Putin es uno de esos tipos que los psicólogos definen como flemáticos. El flemático es lo opuesto a lo sanguíneo. Volodia en las ruedas de prensa que he venido siguiendo a través del primer canal de la YV se muestra frío como un tempano en comando de autoridad pero los ingleses con el lio de los espías los doble agentes los supuestos envenenamientos (porque los ingleses son moscas cojoneras hasta el punto de que cuando quieren se transforman en bucaneros y ser muy groseros) se le vio irritado a Putin quien nunca pierde los papeles. Le salió el general del KGB que lleva dentro y llamó basura a los dos topos a sueldo no solo de Moscú sino del M15 british. "No quiero hablar de esos dos perros traidores a su patria" y pronunció la palabra patria (rodena en ruso) a lo largo de su locución. Volodia estaba rojo como un pepino a causa de la cólera. Las moscas cojoneras de Londres quieren meterle un gol pero Putin es un buen guardameta, experto en poliorcética o guerra defensiva y es posible que los rusos embarcados en la guerra del ciberespacio les den a los británicos sopas con onda. No así a los israelíes que son más duros de roer. Con el derribo del avión ruso (a eso se llama osadía) en que perecieron 15 miembros de la fuerza aérea rusa desplegada en Siria los judíos demostraron que son expertos en dar la puñalada trapera a un aliado como Putin quien casualmente es de origen hebreo. El sionismo parece que está poniendo a Volodia contra las cuerdas. En el Kremlin cunde la consternación: el ataque al aparato de reconocimiento - los israelíes lo utilizaron de sparring- no ha tenido la respuesta contundente que los agresores hubieran merecido. Parece ser que Putin no cree en la ley del Talión ni en el Tit for Tat. Seguramente, el líder ruso obró en este caso más como cristiano que como judío. Además el "Zorro del Kremlin" es más cauto y responsable que su contraparte Netanyahu ese sacamantecas que quiere incendiar el globo en su aspiración de reconquista de la tierra prometida. Los medios rusos tampoco se han pronunciado al respecto. Curiosamente. La prensa y los medios guardan silencio prudencial.
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