedicaban al trato cabal y valiente. No firmaban papeles. Bastaba con la palabra y estrechar la mano del comprador.  

Jamás engañaban al cliente. Consumado el canje, se iban a la taberna y con mucha ceremonia bebían a la salud de todos. Era la robla o el alboroque, una tradición que arranca de los romanos que se servían de estos arriesgados intermediaros para colonizar y humanizar.

Teruel, hijo Teruel.

Me acuerdo de mi pobre padre, del alférez Recellado y de mi suegro que me hablaba de los rigores de la batalla de Alfambra donde sufrió de pulmonías, y de Rufino Vírseda que también pasó lo suyo en aquella terrible contienda fratricida.

Escapó milagrosamente de la Batalla de la Sed, lo apiolaron en Villanueva del Pardillo. Dijeron que lo habían fusilado y luego apareció en Cantalejo a finales de la guerra, tan campante después de haberle dicho las misas correspondientes.

Pero Rufino era mucho Rufino para que tan pronto lo cantaran el gorigori. Una vida heroica de novela. Así son los héroes anónimos de nuestra tierra. Pues hasta aquí llegaron los cantalejanos y sus cuadrillas hasta estas escarpadas sierras del Maestrazgo por donde anduvo pegando tiros Zumalacarregui con sus carlistas.

Ay España ¡qué hermosa eres y cuan poco sabes del valor de tus hijos!    

miércoles, 24 de agosto de 2016


SEGOVIA Y LA SEDICIÓN DE ANDALUCÍA CONTRA FELIPE IV. EL MARQUES DE AYAMONTE FUE AJUSTICIADO EN LA CÁRCEL VIEJA.

 

 

En bajado por la calle Real frente al Portalón donde comprábamos los cromos al Tío Braguetita y admirábamos los cuadros de "Puchero", pintor figurativo de paisajes, poco antes de la Casa de los Picos, la Casa del Judío de la Huerta de mis amores, al pie de la Torre Carchena o Aceitera, un sentimiento tétrico me embargaba al pasar delante de la cárcel Vieja. Creo que allí dieron mulé a bastante gente porque era sede del rollo. En aquel lúgubre caserón al que se asoma un mainel gótico de grises y que luce en la fachada arrequives del esgrafiado segoviano fue decapitado el IX Marqués de Ayamonte.

Estaba detenido por haber pretendido construir una república independiente en Andalucía.

Antes de haber sido encerrado en una mazmorra del alcázar había sido prisionero en San Torcaz, la cárcel eclesiástica del primado de Toledo, en Pinto y en Illescas. Lo habían aprehendido en Sevilla por la denuncia de un fraile.

El doce de diciembre de 1648 fue un triste día en nuestros anales. Según relata en un testimonio impresionante Diego Colmenares que debió de ser testigo ocular de la ejecución. He aquí parte de su crónica que inserta en sui magnifico libro José María de Cossio "Relatos diversos de cartas de Jesuitas" (Austral Buenos Aires 1953 pp. 145):

 

"Habiendo estado el marqué de Ayamonte preso desde el 28 de marzo de 1645 en el alcázar de Segovia, llegaron seis alguaciles de corte y apeándose en el mesón Grande fueron inmediatamente y sin quitarse las espuelas a casa del Corregidor que, avisado, había bajado a la puerta en cuerpo y con priesa y dijole al alcaide vuesa merced se venga conmigo y partieron al alcázar. Detuvieronse a las puertas de la casa del obispo. El marqués acababa de comer y habíase recogido. Asomóse a las rejas del presidio su criado Santiago Ramírez Gamarra y en viéndolos dijo el marques don Francisco Manuel Silvestre de Guzmán al ayo a esos alguaciles ya los conozco. Pidieron les fuera entregado el reo. Subieron a la torre y de allá lo bajaron. Iban los alguaciles, el alcalde y el corregidor por la calle del pasadizo del Obispo y por la ronda salieron por la puerta de San Andrés, subieron por la Solana del Rastro (lo que ahora conocemos como el Salón) y penetrando por la puerta de san Martín subieron a la cárcel. Subieron al aposento que hace esquina a la puerta, clavaron las ventanas y abrieron luces. Entraron el confesor fray Diego Miranda rector de san Francisco y el jesuita Pedralvez para asistirle en los últimos momentos. El alcalde de corte mandó llamar alarifes y les ordenó hiciesen un cadalso de una vara de alto. También mandó traer un ataúd y que se cubriese de bayeta muy basta,  mandó llamar al cuchillero y le ordenó hacer dos cuchillos de muy agudo corte. Luego entró el secretario a intimarle la sentencia que oyó el marqués con valor y respondió que lo consentía y ofrecía la vida a su Dios y criador. Don Francisco Manuel, al despedirse de su criado le entregó una sortija que, según decían, valdría cien escudos y, despidiéndose el ayo con muchas lagrimas, se fue a pedir el hábito de san Francisco... el marqués la víspera de su ejecución no podía sosegar pero luego mostró consuelo en hablando con el padre Pedralvez. Comulgó y oyó tres misas y volviendo al aposento se desayunó. A las nueve entraron con el capuz y se vistió. Besó el crucifijo y pidió perdón al Rey nuestro Señor por haber promovido la revuelta en Andalucía... el verdugo le cortó la cabeza por detrás y la puso a los pies para que escarmentaran los desleales. Dos horas después fue amortajado  y al anochecer salió de la cárcel el funeral: ocho doctrinos, 12 religiosos franciscanos y 12 victorianos. Los curas de  san Martín con preste y diáconos; portaban el féretro cuatro hermanos de san Juan de Dios. El cielo estaba nublado y la noche cerraba; con lo que el espectáculo se volvía más funesto, y pavoroso el concurso que era muy grande. Llegaron a san Francisco (la actual academia de Artillería) donde con un solo responso lo sepultaron en sepultura común" (Diego de Colmenares)

