GORKI SATURNO DEVORA A SUS HIJOS
Cristiano ortodoxo sus personajes pecadores y angustiados cada poco se santiguan y hacen genuflexiones, suspiran, dolidos de su naturaleza pecadora añorando un mundo mejor. Gorki es el novelista de la compasión, la rebeldía y el desencanto. Le dolía el ambiente de miseria y de pobreza en que se crió en la febril ciudad de Nizhny Nogorod ad Volgam nudo gordiano de la industria y el comercio medieval. Fue rebelde en su juventud hasta convertirse en escritor de éxito. Era el novelista preferido de Stalin. Pronto es consciente de que la revolución sólo sirvió a Rusia para su hundimiento en un albañal de miseria, corrupción política, crueldad y violencia, prostitución de las mujeres y le sobreviene la repulsión a todo aquello. Sigue conservando el carné del PCUS y emigra a la Costa Azul. Saturno devora a sus hijos. No es esto. No es esto. Misterios del alma rusa. Los gerifaltes de la revolución, poseídos por una furia demoniaca de destrucción había que cambiarlo todo, eran judíos. Con la boca pequeña se había deshecho en elogios hacia los hebreos pero agrega “no son de los nuestros fueron expulsados de su tierra prometida hace dos mil años y nuestra patria es para ellos un lugar de paso, roban y esquilman lo que pueden” esta frase le valió ser acusado de actividades antisoviético. Su crédito empezó a caer. La revolución entró en crisis. El Kremlin era un nido de víboras. Stalin se sentía acorralado por los internacionalistas que preparaban ya la conjura de los doctores contra él. Gorki era un escritor demasiado famoso contra él los del poliyburó no se atrevían, pero contra su edecán el hebreo georgiano Beria sí. Unos dicen que falleció como consecuencia de la tuberculosis, le faltaba un pulmón y otros que fue envenenado por la NKVD.
En sus novelas, en sus libros y en sus diarios fue un gran memorialista se descubre al remero del Volga que fue. Tiene esa facilidad del lenguaje (bodlovat) del pueblo ruso; es raza de grandes conversadores, monólogos que se pierden ad infinitum por ejemplo esa filatería excelsa de los dramas de Chejov. Se escucha siempre en sus libros el rumor de las olas el piar de los pájaros o el golpe del rebenque el knut y la nagaika con que los cómitres de las galeras del río más largo del mundo azuzaban a la chusma. Retrata a capitalistas explotadores que explotan un harén de muchachas jóvenes a su servicio, diáconos borrachos, obispos comilones y jefes de policía engreídos que exigen que se les trate de “Gosudar! (excelencia). Aparecen místicos que peregrinan a los lejanos monasterios de Siberia en la creencia de que allí vive el zar Alejandro III encarnado en el alma de un monje giróvago y licencioso que se llama Rasputín. Trata el semblante de los personajes de la época ¿El zar Nicolás II? Un buen padre de familia amante de los caballos y de la fotografía. Su mujer le engaña con un pope que se cree un enviado de dios e hipnotiza a las damas del gran mundo. ¿Tolstoi? El mejor escritor pero como persona haragán, despiadado y una mala bestia ¿Antón Chejov? El hombre más dulce y divertido que he conocido. Vivió aterrado por una visión espantosa y profética que tuvo: el monje Negro. ¿Blok? Elegante y aristocrático. Todas las prostitutas de San Petersburgo lo amaban. Era tan misericordioso… el zar tenía ojos de mujer y lo que necesita Rusia es un golpe de tralla. Que vibre el “knut” látigo en el aire y la “nagaika” o la vara se deje caer sobre las espaldas de los forzados. Sólo un puño de hierro es capaz de gobernar una nación inmensa, una quinta parte de la esfera terrestre.
Leía yo a Gorki en Nueva York. Compré todos sus libros en una bookshop de la Quinta avenida. Al cabo de más de cuarenta años vuelvo a abrirlos. Descubro cosas nuevas. Rusia es el molde de un enigma un rompecabezas inabarcable. Son muchas muñecas superpuestas. Nunca se llega al fondo. Resumidamente, es muy difícil pero la prosa de Gorki magnifica y cincelaria un golpe de knut en cada frase nos ofrece algún atisbo. Es un país profundamente creyente en Cristo y en la resurrección que careció de Edad Media y de raciocinio. A Jesús el que reverbera a la luz de los iconos se le siente, no se le entiende. Brilla en la lámpara del iconostasio que alumbra los iconos. La ortodoxia es como una borrachera de sones infinitos donde los coros entonan himnos maravillosos. Ay esa ortofonía de las “sobor”, ese rumor de catedralidad. Al otro lado está la contradicción el don de la ebriedad de los “steltzi” aquella secta que se castraban para no caer en el pecado de la lujuria, creencia contrapuesta a los de la redola, los saltarines que predicaban el amor libre y el baile de los derviches. Dando vueltas se llega al Paraíso. Rusia misteriosa. Nadie sabe cuál será su deriva. Por donde nos va a salir. Es como el rostro de Vladimir Putin inescrutable sometido al poder de las fuerzas oscuras bajo la presión de Israel. Porque los judíos quieren volver a mandar en Rusia. A Lenin lo metieron en un mercancías el riñón a cubierto con millones de francos suizos y el aval del Káiser. La orden había partido de un ukase de la sinagoga de Berlín. Al desembarcar en Petersburgo Vladimir Lenin pisoteó un crucifijo, regalo de su madre. Se inició la persecución contra la iglesia. Incendiaron cientos de templos asesinaron a 20.000 popes. Máximo Gorki no estaba acuerdo con las iras del Politburó que se desmandó
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