CALLESE SR AZNAR. CÁLLESE
Antonio Parra
Los jefes de gobierno en Democracia cuando les llega el
motorista de las urnas, que suelen ser inexorables en su escrutinio, cierran el
pico, o se van a cultivar sus dalias o cabucar sus alcorques a domicilio (tampoco
les queda tan mala paga) y tratan de no incordiar o al menos no estorbar. Eso
es en Democracia y son las reglas del fair play. Juego limpio, pues. En las
repúblicas bananeras no aceptan el veredicto popular y andan buscando
justificaciones leguleyas y llamándose a
parte. Andan con bravatas y correveidiles de acá para allá alegando pucherazo.
Lo que resulta bochornoso si tales dictámenes de revancha se hacen eligiendo
foros extranjeros. Entorpeciendo la gestión exterior de sus gobiernos. Eso no
es elegante. No es ético. De mi larga estadía en Londres me impresionó el gesto
de Harold MacMillan que volvió a los quehaceres de la prestigiosa
editorial familiar y se retiró a su
quinta de Kent, con una buena pomarada de manzanas Cox, después de que las
urnas le negaran el beneplácito a causa del escándalo Profumo donde cuidaba de
su jardín y contestaba con evasivas a los requerimientos de la prensa para
hacer entrevista (conservo una carta suya en que de una forma exquisita me da
rotundas calabazas Super Mac como le denominaban los caricaturistas de Fleet
Street para los que su rostro anguloso y peculiar era una auténtica mina). Sir
Alec Douglas Hume, un aristócrata dignísimo, un superclase y un viejo zorro de
la política, se compró una caña y se fue a pescar salmones a los lochs de
Escocia. De este líder británico guardo buenos recuerdos y una foto en su
compañía con él a orillas del Támesis. Le llamaban sus amigos y enemigos The
skull (la calavera) no sé si porque era hético y cenceño y lo más parecido
a un cráneo humano o porque jamás descomponía el gesto. Helmut Schmidt, el
alemán Helmut Schmidt, un periodista brillantísimo y que de teniente de la
Wehrmacht pasó a ser el gran valedor de los intereses hebreos en Alemania en su
calidad de director de Die ZEIT, cultivó sus aficiones melómanas y tocaba el
órgano o la pianola por las tardes en su domicilio de Hamburgo. En un par de
entrevistas que le he visto televisión alemana vía satélite sigue fumando como
una coracha, algo más gordo pero dueño de su proverbial clarividencia y de su
desencanto, y de su sucesor Helmut Kohl, el gordo Kohl, nunca más se supo.
Heath, don Eduardo Heath del que he hablado largo y tendido en mis crónicas fue
nombrado director del orfeón de su pueblo. Wilson, don Harold Wilson que en paz
descanse, se entretenía cuidando de sus nietos, y aferrado a su proverbial
cachimba en la cual encuentra inspiración para la redacción de sus memorias,
ayudado por su incondicional secretaria Marcia Williams, aguardó, longánimo, la
llegada de las Parcas, ya casi nonagenario. James Callaghan cuando dejó la vida
política guardó un bajo perfil. Jimmy Carter del que escribí lo mío durante mi
corresponsalía en USA se dedicó a la filantropía y a construir manos a la obra
como un albañil cualquiera casas baratas
para pobres en Centro América. Y eso que era un experto en la guerra
termonuclear. Monsieur Pompidou, muy francés y un orador cabal, hijo de un
hispanista, abrió las páginas del Quijote para encontrar consolación en su
retiro cerca de Colombé –les- Deux- Eglises, el sitio de la campiña que vio
expirar la grandeur de De Gaulle. Pero Giscard d´Estaign, más puñetero y que
nunca me cayó bien pues me caen mal los masonazos y masonazo me era él y
enemigo acérrimo de España, tuvo varios amantes, flirteó con la mujer de Pierre
Trudeau (otro de mi época que ha dejado de fumar) y algunos avisados amigos que
tengo en Paris me informaron que se iba de putas al Bois de Boulogne. Jeltsin
se aferró a la botella y de eso acaba de morir. Yo creo que era un buen hombre
y pese a sus gestos histriónicos y perestoicos le libro al mundo de no
pocos baticores, por lo que me parece una broma el “homenaje” que le hizo el
Sánchez Dragó, ese petulante mamporrero y enano encaramado en los informativos,
llamándole borrachuzo por Telemadrid cuando el cuerpo del ex dirigente
ruso estaba aun caliente (eso no se hace, señor Dragó, siga uzté con su rostro
asnal y su rosa y su agua mineral sobre la mesa dándonos más de lo mismo y
mucha telebasura, mala critica, peor prosa con mucho refrito y “guns and roses”
y a los demás, seltz con soda. Y digo esto porque yo vengo de un mundo elegante
de confrontación de bloques pero donde se respetaban las reglas del juego,
oiga. A los presidentes y ex primer
ministro de los países importantes les viene la sabiduría con la jubilación y
para ellos el retiro se convierte en tiempo de reflexión. Aznar, por lo que
veo, sigue siendo tan carpetovetónico hasta en eso. No se conforma, no tira la