El Rey Felipe IV había tratado de indultar a este grande de España que al parecer capitaneaba un movimiento de secesión similar al de Cataluña y Portugal para Andalucía pero las cosas se complicaron.

El espionaje muy activo a la sazón y las incursiones en las costas españolas de holandeses y británicos desbarataron los planes de clemencia del Rey absoluto que se mostraba muy afligido por la Revuelta de los segadores y la derrota de Rocroi.

En el juicio, al cabo de un proceso muy largo, don Francisco Manuel acusó al Duque de Medina Sidonia, su pariente, de haber estado al frente de la conjura con el apoyo del inglés y del portugués.

El marquesado de Ayamonte estaba emparentado con la casa de Guzmán y la de Medina Sidonia pero fue implacable con los parientes Don Gaspar de Guzmán el valido y secretario de Estado del monarca. Sometió a la nobleza levantisca. Era el inventor del papel de Estado. Decían que tenía a España en la cabeza. Fue el creador de nuestra burocracia. Sometió a los catalanes don Gaspar enviando a Barcelona los tercios viejos de Flandes capitaneados por el Marqués del Vasto.

Camino de Lisboa cuando marchaba al frente de un ejército contra los portugueses le sorprendió la muerte en la villa de Toro.

La secesión andaluza fue sofocada in nuce esto es al principio sin efusión de sangre, a diferencia de la de las otras dos regiones ibéricas, que mira una al Atlántico y la otra al Mare Nostrum.

El siglo XVII fue la centuria de Velázquez de Cervantes de Quevedo del gran teatro de Tirso de Molina y del Buscón pero fue un tiempo de conjuras y de sublevaciones. España era un país militarizado de guerras y de autos sacramentales.

Flandes costó ríos de dineros y de sangre pero España resistió y era todavía, pese a las sublevaciones, determinadas por la pobreza, el hambre y las duras condiciones de vida de los de abajo temida y respetada en el viejo continente.

Aun dominaba los mares y el marqués de Ayamonte era precisamente el regidor de la flota de la mar océana, uno de los cargos más importantes, equivalente a lo que sería hoy ministerio de Marina, pero se rebeló contra el Rey absoluto. Del Rey la Inquisición chitón, decía el vulgo. Y pagó con la vida su alzamiento contra el poder establecido. A Sanlucar de Barrameda por ver al Duque. Otro dicho.

El ducado y el de Ayamonte de los Medina Sidonia sólo podían equipararse con la Casa de Alba y los Álvarez de Toledo. Una de sus ramas emigrada a Inglaterra se transformaría en los Rotschild de manera que Benjamin Disraeli también perteneció a los Medina Sidonia y sería el precursor de la Duquesa Roja, Doña Consuelo Alvarez de Toledo fallecida en 208 despues de haber contraido matrimonio con su secretaria in articulo mortis, pero no adelantemos acontecimientos.

En Flandes se estaba poniendo el sol pero aquel ocaso duraría aun dos siglos. Y don Francisco Manuel Silvestre de Guzmán, a cuyas expensas se administraban los dineros de la flota y el dinero de las Indias Occidentales, lo enterraron a lo pobre en el convento franciscano de Segovia la víspera de Santa Lucía una desapacible atardecida de diciembre de 1648.