toalla. Es terco como oriundo de navarricos y asoma la gaita en la Georgetown o
se va a Moscú a hablar con los rusos de Gazprom sin previo aviso. Lo correcto
es previamente evacuar consultas con el Ministerio de Estado o llamar teléfono
al Palacio de Santa Cruz. Cállese, señor Aznar. Cállese. Estaría usted mucho
más monín calladico. Sus ultimas manifestaciones públicas parecen torpedos a la
linea de flotación del gobierno de ZP. Y eso es juego sucio. Me parece a mí. En
realidad don José Mari no es más que un chico de los recados (errand boy)
de la Fox. Lo tienen de botones y él el hombre se pone finchado como una pava
creyéndose una especie de oráculo de los intereses occidentales. A lo largo de
mi carrera periodística estudié bien el Departamento de Estado y hasta en una
ocasión entré en Pentágono. Allí todo a veces parece lo que no es. Un laberinto
en el que confluyen los intereses económicos geostrategicos tecnológicos y
empresas. USA carece de amigos y sólo tiene intereses. Se trata de unos
negociadores muy duros y las bandas de actuación tanto del Ejecutivo, del
Legislativo los militares o la CIA son vetas separadas y comportamientos
estancos. Círculos concéntricos hasta llegar al arcano del poder, el módulo
íntimo lo mismo que si se tratase del núcleo de la bomba atómica. En unos
sitios te hacen el paripé y en la puerta más allá te dan caña. Luego los del
New York Times y el Washington Post tienen la última palabra. Aunque la verdad
sea dicha todo el poder reside en Wall Street. Paradojas de la vida americana
y del Departamento de Estado donde
siguen si fiarse mucho de Aznar. ¿Por qué causa? Bien sencillo. ¿Recuerdan
ustedes la crisis de la Isla Perejil? Bueno pues allí Aznar metió la gamba al
introducir la mano en el avispero del Magreb. El más antiguo tratado de Amistad
y de Cooperación de la Unión es el firmado por unos de los presidentes
norteamericanos con el califa de Rabat. Es zona exclusiva a sus intereses
estratégicos. No quieren que se les incendie el polvorín del mundo árabe. En
ese sentido, comprendo muy bien a ZP que es un político bastante avisado aunque
le lluevan vituperios de tonto por todas las partes, pero sus servicios
secretos deben de haberle puesto al loro de que ojo con Marruecos, aunque
estando todas mis simpatías con nuestra antigua colonia del Sahara. Que nos
quitaron los americanos por una razón muy sencilla allí hay fosfatos y puede
haber petroleo. Entonces la Cia organizó la Marcha Verde. Eso puede que le
costara las elecciones generales no por su servilismo en Azores sino por algo
mucho más grave e indiscernible, críptico y paradójico como es la complicada
política exterior Usa siempre a cargo de los “wunderkinder” del
Pentágono y del Departamento de Estado, casi todos ellos con apellido alemán,
de la escuela del físico Von Braun, o de origen judío: Gaspar Weinberger,
Kissinger, Harold Brown, Schlesinger [George Bush al poner una negra, Gondoleza
Rice (mucho arroz para un pollo), ha roto toda una tradición y es por lo que la
gestión externa, por eso, no porque sea mujer una negra, sino que para dirigir
ese barco hay que tenerlo bien puestos, o la propia Margarita Albright la que
decía “cojones” con tanto tronío y en castellano que le dio a Bush muchos quebraderos de cojones
por causa de la crisis de Yugoslavia y que por poco estuvo a punto de costarle
al mundo una guerra nuclear un dia que Boris Jeltsin se levantó con resaca,
menos mal que alguien le escondió las llaves del maletín secreto o caja de
mandos de los misiles] coparon esos cargos. La norma es que su política sea
ambivalente y ambidiestra pero sumamente conjuntada y eficaz. En el State Department
mandan los liberales y en el de Defensa los tipos duros. Los unos tienen los mejores diplomáticos y
los mejores espías aunque a veces les falta tacto y son algo manazas. Los otros
tienen las mejores armas, los más versátiles aviones de combate, pero les falta
infantería y es la infantería lo que gana las guerras y los muchos cojones y no
la tecnología. El otro arma poderosa en sus manos es Hollywood el gran altar
mediático de donde se oficia un poco la ceremonia de la confusión, se rinde
culto a la violencia con películas de buenos y malos, y la bazofia y los líos
de cama están a la orden del día para goce de los cotillas de nuestra
telebasura española. No es un mito aquello de halcones y de palomas. En cuanto
a Aznar, éste ha tenido muchos panegíricos a este lado del charco. Hay quien lo
pone por las nubes. El mejor presidente que tuvo España, el que levantó la
economía (a base de poner ladrillos y vender parcelas, claro está), el que
acabó con Eta (tampoco es cierto) y blablaba. A mí Aznar me pareció un buen
alcabalero, un buen funcionario de Hacienda pero un mal presidente de gobierno.
Desmanteló el ejercito, quiso liquidar la administración, se llevaba mal con
los catalanes, caía antipáticos a los vascos y luego era un señor que hablaba
muy serio y se reía con una risita floja de Bud Bunny, el conejo de la suerte.
El conejo de la suerte. Sí. Sí. Para mí su mandato coincidió con un tiempo de
desgracia y de persecución que no sé ni cómo puedo estar aquí. Tuvo desde luego
buenos gestores como Cascos, Rato o superalcaldes como el de Villanueva de la
Cañada, Luis Partida en quien yo veo merced a sus capacidades administrativas y
dotes de permeabilidad y capacidad para la negociación y los negocios a un buen
líder del PP –su figura es más plana y no tan decorativa como la de Rajoy pero
hombre eficaz y es eficacia lo que España necesita en estos instantes, no
buenos discursos- pero sus chicas a mi juicio no alcanzaron el fiel de la
balanza del examen de grado (la Tocino, la de Palacio, la ministra de Insanidad
aquella malagueña de cuyo nombre no quiero acordarme, la Espe] Doña Esperanza
Aguirre creo que más que ministra de Cultura era la ministra del diseño y de la
imagen. Ahora quiere ser reina. Dicen que a su
peluquero lo hizo subsecretario. Premio. Pero en cultura, cero patatero.
Aznar no tenía mano izquierda y se hizo antipático al personal. La gota que
colmó el vaso fue el hundimiento del Prestige y la explosión de impopularidad
estalló con la guerra de Irak. Las bajadas de pantalones con los americanos no
suelen ser rentables en la política española. Hay que amarrar y soltar cuerda.
Pero Aznar se creyó porque toma una vez el té con pastas en Downing Street que
ya era amigo intimo de Tony Blair. No conocía tan bien a la pérfida Albión como
creo conocerle yo. Tampoco tienen amigos los ingleses sólo intereses y con su
postura en Irak José Mari dio mucho más de lo que recibió. En cuanto a sus
manifestaciones patrioteras sobre la unidad de España que todos defendemos y
por la cual yo he tanto he sufrido me parecen fuera de lugar haciéndolas desde
Washington. Les puedo contar una anécdota de cómo a mi antecesor Félix Ortega,
uno de los mejores periodistas que he conocido, nos llamaron al orden porque
nos liamos a escribir mucho desde la ciudad de los rascacielos sobre la
preeminencia que se daba a los políticos del PNV allá. De hecho el lendakari
Aguirre independista recibió asilo en América tras nuestra tragedia civil y se
mimaba a los catalanes. Lagarto, lagarto. Bueno pues Aznar es nieto de un
exaltado separatista vasco, el simpar don Manuel Aznar el organista y ex
seminarista que al final de sus días decepcionados afirmaba que lo que a él le
hubiera gustado en realidad es haber sido cura pero fue periodista y de
prestigio en el Régimen anterior, amnistiado por Franco de la pena de muerte.
Yo creo que era una buena persona pero sin convicciones políticas demasiado
estables y un tránsfuga característico. Emilio Romero no le podía ver. Así que
Cállese, don José Maria. Cállese. No eche más leña al fuego que están los
ánimos confusos y el país muy revuelto. El pueblo desorientado. Y los de la
COPE hechos un brazo de mar y todo el país hasta las cejas comiéndose su propia
mierda con la telebasura y la pornopolítica. Me hablan de la once eme – once
mierdas- y tiro del enchufe del televisor. Escucho la palabra eta y apago el
conmutador. Harto de tanto guerra civilismo de tanta ceremonia de la confusión.
Por eso a veces me da pena el pueblo español al que suelen engañar con tanta
frecuencia los demagogos. Nos la están metiendo doblada unos y otros. Dejen a
nuestro presidente gobernar. Sin razón o con ella siempre será mi presidente.
Aunque venga de León, no es don Suero de Quiñónes. Se llama tan sólo Rodríguez
de primero y de segundo Zapatero. Un chico de otra generación. Y con buenas
tragaderas. Vale para político. Todos los días al desayuno, un sapo.
24/04/2007